𝕰𝖑 𝕿𝖔𝖗𝖓𝖊𝖔 𝖉𝖊 𝖑𝖔𝖘 𝕿𝖗𝖊𝖘 𝕸𝖆𝖌𝖔𝖘

[Mefistófeles Evil.]

Rol 2 de 2

El estar bajo el agua ralentizaban movimientos muy a pesar de que las branquialgas me ayudaron a tener movimientos algo más rápidos y ágiles, definitivamente no era mi elemento y menos para combatir con un grupo de esqueletos reanimados que de manera incomprensible poseían una fuerza descomunal que fueron capases de aventarme sin observar que haya realizado el mayor de los esfuerzos.

Lo que más me preocupaba de todo esto era que mi tiempo se iba a acabar, calculaba que en ascender a la superficie era de aproximadamente unos quince minutos más o menos y el me quedaba unos veinte minutos para que el efecto de la planta mágica desapareciera, el tiempo estaba en mi contra. Tenía que tratar de serenarme, los cálculos y los miles de planes que llovían en mi mente en vez de dejar clara la ruta de escape me complicaba más, seguía aferrado a la botella y los cadavéricos huesos de una mano hacía lo mismo, sería un pequeño suvenir para la superficie.

Aquella pequeña broma mental hizo que me tranquilizase un poco, teniendo claro que debía hacer. Observé que el momento de ser hundido el barco, una de las paredes del barco, la de estribor, estaba con pequeños agujeros de metralla que con el tiempo la habían debilitado, el esqueleto atacó nuevamente, pero ahora estaba preparado.

Saqué mi varita y le apunté.

-Aqua eructo-...un chorro de agua poderoso salió de la punta de mi varita hacia el esqueleto, estrellándolo con fuerza contra la pared abriendo un gran agujero por el que podía escapar.

Nadé con toda la velocidad que pude, apenas crucé un poco mi lugar de escape un estruendo se escuchó detrás de mí, eran el resto de esqueletos que habían ya doblegado la puerta metálica y salían en rápida casería detrás mío. Sentí como una fuerte brisa pasó por mi pie, uno de los esqueléticos guardianes estuvo a centímetros de atraparme.

Con la botella en mano, aún con mi corazón latiendo a mil y la adrenalina inundando mi cuerpo, inició mi ascenso a la superficie, a falta de diez metros los efectos de las branquialgas empezaron de desaparecer iniciando con la visibilidad que se hizo cada vez más complicada y el frío nuevamente se apoderó de mi cuerpo, el agua helada también era un enemigo silencioso que llegaba a confundir, no sabía si subía o bajaba hasta que mis manos rompieron la superficie del agua pudiendo dar desesperado una larga bocanada de aire.

Me acerqué más calmado hacia la orilla, un muelle estaba a unos pocos metros, con una escalera en una de sus puntas, me tomé de uno de los peldaños y subí despacio, en ese momento realmente sentí que estaba agotado, caí casi desmayado en el piso de madera. Respiré profundamente tratando de calmarme y sin apuro alguno me puse de pie, con mi varita apunte hacia mi ropa y una bocanada de aire caliente empezó con el secado de mi ropa, hasta dejarla completamente seca.

-Y por ti tanto alboroto pequeña amiga...-dije con una sonrisa observando la botella que aún tenía una mano huesuda aferrado a ella y dentro el pergamino y el medallón, retiré suavemente el corcho que la tapaba e intenté sacar la joya...-¿Cómo demonios metieron el medallón en la botella?...-solo pude obtener el trozo de pergamino, pensaba que ahí se encontraba la clave para poder sacar el medallón de la botella, pero para mí decepción esté se encontraba en blanco.

A situaciones extremas medidas extremas. Deje caer la botella de mis manos estrellándose contra el piso rompiéndose y liberando lo que necesitaba. Lo tomé tratando de examinarla pero no fue por mucho tiempo. Sentí como de pronto todo empezó a dar vueltas levantando mis pies del suelo, como si dentro de un torbellino se tratase desapareciendo del lugar. Al fin entendí de que se trabaja, la joya era un traslador, el torneo iniciaba cargado de sorpresas, veamos a donde este objeto mágico que lleve, lo único seguro que tenía es que me llevaría a una nueva y grandiosa aventura.

@ Maida Black Yaxley @ Mael Blackfyre

 

 

[Darla G Dumbledore]

Tessa Brower – Academia Beauxbatons
1° Prueba – Rol 2 / 2

La rubia siguió peleando con varios soldados esqueléticos extraños, lanzándoles rayos bajo el agua, atándolos, congelándolos y explotando el piso bajo ellos. ¿Por qué no los destruía directamente? Sobre todo si consideramos que algunos de ellos lograban hacer funcionar sus armas de fuego aún bajo el agua. Pues la verdad que le daban pena y sabía que seguramente los habían encantado para hacer aquello, no le agradaba la idea de destruírlos porque sí de tratarse de simples fantasmas, claro que eran bastante sólidos. Como fuere, no le importaba, su objetivo estaba logrado, llevó las piezas del tesoro con ella a la superficie.

Cuando la vampiresa salió del lago, hizo desaparecer el casco burbuja de su cabeza, secó con un tergeo sus cabellos y verificó que sus ropas habían resistido perfectamente con el impervius. Se volvió a calzar y guardó buena parte del tesoro en su mochila con hechizo extensor.  Lo que sí le llamó la atención era una botella que había notado, gracias a su buena visión vampírica que le había facilitado el nadar en las oscuras aguas y descubrir los misterios bajo el lago.

Ahora en la superficie Tessa revisó la botella, descubriendo que de alguna manera misteriosa habían metido en ella un pergamino enrollado, lo que no era raro, pero sí causaba curiosidad que en su interior también hubiera un medallón.

—Specialis Revelio —dijo la bruja, buscando si había alguna maldición en los objetos pero no —evanesco —aplicó la muchacha sobre la botella que no tenía nada en particular y revisó el pergamino pero éste estaba en blanco —que extraño —susurró guardándalo en su bolsillo y tomó el medallón que había destellado mostrándole que se trataba de un traslador, un gemido escapó de sus labios cuando se dio cuenta de la activación del mismo y apenas alcanzó a buscar con la mirada a los restantes competidores, descubriendo que varios de ellos ya habían desaparecido o algunos estaban apenas saliendo de las oscuras y heladas aguas del lago, un insulto en francés escapó de sus carnosos labios.

Pero luego de sentir el jalón desde el ombligo un gritito de felicidad escapó de sus labios al descubrir que se encontraba “en casa” había aparecido en los bellos y queridos terrenos de su Academia.

—Oh sí, La douceur du foyer —canturreó mientras guardaba ahora el medallón y se encaminaba hacia el interior de Beauxbatons, esperaba que el joven de la cabellera violeta hubiera llegado al lugar, se había quedado con ganas de poder charlar más con él.

@ Anthony Ryvak Dracony

[Noeline Malfoy McFarlan]

Un par de años atrás.
Belmont Dubois, 17 años, último año de Beauxbatons.
Primera prueba - rol 1/2 

—¿Cómo había terminado ahí?— era algo que se preguntaría constantemente varios años después. Aún cuando estuviera sobre la escoba en un estadio internacional le vendría el recuerdo de la aventura que estaba por comenzar. La emoción del momento lo había hecho apuntarse y ahora se enfrentaban al terrible frío, algo nunca experimentado en su cuerpo. Y ese era el primer enemigo que tenía que vencer aún antes de poner su nombre en el Cáliz. 

Envuelto en una capa, que la desesperación le había hecho transformar en algo mucho más grueso y abrigador que su versión original, resultado que le sorprendía sobremanera y debería ver su profesor de transformaciones, al primer movimiento había obtenido ese resultado, cosa que nunca había sucedido en las clases. Ingresó a la plaza, junto con sus compañeros. Los cotilleos que los habían acompañado se detuvieron de inmediato al ver relucir al mágico objeto. 

Sin dudarlo había sacado un arrugado trozo de pergamino de un bolsillo y apuntó su nombre, con la cuidada caligrafía que su madre se había preocupado de cultivar, lamentablemente. Cuando la mano del belga lo dejó caer en el fuego del Cáliz no esperaba que luego ese mismo trozo pergamino sería leído por el director de aquel colegio, nombrándolo como representante del instituto francés. La otra representante de Beauxbatons tenía un nombre que le resultaba irreconocible, pero un rostro vagamente familiar. Posiblemente alguna exalumna con la que se había cruzado en los pasillos mientras ella estudiaba. 

La primera prueba no se hizo esperar. Tenían junto a ellos el desafío que se presentaba en la forma de un lago de heladas aguas. Por una fracción de segundo pasó por su mente la idea de marcharse de aquel lugar, como podían soportar semejantes temperaturas. Se enfocó nuevamente al ver que algunos de los contrincantes de los demás colegios se adelantaban sin miedo alguno. No podía demorarse más en actuar. 

Lo primero que hizo fue impermeabilizar unas mallas de deporte que había sacado de su equipaje. Sí, le gustaba usar mallas debajo de la túnica cuando entrenaba, así evitaba las indeseadas rozaduras que provocaba la escoba y muchos de sus compañeros preferían no mencionar. Desprendiéndose de toda su ropa se percató como algunas miradas se fijaban en su delgado cuerpo. Aunque tal vez eso habían hecho con todos los campeones. Finalmente poniéndose las mallas en un intento de calentarse ligeramente y agitando la varita para crear un casco burbuja se lanzó al oscuro lago sintiendo como el frío lo invadía, tenía que apurar sus movimientos si quería salir pronto de ahí. 

Llevaba breves segundos sumergidos cuando pudo divisar algunos navíos en el lecho del lago, era más que evidente que alguno de ellos debería ser el que albergará el tesoro que estaba buscando. Dirigiéndose al más grande e imponente, pero además el más destruido a causa de la humedad, a gran velocidad. Se detuvo cuando algunos movimientos en su superficie lo alertó. Un esqueleto fue tomando forma delante de él, y unos metros más atrás se podían algún que otro movimiento. ¿Y ahora? Tenía que recordar los hechizos no verbales o enfrentarse a ellos al modo muggle. 

Puzzle: 6:40 mins - 2 roles.
 

[Mica Gryffindor]

Mica Gryffindor - Castelobruxo

 

No había contado a nadie que había puesto su nombre en el Cáliz de Fuego. La tarea no fue sencilla. Debió esperar a que nadie estuviese alrededor, pues ni siquiera sabrían que se hallaba en el lugar. ¿Para qué revelar sus planes? Sabía que cada vez que lo hacía las cosas no salían para nada bien. Tampoco quería que pongan sobre ella expectativas innecesarias. 

Tampoco había formado parte del banquete, prefiriendo mantenerse al margen mientras aguardaba la decisión final del Cáliz. Su intención era pasar desapercibida, simplemente, hasta el momento de saber si podía marcharse a casa o podía participar de la competencia. 

Cuando inició la elección, lo supo por la sonora voz del director de Durmstrang, se acercó para presenciarla. Los nombres que salían del Cáliz eran más de los que esperaba, muchos de ellos conocidos por la castaña. Luna, Mael, Maida, Mefistófeles... Reconoció el nombre de Belmont, jugador de Paris Promise y participante del Mundial... Llegó el momento de Castelobruxo, escuela para la cual había participado, pues había sido alumna recientemente en búsqueda de más conocimientos mágicos. Su nombre salió del Caliz, junto con el de su gran amigo Ludwig. Lo buscó con la mirada, cayendo en la cuenta de que también estaba en el lugar, pero no lo vio entre el gentío. 

Quedaban dos escuelas, de las cuales no reconocía los nombres de los campeones, lo cual podía hacerlos más temibles aún. 

Su destino estaba marcado, debía quedarse y participar del certamen, demostrar que sus habilidades eran las mismas que las de antaño. 

Con los demás campeones, caminó para seguir al director de la escuela en que se hallaban, saliendo del colegio y rumbo al lago. Era momento de realizar la primera prueba: alcanzar aquel tesoro bajo el agua, no parecía nada sencillo. En primer lugar, superar su propia fobia, pues llevaba años temiendo a aguas de tal profundidad ¿cómo podría hacerlo? Miró alrededor: todos parecían estar conformes con lo que se debía hacer. Ella quería salir corriendo de allí. 

[Noeline Malfoy McFarlan]

Un par de años atrás.
Belmont Dubois, 17 años, último año de Beauxbatons.
Primera prueba - rol 2/2 

Congelado literal y metafóricamente en el interior del lago y frente a un esqueleto había llegado el momento de decidirse y actuar. Repasaba sus clases en Beauxbatons y lamentaba haber sido tan distraído durante tantos años, especialmente en los últimos, en los que se habían explicado el uso de hechizos de no verbales. Recordando el reciente verano pasado en su ciudad natal guardo la varita en su ropa, asegurándose que esté suficientemente segura para no perderla. 

Cuando había ido a casa por las últimas vacaciones antes de terminar el colegio, su padre como cada año había insistido en que aprendiera habilidades muggles. La fascinación que él tenía hacía ellos había logrado que Belmont cada año practicara cosas atípicas en el mundo mágico. Algunos de sus compañeros se solían burlar y ahora podía ser una ventaja. Los tres meses en casa habían sido un imparable entrenar en técnicas de lucha cuerpo a cuerpo. Los deportes se le daban mejor que el colegio. 

Ya con las manos libres se adelantó hacia los esqueletos. Tenía que comenzar suave para ir midiendo la capacidad que aquellos podían y el punto límite del hechizo que los movía. Cuando aquel lo percibió cerca se abalanzó encima del belga, en reacción con un rápido movimiento lo estrelló contra el borde de la proa. Aunque sus extremidades continuaban agitándose, el esqueleto ahora en pedazos, resultaba inútil para continuar en la batalla. Sin perder tiempo, ahora fue Belmont quien se abalanzó dando con el siguiente esqueleto contra la superficie del barco y dejándolo inutilizado. 

Aunque resultaban agresivos y terminó con varios golpes que en breve se convertirían en moretones, la mecánica resultó la misma con poco más de una docena de esqueletos adicionales. El hecho de estar bajo el agua y las temperaturas tan bajas lo estaban dejando agotado y todavía no había dado con el mencionado tesoro. 

Con la respiración entrecortada dentro de la burbuja avanzó por toda la superficie del destruido navío. La madera debajo de sus pies desnudos crujía y en muchas ocasiones cedía bajo el peso al mínimo contacto. Había atravesado todo el barco sin encontrar manera de descender a su interior y estaba a punto de llegar a la popa. En una pequeña plataforma donde se levantaba el timón logró reconocer un bulto con la forma de un cofre y hacia allá se dirigió. 

—El tesoro!!!— gritó en un sonido sordo que por la profundidad del agua no sería escuchado por nadie más. Cuando se había acercado a la silueta reconoció lo acertado de su suposición. Con dedos torpes pero ágiles levantó la cubierta del cofre y reconoció la pieza anhelada. En el fondo reposaba un medallas que por un impulso incontenible levantó y... 

Odiaba esa sensación, ¿por qué no le habían advertido? Parecía que pronto iba a vomitar o peor aún se desmayaría. Dos trasladores en un día, eso le pasaría factura al final del día, ¡cuanto los odiaba! Tanto era el disgusto que no había reconocido que ahora se encontraba en unos jardines, tan hermosos y perfectos que no podían ser otro lugar que su segundo, casi primer, hogar.

[Balderik Von Alexandros]

Kraven Von Alexandros 

Director del Instituto Durmstrang 
Durmstrang, Noruega 

 

 

La primera prueba había terminado, los campeones de los colegios se habían sumergido en el lago Draken en busca de un tesoro, que en realidad solo buscaban una parte de ese tesoro, ya terminado las tres pruebas, la gloria eterna sería para el campeón ganador de ese torneo. El lago con sus aguas congeladas, ocultaba debajo docenas de navíos similares al barco de Durmstrang, un traslador que llevaría a los campeones a la Academia de Beauxbatons para la segunda prueba.

Kraven siendo director de Durmstrang era más que obvio que no podía participar en el torneo, conocía las pruebas y todas quería librarlas el castaño. Pero no negaba que no deseaba hacerlo, era una experiencia que deseaba vivir, pero no podía hacerlo. Los festejos del inicio del torneo habían terminado, dando paso a la noche en el instituto. Algunos competidores había desistido de la primera prueba, pero muchos valientes habían librado a los esqueletos malditos y terminado la prueba con éxito. Sacó un pergamino donde estaban los nombres de cada campeón por colegio, mágicamente ahora se mostraban los campeones que habían pasado la primera prueba.

 

Tessa Brower @ Darla Potter Black  y Belmont Dubois @ noe_snape  ambos por Beauxbatons 

@ Maida Black Yaxley  @ Mefistófeles Evil.  @ Mael Blackfyre  los Tres por Durmstrang 

Geminys Sapphire @ Eterno Black Triviani y Seth Omar @ Malum Luxure los dos por Uagadou

Y Ryoku Heladry @ Anthony Ryvak Dracony  por Ilvermorny 

Entonces sin más no había más que hacer allí, siendo el organizador principal del torneo, con un medallón igual al que tenían los campeones, lo tomó en sus manos, trasladándose de Noruega hasta Francia. Aterrizó en cuestión de algunos segundos en tierras galas. El imponente edificio de la academia Beauxbatons apareció en su vista. Fue recibido por una comitiva de la organización del torneo de los tres magos en Francia. Kraven los saludo acercándose hacia ellos, acomodándose su traje tras el viaje.

— Buenas noches, ¿está todo preparado para la segunda prueba?— Preguntó el Von Alexandros mientras veía la lista de los campeones una vez más.

—Claro que si señor Von Alexandros, también la directora y Ministra @ Ada Camille Dumbledore esta revisando todos los preparativos. — Dijo en acento francés el miembro de organización. Seguro que Ada siendo como la conocía Kraven estaría revisando todo a detalle para que fuera perfecto.

Parte de la comitiva organizadora del torneo se encaminó hacía los jardines donde se realizaría la segunda prueba, junto al director. Mágicamente ahora había más jardines que los usuales de Beauxbatons, donde altos muros de hierba se alzaban por doquier, casi como unas prisiones de hierba. Dentro de cada una de ellas existía una criatura mágica diferente en sí, para cada campeón.

 La segunda prueba constaría de librar un enfrentamiento entre los campeones y una criatura mágica que dictará el pergamino en blanco. La imagen se reflejaría en aquel pergamino en blanco que habían conseguido de los navíos. Al tocarlo se revelaría el rival de cada uno de los campeones conforme a su habilidad en la magia. Si lo conseguían, la criatura les entregaría una esfera de cristal y otro medallón traslador similar al anterior, que los llevaría a uno de cuatro destinos diferentes, Ilvermorny, Castelobruxo, Uagadou o Mahoutokoro, dependiendo de la criatura mágica a enfrentar. La esfera era nada más y nada menos que una profecía que los campeones debían escuchar, para poder librar la tercera y última prueba.

Rugidos sonaron por doquier, muchísima gente se movía por todas partes tratando de contener a las bestias encerradas en las prisiones de hierba. Kraven incluso observó a lo lejos una llamarada de fuego hacia el cielo. La segunda prueba estaría a punto de comenzar y solo esperaba que estuvieran listos para lo que pronto tuvieran que enfrentar.

                                                           ~||||||||||||||||||||~

                                                       SEGUNDA PRUEBA

Spoiler

Para la segunda prueba

Deberan tirar un dado de 8 caras en este con el texto "Criatura Segunda prueba" a elegir en este Topic Dados segunda prueba

Dependiendo del número que salga sera la criatura a la que enfrentarán en rol 

1 — 8 Quimera 

2 — 7 Basilisco 

 

3 — 6 Dragón colacuerno húngaro 

4 — 5 Ave del Trueno 

Primer Rol:
Una vez tirado su dado y elegido a su criatura, dejarán rol y captura de dados a la que se enfrentaran a la criatura asignada por los dados  y después podrán tirar nuevamente dados pero ahora....

Deberan lanzar un dado de 6 caras con el texto "Enfrentamiento Criatura Segunda prueba"

Si sale:

  1 ó 4 : Han sido gravemente heridos y deberan lanzar otra vez ya que aun no la vencen.

  2, 5 ó 6:  Han salido ilesos y vencieron a la criatura 

  3: Han muerto tratando de vencer a la criatura 

Segundo Rol:

Los que saquen 1 ó 4 deberan lanzar otra vez un dado de 6 caras, pero antes deben dejar su rol que han sido heridos gravemente.

 Dependiendo del resultado de los dados nuevamente si vuelven a  sacar 1 ó 4  son otra vez gravemente heridos y Deberan dejar su rol otra vez  así sucesivamente hasta que saquen 2 , 5, 6.

Ejemplo:

Primer rol: con la criatura a enfrentar 

Segundo rol: lanzada sale 4 (soy herido por la criatura mágica)

Dejo rol y tengo que volver a lanzar

Tercer rol: lanzada sale 5 (ahora sí libro a la criatura) dejo rol librando a la criatura y transportado al colegio asignado por criatura.

 

Pero si sacan 3 mueren y  entonces serán eliminados del torneo, si desean pueden dejar su rol que han muerto(? En el torneo de los tres magos.      X.X

 Al vencer a la criatura  designada serán trasladados por el medallón-traslador a un colegio dependiendo de la criatura enfrentada:

Quimera — Castelobruxo
Basilisco —Uagadou
Ave del trueno — Ilvermorny
 Dragón Cola cuerno húngaro — Mahoutokoro

 

 

El plazo límite para entrega de roles y dados es el SÁBADO 3 de Septiembre. Aquel campeón que no logré dejar sus roles y dados a tiempo será eliminado del torneo.

Buena suerte y dudas al topic de registro

Editado 30 de Agosto del 2022 por Balderik Von Alexandros

[Mefistófeles Evil.]

Sentí como mis pies empezaron a tocar tierra, mis ojos se encontraban cerrados a la luz, no sabía exactamente en lugar en el que me encontraba ni que peligro me esperaba, mecánicamente, incluso antes de abrir los ojos, estaba con varita en ristre preparado para atacar a quien se le ocurra acercarse con malas intenciones.

Abrí al fin los ojos y el paisaje fue reconfortante, del frio noruego pasé a un lugar algo más cálido, acompañado de un hermoso verdor de prados, setos y árboles acompañado de un olor a hierba recién cortada. Sentí como el sol empezaba a calentar un poco mi piel, algo gratificante después de la horrible sensación de las aguas heladas del lago en Durmstrang, un castillo se visualizaba, clásico estilo europeo, los estandartes que en el ondeaban simplemente ratificó el lugar en el que estaba, era la Academia de Beauxbatons.

Busqué entre los presentes a ver si encontraba a Mael y a Maida, pero no los supe distinguir, tampoco hubo tiempo porque de inmediato se anunció de lo que consistía la siguiente prueba.

A unos cien metros aproximadamente se encontraba unos setos enormes, como un edificio de tres pisos pude calcular, detrás de ellos había un grupo de criaturas mágicas a las cuales debíamos enfrentarnos, me aproximé hasta quedar a un par de metros de los setos, fue cuando me supe la razón por la cual el pergamino se encontraba en blanco, este sería el encargado de revelarnos cuál sería la bestia que tendría al frente.

Tomé el papel en mis manos, estas temblaban y esta vez ya no era por el frio, no podía negar que a pesar de todas las cosas raras y peligrosas que he librado a lo largo de mi longeva vida, estaba nervioso esta vez, la adrenalina se empezó a apoderar de mí al mismo tiempo que desenrollaba el pergamino que me llevaría a mi oponente, y apenas lo abrí allí se encontraba

-Un Ave de Trueno...-

No terminé siquiera de asimilarlo cuando los setos que se encontraron frente a mi desaparecieron dejando libre a la criatura que pasó volado por sobre mí, su fuerza fue tal que me envió al piso solo por el movimiento de sus poderosas alas al tomar impulso para elevarse, era definitivamente un animal majestuoso, su chillido retumbaba en todo el lugar, a pesar de ser un espacio abierto, definitivamente era de temer. Sus plumas parecían bañadas en oro, destellaban contra el sol a punto de casi enceguecerme con su resplandor, su cabeza era como la de un águila, un pico imponente, el ave debía medir aproximadamente unos tres metros de pico a cola.

Aleteaba sobre mí, saqué mi varita lista para defenderme, no quería lastimarla, pero aquel pico y aquellas garras no iban a ser buenas conmigo, todo se resumía en una cosa: el ave o yo.

@ Mael Blackfyre @ Maida Black Yaxley @ Balderik Von Alexandros

[Darla G Dumbledore]

 

Tessa Brower – Academia Beauxbatons
2° Prueba – 1° Rol  - Criatura: Dragón Colacuerno Húngaro

Se sentía feliz por poder estar en lo que consideraba había sido su hogar de la adolescensia, más allá de la casa de sus padres, aprender en Beauxbatons había sido algo maravilloso para la joven Tess. Tras un breve descanso, un tentempie y la oportunidad de refrescarse un poco la rubia vampiresa se dirigió hacia los jardines dónde la aguardaba la siguiente prueba del Torneo.

Todos los campeones estaban allí, escuchando atentos, bueno, no todos, su azul mirada recorrió el lugar. Tess pudo observar que estaba el otro campeón por Beauxbatons, un joven que había averiguado era de su misma nacionalidad, por supuestos habían llegado los tres campeones de la primer academia anfitriona, los dos africanos y solo el joven de pelo colorido que representaba a Ilvermorny. Las otras academias parecían no haber podido pasar la primera prueba, era una pena.

Al escuchar que deberían enfrentar una criatura la vampiresa dio un largo suspiro y buscó el pergamino que había guardado y tocándolo con la varita obtuvo la imagen de cuál sería su criatura. La llamarada que antes había ascendido hasta el cielo parecía una premonición porque tendría que vérselas con un colacuerno húngaro. Lanzó un silbido largo y profundo y se preparó para lo que vendría a continuación. Aunque ella no era una de las más hábiles brujas en el tema de criaturas, sí había tomado lecciones de cuidado de criaturas mágicas en su tiempo libre tras dejar el clan Akane y tenía un par de ideas respecto a un amuleto que había obtenido en Uagadou hacía algún tiempo atrás.

—Bueno, allá vamos —dijo la rubia atándose el cabello y poniéndose unas gafas de protección mientras se dirigía hacia el lugar en que estaban preparadas las criaturas para enfrentar a los magos y brujas que se jugarían la vida para pasar a la siguiente prueba. Sinceramente esperaba que la mayoría lo lograra, o más bien todos.

Editado 1 de Septiembre del 2022 por Darla Potter Black

[Mael Blackfyre]

Había sido realmente una adrenalina pura toda aquella situación con los barcos hundidos y el ejército de esqueletos. Aquel torneo estaba destinado a marcar la historia y en gran parte era muy bueno pertenecer a ella. Y había una presión extra por representar al colegio. No tenía ni la menor idea de cómo iban mis compañeros al respecto, pero esperaba que al menos llegaran a la siguiente prueba. Era complicado pero no imposible.

El traslado a Francia fue inmediato y podíamos saber que nos encontrábamos allí porque los preparativos decoraban todo el colegio Beauxbatons. Automáticamente mi cabeza recordó a Ada, tal vez ella también había metido su varita en la organización. ¿Eso me daría algo de ventaja? El sitio estaba todo listo. Y los rugidos y ruidos procedentes de mi destino, me indicaba que no debería pensar ni siquiera en bajar la varita.

Noté que ambos compañeros se encontraban allí, listos. No me puse a socializar, ni nada, me concentré lo mejor que pude en ir directamente a aquellos setos. Las indicaciones fueron claras, debíamos enfrentarnos a una criatura. ¿Cuál? Me detuve, respiré profundo unas tres veces y avancé, adentrándome al área reservada para la prueba.

El calor fue lo primero que sentí, como un día de verano con el sol en el punto más alto y fuerte. Un olor ácido también inundó mis fosas nasales y una gran sombra sobrevolaba el sitio. Había otra figura por allí pero realmente no quise mirar, había un cuerpo tirado en el suelo. Avancé sin temor, me había enfrentado a cosas peores. Ahora debía hacerlo contra un dragón colacuerno húngaro.

[Darla G Dumbledore]

Tessa Brower – Academia Beauxbatons

2° Prueba – 12° Rol - Ganador: Dragón Colacuerno Húngaro

Tessa caminó despacio, varita en mano, mientras con la zurda buscaba dentro de la mochila que colgaba de su hombro. Se detuvo tras un largo revoltijo en el interior de la misma y le apuntó con su varita.

–Accio talismán dragón… –nada, un leve frío recorrió su espalda, volvió a mover la varita y pronunció más claramente –accio talismán dragón –nada una vez más, no estaba, ¿cómo era posible? 

Tampoco tuvo demasiado tiempo de pensarlo, cerca de ella notó a uno de los magos que había visto representaban a Durmstrang. Un fuerte rugido se dejó escuchar y la rubia se giró, por los mil demonios, pensó mientras corría esquivando la el movimiento de la cola del dragón, no había pensado podían hacer eso.

Salvaguarda Mágica pensó en el momento que la zarpa de la criatura pasó cerca. 

–No se juega con la comida –susurró y se arrepintió de haberlo hecho al instante.

Notó la presencia del mago cerca de la criatura y sin poder evitarlo apuntó al dragón.

Disparo de Flechas, pensó y al instante supo que había sido algo est****o, las flechas no le afectarían, solo le enfurecerían, esa leve distracción le valió no ver cómo el dragón volvia a pegarle con la cola, esta vez si con suerte, y ante el ataque de las flechas rugió y lanzó una cruda llamarada. Tess voló por los aires, quizás solo el golpe no la hubiera matado pero el quedar inconsciente le impidió utilizar efectivamente el polen de las lirios de fuego y sí, le costó quedar algo más que fuera del Torneo, más bien fuera de este plano. Pensar que hubiera sobrevivido al italiano y no a un dragón hubiera resultado para ella una ironía.