Jump to content

El Día de la Amnistía


Nate Weasley
 Compartir

Publicaciones recomendadas

Era reportero (¿O espía?), la curiosidad era inevitable en el muchacho por lo que obviamente espera a que termine la conferencia de los mandatarios y a que toda la gente se retire del salón. Era su oportunidad, armado con su cámara y grabadora, el chico sale detrás de la mujer y su acompañante. Los sigue furtivamente, tal cual lo haría un felino y así se da cuenta de que entran al bar del hotel.

"Excelente"

Murmura y camina entre las mesas ocupadas por personas que comían y conversaban de temas variados. Quizá era una suerte su sordera, pues no le distraía ninguna conversación ajena a la de aquellos dos a quienes se había dispuesto a perseguir. Encontrarlos no era difícil, y una vez logrado el muchacho se encamina hacia ellos.

Sin embargo pronto se detiene al ver qué alguien más se acerca primero, al parecer se trataba de otro reportero que seguramente querría una entrevista para pasarla a través de su noticiero. Lo que Danny jamás se imaginaba era que aquel mago sacará su varita para... ¡Explotar la mesa en la que disfrutaban de sus bebida! El chico se cubre la boca retrocediendo un par de pasos. Debido a que se encontraba bastante cerca, una astilla de madera había salido volando hiriéndole un brazo. El joven se agacha cubriéndose el rostro con ambos brazos.

El griterío no se hace esperar, gente corría aterrorizada hacia la salida tirando sillas y mesas a su paso. Luego Danny se descubre el rostro y lo que mira a continuación lo deja atónito. Aquellas dos personas yacían sin vida a causa de las heridas provocadas por la destrucción de la mesa. Del mago que provocara aquello no había quedado ni rastro.


"Ah..."

Se queja un poco por el ardor de la herida mientras camina hacia la pareja, encontrándose heridos a su alrededor. No había sido tan grave para aquellos pero igual ayuda a algunos a salir del suelo en el que estaban tirados para que pudieran alejarse. Danny hace un par de tomas más. Estaba mal, quizá, tomar una fotografía del aspecto que tenían ambos pero lo hace igual. Luego mira a su alrededor y sale al ver que la ambulancia acababa de llegar. No quería someterse a interrogatorios y desaparece de ahí. Aquella sería una nota trágica, pero excelente para divulgarla en la estación. Y así lo hace, además de redactar algunos folletos que deja repartidos a las puertas de algunos locales del callejón. Daba lo mismo. Escritos anónimos donde Danny transmitía su rechazo a la guerra como si fuese grupos de niños jugando a competir por quién era el más fuerte de los dos.
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Tessa Brouwer

Secretaria de la Delegación Belga – ex miembro del clan Akane.

 

Tessa no estaba para nada feliz con el resultado de la reunión en la ONU pero era algo que habían temido pudiera suceder. La joven secretaria se había retirado luego de dejar las prolijas notas para el Cónsul. No necesitaba llevarse copia de las notas, su memoria era prodigiosa, como la de las mayorías de su clase.

 

Su misión sin embargo no había concluido, por eso había averiguado dónde se hospedaba la Secretaria General de la ONU, al igual que de los demás representantes “hostiles” presentes en la reunión. Tess se encaminó hacia el hotel para luego ir al bar, llevaba sus cabellos sueltos, su varita oculta en su cartera y todo el aspecto de una no maj común y corriente tras salir del trabajo.

 

Eligió una mesa no tan alejada de la barra cuando por fin la ubicó, pidió un Martini y se dedicó a observar y a escuchar desde donde estaba. Definitivamente, a esas alturas, comenzaba a sospechar que su elección había sido más que incorrecta. Aburrida sacó una libretita de su cartera junto con un lápiz, todos elementos muggles, para disimular. Abrió la libreta y comenzó a dibujar con fingido desinterés. Los detalles del local se iban definiendo pero sobre todo las dos personas que charlaban en la barra. ¿Saldría algo útil de todo esto?

 

De pronto la rubia levanto la vista, podía sentir la presencia de un inmortal cerca, discretamente giró libreta en mano, como si buscara nuevas imágenes para reflejar en el papel. Inclinó la cabeza, ¿cómo no había sentido antes la presencia de aquel reportero en la ONU? Inclinó la cabeza, guardó la libreta en su cartera y dejó unos cuantos dólares sobre la mesa con su bebida sin terminar, poniéndose de pie con la intención de detenerle, pero ya era demasiado tarde.

 

Salvaguarda Mágica pensó la bruja mientras hacía desaparecer su cartera y en su lugar quedaba solo su varita. Maldita sea, ¿qué demonios creía que hacía? Si la reunión había sido un fracaso para sus planes lo que el idi*** aquel había hecho sería el sello de sangre para todos. Tess no pudo más que ver volar por los aires a los dos funcionarios mientras el vampiro que los había matado parecía disfrutar de jugar el papel que había realizado.

 

—Maldito idi*** ¿Qué has hecho? —gruñó apoyando su mano libre sobre el hombro del mago jugando a ser dios sobre los cadáveres de Amanda Hookstraten y Roman Jones. La furia se había apoderado de la vampiresa, no había solución pacífica posible de ahora en más. Sus ojos se clavaron tanto como sus dedos en el hombro de aquel hombre los flashes se sintieron a su espalda antes que ella decidiera desaparecerse. Ya no importaba si era descubierta, su fachada no servía de nada si no podían mantener la paz.

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

- Volveremos juntos de Londres, ¿verdad? Tendría que comprar un par de pergaminos por Diagón, pero seguro los termine robando del Ministerio.

 

El aroma a café recién hecho era moneda corriente para las mañanas tranquilas en la Manor. Como si fuera un pequeño ritual sólo para dos, Gatiux y Orión compartían un pedacito de normalidad antes de partir a su primer día de trabajo en el Ministerio. Ella como desmemorizadora, él como inefable. De alguna manera, los dos se habían puesto de acuerdo en que esa era la mejor forma de volver a la normalidad luego del rapto mutuo.

 

Irónico, porque la coyuntura los estaba por embestir como Erumpent en celo.

 

Así, casi sin darse cuenta, Orión levantó la mirada para la ventana que daba al jardín. Se quitó las gafas de lectura y entrecerró sus ojos. No entendía que estaba viendo. Era como un grupo de gente uniformada, con dispositivos oscuros en sus manos. Cascos, chalecos y vehículos que desafiaban cualquier realidad mágica tanto de Gatiux y Orión. No es que él no conociera un arma, o una camioneta de asalto. Sino que, era muy surreal ver todo un pelotón frente a la precaria fuente.

 

Se levantó con cautela y le indicó con la cabeza a Gatiux para que analizara la misma situación.

 

- TENEMOS UNA ORDEN INTERNACIONAL DE ALLANAMIENTO EXPEDIDA POR LA ONU. LES PEDIMOS POR FAVOR QUE SALGAN CON LAS MANOS EN ALTO. SOMOS EL EJÉRCITO DE LA OTAN.

 

Acto seguido, la misma voz pero en francés.

 

- Te juro que yo no fui. -Orión soltó como quien no quiere la cosa.

 

La OTAN no había esperado ni siquiera el voto de Naciones Unidas que ya estaba desplegando operativos en varias casas de Ottery. Orión nunca se hubiese imaginado en esa posición. Vamos, que la Manor se podía pasar por alto sin problemas en comparación de las mansiones de la zona.

 

Se puso el saco de invierno sobre la camisa blanca y pasó de la cocina a la puerta de la sala de estar. Abrió con cuidado. Acceder a esa demanda era lo más sensato que se le ocurrió. Todavía no recuperaba sus fuerzas y… bueno, no era la primera vez que tenían que improvisar alguna estupidez para salir con la suya. Era casi su trabajo a tiempo completo, mentir sobre su identidad, ¿qué le haría una mancha más al tigre?

Abrió despacio y asomó la cabeza por la abertura. La primera línea cargó sus rifles y lo apuntó descaradamente. El Yaxley mordió su labio. Toda la situación le parecía una comedia griega. Quería reir. Pero sabía que si lo hacía, bueno, lo llenaban de plomo.

 

- ¡Buen diiiiia! ¿Cómo les va señoras y señores de la…?

 

- OTAN. LAS MANOS EN ALTO –dijo el tipo con el megáfono. Orión se aturdió y obedeció.

 

- Llegan justo para el desayuno, ¿gustan pasar por una taza de té? –sonrió lo más forzado que pudo.

QlJxtuG.png
3wkkc9v.gif

ZREaNtC.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Gatiux sonrió mientras mordisqueaba una tostada de pan de centeno con tomate y sal. Asentía al plan de Orión sobre ir juntos a comprar pergaminos al Callejón Diagón. ¡Diablos! Estaba deseando pisar aquella calle luminosa y mirar sus variopintos escaparates, quizás idearía algún plan para escaparse antes del trabajo e ir a buscar a Orión antes de tiempo, aduciendo que se encontraba fatal y que necesitaba que le llevara a casa. Bebió un trago de zumo de naranja.

 

Para volver a la normalidad habían decidido de mutuo acuerdo que volverían a trabajar en el Ministerio. Y para sentirse ella misma también debía acostumbrarse a su antigua ropa, aquellos vestidos entallados en la cintura y con falda de vuelo tan típicos de Gatiux. Y los tacones, por supuesto. Orión miraba por la ventana de la cocina mientras ella se limpiaba la boca con la servilleta. Debía estar viendo algo muy interesante, porque se levantó para verlo más de cerca. Lo mataría si le decía algo sobre las flores y su cancerbero. El hombre le hizo un gesto para que ella también se acercara.

 

- Pero qué demonios...

 

Era como una de aquellas películas muggles, solo que en el jardín delantero de su casa. No faltaba detalle: soldados de uniforme con armas de asaltos, gente bajándose de coches verde militar y gritándose unos a otros para tomar posición frente a la casa. El que mandaba sobre aquel grupo gritó que salieran con las manos en alto.

 

«¿Qué demonios has hecho?». La pregunta debía estar escrita en la frente de Gatiux, que lo miraba con los ojos muy abiertos y los labios apretados con reprobación, porque Orión llegó a responder sin que llegara a verbalizarlo. Sabía que en algún momento los hábitos de quemar cosas de Orión les meterían en algún problema, pero no imaginaba que mandarían a la OTAN a buscarlo.

 

- Te juro que yo no fui.

 

- ¿Y si no has sido tú, quien ha sido? -siseó Gatiux- No me puedo creer que esté el ejército en nuestro jardín. ¿Has estado quemando cosas?

 

Él negó mientras se ponía algo de abrigo encima. Iba a abrirles la puerta.

 

(«Estupendo»)

 

Gatiux lo imitó y se puso un abrigo de paño gris sobre su vestido negro. Al abrir la puerta los soldados que estaban en primera línea cargaron. La Malfoy irguió la espalda, mirando con seriedad a los que le apuntaban, como si no estuviera mortalmente amenazada en ese momento. En momentos como aquel era cuando salía a relucir la arrogancia tan típica de los Malfoy.

 

- Para empezar, me gustaría saber por qué están aquí. ¿Dicen que tienen una Órden? Me gustaría ver tal documento. Nosotros no hemos cometido delito alguno. -dijo Gatiux con voz firme en dirección al del megáfono- Si no tienen una órden judicial me temo que se pueden ir por donde han venido. ¿Y bien?

 

La mente de Gatiux iba a toda pastilla mientras intentaba encontrar una explicación a todo aquello. Era imposible que estuvieran allí por ellos dos precisamente, habían estado en puntos totalmente alejados de Inglaterra durante bastante tiempo. ¿Entonces quien se había metido en líos de tanta magnitud? ¿La dulce Maida? ¿Aaron? Gatiux sabía que organizaría una masacre antes de dejar que la encerrasen de nuevo, no le importaba el número de cadáveres.

 

 

«I'm a villain, and villains don't get happy endings.»
2WW9vjF.png
Magic Land - Serendipia - bxY0Ht2.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Eros Triviani

con Tessa.

 

La semilla del caos había sido sembrada, el plan había fracasado. Debía llevar a los funcionarios con vida a la mortifaga pero ambos habían muerto y para culminar un fuego maldito cruzó la sala. Las mesas ardieron una a una y las botellas de licor explotaron en la barra.

 

La muerte había llegado para quedarse, los magos estaban respondiendo con sus varitas al referéndum que se había votado. Pudo ver un mago (Luxure) efectuar el ataque, al parecer no era el único infiltrado en la ONU.

 

Mientras se disponía a desaparecer con los cadáveres una mujer capturó su atención. Las palabras de la rubia le causaron gracia ¿acaso no era evidente lo que hacía? Sin embargo las manos de la bruja lo tomaron por sorpresa y juntos desaparecieron con los cadáveres de Hookstraten y Jones.

 

@

672440170_firmadana.png.e290dcafe4b6fce4606f7d9799883adb.png

 

7hdosh8.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

ZewgJnR.png con Eros Triviani rumbo a Massachusetts

 

A decir verdad cuando los desapareció del bar el hotel no había contado con llevarse los cadáveres de los dos integrantes de la ONU ahora en ese revolverse entre destellos le hizo dar cuenta que la desaparición conjunta entre los cuatro cuerpos iba a ser algo más que un lío. Igualmente, el incendio que había comenzado con un fuego maldito no daba lugar a dudas de que no podían quedarse allí, su mano se cerró más fuerte sobre el mago mientras eran arrastrados hacia el lugar elegido por la belga.

 

Cuando al fin la tensión de la aparición se detuvo estaban los cuatro parados en medio de un salón de una casa de seguridad oculta bajo magia en Nantucket en la cual tenía una base la rubia. Sus ojos pasaron rápido de los dos cadáveres tendidos en el piso hacia la figura del hombre que había provocado todo aquello, o al menos lo había iniciado. Definitivamente ellos dos no habían sido los únicos magos infiltrados, habían subestimado a todos. Tessa dio un salto hacia atrás apuntando al mago con su varita.

 

--Entrégame tu varita, prefiero que hablemos a tener que esperar que reacciones tras un desmaius --era gracioso, años atrás la bruja jamás hubiera dado esa opción a nadie, ella siempre había matado y luego averiguado, pero ahora otra era su misión.

 

Sus ojos seguían posados en aquel mago, estudiándolo, creía haber visto al rubio antes en las afueras de la reunión de la ONU, no había prestado atención a cada periodista presente, ahora notaba la credencial de prensa del Politike, ese medio, debió saberlo. ¿Cómo había cometido tantas fallas? ¿Cómo se había confiado de que aquella era una simple misión de recabar información? ¿Cómo no se había atrevido a usar el imperius para obligar a votar a su favor? Todos esos reproches pasaban por su mente y sobre todo el ¿Qué le diría a la Akane? El mago frente a ella debía servir de expiación y fuente de información ya que salvo que pudieran revivir a los otros dos a su lado, no había nada que pudieran obtener ya ni de Jones ni de Hookstraten.

 

@

Editado por Scarlet Akane
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

UXh18t-H-Recuperado.jpg

Un leve mareo sacudió su cabeza al aparecer de forma brusca en aquél sitio ¿Dónde se encontraba? Por la sensación nauseabunda, seguramente habían atravesado varios kilómetros para llegar allí ¿Acaso esta mujer planeaba matarnos a todos? Observó los cadáveres, evidentemente el de Jones había perdido parte de su brazo y Hookstraten no tenía su pie izquiedo. Evidentemente era una mujer temeraria ¿Y si hubiera sido ella quien apareciera con una extremidad ausente? de solo pensarlo al mago se le dibujó una medialuna en los labios.

 

-¿Y usted cree que soltaré mi varita así de fácil?-

 

Levantó la mirada y observó el techo a dos aguas de madera, las paredes blancas desnudas de cuadros, pocos muebles, parecía ser un sitio de protección y no de vivienda regresó la mirada a la bruja ¿Trabajaría en MACUSA?

 

Dio unos pasos hacia el cuerpo inmóvil de Amanda, colocó su pesado zapato en la mejilla de la mujer y la movió apenas unos centímetros para contemplar la otra mejilla. Se veía que la vida la había consumido antes de tiempo, años trabajando con demasiada carga sobre sus hombros y muchos muertos sobre su espalda se reflejaban en aquellas bolsas bajo sus ojos y los cachetes consumidos.

 

-No sé que planea-

 

Dijo sacando con tranquilidad una rectangular cajita de plata del bolsillo, la abrió despacio y retiró un cigarrillo el cual deslizó por su nariz antes de llevárselo a la boca.

 

-Pero tiene lo que me lleve fumar este cigarro para que la escuche, incendio-

 

La punta de su varita se encendió como si fuera un fósforo y con ella encendió su cigarrillo. Luego extendió su mano con la caja de plata hacia la rubia.

 

-¿Gusta de uno?-

 

El mago no iba a perder la calma, ni tampoco subestimaba a la bruja frente a sus ojos, tenía todos los sentidos alertas y la varita bien sujeta a su mano por cualquier posible hostilidad por parte de la mujer. No sabía quién era ni qué quería de él, lo que sí sabía era que Shelle lo esperaba y él no llegaría a darle las noticias.

@

 

 

--- Shelle ---

 

shelle-banner.jpg

Tras una espera interminable frente a la tumba de la familia Riddle, entendió que los planes habían cambiado y que Eros no llegaría con los miembros de la OTAN ¿Los abría asesinado? Conocía al mago y sabía que no medía su poder incluso ante seres tan endebles como los muggles. Tras un suspiro se quitó la máscara de hueso y descansó la mirada sobre la tumba de Tom Riddle.

 

-Y pensar que tu padre fue un asqueroso muggle-

 

Soltó la pelirroja y luego fijó su mirada cristalina en el cuarto menguante que irradiaba en el cielo, si la guerra daba inicio había una persona que podría ser útil en su búsqueda del inquisidor, la única persona en quien confiaba por su lealtad a sí mismo y a su familia. @.

 

Días después

 

Con el rostro al descubierto, sus botas negras embestían por el asfalto destruyendo cualquier obstáculo a su paso. Su periódico había sido éxito en ventas, todo mago y bruja en Ottery sabía lo que estaba sucediendo, la guerra ya no estaba en sus vísperas sino que se respiraba en las calles y quemaba en las venas de quienes tenían hambre de justicia. Ingresó al ministerio por la puerta principal, una avalancha de personas que salía de allí la atropelló a tal punto que trastabilló sus pasos.

 

-¡Cáspita!- se quejó.

 

Tomó el primer ascensor que encontró a su izquierda y acompañada por un grupo de magos y brujas subió al piso seis, no sin antes detenerse en el tercero y el cuarto. La oficina de su padre se encontraba al final del pasillo, la puerta de algarrobo tenía una plaqueta plateada que recitaba su nombre: Elvis Frasier Gryffindor. Dió tres golpes a la puerta y esperó.

 

Editado por Shelle Dumbledore B.L

672440170_firmadana.png.e290dcafe4b6fce4606f7d9799883adb.png

 

7hdosh8.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

ez14ZQ3.png

 

Debiste desmayarlo se recriminó Tess mientras que movía su varita y murmuraba hechizos de protección, no sabía a quién o qué se enfrentaba pero ahora que se concentraba podía sentir el aroma a humano que emanaba el hombre. No había sido él el inmortal que había sentido en el hotel de Nueva York, observó los detalles que el propio mago observaba en los cadáveres. Si que casi la había petado, les faltaban partes, quizás en realidad por la explosión y no por culpa de ella, pero no había tenido en cuenta que el rubio tenía puestas sus manos sobre ambos cuerpos cuando los había arrancado tan bruscamente de allí.

 

--Muestre respeto --gruñó cuando le vio pisar el rostro de Amanda --esa mujer hizo más por sus congéneres de lo que usted jamás podría hacer en su vida --claro que poco importaba en un cadáver pero le habían enseñado a respetar a los muertos.

 

--Lo que planeo no es de su incumbencia excepto por la parte en que lo tendría que llevar frente a la autoridad mágica --había conjugado mal ese verbo, pero la verdad era que era más útil para la Akane que para los miembros del MACUSA o el Cuartel Auror de Londres.

 

--No fumo --y usted no debería hacerlo con tanta confianza pensó molesta y un evanesco vino a su mente haciendo que el cigarrillo desapareciera de los labios del mago --ésto no es una reunión social ¿Quién demonios es usted y por qué mató a estos dos --agregó haciendo un gesto con la cabeza hacia la pareja en el suelo. No iba a salir de esa casa sin respuestas. La única esperanza había sido convencer a los delegados que reconsiderasen la guerra y ahora, ya no había forma de que creyeran que ellos no eran una amenaza, no todos al menos.

 

@

Editado por Scarlet Akane
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

UXh18t-H-Recuperado.jpg

Apenas pudo dar una pitada a su cigarrillo cuando este desapareció de sus labios llevando consigo la sonrisa del castaño. Suspiró relajando sus hombros y tomó asiento en un sillón a su espalda, solo una mesa ratona y dos cadáveres lo separaban de la mujer, su voz sonaba fría y la notaba ansiosa, midió las expresiones de su rostro de mirada calculadora, profunda. Las palabras fluían con naturalidad de sus labios como si el discurso "llevarlo con la autoridad mágica" fuera su taza de café diaria.

 

Aún así mantuvo su semblante relajado y su voz amable al hablar, el mago sabía que no debía alterar al enemigo, siempre era mejor buscar un diálogo ameno, dejar que el oponente y no él pierda los estribos.

 

-¿Sabe acaso algo de mi persona?- preguntó sorprendido al escuchar cómo defendía a la muggle -¿O quizás era amiga de esta mujer?

 

Cruzó sus piernas y se rascó levemente la nariz apoyando la espalda en el respaldo del sillón. Efectivamente aquella mujer trabajaba para algún gobierno mágico, por su acento inglés con tonos franceses debía de ser Europea, pero se preguntaba para qué gobierno trabajaba ¿Acaso trabajaba para el gobierno mágico Danes como Shelle lo hacía? Recordaba la traición que su jefa había recibido de aquél gobierno antes de que adjudicara su anterior ministro ¿Sería nuevamente traicionada?

 

Sin embargo la lucha que se abría paso iba más allá de una simple traición a su jefa, Eros realmente tenía la esperanza de que las campanas doblarían a su favor.

 

-Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia-

 

Recitó a modo de respuesta a la pregunta de la bruja.

 

-John Donne-

 

Dijo al cabo de unos segundos, refiriéndose al autor de aquella frase.

 

-No puedes evitar una guerra que nació el día que Yaxley rompió el Estatuto Secreto. El día en que los muggles prohibieron la magia. El día en que atacaron nuestros hospitales y colegios. En las calles día a día magos y muggles se destruyen entre ellos, unos por miedo o envidia, otros por rencor o simplemente a modo de defensa-

 

Se puso lentamente de pie y dio unos pasos hacia la bruja para detenerse en seco frente a los cadáveres.

 

-Sus muertes no fueron más que una respuesta a su referéndum- encendió otro cigarro -Quizás una forma algo extrema para decir que no les tenemos miedo y que vamos a luchar ¿Y usted no cree que debemos hacerlo? ¿Luchar por nuestros derechos?


 

@

 

672440170_firmadana.png.e290dcafe4b6fce4606f7d9799883adb.png

 

7hdosh8.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

ZewgJnR.png con Eros Triviani en Nantucket, Massachusetts

 

 

Negó con una expresión fría las palabras del mago, lo que necesitaba saber de él es que era quien había matado a dos muggles que se habían convertido en mártires de una causa que ella no deseaba apoyar. Ni ella ni la Akane querían a los muggles de nuevo en su vida. Tessa observó como el hombro pensaba que estaba en una sala de su propia oficina mientras se sentaba relajado y sin hacer el menor caso a la vampiresa frente a él. La mujer había defendido derechos que ni él ni ella tenían interés en conocer, derechos que como magos y ella como vampiro, jamás los habían visto afectados. En verdad habían esperado que Amanda fuera más útil de lo que en la realidad había sido.

 

 

--Sé que no somos islas señor, pero las campanas no deberían haber doblado hoy ni por ellos ni por usted ni por mí --frunció el ceño molesta --not today --expresó en un tono de voz neutral ahora --el mundo siempre teme a lo desconocido, lo hemos sido durante siglos ¿Acaso creía el Yaxley que nos aclamarían como a dioses? Egipto y Grecia ya superaron su politeísmo, no traemos más que espejitos de colores para ellos. No me importa por qué matan los demás ¿por qué mata usted? ¿y para quién? --dijo apuntando al castaño que se había detenido frente a ella, no retrocedió ni un paso, no le temía ni en lo mágico, ni en lo físico.

 

--La supremacia no es la respuesta y por lo que lucho, insisto, a usted no le incumbe --aquello se estaba volviendo monótono y ella tenía un itinerario que cumplir. El cónsul belga seguramente querría mandar a su secretaria que se ocupara los preparativos por las muertes del bar y en ese momento recordó el fuego maldito que había comenzado a llenar el bar del hotel. Quizás no había más cónsul a quién servir.

 

 

 

@

Editado por Scarlet Akane
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.