𝕰𝖑 𝕿𝖔𝖗𝖓𝖊𝖔 𝖉𝖊 𝖑𝖔𝖘 𝕿𝖗𝖊𝖘 𝕸𝖆𝖌𝖔𝖘

[Luna Gryffindor Delacour]

Luna Gryffindor Delacour - Hogwarts, 17 años, Último año en Hogwarts.

La carta que le había llegado con la invitación a ser la representante de Hogwarts en Bulgaria la hizo sonreír, estaba feliz porque se volviera a realizar el torneo de los 3 magos y de la posibilidad de poder participar en dicha celebración.

 

Era evidente que la Gryffindor había ordenado su ropa mas abrigada, ya que sabía que en el país escandinavo haría un frío terrible, por ende llevaba sus sobretodos, sus buzos y sus pantalones de abrigo muy bien guardados en su valija que decía Hogwarts, esperando poder representar a su colegio lo mejor posible.

 

Llegaba a Durmstrang en un carruaje tirado por unos caballos invisibles de los cuales nunca había aprendido su nombre, la pelirroja estaba nerviosa porque nunca había estado lejos de su familia y sería la primera vez que viviría una experiencia semejante en un país que le era completamente ajeno.

 

Cuando se detuvieron sus compañeros de Hogwarts bajaron charlando de los acontecimientos que se viviría allí, por su parte solo pudo asentir a su amiga y continuar caminando con ella al lado, intentando pasar lo más desapercibida posible.

 

No les costó tanto encontrar el castillo, tenían en sus manos las banderas con los estandartes de Hogwarts para la representación de la casa y espero a que su jefe de casa, tocará la puerta para poder pasar adentro de tan magnífico colegio.

 

Agradecía haberse abrigado con el tapado por el frío que hacía en esos momentos y sonreí, cuando al fin pudimos pasar para empezar ahora sí el banquete y porque no la selección de algunos de mis compañeros, a la espera de que me eligieran una vez que pusiera el papel en el Caliz de Fuego.

 

 

[Mael Blackfyre]

La llegada ante aquella gran ceremonia fue en mi forma animaga. Dumstrang sería la sede para el Torneo de los Tres Magos, donde habría centenares de personas observando la participación delos presentes en las diferentes pruebas. Y era un colegio que aún no había conocido a pesar de haber pasado por varios colegios. Cuando me había dado cuenta de la reputación que portaba, me había arrepentido de no haber insistido en ir al castillo. Los aires me permitían observar todo con mejor detalle, cada centímetro, cada árbol, cada persona que entraba al lugar.

Aterricé cerca de una gran plaza principal, dándome cuenta que allí se llevaría a cabo todo. Cuando me convertí en humano, me acomodé mejor el cuello de la túnica, que en ésa situación era negra y simple. Cubriendo por completo una camisa y pantalón del mismo color. Y unos grandes zapatos que resonaban por cada paso que daba. El bullicio era el protagonista allí, hasta que el director nos dio la bienvenida. Aproveché ese momento de distracción para ubicarme donde creía que estaban mis dos camaradas, Mefistófeles y Maida. Y así los encontré, claramente. Apoyé una mano en el hombro de la bruja y un apretón de manos con el chico. 

El banquete duró al menos unos buenos minutos. Todos los interesados habíamos colocado nuestro nombre en el Cáliz de Fuego sellando nuestro destino y contrato con aquel objeto mágico. No tenía demasiado que perder pero de lo que estaba seguro era que podría ganar mucho más: algunas relaciones importantes, objetos o incluso galleones. Aunque un poco de fama no le vendría mal a nadie. Comimos hasta saciarnos pero no me sobrepasé, ya que sabíamos que pronto empezaría la ceremonia y la Primer Prueba.

¿Acaso funcionaria lo que habíamos hecho con los chicos? Esperaba que sí. El director silenció a todos y empezó a hablar protocolarmente como lo hacían los directores. Miré nuevamente a los chicos esperando que dijeran algo más o intuyeran si todo iba a ser como lo habíamos destinado. La voz de Kraven Von Alexandros resonó con el nombre de los tres y abrí tanto la boca como los ojos. Estábamos dentro. Me acerqué lo más que pude a ambos.

— Entonces… ¿Tenemos un pacto? Contra todos y luego, el mejor de los tres —les guiñé un ojo y les sonreí. Habíamos estado hablando algunos días atrás, aclarando que podríamos darnos una mano por representar al mismo colegio. Pero que al finalizar, lamentablemente uno solo podía ser el ganador, por lo que pasábamos a ser amigos a la final unos enemigos, por asi decirlo. Les hice una seña, listos para empezar con la primera prueba, dictaminada en el lago.
 

@ Maida Black Yaxley  @ Mefistófeles Evil.

[Eterno Black Triviani]

Llegando a los límites de aquel lago mientras Joya se encontraba parada sobre una roca qué pendía en lo alto mientras observaba lo imposibilitada que se encontraba para poder descender ya que los peñascos se podrían desprender. 

Recordó qué se le había dicho qué necesariamente debería entrar en aquel lago y allí sumergirse lo más profundo que pueda para encontrar un objeto aquel que la traslade a otro punto. Lo que no le dijeron era que al fondo había muchos barcos y tenía que escoger alguno de ellos, todos se parecían y era la misma cantidad de los participantes, se retiró sus zapatos los cuales los guardo en su pequeña mochila la cual era impermeable. Sí o sí tenía que ir así que ella respiro lo más hondo para exhalar y así relajarse un poco antes de saltar. Con varita en mano hizo un pase sobre su rostro mientras profesaba unas palabras del hechizo qué le permitía convertir su rostro como parte de sus pectorales en un tiburón blanco creciendo branquias en su cuello al mismo tiempo que caía después de haber saltado y al ingresar en el agua de una manera suave colocando en la cabeza al frente mientras sus piernas ingresaban al final. 

Poco después notó mientras buceaba hacia abajo qué se le hacía muy fácil sumergirse ya que sus manos y sus pies le habían salido aletas, era la primera vez que experimentaba esta forma la cual tenía y no era tan feo como digamos, parpadeo unas tantas veces para aclarar su vista llevando a un esa varita en su mano muy atenta oliendo lo que tenía a su alrededor usando que el sonar interior para poder ubicarse ya que había estudiado todo tiburón era algo ciego. Aprovechó bien sus cualidades de buzo que la preparación militar le había dado, aquello resultó bastante útil para poder ubicarse y lograr detectar a qué distancia se encontraba aquellos barcos, bajo cada vez más sintiendo las paredes de uno de ellos palpando encontró la escotilla y entró por la misma usando su varita para lanzar el hechizo que le permitía romper esa cadena que la mantenía segura la puerta, retirando la cadena puso sus brazos para abrir la puerta y así ingresar en el interior.

Sentía una picazón en su ojo izquierdo y sus manos no llegaron al mismo decidió aguantarse un poco hasta que acabe esta prueba, pensó otra cosa para no ocuparse de ello y viendo que se acercaba más hacia el centro del barco y escucho levemente un zumbido la cual le puso alerta aún así siguió bajando y avanzando adónde su nariz le indicaba.

Al medio de ese barco bajo por unas escaleras que corroidas por el tiempo se despedían cuando ella pisaba sobre estas, cuándo la escalera llegó al fondo después de haberse roto hizo un sonido hueco, yo creo ver que algo se acercaba era borroso no era tan grande, pero no era uno eran varios qué tenían como brazos largos y que avanzaban rápido se ella, pensó sí correr o quedarse a defender su posición que se encontraba.  Su sonar interno le indicaba qué debería seguir hacia abajo de que algo había ahí, esa curiosidad cómo la intriga le mataba, pero antes que todo debería preocuparse por lo que iba a venir. Unos tentáculos golpearon su espalda mientras otros dos abofearon el rostro por ambos lados, lo que le hizo apretar más los dientes dejando la sensación que los mostraba por el dolor en señal de amenaza.

"Ella sola no podía luchar contra todos así que decidió bajar quizás abajo logré controlar la situación". Pensó, realizando un rayo hacia la parte inferior de dónde se encontraba y así abrir un pequeño forado en el casco del barco, el cual solo su cuerpo podía ingresar para luego escaparse momentáneamente, usando un levicorpus e indicar llevando al objeto seleccionado para que tapé dicha entrada, unos sonidos toscos provenientes de afuera intentaron romper el bloqueo, pero no pudieron hacer mucho y buscaron otra forma de poder ingresar.  Su intuición le dirigía esperando que esta no se equivoque, logrando encontrar un cofre o algo que aparentaba ser lo mismo, ya que era una almeja gigante de color oscuro que de vez en cuando abría y cerraba. Imagino cómo solucionar este problema, empezó a contar cuánto se demora en cerrar y aprovecho que estaba abierto para realizar un acción medallón el cual brillo temporalmente elevándose un momento de donde estaba y cayó nuevamente del mismo lugar donde había salido. No le quedó de otra que esperar a que vuelva a abrir y aletear lo más rápido que pueda para poder cogerla y así salir. Pero recordó que solo necesitaba tocarla.

Guardó su varita la cual se desvaneció y mientras contaba se preparó para partir, avanzando lo más rápido que pudo viendo como esta se abría mientras su cuerpo ingresaba y al punto de cerrarse su nariz tocó la pequeña botella que se quebró dejando el pergamino al descubierto, el cual empujandole movió  el  Medallón  afuera, sujetándole a este con los dientes fuertemente. Sintiendo una adormecimiento al ser trasladada a otro lugar, dando vueltas y vueltas en un remolino qué le apareció que duró mucho tiempo y aparecer luego en Beauxbatons o eso ella pensó. Parecía qué era la primera en llegar a este lugar, esperando que las demás participantes llegasen con una sonrisa en el rostro aunque muy tranquila. Observaba como su compañero llegada cómo los demás y se acercó al mismo saludarle para ver cómo se encontraba.

@ Malum Luxure

Editado 23 de Agosto del 2022 por Eterno Black Triviani

[Darla G Dumbledore]

Tessa Brower - Academia Beauxbatons

Estaba allí, rondando las mesas, apenas había probado algunos bocadillos y disfrutado de una cerveza de mantequilla, sí, por suerte había conseguido algo light. Estaba allí, pensativa cuando un joven de morados cabellos y ojos de cielo se le acercó, saludándola.

–Hola… pues sí, confieso que estoy ansiosa –reconoció al desconocido y se sorprendió de sus siguientes palabras, se hubiera ruborizado si pudiera de hecho –oh… no, no, yo no –negó sorprendida que la creyera poderosa, si supiera, había estado por tonta en peligro ese último año –no digas eso, estoy segura que si eres idóneo para estar acá –dijo con seguridad.

–Un gusto Ryuo, mi nombre es Tessa Brower, aunque puedes decirme solo Tess, y ambos somos novatos pues –tomó la mano que le tendía el joven con calidez y le dedicó una dulce sonrisa, le caía bien, la hacía sentir a gusto sin dudas y era como tener una bocanada de aire fresco y puro a su lado, sentía que podía confiar.

La emoción la embargó cuando la ceremonia dio inicio. No es que Tess fuera una joven tan sensible, lo había sido en el pasado, mucho tiempo atrás, pero las competencias podían con su ser. Era algo innato en la mayoría de las brujas del clan Akane.

Hogwarts y Durmstrang fueron los primeros en tener sus campeones y cuando el cáliz escupió su nombre y el de un joven Belmont por Beauxbatons no pudo evitar lanzar un grito de felicidad haciendo un gesto de triunfo. Claro que en realidad ahora iniciaba el verdadero desafío.

–Perdón –se disculpó con Ryuo por su emoción pero minutos después lo abrazó con orgullo, felicitándole por su elección –¿Ves que si eres digno? –dijo perdiéndose unos segundos en esos ojos tan profundos del joven.

Cuando siguieron al Director y éste explicó en que consistía la primera prueba lanzó un suave silbido. Un tesoro en el lago, vaya, esperaba que nadie terminara congelado, a ella no le terminaba de importar, estaba segura que lo podía soportar, aunque debía reconocer que sí había un par que le preocupaban y sin dudar ayudaría en caso de necesidad, no quería perder a su recién conocido amigo.

La mayoría fue preparándose, ella se tomó su tiempo, se quitó su abrigo, las botas y guardó todo en su mochila, recogió sus rubios cabellos en una trenza y luego aplicó un impervius a su ropa, estaba lista, pero pensaba tomarse el tiempo que el director les había otorgado.

@ Anthony Ryvak Dracony

 

[Maida Black Yaxley]

Maida recibió con una sonrisa tanto a Mefistófeles como a Mael, en las últimas semanas había compartido lo suficiente con ellos como para no sólo considerarlos compañeros obligados en aquella visita a su alma mater, además eran mortifagos los tres, por lo que su fidelidad se encontraba tácita entre el aire que corría entre ellos. Bebió algo de zumo durante la cena pero no comió nada sólido, estaba un poco ansiosa porque sin tener la mínima intención de hacerlo, su nombre también había sido introducido en el Cáliz. Vio entre los ex alumnos a varios de su generación, pero si ahora ella era considerada tímida, seguramente ellos aún pensarían que era muda, no hablaba con casi nadie...y ese casi no iba a romperse pronto. 

La voz de Mael la sacó de sus pensamientos y solo entonces, se dio cuenta que habían sido escogidos para participar en el Torneo, abrió los ojos a todo lo que daban sus párpados. ¿Ella campeona de Durmstang? ¿Qué clase de trampa era esa? Vio de soslayo al joven director de su escuela, quién también pertenecía a las filas oscuras. ¿Acaso había en ese lugar una misión de la que no estaba enterada? No podía ser del todo frontal con Mael habiendo tanta gente alrededor.

- Si, el pacto sigue tal cuál, pero cuéntame un detalle antes de intentar sumergirme en ese lago -dijo con tono suave mientras mentalmente activaba un hechizo para que solo Mefistófeles y él pudieran oírla-, ¿Sólo hay que buscar el tesoro? ¿O hayalgo más que haya hecho que estemos todos hundidos hasta el cuello?

Le sonrió de lado, aunque dado que ella era visiblemente más pequeña que él, se veía más graciosa que amenazante. Tampoco pretendía serlo, pero pues, se supone que eso se esperaría no solo de una mortifaga, sino de una egresada del Instituto Durmstang, la fama oscura les precedía.

- No tengo problemas en seguir órdenes siempre que estás sean claras -dijo, resuelta y finalmente encogió los hombros-, el lago tiene muchos mitos alrededor, mitos que van más allá de los Kelpies, tengamos cuidado porque solo un casco-bruja no creo que nos sirva. Los tres tenemos la ventaja de la localía, ellos no tienen idea de lo que esconden estas paredes. ¿Cuentan con branquialgas? 

Maida se puso de pie, colocándose adelante de ambos y dirigiendo el camino hacia el borde del lago. Minuto tras minuto, la iluminación del salón los iba abandonando. La bruja pensó considerar el uso de los armarios de las clases de herbología, pero luego recordó la ruta hacia la sala de Pociones.

- Vamos, según tengo entendido, aún nadie descubrió el armario de cuarto -sonrió mientras confiaba en la vieja leyenda escolar que indicaba que los alumnos de cuarto, una vez obtenido el permiso de navegar y explorar el lago, se hacían con toda clase de artilugios y Pociones para sobrevivir más tiempo respirando bajo el agua-, ¿Creen que la contraseña del mueble haya cambiado?

 

Ella daba por sentado que sus compañeros entendían a lo que se referían, después de todo, eran todos alumnos de Durmstang, esas cosas nunca se pasaban por alto. Siguió adelante de ambos, mientras bajaba al sótano, en busca del aula de Pociones.

@ Mefistofeles Evil  @ Mael Blackfyre

[Malum Luxure]

La primera prueba había empezado, escuche atentamente en que consistía...buscas un tesoro en el fondo del lago pero para ello tendríamos que resolver algo, por lo visto me tendría mojar y no era que no me agrade ya que soy un muy buen nadador, el deporte es mi pasión y lo disfruto mucho.

-Casco-burbuja.- Apure el hechizo para luego introducirme al agua, se sentía un poco fría pero no era en sí un gran problema.

Empecé a nadar mientras me acostumbraba al entorno, mientras más me sumergía más oscuro se volvía, la fauna también se estaba poniendo más extraña, la verdad era llamativo pero no debía desviar mi intención principal, usando mi propia varita como linterna me iba guiando, tenía que buscar un barco pero al parecer había muchos lo que lo habría un poco más complicado, al parecer copias del mismo de Durmstrang así que me tendría que armar de paciencia.

Al ingresar al primero una horda de esqueletos malditos salió a mi encuentro, sentí por esos pobres seres que fueron a perecen vaya a saber en qué circunstancia, pero luego lo pensé mejor y podrían ser piratas...entonces sería mejor que dejen de existir, sería muy divertido darles con mi bate de quidditch especial pero no era posible, así que no me quedaba más que usar mi confiable varita.

-Expulso!.- Fue lo primero que vino a mi mente viendo como en Rayo les daba de lleno al apuntarles pero no resultó ser muy efectivo o por lo menos no como creía, así algo mejor sería explotarlos de forma definitiva.

Sí usaba el hechizo que quería podría poner en riesgo a los demás o destruir mucho las estructuras, pero bueno era parte del reto no dejarles el camino fácil así que no me preocupe más, mi propia magia me abría paso mientras iba dejando un desorden de huesos, cuando ya estaba sintiendo el fastidio de no encontrar lo que quería, la lucha era intensa, no sabía de donde salían pero parecían no acabar.

Estaba un poco cansando con él cuerpo algo magullado pero seguía hasta que di con el Tesoro al parecer la pequeña botella con un pergamino y un medallón, este último objeto era un traslador que al usarlo me llevaría a la siguiendo prueba, pero esto no terminaba así que con los objetos bien guardados me dispuse a volver a más abierto.

------------ ❤️

[Mael Blackfyre]

LAGO. Primera Prueba.
El camino hacia el lago fue demasiado rápido desde nos encontrábamos aquella Plaza Principal. Había sido un golpe de adrenalina escuchar el nombre de nosotros tres como representantes de nuestro propio colegio. Me sentía cómodo al saber que mis dos compañeros mantenían su palabra, teníamos que ser sutiles pero al trabajar en equipo de manera local, ganaríamos más que ventaja sobre los demás. Incluso si pudiéramos derribar a alguno en el camino, mejo todavía. 

Me mantuve como una estatua esperando a que Maida bajara a la sala de Pociones para hacerse con aquellas branquialgas y además, alguna poción que nos pudiera ayudar. Mi varita se encontraba aferrada entre mis dedos mientras el resto de los campeones y campeonas se acercaban al borde del lao e incluso algunos lograban empezar con la Primera Prueba. Si estaba seguro de algo es que cada prueba sería cada vez más difícil, asi que necesitábamos ahorrar tiempo. Cuando vi la figura de Maida regresar, tomé uno de los objetos que me brindaba.

— Con las branquialgas me alcanza. Usen su varita, ya saben cómo localizar los tesoros. Podemos separarnos, abarcaremos más terreno —les comenté a los chicos mientras Mefistófeles, Maida y yo caminábamos justo al borde del agua y les susurraba “Si pueden sacar de encima a alguno, también”. Y una sonrisa se marcó en el rostro de los tres. Me metí las branquialgas dentro de la boca y en el momento que las tragué, ya pude sentir la magia de lleno.

Tanto las manos y los pies se envolvieron en aquella fina capa de piel que simulaban aletas. Tomé mi varita y la agité dos veces: la primera hizo que aparecieran unas antiparras y con la segunda, la ropa y aquel artefacto se impermeabilizaron. Me lancé al agua sin dudarlo. Ya teníamos el plan con los chicos y solo restaba enfrentar la primera prueba. Tomé mi varita con ambas manos y la apunté hacia abajo, juntando los brazos. Con mis patas ayudaba a descender pero fue aquel encantamiento que me impulsaba hacia el fondo del lago, donde cada vez se hacía más denso y oscuro.

“LUMOS” pensé, iluminando un gran entorno a mí alrededor. Y notando dónde me encontraba, y con quién. Tenía una gran desventaja, estaba debajo del agua. Había muchos hechizos que no podía utilizar, pero la gran ventaja era la magia oscura que conocía. Y de la que estaba orgulloso de utilizar. Ante la primera aparición de esqueletos, que iban automáticamente hacia mí, pensé en unas Necrohands, las cuales no tendrían el problema de ahogarse. Éstas emergieron fantasmalmente y fueron contra aquella amenaza. Las manos eran como una pantalla a mi delantera. Con mi varita en ésa misma dirección, iba ayudándome a recorrer el agua mientras las manos se aferraban a los esqueletos y los partía al medio, los empujaban lejos o aplastaban contra una roca o el suelo.

La luz de mi varita me permitió ver que unos cuantos metros después, donde los esqueletos aparecían de a más cantidad, aparecía la figura de un gran barco. Dentro estaba el tesoro, estaba seguro. Con una orden mental mas, las manos se arrastraron y continuaron haciendo su trabajo. Estaba más cerca. ¿Mefistófeles y Maida?

___________________________________________________________________________________

Resolución de puzzle: 7:47min. — 2 posteos.

Editado 1 de Septiembre del 2022 por Mael Blackfyre

[Darla G Dumbledore]

 

Tessa Brower – Academia Beauxbatons
1° Prueba – Rol 1/2

La rubia observó no sin cierto asombro como el joven de los cabellos violetas se arrojaba al lago con forma de tiburón. En verdad aquello le pareció magnífico y ademiró lo que el mago era capaz de hacer. Ella por lo pronto, al igual que otros tantos magos y brujas, simplemente se decidió a sumergirse en el fondo del lago, tal como había sido creada, bueno, no exactamente, ya que la vampiresa era capaz de respirar bajo el agua sin ayuda de un casco burbuja, pero para evitar suspicacias ni temores, lo invocó igualmente alrededor de su cabeza.

Así fue sumergiéndose, nadando cada vez más profundamente, observando con sorpresa los navíos que había a su alrededor, pero estaba segura que la cosa no sería tan simple. Movía los brazos con cuidado, dando profundas brazadas mientras sus piernas se movían sincronizádamente hasta que finalmente hizo pie en una de las embarcaciones, que parecía la que los miembros de la institución de Durmstrang utilizaban cuando iban de viaje.

Y todo no era tan simple como ella esperaba, varios esqueletos, demasiados comenzaron a rodearla, la rubia lanzó un gruñido y apuntó hacia ellos.

—¡Impedimenta! ¡impedimenta! —varios cuerpos cayeron tras cada nuevo grito del hechizo —¡incarcerus! —repitió varias veces atando a otros tantos esqueletos. Pensaba la vampiresa si sería justo hacerlos explotar pero si no lograba detenerlos no le quedaría de otra, claro que eran “objetos” ¿no? —descendo —el efecto surtió efecto sobre una fila que cayó como si fueran las piezas de un dominó —deprimo —el rayo provocó un agujero en la cubierta que acabó con varios de los que aún quedaban y finalmente liberó el camino hacia el lugar en que estaba oculto el tesoro.

El rostro de la bruja cambió al por fin poder acercarse a aquel cofre que parecía contener un tesoro, sus ojos se desviaron en primer lugar hacia la espada, cuya magnifica forma atrajo su atención. Claro que había joyas, oro y demás piedras preciosas pero ella fijó su vista en un par de objetos, entre ellos una botella, que parecía estar fuera de lugar y algo más cercano a ella.

[Mefistófeles Evil.]

Rol 1 de 2

Mientras escuchaba las instrucciones dadas por el Director dos caras conocidas se aproximaron, eran nada más ni nada menos que Maida y Mael, compañeros no solo de escuela sino también en muchas actividades que por convicción hemos coincidido gratamente, no necesitábamos hablarlo mucho, teníamos que trabajar juntos para sacar del camino a la mayor cantidad de rivales que podamos y quedar los tres hasta el final, y luego de ello...a su tiempo se verá.

-El tema del pacto desde que los vi llegar lo di por hecho, así que cuentan conmigo...-les dije entre susurros pero con convicción, seguramente no éramos los únicos realizando pactos, ya sea entre escuelas o personas conocidas, la conspiración y las frágiles alianzas iba a ser la tónica de este torneo, tenía que estar atentos a todos los cambios que la marea presente y virar mis velas para donde sople el viento más fuerte.

Desde el salón empezamos a caminar hacia el lago, la primera prueba no iba ser un misterio, tendríamos que adentrarnos al lago, el misterio sería cual era el objeto pero definitivamente tendríamos que mojarnos, sentía el frío calar los huesos, el ingresar a esas aguas heladas del lago, aguas a punto de congelación iba a ser muy doloroso, no importas que traje te pongas, la sensación térmica en esas aguas nunca cambiaban.

La preocupación de Maida era lógica, ¿qué nos encontraremos en las profundidades de esas negras aguas?, estaba seguro que no iba a ser para nada fácil, todos nuestros sentidos debían estar puestos en aquella prueba.

-No va a ser un chapuzón veraniego, de eso estoy seguro, debemos estar atentos, no sabemos que sorpresas tendrán allá abajo y no solo las criaturas mágicas, también de esas otras criaturas con varitas que son más peligrosas y menos civilizados...-

La Yaxley nos recordó que por el momento nosotros éramos locales y teníamos a disposición el armario de pociones, estaba pensando en utilizar el hechizo casco-burbuja, pero me parecía muy frágil y peligroso, las branquialgas era lo ideal para esta ocasión. Maida corrió escalera a bajo a busca lo que necesitábamos, estaba impaciente, pero no tardó mucho. Mael tomó unas branquialgas y yo hice lo propio, me metí esas cosas asquerosas a la boca con gusto a metal y algo pastosas, las tragué rápidamente para evitar vomitarlo, luego vi al Blackfyre lanzándose al lago. El juego había empezado.

-Nos vemos pronto Maida, estoy seguro de ello...- y procedí mediante un clavado a ingresar al lago.

El primer contacto con el agua fue una experiencia en extremo dolorosa, era como si miles de agujas penetran mi piel debido a la bajísima temperatura, acompañado de una obscuridad casi absoluta, poco a poco todo aquello fue pasando a medida que los efectos de las branquialgas se presentaban en mi cuerpo, mis ojos se adaptaron ante aquella penumbra y se fue aclarando, mis manos los recubría una membrana con los que podía moverme con mayor facilidad y rapidez, y mi respiración se normalizó gracias a unas agallas que salieron a cada uno de los lados de mi cuello.

Me dirigí hasta el profundo del lago, todo ahora se encontraba completamente claro una vez que mis ojos se adecuaron completamente al entorno, el paisaje era de caos al ver no menos de 20 embarcaciones hundidas, algunas con huecos muy grandes seguramente provocadas por cañones, escogí uno de ellos al azar esperando que la dios fortuna en esta ocasión esté de mi lado, todo se veía tan pacífico, que raro que una algo así se convierta en preocupación.

Un viejo barco con bandera británica fue el elegido, por uno de los huecos de su proa ingresé al navío, una docena de esqueletos arrumados de lo que alguna vez fueron los tripulantes en lo que ahora era su tétrica morada eterna, estaban distribuidos de tal manera que parecían montar guardia protegiendo algo, sonreí intuyendo de que se trataba, siguiendo su formación ingresé a uno de los camarotes encontrado lo que buscaba, el TESORO.

Un cofre abierto con una gran cantidad de galeones de oro y joyas y piedras preciosas brillaban frente de mí, dando a aquel cuarto una coloración dorada especial, un esqueleto se encontraba sentado al lado del cofre, sentado en el suelo, con un brazo rodeándolo como si fuera una vieja amiga y en esa mano que daba el abrazo aferrado una botella con lo que pude ver dentro un pergamino y un medallón, aquello era lo que estaba buscando, la suerte estaba de mi lado, al menos eso pensé en ese momento.

Me aproximé a tomar la botella y traté de zafarla de la mano de su inerte amigo, pero la aferraba con fuerza, no me tocó más que arrancarla de golpe rompiéndole a mi delgado amigo la muñeca y quedando con la mano aferrada aún al recipiente. Algo cambió ese momento, un frío de muerte me recorrió de pies a cabeza, empecé a sentir que no estaba solo, no estaba alejado de la realidad. Mecánicamente estaba con mi varita en ristre, nada bueno estaba por venir.

Asomé despacio mi cabeza por la puerta de aquel camarote observando en el pasillo como una gran cantidad de esqueletos, que habían tomado vida se dirigían hacia donde mi con muy malas intenciones. Logré cerrar rápidamente aquella puerta antes que entren, se escuchaban los fuertes golpeteos fuera, eran extremadamente fuertes ya que cada golpe que daban deformaban la entrada de metal, tenía que buscar la manera de salir, de pronto sentí como si algo me tomara de mi espalda y me aventara fuertemente contra una de las paredes del camarote que a pesar de la resistencia del agua sentí claramente el golpe seco en mi espalda. Lo había olvidado por completo, una de los esqueletos estaba conmigo y se acercaba amenazante, algo debía hacer y pronto, ya que el efecto de las branquialgas estaba a punto de espirar, tenía que pensar rápido, pero el golpe y la claustrofobia nublaban mi juicio, estaba mi vida en verdadero peligro...

@ Maida Black Yaxley @ Mael Blackfyre

 

Editado 26 de Agosto del 2022 por Mefistófeles Evil.

[Malum Luxure]

Mi trabajo estaba casi concluido, no había sido tan fácil como había pensando, los esqueletos parecían multiplicarse pero no era algo con lo que no pudiera lidiar realmente, pero si admito que era algo fastidioso, supongo que esto lo han superado la mayoría de los participantes lo que implica que hay que ser más rápido, mas inteligente y tener más valor.

Me da algo de ansiedad saber cuántos rivales quedan, mientras menos melero eso estaba claro, ni tiempo se me estaba acabando así que lo más factible era explotar a esos seres molestos y deshacerme de ellos en mi camino.

-Bombarda!- Grité así moviendo mi varita logré explotar los esqueletos y hacer una onda expansiva que me ayudó a tener una gran ventaja sobre los mismos.

El agua fría me estaba entumecido la sangre eso podría ser bueno y malo, me urgía usar el traslador y así lo hice lo que me llevó al colegio francés de Beauxbatons, una sorpresa bastante agradable a decir verdad, me gustaba ver las bellezas femeninas andar libres por la tierra, soy un hombre que valora lo que es una buena mujer, sin duda las veelas sabían usar su don y era algo envidiable.

Tocando tierra y usando mi habilidad con la varita me sequé la ropa para no continuar todo mojado y buscar indicaciones de donde ir a escuchar sobre la próxima prueba y en que consistía, aun llevo en medallón puesto, mire el pergamino a ver si aparecía algún indicativo de ajmgm pero nada, así que me quedé esperando un poco por ahí.

------------ ❤️