La Cruz

[Maida Black Yaxley]

Lo malo de que Sagitas supiera su secreto era que la tenía más a su merced que de costumbre. Hasta ese momento, ella había volado sola y con la autorización propia, pero ahora, la pelivioleta le recordaba que podía destruirle la reputación y que era además, su líder. ¿Qué tan malo sería ser descubierta por el mundo mágico? Después de todo, contaba con sus galeones perfectamente en buen estado y seguía siendo heredera de dos familias inglesas importantes; no iba a quedarse en la ruina. Pero sabía que perdiendo el anonimato, vendrían acosos sin sentido en los lugares dónde estuviese y eso, no le convenía. Hacer un viaje tan largo necesitaba un traslador, uno que le había habilitado la líder misma, pero que resultaba pesado para una bruja como Maida que tenía el estómago débil.

Tomó entre sus dedos la carta escogida para el artilugio mágico y respiró hondo antes de ser engullida por un torbellino que involucraba una magia peligrosa, una que jugaba con espacio tiempo. Segundos más tarde, ahí estaba tambaleándose con el poco peso que tenía y al fuerte brisa de su destino. Aquello tenía que ser una broma.

— ¡Esto es Salem! —maldijo sabiendo que no era verdad, pero no reconociendo el destino. 

Sabía que era Norteamérica, pero, ¿qué sabía ella del territorio rural de Lousiana? Poco y nada. Se sintió particularmente afortunada de haber viajado con su lechuza en una ligera jaula plegable, porque iba a necesitarla. Sacó pluma y pergamino de su morral y dictó un mensaje para el único americano al que recordaba desde su último encuentro en Londres. ¿Sería impertinente buscarlo ahora? ¿Debía sentir vergüenza? ¿Podía confiarle la misión o debía jugar la carta de bruja tonta y perdida? Sagitas no había tenido amenazas con ella, pero sospechaba que si se delataba con prontitud, un rayo verde sería lanzado en su dirección.

"Matt, tuve un problema con una aparición de continente a continente, estoy en un sitio que se llama, Hackberry. Sé que tus vacaciones en Londres terminaron, pero, ¿sería mucha molestia que vengas a recogerme o me envíes indicaciones? No he avisado de mi viaje a USA, espero que sepas comprender... M. Yaxley"

Enrolló como pudo el pergamino en la pata del ave y le dio las indicaciones reales de las oficinas dónde él trabajaba, seguramente la derivarían hacia Matt. Otra de las cosas que debía hacer, era interceptar el camino de @ Ada Camille Dumbledore , no tanto como diplomática, ni para investigar, solo para hacerla entrar en razón y devolverse juntas al Reino Unido, una vez que se esclareciera todo lo del embajador McCarthy, por supuesto. Era demasiada gente de la Marca involucrada en un asunto al que por alguna razón, tenía la indicación de simplemente echarle tierra encima y lanzar oraciones por su alma.

@ Syrius McGonagall

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Bien, era hora de calamarse. Sin mas tome sombra del calor abrazador del puerto y me sente para tomar un poco de agua de coco enriquesido con mi propia mezcla especial. Despues de analizar los detalles de este deposito en el tiempo reconoci de que podia calmarme. No seria salpicado por el asunto, nada de lo mio habia ido a parar alla. Muy bien, no rodarian cabezas. Lo raro era esa compañia y el nombre. Basicamente si como pensaba era un acronimo pues mal iba. Bastante personal sabia de mi ¨relacion¨ con Derhorm. Jefe de la sociedad mercantil que yo habia creado y el habia regido mientras yo tenia ciertos problemas poltergesitisticos y miembros ambos del Gremio de los Ladrones. 

Sin mas llego un mensaje al viper, medio ya casi obsoleto muggle y que adaptado magicamente daba muchas posibilidades. Interesante. Al parecer todos parecian creer que habia algo mas en este asesinato y querian preservar sus intereses. Aunque la verdad....que la Ministra francesa@ Ada Camille Dumbledore  estuviera dando vueltas por la MACUSA me sonaba raro. Era raro que fuese precisamente ella quien contactara al señor ese del FBI que tenia jurisdiccion en el asunto....Ahhh las charlas de casi pasillo. Uno nunca sabe quien te ve y quien te escucha. Si hubiera sido yo hubiera encargado del asunto a Marie....creo que asi se llamaba la bella chica que parecia su sombra. Manteniendo un bajo perfil. 

Por lo pronto esperemos que no suceda nada mas excepcional. Que involucrara a otros o capaz esto derivaria en un asunto internacional mucho mas serio. Qu nadie queria en estos momentos una bola de nueve bajando por la colina.

@ Syrius McGonagall

[heberth portillo]

PUEBLO DE OTTERY ST CATCHPOLE.

Mansión Delacour 

 

El regresar a casa después de varios años de trabajo fuera de este era algo inigualable, el sentir el calor del hogar y estar cerca de los amigos era algo muy agradable; poder tener un espacio para mí, era todo lo que había querido desde que llegue nuevamente. Sentado en la biblioteca, buscando un viejo libro de cuentos, que en algún momento mi Madre Alex me contaba antes de dormir cuando estaba pequeño y tenía unas palabras escritas por ella en los bordes de la página, era algo que me llenaba de nostalgia.

 

— Amo, quiere que le traiga algo de comer y de beber — Menciono mi Elfina Bela, quien era de lo más servicial y quien de cierta manera era la que me acompañaba en la mansión, ya que todos estaban ocupados con sus cosas y no quería molestar. — No, por ahora Bela, muchas gracias — respondí mientras tomaba el libro y me dirigía al escritorio que estaba en el centro del salón.

 

La felicidad de llevar ya tres meses en casa era algo inigualable, durante mi ausencia sucedieron muchas cosas; de cierta manera comencé a pensar que nunca podría tener la posibilidad de estar nuevamente acá; pues esos años de viajes y aventuras alrededor del mundo había generado muchas amistades y nuevas capacidades para realizar tareas que antes pensaba que solo un profesional podría hacer, pero con la práctica y con un buen maestro se puede lograr grandes cosas.

 

— Mire amo, acaba de llegar su periódico, y como sé que le gusta leerlo con su café se lo traje de una vez — Mi elfina extendía una charola de plata con una taza de café y el periódico enrollado y un gesto muy sonriente — Muchas gracias Bela; tu siempre tan atenta — dije mientras tomaba el café con la mano izquierda y el profeta con la mano derecha. — Pero qué demonios — expresé al ver el titular en el profeta en la primera plana el hallazgo del cadáver del Embajador McCarthy; algo que pondría la comunica mágica de cabeza, algo completamente aterrada.

 

Antes de poder continuar leyendo el profeta; recibí un mensaje que realmente no me sorprendió; era mi tía @ Ada Camille Dumbledore  quien era la ministra de magia de Francia; lo tome de inmediato y al terminar de leerlo, este se prendió en llamas y se quemó completo antes de tocar el suelo.

 

— Bela, debo salir nuevamente, pronto regresaré por un café de los tuyos, por favor cuida la casa y a todos — Dije mientras me ponía en pie y tomaba un gabán negro que llegaba hasta los tobillos; el cual estaba encantado en sus bolsillos donde guardaba varios objetos y desaparecí de la mansión hasta la entra de una cabaña en un bosque cerca, donde tenía un contacto con trasladores a todas partes.

 

Entre a la cabaña y una voz me respondió — ¿Vas para la MACUSA, Cierto? — Dijo una joven bruja que tenía un cono de tránsito muggle en sus manos, en señal de que era ese el traslador que buscaba — Sí y necesito total discreción; como siempre — Respondí ante la mirada de la joven, la cual soltó el traslador en el centro de la cabaña y me hizo la señal para tocarlo.

 

 

CALLEJO CERCA A LA ENTRADA DE LA MACUSA

 

Al sentir nuevamente que mis pies tocaba la tierra; me apoye bien y me ajuste el gabán, sacudiendo el polvo que había adquirido durante el trayecto hasta allí; Camine las dos cuadras que hacían falta para llegar a la entrada donde pude ver de lejos un rostro conocido Anne Marie; quien se encontraba cerca de la ministra de Francia, quien a su vez se giró y cruzamos miradas.

 

Al estar en la entrada pase los dos guardias adicionales que tenía la ministra y me hice cerca; mientras ella se encontraba con Matt Ironwood ( @ Syrius McGonagall  ) Con quien estaban charlando; y mientras yo cruzaba miradas con Marie, y observábamos las personas que estaban al rededor en busca de algo anormal; pero volví en sí cuando escuche decir “Hasta podríamos tomarnos un café.” 

 

Me giré y pude ver como las miradas de Ada y Marie se cruzaron, en señal de una breve orden por parte de la ministra en seguir a Ironwood; y después la escuche llamarme. “Heberth busquemos la Oficina de Transportes, y después de eso miremos que nos informa Anne. No me quedaré esperando a nos digan que hacer.”  

 

— Por su puesto — respondí mientras comenzábamos a buscar a Sheila Bennett de la Oficina de Transportes en el ministerio y analizando a todos los que pasaban cerca de nosotros y mirando que los dos guardias hicieran lo mismo y mantuvieran su distancia, pues estaba atento a lo que dijera mi tía en esos momentos. 

 

 

 

[Syrius McGonagall]

Matt Ironwood.

Puerto de Brooklyn, Nueva York.

 

Deslizó rápidamente el espejo de nuevo en su bolsillo, no podía darse el lujo de perder dicho artefacto o que el mismo fuera dañado, en la situación en la que se encontraba era su única vía de comunicación con el exterior. Mantuvo pegada su espalda totalmente al muro de cajas que tenía detrás, apuntó con su varita en la dirección de los pasos, mano firme, respiró una profunda bocanada de el espeso aire del interior del depósito y calmó su agitado pecho.

No fue necesario que pronunciara el hechizo en voz alta, no correría el riesgo de revelar su posición en el caso de que las altas torres de cajas que llenaban el local cubrieran el destello. El resplandor rojizo iluminó el rostro de su atacante en cuanto el encantamiento aturdidor dio de lleno en su pecho. Fueron tan solo unas fracciones de segundos, pero suficientes para que el Ironwood pudiera observar y memorizar las facciones de su semblante.

Ojos separados y de un color azul oscuro, cabello hirsuto y pelirrojo enmarcando una nariz aguileña y unos finos labios que casi parecían dos líneas oscuras sobre un pálido rostro repleto de pecas. El cuerpo del hombre cayó en un sonido sordo sobre el piso, Matt no se entretuvo mas tiempo y corrió en la dirección opuesta en la que el mago había llegado.

Aquel pasillo desembocó en otro que corría perpendicularmente y el ojiazul optó por tomar la izquierda, no escuchaba a los otros cuatro hombres, pero estaba seguro que se encontraban registrando el local, tratando de darle caza. El paladín se aferraba a la idea de que estuvieran haciendo aquel patrullaje de forma individual, sugerido por su ultimo encuentro.

Mientras seguía avanzando veloz y furtivamente por aquel laberinto sacó de nuevo el espejo intercomunicador y esperanzado lo alzó a la altura de su rostro, pero para su desesperación solo pudo ver reflejado sus ojos. ¿Qué demonios estaba sucediendo con el espejo? ¿Acaso Ada había logrado entregar a su hermano a Sheila? Lo peor que podía sucederle es que ninguna de las brujas estuviera atenta, fuera quien fuera quien lo tuviera en aquellos momentos.

Volvió a repetir su mensaje – Necesito ayuda, cinco contra uno, deposito 37B, puerto de Brooklyn – susurró en una exhalación, lo que no debía dejar de hacer era intentarlo. Fue tan solo un segundo, pero suficiente para distraerse un momento de sus alrededores por enviar el mensaje y no ver al otro hombre que tenía delante hasta que casi se lo llevó por encima.

Los azares del destino estaban al parecer del lado del hawaiano pues el hombre tampoco lo había notado llegar, absorto leyendo lo que rezaba una de las cajas que formaba la pared que tenía detrás. Intercambiaron una rápida pero Matt fue más ágil – Desmaius – gritó el mago apuntando directamente a la cabeza del otro hombre.

El efecto fue inmediato, el otro sujeto se desplomó contra la pared de cajas y se deslizó aparatosamente al suelo totalmente inconsciente. El castaño se inclinó para tomar la varita que el otro mago perdió de entre sus dedos al caer, la varita que no logró llegar a utilizar. Observó el rostro desencajado de su rival caído y se sorprendió al notar que era muy similar al del otro hombre, quizás un poco mayor pero llevaba el mismo cabello rojo y el rostro lleno de pecas, si esos hombres no eran hermanos debían al ser al menos primos.

Guardó la varita de su rival en un bolsillo y se apresuró en abandonar aquella escena, aquel enfrentamiento fue muy ruidoso y todavía quedaban tres, solo tres más.

 

 

@ Ada Camille Dumbledore  @ Darla G Dumbledore

 

 

[Ada Camille Dumbledore]

 

El clima de New York City era lo contrario a lo que a mí me gustaba, no era muy amante del frío y el clima de la gran Manzana no ayudaba en lo absoluto. Estar lejos de casa era en este momento algo que me afectaba pero sabia perfectamente que mi obligación era estar ahí. Los hechos que me habían traído a la MACUSA, eran cosas que podrían afectar a otras naciones y no podía confiarme. Que Matt Ironwood fuera justamente el agente a cargo me hacía pensar que no era una simple casualidad y que las circunstancias ayudarían a que pudiera solucionarse con mayor claridad.

Ahora, junto a Hebert debería buscar la Oficina de transportes, no espere mucho más y junto a él nos dispusimos a buscar por el edificio, las indicaciones nos llevaría una Oficina y al ingresar vi a una mujer delante de un escritorio que parecía apurad alistando cosas, asumí que podía ser a quien buscaba. Me acerque a ella con tranquilidad.

- Buen día, disculpe usted es la Señorita Bennet?

Tan sólo esperaba la respuesta de la dama @ Darla G Dumbledore cuando el espejo que tenia en la mano empezaba a resonar con la voz de Matt pidiendo ayuda, estaba siendo atacado.

- ¡Matt! ¡Matt! ¡Irémos ayudarte! , Hebert debemos ir a ayudarlos

No espere más y me voltee dejando esa Oficina mientras buscan la salida del edificio para ir en ayuda del Ironwood junto a mi sobrino @ heberth portillo

 

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Anne Marie Giroud, Espía de la Oficina de seguridad del Ministerio de asuntos Mágicos de Francia

 

El llegar a New York City me traía buenos recuerdos de las épocas en que estábamos menos en la Oficina y más en el campo, me gustaba Norteamérica, sus habitantes eran más sueltos y espontáneos que los británicos. Tenían un sastre gris y una blusa negra y el clima frío no me parecía tan malo, pero había escuchado a Ada quejarse todo el camino por el frío, sabían que estaba preocupada y eso la ponía ansiosa pero me irritaba a sobremanera que se pusiera así. Su odio al invierno era irracional sabiendo que ella poseía la espada de la primavera que le permitía cambiar el clima en donde ella lo deseara pero no lo haria aquí por se en suelo extranjero. Al parecer la maternidad la hacia más irritable.

Al ingresar al edificios de la MACUSA el antiguo novio de Ada, el hawaiano agente del FBI estaba allí, la vi ponerse nerviosa y me hizo pensar que probablemente tener una relación con alguien y verlo después de terminar debía ser incómodo. Yo por eso jamás me involucraba emocionalmente con nadie. Tras su conversación el agente se fue nuevamente Ada me indico que lo siguiera, a lo que obedecí y lo espere a las a fueras del edificio, la lluvia me ayudó para lograr camuflarme mejor, el tomo un taxista yo otro rápidamente, ganándose la a una mujer en un vestido verde muy ajustado quien me miro muy airada.

- Siga ese taxi y no lo pierda

Le indique poniendo dos billetes de 100 dólares sobre su hombro, el caballero de aspecto orienta manejo siguiendo de cerca al taxi que ocupaba el agente. Se detuvieron en la entrada de unas bodegas cercanas al puerto, yo espere un momento prudencial y luego ingresen por la puerta que el hábilmente había abierto. Camine tratando de ver si lo observaba pero me llamó la atención el ruido de explosiones y hechizos. Saque la varita y me adentre a la bodega con calma, evitando ser vista, unos minutos escuche la voz del agente Ironwood oculto tratando de esquivar los hechizos de varios Magos no muy lejos de su posición. Me acerque a donde el estaba y antes de llegar lance un hechizo.

-¡ BOMBARDA!

El hechizo explotó cerca de los hombres porque me dio el tiempo no arancelarias llegar hasta el hawaiano @ Syrius McGonagall  . 

-Es momento de salir de aquí, yo lo cubro Ironwood, si nos quedamos aquí no saldremos bien, son más que nosotros.

Habida contado tres al entrar, pero no estaba segura si podrían ser más y lo mejor era alejarnos de ahí.

 

 

 

[Syrius McGonagall]

Matt Ironwood.

Puerto de Brooklyn, Nueva York.

 

Corrió por aquel largo pasillo hasta que llegó un nuevo cruce, giró a la izquierda y siguió corriendo por aquel laberinto que no parecía tener fin, hasta llegó a preguntarse si aquel lugar no estaría encantado. ¿La trampa en la que cayó era mas compleja de lo que hubiera pensando en una primera instancia? Matt sabía que no tenía mucho tiempo para cavilar posibilidades, estaba atrapado completamente solo con tres enemigos que querían darle caza, su única misión en aquel momento era sobrevivir.

Escuchó gritar a uno de ellos a tal vez unos 20 metros desde su posición, el paladín detuvo su avance y de dispuso a escuchar. El hombre gritaba en viva voz al parecer llamando al resto de sus compañeros, el acento de aquellos sujetos era tan fuerte y marcado que el ojiazul apenas podía descifrar de que estaban hablando. Pero al parecer el hombre que gritaba encontró uno de los cuerpos inconscientes y trataba de alertar a sus otros compañeros, otras dos voces le respondieron.

El Ironwood pudo hacerse una idea aproximada de la posición de los otros dos magos, todos relativamente lejos afortunadamente. Por lo visto el hombre inconsciente de llamaba “Rory” o “Tommy”, una de las voces (una gastada y rasposa) le decía al sujeto que encontró a “Rory” que lo evacuara y comenzó a llamar a un “Ethan”, llamado que comenzó a repetir la tercera voz y como espero ansiosamente el hawaiiano no obtuvieron respuesta.

Sus atacantes se dieron cuenta que dos de ellos habían caído y el nerviosismo se exaltó en sus airados intercambios. Matt sabía que a partir de ese momento estarían mucho más atentos y a la defensiva, si fuera uno de ellos propondría que se agruparan, la dinámica del juego que estaban llevando cambiaría y no a favor del castaño.

Pero una fuerte explosión resonó en ese instante dentro del depósito, la onda expansiva arrojó al Ironwood contra el suelo mientras cientos de fragmentos y astillas de cajas volaban por los aires y caían sobre el paladín y el suelo a su alrededor. Aturdido se giró y apuntó automáticamente a la figura que se acercaba velozmente hacia él, lo habían encontrado, de alguna forma se confundió y calculó mal las distancias, aquello ya no importaba tenía que defenderse.

Estaba por lanzar su tercer encantamiento aturdidor de la tarde cuando la voz y figura de Anne Marie se materializo entre la nube de polvo ¿Qué hacia la bruja allí? ¡Ada! Pensó eufórico, la francesa recibió su mensaje y envió ayuda. El paladín se alegró enormemente de ver a la morocha frente a él, tomó la mano que le tendía y se incorporó.

-No, no, no, no – casi gritó ante su sugerencia – Ellos son solo tres, nosotros dos, podemos con detenerlos, los necesito para la investigación, estos hombres están relacionados con el asesinato del Embajador McCarthy – trató de convencer a la francesa, no podía irse de aquel lugar, no estando tan cerca de encontrar personas involucradas en el caso que pudieran contar con información esencial para resolverlo.

Entre la conmoción ocasionada por la explosión y su intercambió con Anne Marie podía seguir escuchando a los otros hombres, gritaban de que había una nueva persona en el depósito, hablaban de encontrar a Ethan y de… ¡huir! No, no podía dejarlos escapar – Se escapan – exclamó el Ironwood antes de saltar como un resorte y disparar sus pasos hacia las voces.

No miró hacia atrás, no era necesario sabía que la bruja lo acompañaría, lo único que hacía era seguir el eco de las voces, los podía oír cerca, pero ellos también estaban en movimiento. El pasillo por el que corrían resultó siendo un callejón sin salida - ¡mi**.da! – gritó exasperado el ojiazul al toparse con aquella pared de cajas que franqueaba su paso. -Maldito laberinto – maldijo girándose hacia Anne Marie. Pudo escuchar el intercambio a gritos de los otros magos, habían encontraron a Ethan, se irían pronto -¡No, no! – prorrumpió en desesperación Matt antes de emprender una frenética carrera por la dirección en la había venido, sabía que sería en vano, no podría llegar a tiempo a detenerlos y a si fue, cuando un sonoro “crack” reverberó en las paredes y el techo de chapa del depósito indicándole que los cinco sospechosos acababan de escapar.

-¡m****.a! – dejó escapar su exasperación en alta voz – Así de cerca estuve, así de cerca – se giró hacia Anna Marie a su espalda haciendo un gesto con su pulgar e índice con la diestra para enfatizar lo que acababa de decir -Aquellos hombres eran la mejor pista que tenía hasta el momento para resolver el caso y los deje escapar – resopló y se apoyó contra la pared a su derecha comenzando a sentir el cansancio en su cuerpo de toda la tensión que acababa de vivir.

@ Ada Camille Dumbledore  @ heberth portillo  @ Darla G Dumbledore

 

[heberth portillo]

MACUSA.

 

Estar en New York, nuevamente y por trabajo ya no era algo casual, esta ciudad siempre estaba llena de misterios y de diferentes situaciones que a cualquiera podría mucho llegar a entender. Pero si la comunidad mágica estaba en riesgo, era algo bastante importante de solucionar, el hecho del asesinato de un diplomático de otro país y más de la forma en la que se había hallado el cuerpo era si un duda el principio de algo mayor.

 

Buscar en las diferentes oficinas del ministerio de magia americano, a una persona que no conocemos era algo bastante complicado; había muchas personas en todos lados ~ Disculpe Madamme, usted ¿Sabe dónde está el departamento de transporte?  ~ le pregunté a una joven bruja que estaba cerca, la cual sonrió de sobremanera y señaló con el dedo una dirección.

 

Cuando llegamos pudimos ver a una mujer alistando cosas de manera apresurada, la ministra  @ Ada Camille Dumbledore   se acercó a preguntarle; si ella era Bennet ( @ Darla G Dumbledore ) pero antes de que está respondiera, el espejo comunicador que aún estaba en manos de la ministra, llegó un mensaje de Matt ( @ Syrius McGonagall ) donde solicitaba apoyo.

 

El movimiento y la reacción de mi tía Ada, fue algo que no me tomo por sorpresa, pues ella siempre ha tenido la habilidad de reaccionar rápidamente y al ser la ministra de Francia, no cabía duda de que las cosas podrían comenzar a ponerse difíciles. 

 

Al salir del edificio logramos tomar el carro donde había llegado la ministra, sin dudarlo tome el puesto del piloto y vi como los dos guardias de la ministra jadeaba para poder alcanzarla mientras ella se subía de copiloto. ~ Todo listo, conozco unas rutas que muy pocos conocen ~ dije mientras encendía el auto y mi tía se colocaba el cinturón. Arrancamos en el carro y en tan solo 17 min llegamos al puerto, donde se supone que se encontraba Ironwood.

 

 

[Darla G Dumbledore]

Nueva York - MACUSA

La iban a matar, el pasar toda la información a Tessa sin que nadie se enterase la había obligado a perder un tiempo divino. Encima, según le habían adelantado que todo se movía a alta velocidad y cada vez había más gente. Al menos es lo que le había avisado la recepcionista a la que le había pedido mantenerla al tanto mientras terminaba un “asunto personal”, que la bruja pensaba era un romance.

Así que no tuvo más remedio que correr, conectar chimeneas de red flú y cruzar los dedos para llegar a su oficina nueva antes que los que la buscaban lo hicieran. Patinó casi hasta su escritorio para sentarse en él, buscando en los cajones el archivo que había obtenido del depósito. Y justo a tiempo.

—¿Sí? —comenzó a decir Sheila cuando desde las manos de la bruja que acababa de hablarle una voz familia surgió, la morena se puso en pie y observó unos segundos el brillo de los ojos azules en el espejo que llevaba la mujer —espere… maldición —susurró comenzando a colocarse el tapado a lo bruto mientras corría tras la mujer —red flú —gritó ante la ignoración total de la mujer que corría hacia la calle junto a su acompañante.

Ya estaban subiéndose a un automóvil y Sheila dudó, pero si ellos sabían dónde estaba el agente Ironwood no le quedaba otra opción que ir con ellos. Maldita sea, ¿por qué nadie utilizaba aparición conjunta o red flú? Pensó mientras abría bruscamente la puerta trasera.

—Más le vale que tenga una buena explicación de por qué está en peligro el agente Ironwood —dijo la afroamericana mientras apuntaba con la varita a la pareja —¿dónde le ha dicho que está? Se suponía que iría al puerto, podríamos haber utilizado una forma más rápida de llegar que las calles de Nueva York —no podía evitar sentirse molesta, el averiguar las cosas antes que él no implicaba dejar que le hicieran daño.  Y parecía que eso era lo que estaba pasando, él estaba en peligro y no había hecho tiempo de avisarle a Tessa, aunque ella debía estar ya por salir hacia Nueva Orleans.

@ Ada Camille Dumbledore  @ heberth portillo  @ Syrius McGonagall

[heberth portillo]

Automóvil camino al Puerto de Brooklyn, Nueva York.

 

Antes de arrancar, no me percate que la mujer (@ Darla G Dumbledore ) que estaba en la oficina; a la cual debíamos haberle entregado el espejo, estaba en el puesto detrás de mi tía @ Ada Camille Dumbledore   y nos apuntaba con la varita de manera algo amenazadora; algo que de cierta manera me preocupo, pero al ver que empuñaba con fuerza su varita pude ver que estaba era algo molesta y necesitaba respuestas.

 

~ Disculpa la reacción tan veloz; pero es que antes de que te pudiéramos entregar el espejo comunicador ~ Dije mientras encendía el carro y salía a toda marcha por las calles de New York. ~ Se escuchó a una persona (@ Syrius McGonagall ) solicitando apoyo, pues al parecer le habían tendido una trampa y dio su ubicación ~ Termine de decir y realice un giro rápido a la derecha en busca de la vía directa al puerto; causando que todos los que estaban dentro del vehículo se inclinara un poco a la izquierda.

 

El manejar el carro por aquella ciudad tan llena era algo que realmente tocaba hacerlo, pues debido a que el puerto se encontraba lejos de cualquier chimenea, no se podrían haber usado los polvos; y el llegar mediante aparición podría ser contraproducente; pues al estar en territorio extranjero, para nosotros se nos dificultaba un poco, aunque también era peligroso, ya que podríamos llegar a un lugar donde estuvieran los que estaban haciendo la emboscada y sería algo peor.

 

Al llegar al puerto comenté ~ Esa es toda la información que tenemos; pero ahora creo que debemos bajarnos a buscar al mago que realizo el llamado ~ mientras que mi tía abría la puerta del carro y miraba las bodegas desde allí. No sabíamos la situación del mago y solo nos quedaba ingresar al puerto a ver en que bodega podríamos ver a alguien en apuros.

 

 

 

[Bodrik]

Carolina Evans Enfermera Recepcionista de Bodrik en San Mungo

Bendita la hora que decidio pasar sus vacaciones en Estados Unidos visitando algunos lugares de dicho país y que definitivamente estaba decepcionada por haber elegido ese destino y sobre todo por tratar de caminar en la ruta muggle o no Magic como decían los magos de estepaís, pero resulta que prácticamente por toda la ruta del Metro de New Yok había una cantidad de gente viviendo en la calle casi como si fueran hormigas y había sido asi en california también que de no tener playas parecería un chiquero horrible , o almenos los lugares transitables.

Estaba tratando d evitar ir al organismo gubernamental de ese país pues seguramente seria igual o mas caótico que el miisterio Britanico que te hacían soportar una enorme fila de gente para luego deci que te falta alun tramite  y era gracias a eso que la bruja estaba tratando de no usar demasiada magia, sabiendo además que no era demasiado diestra en ella.

Siempre fue Bodrik quien le dio instrucciones y le ayudo a mejorar poruqe en un principio ella solo se dedicaba a la recepción y no colaboraba mucho en el hospital mágico y a deci verdad ela admiraba a Lockhart y  bueo Luz del Carmen y Hades también lo hacían perfecto, pero ella trabajaba directamente con la bruja d ecabello negro.

Había tantos lugares que quería visitar en ese país y a este punto tan desesperada con la ciudad estaba que terminaría presentantaese en MACUSA, aunque ahora mismo estaba perdida y no sabía que direccon debía tomar para visitar el lugar que tenia pésima reputación en Londres, almeos ellahabia escuhcado lo retrogados que podían llegar a ser estos magos y brujas de norte America.

El problema es que apareció en un lugar medio raro y creía haber visto a un mago defenderse de un ataque y de una manera grandiosa, seguramente querían robarle pues sin duda ese lugar esba lleno de vandidos – ¿Señor Necesita ayuda? 

A quien quería engañar ese mago seguramente se defendería quien seria ella si no se ofeciera para ayudar.

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