Ollivander's (MM B: 94928)

[Joaquín Granger]

Caminaba por el Callejón Diagón, era una bella tarde en la que el sol había sido cubierto por mis amigas las nubes, muy buenas protectoras. Volvía de la mansión, de almorzar con la familia, o más bien con mi ahijado, el resto de la familia andaba siempre dispersa, pero aún así yo era feliz. Nunca lo hacía, solía almorzar en algún restaurante del Callejón, o bien con Ari en el local, pero como ella se había desaparecido, no tuve más que salir, no quería comer solo.

 

Pero desgraciadamente me había acostado en la cama junto con Seishiro, luego del almuerzo. Y aunque el plan era que el bebé se quedara dormido, yo también había sucumbido ante el sueño, producto, seguramente, de todas las salidas nocturnas que había tenido todas las noches anteriores. Pero ya era hora de volver al trabajo, aunque no hubieran muchos clientes, porque todos sabían cuidar sus varitas, y por la baja reproducción que hubo 11 años antes, edad en la que ahora los niños tienen edad permitida para comenzar a practicar la magia.

 

La capa ondeaba tras de mi, y mi traje verde botella, recto y de corte francés, era el que me cubría el cuerpo aquel día, acompañado de una camisa blanca, una corbata negra, y unos zapatos del mismo color. Me detuve frente a la puerta del negocio, y fue el desconcierto y la ira los que me invadieron. El cartel anunciaba que el negocio había cerrado, y no había sido por decisión mía, esos malditos elfos poco trabajadores... entrenaría mi Sectumsempra con ellos.

 

-¡Explíquenme criaturas desobedientes quién demonios les dio la orden de que cerraran el negocio! -Grité enfurecido -Hablen ya, o les daré caza, tortura, y los dejaré como trofeos -Les amenacé, y sería verdad.

 

-Amo Joaquín -dijo un elfo, al que no recordaba su nombre -Fue una orden de la ama Selene, ella volvió hace unos momentos, se encuentra en su oficina -y dicho eso se retiró con una reverencia.

 

Sonreí ante lo que la criatura dijo. De verdad que había extrañado mucho a mi socia, y ella mee debía una explicación no me había dicho a donde se había ido. Subí las escaleras, pensando en alguna historia graciosa que me haya pasado a mí, para contarle a ella, aunque fuera la parte que menos me gustaba. Lo que de verdad quería era que Ariane me contara alguna novedad, no podía negar que me gustaba saber las cosas que pasan en Ottery.

 

-Ari -dije llamando a la puerta -¿Estás ahí? -pregunté mientras abría un poco la puerta para entrar.

[Ada Camille Dumbledore]

Dedique mi empeño en arreglar mi cabello, lo solte y ante el gran espejo que tenía en mi oficina, el cabello oscuro de pequeños visos rojizos se ondeaba libre en la espalda de la mujer, un cepillo de plata de suaves cerdas blancas de seda lo cepillaba con animo, parecia tener vida propia y se movia como ondas sobre el mar arruyado por los soplos del viento.

 

La mujer se miraba con una sonrisa llena de picardia al pensar que podria encontrar esta noche en el bar al que acudiria, esperaba probar un delicioso Whisky de Odeon, con hielo. La sensacion de pensarlo le provoco salivación, era un licor de textura y sabor exquisitos.

 

El estar sola en el negocio le hacia sentir bien, ojala tuviera tiempo de tocar un poco el piano para amenizar el momento, la verdad era exquisito deslizar sus dedos por aquellas teclas y deleitarse con el sonido salido de las cuerdas del instrumento.

 

Con dedicación delineo sus labios rosados con un labial de tono carmesí y volvio a su cabello, depronto escucho que le llamaban y golpeteos en la puerta, sonrio al reconocer la voz de su socio y amigo Joacoo.

 

- Joacoo entra esta abierto

 

Contesto al llamado mientras seguia cepillando su lacia cabellera

[Joaquín Granger]

-Permiso -dije mientras entraba en la oficina.

 

Allí la vi frente a un gran espejo, peinando su largo y negro cabello, que poseía algunos reflejos rojos. Sonreí, nada había cambiado, ella seguía siendo Ari y su cabello que tanto me gustaba seguía siendo suyo. En verdad el cabello era la parte que definía la parte de pulcritud e interés personal se tiene. Si uno se lava el cabello, es pulcro, y se puede estar cerca sin la necesidad de sentir asco por el olor a mugre que podría tener, no sería un sucio.

 

Pero si alguien, como lo hacía Ari en aquel momento, lo cepillaba con esmero, dedicación, y mucho trabajo, significaba que lo cuidaba, y eso significaba que se importaba a sí mismo, y que quería causar buena impresión mediante el cabello. Yo sucumbía ante un cabello bien arreglado, me encantaba eso de las mujeres. Sin embargo ella no solo se había cepillado, tenía sus labios pitados de un rojo muy intenso, y tenía un vestido precioso, había que reconocerlo, ella estaba preciosa.

 

-¿A dónde va mi socia tan sexy? -Le pregunté curioso -¿A romper la noche a algún salón de baile o a beber alguien y conseguirte una presa nocturna.

Editado 4 de Abril del 2012 por Joacoo Lestrange

[Ada Camille Dumbledore]

La verdad aunque la vanidad no era mi pecado favorito, debia decir que los disfrutaba bastante, el olor de mi perfume de azucenas llenaba la habitación y me fascinaba, jams habia dejado la costumbre de bañarme rodeada de ellas en mi tina, era el aroma preferido para mí.

 

Mi socio entro con delicadeza a la habitación a medio iluminar y me noto frente al espejo acicalandome, imagino justo lo que sucedia: pensaba salir esta noche. Me lo merecía despues de tantos días de trabajo en el Ministerio y no dedicar nada de tiempo a mí, me lo debía.

 

Levante mi mano hacia el invitandolo que la tomara, estabe en la comoda que tenia ubicada en la esquina mas cercana a la puerta, con un gran espejo y un pequeño puff frente a ella para poder arreglarme en mi oficina. Sonreí con gran picardia sin preocparme por mi cabello suelto frente a él, ya estaba visto el poco efecto que tenia mi herencia de veela.

 

-Gracias y si Cariño hare las dos cosas, ire a alguna bar a bailar, tomar un buen whisky de ogden y por supuesto que si alguna caballero surca cabalgando los terrenos de la lujuria hacia mí, lo acogere triunfante entre mis brazos...

Bromee con una gran sonrisa, la verdad hacia mucho que no tenía un amante, bastante se debia decir, pero ahora que Hakoda habia regresado a su cielo, y según confirmaba él era por siempre, no perderia la oportunidad.

 

- Deberias venir conmigo... - Dije tomando finalmente su mano y acercandolo a mí - Alguna afortunada dama debe estar ansiosa por disfrutar de la compañia de un gallardo caballero como tú, deberías darle la oportunidad a tantas damas en el Diagon que se deleitarian con tu presencia.

Le guiñe el ojo con sorna, sabia que el no solia aceptar, peor nada perdia con intentarlo. Bese su mejilla a manera de saludo y deje una muestra de mis labios borgoña en su mejilla.

 

- No extrañaste a tu socia adorada estos dias de ausencia o si?

 

Ladee la cabeza con una mirada dulce, mientras la voz dulce y casi haciendo un mohin de consentida. Lo tente a contestar, sabia que evadiria la pregunta, solia ajugar con el de aquella manera, nuestra amistad se habia convertido en un lazo fuerte y teníamos suficiente confianza para estas jugarretas que tanto disfrutaba

[Joaquín Granger]

Andaba de muy buen humor la chica, peinándose despreocupadamente el hermoso cabello que poseía. Tomé la mano que ella me ofrecía para guiarme y me coloqué tras ella, ahí vi mi reflejo, sonreí, me encantaba verme perfectamente bien, y sobretodo mis colmillos. Eso era un complejo Narcisista, pero había vivido con él muchos años, ya era parte de mí, y no era tan fuerte, yo no me había enamorado de mi mismo, ni lo haría.

 

Efectivamente, ella saldría aquella noche, y bien merecido se lo tenía después de tanto trabajo que tuvo, y lo que la obligó a abandonarme por unos días, largos días. Ante la broma de la joven, me hacía gracia imaginarla embelesada, sobre un caballo, y con un vestido antiguo, cabalgando con un hombre muy guapo hacia el horizonte. Eso no era el estilo Ari, me parecía más bien algo de "Fantasía Selene" me preguntaba que sería de ella.

 

-A ver si te toca un buen hombre para la noche, que olvides a la mañana siguiente, al igual que olvidarás la cantidad de alcohol que tomaste, y no sabrás como llegaste a tu cama ni como lo hiciste con el misterioso hombre -solté riendo por la cruel broma.

 

Abrí los ojos como platos ante su invitación. Muy amable si, pero no tenía en vista mujer alguna para mi vida, no en aquel momento. Solté la carcajada sin reprimirme en absoluto, de solo imaginarme bailar disco con una mujer, me sentía ridículo, esas cosas ya no eran para mi, ahora era un padre de familia, no tenía tiempo para esas tonterías. Seishiro era la única persona que tenía en mente, él requería todo mi tiempo libre. Se acercó y me dio un beso en la mejilla, dejándome una perfecta marca carmesí

 

-Las damas no tienen tiempo en mi agenda, Seishiro las sustituye -comenté riendo -Pero ahora que tengo esta marca nadie creerá que soy un padre de familia, todos pensarán que me anduve revolcando con alguna amante -bromee -si me acosan con preguntas hazte responsable -le giñé un ojo, divertido con la situación.

 

La ausencia de la joven se notaba, el negocio quedaba completamente vacío, incluso depresivo, y uno no veía la hora de que fuera la hora de cerrar, o viniera un cliente. Sin embargo con ella en la tienda, todo era más animado y alegre, hasta gracioso, no le iba a negar que la extrañaba, ya que ella era mi único contacto con el mundo exterior. Ahora que lo pensaba debía arreglar eso, pero no sería aquel día.

 

-¡Por supuesto que la extrañé! -exclamé respondiendo su pregunta -todo era muy silencioso sin ella, sobre todo eché de menos a mi socia en los almuerzos, era yo solo para comer -le conté poniendo cara de víctima -¿Pero que hizo mi socia en estos días que no la vi? cuente cuente -la incité con una sonrisa

[Ada Camille Dumbledore]

La forma descarada con la que hablaban solo dejaba ver la confianza que ambos se tenian. Las carcajadas de Ariane no se hicieron esperar haciendole par a la suyas.

 

- es cierto, lo olvidare el dia siguiente...a no ser que sea tan buen amante que vuelva a buscarlo otro dia para sacarme las ganas...

 

Bromee de nuevo,y con mi dedoimpie su rostro quitando la marca del lapiz labial carmesi.

 

- No lo hago porque hablen mas de ti, sino por Seishiro...esa dulzura no debe pensar mal de su Padre, no es justo destruir su confianza hacia ti dulzura...

 

Comente con amabilidad, no estaba muy deacuerdo en que un hijo le faltase el respeto a un padre y parte de todo aquello era la buena imagen que Joacoo debia darle a su hijo.

 

Recoste mi cuerpo sobre la orilla del escritorio y lo mire, era muy curioso ver que si me habia extranado.

 

- Yo tambien te extrane, estaba en el Ministerio, no se si te enteraste pero hubo un ataque a mi departamento por parte de los mortifagos y bueno secuestraron a la secretaria de mi hermano...el renuncio como jefe del departamento y ha sido toda una locura... lo unico qque se es que nada se...

 

Solte con amargura habian sido dias duros y molestos para todos, ver partir a nuestro lider no habia sido para nada facil.

 

Una sensacion me invadio, sabia lo que significaba eso, llena de fuerza era como un eco musical, una resonancia entre dos puntos llenos de energia ordenandome hacerlo. Cerre los ojos para escucharlos con total atencion.

 

- Flormorado y colmillo de Basilisco...

 

Abri los ojos para encontrarme conos de mi querido socio Joacoo

 

- Lo sentiste? Creo que tendre que salir luego, una varita nos llama...bueno esta ordena, es muy fuerte su llamado

 

Bromeo, levantando su falda un poco y sacando la varita del portavarita de su liguero.

[Joaquín Granger]

La situación se tornaba divertida allí con la joven presente en donde hablábamos con total libertad. Crueles bromas y comentarios que nunca tomábamos a mal, sino para la risa. Sonreí al ver que me daba la razón con respecto a los amantes. Siempre sentí curiosidad por saber que se sentía, pero no más que eso, yo era más clásico. Limpió el labial que había dejado en mi rostro, justificándose que lo hacía por Seishiro, aunque no entendía mucho sus motivos, Seishiro aún no cumplía el año, no sabía ni lo que significa "papá"

 

-Tu no tienes necesidad de buscar un amante dos veces, para ti son como el papel, y tienes una papelería entera a tu poder querida -comenté sonriendo -Y por Seishiro, no te preocupes, el aún no llega a cumplir el año, puedo llegar a las 3 am con la camisa el cuello y la cara llenas de labial, y el no me dirá nada, reirá como siempre que me ve, y yo sonreiré ante su inocencia -comenté y reí, ya conocía como la palma de mi mano a mi ahijado.

 

Pronto cambiamos de tema, ahora ella respondió a mi pregunta. Había supuesto que todo había sido por culpa de Ministerio, pero nunca imaginé un ataque mortífago, ni la ausencia de jefes. De verdad que había un alto nivel de renuncias, y cada vez mayor, aunque confiaba en las nuevas generaciones, ellos parecían hambrientos de trabajo. Ahora volviendo al tema de los mortifagos yo los admiraba, y aspiraba a ser uno de ellos, pero no consentía que derramaran una gota de sangre pura, cada gota mágica era pura, como vampiro lo aseguraba.

 

-Espero querida, que todo se arregle pronto -dije con una sonrisa de comprensión -esas actitudes de los Mortífagos no me agradan, deberían usarla contra los muggles.

 

De pronto una sensación me invadió, aunque no era muy fuerte, y miré preocupado a la joven quien también pareció sentirla, pero ella estaba mucho más tranquila. Se limitó a preguntarme si sentía lo mismo que ella, a lo que asentí, y luego sacó su varita. No lo entendía en lo absoluto, sin embargo saqué mi varita de pino del bolsillo de mi traje verde botella, y la miré a ver que haría a continuación, yo por mi parte, estaba bajo sus órdenes.

 

-Te sigo Ari -dije mientras apuntaba con mi varita, inútilmente.

[Ada Camille Dumbledore]

La Dumbledore se rio un poco, seguro Joacoo había entendido que algo malo sucedia al ver su actitud al sacar la varita de aquella frma, con su dedo toco suavemente la punta de la varita y la hizo bajar.

 

- Corazón haremos una varita, no mataremos sangre sucia así que tranquilo, vamos al taller entre más pronto la haga mas pronto nos iremos... O si lo deseas ve a cas con tu retoño, yo la hare sin demora

 

Lo guio por el pasillo hasta bajar las escalas y llega al taller, encendio la luz con una floritura de su varita y encendio el torno. Tomo el trozo de flormorado y el clmillo de basilisc en las manos y coloco la madera en su lugar. Movio la varita y el torno empezó a girar con rapidez. Vio entonces la botella de sangre que habia ordenao traer y las dos copas.

 

- Socio mientras termina, no te apetece una copa tibia de sangre, la mande traer, ya sabes me gusta tener mi reserva especial

 

Le comente mientras abria el corcho de la botella y comenzaba a servirse su copa, la verdad la sangre era algo que disfrutaba

[Joaquín Granger]

Comencé a reír junto con la joven, mi ignorancia sobre el asunto de las varitas era muy evidente, pero eso sería por poco tiempo, en un poco más ya aprendería por completo el arte de las varitas, y sería un verdadero maestro en eso. Guardé mi adorada varita de pino en el bolsillo del saco, y contemplé unos momentos a la joven, que me invitaba a ir al taller, a lo que acepté encantado, me gustaba ver la fabricación de una varita, y pronto iría a casa, a Seishiro ya lo había visto por lo que no estaba tan apurado aquel día.

 

-Pronto dejaré de creer que cuando hablas con esa voz misteriosa, hablas de varitas, y saques la tuya, estás hablando de un robo -comenté sonriendo divertido -Te acompaño, a Seishiro ya lo vi hoy al medio día, incluso me dormí junto con él, hoy no tengo tanto apuro como en otras ocasiones -informé.

 

La seguí por el pasillo, bajamos las escaleras, y para acortarlo, solo basta decir que hicimos todo el recorrido al taller, al que ya habíamos ido varias veces, y me sabía en camino de memoria, sin embargo me dejé guiar por puro placer de no tener que mirar por donde iba, pues tenía a Ariane que era mi punto de referencia, e iba enfrente mío. Ella se puso a fabricar la varita, mientras yo la veía, y aprendía un poco más de ese arte que no parecía muy complicado en aquel momento, sin embargo no era nada fácil tampoco.

 

-¡Por supuesto! -exclamé mientras que tomaba la copa, que ella me ofrecía -Sabes que adoro tus existencias -comenté, y era cierto -¡Brindemos por nuestro negocio, que nos genera, más que galeones buenos ratos! -volví a exclamar levantando la copa.

[Ada Camille Dumbledore]

Admitia que el hacer varitas era algo que me hacia sentir tal y como Selene se sentía, la entendia a la perfección cuando la creación de este artefacto magico la envolvia de tal manera que parecía que no existiera nada mas sobre la tierra mas importante que eso, era por eso que me habia dedicado al negocio aún cuando no habia sido creada para tal fín.

 

Escuche sus palabras cuando aceptaba la copa que le ofrecía, en realidad era satisfactorio el estar allí el torno se movia de manera sincronica con los latido de mi corazón, encerrados en este cuerpo humano. Serví entonces las dos copas y le ofrecí la suya con una sonrisa, sabia que le gustaba que trajera sangre dada voluntariamente por humanos embotellada finamente. Yo siempre preferia la de jovenes, creía que eso me mantenía con el espiritu vivo.

 

Levanto su copa y choque la mia suavemente, tome un sorbo, exquisita, tibia y suave, seria seguramente de alguien muy noble y amable, pues la sangre deja entrever el caracter de quien es su dueño.

 

El torno se detuvo porque lo que deje a un aldo la copa y tomando mi varita eleve el nucleo y lo introduje en la madera, de nuevo el trono empezo a girar mientras que terminaba de pulirla y darle sus últimas caracteristicas. Tome la copa y la tome otro sorbo mirando la copa, extrañamente ví un suave tono rosa en ella, seguro era de una mujer.

 

Voltee a ver a Joacoo que tomaba su copa disfrutandola, la verdad Selene no tenía mal gusto, hoy lo veía guapo, gallardo, habia algo en él que atraia, no sabia exactamente que. Suspire, jugando con el borde de la copa rozando mis labios.

 

- Hoy te veo diferente

 

Solte en un hilo de voz mirando sus ojos azules.