El Hipogrifo Asustado (MM B: 105757)

[Sagitas E. Potter Blue]

Tras la salida de Eledhwen, me quedé un rato en el despacho, organizando papeles y archivando todo lo que ya no necesitaría. Sin darme cuenta, había pasado mucho tiempo, demasiado. Se me había olvidado que había dejado a Matt solito con los niños. Me preocupé un poco, ¿ya lo habrían encerrado en un cofre o estaría atado a un poste? Sonreí ante la idea de Matt siendo atacando por un montón de niños. Decidí salir a ayudarle. Esperaba no llegar tarde.

 

-- ¿Matt sigue vivo? -- le pregunté a un elfo que tenía pintura amarilla en la cara.

 

-- Sí, sigue vivo. Gracias a Merlín que tiene a ese lobo que los mantiene a raya. Sino, lo habrían comido.

 

Volví a reírme. Aquello era divertido, así que Fenrir le estaba ayudando a cuidar a los niños...

 

-- Bueno, ya voy a hacerme cargo de la clase.

 

-- Ya era hora. Aunque tiene una visita en la sala.

 

-- ¿Una visita? ¿Quién?

 

-- Alguien que busca trabajo. Y tiene un niño nuevo en la clase de los niños de dos años.

 

-- ¿Un bebé nuevo?

 

-- Ya no es un bebé, es muy independiente, más que su hijo. Así da gusto cuidar a los pequeñuelos.

 

Enarqué una ceja. ¿Un bebé independiente y que no lloraba por alejarse de su madre?

 

-- Bueno, pues llorará la madre, estoy segura.

 

Me acerqué al aula donde estaba Matt y me asomé por la puerta.

 

-- ¿Puedes con ellos, Matt? Léeles un cuento, algo de animales fantásticos, seguro que se sientan y te escuchan. Tienes un voz bonita. Voy a ver a una visita y vuelvo, te lo prometo.

 

Retrocedí un momento y fui a buscar a quien quería trabajar; siempre necesitaba de manos extras. Pero en la sala sólo estaba mi hermana la perdida.

 

-- Trelli, ¿qué haces aquí? ¿No habrás visto por casualidad a una chica que pedía trabajo, verdad?

[Matt Blackner]

Jesse se había ido con Akira. El niño había enumerado las cosas que sabía hacer, y desde luegoe staba muy espabilado para su edad, lo cual era algo bueno. Al niño le gustaba aprender, parecía curioso, y corrió a ayudar a Jesse.

 

A mi los niños se me seguían escapando...de no ser por Fenrir habría perdido a la mitad. Ellos se habían ido sentando, ucchicheando, sin saber que les iba a decir ahora.

 

llegaría mamá algun día? no sabía qeu más les iba a decir que hiciesen.

 

Y entonces la vi asomar la cabeza por la puerta. La iré, esperanado. Me iba a ayudar, seguro, seguro qeu se quedaba con ellos y...

 

-- ¿Puedes con ellos, Matt? Léeles un cuento, algo de animales fantásticos, seguro que se sientan y te escuchan. Tienes un voz bonita. Voy a ver a una visita y vuelvo, te lo prometo.

 

La miré con la boca abierta. No me había dado tiempo ni de responderle!

 

Pero bueno, los nños em miraban, espectantes, y...tenía que hacer algo.

 

- Vale, sentaos ahi y...os contaré un cuento.

 

En buena me había metido, no me sabía ninguno.

 

Aunque tal vez...rcordaba vagamente uno.

 

Fenrir se acercó a los niños mientras yo me sentba en una silla frente a ellos. Los ordenó un poco, empujándoles con el hocico, y luego se sentó junto a mi.

 

- Alguien se sabe el cuento de...la hada amelia y el dragón? - pregunté.

[Sagitas E. Potter Blue]

Después de un tiempo en la puerta tras atender a Trelli, cerré la puerta y volví al interior de la Guardería. Todo estaba en un silencio que aterraba. ¿Qué habría pasado con Matt? ¿Le habrían encerrado en un armario? Corrí de puntillas hacia la clase y abrí la puerta con cuidado, con sumo cuidado.

 

Arqueé la ceja al ver a Matt contando un cuento. ¡Contando un cuento! A su lado, un montón de niños estaban quietos y calladitos, con la boca abierta, oyéndola hablar. Cerré la puerta, mandándole un beso a mi hijo, no al grande sino a Ithilion, que había levantado la carita y me sonreía, al lado de su hermano, orgulloso de él. Eso era mejor no romperlo. Iría a preparar la ingesta de leche, que tocaba en breve.

 

-- Tenemos un nuevo formador. Y sin que él lo sepa -- dije al elfo cocinero.

 

-- No durará mucho -- sentenció él.

 

No le hice caso y preparé los biberores para los más pequeños y los cuencos de cereales para los que ya comían solitos. Éstos últimos tenían vasos cerrados con tetina llenos de zumo de manzana. Puse las servilletas en cada sillita y me fijé que una de ellas tenía el nombre de Akira Vladimir Rosier.

 

-- ¡Oh! ¿Ya ha llegado mi sobrino? Juraría que Reena no le iba a dejar nunca. Lo debe de estar pasando mal, me refiero a al madre, el niño seguro que se lo pasa pipa.

 

-- El nuevo está su hija Jesse. Parece muy espabilado.

 

-- Lo es. ¿Ya le habéis advertido de su... característica especial?

 

El elfo camarero me miró, algo preocupado.

 

-- ¿Es celíaco? Sabe que eso me lo ha de decir inmediatamente.

 

-- Huy, no. Es peor. Se desaparece. Hay que poner hechizos antiaparición por todas partes o capaz de aparecer en el negocio de al lado. Voy a decírselo a Jesse.

 

Y salí de la cocina a buscar a mi hija y a mi sobrino.

[Matt Blackner]

Los niños me miraron. Algunos negron con la cabeza, más bien los chicos. Las chicas decían que si lo conocían. Seguramente a los niños aquel tipo de cuentos no les gustaba, aunque a Ithilion si, el se lo sabía porque...

 

Porque era el único que mamá me había contado.

 

Asiq eu tenía que pensar en la forma de que les pareciera interesante. Vi unas piezas de madera, de esas para jugar a hacer edificios junto a mi pie. Acerqué la mano al bolsillo donde estaba mi varita y con un movimiento leve, lo transformé en una hadita.

 

- Esta es Amelia. Es una hada que vive en un bosque. Le gusta mucho salir a explorar y jugar con sus amigos los animales. Un día salió a explorar cuando...

 

Transformé otro cubo, este, en un dragón. Un galés verde, como recordaba haber preguntado a Sagis, si era o no de aquella especie el dragón del cuento.

 

- Un monstruo empezó a quemar la hierba! - el dragón abrió la boca en dirección a la hada de madera, y fenrir emitió un gruñido grave, como si de verdad estuviera rugiendo aquel dragón.

 

Los niños, que miraban las piezas con curiosidad, se acercaron, intrigados.

 

- La hada, asustada, empezó a huir de aquel monstruo para que no la atrapase, pero entonces, empezó a llover y no pudo volvar más, porque se le habían mojado las alas. Se escondió detrás de una piedra y...

 

Y la hada, que se iba moviendo igual que el dragón, rpresentando el cuento, ahora estaba "escondida" tras otro cubo de madera.

 

Pero...habí escuchado la puerta? me quedé un momento callado, pensativo, cuando uno de los niños habló.

 

- Y que pasó? la encontró el monstruo?

 

- Si, el monstruo la encontró. Pero no era un monstruo. Era un dragón, un dragón chiquitito, como vosotros. Pero claro, una hada es muy pequeña, y para ellas, cualquier cosa es gigante. Al ver que era un cachorrito, se acercó.

 

- Que te pasa? por qué quemas todo dragoncto?

 

- Es que me he perdido y no encuentro a mi mamá

 

- Asi que el dragón estaba perdido y asustado, Amelia le ayudó a buscar a su mamá. Como no podía volar, el dragón la llevó sobre su lomo. Cuando encontraron a la mamá dragón, ella estaba uy preocupada poruqe pensaba que había salido sin su permiso, pero amelia le explicó que se había perdido, y todos se hicieron amigos

 

Acabé. No me había dado cuenta de lo cerca que estaban, ni de lo fijamente que me miraban. Ahroa les miraba, algo inseguro, sin saber exactamente que hacer ahora, ni si les había gustado, ni si...

[Jessie Black Lestrange]

Jessie Potter Blue, cuarto de Kinder Garden

 

Veía enternecida como los pequeños como dibujaban en los libros que les había traído, la verdad era que Akira era un niño muy listo para la edad que tenía, dibujaba dentro de las lineas y con colores específicos para cada área. Pase por su lado y le desordene el cabello mientras seguía caminando entre las mesas.

 

Poco a poco los niños iban terminando sus trabajos y me los llevaban al escritorio felices de haber terminado, Akira fue el ultimo pero era el mejor trabajo de todos. Busqué entre las bolsas de mi mochila y saqué una paleta de chocolate para el pequeño mientras a los demás les daba una de dulce.

 

-Bien hecho niños ahora... ¿que quieren hacer?- me arrodille frente a ellos viéndolos con sus caritas brillando de emoción por la expectativa de iniciar una nueva actividad.

 

Tendría que pensar en algo pronto para poner a los pequeños a jugar y que se entretuvieran un rato, tal vez jugar a las estatuas de marfil o encantados en el patio trasero, si... sonaba bien la idea, llevar a los pequeños al patio para que corrieran un rato y despues a dormir la siesta de media tarde.

[Reena Vladimir]

Akira Vladimir.

 

Estaba contento de que la caja de colores no pesase mucho, aunque me hubiera gustado que me diera otra caja para además demostrarle que era muy fuerte, pero el resto de pinturas las llevó la prima. Me sentó en un sitio libre y comenzamos con la tarea. Era un dibujo diferente a los que me daba mamá, pero igualmente divertido. Todos terminaban y yo me estaba poniendo nervioso, pero quería dejarlo bien sin salirme de las lineas como mami me había enseñado.

 

Al final lo entregué y quise decirle a Jessie que yo quería ver a mami, pero no me atrevía, nadie pedía eso, pero ¿Y si me dejó tirado como si fuera un juguete sin recoger? Miré a mi alrededor y comencé a hacer pucheros. Quería parecer un niño mayor pero ahora echaba de menos a mi mami y me sentía desprotegido allí, porque aunque conociera a la profe al resto no.

[Jessie Black Lestrange]

Jessie Potter Blue

 

Akira era un chico realmente lindo, por más que se hubiera tardado era el que mejor había hecho el dibujo. Sonreí y lo puse en la pizarra mientras veía como los niños jugaban con los colores.

 

-Niños... ¿que les parece si adornamos el salón para navidad?- pregunté a los niños haciendo levitar una caja con luces y adornos navideños hasta mis manos.

 

Los vi saltar, brincar y emocionarse por la simple idea de adornar el salón de juegos. Me acerque a mi primo y arrodillandome a su lado sonreí tendiendole una de las puntas de la serie de luces.

 

-¿Nos ayudas?- pregunté con una sonrisa traviesa a mi primito

[Patrick Colt]

- Una lástima que los niños tengan que ver este espectáculo. - un gesto en su cara se retorció, simulaba perfectamente pena por esas inocentes almas sobre la aberración de la Orden del Fénix de proteger a los muggles. - No importa. Igual ya aprenderán a ser mortífagos luego, o morir -

 

La carcajada se escuchó audiblemente por todo el local, cuando estaba frente a Jessie a diez metros.

 

- ¿Hoy también opondrás resistencia? - reveló la varita de Alerce Gris cuya voluta de luz verdosa relamió la careta de metal que ocultaba su gesto. Al igual que esa empuñadura de cuero negro que sobresalía de su hombro izquierdo, cuyo filo estaba enterrado en la espalda de Patrick Colt.

 

- Por favor, que afuera hace frío. - se encogió de hombros indiferente, recordando que había llegado allí luego de aparecer sobre el Callejón Diagon antes de entrar a El Hipogrifo Asustado.

[Jessie Black Lestrange]

Jessie Potter Blue

 

Escuche personas que llegaban y por las auras que sentía sabía que nada bueno traían, era ridiculo que vinieran a tacar en una guardería pero no los dejaría irse con la suya. Cubrí mi rostro con una luz como si jugara con los niños mientras apuntaba a los hombres frente a nosostros

 

-Silencius- susurré apuntando a Patrick el cual no podría lanzar ningún hechizo.

 

-Corpus Patrosnu- susurre vendo como de la punta de mi varita salian una serie de luces las cuales al tocar el piso tomaron la forma de un rinoceronte macho de dos metros de alto por uno de ancho, dotado con las herramientas propias de su especie.

 

-Expecto Patronum- mande un mensaje a mis compañeros de bando, sabía que ellos llegarían de ser necesario.

[Andrómeda Perseus]

La bruja se encontraba entrenando en el Cuartel de la Orden del Fénix cuando recibió el inconfundible Patronus de un León y no lo dudó, salió corriendo en pleno entrenamiento para ir en ayuda de su gran amiga Jessie. Llegó al Hipogrifo Asusado, un local del Callejón Diagón. La bruja portaba una túnica dorada que la identificaba como tal. Pasó sus orbes marrones por los enemigos, los reconocía.

 

- Huye amiga -murmuró defenfundando su varita.