The Arabic Place (MM B: 94021)

[That is not my name]

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Misión: Nieta en apuros.

 

 

 

El tic tac del reloj sonaba al compás de mis pasos en el callejón Diagon mientras que el palpitar de mi corazón marchaba a su propio ritmo, para quien estuviera tan concentrado como yo, podría escuchar la melodía como una vieja canción. Estaba con mi mente enfocada, listo para poder cumplir con la promesa que había tardado en cumplir, con aquellas viejas palabras de protección que se quedaron colgadas en el viento.

 

Tic

 

Miraba cada local como si fuese un turista más, tenía que pasar desapercibido mi objetivo si es que no quería llamar la atención, no podía poner en riesgo a aquella joven bruja; por seguridad, debajo de mi enorme túnica beige llevaba bien aferrada mi varita en caso de que las cosas se salieran de control, uno ya no podía confiar en aquellos que cruzaban tu camino.

 

Tac.

 

Al fin llegué al lugar indicado y atravesé la puerta de entrada de inmediato, no podía retrasar más ese momento y tenía que asegurarme de que las cosas tuvieran un buen final. Cerré la entrada detrás de mi y respiré profundamente, estaba completamente listo y no había marcha atrás, era momento de enfrentarme ante la dueña del lugar.

 

Tic.

 

Caminé lentamente mientras mi mirada buscaba alguna señal de su presencia, algo que me indicara que se encontraba en aquel sitio pero no tuve mucho éxito, mi primer reconocimiento no me daba mayores esperanzas. No tenía que desistir, esperaría unos cuantos minutos e, inclusive, provocaría su presencia con algún hechizo que la hiciera salir.

 

Tac.

 

Tal vez se había olvidado de mi rostro, del rostro de su abuelo, éste que había tomado prestado hace tantos años y que provocaba reacciones diversas entre la comunidad de magos cuando ella comentaba nuestra relación familiar. No, no podía ser cierto, no me lo creería y no lo podía aceptar... aunque venía preparado: un osos de peluche gigante colgaba de mi brazo izquierdo, para ella.

Editado 2 de Marzo del 2015 por Ishaya

[Bodrik]

A decir verdad, la joven propietaria del negocio The Arabic Place llevaba sin aparecer en este hacía mucho tiempo, tal vez meses, pero sus diversas responsabilidades como Jefe del Hospital mágico, además de las múltiples cosas que hacía para su bando y que a decir verdad últimamente le estaban dejando un mal sabor de boca, por lo que prefería estar alejada de todo lo relacionado con aquello.

 

Tras meses de mala alimentación y depresión absoluta, la jovencita continuaba bajando de peso, además que inevitablemente se estaba volviendo más retraída de lo que normalmente era. El Mundo de la pelinegra había sufrido un enorme vuelco y ella se veía cayendo al abismo y luchando incansablemente por levantarse.

 

Hacia un par de semanas su amigo Garry, le había hecho prometer que se alimentaria mejor, y como buena Lockhart, la adolescente no pretendía faltar a su promesa, por lo que sin ganas estaba transformando su dieta y ahora había recuperado algo de su color natural y se le veía un mejor semblante.

 

Al poner un pie en el negocio lo primeo que hizo fue dirigirse directamente al área de las mesas, de ese modo se daría cuenta del funcionamiento de su local- Yo soy Bodrik Lockhart, la dueña. ¿En qué puedo ayudarles? - Dijo en dirección a un par de chicos que aparentemente la estaban buscando.

 

Entrar en la habitación lo cambio todo, sabía que algo especial estaba por venir y pese al tiempo y al continuo cambio de semblante, su corazón palpitaba a un ritmo acelerado a sabiendas de quien se trataba como si el mundo se paralizara con su presencia y el latido tic tac estuviera sintonizado con el de aquella presencia.

 

Dos Paladines unidos por algo más que la energía del universo competida.

 

Se acercó sin decir palabra, clavando los ojos en su brazo izquierdo.

[That is not my name]

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Misión: Nieta en apuros.

 

 

 

Y ahí estaba. Abrí mis brazos de inmediato y recibí a mi pequeña traviesa, a Bodrik, en un fuerte abrazo, me alegraba mucho poder verla nuevamente y más en estos tiempos donde todo parecía estar bajo presión. Le planté un beso en su frente y me sequé de inmediato una pequeña lágrima que se me había escapado cuando nos separamos, tomé el enorme osos de peluche y se lo entregué al instante.

 

- Pequeña, - dije con una sonrisa - te extrañé tanto.

 

Nos sentamos de inmediato en una mesa ocupando tres asientos,obviamente, porque el oso tenía el tamaño suficiente para parecer una persona aunque había procurado que no pesara demasiado.

 

- Necesito que me pongas al tanto de todo, ponme al día de tu vida por favor que llevo demasiado sin verte. ¿Cómo estás? ¿Cómo te ha ido? ¿Qué has hecho?

 

Sabía que podría resultar un tanto extraño el bombardeo de preguntas pero procuré ser amable al momento de hacerlas, una cosa era que no pudiera ocultar la emoción de ver a Bodrik y otra muy diferente era resultar grosero o mal educado con ello. No, eso jamás podría hacerlo. Sonreí aún más ampliamente y esperé sus respuestas mientras le tomaba su mano.

[Bodrik]

Estaba silenciosa, pero su corazón latía tan fuerte que podía escucharlo. No era para menos pues parado frente a ella se encontraba la persona que más admiraba en el mundo, su héroe, su mentor y quien era dueño de toda su atención. Besó su frente y le tendió un hermoso y enorme Oso de peluche y la envolvió en un tierno abrazo que término de confirmarle a su alma que no estaba soñando todo aquello.

 

-Te extrañe más- sonrió pero con lágrimas en los ojos.

 

Estaba emocionada, aunque también tenía un montón de preguntas y reclamos por la prolongada ausencia, pero en ese momento no importaba nada más que tenerlo frente a ella. Se tambaleo un poco, pero no fue notorio pues de inmediato, los tres; incluyendo al Osote, ocuparon una mesa vacía y de inmediato los elfos del local se pusieron a atender a los clientes, pues sabían que la muchacha tenía un asunto que atendedor.

 

-Mi vida no ha sufrido muchos cambios- Comenzó- bueno en la Orden, ya no tengo tanto que hacer como antes y me siento inútil- susurró para que nadie más que @ pudiera escucharla- en casa como siempre no permanecemos más que los elfos, la abuela y yo, pues las primas se fueron cada una con alguna familia que les llamaba la atención y sabes que papa jamás esta- hizo una mueca.

 

Hacía ya varios meses que la casa estaba casi vacía y realmente se sentía muy sola sin sus primas, sobre todo Arya que se había ido de allí, de una manera tan apresurada, enojada y sin hablarle, pero respetaba su decisión y no pensaba debatirla- Bueno Roxane, nos visita de vez en cuando, ella al menos se siente todavía de la familia-

 

-como vez no hay nada especial, solo que extraño muchas cosas, sobre todo que me cargues y mimes como a tu pequeña- dijo encogiéndose de hombros como para no darle importancia. No podía negar lo frágil que era, no podía negar su corta edad, aun teniendo que madurar a la fuerza, y trabajando duro en el hospital, además de la Orden misma.

 

Su vida amorosa, era nula, pues estaba más concentrada en otro tipo de cosas y claro que se había fijado en chicos, pero estos resultaban ser más un espejismo que una realidad y ella no estaba dispuesta a negociar sus principios por algo que finalmente se desvanecería.

[That is not my name]

Escuchaba con atención las palabras de mi nieta y sentí el peso de mi ausencia, sabía que debía muchas explicaciones a mi familia pero sobre todo a aquellas personas que siempre estaban cercanas a mi cuando estaba en Inglaterra y Bodrik, mi pequeña princesa, era una de las más especiales. Algo había escuchado de mis otras nietas, de su mudanza a otros hogares dentro de Ottery pero no me causaba mucho conflicto, en algún momento todos partían aunque por distintas razones.

 

- Pues no te apures que tenemos mucho tiempo para que te vuelva a mimar.

 

Sonreí de inmediato hacia la joven bruja y era una promesa lo que le había dicho que cumpliría todo el tiempo que tuviéramos oportunidad, ya había pensado el hecho de pasar tiempo con ella y no por compensar lo perdido, sino para fortalecer y crecer a partir de este punto para que no hubiera necesidad de sentir ningún tipo de ausencia.

 

- Si, cuando pisé el castillo de nuevo se vio todo eso, sin embargo con que estemos nosotros tres conviviendo se restaurará la vieja armonía de los Lockhart.

 

Una de las cosas que siempre agradecía era le hecho de que los tres, tanto Cye, como Bodrik y yo, nos manteníamos responsables dentro de nuestras actividades en nuestro trabajo y en nuestra agrupación, la Orden del Fénix, sin que eso interfiriera con nuestras relaciones interpersonales; la única traba era lo que mencionaba mi nieta, la carga que luego se nos liberaba de manera repentina, tan acostumbrados al movimiento que nos paralizaba un poco el cambio de rutina.

 

- Lo importante será, - proseguí - en dado caso, que recuerdes que tienes todo el apoyo de mi parte. No lo olvides hermosa.

[Bodrik]

Al escucharlo recordó como solían llamarse: “la pequeña familia de tres”. Su abuelo tenía razón, mientras estuvieran ellos nada mas podía importarle, nada más debía afectarle, entonces sonrió y no resistió el impulso de abrázale nuevamente, agradecida por la oportunidad que tenia de tenerlo cerca otra vez.

 

-y vaya que son muchos los mimos que requiero- comentó con una amplia sonrisa, sabiendo como solía se en presencia de Adriano; si para ella siempre seria Adriano.

 

Ya vería ella como sacarle provecho a la compañía de su abuelo, por supuesto tenía en mente pasar unos buenos tiempos juntos en el templo Paladín, en donde ambos compartían conocimiento y energía; el había sido su mentor. Un duelo también podría ser buena opción, además de ir de visita por todo Ottery y el Callejón Diagon.

 

-Sé que puedo confiar en ti Abu- ahora sonreía.

 

Su esperanza es que su abuelo permaneciera junto a ellas por el mayor tiempo posible, disfrutar de esos preciosos momentos y volver al tiempo en que nada más podía hacerle falta.

 

-Dime, ¿has traído algún libro nuevo?- él siempre traía libros interesantes

[That is not my name]

Las circunstancias siempre nos habían jugado de una forma muy peculiar a nosotros, a la familia en sí; parecía que nos ponían a prueba conforme al tiempo y a la distancia pero siempre lográbamos superar todas las dificultades para mantenernos unidos. Sólo me quedbaa disfrutar la compañía a cada momento.

 

- Traje demasiados - le respondí en seguida con una sonrisa - y todos ya están en la biblioteca del castillo. Hay unos muy buenos de Asia del Sur: de la India, Sri Lanka, Nepal, Afganistán, Pakistán, Bután, Maldivas y Bangladesh.

 

Era algo demasiado típico de mi, siempre mantener la información de manera fluida como los países que había visitado, sólo para recordar la ubicación geográfica de mi último viaje.

 

- Todo sobre leyes mágicas, tratados internacionales, un expendió de criaturas mágicas, todo sobre herbología y pociones, y, lo que más me emociona, una amplia enciclopedia de historia de la magia de toda la zona.

 

Todos los temas que me interesaban, todos, inclusive de meteorología mágica, adivinación y astronomía aunque esos eran más privados,libros especializados que debía de analizar por toda la responsabilidad que representaban.

 

- Y, claro, muchos, muchos libros muggles.

[Bodrik]

-¡Yupi!- fue la primera expresión a la mención de tantos libros- No puedo esperar a leerlos todos. Bueno los de Leyes mágicas no tanto, esas son un poco aburridas, prefiero conocer todos esos lugares, su cultura y arte. Me gustaría escuchar un poco de su música- Ella sabía que a su abuelo le interesaban todos esos temas burocráticos, peor a ella a decir verdad le gustaban otro tipo de cosas.

 

Su abuelo siguió exponiendo la cantidad de libros que ahora reposaban en la biblioteca del catillo y de donde no la sacarían en algunos días- umm Herbologia Wii- se encontraba verdaderamente emocionada con la perspectiva de aprender cosas nuevas. Seguramente después comenzaría a practicar al respecto.

 

-Las novelas muggles son interesantes- agregó.

 

Por lo visto tendría mucho por leer y mucha entretención por algunas semanas, lo que le vendría como anillo al dedo, pues desde que su mejor amigo Gitax había desaparecido, ella se había tenido que refugiar en su trabajo para mantenerse ocupada, pero le hacía falta tener largas conversaciones con el muchacho, además de las múltiples travesuras. Si Su abuelo y su mejor amigo, no había mucho lugar para ella, Gracias a merlín contaba con el cariño de su abuela Cye, sino, sucumbiría en la oscuridad.

 

-¿sabes que me vendría bien? Montar mi corcel, ¿qué dices si me llevas al templo? – se refería al templo paladín don hacía meses no se presentaba, sobre todo no quería hacerlo sola.

[That is not my name]

¡Pero era cierto! Llevábamos demasiado tiempo sin estar juntos en el Templo Paladín, un lugar secreto que ambos teníamos el privilegio de conocer y amar con todas nuestras fuerzas, además, una de las ventajas era contar con nuestros fieles corceles que sólo a los miembros de la Orden de la Mano de Plata podían acceder. Seres míticos, poderosos y fieles a la mano de quienes fueron concebidos.

 

- Sí, necesitamos ir al Templo para poder relajarnos un rato... así aprovechamos para entrenar un poco que llevo demasiado tiempo lejos de los poderes energéticos.

 

Hubiera sido extraordinario que Cye, mi amada esposa, también fuese paladín para tener otro lugar que compartir, los tres juntos, pero era maravillosa siendo sacerdotisa, ya no me la podía imaginar de otra forma, además de que su personalidad era más dada a la Orden de Avalon.

 

- Igualmente debemos de hacer una visita a mi hermana, Sagitas, - continué hablando - le he prometido que iría con la familia a visitarla a la Potter Blue o a la Potter Black. No sé, creo necesario que mantengamos esos viejos vínculos familiares, y no me refiero a viejos por mi hermana, ¡me mata!

 

Solté una risa ante el comentario formulado. Me sentía tan cómodo con mi pequeña princesa que el tiempo era algo relativo, ya vería la forma de re ajustarme a mis labores.

[Hessenordwood Crouch]

Sebastian Lestrade

Sebastian Lestrade no es un joven verdaderamente alto. A pesar de estar en una edad de joven adulto no llega a medir mas del metro sesenta y nueve, y su cabello rubio cenizo y brillantes y grandes ojos castaños claro no le ayudan a aparentar su verdadera edad. Muchas veces, por no decir que la mayor parte del tiempo, esto resulta ser un verdadero problema. Sobre todo si se quiere sobrevivir como “ser independiente capas de cuidase así mismo”. Aunque esto no sea del todo cierto.

 

Respiro profundo antes de llegar, quizá para sentirse mas cómodo o quizá para que sus piernas no temblaran tanto al comenzar con su primer trabajo dentro del mundo mágico aunque es fuera simplemente meserear. Por encima vez se detuvo frente a un reflejo a revisar su peinado y que el cuello de su camisa de cuadros verdes y blancos estuviera donde deberían estar, dentro de su pantalón de mezclilla azul marino.

 

Estaba muy agradecido con la joven dueña del local, quien le haya dado la oportunidad de hacerse de un minúsculo trabajo, pero que para el realmente significaba mucho. Valiéndose por si solo esta oportunidad le caía perfecta en estas épocas de crisis. Lo único bueno es que ahora que cumplía ya la mayoría de edad no tenía por que volver con aquella familia muggle que tanto lo despreciaba.

 

Paro todo eso ya no importaba, estaba ahí dispuesto a comenzar desde abajo, con una amplia sonrisa y tremendas ganas de dejar complacido a todos los clientes que se pasaran por aquel pintoresco lugar, cuya dueña le había ofrecido su mano en un momento de profunda desesperación. Después de sonreírle a su reflejo, cruzo el callejón completamente decidido a hacer su mayor esfuerzo. Esto no era otra cosa más que un escalón mas en su vida.