El Día de la Ira

[Xell Vladimir Potter Black]

No había sido buena idea salir del contenedor de basura en el que me había escondido. Los soldados paseaban de arriba a abajo por toda la Plaza de Grimauld, buscando hasta debajo de las piedras, enseñando algo a los vecinos quienes, nerviosos, parecían negar sus preguntas. No era buena idea permanecer en el área. Aunque sabía que nadie podría entrar en el Cuartel, zona segura para todos por el fabuloso hechizo que los LT y el líder mantenían activo, pues son grandes, nadie podía entrar en la plaza y menos aparecerse ante el lugar que debiera estar el número 12 y que éste apareciera, con sus escaleritas y su puerta robusta. Que ellos sean omnipotentes no significa que los muggles seas ciegos y no vean que alguien se aparece en la calle y sube escalones a un lugar que no existe y desaparece. Hay que ser realistas y reconocer que Grimauld (con "d") Place no era un lugar seguro, tal como le había anunciado a mi primo Elvis y a Mackenzie.

 

Sí, la idea de permanecer allá era cada vez más idi***, pues allá iba a caer en sus manos de un momento a otro. A saber cuanto tardarían en pillarme. Además, me sentía sucia, muy sucia, por estar en Grimauld Place y esa sensación era algo que tardaría en irse, si es que si iba alguna vez. Sentía cierto asco de permanecer allá así que era mejor iniciar la retirada. Si Elvis o Mackenzie me contestaban, me llegaría en cualquier lugar que estuviera.

 

Me fui acercando a la moto de Babila, con sumo cuidado. Me monté y el manillar era enorme, aquella moto era muy grande, a pesar que yo era altirucha. Apenas toqué el contacto, la moto se encendió; se había dejado las llaves puestas y nadie la había robado (bueno, mejor dicho, yo sí) Me fijé entonces que un par de soldados se fijaban en mí, miraban de nuevo aquello que llevaban en las manos y echaban a correr hacia mí. Aceleré y escapé.

 

A tiempo, la moto mágica de Babila se elevó y desapareció al instante. Lo malo es que apenas llegaba a controlarla. Creo que aquella mágica tenía puesto el piloto automático porque llegué a la mansión Potter Black. Fue un gran alivio ver la mansión y que la moto aterrizara suavemente a la entrada. Debía estar bien enseñada por Babi.

 

Al menos, podría ducharme. Noté que había gente en la salita y me asomé. Era @@Matt Blackner, quien preguntaba por los niños.

 

- ¡Hola primo! ¿Has visto la nota de Babila? La tía Sagitas está en el Circo. Hemos tenido un...

 

En aquel instante, noté un calorcito en el bolsillo. Metí la mano y noté una moneda en él. Estaba segura que antes no estaba allá. La saqué, era dorada y en el borde había una dirección. Comprendí que el primo @ era el autor y supe a dónde ir.

 

- ¡Por fin! - exclamé, feliz de tener una dirección a donde ir. - Primo, tengo que irme. Me doy una ducha rápida, me cambio de ropa y me voy. ¡Ah! Los niños deben de estar en la biblioteca. Antes de irme a la mañana les dejé con varios elfos para que les leyeran libros y juguetearan un poco.

 

Apenas tardé en lavarme con mucho jabón, ponerme una ropa cómoda y caliente (recordaba que habían hablado de Polonia) , en adecentar mi pelo... Al final, en menos de quince minutos parecía una chica nueva, nada sucia ni maloliente. Apreté la moneda en la mano. Intuía que era un traslador pero las protecciones de la Potter Black no permitía que se activara.

 

- ¡Adiós, primo Matt! - grité desde la escalera y salí corriendo de la mansión, crucé por las escaleras y llegué a la verja exterior. Allá miré de nuevo la moneda y... ¡Brillaba!

 

El traslador funcionó. Cuando el viaje instantáneo cesó, abrí los ojos, segura de contemplar un paisaje nevado, algún árbol blanco por la nieve en sus ramas, caminos cubiertos también de ella.. Totalmente incierto. Era un interior, era una escena de batalla y un montón de cunas que desaparecían por portales, mientras el primo Elvis y varios compañeros luchan por traspasarlos a lugares seguros.

 

- ¡Primo Elvis! ¡Gracias! ¿En qué te ayudo? - El resto de preguntas y respuestas debieran esperar a un momento más adecuado.- ¡Oh, primo, espera! ¿Por qué no llevamos a los bebés a mi Guardería de Ottery, "El Hipogrifo asustado"? El personal está capacitado para atender niños desde 0 meses hasta los 6 años. Y muy acostumbrados a cambiar pañales y dar biberones a multitud de bebés.

 

Era una sugerencia lógica. ¿Cómo no se me había ocurrido cuando lo habíamos hablado en Grimmauld Place, aquella mañana? Parecía que había pasado mucho más tiempo desde nuestra charla.

[Malum Luxure]

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La situación era un poco extraña entre el canciller @ y yo, cuando se sumo la ministra me puse un poco colorada, no dudaba que mi hermana podría entender cualquier cosa pero me conocía bien y no pensaría mal de mi.

 

-Por favor únete a nosotros.- Le pedí a la castaña con una sonrisa algo ida por las bebidas que había degustado antes de su llegada.

 

Ella siempre una dama educada y tierna, yo admiraba a @@Ada Camille Dumbledore ademas de mi cariño fraternal hacia su persona no quería que se sintiera incomoda o que su privacidad invadida. Lo que menos quería era dañar lo que habiamos conseguido avanzar.

 

-El señor canciller solo vino a asegurarse que estamos cómodas y seguras.- Solté una risita divertida.

 

En ese momento le llego un presente y eso me dio curiosidad pensé que seria de un admirador o incluso de su pretendiente y mi amigo @ luego le preguntaría, era justo que él se disculpara por salir de manera impulsiva como siempre, me fastidiaba eso muchas veces pero lo dejaría pasar por ahora.

 

-Seguro él no enseñara cosas de su país que nadie mas podría.- Le mire de forma picara

 

Mi hermana salio a recibir a @@Danny Lestrange pues reconocí su voz al instante, mi hermano trabajaría para nosotros de una forma que no podía revelar también esperábamos a @ como representante de Egipto...mas aliados, mas acción, eso significaba no perder el enfoque pero bueno un poco tarde para eso...me enrosque en el sofá esperando el próximo movimiento del caballero

 

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[Eterno Black Triviani]

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Mientras el Canciller se encontraba muy bien acompañado por la Consejera @Lady Luxure Grindelward noto que su hermana se retira dejándonos solos bajo esa música que estaba acorde con la ocasión, sin mucho que decir, sus pies se empezaron a mover al ritmo de aquella tonada la que se convirtio en una balada de un artista conocido muggle, el cual estaba de moda en ese año. Este dejó su copa a un lado e invitó con un mano a la chica, tomando su mano de ella con gentileza e indicarle con un movimiento de cabeza

 

- Bailas ? .-

 

No entendía porque, quizás el champagne tan delicado de cuerpo pero delicioso le ayudo de alguna manera a animarse a realizar esa acción.

Al estar el medio de pie observa mejor a la joven y se queda más encantado con ella se lo que ya estaba por tan bonita sonrisa que tenía.

 

-Lady , déjeme decirle... Que es usted una mujer muy hermosa y encantadora... En estos momentos su grata compañía me ha maravillado y sin querer estamos en está ocasión pasándola tan bien, bueno en mi caso lo estoy pasando con usted muy pero muy bien y está haciendo que... .-

 

Lleva las manos de la joven Luxure a besarlas para acariciarlas con sus dedos y seguro el movimiento para darle una vuelta sencilla en su mismo lugar sonriéndole; ella como pluma se deslizaba en cada ir y venir que el ojiazulverdoso le guiaba.

 

No supo cuánto tiempo estuvieron bailando aunque el ritmo era otro, seguían ello en sus pensamientos con el ritmo de la balada, él galante la llevaba por todo el lugar mientras le sujetaba con la otra mano su cintura.

Veía que su acompañante sonreia y se le notaba también disfrutar de este momento que era de los dos. El la tomo de la cintura en un momento con ambas manos y acerco su rostro a la de ella y le proporcionó un medio beso sobre sus labios, lo cuáles eran muy suaves y quedó con las ganas de darle otro más.

Se le quedó mirando muy cerquita esos labios, y se turnaba a mirar sus finos ojos que cuya mirada que ella le daba era muy tierna.

Editado 11 de Julio del 2020 por -Eterno Black Triviani

[Malum Luxure]

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Mi hermana se había marchado, dejándonos solos a el canciller y a mi en la habitación, la música había empezado a sonar de una manera armoniosa, invitando a los cuerpos a moverse lentamente, desde mi sofá miraba al hombre con ojos gatunos, el movimiento de su cuerpo era sumamente atrayente o quizá era el alcohol que estaba llenando mis sentidos...con un gesto amable me invitó a bailar con él aquella pieza.

 

-Sería un honor bailar con usted.- Acepte tomando su mano y notando lo cálida que se sentía enlazada a la mía.

 

Nos movíamos con calma, mientras en mis labios una dulce sonrisa que no podía ocultar, nos perdimos el uno en otro, en ese momento no importaba la política, la caída del mundo mágico, la dichosa cura...solo nosotros y el latido de nuestros corazones, sus palabras sinceras alentaron las emociones que había despertado, cuando besó mis manos en esa acción tan dulce no pude evitar sonrojarme, hacia tiempo que nadie tenía algún detalle conmigo y se sintió tan bien. Él guiaba mis pasos como un experto y en sus brazos me sentía como si no tuviera peso alguno, podría decir que era como volar en las notas de la melodía.

 

-Déjame decirte que yo también lo estoy pasando muy bien...ya que tú me llamas por mi nombre como desearías que te llamara? Por señor canciller es muy formal.- Respondí suavemente a sus palabras.

 

Él me hizo girar y con cada paso recorríamos la habitación, perdidos en nuestros ojos, en lo maravilloso del momento, cuando sus manos tomaron mi cintura con seguridad las mías abrazaron su cuello automáticamente...entonces sucedió algo que pensé que no pasaría...sus labios tocaron los míos en un beso media luna tan delicado como el toque de las alas de una mariposa, me quedé sin aliento. Sin duda quería más, su mirada preciosa me indicaba con su movimiento que al parecer deseaba lo mismo...me deje llevar sin pensar demasiado, esta vez fui yo quien tomo la iniciativa enredando los dedos en su suave y oscuro cabello, lleve mi boca a la suya en un asalto entre delicado y pasional...un beso más profundo que no sabia que necesitaba hasta ese momento, cerré mis ojos rubi esperando que él lo disfrutara tanto como yo.

 

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[Eterno Black Triviani]

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Sin lugar a dudas ese momento estaba volviéndose muy memorable y bueno en toda medida, sentía que su corazón de lo más tranquilo que se encontraba había pasado de 100 a poco mas 180 latidos por minuto, mientras esos labios pegados a los suyos gesticulando y jugando intensamente para acariciar sus caderas y tomar su espalda acomodándose mejor en aquel sillón mientras lentamente la luz del lugar disminuía cómo si la habitación conocieran cuáles eran las intenciones.

 

Su respiración continuaba agitada y ni por recordaba bien si esto era un sueño y simplemente era una realidad maravillosa.

Alejo sus labios momentáneamente para respirar y volver a juntarlos cambiando de lugar su mirada, motandola a ella con sus ojos cerrados esperando continuar la situación la cual estaba aconteciendo.

 

Sentía que olía a Rosas Silvestres con Jasmine tan divino aroma que se mezclaba con un toquecito de miel y la fragancia de la canela la cual le daba el picor y el dulzor característico que la chica tenía. Esto se le grabó en su pensamiento y dejó fluir, mientras música ya no le resultaba nada importante.

 

 

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@@Lady Luxure Grindelwald

[Sophie Elizabeth Granger]

De pronto alguien mas hizo su aparición, no estaba segura quien era, le era desconocida totalmente pero si le había llamado primo a su primo, entonces tenia sangre Gryffindor, y por lo tanto era también su pariente y por lo tanto digna de confianza, por lo menos para ella. Supuso que era la dueña del patronus que había llegado unos segundos atrás, cuando lo escucho pensó en alguien no Ingles pues había pronunciado mal la calle donde estaba el Cuartel aunque escuchándola hablar con Elvis no le parecía extranjera. Se encogió de hombros y pensó en si aquella guardería suya sería segura, el nombre le resultaba familiar y había descrito el lugar cual anuncio de publicidad muggle. De nuevo su mente le dijo, es una Gryffindor y una Fenixiana, por supuesto que debe ser seguro el lugar.

 

- ¿sabes usar los portales? Si es así manda a cuantos niños puedas a esa guardería tuya - dijo a la recien llegada mientras habría otro portal lo más grande que su poder mágico le permitia - Fulgura nox!! - lanzo el hechizo por segunda vez, bajo otro grupo de bebes, sabia que en su negocio los estaban recibiendo bien y eso le dio seguridad para empujar mas cunas al portal con una proyección mágica

 

- tenemos que apresurarnos antes de que alguien mas nos ataque - miro a su alrededor con ansiedad. Estaba segura que por lo menos la mitad de los bebes ya no estaban en la habitación, esperaba que mas.

 

@@Xell Vladimir Potter Black @Mackenzie Malfoy @Lunatica Lupin Evil Black @@Ellie Moody @

[Malum Luxure]

GUARDA GOLF HOTEL . Crans-Montana, SUIZA

 

La situación era muy comprometedora, estaba seguro que el alcohol nos había desinhibido bastante, me sentía flotar en sus brazos, los besos nos daban un momento solo para respirar y volver a unirlos con mas desesperación, es como si no pudiéramos estar el uno sin el otro en cierta manera.

 

-No has respondido...-Susurre en su oído.

 

Mi cuerpo fue arrastrado delicadamente al sofá mas largo de la habitación, todo en una placentera ensoñación, se suponía que nosotros deberíamos estar hablando de que íbamos a hacer con la "cura" pero no podría importarnos menos en este momento, La política por primera vez había traído algo bueno a mi vida al parecer. mi vestido se encontraba bastante desarreglado, al igual que mi roja melena, estaba segura que me encontraba irreconocible.

 

-Alguien te espera esta noche?.- Mi voz entrecortada por la agitación.

 

Pude sentir como olfateaba el aire, su licantropia era notoria en el color de sus ojos, por lo visto mi esencia de agradaba y eso era bueno...realmente el me agradaba mucho, a decir demasiado...no se si estaba lista para ver a donde nos llevaría esta historia pero lo intentaría de a poco.

 

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@

[Mael Blackfyre]

Hospital Hindenburg

 

En aquel momento tenía dos sensaciones a la vez, tan importantes y tan opuestas. Que estuviéramos sacando a todos los bebés de allí me aliviaba un poco todos los nervios y ansiedades que había juntado desde que había pasado todo eso. ¿Había sido antes de llegar a la mansión de Sagitas? Seguro que si. De segundo, ver que eran transportados a lugares seguros, y que de alguna manera, más varitas se sumaban a la causa, me tranquilizaba.

 

Pero que los portales estuvieran abiertos para los bebés, significaba que ante cualquier momento pudiera interrumpir cualquier persona, objeto o criatura y también atravesara aquellos Fulgura Nox, transformando los sitios seguros en totalmente peligrosos.

 

Teníamos que actuar rápido. Más rápido.

 

— ¡Xell! Que bueno verte, ¡Varita a la obra! —le dirigí una sonrisa pasando por su lado, notando que Zahil era quien la ponía al corriente. Mi prima Granger había tomado las riendas sobre el asunto y se sentía bien. Joan también estaba actuando llevando casi todos a la Madriguera. Podía reconocerlo a miles de millas de distancia. Por unos segundos dejé de transportar bebés y me cerqué a la entrada sellada mágicamente, con mi hipogrifo al lado como un buen protector.

 

A través de aquellos cristales de las puertas, pude ver afuera que algo se movía. No estaba seguro si era UN algo, tal vez más. Algo estaba ocurriendo, lo sentía en el aire. (Mi hipogrifo también, que no dejaba de desviar su mirada del pasillo y golpeaba el suelo con uno de sus cascos)

 

Xell, Joan, Zahil y yo nos encargamos de sacar a todos los bebés de allí. Si. Éramos pocos pero aquella media docena de personas (porque también estaba Mackenzie y Lunática) logramos trasladar a aquellos bebés a sitios seguros. Eran muchos lugares y cada uno de ellos era imposible llegar por cuenta propia. ¿Qué íbamos a hacer luego? ¿Cómo íbamos a localizar a sus padres? ¿Cómo íbamos a diferenciarlos entre muggles y mágicos? Ni sabíamos, pero de lo que estaba seguro era que el último bebé paso por el portal que acababa de crear Xell.

 

— Oigan …. —por segunda vez (ésta vez corriendo) me apoyé contra la puerta. Había ruidos de algo arrastrándose, gruñidos. Y los vi.

 

Inferis.

 

Abrí los ojos. No podía ser. Primero magos, luego Redentis, luego criaturas por todos lados y ahora Inferis. No llegaba a conectar ninguna de aquellas cosas a la vez. Me cansé. Les grité a las chicas. Claramente. No entendían tal vez que ahora los que estábamos en peligro éramos nosotros.

 

— ¡NOS VAMOS, YA YA! ¡No! —le dije especialmente a Zahil. ¿Había agarrado su varita? Claramente que la rubia estaba lista. Y yo también. Pero no iba a permitir que corriera nuevamente peligro si vida.

 

El hipogrifo se levantó sobre sus patas traseras y se lanzó hacia adelante, una vez que abrí aquellas puertas. En mi vida profesional había aprendido una cosa: que todos teníamos dos opciones. Luchar y enfrentar el problema. O lo que teníamos que hacer en ése momento, que era crear tiempo a favor y salir.

 

El hipogrifo chocó contra media docena de Inferis que de alguna manera habían llegado a aquel pasillo. Los primeros cuatro cayeron contra el suelo (y uno salió despedido por la ventana) pero dos de ellos se aferraron a la criatura que emitió un grito cuando éstos empezaron a engullirlo. Había sido creado para eso. Mi respiración se agitó, al igual que mi corazón (y mi herida maldita ¿cuándo se iba a terminar ése dolor?) Miré de reojo, juraba a todos los dioses que cualquiera de las chicas que se atreviera a poner un pie al lado mio, la iba a desmayar y a sacarla de los pelos. Apunté mi varita hacia adelante e hice lo primero y único que se me ocurrió. Había ganado unos segundos de tiempo. Necesitaba un poco más:

 

— ¡¡¡DEPRIMO!!! —el rayo explotó desde la punta de mi varita a ése pasillo. El suelo y ambas paredes laterales se hundieron como si un gran dedo de un gigante hubiera metido su mano en una enorme masa. Con aquel descenso, se vieron afectados el hipogrifo moribundo y los Inferis que claramente querían llegar a nosotros. Cayeron al piso de abajo entre ruidos, golpes, tierra y los caños de aire acondicionado que despedían vapor por todos lados. Estábamos a salvo solo por unos segundos—. ¡Vamos, vamos, vamos! ¡Ahora!

 

Había sido una orden. Si, estaba tomando el liderato de aquel grupo porque mi rango me lo permitía. Me alejé de aquella entrada (que a centímetros el suelo había desaparecido) y estiré una mano cuando llegué entre todas ellas. Nos íbamos todos de allí a uno de aquellos lugares seguros.

 

Todos.

 

@@Mackenzie Malfoy @ @ @ @@Xell Vladimir Potter Black

[Zoella Triviani]

Cloth Fair Square.

Iglesia de Saint Bartholomew.

Horas después de los acontecimientos.

Escuchar la contestación y el porqué del ataque hizo reír a la bruja, quien quizás en algún otro momento de su vida se hubiera enternecido por las palabras del Linmer. Tomó su sombrero y lo colocó nuevamente sobre su larga peluca. Asintió lentamente y mordió su labio, siendo consciente de la mirada del castaño sobre cada acción de su cuerpo.

 

- No hay excusa para perdonar aquella traición. Somos colegas nada más, colegas que de vez en cuando se alían pero no debo de introducirte en todos mis negocios. conservo algo de libertad todavía - refutó, mientas a su mente llegaban las memorias donde fue por largos años propiedad de alguien, sin libertad de hacer y deshacer a su antojo. Frunció el ceño y negó con suavidad para seguir escuchando la nueva oferta lanzada.

 

- Se en que negocios llamarte y en cuáles no. Y creo que lo dejé muy en claro durante la búsqueda de los fragmentos - contestó la calva antes de que él siguiera hablando. Las siguientes palabras lograron por más captar su atención. El antigen sería un arma letal en las manos mortifagas, y para suerte de ello la mujer pertenecía a dicho bando. Alzó una ceja atenta a cada palabra, manteniendo el silencio para dejarlo hablar.

 

- En el mercado negro no hay ningún antigen por ahora, me lo hubieran informado - contestó, mientras se levantaba de la silla. Debía de hacer un par de llamadas urgentes. Tomó la orilla de la puerta mientras le daba la espalda al mago.

 

- Lo pensaré - contesté, para luego observarle por sobre mi hombro - Te llamaré cuando te tenga una respuesta. Ahora, necesito buscar a mis hijas - respondí para desactivar el anillo Uzza - Muchas gracias por escucharme, padre - me despedí para caminar hasta la salida de la Iglesia y desaparecer nuevamente por el callejón donde anteriormente había llegado.

 

@@Sean -Ojo Loco- Linmer

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Sean despidiendo a Zoella.

 

En serio Zoella pensaba eso? que yo queria limitarla de alguna forma. Sabia de sus pasos y lo buena que era en la clase de negocios turbios que nos manejabamos. Y mi llamada de atencion era para que me tomara en cuenta, no para obligarla a negocios juntos. De hecho ahora mismo era yo el que hacia lo propio. Consultaba con ella una propuesta de negocio, si aceptaba bien, sino ya me las arreglarias. O sea ya lo hacia antes de ella y mal no me habia ido.

 

-Creeme si algo valoro de ti el la libertad con la que te desenvuelve. De hecho por eso a veces pido tu colaboracion. -me recoste sin dejar de mirar para su escote...gajes del oficio y vicios de uno.- Se que soy genial en mis planes pero para nada me encasillo en ellos. Y una mente privilegiada y original como la tuya siempre da aire fresco a un buen plan.

 

Podria decirse que el estaba dorando la pildora a la Triviani, pero para nada. En este mundo habiamos sido casi de todo, rivales, colegas...ambas cosas al mismo tiempo, paciente y doctor..etc. Por lo que sabia lo que podia ofrecer la calva con peluca. Por lo que senti mi fragilidad de ego romperse cuando no me tuvo en cuenta. Casi y como ratero de segunda. Y yo era un cerdo decente...digo..un ladron. Por suerte mis palabras hicieron que la conversacion derivara a temas mas agradables. Y claro sus palabras confirmaron olo que ya sabia.

 

-Si..en el mercado negro no hay uno...por ahora. No lo hemos robado aun no???. -evidentemente la idea era ser nosotros los proveedores..unicos...de dicho antigen. -Pero si he oido rumores...y si el rio suena es porque piedras lleva. Ademas dudo que los muggles intentaran algo sin antes tener un as bajo la manga. -Dije mientras ella tomaba la salida.

 

Era algo que ya habia pensado. La magia de por si nos daba ventaja a los seres magicos..asi que tendrian primero que equilibrar la balanza. Ademas, estaba el ataque que habiamos sufriudo no hace mucho...al menos un tranuilizante muy poderoso habian creado..porque no creo que ni un Filtro de los Muertos pudiera hacer dormir en tan corto tiempo a Sagitas. Por suerte entre un bluff y medias verdades habia tenido un "lo pensare" eso sin duda era algo. Pues conociendola como creia hacerlo eso era casi un trato.

 

-Ya sabes donde localizarme. -sonrei mientras hacia con mi mano una señal de un cruz para absorverla de sus pecados. Para que despues se fuera. Sonre emocionado ante esta propuesta y rapidamente hice pasar a la siguiente a confesarse. Sin duda este escenario era bien bueno para hacer negocios.

 

@@Zoella Triviani