Mansión de la Familia Potter Black (MM B: 90394)

[Darla G Dumbledore]

Las palabra de Matt la dejaron desorientada, la vampiresa miró a su novio, en ese momento sentía deseos de borrar todo su pasado, dejarlo atrás y que solo existieran ella y Seba, nada más. Mirar hacia el futuro era la única opción. Ella personalmente no le hubiera dicho a nadie que hiciera lo que viniera en ganas, mordió su labio por dentro sin que Seba lo notara, la gente debe hacer lo que le dicte su corazón siempre que es correcto, no lo que se le venga en ganas. Darla suspiró y tomó de la mano a Seba.

 

--Ven, según Sagitas mi cuarto está intacto, debo buscar unas cosas en él --dijo mientras guiaba al mago hacia el piso superior donde se suponía que estaba su dormitorio cerrado con magia.

 

En realidad sentía que el tiempo pasado y las caídas de la mansión debían haber destruído la mayoría de sus recuerdos, no entendía cómo podía ser que hubieran logrado reconstruír el lugar sin perder nada y sin conocer el cuarto cerrado. Su habitación no tenía la magia de las oficinas secretas del Ministerio, no que ella supiese al menos, esperaba que el tiempo transcurrido no hubieran hecho perder los pocos recuerdos que había guardado allí de la Potter Black, la Evans McGonagall y la Karwright. Luego se iría por un tiempo, si debía hacer "lo que le daba la gana" era tener una vida normal y sin muertes ni catástrofes en ella. Una vida compartida junto a su Seba.

 

@@Seba Granger

[Ezra Lockhart]

Ezra no entendía mucho de lo que pasaba, de hecho, no entendía nada de lo que pasaba, sentía que algo no estaba bien, eso sí lo sabía, algo había cambiado y lo había hecho para mal... Pero él no podía decir que era lo que había cambiado, el solo sentía que algo estaba cortado, que se había perdido algo... Pero no sabía el que.

Lo hicieron cambiarse de ropa, dió problema como siempre pero al notar la premura que tenían, se dejó cambiar, esta vez su ropa era negra y gris, a diferencia de los colores vivos y variados que solía llevar, esta vez su ropa era oscura, no le gusto pero no dijo nada, supuso que tenia que ver con esa sensación de haber perdido.

También notaba el cambio de actitud en Bo, su linda sobrina parecía distraída y distante, y el trataba de animarla y entenderla, pero no lo conseguía.

-otra mansión?- pregunto Ezra confundido -pero... Qué pasó? Hay fiesta?- no le contestaron y el suspiro bastante contrariado, se encogió de hombros y llevo a uno de los gatitos nuevos, no llevaba a lucy porque estaba en su rol de madre, pero podía llevar a uno, era el más pequeño y Ezra lo quería mucho porque le recordaba a si mismo, tenía una única mancha en su ojo, así como el con su mancha de oporto, llamo a ese gato, Andriego.

Mansión Potter Black

Cuando llegaron a la nueva mansión, Ezra se quedó viendo alrededor, no sabía para que habían venido y antes de entrar jalo la manga de Bo -sobrina... Qué pasa? Me estás asustando, no me dices nada- le dijo mirándola, el gatito en su cabeza parecía también confundido -pasa algo malo? Hice yo algo malo?-

@Bodrik,

[Seba Granger]

La abracé con ternura en mis brazos intentado aplacar un poco su dolor, sabía que era era imposible, cuando la gente que alguna vez nos marcaba en la vida, era difícil no sufrir por ellas, y sabía que el mago que yacía frente a todos en su féretro había marcado las vidas de cada uno de los presentes en distintas formas.

-Te entiendo mi amor, llora si es necesario, sabes que estaré aquí para ti- suspiré con la caricia de mi novia y besé con suavidad su frente.

-No me des las gracias, aquí es donde debo estar, junto a ti- la abracé una vez mas mientras intentaba descubrir que buscaba su mirada, un patronus se había materializado en la habitación creo que eso era, sabía que lo había visto hace años pero no recordaba de quien era.

-¿Quieres salir un momento?- le dije o creo que fue así por que ahora ya no estaba seguro, sabía que Matt se nos había acercado y estreche su mano como había hecho muchas veces en los años que habíamos trabajado juntos y las pocas veces que nos habíamos visto en la mansión, luego el Blackner de despidió, solo que me había dejado pensando en la frase que le había dicho a Darla.

Note que algo pasaba con mi prometida, esperaba que ella me dijera luego así que solo asentí a lo que me pedí, la seguí hacía el piso donde se suponía que estaba su cuarto, eso era extraño era la primera vez que lo conocería.

[Bodrik]

En el castillo Lockhart todo había sucedido tan rápido que Bodrik aún no conseguía ordenar todo en su cabeza y quizá pasaran horas, días o quizá semanas para que pudiese estar medianamente bien, pero por ahora usaba como podía su habilidad para esconder sus pensamientos de cualquiera, al menos hasta que la rubia consiguiera la fuerza suficiente para asistir aquella mansión donde de alguna manera se les había citado, pese a que la pelinegra no recordaba cómo se enteró.

 

La rubia matriarca paso desapercibida para muchos, pero Bodrik conocía tan perfectamente su aura que la sintió llegar aun sin verla, pero en ese momento prefería darle tiempo para decidir en qué momento se uniría a los niños y ella misma en la mansión Potter Black donde por alguna razón eran convocados por Sagitas.

 

Algo no estaba muy bien en Eiriian, pero era preferibler llevarlo al menos hasta saber qué hacer, mientras el pobre Ezra se dejó cambiar de Heyda a regañadientes, pero el infante cuestionaba su salida y Bodrik no pudo responderle apropiadamente en ese momento y no fue hasta que llegaron a la mansión Potter Black que pudo responder al infante.

 

-Esta es la mansión Potter Black aquí vivía tu padre hace muchos años- respondió al nene cuando este le jalaba la manga.

 

- ¿Seria bien visto que el niño trajera al gatito? - se preguntó al notar que el travieso pequeño estaba acompañado de Andriego uno de los bebitos de Lucy la inseparable gatita de Ezra y que ahora no estaba en condiciones de viajar. - Seguramente no podrían rechazarlo- susurró para nadie en particular.

 

 

-No has hecho nada malo. Tu eres puro dulce Bebe- sonrió lo mejor que pudo- es solo que papi se ha ido y debemos despedirnos de el- explicó y le acaricio el costado de su mejilla.

 

En ese momento apareció su primo Matt saludando y preguntando por el pronóstico de tiempo y aunque en primera instancia la pelinegra no entendía, era ella como maestra de meteorología (enseñada por Ishaya) quien podría dar ese pronóstico. – Por ahora solo nieve quizá un poco más fuerte – respondió encogiéndose de hombros.

 

Por ahí pasaron varias coas al tiempo. La adolescente Lockhart notó por primera vez la Marca tenebrosa que se alzaba sobre la mansión y una especie de vórtice se abrió en su corazón. ¿significaba eso que los rumores eran ciertos? Ella lo pensaba hace mucho tiempo, pero nunca pudo hablar con 100 por ciento de certeza y, sin embargo, ahí estaba esa marca como un mal presagio. Esa terrible marca que ponía en entredicho el nombre de su abuelo que siempre había sido un mago intachable ante el ministerio.

 

 

Pero fue cuando decidió cargar al más pequeño de los Lockhart que pudo ver una visión que sin Eriian hubiese sido imposible para Bodrik que estaba conectada a ese niño desde siempre. -Dupont- su nombre salió casi sin querer, pero miró a su primo y comenzó a caminar para ingresar a la mansión.

 

@@Ezra Lockhart

 

Off: perdón, estoy esperando a mi abuela.

[DaViDmP]

En algún lugar....Donde un mago se ve inmerso en sus pensamientos, sabía que había ocurrido algo

 

La vida... la muerte... misterios que ni los más grandes personajes de la historia logran comprender; tratamos de explicarlos de la mejor manera y muchas veces la menos dolorosa; pero al final es solo un intento de disuadir el dolor que nos deja el vacío...

 

Una eternidad, podría decirse que había estado alejado de todo lo que alguna vez había importado; hoy talvez sería un completo desconocido; tantas cosas han cambiado y a tantos de los que alguna vez conoció; no estaba seguro si aún los conocía...

 

Muchas cosas duelen, más por lo que no hicimos o desistimos; que por lo que hicimos y vivimos; y de alguna manera sabía que aquel día; más que muchos otros, Ella, lo necesitaba y por muy duro que fuese el momento y la situación, sabía que El había partido de este mundo sin mucho que arrepentirse; porque vivió y se arriesgó; disfrutó, bailó, hizo de su vida su mejor historia; fue realmente protagonista de lo que ocurría en ella... y si por El y por qué se podía imaginar cómo estaba Ella; debía pasar aquel día por aquella Mansión Familiar que siempre estaba dispuesta a recibirlo no importa si ha pasado una eternidad.

 

Su silueta se desvaneció de aquel misterioso lugar, en vuelto en neblinas y de repente aparecio frente a la Mansión; tanta gente, a cuantos que no conocía, pero sin lugar a duda estaba en casa; a pesar qué tal vez solo los elfos lo reconocerían, se adentro, solo guiado por su conexión con ella, cómo si estuviera en un trance camino, aunque parecía levitar, llegó hasta donde ella, no se pudo contener al verla, Antara no parecía ella, el dolor le afligía y sin saber si está vez podía ser lo que ella necesitaba; no lo pensó más instintivamente, y con lágrimas en sus ojos, se acercó a Antara y la abrazo, ninguno de los dos en aquel instante dijo nada, pero David pudo sentir como Antara lograba liberar un poco del dolor que sentía entonces David solo susurró para ella...

 

- El dolor nos invade, pero aqui estoy por El y por ti; sabes que siempre estaré para ti

[Ela Karoline]

Una figura delgada envuelta en una túnica blanca, impecable, con una cabellera suelta y el rostro completamente inexpresivo apareció frente a la verja de entrada a la Mansión Potter, en ese momento ya lo sabía, Anya, Anya Dupont se había encargado de diluir cualquier rastro de esperanza, cualquier pequeña luz con su fantasmal presencia, a esas altura la Lockhart lo había intentado todo, incluso el velo de oscuridad que fluía a través del aniño anidado en su dedo medio, al lado del de compromiso, en su mano izquierda había sido usado, no sabía si cuando volviera a ver la cara del arcano nigromante, y la vería, encontraría una torcida sonrisa de aprobación o un rostro de austera decepción por el intento, no fallido, pero sobre todo por la decisión que había tomado. ¡Qué diantres! No se trataba de un ser cualquiera, sino de su alma gemela, de su amor, ¿quién podía culparla? o ¿quién se atrevería a juzgarla?

 

A pesar de los sentimientos de la bruja, de ese tumulto interior que amenazaba en momentos por desbordarse y arrasarlo todo, noto la marca en el cielo y que las puertas de la residencia estaban de par en par, lo que indicaba que cualquiera: familiares, amigos, vecinos, conocidos, fenixianos o mortifagos podían estar dentro, ¡Mira como se iba a cumplir aquel deseo de agruparlos a todos en un solo entorno! Ese, ese había su desea apenas llego a Ottery y fueron las primeras palabras que ella y Adriano Wallace cruzaran en sus vidas, el sonreía y con aplomo, gentileza pero total firmeza le decía que eso no era posible en aquella sociedad mágica, no, si quería conservar intactas todas las restauraciones que había hecho hasta el momento; después de su explicación ella vaticino que algún día lo lograría, pero hoy sabia que en realidad era él quien cumpliría aquel deseo suyo, como siempre, aunque la manera, el precio... no era alto, sino inimaginable.

 

A dos pasos de su nieta, de sus dos pequeños y los elfos que vivían en el Castillo Lockhart, todos en silencio. Ella no dijo nada, no podía, pero sus familiares no necesitaban que lo hiciera para que advirtieran su presencia. No había llegado sola, la lealtad de Rubens y Merari a su amo Ishaya los había llevado a apostarse a las puertas de la habitación que el matrimonio compartía y a no separarse de la rubia hasta ese momento porque seguramente asi lo hubiera dispuesto el.

 

Había escuchado la pregunta de Mat y la respuesta de Bodrik, y ella pensaba que definitivamente el cielo no podía tener más agua, ¿Qué no bastaba con toda la que se estaba derramando a través de los ojos de quienes le quisieron y seguirían queriéndole? Comenzó andar, alcanzándolos y posándose entre Bodrik y Ezra, lo que la hizo reaccionar, lo que mantenía viva a la sacerdotisa sin que la oscuridad la apagara era la necesidad de Eirian al depender de ambos padres dada su especial naturaleza. La caminata se detuvo, el dorso de su nívea mano alcanzo a rozar la mejilla del bebe, quien la miraba con los mismos ojos de su padre, luego se agacho para besar la mejilla de Ezra, se levanto y deslizo la mano por la negra cabellera de Bodrik, de pronto hacia tanto frio, a pesar de la presencia de Matt, estaban tan solos… aunque adentro seguro habían muchas personas.

 

--Hay que entrar-- se escucho decir con una voz que no parecía la suya y tras un suspiro que no sabía si le devolvía el aliento o terminaba de dejarla sin aire sus pies se movieron hacia la entra y luego hacia el interior de la mansión. Los elfos de su cuñada se apresuraron para decirle qué camino seguir, pero Cye solo levanto la mano evitándolos, no hacía falta, el camino estaba identificado por la energía que fluía de las personas y especialmente de las sacerdotisas que habían allí, de su sobrina, de su cuñada, de Antara.

[Darla G Dumbledore]

Caminó por los pasillos de la Potter Black, tomada de la mano de su prometido, hubiera deseado tanto que fuera en otras circunstancias el poder mostrarle el lugar, aunque no podía negar que apenas reconocía el mismo, sabía a dónde debía ir solo porque Sagitas le había dicho que habían mantenido el orden. Ella había elegido siempre el ala más alejada, hacia el este, donde podía ver nacer el sol, aunque siempre escapaba en las tardes a las torres del oeste para ver cómo se escondía tras los árboles del bosque de la mansión. Se sorprendió de recordar eso, que la mansión tenía un bosque y un lago que los rodeaban, que había jugado con el cancerbero de Alfie, eso cuando no la estaba arrastrando fuera del peligro de un enfrentamiento entre aurores y mortífagos.

 

--Aquí estamos --pronunció, podía sentir que los hechizos estaban, a pesar de todo, intactos, la magia que había utilizado, la de la O.O era más poderosa de lo que recordaba, de hecho poco recordaba, ante los demás.

 

Soltó unos segundos la mano de Seba y su palma se posó sobre la puerta mientras sostenía en la otra su varita, dibujando algunas florituras y pronunciando en voz baja unos antiguos conjuros. El sonido de la puerta al destrabarse fue claro y pocos segundos después volvía a tomar de la mano a Seba tras girar el pomo de la misma para ingresar.

 

--Ven, no te asustes, la magia la mantiene pero no sé si intacta o limpia al cien por cien... lumos... --la luz le alcanzó a iluminar bastante del lugar, la cómoda la cama con las mesitas a ambos lados, una silla frente a un escritorio donde las ventanas estaban cerradas. Giró e hizo el intento para ver si la luz del lugar funcionaba, pestañeó cegada por la luz, a ella siempre le habían gustado blanca, fría, pero blanca.

 

--Auch --susurró mientras sus ojos se habituaban al brusco cambio --nox --el lugar estaba tal cual, celeste y rosa el cobertor, recordó que le había lanzado a todo un hechizo protector contra el polvillo y las arañas. Claro que nunca supo qué tan eficaz era ante las destrucciones y reconstrucciones que había en el lugar, solo el piso mostraba una fina capaz blanca, más de escombros de paredes descascaradas y vueltas a pintar que de tierra y suciedad --por estos detalles amo la magia --murmuró y volviéndose hacia Seba le dijo con voz tierna --bienvenido a la habitación de mi primer hogar... nuestra habitación si alguna vez quieres probar a que solo tomemos chocolatada y nos ataquen furibundos magos del pasado, del presente o algún día seguro anda rondando alguno del futuro.

 

Lo bueno de hacer esas bromas y de poder mostrarle el lugar mientras buscaba un pequeño cofre con algunos recuerdos es que, a pesar de todo, podía distenderse, dejar que las lágrimas se recuperasen y que los ojos no lucieran tan rojos como si estuviera convertida en vampiro a toda hora. Aún podía sentir abajo el sonido de la puerta abriéndose y cerrándose sin parar, ilógico no dejarla permanentemente abierta ya que hoy más que nunca todos eran bienvenidos y acogidos en ese hogar hasta el viaje definitivo del paladín a su eterno hogar.

 

@@Seba Granger

Editado 6 de Enero del 2019 por Darla Potter Black

[Xell Vladimir Potter Black]

Aquella mujer que estaba junto a la Abuela Antara utilizó mi nombre. Reconocía que el tío Ishaya, su hermano, siempre reía.

 

- ¡Hola, tía! - respondí con amabilidad, todo lo que pude en aquel momento tan triste en el que sólo quería llorar por él. Me alegraba conocer a nuevos familiares aunque no por el motivo que nos unía. Sagitas confirmó nuestro parentesco y dijo que él era francés. Eso no lo sabía, me di cuenta que no sabía muchas cosas de él, excepto las vivencias en aquel bando que compartimos durante un instante breve de nuestra vida.

 

Las tías Hayame y Ash también llegaron y se pusieron al lado de Antara. Era bonito ver a tantos hijos a sus pies. No, perdón, no era bonito. Era triste.Llegaban más familiares, entre ellos reconocí a Seba, el novio de la prima Darla y recordé la noticia que me había dado en la fiesta de la Gala; tal vez sería un buen momento para anunciarlo aunque era un tema que no me pertenecía.

 

Sentí que Sagis pedía que cuidaran de la prima Bo, que estaba fuera, sin atreverse a entrar. Me levanté para acercarme, pues noté que Sagitas y Helike se iban hacia las cocinas a hablar. Entró una muchacha y se paró junto a las fotos de Adriano, hablándoles de cosas que sólo él entendería, supongo... Sacó la varita y me asusté pero sólo dibujaba formas de unicornios rosados en la mansión. Supe enseguida que, de alguna manera, eso la identificaba con el tío Ishaya. Era muy de él.

 

También aparecieron unas mariposas negras, de luto, que entendí que era un mensaje de dolor para la famlia. Mucha gente entraba y se iba o sólo se quedaba en el exterior pero era una forma de transmitir su pesar por el fallecimiento. Así, llegó un patronus en forma de lobo ártico, parecido a Fenrir. Me sobresalté porque sabía de quien era.

 

- ¡Tío Wild!

 

Se sentó junto a la abuela, busqué a la tía Sagitas para comprobar que lo había visto pero estaba fuera. Tenía que contárselo... Pero pasó el primo Matt y dijo que deberíamos ir a ver a la prima Bodrik y asentí porque tenía razón.

 

Tama entró y me sorprendió que llorara, aunque el Tío Ishaya era muy conocido así que era fácil que se hubieran conocido en algún momento. Otra vez todo lo que no conocía de mi tío...Mucha gente desconocida entraba y salía. Era lógico, la Tía Sagitas había dicho que las puertas estuvieran abiertas para todos los que quisieran entrar al velatorio.

 

Eran muchos los que entraban pero quien me hizo saltar fue la tía Cye. Entraba con Bo y los niños. Parecía no mirar a nadie. Me acerqué a ella.

 

- ¡Tía Cye! Te acompaño en el sentimiento.

 

No pude decir nada más porque las lágrimas brotaron como fuentes en mis ojos azules. Me abracé con fuerza, para que notara mi cariño, para que supiera que siempre estaría a su lado.

[Jeremy Triviani]

El vampiro se vistió con una camisa, pantalones de vestir y zapatos brillosos completamente de negro como su estado de ánimo. A pesar de que amaba ese color. También entendía que representaba todo lo negativo de las cosas. Ese día noticias de aquel color habían llegado a la familia. Un familiar había muerto. No del todo en los recuerdos, pero si físicamente. Ishaya Triviani se había adelantado en la aventura.

 

Jeremy lo había conocido como profesor de Hogwarts, luego como AR de la Marca Tenebrosa y más tarde como familiar directo por parte de su madre. Un excelente mago que la comunidad mágica extrañaría. No habría otro igual. La realidad nunca dejaba de sorprenderlo con sus golpes brutales. Pero hoy iba hacia allí a presentar sus respetos y despedirse.

 

El camino hacia la mansión Potter Black jamás lo había hecho. No hacía falta que supiera el camino. Más podía verse desde lejos la Marca Tenebrosa flotando sobre la inmensa estructura, bañando con luz verdosa todo a su alrededor. Era una visión hermosa aunque la ocasión no lo era. No le sorprendió que las defensas estuvieran todas levantadas por ese día.

 

Era un día triste para todos. Una especie de paréntesis en sus quehaceres diarios. El rubio se quedó allí a un costado de la puerta, esperando a los demás Triviani y a su novia, para ingresar todos juntos a despedirse respetuosamente. Lo harían por él.

 

@@Candela Triviani @ @ @

Editado 6 de Enero del 2019 por Jeremy Askar Triviani

[Matt Blackner]

Según me dijo Bodrik, más qeu lluvia, ahora mismo parecía que nevaría. Tampoco me extrañaba, dada en la fecha que estábamos. Uno de los niños que la acompañaba parecía un poco confuso. Nunca había estado en la PB, asi qeu era normal...

 

Al final, ella misma se decidió a entrar, como si algo la llamara a ello. Muchos llegaban a la mansión hoy, y por distintos métodos, como si de cierta manera cada uno encontrara la fuerza para ir.

 

Con las manos en los bolsillos, comencé a caminar por los terrenos de la mansión, en dirección a la parte de atrás, buscando la puerta de las cocinas. No...no era una persona de grandes multitudes, la misma boda lo habia demostrado. Además...supongo que cada uno vive las pérdidas a su manera, y yo prefería mantener la mente ocupada, y no estar alli, sin saber qeu hacer o que decir a los demás, aunqeu fueran familia....no se me daban bien esas situaciones. Iría a la cocina, y comprobaría con Harpo que la comida y la bebida estaba en orden.

 

Fue ahí, en la puerta trasera de las cocinas, donde me encontré hablando a @ y Sagitas.

- Pero... dela ceremonia y sus preparativos supongo qeu debería ocuparse la tía Cye...no? - pregunté, ya que Helike preguntaba a Sagis acerca de todo aquello, incluso ofreciéndole ayuda.

 

POco a poco, cada día, iban llevándose mejor, algo que me alegraba. Pasé a la cocina, junto a las dos, y sonreí levemente.

- No deja de llegar gente. Además...ha llegado Cye.