† Mansion Ragnaventus † (MM B: 88988)

[Jessie Black Lestrange]

-Nos vemos amigo- grite al verle partir por el otro lado de la calle.

 

 

Sabía que en otra ocacion le vería, sabía que nos volveríamos a encontrar en algun otro lugar o redada, de eso estaba mas que segura, mas que nada por que aunque tenía poco tiempo de conocerle ya le estimaba muchisimo. Era un gran chico.

 

Gire sobri mi misma, aun odiando el metodo de desaparición, como detestaba eso, tal vez de una buena vez debería de comprarme una escoba y llevarla conmigo a todos lados, prefería volar a aparecerme. Gire sobre mi misma y desaparecí por completo de aquel lugar, yendo a parar a uno muchisimo mas lejos.

[Pik Macnair]

A pesar de que el verano estaba comenzando, aquella mañana del mes amaneció con una brisa helada que corría por todo el pueblo de Ottery, sumergiendo a las familias mágicas en un aire gélido poco común en aquella temporada del año; la luz del sol se encontraba tenue y pintaba a las edificaciones con un leve tono entre naranja y violeta, la oscuridad de la noche se empezaba a marchar poco a poco y, el astro rey se apoderaría del cielo.

 

El demonio se encontraba reposando en su alcoba en la Mansion Macnair, sus orbes grisáceos miraban el horizonte desde la ventana de su habitación, sentia la brisa gelida golpear su semblante el cual, a pesar de sus rasgos fuertes y sus mejillas hundidas, se encontraba en calma y transmitiendo tranquilidad por una leve sonrisa marcada en su rostro; al notar que ya empezaba a aclarar el demonio dio un giro sobre si mismo y desapareció de la edificación.

 

Un sonido seco irrumpió la tranquilidad de una de las calles del pueblo de Ottery, el cuerpo del mago hizo acto de presencia frente la Mansión Ragnaventus, se traba de la prima vez que pisaba aquellos terrenos pero, sabia que esa familia era de su ex compañeros de la academia, Hades Ragnarok. El andar del demonio era rápido y elegante, sus pasos eran silenciosos como los de un asesino cazando su presa; la capa negra que llevaba encima ondeaba tras capa paso que daba, siguiendo el ritmo su caminar.

 

Vestía en aquella ocasión una camisa blanca manga larga la cual, llevaba arremangada a tres cuartos del brazo; en su parte inferior un pantalón negro a juego con un par de zapatos del mismo color; al rededor de su cuello llevaba una corbata que se encontraba sujeta por el sujetador que tenia a la altura del pecho. Sus orbes grisáceos observaron unas figuras a los limites de los terrenos los cuales no conocía.

 

- Buen día - saludo, con un tono de voz alegre y una sonrisa sarcástica en su rostro; siguió su andar sin esperar respuesta de ellos, no le interesaba socializar con aquellos pero, debía mostrar sus modales.

 

Al estar dentro de los terrenos de la Mansion Ragnaventus, observó a una persona la cual se le hacia extrañamente familiar, se acercó hasta donde se encontraba y se quedó quieto a su lado.

 

- Espero que este alguien en casa, que malos modales si no nos reciben - dijo, mirando el semblante de León Corvinus; metió sus manos en los bolsillos de su capa para protegerse del frío, dentro de esta pudo sentir en su diestra su varita de espino.

[Hades Ragnarok]

El ragnarok se habia mantenido esperando la respuesta de aquella persona con la cual habia estado hablando. Mientras aquello sucedia noto como un grupo de personas extraño aparecia en su mansion y se disponian a entrar a los jardines solo que por alguna razon estos simplemente se fueron por donde habian llegado, aunque el ragnarok estaba dispuesto a alertar a los aurores que se encontraban esperandole. lo extraño es que algunos habian conjurado cosas extrañas quizas pensando que el vampiro les atacaria. mas aun llevaban aquella luz blanca en la cara. Nuevamente lo iban a atacar a traicion y por la espalda como habia sucedido aquella vez en su negocio?

 

-lo que hace la gente por fastidiar -susurro sin saber si aquella persona con la que habia estado hablando los habia visto.

 

Dibujo una mueca, seguramente de aquellos que tenian las luces en su rostro entrar y atacarle los aurores que aun lo esperaban adentro tendrian que haberle defendido ya que ese se suponia que era su trabajo sin embargo estos estaban adentro en el hall y ni siquiera se habian dado cuenta de lo sucedido.

 

Sin embargo no paso mucho tiempo hasta que nuevas personas llegaron a la mansion ragnaventus cuando este se disponia a adentrarse en la mansion. Los observo con atencion y dio un paso al lado para ponerse en campo visible.

 

-Buenas, en que puedo ayudarles? -pregunto tranquilamente observando a Pik.

[Pik Macnair]

No transcurrieron muchos minutos desde que llamo a algún propietario de la Mansión Ragnaventus, el Macnair sintió una presencia proveniente del otro lado de la puerta que se acercaba para darle la bienvenido a los dos mortifagos que se encontraban en el jardín de la entrada. Sus orbes grisáceos de colocaron en la figura que acaba de salir de la entrada de la edificación, se trataba de Hades, su ex compañeros de clase y actual compañero de bando.

 

- Hola Hades, un gusto verte, venimos para hacer las guardias ¿Anda todo en orden? ¿Aparte de los que estaban por acá?- preguntó, mientras se giraba y observaba el punto donde anteriormente se encontraba un grupo de magos bastante sospechosos los cuales marco como seres de la luz tan solo por su presencia imprevista.

 

La presencia de los seres de la luz eran constante en las mansiones en las cuales, sospechaban estos que estaban relacionados con los Mortifagos, estos odefos tendrían que respetar más las mansiones, lo sangre sucia deberían tener más respeto por los hogares de las familias con sangre pura; sus orbes grisáceos se posaron nuevamente sobre el patriarca de la familia Ragnaventus.

 

- Espero que no estemos irrumpiendo algo importante - comentó el castaño, espero que la respuesta fuera negativa, le incomodaría estar visitando un lugar en el cual se encuentren ocupados.

[Hades Ragnarok]

El ragnarok observo a Pik, ya se conocian desde hacia tiempo ya. Sin mas espero ver que era lo que el chico necesitaba y despues de escuchar sus palabras el vampiro le dibujo una sonrisa al chico. Penso un poco la mejor manera para arreglar aquello ya que simplemente pik y estaba haciendo su trabajo de verificar que todoe stuviera en orden y no hubiera nada extraño que pudiera moelstarlo a el y a las diferentes familias de Ottery.

 

i]-Supongo que podrian hacerlas por afuera de la mansion, es que tengo a 2 personas del ministerio, del departamento de aurores adentro, aun no se en realidad para que vienen, si por una denuncia que yo hice hace tiempo ya u otra cosa[/i] -le comento al chico.

[Pik Macnair]

El castaño observó al Ragnarok y asintió, el demonio desde que llegó a los terrenos de la mansión Ragnaventus pudo sentir distintas presencias dentro de la edificación y no quería interrumpir si se trataba de asuntos importante para el patriarca. Giró su rostro para volver la vista a donde anteriormente se encontraba un grupo sospechoso de magos, aquel grupo de sangre sucias siempre de irrespetuosos invadiendo hogares de los mortifagos.

 

- Me parece perfecto, cualquier inconveniente o situación extraña, ya sabes como llamarnos - comentó, soltando una sonrisa y dirigiendose al jardín de la edificación, se quedaría en ese lugar esperando terminar su ronda y llegara la hora de marcharse.

[León Crowley]

León escuchó atento como el patriarca Hades saludaba con cortesía a Pik, quien era esa noche su compañero de guardia. El holandés, que no era precisamente reconocido por su capacidad para socializar con los demás magos, paso por alto el hecho de que el patriarca de la respetada familia le hubiera ignorado tan olimpicamente. Esa noche no caería mal un poco de charla. Atento a los visitantes de la familia Ragnaventus logró divisar algunos rostros que indicaban que la visita no era nada agradable.

 

—¿Está usted seguro señor Ragnarok? Podríamos simplemente entrar y acompañarlo para que no crean que pueden perturbar con sus teorías conspiracionistas —el rostro del tempestad esbozó una sonrisa muy sutil que retiró al escuchar a su compañero acceder a la solicitud del anfitrión.

 

Dando media vuelta a su cuerpo, se retiró caminando al lado de Pik con el puro ya en sus labios y las manos en la gabardina.

 

—¿Fuma usted señor Malfoy?

[Pik Macnair]

El Malfoy caminó hasta llegar a centro del jardín delantero de la mansión Ragnaventus; tras él sintió los pasos de León, giró su rostro al escuchar las palabras provenientes del Crowley y asintió, afirmativo ante su pregunta, aquello era un antiguo vicio el cual había intentando dejar pero todos sus intentos fueron en vano y tras su partida de Ottery hacia la ciudad de Estocolmo, hace más de un año, había vuelto a retomar.

 

- Es un antiguó vicio al cual no le puedo decir que no, señor Crowley - informó el castaño, observando el puro en los labios del pelinegro - ¿Tiene uno demás? - preguntó, con cortesía en sus palabras, al verlo fumar se le antojo de uno y el clima aquel día de verano había amanecido bastante fresco, poco común para esa temporada del año.

[León Crowley]

—Claro, acá tiene —contestó el holandés tendiendo la mano a Pik quien recibía el puro con su mano derecha y lo llevaba a sus labios. Presto León sacó su mechero de llama eterna y ofreció fuego al tempestad—. ¿Alcanzó usted a divisar quienes eran los caballeros que acompañaban al señor Ragnarok? No son precisamente personas que llamemos agradables en nuestra "familia".

 

La última frase de León terminó con un marcado acento, el cual acompañó de un vistazo rápido a los ojos del Malfoy justo antes de llenar sus pulmones con el humo de su puro. Caminaban despacio y dejando que el viento golpeara de lleno en sus rostros que era lo único que estaba expuesto. Levantó la mirada hacia la parte alta de la reja externa donde la piel de algún animal muerto colgaba victima de un infructuoso intento de vulnerar los límites de la mansión mortífaga. Sacó su varita y con un elegante movimiento de su muñeca derecha retiró el desagradable cadáver que le quitaba presencia y porte a la edificación.

 

—¿Lleva bastante trabajando para la organización? no suelo ver a menudo nuevos integrantes de los Malfoy caminando entre mortales.

[Pik Macnair]

- Gracias - respondió, agradecido. El Macnair cogió con su diestra el puro que le ofreció el Crowley y se lo llevó a los labios, observó el mechero que le pertenecía y lo agaró con la zurda, se lo acercó a los labios y encendió el puro, aspirando el humo y llenandose los pulmones de este - Lo mas probable es que esas personas se traten de aquellos llamados seres de la luz - respondió ante su pregunta, sabia que las suposiciones de León deberían de ser parecidos o idénticas a las del demonio.

 

El sueco devolvió el mechero a su dueño y ambos siguieron cruzando el jardín con pasos lentos; la brisa de aquella mañana fresca, hacia ondear la capa oscura del Malfoy a su espalda y revolvía el cabello castaño. Sus orbes grises como la plata, no pasaron por alto el movimiento que hizo el Tempestad a su lado, tras un rápido movimiento de varita removió un pedazo de piel de algún animal el cual, intento pasar por los terrenos de la edificación mortifaga en vano. Escuchó las siguientes palabras del Crowley y sonrió, al notar el tono al pronunciar su apellido.

 

- Tengo un tiempo largo trabajando para los guardianes, León. Un demonio como yo, en teoría, propiamente no es un mortal - respondió, con cierto tono de arrogancia en su voz y con un brillo audaz en sus ojos - ¿Y usted? ¿Cuanto tiempo lleva trabajando para esta organización? Me alegra que la abrieran nuevamente, es un método bastante efectivo para mantener bajo vigilancia las propiedades mortifagas.

 

Su mirada se depositó en la larga calle de Ottery que se encontraba frente a la edificación, donde anteriormente habían aparecido el grupo extraño de magos, sabia que eran pertenecientes a la Orden del Fenix, reconoció a una de las chicas la cual, había dejado a luz publica que trabajaba para aquella organización repleta de sangre sucia y traidores a la sangre.