Partido Final, Copa Mundial de quidditch 2022: Brasil vs Uganda

[Juliette Macnair]

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ᅠᅠMientras caminaba entre la multitud fue desprendiéndose de la pesada capa de viaje pues las altas temperaturas comenzaban a escocer su sistema, y es que a pesar de que tenía la peculiar capacidad de soportar los cambios climáticos, el calor le fastidiaba de sobre manera. Luego de deshacer la tela entre las sombras, comenzó a ordenar su cabello ondulado hasta formar una moño alto que atravesó con la delgada daga oculta en un palillo de plata, accesorio que solía llevar por si alguna situación se le escapaba de las manos.

Luego enarboló su varita alrededor de su cuerpo, y mientras ésta iba desprendiendo algunas chispas violáceas, su ropa gruesa londinense comenzó a transformarse en un cómodo pero siempre coqueto top chocolate y pantalones blanquecinos de tela delgada. Se acomodó el chaleco del mismo color que el top para poder cubrir su pálida piel de los rayos del sol, y con el morral de piel de moke bien firme en su cuerpo, siguió su camino, ignorando las miradas que sabía había levantado gracias a su breve espectáculo de minutos atrás.

⸻ En dónde estará este hombre...

Se paró en medio de algunas tiendas, apareciendo entre sus dedos la invitación que hace un par de días había llegado a su estudio, y luego de releer algunas palabras, volvió a alzar la mirada para poder concentrarse en los latidos del corazón. Gracias a su lado demoníaco, era capaz de distinguir los latidos de aquellos con los cuáles compartía un fuerte lazo, y sólo cuando pudo reconocer el corazón del mago, comenzó a dejarse guiar por aquella lenta y grave melodía.

En cuanto dio a parar con la pomposa tienda, una sonrisa amplia se dibujó en su rostro jovial, y con ayuda de la punta de su varita, corrió las telas de la entrada hasta lograr atravesarla, y escuchar de primera mano las pláticas nocturnas que tenía con nada más y nada menos, que él mismo.

⸻ La única manera de superar a nuestra patria, es si una nueva guerra se gesta entre los jóvenes, no quiero imaginar una revuelta como la acontecida en Salem, tuvimos que intervenir de maneras agigantadas.

El eco de su voz fue lo suficientemente fuerte como para llamar la atención del mago, y mientras dejaba caer el morral en cualquier rincón, se fue acercando hasta él para poder saludarle con más confianza dado que al fin estaban bajo un lugar que resguardaba adecuadamente su intimidad. 

⸻ Gracias por la invitación, necesitaba salir un poco... además, necesito quitarme éste macabro color cadáver. 

 

Cita. @ Eobard Thawne

[Martin N Roses]

Turnos 13 y 14 ~ Uganda

Auxerre de Rune en las tribunas.

—Eso fue un golpe bajo... —respondió sonriendo a medias el joven francés—. Las Urracas ya tendremos la oportunidad de vencerte en una final, simplemente lo sé.

La final de quidditch estaba a punto de reanudarse. Tras los penales de entretiempo, Uganda mantenía la ventaja de veinte puntos en el marcador. Joao Miranda había sido el más rápido de entre los cazadores con una maravillosa Intuición fugaz, capturando la quaffle y comenzando a despegar a toda velocidad hacia los aros defendidos por Uganda. Auxerre sabía que aquel era un punto importante del partido, donde Brasil necesitaría recortar diferencias y Uganda tendría que soportar la furia brasileña y toda la presión del público locatario que colmaba el estadio. Natukumba Mbambu y Bwandale Okumu, ambos cazadores de Uganda, se mostraron disconformes y protestaron: la primera contra un rival y el segundo con la propia árbitra del encuentro, la búlgara de cabellos rojos. De forma innecesaria, Uganda acababa de ceder dos penales.

—Si convencen a Bwandale tendrás que decirle que controle sus emociones —le dijo Auxerre a Aedis, mientras observaban cómo Joao continuaba con la quaffle debajo de su brazo.

El imponente Akiki Naigaga, apodado el "Mortero" por la fuerza destructiva de sus golpes, acababa de golpear con toda su furia una bludger que no llegó a destino por poco. Joao ya había captado toda la atención que requería y un tiempo después cedió la pelota hacia Bruna Silva, la principal referencia goleadora de la selección brasileña. Bruna se encontraba muy bien ubicada pero no contó que frente a ella se hallaba un guardián con muchas excentricidades. Una de ellas era que no tenía inconvenientes en abandonar varios metros a sus aros para intentar detener las amenazas de los cazadores rivales.

Adroa Awor se había jugado todo por aquella quaffle, realizando un All In y yendo a encimar a Bruna. El público contuvo la respiración y Auxerre notó cómo Aedis apretaba nuevamente su mano. La observó y le sonrió. Muchos brasileños maldijeron por tal astucia del guardián ugandés. Adroa, que había llegado como la gran incógnita al certamen mundial, estaba consolidándose como uno de los guardianes más importantes del mundo.

—Es algo extraño pero es bueno en lo suyo. —Muchos le criticaban que para los penales y cubrir sus aros de forma estática, no era el mejor. Pero Auxerre veía en aquel guardián cosas excepcionales, fuera de lo común y actuaciones como las que acababa de realizar lo confirmaban.

[Veronica Prince Rambaldi]

El partido había comenzado, había buscado mi lugar en el palco de periodistas momentos antes, tras divertirme sacando fotografías y espiando quién estaba con quién. La árbitro del partido  tenía un nombre casi impronunciable, pero un cuerpo interesante y una cabellera de fuego. Vaya, vaya, mirá la sorpresa que podía deparar el quidditch me dije a mi mismo.

Los brasileros tomaron la quaffle, los ugandeses le dieron duro a la bludger pero ésta fue devuelta hacia sus propios jugadores. Unos y otros esquivaron la situación. Si me había resultado impronunciable el nombre de la árbitro, ni les cuento lo que eran los nombres de los ugandeses, la arquera, ah, no, perdón, la guardiana ¿o era guardián? Salió a presionar. Una bludger dio contra la cazadora y los aros ugandeses se salvaron.

Los ugandeses se habían hecho ahora con la quaffle, todo iba más que rápido, pensé divertido, mientras mi vuela plumas pasaba a dos mil por hora por sobre mi libreta. Me sorprendí al descubrir que lograba plasmar pequeños dibujos de las imágenes que comentaba. Los golpeadores se la jugaron sin éxito y pero la guardia brasilera tuvo más éxito. Todo seguía cero a cero.

Me emocioné cuando una garota se puso peleadora, eso me gustaba más, ¿qué puedo decir? amo el boxeo, amo a las mujeres, ya me quería presentar ante esa belleza. Pero el arbitraje no opinó como yo y se vino un penal a favor de Uganda. Vi un loop casi perfecto, pero, nada es perfecto en esta vida, porque aunque débil el lanzamiento ugandés la quaffle atravesó uno de los aros y los fanáticos africanos lanzaron gritos de felicidad.

No sabía si seguir la jugada de la quaffle o de la snitch, un coro gracioso para algunos se había desatado, respecto a galeones y copas, aunque no entendía a qué se referían.  Mientras tanto los ugandeses parecían estar con todo afilado, la quaffle la dominaban casi a la perfección. En menos de lo que canta un gallo habíamos llegado a los 30 tantos a su favor y el marcador en blanco a favor de los locales, mal por ellos.

Las jugadas se sucedieron, parecían penales de entretiempo, o no supe bien qué. Debería haber estudiado mejor las reglas quidditcheras porque antes de que me diera cuenta los brasileiros habían descontado y ahora perdían apenas 40 a 20. ¿Qué demonios había pasado?

Escuchaba a los que sabían en algunos palcos vecinos en medio de los gritos, vítores e insultos de los fanáticos que alentaban a uno u otro equipo. De mi parte, no entendía ni la mitad que comentaban, pero seguía tomando nota de todo.

[Noeline Malfoy McFarlan]

Turno 16 (Penal)
Selección de Uganda

Los últimos movimientos en el campo por parte del equipo ugandés no habían sido los más favorables. A veces no bastaba con dar un buen juego, la suerte estaba a la vuelta de la esquina pendiente para atacar en cualquier momento, algunas veces para favorecer y en otras en pos de todo lo contrario y justo eso les había sucedido al equipo. La suerte no les había sonreído y había permitido que pequeños descuidos se convirtieran en penales que la búlgara no había dudado ni un segundo en pitar.

Mientras los demás jugadores de ambos equipos realizaban una pausa en su juego, sólo un par se preparaba para exhibir sus habilidades ante los miles de magos y brujas que se reunían en el estadio. Las plumas de la prensa de todo el mundo relataría el encuentro entre João Miranda y Adroa Awor el africano ya había demostrado su valía, pero eran justo los penales su punto débil y los más adeptos al deporte lo tenía muy claro.

João se dirigió al área de disparo con la quaffle en la mano, medio estadio aclamaba su nombre. Todavía este día no había tenido la oportunidad de acercarse a los aros y este sería su primer lanzamiento. Los vítores no cesaban y se comenzaban a unir a las voces africanas que no paraban de mencionar rítmicamente el apellido de Awor, animándolo ante las dos oportunidades directas que tenía por delante.

El lanzamiento no fue el más elegante, ni tampoco el más certero. Un lanzamiento débil, posiblemente minimizado por los nervios o por la presión de la hinchada, que no llegó más que a la manos de Adroa. El guardián por su parte a pesar de un movimiento un tanto torpe había logrado conservar la ventaja, pero tenía que ponerse las pilas para el siguiente penal que les tocaba cobrar a los brasileños.

[Kahlan Blackthorn]

 

Cariño...

Esa palabra quedó flotando en el aire, tras sentir los labios del Holandés recorrer su mentón y perderse en sus labios. Estaban llegando demasiado tarde al partido de la final del campeonato, aunque Kyle había eliminado del mismo. Existían ciertos protocolos que no podía pasar por alto y menos negarse a ir a ver como Brasil se convertía en el nuevo campeón. Tomando la cara del caballero entre sus manos, no deseaba ponerle fin a ese encuentro tan placentero— Tenes que ir, no es algo que puedas tachar así como así de tu lista de pendientes—sonreía curvándose en sus labios ese gesto lóbrego que heredara de su madre. 

Eran como dos gota de agua, sino fuera porque les corría la misma sangre por las venas. Cualquiera diría que el pecado lo llevaban tatuado en cada poro de sus anatomías, poco o nada le importaba el que dijeran de su relación amorosa con su hermano. Ella solo se dejaba arrastrar por lo que le provocaba el sentirlo tan cercano y protector, celoso de cualquiera que osará poner los ojos en Alexandra. Ese nombre era una máxima en sus labios, el decirlo en voz alta desataba su deseo más oscuro por tenerla de nueva cuenta entre sus sabanas. 

— Es para hoy, cielo—saltando de la cama depositaba un último beso en sus labios. Contoneando sus caderas por la habitación, llevando sobre ella una fina tela que dejaba poco a la imaginación. Tomando su varita de la mesa de noche, cubría su cuerpo con un fino pantalón de vestir negro acompañado por un corsé en la misma tonalidad. Alisando su cabello acomodaba las puntas rosadas detrás de su espalda, dejando que cayeran como una cascada que arañaba su delicada piel—Andando—le sacaba de la cama cubriendo su pecho desnudo con una camisa negra, rozando con malicia su piel que poco a poco quedaba cubierta bajo la tela. Dejando que se hiciera cargo del resto de su atuendo, no tardó en dejarle una misiva demasiado escueta a su hermana Kahlan.

Iremos al mundial en calidad de hermanos, pero no siempre será del mismo modo...

— Vayamos pues—tomándole de la mano ambos desaparecieron rumbo a la amazonia. El sitio donde terminaría el sueño que comenzó hace algunos meses para las naciones que ansiaban alzarse con la copa de quidditch. Apareciendo en las gradas encontraron un par de lugares apartados de los mirones, no desea que se hablará a boca de jarro de la mujer que acompañaba al Primer Ministro de Holanda y buscador de quidditch.

[Mentita]

TURNO 18. PENAL. BRASIL

Aedis Greengrass en la tribuna.

-- Pues mira, Monteiro no lo está haciendo nada mal, ¿De qué equipo era? Las arpías, ¿No? --Se mostró curiosa la capitana de los Tornados. Tenía el ceño levemente fruncido, mientras pensaba que la brasilera sería un rival bastante complicado de sortear.-- Deberíamos preocuparnos un poco más por ella. 

Se giró a verlo, tratando de distinguir un desacuerdo o acuerdo a su sugerencia. Pero no pudo hacerlo por mucho tiempo ya que la seguidilla de jugadas parecían ir demasiado rápidas, si uno se descuidaba podría perderse de lo esencial del partido. Por ejemplo, otro penal que estaba a punto de lanzar Brasil. João Miranda, una de las promesas brasileras, se había posicionado frente a los aros ugandeses mientras la minoría de éstos se dedicaban a abuchear al cazador local y a enaltecer al guardián africano. No importaba que el lanzamiento anterior no hubiera llegado a destino, la hinchada carioca estaba más animada que nunca.

Y no fue para menos, pues el disparo realizado por Miranda fue lo que muchos estaban esperando, al parecer. Adroa Awor no pudo detener el lanzamiento, la quaffle entró de forma cómoda marcando el tercer gol de la contienda a favor de Brasil. Se acercaban, lento pero seguro, a sus rivales. Aedis rió cuando vio el gesto de João Miranda dedicado a la tribuna, adivinaba que no era especialmente para los hinchas brasileros porque incluso ella podría decir que rozaba un poco en lo obsceno. 

-- Parece que ya a esta altura no le temen a nada. ----comentó y volvió a reír. 

En tanto, el marcador se colocaba en 40 a 30 en favor de la selección africana.

[Mica Gryffindor]

Turno Especial de Buscadores 3 - Brasil

La suerte de Brasil pareció empezar a cambiar de a poco, gracias a que los africanos comenzaron a cometer una sucesión casi ridícula de faltas. Dos penales consecutivos, de los cuales uno acabó siendo gol, seguido del marcado movimiento de los buscadores, siendo una realidad que Thiago llevaba ventaja marcada respecto a su rival ugandés. 

Estuvo a punto de bromear al respecto con Pietro, pero se contuvo pues sabía que ambas selecciones eran fuertes y la suerte podía cambiar de un momento a otro. 

Se concentró en el movimiento de los golpeadores, los cuales parecían estar muy seguros de la ubicación de la snitch y la seguían con la mirada fija en ese punto, desde su lugar imperceptible. Thiago volvía a ganar en velocidad a su rival, Marcia, golpeadora del equipo local, lanzó una bludger que más que golpe fue un bombazo. Dembe Okumu no logró siquiera intentar esquivarla, lanzando una serie de ¿eran insultos? Ella no lo sabía pero la árbitro pareció tenerlo más que en claro, cobrando un penal sin dudar al respecto. 

Carminha estaba lista para interceptar el golpe lanzado por Miremba, la golpeadora ugandesa, haciendo que fuese ésta la que debiese evitar el golpe.

Ambos buscadores intentaron atrapar la snitch, sin éxito por el momento. La final continuaba, admiró a su acompañante, concentrado como estaba en el partido, resultaba digno de admirar.
 

[Noeline Malfoy McFarlan]

Turno 19 y 20
Selección de Uganda

La moral del equipo no podía bajar, el partido se iba poniendo más duro para los africanos, pero era justo ahora donde tenían que demostrar de qué estaban hechos. Los siete jugadores lucharían hasta el último segundo por hacerse con la famosa copa, a pesar de que a cada segundo la balanza insinuaba inclinarse en favor de los contrarios.

Luego del último par de penales y en área africana la quaffle volvía a ser disputada por los seis cazadores. Natukumba Mbambu dejó en claro su agilidad en la cancha haciéndose con el balón, era evidente que algunos de los jugadores comenzaban a mostrar signos de cansancio y aflojaban un poco por lapsos muy breves, pero la emoción seguía latente en cada uno de ellos.

Natukumba en posesión de la quaffle recibida dejó en claro su habilidad sobre la escoba dejando atrás a sus rivales, golpeadores incluidos, una Marcia Novaes había hecho gesto de intentar un golpe que no logró concretar por los amagos que el africano realizaba mientras avanzaba a su destino frente a los aros del Guardián.

Monteiro al verlo atravesar toda la cancha y acercarse a ella no se amilanó y se predispuso de la mejor manera para el encuentro. Mientras el cazador había avanzado con la quaffle en mano, Akiki, uno de los más destacados golpeadores del torneo por su ferocidad, había buscado la ubicación de bludger para dirigirla hacia la brasileña, golpe que resultó fallido.

A pesar de la falla de su compañero golpeador, la tenacidad del cazador no se redujo y con gran destreza envió el balón hacia los aros de su oponente logrando marcar otro tanto a favor de los africanos. En la tribuna los gritos se elevaban y los cánticos retomaban con aún más fuerza

Mientras los unos celebraban, los otros fruncían el ceño, especialmente la guardiana que no pudo contenerse por la rabia. Más rápida que la snitch la árbitra se aparecía justo a su lado para pitar una infracción que le regalaba otra oportunidad de gol al combinado de Uganda.

[toji]

TURNO 21 -- 22

PENAL UGANDA

Alexei Levski 

Capitán de los Black Serpents 

El carrusel de emociones que se sentía de las gradas no tenía comparación. Era la primera vez <<juraba el búlgaro>> que los dos continentes se disputaban la copa del mundo en el deporte por excelencia de magos y brujas de todas las edades y creencias. Este evento, con todo su conjunto de sentimientos y emociones, siempre lo han tenido más cercano los europeos, no por nada el quidditch nació por allí. Sin embargo, la reciente trayectoria que ambos equipos y sus respectivos ascensos en las ligas europea, la liga panamericana y la sudafricana les ha transportado hasta este preciso momento, a la final de la copa del mundo de quidditch. Desde luego el ambiente, dentro y fuera del campo de juego se notaba intenso, cada hinchada apoyaba a su selección allí de pie en las gradas coreando cánticos y animando a los jugadores que volaban y volaban de aquí para allá en busca de marcar tantos. 

La remontada de Brasil se notaba en los ánimos de los jugadores, la picardía con la que controlaban el balón durante los primeros minutos de partidos se había transformado en caras serias, quizás solo estaban concentrados en las jugadas que tenían que hacer para hacerse con los goles, quizás no. Solo era evidente, desde su posición y en calidad de espectador, que la seriedad se había apoderado de los jugadores africanos. Alexei conocía muy bien esa sensación, él la había experimentado más de una vez en su corta pero ascendente carrera como jugador de quidditch, así que empatizaba perfectamente con su homólogo ugandés, Bwandale. El búlgaro se levantó de su asiento en las gradas ugandesas y empezó a hondear la banderilla con los colores negro, amarillo y rojo al tiempo que alentaba al equipo, aunque los jugadores poco caso hacían ya que estaban concentrados en jugar, él sabía que su amigo y compañero cazador le animaría. 

La protesta desmedida de la guardiana brasileña, Navir Monteiro, por “a saber que cosas” no fue del agrado de la árbitra, que voló en su escoba hacia la guardiana con cara de mucho enfado. —¿Qué se le pasa por la cabeza a los guardianes? — se preguntó el búlgaro divertido mientras veía desde la distancia y se imaginaba que tipo de bronca le estaba echando a Navir para finalmente acabar con una tarjeta roja y declarando un penal a favor del equipo ugandés. Desde su sitio Alexei gritó emocionado por aquel regalo que le hacían al equipo africano, de la misma manera el equipo tricolor también celebró la decisión de la árbitra. El capitán, Okumu se preparó para cobrar la infracción de la guardiana. Con una pequeña sonrisa en los labios que Alexei pudo distinguir a esa distancia, Bwandale lanzó el balón con todas sus fuerzas apuntando hacia el aro central, donde entró sin resistencia marcando un tanto más a favor de los ugandeses. 

Entre vítores y cánticos que provenían de las gradas, los jugadores ugandeses dieron una vuelta de celebración volando en formación Cisne capitaneados por Okumu y seguido por golpeadores y cazadores, todos alzando las manos saludando a las gradas y agradeciendo a la hinchada por los ánimos. 

[Kahlan Blackthorn]

Turno 23 y 24 - Gol Brasil

El partido estaba entrando en su punto más álgido, desatándose en las gradas una lucha entre cantos y vitoreos Los verde amárela jamás bajaron los brazos e impulsaban a sus jugadores dando fuertes golpes contra los tambores que animaban sin cesar a los fanáticos que bailaban tomados de la mano. Subiendo y bajando sus manos como si se tratará de una ola monumental, captando por un breve instante las miradas de agradecimiento de los jugadores de Brasil. 

Uno a uno tomaban las posiciones que les correspondían, confiando plenamente en las capacidades de los que complementaban esa maquina perfectamente aceitada. La bandera de esa nación se agitaba con fuerza al ser golpeada por la brisa, aquel calor apabullante no apagaba las aspiraciones de los caribeños por volverse los campeones de esa copa Mundial de Quidditch. El sueño estaba a nada de cristalizarse, lanzando un fuerte grito las escobas les llevaron por el estadio surcando este como si se tratarán de las olas del mar.

El cielo era testigo silencioso de los movimientos realizados por Zahara Nabirye quien, le roba la quaffle a Luana Nascimento. Pero es golpeada por la bludger de Marcia Novaes, causando que su balance se viera trastocado por el impacto de esa bludger mal intencionada a los ojos de los fanáticos de Uganda. Elevando los gritos que se reflejaban como una protesta desmesurada hacia el arbitro que pitaba aquel partido. Mientras que João Miranda reacciona y recupera la pelota para su equipo y se la pasa su compañera Luana Nascimento. Y así Adroa Awor presiona a Luana, por lo que ésta tiene una actitud impulsiva pero al final logra controlarse y no ganarse un penal en contra de su selección.

Solo eso le faltaría a los Ugandeses que disfrutaban como niños pequeños ir delante en el marcador, al menos de momento. Brasil y Uganda golpean a Adroa Awor, impidiéndole atajar el disparo realizado por Nascimento, dando como resultado que Brasil anote un cuarto gol a su favor. El vitoreo fue mucho más enérgico que el anterior, aplaudiendo todos al mismo tiempo generándose una oleada de palmas que eran acompañadas por un cantico ya conocido por las demás selecciones participantes del mundial.

—¡¡¡ Vamo Brasil, Vamo por la copa y a convertirnos en el campeón mundial de quidditch !!!—continuando con esa porra no dejaron de celebrar por un largo rato la anotación del tan esperado cuarto gol para la verde amárela.