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Aventura Mortífaga 16 — La Caída


Sagitas E. Potter Blue
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Cada quién tenía algo que aportar, aparentemente todos expertos en leyes mágicas o algo por el estilo, con un sentido de la "justicia" que antiguos mortíagos hubiesen utilizado más de un cruciatus en contra de tales palabras. Tenía la sensación de que Mefistófeles intentaba no ser tan duro con ella, tal vez porque habían empezado poco a poco a conocerse. Algo en él le inspiraba confianza, sin embargo comprendía bastante bien que no se arriesgara por ella, a fin de cuentas no le había brindado demasiados datos sobre su persona o su pasado. 

Maida era la más dura, fijada con querer un juicio en ese momento, lo cual llevó a Mael a estallar en ese momento. No se sorprendió, el carácter del joven solía ser bastante volátil. Intentó apretar la mano que aún sostenía para calmarlo, pero eso ya no funcionaba. Él parecía por completo furioso y dispuesto a atacar a quien fuera.

Notó que Ada había creado una defensa ¿estaban realmente preparados para atacarse entre sí? ¿Eso podía suceder? No tenía miedo a ello, era una gran duelista y no duraría en demostrarlo, pero sabía que si lo hacía su imagen para los presentes pasaría aún más allá del lugar de traidora. Estaba entre la espada y la pared nuevamente. Mael había sacado ya la varita y lanzaba chispas, como listo para iniciar una guerra. 

No sabía el nombre dela joven que tomó la palabra, pero ésta parecía intrigada por la falta de intervención de la persona que los había convocado, quien, sin hablar, ahora poseía la primera defensa creada. Ahora la muchacha caminaba frente a Mael, y a ella en consecuencia, como evaluándolo y advirtiéndole respecto a quién lo había puesto en ese lugar. ¿Acaso no sabía que la líder los había abandonado?

Por fin, Ada pareció recuperar su valor y comenzó a hablar, aparentemente necesitaba un guardaespaldas para hacerlo... sus palabras redundaron respecto a las vacías acusaciones que todos parecían repetir como loros. ¿Acaso Sagitas se había encargado de convencerlos hasta ese punto? ¿Por qué la Lugarteniente le había tendido esa trampa? Muchos no superaban el hecho de su cambio de lealtad pero ¿qué más debía hacer para ganar su confianza? Se había ofrecido a ser quien buscara la calavera, exponiendo su vida en el intento, para que se tratase de una tonta trampa. Todo por tener su confianza, cosa que cada vez se encontraba más lejano. 

Ella estaba demasiado cerca de Mael y empezaba a incomodarla, repitiendo su libreto una y otra vez, aparentemente eso era el motor que lograba activarlos frente a las causas que elegían para luchar. 

Harta, jaló la mano de Mael para que retrocediera y fue ella la que avanzó para posicionarse frente a Ada, mirándola desafiante. Poco le importaba si la criatura de sangre la atacaba por solo acercarse a su creadora. 

-Si tanto te gusta hablar de mí ¿por qué no lo haces directamente? Buscas que Mael sea quien salte por mí todo el tiempo, como si yo no tuviera palabra propia. ¿Son celos porque por mí sí se arriesgaría alguien a perderlo todo y no por tí? -no quería llevar por allí la cuestión pero ¡Claro que también estaba enojada! ¿Quién no lo estaría?

Todo aquel grupo llevaba debatiendo sobre su persona como ignorando su presencia, sin importar si reaccionaba o no. Claro estaba que nunca ganaría su lugar entre ellos, no necesitaba más pruebas. 

-¿Si fui de la Orden del Fénix? ¡Claro que sí! ¡Fui su líder! Una líder que se fue por su falta de lealtad a los suyos. Una líder que velaba por sus miembros con su vida, arriesgando todo... ¿La suya donde está? ¡Ah claro, también se ha ido! La entiendo ¿saben? Actuando de este modo muestran que su lealtad es igual o peor que la maldita Orden -ahora era ella la que se encontraba demasiado cerca de Ada, sin quitar su mirada de la de ella. 

No, no sacó su varita, su intención estaba muy lejos de querer atacarla. No buscaba eso, buscaba ser escuchada y alejar las ideas que les habían puesto en la cabeza como si se tratase de títeres. 

-Sagitas me envió a buscar esa reliquia, reliquia que nunca estuvo en mis manos. Alguien no solo la robó antes sino que además la rompió. Ustedes mismos encontraron una parte y ¿Sabes qué? ¡Sagitas tenía la otra mitad escondida en su maldita casa! Lo hubieran sabido si seguían el llamado de Mael, quien los convocó a la Potter Blue antes de venir para acá. Hubieran visto cómo Sagitas robaba nuevamente esa mitad de las manos de su compañero pero claro ¡Estaban ocupados organizando esta pequeña fiesta en mi honor! -su voz sonaba histérica.

Estuvo a punto de seguir hablando, de meterse de lleno con Ada, con sus tontos celos, cuando un crujido sonó. Uno que parecía atravesarle el cuerpo, provenir desde mucho más abajo de sus pies y acabar por encima de la cabeza de todos. Un crujido más y todo empezaba a temblar. 

Desvió la mirada de los ojos de la Dumbledore para ver una profunda grieta en una de las paredes del recinto que los albergaba. ¿La mansión se estaba rompiendo? ¡La mansión se estaba desmoronando! 

-¡Afuera! ¡Todos afuera! -esperaba que los demás se estuviesen percatando de lo que pasaba, claro ¿quién podría ignorar tales crujidos?

Utilizó su Segunda Piel, sintiendo que su cuerpo parecía volverse duro como el metal, al menos la capa más superficial de él. No soltó la mano de Mael e, impulsivamente, tomó también la de Ada, empezando a jalarlos en busca de una salida. Estaba realmente molesta con la joven, realmente la apreciaba y no comprendía esa actitud repentina de odio hacia su persona. 

El edificio seguía crujiendo a su alrededor y notó que una de las paredes se desmoronaba en la zona que estaba la salida, había que moverse con mucho cuidado. 

-¡Cuidado! - gritó a los que estaban más cerca de la zona del derrumbe. -Movámonos juntos, tenemos que salir de aquí...- la desesperación en su voz era notoria, necesitaba calmarse si quería pensar qué hacer.

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Claramente que las acciones que estaba realizando en el salón de la Mansión Riddle iba a tener sus repercusiones, era lo que estaba buscando. Pero detestaba con todo mi ser que aquel grupo tan famoso por su tenebrosa procedencia, en la actualidad, no hiciera nada. Mi madre me había hablado con gran excelencia las acciones que habían llevado en el pasado y las que querían en el presente. Venganzas, sangre, secuestros, explosiones. Los mortífagos tenían total libertad y eso había aprehendido con los pocos meses de convivir con Shelle Gryffindor. Pero todas esas cosas habían quedado como puros cuentos infantiles y se habían ido, como lo había hecho tambien mi madre.

La actitud de Juliette Macnair al menos era rescatable, era de las pocas que se movía con total desenvoltura, aunque contenía muchas dudas de lo que estaba ocurriendo. Mis amenazas no fueron bien recibidas y me lo estaba haciendo notar, pero el encuentro entre Mica y Ada fue más llamativo, nuestra atención fue contra ellas. Mica me empujó hacia atrás para tomar el lugar que le tocaba. Era una leona, llevaba su sangre Gryffindor, claramente. Esa era la verdadera Mica que veía realmente. De la misma manera que Ada, no por nada era la Ministra Francesa. Aunque ésta última no era consciente de mucha información. ¿Debería confiarle lo que necesitaba saber?

Los cuestionamientos sobre los lideratos en ambos bandos eran igual de cuestionables. ¿Acaso no entendían lo mismo que nosotros? Era claro que querían boicotear a Mica, era claro que la otra lugarteniente no estaba y era sospechosa de llevarse la mitad de un objeto importante para el bando y que no estaba claro si era porque quería apoderarse o lo estaba custodiando. Mientras que había desaparecido Arya y todo se caía a pedazos. Y eso último era literal. Fue el grito de Mica y la sacudida con el brazo que me provocó que hizo que mirara hacia arriba. En algunos puntos, desde el suelo, las paredes se quebraban mientras el suelo temblaba. Sin pensarlo, Mica se aferró al brazo de Ada e intentaba sacarla de allí. Me zafé de las dos.

¡CUIDADO! —le grité específicamente a Juliette Macnair, la cuál estaba justo abajo del problema de ése momento: un buen pedazo de techo se separó del resto, las rajaduras se juntaron soltando aquello que por obvias razones de la gravedad fueron directamente al suelo, donde estaba parada la bruja y muy cerca yo. Levanté mi palma libre paralela al suelo, invocando aquellas dos manos fantasmales que rodearon a la bruja como un capullo, dejándola fuera de peligro de que termine muy lastimada o muerta aplastada. Tal vez podía defenderse sola, pero había reaccionado sin pensarlo, Mica había contagiado aquellas acciones, ella había sido aún más rápido—. Está cayendo. Todo está cayendo.

Comenté aquello, algo me decía que estábamos en problemas y miles de cosas se me cruzaban por la cabeza pero las despejé enviando las Necrohands a que protejan tanto a Juliette como a Maida, ya que ambas estaban más cerca. Miré para atrás, no iba a irme sin ver que el resto de los presentes se fuera, aun estaban Mefistófeles, Kahla, Eterno y Malum. Si era necesario, los arrastraría con aquellas manos fantasmales.

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GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

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"Ya no había motivos para mantenernos ocultos", les comentaba mentalmente a las criaturas que me hacían compañía a las cercanías de la cueva donde me encontraba, sabía bien que no había motivo que me sujeté a este hecho y observando el desenlace del lo que iba dando mientras escuchaba todo lo que se estaba dando a través de mi compañero felino aquel de pelaje oscuro  me permitía en esa conexión que ambos teníamos por la concentración que yo ejercía sobre este; así decidir no cortar el vínculo más bien acercarme al lugar donde ocurría los hechos.

Ya mucho había observado a lo largo de la travesía cuando después de mucho conseguí dicha parte de la calavera y creyendo que iba a estar segura en la Fortaleza Oscura quedando muy confiado ya que era un lugar impenetrable cómo invulnerable para alguien que no fuera del bando y de aquellos que  no tuviesen intenciones que no fueran afines a los ideales como Mortífagos,  ya esa vez mi parte estaba hecha así que obtuve una reliquia falsa y la oculte en otro lugar pero eso nadie lo sabía  todo era para despistar a los "mentirosos" que querían destruirnos internamente, ya en estos tiempos no se podría confiar por culpa de un Líder que quien sabe dónde estaría, pero para que preocuparse de pequeñeces si lo esencial es velar la integridad del Bando esa unión que nos caracterizaba, ya que en ese momento que se decidió adherir a nuestra formación en los  Clanes los cuales era parte esencial del conocimiento o habilidad aprendidas para todo Mortifago hecho y derecho como tal, lo más probable que los Maestros de cada Clan con su veteranía en el liderato nos deben la salida para todo esto.
Así que emprendí rumbo a encontrarme con mi Maestro Walpurgis tratando de no perder más tiempo ya que las situaciones donde mi esposa se encontraba se estaban poniendo feas. Cassian me habló de todo ello y de la manera como reaccionaron a tal explicación que le dieron a los lugartenientes que les alejaban del poder, y ese consejo a su decisión tomada dónde se les manifestaba que lo primordial era tener una Cabeza y así poder  mantener la unión momentánea hasta las próximas elecciones que no tardarían mucho en darse.

Muy incómodo con todo esto ya que al haber escuchado de su propia boca, me dejó sin palabras y siendo fiel al Bando fui a dónde todos estaban en un consenso que no tenía motivo ni sentido, que buscaba descubrir algo de quienes no debían tomar esa decisión que un Jefe necesariamente debería tomar la última palabra.
Al llegar entre por una de las ventanales sin llamar la atención y quedando al lado de mi esposa quien me miró con agrado dentro  de su preocupación e incomodidad a todo esto, mi compañero animal me saluda aquíen acariciando su pelaje e dándole las indicaciones oportunas a si ocurre alguna situación inesperada y este muy atento se coloca frente de ambos en posición de  defensa.

Luego de ver entrar a la Francesa me percato de su malestar sintiendo algo diferente dentro ella ya que mis sentidos como Walpurgis se habían desarrollado más, aunque no era momento de preocuparse de ello pero si me despertó unas sospechas, mi interés se desvió en el Homúnculo que entraba junto con ella.
Y antes de que esta hablara tome la palabra:

- Se supone que deberíamos mantener la unión ya que somos Mortífagos ya que eso nos caracteriza y mucho menos  buscar sin razones ni motivos por nuestros propios errores, ni culparnos de algo que realmente no hay pruebas ni por un lado ni por el otro. Yo lo veo así, y viendo esta situación a mi parecer todo desean el poder, realmente debería confiar en cada uno de ustedes (?) Yo no lo haría, nadie se ha ganado la confianza de cada uno si no le ha probado su verdadera lealtad, pero está lealtad no es personal es colectiva, ¿me dejó en claro?! una lealtad como Bando o a este Bando para ser más específico, se podría hacer mucho pero personalmente nadie quedará satisfecho del todo.¿Que esperamos realmente?. -

Miró a todos lo que estaban frente a él con enojo y mantuvo esa mirada esperando haga alguna objeción a sus palabras pero nadie dijo nada, no sabía si le habían escuchado pero aún así prosiguió dejando en claro lo que había venido a descubrir y eso sí le resultaba importante de manifestar.

- El propósito real de mi visita es que les traigo una noticia y para todos es de suma importancia, me enteré de algo que mi Maestro de Clan me confesó y ya que aquí andamos reunidos la gran mayoría sería oportuno manifestarles. Según Cassian, el me comentó que se les dijo a los Lugartenientes cómo consejo ya que ellos mismos les pidieron ayuda ante esta situación de no tener un Líder, y debería implementarse a mi parecer ya que sería primordial.
1ero. Los Lugartenientes deberían ya no estar al mando en este corto tiempo hasta las elecciones que son próximas.
2 da. Los que deberían liderar al Bando necesariamente serían los de Mayor Rango en cada Clan y que se encuentren en actividad,   según el consenso que se tuvo en los maestros de clan decidieron que "Kahlan , Ada y Eterno" deberían ser los responsables del Bando en este corto tiempo, donde ellos decidirán todo lo que corresponde y así momentáneamente hasta las próximas elecciones.-

Después de manifestar el comunicado el cuál también le había sorprendido pues no se esperaba realmente ello, pero viendo que los Lugartenientes sabían de ello estos no nos lo manifestaron, eso es bastante raro acaso querrían algo más (?) Miró a Mael y este torció la mirada como si quisiera hacerse el desentendido en eso escuchó hablar a la mujer. Si los Maestros dijeran aquello, ellos tendrían sus razones así que él debía acatarlo sin dudar.

Recordó que había algo más que debía agregar, era sobre la reliquia que necesitabamos otra parte esencial aunque tuviéramos el cráneo fusionado y completo, nos faltaría aquel cuervo que necesariamente debería estar para que ocurra el ritual y así el líder real tome el poder que realmente necesita. "¿Pero dicha criatura dónde estaría? " Se preguntaba.
Aunque le indagó sobre esto a su Maestro no sabía y él necesariamente iba a descubrir y encontrarle a cómo de lugar.

Miró como la mujer hablaba mientras todo retumbaba a su alrededor y las paredes como la cúpula se comenzaron a agrietar para luego caer pedazos tras pedazos sobre nosotros, hubieron gritos y algo le jaló hacia afuera siendo llevado juntos con los demás, era una mano gigante que nos arrastraba.
Viendo huir en ese transcurso a mi felino escaparse y salir del lugar en donde todo se llenó de escombros y polvo por doquier, se vió totalmente blanco como a los demás tosiendo una que otra vez, y observando que todo había quedado en ruinas.

@ Mael Blackfyre

@ Ada Camille Dumbledore

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A pesar de las claras diferencias y recelos que existía entre Mica y Ada seguía pensando que aquel asunto era más político, aunque ahora pude conocer de fuente directa un poco más del pasado de la Gryffindor. Sabía que hubo un tiempo que era de la Orden del Fénix pero nunca pensé que sería la líder, ese no tan pequeño punto me hizo entender ahora mucha más a Ada y su desconfianza, seguramente se cruzaron alguna vez y se enfrentaron, si bien nosotros nunca nos declaramos santos, los de la Orden también mataron a colegas y amigos nuestros, eso no era algo que uno pudiera olvidar de la noche a la mañana.

El ambiente estaba caldeado, tanto que como pocas veces inconscientemente mi mano acariciaba mi varita que la tenía ajustada a mi cinto, como si mi instinto de conservación me advirtiera que en cualquier momento volarían maldiciones y hechizos por toda la sala iluminando el salón y dándole algo más de vida a la reunión y de muerte también.

Por las palabras de Mica una persona más estaba involucrada, era Sagitas, no creía que tuviera tantas ansias de poder, eso me causó una grata impresión de ella, no le conocía ese lado obscuro, llevaba muy bien su papel, si la castaña tenía razón, era admirable toda la estratagema armada, digna de toda mi admiración.

De pronto las paredes empezaron a cuartearse, las lamparas se agitaban como si de un terremoto se tratase, era como si aquella casa se disgustara por aquellas peleas internas, y vaya que eso es interesante, si un culpable estuviese ahí la casa se hubiera encantado de recibir sangre por sus pisos, pero no estaba dispuesta de ser testigo de un derramamiento de sangre pura sin que exista un motivo aparente.

En este momento no había acusadores y acusados, había que salir ese momento o morir aplastados, un gran trozo de mampostería cayo a centímetros de mí, fui ágil a saltar hacia mi izquierda cayendo en el piso, el salir era imperioso, el único problema fue que para el siguiente escombro que caía y yo en el piso no pude ser tan rápido. Cayó sobre mi pierna un gran durmiente de madera apresándome y dejándome inmovilizado. 

El dolor fue indescriptible, aunque estaba seguro que no se había roto ningún hueso pero la presión que hacía aquel gran pedazo de madera contra el piso dejaba en mal predicamento a mi pierna, la cual por más que intentaba no podía liberar. Me di cuenta que al caer, mi mano fue mi punto de apoyo y a su contacto con el piso se produjo un corte profundo en la palma, el dolor de la pierna había hecho que aquel detalle pase por desapercibido, pero mi sangre sería de utilidad.

Apreté mi puño haciendo que brotara mayor cantidad de sangre e hice que goteara sobre la madera que me apresaba, la sangre corrupta carcomió la madera con la rapidez necesaria como para que con un certero golpe con mi puño cerrado pueda partirla a la mitad y liberarme. Me incorporé y cojeando traté de avanzar ahora con mayor cuidado y observando al techo para no tener más sorpresa, todos se veían bien, ahora había la forma de salir, y esperaba que esta vez sea con mis extremidades completas.

@ Mael Blackfyre@ Mica Gryffindor

@ Ada Camille Dumbledore

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La realidad era innegables el pasado de las personas podía ser su condena en su propio futuro  había dejado en claro cual era mi punto de desconfianza con la Gryffindor al exponer porque no era para mi alguien en quien mantener a mi lado. Mael no había hablado en absoluto pero Mica me encaro dándome más razones para sonreír, había perdido el control y en sus palabras solo dejó a ver  a los demás demás porque de todo. No pude evitar sentir satisfacción al verla fuera de sus casillas, ella misma había dado el paso a su perdición en el momento en que había confesado que había sido la mismísima Líder de la Orden del Fénix. Sentí una pulsada de dolor en pensar mi madre, de quien había sido separada por seguirlos a ellos y militar en sus filas y reverdecer el rencor a aquella organización que pretendían ser rectos y solo disfrazaba su falsedad y falta de lealtad a los suyos propios.

 

-  ¿celos dices? Creo que te estas proyectando en mí,  mira que siempre he trabajado arduamente al lado de mi Lugarteniente sin problema alguno y jamás había existido ningún inconveniente y casualmente apareciste tu y sucedió, lo siento, no creo en las coincidencias.

 

Mi voz había salido tan melodiosa, que se notaba a leguas la ironía. Apenas había escuchado a la Gryffindor y me disponía a responderte cuando un ruido resonó por la habitación, voltee a ver de donde provenía y el Homúnculo a mi lado se movió con rapidez a mi espalda, apenas había pasado unos segundos cuando una gran grieta se abrió sobre nuestras cabezas, sentí el agarre de alguien y lo siguiente que vi fue estar fuera de la habitación y que varios estaban cerca, la mano que me había sacado de allí era de @ Mica Gryffindor . Me solté de ella de manera brusca.

 

-    Gracias a los que lideraste muchos aquí hemos perdido seres queridos, será mejor que pruebes que no tuviste que ver, porque nosotros no somos de contemplar simplemente.

 

Las nauseas me atacaron de nuevo y me aleje un poco había la escalera sosteniéndome de uno de los muros. Trataba de ver donde estaban los demás, no veía a mi hermana ni a mi tío, tampoco a Kyle. Pero no tenía fuerzas gracias a las arcadas que empezaban a llegar a mi, no tenía nada en el estomago pero aun así no podía evitarlo. Tras unos momentos me volví a ellos, quise entrar a ver donde estaba mi hermana, no veía a @ Mael Blackfyre , todo era muy confuso. 

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Ministre de la Magie Français // 🌙 dulce asesina by Mael

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... sumergido en aquel ambiente brumoso que no me permite ver definida nada ni a nadie... la desolación es mi acompañante... no es seguro que sea un lugar físico, pero mi cuerpo lucha contra aquel malestar general que no me deja moverme con entera libertad, mis pensamientos, que son como una madeja de imágenes que en nada se ve alguna claridad, parecen ser las causantes de que mi cabeza se partiera en pedazos, el mareo es intenso... nadie puede entender como me afecta el poder que me confiere el cup onírico... ver "historias" que llegan a la mente desconociendo aquellos rostros, solo me envuelven en desesperación...

Soy un mero espectador, pero no me es posible mantenerme impávido... no cuando diferencio que alguien lleva una máscara sobre el rostro... son de mi Bando y de inmediato una punzada de dolor atraviesa mi pecho... las sensaciones se suceden implacables, la debilidad en medio de aquel delirio donde visualizo imágenes entremezcladas con el pasado y el presente... la falta de fuerzas físicas por   sabe diantres que motivo... ah... aquel zarpazo de esa serpiente con alas grisáceas, un wirngur que intente capturar... ese fue mi error, lo que me trajo al filo de la muerte... y carezco hasta de la paz que va de mano con cruzar al otro mundo...

Los parpados me pesan, incomodan por ese calor que trasmiten a mis ojos, una imagen de alguien que si conozco... una bruja que me inspiro a seguir le fielmente... Arya... la veo rodeada de bestias que ella golpea implacable con hechizos que salen de su varita, pero las bestias son la materialización de la ignorancia, la intolerancia, el odio, el miedo... esa bestia es la más enorme, la que es imposible detener en seco, tiemblo ante lo que va a ocurrir... mi líder en merced de aquella bestia enviada por las organizaciones muggles en contra de mi gente: los magos y brujas...

Grito tratando de advertirle, llamando a los míos para ayudarla... las imágenes mutan y veo a Anne, otra de las brujas que fue un faro en la oscuridad donde transitaba y ella me mostro lo que la oscuridad ofrece a quien la acepta... ella se adentra en la niebla y la certeza de que se encuentra perdida me entristece.

Un ardor vuelve a llegar a mi piel... no es la primera vez que lo siento... han sido varios llamados que no he podido acudir... me escose y sacando fuerzas de flaqueza, me logro incorporar, las perlas de sudor caen a mi cara pero es apremiante acudir pues la imagen mental me muestra que la mansión Riddle se desploma...

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Sintió que Mael la soltaba por primera vez en todo el tiempo que llevaban desde que dejaron atrás en la Potter Blue, al hacerlo sintió de repente cómo todo lo negativo que sentían por ella la golpeaba, como un dolor físico intenso. ¿Qué era lo que él generaba en ella? No era tiempo de detenerse a pensar en ello, pues la casa estaba desmoronándose sobre sus cabezas. No se detuvo, jalando con fuerza a Ada fuera del recinto, pese a la resistencia de la muchacha. En su mente resonaban sus palabras que la acusaban de ser ella la que sentía celos y que mencionaban a Mael como “su Lugarteniente”. ¿Si sentía celos? Claro que los sentía. No iba a detenerse a negarlo y menos ahora.

Una vez fuera de la sala, parecía estar todo más estable, pero ¿Por cuánto tiempo? La Riddle había parecido reaccionar ante el descontento que había entre sus integrantes. ¿Seguirían discutiendo sin dar importancia a cuál era el verdadero problema? Ada parecía estar decidida a seguir arremetiendo contra la Gryffindor, quien, aparentemente, pasaba a ser la causante de todos sus males. Ahora la culpaba de las bajas sufridas por la Marca Tenebrosa durante su mandato.

-¡Como también hubo muertos del otro lado! Todos al elegir un bando o el otro sabemos que estamos arriesgando nuestras vidas por la causa, quien no está dispuesto a arriesgarla es que no es realmente parte de la lucha. Cada uno de nosotros es responsable de su vida y de proteger la de sus compañeros de batalla -ella parecía no lograr comprender, cegada por culpara vaya a saber por qué motivo. En su interior quería gritarles el nombre de Elvis, echarles en cara su muerte pero no lo hacía ¿Por qué? ¡Porque la vida de su mellizo había sido luchar contra el bando mortífago, él sabía que ponía en riesgo su vida por la causa! Sin embargo, quienes habían fallado eran sus propios compañeros de bando, quienes no habían cuidado sus espaldas en el momento más crítico. Así funcionaba...

Notó que ella se alejaba y apoyaba en la escalera, parecía no estar bien. ¿Qué le sucedía? La atención de la castaña viraba desde la Dumbledore hasta la casa, pasando por aquellos que lograban salir de la habitación derrumbada. Notó la herida en la pierna de Mefistófeles, parecía bastante dolorosa. Curación, pensó, cerrando su herida sin que supiese que fue ella, aprovechando para darle un momento a Ada.

-Ven, necesitas aire y aquí no estamos seguros. -Notaba que las grietas se extendían por toda la residencia. -Todos, afuera, esto parece estar a punto de caerse -les indicó, pues parecían estar a punto de instalarse en esa otra estancia.

No esperó a que la Dumbledore dijera que sí, tomó uno de sus brazos para pasarlo por encima de sus hombros, guiándola hacia la salida mientras el resto decidía qué hacer. Una vez en el exterior se alejó un poco, hasta encontrar un banco en el cual sentar a su compañera.

-Luego sigues odiándome y gritándome lo que quieras, ahora ocúpate de respirar e intentar calmarte. -no necesitaba escuchar más nada, el grupo no iba a aceptarla, su pasado la condenaba. -Me iré si así lo quieren, no puedo obligarlos a que confíen en mí…- la idea empezaba a forjarse ¿qué más podría hacer? ¿Quién cuidaba sus espaldas ahora? 

Se dejó caer al suelo, apoyando la espalda en el banco. Estaba demasiado cansada.

Fue entonces cuando un estruendo la hizo volverse hacia la mansión. El edificio se derrumbaba por completo, temblaba desde sus cimientos hacia la zona más alta. Sacó la varita, instintivamente, concentrando sus energías en mantener en su sitio la estructura, intentando canalizar toda su magia para que la edificación no se desmoronara. Sola no lo lograría, claro que no…

Editado por Mica Gryffindor
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En forma instintiva y marcada por el hábito, rasgo el aire con su varita, el portal se abrió frente a él, en el centro se arremolinaba una luz neón verdosa, la cual atravesó con la premura de llegar antes de que la visión del derrumbe de la Mansión Riddle ocurriera... quizás era una profecía que el cup onírico le advertía para evitar aquel desastre...

Esperaba que no fuese una visión de un acontecimiento real sino simbólico, aunque si fuese de esa última característica, él poco sabía de como enfrentar esa problemática... llego afuera de la propiedad, del centro de operaciones y reunión del Bando Oscuro y lo que sus ojos captaron fue indescriptible.

No tiene la certeza de cuantos o quienes han quedado en el interior de la mansión, en las imágenes mentales le pareció ver que los que discutían se hallaban en una de las salas pero a la vista son solo  algunos los que se encuentran en los jardines, la conmoción del mago le petrifica por un momento, pero reacciona como si se encontrará en el Coliseo de Mulciber... alzo su varita, apretó sus dientes esforzándose en concentrar su poder mágico, era vital ejecutar sin error aquel poder que le trasmitió el guerrero Uzza, era momento de apoyar, con una floritura precisa invoco una Aura -- ¡¡Aura de Poder!!-  De su varita surgió una lluvia de estrellas que inunda el cielo y garantiza que todos sus compañeros lograrán lanzar hechizos de un rango mayor al que ostenten normalmente.

Solo entonces el nigromante avanza hasta la edificación que por arte de magia permanece de pie, los muros agrietados se fraccionan en pedazos y el techo esta por desplomarse.

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¿Me estás amenazando, Gryffindor? No me da miedo morir por la varita, y las cosas que yo hice o dejé de hacer es algo que sencillamente le compete al que estaba entonces a la cabeza, no a ti que no eres más que un segundo al mando... —escupió casi Maida cuando pudo sentir la respiración y la varita frente a ella, tenía tanto instinto de supervivencia como el de un suicida en medio de la caída, si iba a morir en la Riddle, que así fuera, no se iba a amilanar simplemente por que quisiera que siga a ciegas y a tientas a alguien que no conocía de nada. Como pocas veces, porque esa no era la actitud normal de la mortífaga, tenía la barbillas alzada, lo que en medicina podían llamar quizá una lucidez terminal, a lo mejor, luego sus ojos se quedaban fijos mirando el techo de la mansión mortífaga—, yo he actuado siempre que he creído necesario hacerlo, ingresar a una habitación matando a diestra y siniestra me parece una reverencia hacia lo más reptiliano de nuestro ser, no me rebajo a ensuciar el suelo con sangre mágica de no ser necesario. Extremadamente necesario. 

Unos mas hablaron, terminó viendo unas chispas saliendo de la varita que podía asesinarla, estaba segura que evitaría reunirse con los mortífagos una vez terminada semejante reunión irrelevante, ¿por qué había acudido al llamado de Ada? Negó con la cabeza intentando buscar la respuesta en su cabeza, pero no la halló. Lo que minutos más tarde escuchó fueron las palabras de Mica, ¿y quién la acusaba por haber sido líder fenixiana? Si bien era cierto, que ella era una de las pocas que no había terminando cruzando al bando contrario, no tenía nada contra las que decidían luego de un tiempo tomar el camino oscuro, sobre todo si, como Mica, eran de sangre pura, es más, hasta respeto podía llegar a tenerle por haberse mantenido Gryffindor y sin manchas de por medio. De ahí a defenderla o arriesgar por ella, había un largo trecho. No hubo mucho más tiempo para algo más, la casa entera comenzó a retumbar y aún cuando la discusión se tornaba cada vez más caldeada, los que claramente tenían la mente más fría, decidieron proteger a los que, como Maida, tenían la sangre a punto de ebullición. Cuando por fin la Yaxley pudo darse cuenta la situación, desapareció de la mansión para volverse a aparecer fuera de ella. El bastión tenebroso parecía a punto de desplomarse frente a los ojos de los pocos que habían acudido al llamado.

¿Tan mal estaba todo?

Por si fuera poco, uno de ellos, comenzó a recitar indicaciones que, según él provenían de los maestros de los clanes, dejando a Maida más sorprendida que nunca. ¿Era así de sencillo quitarles el poder a los Lugartenientes? ¿Qué clase de juego pretendían desatar Cassian y sus compañeras? ¿Acaso en el futuro de la casta mortífaga se aproximaba una guerra civil? Y, de ser así, ¿qué posición debía tomar Maida? Bruja que se preguntaba, o comenzaba a hacerlo, ¿dónde estaba Sagitas? ¿Habia decidido acaso irse como Arya? Vio a Mica y a Anthony lanzar hechizos que contuvieran el desplome de la mansión e intentó lo mismo, cosa curiosa se sentía bastante más fuerte que de costumbre, empuñando la varita con dirección a la mansión. No importaba cuánto le podían lastimar los recuerdos que aquella casa le trajeran, tampoco podían desplomarse así, y hacerse polvo, polvo que pronto se escurriría entre sus dedos si no lograban detener todo eso.

— Vechna vyarnost kŭm chistata krŭv i tŭmniya beleg —siseó en su idioma natal. Juraba fidelidad eterna, pero no a los presentes, ni siquiera al más grande ausente de todos, sino a la causa, a lo único que de ahora en adelante podía aferrarla a seguir despertando día con día: la Marca Tenebrosa. 

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El cielo oscuro se les estaba viniendo encima, provocando una reacción real en todos los que estaban congregados dentro de la mansión Riddle, causando que salieran cada uno con los medios que tenían a la mano. La reyerta desatada entre Ada y Mica, estrepitosamente paso a segundo plano, dándole la oportunidad de actuar por mero acto reflejo, desviando sus ojos hacia donde debía estar @ Juliette Macnair . La ausencia de la joven en su radio de visión, colapso de manera irremediable sus sentidos, impidiéndole librarse de que una loza cayera sobre su brazo izquierdo, causándole un dolor profuso que se extendió desde la zona del codo hasta la clavícula— ¡¡¡ Maldita sea !!!—tragándose la sensación de preocupación, daba un latigazo certero con su varita— Necrohands—pensó invocando el par de manos que le ayudaron a sacarse parte de las rocas de encima. 

Sintiendo como el peso se aminoraba, centrando su atención en el navío que llevaba tatuado en su cuerpo. Las enseñanzas de los Senescales de Caronte, fluyeron como lo hacen las aguas envenenadas de una fabrica industrial que labura con elementos químicos. Cada uno de los que le daban forma a la máscara que evitó que su rostro se viera afectado por el impacto de los trozos del techo que no dejaban de caer como granizo desde el firmamento— Solo espero que este bien—repetía mentalmente. Aferrándose a la última charla que tuviera con la mujer, recordando la palabra que empeñaron uno en favor del otro.

Levantándose del suelo sacudía sus ropas, preocupándose por todo menos por la tela destrozada de sus pantalones. Observando si no quedaba nadie dentro junto con él, donde se había metido su hermano @ Eterno Black Triviani  y su cuñada @ Malum Luxure — Misión de rescate en proceso—bromeaba un poco sintiendo el metal que se adhiriera a sus papilas gustativas. La sangre corría por su labio en pequeños hilillos que empapaban delicadamente su camisa, arañando la nula razón que estalló en un movimiento calculado para evitar que un bloque que se desprendió del suelo, le diera justo en la cabeza. Limpiándose el sudor inexistente del metal de la máscara, recorría con paso tranquilo el rumbo que le conducía a hacia la salida.

Gritos ahogados de las torturas pasadas, se agolpaban contra su anatomía. Fantasmas que deseaban verle perecer como lo hicieron ellos bajo el yugo del poderío de la marca tenebrosa y sus huestes implacables a la hora de sesgar una vida humana. Lanzando un detritus sobre el tras gritar con todas sus fuerzas, se relajaba pensando que estaba tendido en medio de una playa paradisiaca, aquella fina capa gaseosa lo rodeo librándolo de cualquier daño que quiera arremeter contra el.

Si llegaba a ser abrazado por la muerte, partiría de ese mundo con la firme idea de que todo lo acontecido era la brecha que daba inicio a un nuevo comienzo mucho más glorioso y benéfico para la Marca Tenebrosa.

@ Mael Blackfyre @ Ada Camille Dumbledore @ Anthony Ryvak Dracony @ Sagitas E. Potter Blue @ NoTazz @Todes xD

  • Love 2
  • Me encuerva 2

Cuando eres tan grandiosa como yo, es difícil ser humilde

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Básicamente ya eres la mitad de una maldición

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