Aventuras Mortífagas 11 — desde el Oriente.

[Mael Blackfyre]

Los mitos y leyendas recorren la tierra como la brisa en la mañana. A veces pasan de un mundo a otro con algunas alteraciones que pasan desapercibidas. La comunidad muggle tiene muchos cuentos de hadas que ocultan nuestro mundo a sus ojos con falsos relatos. Pero la cuestión se encuentra cuando nuestras historias quedan camufladas entre ellas mismas. Y entre medio, aparecen objetos que jamás llegamos a escuchar de ellos, o muchos otros que al poseerlo podríamos lograr hasta vencer la muerte.

Cuentan algunas leyendas que desde el Oriente, habían viajado tres personas con varios cargos: Astrólogos, Reyes y lo más importante, magos. Era una época donde los trasladores no eran acostumbrados, donde tal vez ni siquiera existían ministerios de magias y leyes que te obligaban a comportarte como un muggle. Fue un viaje largo y tedioso. El día y la noche transcurrían rápidamente, portando unos regalos para un profeta que había sido destinado a nacer en aquella época.

Pero éste no era el protagonista de nuestra historia. Sino un mago casi desconocido que se llamaba Draven o Malik, las traducciones no eran muy claras. Se trataba de una especie de Consejero de estos tres reyes que le hablaba al oído para brindarles de sus consejos. Pero esas palabras tenían malas intenciones, se dedicaba a las artes tenebrosas y lo que más anhelaba eran aquellos regalos que recorrieron miles de kilómetros, el oro, el incienso y la mirra. Eran reliquias a ésta altura de la leyenda e ingredientes muy especiales e importantes de una maldición. Una maldición en un papiro que encontraron en la Fortaleza Oscura, justo debajo de la Torre Negra, tras la visión de la Líder Macnair.

Era un proyecto muy ambicioso, y muy poderoso para quien lo lograra descifrar, ya que estaba escrita en lenguas antiguas, muertas. Lo único que habían logrado encontrar los líderes de los clanes, era que solo funcionaría dentro de la Fortaleza Oscura, por lo aumentaría el poder de la misma Marca Tenebrosa. Tal vez era magia que mantendría a flote al bando, tras las amenazas que sufrieron al pronosticar la caída de los seguidores tenebrosos.

 

♦♦♦♦♦♦♦♦  REGLAS: 

Topic referente a conocimientos de bando

Clanes de bando

• Para aprobar se necesitan como mínimo hacer 5 roles que estén relacionados a la trama y aporten a ella. Si en la totalidad de la clase sus roles son en una situación totalmente ajena a La Aventura, no se tomarán en cuenta aunque haya cumplido con lo pedido. 
• Se aceptan usuarios que roleen como oyentes, es decir, que no hayan pasado por inscripción y lo hagan para enriquecer a su personaje o colaborar con la trama. Pero a tener en cuenta que aunque se rolee 1 sola vez ya se considerará oyente y no lo podrá hacer al mes siguiente. Es decir, solo se permite entrar a una clase de conocimiento de bando sin estar apuntado a ésta mes por medio. 

El máster de este mes será: Mael Blackfyre

*Aclaración: el máster únicamente se involucrará en la trama si ésta pierde su rumbo, aunque siempre preferimos dar rienda suelta a la creatividad e imaginación de los cursantes. Colaborará con quienes se traben en sus roles, quienes hayan quedado plantados o no sepan qué hacer. En ningún momento condicionará el rol de terceros ya que eso sería considerado abuso pero tampoco se puede ignorar lo que el máster rolee. 

 

LISTA DE ALUMNOS

♦ Discípulos de Nosferatu ♦
Helike R V PB (1)
Hessenordwood Crouch (1)

♦ Caballero de Walpurgis ♦
Darla Potter Black (1)

♦ Senescales de Caronte ♦
Tazz Malfoy (1)
Ernest Dumbledore (1)
Kahlan Macnair (3)
Sagitas (Habilidad)

 

Editado 31 de Enero del 2022 por Mael Blackfyre

[toji]

 

Zenin

Asesino de demonios

Zenin permanecía en las estancias de la torre negra, impaciente y ansioso por dar inicio a las investigaciones que llevarían a cabo en las profundidades de la torre negra. Era aprendiz de Caronte, realmente no sabía que significaba eso y como influía en su crecimiento dentro del bando. Y lo más importante como ayudarían los hallazgos que encontraran debajo de la torre en su cruzada personal, en la venganza que estaba planeando en contra de los de su sangre. 

Antes de salir de los aposentos, con un movimiento suave de su mano por delante de su rostro, Zenin hizo aparecer su mascara de Oni, la mascara que ocultaba su rostro de sus enemigos y también de sus nuevos compañeros del bando, si bien es cierto que aun no había interaccionado con ninguno, no hacía falta revelarles quien era, al menos no de momento. La mascara que llevaba era la del primer demonio que había matado en su país de nacimiento, era de color azul oscuro y trazos negros, cuernos que se alzaban desde el centro de su frente y unos grandes colmillos que salían de su boca. Parecía incomoda de llevar, sin embargo, no lo era. Le resultaba muy adecuada para las tareas que debía realizar.  

Bajó hacia el interior de la torre negra, atravesó los pasillos fríos y oscuros que marcaban el camino hacia los hallazgos que habían encontrado la líder en una de sus visiones. Les habían asignado la misión de descifra la maldición que guarda el papiro encontrado y para eso debían utilizar magia antigua. ¿Habrá compendios de magia antigua en la biblioteca de la torre negra? Pensó Zenin mientras ojeaba pergaminos que había cogido de una de las estanterías. ¿Es más … hay biblioteca en la torre negra? Llevaba poco tiempo como miembro del bando y apenas había recorrido más estancias que la que le había sido asignada para dormir.

Tomó el papiro y miró alrededor para cerciorarse de que nadie de los presentes, que poco a poco se iban uniendo a la aventura, viese lo que pretendía hacerle al objeto. —Revelio— susurró apuntando su varita hacia el papiro. Tenía la esperanza de que algo tan sencillo hiciera reacción en el. —…ummm pues va a ser que no. — dijo resignado mientras volvía a dejar el papiro en su sitio. 

Editado 5 de Enero del 2022 por Tazz Malfoy

[Darla G Dumbledore]

La bruja estaba de pie, en silencio, observando su reflejo en un espejo de pie que había en el cuarto. Su rostro era irreconocible tras aquella máscara que había elegido, era extraño, era a la vez reflejo de su pasado y su presente y una marca hacia el futuro. La primera vez que había lucido una máscara había sido de plata blanca con olas de mar, un recuerdo muy antiguo, algo que ya no era más. Ésta era diferente, tallada  sobre la calavera de Aidan Vladescus era una sensación más que extraña, aunque muchas de sus faltantes habían sido recubiertas con yeso, como la propia nariz, o los detalles de la pintura y los hilos de plata simulando la enredadera.

Kila se giró y caminó despacio, la nigromancia le había enseñado que los muertos se pueden dominar pero en realidad solo estarán jugando contigo, nunca llegarás a hacerlos tuyos por completos. Ser un horrcruxes le había mostrado que la vida eterna era un chiste, ¿de qué servía tenerla si todo, hasta el poder sobre alguien, se desvanecería cuando nada quedase? La sangre de la que necesitaba alimentarse le había mostrado una vulnerabilidad que estaba dispuesta a vencer, así como el anillo en su dedo y su propio origen, le permitían enfrentar cada día, precisamente a su peor enemigo: la luz.

No, más allá de las apariencias, más alla de lo que muchos podrían haber esperado de la vampiresa, ella ya sabía lo quera dominar a la muerte, los demonios y los fantasmas, manipular el frío a su antojo, darle forma a la oscuridad y hacer de ella tu siervo. No, era la hora de sacar de nuevo la espada de la piedra y ella sabía a lo que se enfrentaba, ya había conocido su lado más salvaje, era hora de mostrar al mundo que era capaz de dominarlo y hacer de su fuerza la más mortal de las armas.

Los tacos sonaron sobre las piedras del patio de la fortaleza cuando abandonando el campamento se dirigió hacia ella. La capa flameaba sobre sus hombros, cubriendo el pantalón de cuero y el chaleco corset ajustado sobre una camisa blanca, ambos contrastando por su negrura. Kila llevaba los cabellos cortos, pero de un rojo intenso, jugar con la metamorfomagia era algo a lo que estaba acostumbrada y era la razón por la que en el pasado no había utilizado máscara. Pero en esta ocasión decidió jugar con las reglas de una sociedad a la que respetaba pero a la que nos siempre solía hacer caso… hoy sería “niña buena”. Qué ironía.

Se había adentrado en la torre negra hacia el lugar en que se suponía iban a investigar, maldiciones había sido uno de sus primeros conocimientos, luego con el paso del tiempo había agregado runas antiguas, idiomas y hasta Pársel, a estas alturas había pocas habilidades que no poseyera, pero seamos sinceros, reunir poder, no implicaba sabe usarlo bien y ella no era ninguna tonta y mucho menos agrandada que creyera que lo podía todo con su saber. Por eso llevaba en la diestra su varita, todo había cambiado mucho desde la última vez, generaciones nuevas habían arribado, atraídas por las acciones de Caelum Black. Ahora, estando el poder en manos de la nueva líder debían demostrar que su llegada no había sido simple espejismo de lo que podían ser.

—Bonito intento… infantil… pero nunca se sabe —dijo mientras atravesaba la arcada de ingreso al lugar en el que un joven con una máscara azul utilizaba un encantamiento básico, para intentar descubrir algo en los pergaminos desparramados sobre la mesa de estudios.

—Si quieres intentamos con un incendio, quizás así descubramos si tiene algún hechizo protector desconocido… —no acostumbraba a ser tan irónica, pero ese día había vivido una serie de eventos que llevaba a la pelirroja a mostrar su peor cara, aún tras aquella máscara que ocultaba su rostro y mostraba solo su castaña mirada.

[Anthony R. Dracony M.]

La luz de la luna daba reflejos sobre su cabellera azul, lo mismo que sobre su máscara de cobre, engañosamente, era un perfil femenino cuando el usuario es un joven mago ojimiel, él quiso dar aquel tributo a su madre sanguínea, una mortífaga que en algún lapso de tiempo, actúo como líder...cosa que el ojimiel nunca mencionó a los integrantes del Bando, como muchas otras cosas que callaba sobre sí mismo o su pasado.

El mago nigromante sigue intrigado por permanecer aquel misterio sobre la Torre Negra, no hace mucho tiempo hubo una especie de profecía de que algo "desconocido" atentaba en la Torre Negra, tan eminente era aquel peligro para el Bando, que se pensó en destruir la propia Torre Negra con el sabido des fortunio de perder  la Biblioteca que existe en la Torre...él fue uno de los que se opuso a la destrucción inmediata, insistió en que primero se pensará en una forma de resguardar aquellos libros y pergaminos antes de acabar con la Torre...quizás aquello dio el tiempo justo para que ahora la situación fuese otra.

Los misterios siempre le han fascinado al mago, que mejor que ahora se relacionaran con los libros, los pergaminos y hasta con papiros más antiguos que los que alguna vez el ex-funcionario ministerial, hubo estudiado para develar el contenido.

Ya que la líder Arya Macnair ha determinado que es preciso averiguar que se encuentra escrito en el papiro de su visión, los magos tenebrosos se están reuniendo para ayudar a descifrarlo. Su varita guarda en la manga de su traje oscuro estilo Lord agregando encima su capa negra de viaje, solo hace una inclinación como saludo a los dos integrantes que ya se encuentran en el lugar. 

[toji]

 

 

 

 

El nipón ni bien acababa de comprobar la ineficacia de su acción fue interrumpido por una voz femenina, al igual que él, también llevaba una mascara que le cubría el rostro. Fushiguro había hecho muy bien en ocultar su rostro ante desconocidos. Era su primer encuentro con partidarios de la facción tenebrosa liderada por Arya, quien era la única persona de la marca que le había visto el rostro, pues es quien le permitió la entrada al bando. El tempestad se giró levemente y vio una figura a femenina que caminaba hacia su posición diciéndole no se que de infantil… Arqueó una ceja, medio sonrió y la raya que tenía por cicatriz que le cruzaba por los labios perdió su rigidez y se movió a ellos dibujando una mueca que simulada lo más próximo a una sonrisa. —Los refuerzos han llegado… afortunado me siento— dijo Toji con su falsa modestia. 

El japonés se apartó un poco de la mesa en donde descansaban los pergaminos y los apuntes que llevaban los lideres de los clanes sobre la traducción del documento. —Quizás tenga razón ¿señorita …? —hizo una leve pausa para retroceder unos instantes en su memoria y aclarar si aquella señorita se había presentado. —¿Cómo ha dicho que se llamaba? —obviamente ambos enmascarados poseían seudónimos que venían adjuntos a la mascara y que acobijaba el anonimato al que algunos magos y brujas se aferraban tanto, Toji no era menos, de momento le interesaba seguir siendo anónimo. —Soy Zenin, por cierto… — añadió mientras se apartaba más en dirección a la librería a la que antes le daba la espalda. 

Ojeó los libros que custodiaban los lideres, algunos tomos eran muy antiguos otros menos pero más grandes y gordos que el bestiario que una vez usó en Hogwarts. Pasó el dedo por algunos de los lomos más antiguos; “Las maldiciones más oscuras y sus efectos”, “nigromante” vol. 1 y 2… entre otros. El polvo se levantaba poco a poco mientras sus delgados dedos acariciaban las paginas de un ejemplar de “las pociones más mortíferas y los magos que han sobrevivido a ellas”. De vez en cuando levantaba la mirada para observar a la bruja como incendiaba el pergamino. Por un momento parecía que iba a funcionar, pero el fuego se consumió enseguida. —¿y bien? ¿Seguimos probando más hechizos básicos o nos centramos en algo más … mas de nivel oscuro? — interrumpió Zenin intentando no sonar con el mismo sarcasmo con el que habían comenzado su interacción.  

A los pocos minutos de probar sin mucho éxito los hechizos básicos que les habían enseñado durante su formación inicial como magos y brujas, un caballero entró en la sala y los saludó. Iba con el rostro oculto como la pareja que ya se encontraba dentro de la biblioteca. —Muy buenas caballero— saludó al recién llegado con un movimiento de cabeza. Caminó hasta donde se encontraba la bruja, junto a la mesa, depositó un ejemplar de “las pociones más letales y sus efectos” junto a los pergaminos antiguos. —Se me ha ocurrido que estos escritos contengan un cifrado mágico y en este libro quizás encontremos una poción que nos ayude a decodificar, si es que lo hay, el código para traducir este manuscrito— soltó la idea. —Deberíamos empezar a probar cosas más complejas, ¿no les parece?

Volvió a la estantería a buscar más libros que puedan contener pociones efectivas contra la magia protectora o incluso compendios de maldiciones que se puedan liberar con algún ungüento especial o un extracto de filtro revelador. Zenin recorrió la estantería con la esperanza de poder encontrar algo. No perderían más que tiempo si la idea del nipón no funcionaba. 

@ Darla Potter Black  @ Anthony Ryvak Dracony

[Ernest Dumbledore Prior]

La mascara ya se encontraba sobre su rostro, hacia bastante que el joven no la usaba ni se presentaba visible para alguna mision de bando, pero ese era el momento oportuno para volver a usar la mascara plateada qu cubriria su rostro.

El Tempestad habia pensado por un momento ir sin mascara, pero sabia que seria un error el que todos conocieran su rostro, el apenas y conocia a algunos del bando y sabia que era mejor para la seguridad de el y sus queridos que quedara entre el y la lider su verdadera identidad.

Habia llegado al lugar en donde le habian dicho al que tenia que ir y vio a estas personas reunidas al lado de un libro y un pergamino, el mortifago suspiro.

-Si la lider nos junto para hacer un club de lectura, no cuenten conmigo- dijo el mago viendo el nombre de los libros en varias estanterias y viendo que todos los demas mortifagos tambien llevaban mascara. Se acerco mas el joven y pudo notar tanto el pergamino como el nombre del libro.

-Me dijeron algo de un pergamino a mi, pero pense que era un pergamino para buscar algun tesoro o buscar a quien de otro bando vamos a secuestrar....- dijo el mago dandole un vistazo al libro de pociones letales dejado por un mago que ahora se encontraba viendo las estanterias...- miro a la bruja que estaba a su lado-  ¿Que estamos buscando?, un tesoro o alguien nos amenaza?- 

@ Darla Potter Black @ Anthony Ryvak Dracony @ Zenin

[Darla G Dumbledore]

Kila puso sus ojos en blanco, adolescentes casi dijo en voz alta pero solo sonrió bajo la máscara, más que un refuerzo era alguien en su misma posición, buscando descubrir qué es lo que había logrado conseguir la líder. Era extraño, se sentía raro hablar de una unidad y no una trinidad.

Caminó despacio, alrededor de la mesa, apreciando los pergaminos, pasando con delicadeza sus yemas por el borde de ellos, sin llegar a tocarlos realmente, con el respeto que se merecen los manuscritos y libros antiguos. Se detuvo y miró al máscara azul.

—No lo he dicho… —dijo encogiéndose de hombros y se tomó su tiempo antes de responder al mago, éste se presentó como Zenin, aquello le recordó remotamente a alguien pero era un pasado tan lejano que dudaba que hubiera la más mínima relación.

—Puedes llamarme Kila… —agregó mirándolo por sobre el hombro, como librera se  sentía como en el paraíso aunque sufría al ver cómo el mago tocaba sin ningún cuidado los volúmenes antiguos que había en el lugar, ella hubiera utilizado guantes blancos para ojear alguno de ellos, pero claro, no podía esperar lo mismo de neófitos solo ávidos de poder.

Como fuere, quizás por eso un par de chispas escaparon de su varita, un poco molesta por la forma en que eran tratados compendios de magia tan avanzada y antigua. Kila lo escuchó y las chispas de su varita esta vez por poco alcanzan uno de los pergaminos, se giró y lo miró.

—Muy bien ¿y qué magia oscura conoces tú que nos pueda ayudar a descubrir lo que el pergamino oculta? —de hecho, al no tener ni idea de qué clan era el muchacho ni conocer sus habilidades era una pregunta mezcla de burla y realidad. Ella tenía habilidades y conocimientos que podían ser útiles combinados, aunque estaba segura que habían ya recurrido a mejores expertos que ella. En cuanto a los nuevos conocimientos que estaba intentando controlar, pues aún no veía la utilidad.

Los rasgos de animal no la ayudarían a descubrir lo que decía el pergamino, a menos que necesitaran al animal en que ella podía llegar a convertirse. La velocidad y la potencia, ya había utilizado antes esas fuerzas y eran útiles pero solo si la torre se les caía encima. En cuanto a los sentidos agudizados, quizás podía agudizar su vista para descubrir alguna señal oculta en el pergamino, ya de por sí casi podía “oler” la magia que había en él, casi no necesitaba agudizar sus sentidos hasta un porcentaje mínimo de tanto poder y magia que cargaba en él.

Ante el entredicho con el primer mago no había notado la llegada de otros dos, uno de los cuales bromeó con un club de lectura.

—Ni tesoros ni amenazas, salvo que llames amenaza a tocar con las manos mugrientas los tomos antiguos —soltó con cierto ego para agregar —podría llamarse tesoro, pero no para buscar, dicen que debemos descifrar lo que la magia antigua nos puede regalar para aumentar el poder o la unidad de la Marca, pfff como si no fuera suficiente… claro que para algunos nunca lo es —se encogió de hombros mientras dejaba lugar para que analizaran el pergamino, consciente de que parecía haberse levantado del lado equivocado de la cama.

[Hessenordwood Crouch]

Grelliam;

—Descifrar lo que la magia antigua nos puede regalar para aumentar el poder o la unidad de la Marca-, arrastró con sílabas perezosas las mismas palabras que la bruja había dicho hace un momento.

La voz provino de un rincón oscuro del salón, era lenta y suave, como de alguien que apenas le queda aliento para sobrevivir, pero al mismo tiempo se escuchaba constante y monótona. Finalmente, debajo de una mesa arrinconada salió el alto y desgarbado hombre, vistiendo largos abrigos oscuros, viejos y algo empolvados, él era rígido en sus articulaciones al moverse y desganado como lo era al hablar, parecía que alguien lo había colocado ahí hace mucho tiempo y simplemente se había olvidado de él en aquel oscuro lugar. Fue en ese momento que entonces su cristalina mirada, que era más pálida que su rostro maltratado, se paseó uno a uno sobre  los presentes por primera vez, un grupo pequeño de magos, todos ocultos bajo máscaras, lo que no fue relevante, pues estaba seguro de que sería casi imposible reconocer a alguno de ellos y, muy seguramente, ellos tampoco a él.

Se acercó con pasos lentos a la mesa mientras removía el resto de polvo sobre sus ropas, y asomó su cabeza por el borde para observar nuevamente el pergamino en blanco desplegado y los libros alrededor que se han acumulado tras los intentos de los demás magos, olfateó apenas, pero a pesar de llevar un rato ahí, escuchándolos oculto bajo la mesa, se da cuenta de que los intentos han sido en vano y hasta podría decir que ni siquiera han dado frutos de ningún tipo. 

—Dijiste “descifrar lo que la magia antigua nos puede regalar”-, y repitió, pero no levantó la mirada hacia la bruja, sino que se enfocó únicamente en el pergamino como si fuese capaz de desaparecer de pronto. —Pero antes, aquí hay una maldición-, reconoció, aunque es posible que ellos ya saben esta información también. —Y estaba yo pensando, en que la magia, esa que llaman oscura, a diferencia de un regalo, funciona más bien como un intercambio-, estiró el brazo en dirección al pergamino pero sin llegar a tocarlo, hasta ahora no se había atrevido a acercarse más allá del borde de la mesa. —Siempre hay que dar algo a cambio para recibir sus beneficios-, continúa, esta vez apenas rozando con el anular izquierdo el borde de la hoja y provocando que de un lento movimiento el filo del pergamino corte la piel que lo ha tocado. —Siempre un sacrificio a cambio de su poder-,

De un rápido e inesperado salto se alejó de la mesa nuevamente, apartando la mano como si el pergamino además de lastimarlo también le quemara, dejando sobre la mesa un par de espesas gotas de sangre, de un color tan oscuro como si se hubieran echado a perder con el solo contacto con el aire. El brujo protestó con un siseo, abrazándose a sí mismo mientras se escabulle para esconderse ahora detrás de aquel de máscara plateada.

—Los misterios de la magia antigua-, si no se escuchara tan desanimado pareciera incluso que ha canturreado aquello. —Me encantan-, dice, pero su desabrido e inexpresivo rostro no lo ayuda. —Se-sería bueno encontrar una forma de saber, en primer lugar, que tan viejo es este papel. La magia con varita no era empleada en la antigüedad con tanta frecuencia como lo es ahora, y-ya lo viste tú, eso no va a servir esta vez-, señaló con su dedo aun herido a Kila. —Y si lo qué guarda ahí se encuentra escrito en alguna lengua antigua, muerta incluso, quizá un salto atrás en el tiempo pueda ser de utilidad-, sugirió al grupo, golpeteando con el dedo el cristal de su extraño reloj de muñeca que parecía estar tan averiado como su dueño.

Por lo que ha investigado previamente, uno de los mayores objetivos de los discípulos de Nosferatu consistia principalmente en desentrañar los misterios de la magia perdida que desarrollaron los primeros magos, mucho antes de la invención de las varitas, y conocer esas artes en la magia era la más grande de las ambiciones que el brujo tenía ahora, no existía otra razón para responder a los Mortífagos entonces de no ser por su gran acumulado de información sobre esta magia ancestral, por lo tanto, esta sería una gran oportunidad para iniciarse dentro de estos conocimientos.
 

[Anthony R. Dracony M.]

Soltó el aire...era como si la desolación fuese expulsada en esa acción del nigromante. Escucho y observo detenidamente lo que cada integrante presente del bando dijo y realizo...era necesario para comenzar a manipular "esas piezas" en su mente, como si se tratará de un sofisticado y secreto rompecabezas...develar misterios es lo que más gusta al joven mago, pero no siempre es claro que debe hacer para lograr tan interesante tarea.

Ahora extrañaba a aquella compañera de bando originaria de Rusia, la rubia experta en runas antiguas y conocedora de como utilizar alfabeto de lenguas antiguas...que sencillo si contaran con aquella bruja!...pero mejor concentrarse en lo que si puede hacer, aunque se pregunta que tan "seguro" será mostrar su habilidad especial...

Escucha la propuesta de usar artes oscuras...aquel par de palabras las repite varias veces mentalmente como si hubiese posibilidad de hallar la respuesta en ellas, repasa mentalmente lo que aprendió de ellas en su estudio avanzado, pero no hallaba algo de utilidad en los conocimientos que posee de artes oscuras, pero seguía recibiendo aquellos flujos de energía sobre su persona...energía...auras..."Las auras son energía, cada cosa, cada persona, cada ser viviente tiene una, cada vez que algo vivo muere, esa energía no desaparece, solo se transforma"... si, cerrando los ojos puede concentrarse mejor...una de las auras es roja, la otra marrón, una casi llega a negra y la otra es una combinación de colores, la suya sigue verde...mal por eso, pero no puede evitar que lo sea, en fin, suspiro y volvió a concentrarse para ver que aura rodeaba al pergamino...es complicado al no encontrarse tan cercano a él, pero no imposible, con paciencia escudriño la interioridad de aquel antiguo papiro...siglos de existencia que solo la magia explicaba que prevaleciera hasta este tiempo... 

Los minutos transcurrieron, fue entonces que pudo percibir el aura violeta del papiro...--Claro...sabiduría, pero eso ya lo mencionaron oportunamente...--Dijo a los demás sin esperar que hubiese alguna reacción, solo que recordó que algunos magos no ven las auras por falta de entrenamiento, algunos no sienten curiosidad por los detalles menos manifiestos de su alrededor...ver, ¿y si eso era lo que debían buscar?

--Oigan, a veces solo se necesita "ver" las cosas con la luz adecuada...tal vez con una luz negra...claro que la escritura debe ser de lenguas tan antiguas que habrá que reconocer a cual pertenece.

[Darla G Dumbledore]

Kila lanzó un suave bufido y se giró hacia el recién aparecido hombre, «pero ¿qué demonios?» pensó al verle surgir de bajo la mesa. No podía entender cómo es que él había aparecido de tal manera, extraño y loco a la vez, una sonrisa se dibujó en sus labios y agradeció que la máscara cubriera su rostro e impidiera verla, porque estaba segura de que podría pasar por mal educada, y ella había sido muy bien criada, quizás podían decirle mal aprendida.

—Eso dije, pero nunca dije que fuera a ser fácil, las maldiciones... —y aquí fue como si disfrutara del aroma de un buen vino o un delicioso perfume —las maldiciones fueron de las primeras cosas que aprendí en el mundo mágico, no quedan registro de ello —se encogió de hombros —pero bueno… —se quedó en silencio cuando el mago se cortó con el borde del antiguo papel, respiró profundo y lanzó un juramento en portugués mientras retrocedía un paso y lo veía, la sangre en un primer momento casi le había provocado saltar sobre el cuello del hombre que había conocido en los caminos de la Riddle, pero segundos después el aroma cuando ella se había convertido en aquel ácido oscuro la hizo desistir y ver con un dejo de espanto y curiosidad el pergamino y las gotas.

—Sacrificio sí… —bajo la máscara la joven, con las pupilas en un primer momento dilatadas y luego rasgadas como las de un gato frunció los labios y observó el pergamino, las pequeñas letras que se iban revelando ante sus ojos gracias a la sangre. En medio de esa sorpresa y miró a Grelliam que la señalaba con su dedo sangrante.

—Sí, los misterios y tu sangre ha encontrado la clave… quieres que abramos un portal o que encontremos en esas letras que tu sangre revelaron si hay una respuesta... —su mirada se volvió hacia Anthony y asintió a sus palabras.

—Sí, luz negra o con ojos de gato, la sangre de él ha revelado más escritos de los visibles y la lengua —hizo una pausa —no son ni runas antiguas ni un idioma de los que conocemos, parece más bien una mezcla, como si las letras fueran en realidad las de un lenguaje madre de varios lenguajes antiguos conocidos… míralas... —agregó señalando hacia el pergamino, pero aún preguntándose si esa sensación en los ojos, los cuales había notado podía ahora agudizar la vista como los gatos en la noche, felinos a los que no había pensado parecerse, pero algo en el fondo de su mente, de su alma de todo su ser le explicaba el por qué.