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Abadía de Erast


Ellie Moody
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Está llegando tarde a la misión, mitad por asuntos del nuevo cargo de Ministro de Magia que no termina de asimilar, y mitad por el trabajo en el refugio a dónde no ha dejado de acudir aún.

En ambos lugares, el ambiente no puede ser más distinto: Con unas elecciones tan polarizadas, se ha topado con gente en el ministerio que abiertamente le ignora el saludo o no le dirige la palabra, miradas de sospecha ante cada movimiento y pregunta que hace (en su afán de entender mejor del funcionamiento de la institución) e incluso no pocos que creen insultarlo llamándolo "muggle asqueroso" o "perro católico irlandés", mensajes de una hostilidad que no recuerda haber recibido más que en su única visita al barrio de Shankill Road en Belfast ya varios años atrás. Y es todo aquel odio gratuito lo que lo está llevando a planificar cuidadosamente sus siguientes pasos.

Del otro lado, en el refugio donde no ha dejado de trabajar desde su primer día en Ottery, la alegría impera,  le han llovido las felicitaciones, y Rory las encuentra sinceras, pero también ve en los ojos de la mayoría de ellos, mucha esperanza de que verdad pueda cambiar las cosas. 

Así que mientras se apresura a trotar cuesta arriba hacia la colina dónde se encuentra la abadía, es consciente que tiene que dejar ir alguna de esas ocupaciones para no colapsar, porque también como cereza del pastel está el tiempo que le debe a la Orden del Fénix.

No es esta la primera vez que está en la abadía, aunque las circunstancias son por completo distintas. El lugar, con espacios amplios, jardines y huertos invitaba a la concentración que Rory cree que es necesario para un centro de educación. Pero esta vez, incluso sin haber ingresado, percibe el rastro de magia oscura que es fuerte y se asemeja a una neblina recubriendo todo. 

Sus botas están llenas de fango, y en su túnica de un tono tierra apenas se notan las salpicaduras de los platos de cena que ayudó a servir en el refugio. La boina verde musgo, que se ha vuelto casi un sello instintivo, aplasta y oculta bastante bien su cabello pelirrojo, y en un morral tejido lleva un surtido de pociones que Evans le obsequió; a Natán, la preciosa varita de Álamo que apenas lleva unos pocos días con él; y finalmente, los diversos amuletos uzzas. 

Cuando alcanza a los demás lo único que llega a oír es a Madeleine poniendo orden en el grupo de compañeros que han acudido para desentrañar ese misterio y resolver el asunto que según los reportes de Ellie, ya ha cobrado varias víctimas, especialmente entre los constructores, una cosa mala, pues fuertemente sindicalizados, entre todos ha corrido el rumor de que la obra está "maldita".

Lamento la demora ¿Nos preparamos entonces para ingresar?- sus ojos reparan  en cada uno de los presentes, a quienes reconoce en su totalidad por las más diversas circunstancias- me gustaría también ir a la cabeza de la comitiva, junto a los hermanos paladines. Recorrí este lugar en su momento, pues había que hacer una selección entre la larga lista de sitios propuestos,  y les aseguro que ese luminoso día de agosto no había rastro de todo esto. Por eso mismo me ha sorprendido que las cosas se hayan desenvuelto de ese modo. ¿Qué dicen?

Su mirada queda fija unos segundos en Mica y luego en Nate, líder y Demon hunter respectivamente y como Madeleine, los de más algo rango presentes en la misión.

 

Editado por Rory Despard
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Un patronus perturba la calma. En cuanto la invocación aparece algunas aves levantan vuelo, algunos dragones se ponen alerta y el tigre que duerme -en el suelo- junto a él abre los ojos y se toca la cara con su pata delantera de forma reiterada. Entonces el silencio desaparece y los sonidos del bosque nuevamente se apoderan de aquello que antes estuvo en paz. Los pájaros que antes volaron cantan, lo cual molesta aún más a los dragones y provoca que estos lancen varias llamaradas dentro de sus microhábitat.

—Erast, en la Abadía. Al anochecer

La información es suficiente pese a que no es clara. Pero él entiende algunas cosas, con Ellie aún charla aveces. Sabe todo lo que hicieron para luchar contra las políticas restrictivas de la antigua Ministra de Magia. Incluso, en Estados Unidos, llegaron a hablar -junto a Goderic- de usar Ilvermorny para enseñar magia a todos quienes quisieran aprenderla. La Abadía de Erast era uno de los sitios seleccionados para impartir clases a aquellos magos y brujas que no podrían (o no querían) dejar el país. Si lo llama a un lugar tan importante es que realmente su ayuda es necesaria.

Siendo que el sol está coronando el cielo, calcula que aún faltan muchas horas para acudir al llamado del patronus. Pero aún así se pone de pie. Lleva toda la mañana trabajando en su santuario, alimentó a todas las bestias que habitan su basta reserva, curó las heridas de algunos otros. Aunque las criaturas más peligrosas están aseguradas en un hábitat que las mantiene a salvo, siempre suceden accidentes que debe atender. Por lo que antes debe limpiarse, está sucio y su olor no es del todo agradable.

Varias horas después emprende el viaje hacía Erast volando. No es una persona a la que le guste volar, sin embargo luego de la exposición al horrocrx de la inquisidora encontró que viajar sobre el Ansuz le trae paz, lo purifica de los residuos de maldad que cree aún tener pululando en su interior. El viaje es bastante corto ya que el tigre surca el aire a una velocidad sobre humana. Sí, al igual que su patronus, que su forma de animago y que su espíritu animal, el tigre es la forma que suele adquirir su regalo de los dioses.

Cuando llega al lugar lo primero que escucha es un grito. Su primera reacción es invocar el Pole, inmediatamente lo sostiene con su mano de acero sagrado. Salta del Ansuz cayendo de pie cerca del grupo. Ordena a su invocación permanecer un poco alejada para evitar que la tormenta se desate, no es el momento indicado para hacerlo. Avanza a escuchar las palabras de Madeleine.

—Típico de los oscuros, renegando del peligro —dice, y luego suelta una carcajada. Aunque con Kaori suelen discutir mucho sobre lo inútiles que son los oscuros y los paladines (cada uno defendiendo a su clan, por supuesto), respeta mucho las tres formas en que ellos se conectaron con la Orden, en que ellos les dieron de probar nuevamente el Agua de la Vida.

No está seguro de como se relacionan los tres tipos de magia, pero lo que tiene bastante claro es que las tres son necesarias e igual de importantes (cosa que no tiene pensado reconocer en público) para mantener el equilibrio. Aunque todos tienen más marcada uno tipo de magia, en su interior hay al menos un poco de los otros dos clanes. No encuentra otra forma para explicar que él como Paladín pueda brillar como lo hace sin un poco de las penumbras de los oscuros, tampoco puede imaginar un mundo en dónde sigue siendo Paladín sin la espiritualidad que cree es propia de los sacerdotes.

—Pero hoy no discutiré, Madeleine. Cillian, Illidian, Mica, rory y yo iremos adelante. Cuidaremos sus redondos traseros

Mientras camina y se adentra a la oscuridad piensa en el Divine Intelect. Su cerebro se acelera y comienza a unir los puntos que antes existían inconexos. Comienza a darle sentido a palabras separadas que escuchó, comienza a entender el grito. Aún concentrado en la misión no puede dejar de pensar en lo guapo que le parece Weasley. Pero está en una misión importante y la herida de Benjamin apenas está cerrando.

 

 

 

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A los pocos instantes que el Malfoy se integró al grupo, pudo ver como su amigo Illidan llegaba a hacerle compañía, era difícil verlo sin Mica pues últimamente estaban juntos en toda ocasión así que supuso que pronto llegaría la líder de la orden del fénix. El rubio no pudo evitar sentir celos y a la vez pensamientos perversos al ver como se llevaban Cillian y Nathan quienes parecían conocerse muy bien y desde hacía mucho tiempo. Su imaginación le jugaba en contra y prefirió poner atención a lo que sucedía alrededor. Por fortuna aquellas pensamientos fueron disipados por la llegada de Mica y de una chica a la que todavía no tenía el gusto de conocer.

-Bienvenida, no tengo idea de porqué estamos aquí pero siento que de alguna manera no somos bien recibidos - dijo mirando a Mica quien saludaba a todos los presentes, sin embargo Madeleine se encargó de dar la introducción a todos a los presentes así como de informar la razón por la cual estaban reunidos ahí, tal parecía que no quedaba de otra más que investigar y tratar de detener la amenaza que afectaba a todo el pueblo. Estuvo a punto de hacer una serie de preguntas pero al escuchar el grito su mente se le borró, su cuerpo volvió a sentir escalofríos y las vellosidades de su cuerpo se estremecieron. Prefirió permanecer callado.

Había llegado el momento de comenzar a investigar y no fue una sorpresa que el rubio fuera solicitado para apoyar como parte de los miembros de la orden oscura, al mismo tiempo se incorporaban Rory Despard y Hobbamock Graves, el ministro de magia seguido y uno de los paladines que había conocido durante la batalla del ministerio. Ambos parecían más confiados sobre lo que debía realizarse, no quedaba duda que tenían experiencia en este tipo de misiones por lo que rápidamente terminaron de dividir al grupo para realizar la expedición.

Al verlos llegar pudo recordar la manera en la que se habían enfrentado a cada una de las trampas de la inquisidora y como tanto Cillian como el se habían dispuesto a mejorar para llegar a tener un mejor nivel de magia. Se obsesionó con todos los libros que pudo encontrar sobre magia oscura y descubrió información y poderes que no sabía que existían, hechizos que le permitirían ser más veloz, atravesar muros, manipular el cuerpo de otras personas e incluso separarse de su sombra. Había tantas cosas que deseaba hacer y tal parecía que aquel lugar le permitiría cumplir con sus objetivos.

Finalmente se acercó a Madeleine, era claro que se trataba de una mujer con un carácter fuerte, su mirada denotaba seriedad e incluso podía intuir que el Malfoy no era de su agrado, sin embargo aprovecharía la situación para poder conversar con ella y demostrar que podía confiar en el. Esperó a que Agnes también se acercara y dijo - bueno aquí estoy francamente no tengo idea de lo que pueda hacer o de qué manera pueda ayudar, pero he repasado algunas técnicas como la que Nathan hizo para separarse de su sombra estaba separado de su sombra ¿será de utilidad? – trataba de aparentar confianza aunque por dentro estaba tan desconcertado como los demás aprendices, aún no sabía siquiera como dominar su energía interna y no estaba seguro de estar a la altura para enfrentar la amenaza en aquella abadía, sin embargo daría lo mejor de si para probarse y poder adquirir más conocimientos.

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Oscuros

Nathan no pasa por alto el comentario de Madeleine, más se esfuerza por camuflar su risa lo más posible. Si algo le han enseñado los múltiples años que ambos han compartido codo a codo en la Orden es que existe una línea muy delgada entre lo que la Moody encuentra gracioso y lo que no. Aprovecha, en cambio, a oír su respuesta a algunos de los recién llegados: le avergüenza admitir que no conoce a muchos de ellos – sin duda, un efecto colateral de pasarse gran parte del año prófugo – más se propone utilizar aquella misión para establecer un vínculo con ellos. Ahora que ha alcanzado el máximo rango en la Orden Oscura, es su deber guiar a los más novatos como alguna vez lo habían guiado a él.

Poco a poco, más y más personas se van apareciendo para ayudar en la misión: Rory (quien ahora es Ministro de Magia), Mica (nueva líder de la Orden del Fénix), Hobbamock, entre tantos otros. ¿Dónde está Kaori? No puede evitar hacerse aquella pregunta; por mucho tiempo la mujer constituyo uno de sus pilares cuando ambos intentaban salvar la crisis que acechaba a Gringotts durante la gestión de Yaxley, ni que hablar la de misiones que compartieron juntos como la infiltración en Genetics que por poco no le había costado la vida al Weasley el año pasado. Casi lo mismo podía decir del Graves quien, irascible e irritable como fuera, con el tiempo se había ganado un lugar jerárquico en su vida.

Por unos momentos, siente la tentación de responderle otra cosa, más se limita a decir:

– ¿Es que me lo estás mirando? ¿De verdad lo tengo redondo? – una sonrisa burlona se dibuja en sus labios al tiempo que sus cejas se arquean inquisitivamente. No se queda a escuchar la respuesta, pero se conforma con la sorpresa en su rostro mientras camina en dirección a Madeleine, que se está llevando a los novatos Oscuros. En lo que los alcanza, lo toma por sorpresa un pensamiento: ¿desde cuándo Hobb es tan atractivo?. Mirando rápidamente por encima de su hombro logra darle un rápido vistazo: no encuentra nada diferente en él y, sin embargo, su amigo está más puesto que nunca. ¿Por qué es que lo ve con otros ojos de repente? ¿Por qué lo ve con esos ojos?

Quiere, o no quiere (no está seguro de ello), seguir dándole vueltas a aquella idea cuando Ludwig hace una pregunta que debe responder.

– La magia oscura es rara vez útil, en el pleno significado de la palabra. Su naturaleza es eminentemente destructiva, por lo que en general preferimos hablar de si está o no justificado su uso. Conforme pase el tiempo y crezcas dentro del Clan, verás que los alcances de tus poderes van mucho más allá de lo que frecuentemente es necesario. Es entonces igual de importante entrenar el criterio por el cual uno utiliza la magia oscura con fines, cuanto menos, aceptables.

Hace una pausa, y está seguro de que el Malfoy probablemente no le ha entendido nada.

– Pero respondiendo a tu pregunta, siéntete libre de probar lo que vas aprendiendo. Ten cuidado de no dejar tu sombra ir muy lejos, las primeras separaciones suelen ser bastante agotadoras.

Editado por Nate Weasley

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«Justo a tiempo», dice para sus adentros, cuando escucha la voz de Despard, con su característico acento irlandés. Lo cierto es que luego del enfrentamiento a la Inquisidora, había tenido que reconocer que subestimar al párroco y aquello le había avergonzado, pues tiempo atrás era una de las cosas que más frustración le provocaba. De cualquier forma, no vale la pena atormentarse con eso, y en cambio prefiere pensar que tuvo la oportunidad de verlo tan valiente y decidido. Lo cierto es que, incluso, llegó a sentir cierta inspiración. Espera que se encuentre bien físicamente y que la posesión que tuvo que realizar en él no le haya dejado alguna secuela preocupante... Y también espera que no haya ningún tipo de rencor, por el dolor que le hizo sentir. Ese pequeño deje de culpa hace que se limite a saludarlo con una breve sonrisa y una ligera inclinación de la cabeza, sin realizar ningún tipo de comentario punzante.

Dejando de lado el hecho de que Madeleine hizo que los oscuros nuevos se reunieran con ella y con Nathan muy adrede, nunca es una mala estrategia dejar que los paladines vayan adelante. Por lo que ha oído, la cosa puede ponerse violenta y es cierto que sus defensas son bastante poderosas. Quien la conociera bien, habría interpretado el verdadero significado de sus palabras: los paladines son buenos aguantando golpes por los demás. Aunque los sacerdotes no poseen aquella fuerza bruta, en esa misión tienen la ventaja de su conexión espiritual, que resulta fundamental. Y en el caso de los oscuros, Madeleine también reflexionó que es mejor no perturbar la búsqueda de una posible esencia maligna, interponiendo la suya propia; y, estando lo suficientemente apartados, pueden usar su magia con un poco más de libertad, aprovechándola para indagar por su cuenta cualquier cosa extraña e incluso defender al grupo desde la retaguardia, atacando inmediatamente a cualquier enemigo.

Contiene una carcajada cuando escucha a Graves comentar que los oscuros huyen del peligro, porque sabe que está mintiendo muy a propósito. Después de todo, él estuvo junto a ella durante el enfrentamiento a la Inquisidora; recuerda que le recriminó con molestia su estupidez, por usar de forma tan irresponsable su Magia de la Oscuridad para contener el horrocrux de Laura Nielsen, pero de inmediato se puso a su lado y combinaron sus energías tan diferentes. Él sabe de lo que ella es capaz, de lo que un oscuro es capaz. Pero Madeleine reconoce que hay cierta diversión en aquella especie de competitividad entre clanes, especialmente porque a la hora de la verdad aquellas bromas tontas quedan atrás y sólo queda la unión.

—Muchas palabras y poca acción, Graves —replica Madeleine, mientras observa a los paladines ubicarse a la delantera. Entonces, con el ceño fruncido, vuelve el rostro hacia Hobbamock—. Weasley, te juro que si te vuelvo a escuchar coqueteando en plena misión, te vas a unir a los constructores muertos —dice con seriedad, sin importarle que Malfoy y Agnes la escuchen también. Es mejor que más pronto que tarde, quede en claro lo importante que son para ella las misiones.

Su rostro se suaviza levemente, pero sólo levemente, cuando escucha la respuesta que Nathan le da a Malfoy.

—El punto de Weasley es válido, por supuesto —comenta Madeleine—. Aunque claramente, si estamos en la Orden Oscura, es porque le encontraremos utilidad a esta magia. Al principio puede ser una herramienta difícil de usar. Y más adelante, será todavía peor —le advierte, con una sonrisa amarga—. Así que si no estás preparado, todavía tienes la oportunidad de arrepentirte, antes de que termines de desarrollar tu vínculo.

»Pero si estás seguro, entonces debes comenzar por conectar y entender tu energía interna. No hay otra forma para terminar de entender tus poderes y saber qué provecho sacarles, que atreviéndote a usarlos. En el caso de la habilidad que llamamos Umbra, puedes aprovecharla para abarcar una gran cantidad de terreno, para infiltrarte en ciertos lugares de forma discreta o sorprender a algún enemigo... Mientras más situaciones enfrentas, más creativo te vuelves, créeme.

Mientras han estado conversando, no han parado de moverse, manteniendo una distancia de los paladines y el sacerdote. El lugar que Agnes señaló había sido la torre central de la abadía, pero apenas estaban ingresando en el edificio. Las altas puertas estaban entreabiertas; las últimas personas que huyeron despavoridas de allí, por supuesto que no se habían molestado en cerrarlas apropiadamente. El interior es totalmente oscuro y parece que allí dentro hace más frío, que en el exterior. Madeleine levanta una mano a la altura de su pecho, con la palma elevada hacia arriba, y conjura una esfera de fuego demoníaco como fuente de luz, calor y seguridad.

—Despard —Madeleine levanta la voz, y esta hace eco en la oscuridad—, ¿percibes algo?

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sins don't end with tears, you have to carry the pain forever

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¿Qué demonios? Aquel extraño grito lo había sacado completamente de lugar.

Varias personas habían acudido ya al llamado y poco a poco se comenzaba a crear un camino por el cual avanzar en aquella misión. Si bien no le gustó demasiado escuchar que tendría que ir por delante, sabía bien que no podía negarse así que soltó la mano de Ludwig, no sin antes darle un rápido beso en la mejilla. Por su parte, no tenía ni idea de que hacer. Pero suponía que aquel hombre que se había unido de último momento y al cual recordaba haber visto en la batalla del Ministerio de Magia estaba ahí para ayudarlos.

No tenía ni idea de lo que les esperaba en aquel lugar, no se había detenido a platicar con los habitantes del pueblo y en El Cuartel General de la Orden del Fénix poca información había obtenido, pero intuía que sí tenía que ir por delante es por que tenía que defender a quienes venían después, ganar un poco de tiempo para que ellos pudieran hacer lo necesario para lograr cumplir con el objetivo.

Tambo. Apenas aquella palabra apareció entre sus pensamientos, aquella primer arma que había logrado forjar como Paladín apareció en su mano derecha. No sabía exactamente como sería luchar con ella, nunca antes lo había hecho, pero podía sentir su poder recorriendo cada espacio de su cuerpo. Estaba completamente ligado a ella y sabía bien que en caso de tener que luchar no tendría problema alguno en utilizar aquel bastón corto en apariencia inofensivo.

— Entonces, ¿creen que debamos enfrentarnos a un enemigo realmente peligroso? —Inquirió a quienes iban al frente junto a él.

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Agnes Lynn

Con la llegada de más personas, las jerarquías y relaciones entre todos se tornan más claras. Agnes se asegura de juntar todas las caras presentes con los nombres que va escuchando, hace una nota mental de pasarse por el cuartel de la orden cuando tenga tiempo, para presentarse como se debe. Sigue la indicación de Madeline y se acerca a ella mientras los demás comienzan a adentrarse en la abadía, pero no es hasta que escucha el intercambio entre Nathan y Ludwig que entiende el por qué de la petición.

Scavenger le comentó, una tarde mientras ella montaba el nuevo taller, acerca de los clanes en la orden. Le explicó que ella formaba parte de los sacerdotes, le habló acerca del lazo con la isla de Avalon y lo que significaba para ella. Agnes había escuchado con atención, fascinada no sólo por la reverencia con la que su amigaba hablaba acerca del clan, sino con la idea misma de los clanes.

Agnes no cree en la magia negra -del mismo modo en el que no cree en la magia blanca, para ser honestos. El estado actual del mundo mágico no permite esos lujos. Esto no quiere decir que no haya magia que no sea oscura, que viole leyes fundamentales de la naturaleza o que invalide la autonomía de algún ser vivo. Como todas las cosas, es acerca de la intención. Ella y Scavenger discutieron horas acerca de esto, antes de que la bruja tuviera que retirarse y la dejara con la idea de la orden de los oscuros en la cabeza.

No menciona todo esto en voz alta, no es momento de una discutir acerca de moral o libre albedrío. Al igual que Ludwig, ha leído acerca de las habilidades básicas de la orden y tiene una idea, teórica, de cómo funcionan.

— Energía interna. Comprendo. — comenta, más para sí misma que otra cosa. Torna su mirada hacía Ludwig, —también soy nueva en esto, así que aprenderemos juntos. Las habilidades importan, claro, pero la creatividad y el ingenio pueden ser más útiles que el poder.

Espera que su tono sincero sea notable, no quiere insultar a nadie, pero tiene la idea de que la mayoría de las personas en la misión son magos y brujas con más habilidad que ella, y planea usar esta oportunidad para aprender de ellos tanto como le sea posible.

Siente la temperatura bajar de golpe justo cuando cruza las puertas, y por instinto abrocha el cuello de su abrigo. A su lado, Madeline conjura una esfera, pareciera que de fuego, pero hay algo acerca de la energía que la esfera desprende que la inquieta, aunque no le permite fijarse en su entorno.

La luz no cubre toda la habitación donde se encuentran, pero aún así no puede ver más que muros de concreto y lo que parece ser un vestíbulo de buen tamaño. Se queda atenta a la respuesta de Despard, otro más a quien recuerda haber visto en la fiesta de los Evans, ya que desde atrás no puede ver mucho.  

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something amazing: a boy, falling out of the sky
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Los labios de Alyssa Triviani estaban a un suspiro de encontrarse con los de Cubías Malfoy, el palpitar en el pecho del ojinegro era cada vez más intenso, nuevamente lo invadía la majestuosa y atemorizante sensación del corazón saliéndose de su cuerpo, había llegado el momento de consumar lo que el tiempo les había negado. El Malfoy se inclinó un par de centímetros, era el recorrido final en su encuentro con la boca de la pelirroja…De pronto, una resplandeciente luz cegadora eclipsó todo el espacio, Cubías abrió los ojos sin dar crédito a lo que estaba sucediendo, la bruja ya no estaba a su lado, y él tampoco se encontraba en el sitio de hace unos instantes.

Le llevó varios segundos entender que todo el momento previo solo había existido en su cabeza, recién despertaba de una siesta etílica y lo único real en ambos mundos era la luz frente a él, se trataba de un patronus cuyo mensaje fue a penas audible y comprensible por la atolondrada cabeza del ojinegro.

-¿Erast?- susurró para sí mismo, aunque lo hubiese dicho en voz alta nadie más lo habría escuchado, puesto que se encontraba en uno de los salones principales del palacio ministerial italiano, nadie más estaba en el lugar, solamente él y una botella semi vacía al costado del sillón donde se mantenía aún sin reacción física.

-Que mal momento para esto- se dijo en la mente al comprender lo que significa aquel llamado.

Cubías era consiente que no podía dejar pasar la citación, de manera que como pudo se puso de pie, el lugar le parecía que estaba un poco estaba inestable, las paredes se movían de forma extraña. Avanzó un par de metros hacia uno de los percheros y de ahí cogió su túnica gris ataviándose con ella de forma medio accidentada, en seguida salió del recinto para incorporarse al llamado.

Tiempo más tarde, el efecto del alcohol se había disipado en cierto procentaje, el Malfoy apareció en lugar que marcaban las coordenadas, sin embargo, no había nadie más ahí. -Es una trampa- pensó, sacó inmediatamente su varita y se puso en guardia observando a cada costado. Era obvio, lo habían emborrachado a propósito para luego citarlo con un falso mensaje y atacarlo por sorpresa, el ojinegro no tenía dudas de ello, aunque en ese momento dudaba de todo, pues su mente no terminaba de procesar la información con exactitud. 

Esperó durante varios segundos con la varita en alto esperando algún ataque, pero nada sucedió, fue entonces que se dio cuenta que su cabeza estaba jugando con él, el mensaje recibido no era una emboscada, todo era real, el punto es que había llegado retrasado y los demás habían puesto marcha en rumbo a lo que sea que hayan sido invocados, pues hasta el momento no tenía ni idea de qué iba todo aquello.

Trató de concentrarse al máximo para determinar qué hacer, y fue en un momento de lucidez que decidió avanzar con rumbo al lugar que le parecía más lógico. Así empezó a notar las huellas de quienes debían ser sus colegas de la Orden del Fénix, aceleró el paso para poderlos encontrar hasta que por fin tuvo luz en el asunto y pudo observar en medio de la oscuridad a  las figuras de varios miembros fenixianos. -Por fin- susurró, mientras avanzó para sumarse a un pequeño grupo.

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Hobbamock encabeza la avanzadilla de aquella incursión. Si, los paladines y "el cura" son quienes abren camino y quienes están listos para recibir los golpes que tengan que recibir. Pero aún así es él quien decide adelantarse y ser la primera barrera de aquella comitiva. Escucha a Nathan, que ya está junto a Madeleine y de alguna forma se olvida de todo lo que antes pensó. Se olvida de que están en una misión, se olvida de Benjamin y de su molestia. Pero sus pensamientos se vuelven a aclarar en el momento en que la bruja amenaza de muerte al sexy mago, al falso Weasley. Y se presentará otra oportunidad para estar cerca de aquel redondo trasero.

Precisamente en ese momento en que recupera la concentración es que se da cuenta de algo. Sus habilidades sensoriales no son las mejores, no es su especialidad. Sin embargo es capaz de identificar a un oscuro cuando lo ve. Todos ellos están juntos a Madeleine y Nathan, hasta ese momento solamente Rory es sacerdote, los demás son de su clan, comparten el mismo tipo de magia. Es eso lo que comprende, por lo que arruga la nariz y por lo que mira a Moody molesto. ¿Siempre fue ese su plan? Maldita desgraciada, algún día tendrán una charla menos seria que la que puede tenerse en una misión. ¿Cómo a alguien se le puede ocurrir ponerlo a cargo, de nuevo, de un grupo de personas en el campo de batalla? ¿Acaso no recuerda a Violeta? ¿No recuerda las cosas que hizo y que está dispuesto a hacer? ¿Ya olvidó Ravenrock y a Tenenbaum?

—Mientras cuidamos traseros de Oscuros les hablaré un poco de los Paladines. De nuestra magia. No cualquier persona puede utilizar la magia sagrada, solo aquellos a quienes se nos permite. Aunque nuestra magia sensorial no está tan desarrollada si podemos contar con ella. Busquen al Templo, la magia de las Tormentas está en ustedes. Lo percibo, ahora ustedes deben percibir al templo. Necesitarán de su magia para avanzar, para ponerse a salvo y para poner a salvo a sus compañeros. Pregunten al templo como defenderse y podrán defenderse, pregunten al templo como atacar y podrán hacerlo.

Invoca el Pole en su mano falsa. Puede ser útil en la batalla.

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Al momento de su llegada faltaba al menos los representantes de uno de los clanes. Era evidente que su presencia era requerida, pues en vista de lo que estaban enfrentando sus poderes harían gran diferencia. Ludwig la saludó cálidamente, como siempre desde aquella charla en que las cosas entre ellos habían quedado aclaradas.

Madeleine era la que parecía estar dirigiendo la misión, se la veía segura de cada palabra que pronunciaba. Sugirió que los paladines encabezaran la marcha, pues sus defensas eran más poderosas.

La Gryffindor asintió, no se negaría a ir a la cabeza, aunque suponía un riesgo importante pues sus conocimientos de clan eran limitados. Se preocupaba un poco por Cillian e Illidan quienes apenas estaban iniciando como paladines.

Rory, ahora Ministro, hizo entonces su llegada, disculpándose por llegar tarde. Aparentemente era nuevo el asunto de la maldición. Le sostuvo la mirada cuando el pelirrojo la miró, para luego alternar con otros de sus compañeros.

Notó la llegada de Hobbamock cuando éste se quejó respecto a la idea de que los paladines fuesen al frente, o más bien de que los oscuros ingresaran tras su defensa. Sin embargo, argumentando no querer discutir, asignó a los paladines para encabezar el grupo, junto con el ministro.

- Fortress- pronunció aquel efecto conocido, mirando a Cillian y a Illidan para que también lo hicieran. Su piel se tornó más oscura, como azulada, lo importante era que con aquel cambio se endurecía, como si de una armadura se tratase. – Tambō- en su zurda portó aquella arma. Sabía que debería utilizar aquellos conocimientos de su bando que estaba aprendiendo en forma reciente, pero se sentía segura con aquellos iniciales.

Comenzaron a avanzar con Hobb a la cabeza. Aprovechando el momento, éste empezó a darles información respecto a los paladines. Si  bien no era su primera instrucción como paladín, creía que escuchaba esas palabras por primera vez, llamaron mucho su atención y se sintió afortunada de ser una de las aprendices de aquellos poderes. Intentó concentrarse como él sugería. Guardó su Tambō y pronunció -Pole- invocando ahora una lanza de acero sagrado.

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