Ollivander's (MM B: 94928)

[Joaquín Granger]

El torno sonaba, y producía una sensación agradable, pensando que uno estaba haciendo una varita aunque en realidad el torno hacía la mayor parte del trabajo. La verdad trabajar era una de las cosas más fáciles, al menos ahí en Ollivander's las varitas se hacían prácticamente solas, y no había una gran cantidad de clientes.

 

Acepté la copa mientras Observaba a Ariane dar otros toques a la varita. Ella aceptó mi brindis, chocamos copas y bebí un sorbo. Como siempre estaba exquisita, suave, pero con un fuerte aroma, Estaba algo dulzona, y su textura algo más aligerada que de costumbre. La bebida en general no era tan oscura como de costumbre, pero quizás era porque poseía alguna especia.

 

El torno había dejado de girarse, y había prestado mi atención a Ariane. ¿Qué tenía aquel día? Un toque especial, algo único, estaba hermosa, completamente deseable. Ella habló, y expresó lo mismo que yo pensaba. La miré a sus ojos, que se hacían irresistibles y sonreí, me acerqué más a ella. No sabía porque pero aquella tarde quería estar con ella, quería tenerla toda para mí.

 

-Es lo mismo que yo pienso de ti -Solté en un susurro.

[Ada Camille Dumbledore]

La situación se estaba tornando extraña, la verdad sentía la necesidad de acercarme a él y sentir su piel, acariciarlo, era algo que me atraía demasiado. Trate de controlarlo un poco, termine la copa de un sorbo. Tome la copa y la botella y la llene, debia distraerme tomando otro sorbo, pero el ya estab cerca a mi y eso me hizo sentir bastante nerviosa a su lado, roce su brazo y eso me hizo estremecer como hacia mucho antes lo habia hecho.

 

- Quieres que te sirva mas? tu copa esta casi desocupada

 

La tome y le serví casí a rebosar y al hacerlo roce la piel de su mano, disimule el estremecimiento y entonces note que el torno ya no sonaba. Voltee y la varita ya había terminado, fuí hasta ella, la envolvi en aquella reluciente tela y la guarde en su caja.

 

- Bueno veo que ya puedes irte, yo ire a tocar el piano antes de irme, tengo mucho calor y la verdad es que... seria dañoso salir así a la calle con este frio

 

la voz salio algo temblorosa, estaba incomoda ante la fuerte atracción que sentía hacia él, no sabia que sucedia, pero trataba de disimularlo. Tome un sorbo mas de la copa

[Joaquín Granger]

Vaya que la situación se había vuelto extraña, quería estar con Ariane, ahora, más que con ninguna otra persona, y no sabía cómo había pasado eso, pero ni siquiera me importaba, yo solo la miraba a ella, embelesado. Ya no me importaba la familia, los estudios o el trabajo. Me ofreció más sangre, no podría negarme la verdad es que estaba exquisita, no lo podía negar, tenía un porque especial y no sabía que era, solo me hacía desear más.

 

-Si... por favor -dije aceptando el ofrecimiento.

 

Acepté la copa llena hasta el borde y al aceptarla toqué su mano, suave hermosa, delicada, la de una dama ¿Pero que decía? mil veces había tocado aquella meno y no me había pasado nada, pero ahora parecía que un simple roce me traía a la vida, como un humano inmortal, e incluso me pareció volver a sentir calor, por más de que fuera imposible pues hacía años ya, mi piel era una piedra, así como mis lágrimas eran sangre.

 

-Yo no tengo mucho interés en irme, Seishiro ya debe estar durmiendo y no tengo nada que hacer en casa -me encogí de hombros- prefiero escuchar una linda melodía en el piano -Informé, aunque lo que quería era verla a ella- ¡Vamos!-Exclamé.

 

Vacié mi copa, y ya me parecía ver todo color de rosa con una sonrisa atontada, y en el centro de mi visión estaba siempre Ariane. Tomé la botella y salí del taller haciéndole señas a la joven de que me siguiera, yo la iba mirando discretamente mientras caminaba, arriesgándome a tropezar y caer pero valía la pena. Subimos las escaleras, atravesamos el pasillo y llegamos por fin a nuestro destino, dejé la botella y mi copa en la mesilla ratona y me tiré sobre el sofá.

[Ada Camille Dumbledore]

La dama estaba embelesada ante las palabras de Joacoo, no sabia como había podido sobrevivir viva sin mirar aquellos ojos azules tan expresiovos y hermoso que poseía el vampiro, era algo que no se perdonaria jamas.

 

-Yo no tengo mucho interés en irme, Seishiro ya debe estar durmiendo y no tengo nada que hacer en casa -me encogí de hombros- prefiero escuchar una linda melodía en el piano ¡Vamos!

 

Ante suinvitación sonreí ampliamente y dirigí mis pasos tras él, no me encargue de apagar las luces que iluminaban el taller, solo seguía los pasos de vampiro que ibas delante de mi, la copa rozando mi boca todo el tiempo en un seductor gesto de caricia hacia mi labio inferior. No dejaba de mirarlo temía que si dejaba de hacerlo él desaparecería.

 

Al llegar al salón de arriba, él se acomodo en el sofa y yo tome mi puesto frente al piano dejao la copa vacia sobre la mesita la lado de este. Las teclas empezaron a sonra con la Sonatna de invierno, lo hacia esplendidamente mejor que nunca, estaba inspirada, mi corazon latia batiente felíz, acaso estaba enamorada?

 

La idea me hizo estremecer un poco, pero como no me habia dado cuenta de eso, pero era posible darse cuenta de un momento a otro? Deseche las ideas y me dispuse a seguir la tonada magistralmente solo para su gusto, su placer, el de aquel hombre que me observaba pacientemente.

[Joaquín Granger]

Desplomado en el sofá con la copa de sangre en la mano, y contemplando la botella ya pronto no quedaría nada, en cuanto me sirviera lo último, que no alcanzaba ni para media copa. Contemplaba a la demonio en su piano, y más que disfrutar de la música, que ya de por si era bellísima, disfrutaba contemplándola a ella, la interprete de las melodías, y como no, si era hermosa, se me hacía irresistible, no sabía como aún no me había dejado vencer.

 

Tomé mi copa y la de la dama, la de ella llena, por haber estado tocando el piano, y la mía no tanto, la completé y dejé la botella vacía sobre la mesa. Me acerqué hacia la joven y le tendí la copa mientras la miraba con deseo ya sin disimulo alguno, pero no intentaría nada en aquel momento, no sabía que haría ella, antes que nada era mi socia y la necesitaba no quería ofenderla en lo absoluto.

 

Choqué mi copa levemente con la de ella e hice fondo blanco, no sabía cual era el motivo pero tenía demasiada sed. Volví a ver a la joven y ya era algo fuera de lo común no podría aguantarme otro segundo, tenía que poseerla. Me acerqué y tomándola en mis brazos la besé, sintiéndome más tranquilo, pero a la vez deseoso de más. Aquel había sido un día extraño, era consciente que nunca se me habría pasado por la cabeza hacer eso, pero en el negocio había sido un día muy extraño.

[Ada Camille Dumbledore]

La demnio dejaba que sus dedos bailaran por encima de las teclas del piano con compas, sentía la mirada fija de aquellos ojos azules viendola y se deleitaba mostrandose hermosa y deseable mientras tocaba, ya no media las consecuencias. La melodía termino y sonrio mirandolo, él ya estaba a su lado y le ofrecía la copa. La tomo mientras lo miraba a los ojos, la respiración entrecortada por el estremeciemiento que sentía al sentirlo tan cerca a ella.

La mirada duro un poco, depronto en un impulso lleno de deseo el vampiro le tomo en los brazos y le beso, ella correspondio a aquel descontrolado beso, lleno de euforica pasion. La copa se deslizo de sus manos y cayo al suelo haciendose pedazos, poc le importo sus brazos rodearon el cuello del vampiro y acaricio su cabello.

 

La otra mano de la vampira surco pecho y de deshizo de un boton para acariarlo, aquel firme cuerpo que la había llenado de deseo y de anhelos de pasión, No tenía idea de lo que hacia pero lo disfrutaba de una manera indescriptible.

[Ada Camille Dumbledore]

La demnio dejaba que sus dedos bailaran por encima de las teclas del piano con compas, sentía la mirada fija de aquellos ojos azules viendola y se deleitaba mostrandose hermosa y deseable mientras tocaba, ya no media las consecuencias. La melodía termino y sonrio mirandolo, él ya estaba a su lado y le ofrecía la copa. La tomo mientras lo miraba a los ojos, la respiración entrecortada por el estremeciemiento que sentía al sentirlo tan cerca a ella.

La mirada duro un poco, depronto en un impulso lleno de deseo el vampiro le tomo en los brazos y le beso, ella correspondio a aquel descontrolado beso, lleno de euforica pasion. La copa se deslizo de sus manos y cayo al suelo haciendose pedazos, poco le importo. sus brazos rodearon el cuello del vampiro y acaricio su cabello.

 

La otra mano de la vampira surco pecho y de deshizo de un boton para acariarlo, aquel firme cuerpo que la había llenado de deseo y de anhelos de pasión, No tenía idea de lo que hacia pero lo disfrutaba de una manera indescriptible.

[Joaquín Granger]

La besaba con deseo, con pasión. Descargándome aquello que me abrumaba, pero que a la vez nunca parecía disminuir. La tenía entre mis brazos, y lo sabía, estaba consciente de que unas horas antes no habría hecho eso, pero ya no me importaba en lo absoluto, solo quería continuar poseyéndola, y no tenía la más mínima intención de dejarla ir, así como ella tampoco tenía las intenciones de alejarse, era una pasión estupendamente correspondida.

 

Ella me había correspondido el beso, e incluso parecía encantarle tanto como a mí. Acariciaba mi negro cabello, y jugaba con él, cosa que me encantaba. ¿Qué nos sucedía? no tenía ni la menor idea ¿Y quería acaso tenerla? no por supuesto que no quería hacerla mía, disfrutarla más allá de lo que la disfruto como socia y amiga, quería que entra en juego la lujuria, y disfrutar así una vez más, y no pensaba que nada me lo impidiera.

 

Quitó un botón de mi camisa y comenzó a acariciar mi pecho, y eso junto con que me arañaran la espalda eran mis dos cosas preferidas. Mis manos acariciaban su espalda, y mis labios consentían los suyos, así como nuestras lenguas jugaban, pero se hacía monótono, así que cambié de lugar, comenzando a besar sus hombros y cuello con pasión y sin preocupación alguna.

[Ada Camille Dumbledore]

Los cuerpos de ambos parecían empezar a reconocerse y la chispa que emanaba de la piel de ambos no disminuia, sino que aumentaba con el roce de las mismas. El sentir sus labios en mi cuello, me estremecí claramente entre sus brazos, mis labios besaron su cabello y respiraba de manera agitada mecida por las caricias dadas por el Lestrange.

 

Animandome y sin pensarlo demasiado desabotone lentamente los siguientes botones de la camisa; acariciando su pecho, luego sus hombros le despoje de la chaqueta y la camisa en un solo movimiento, cayeron las prendas a su espalda.

 

Le lleve de espaldas hacia la fria pared en la que se apoyaba el piano y me recargue, me sentia mas equilibrada allí, pues sentia que me desvaneceria de locura en cualquier momento presa de todas las sensaciones que me ofrecia este encuentro, no sabia porque él pero habia esperado a un ser así mi vida entera.

 

Mis dedos se deslizaron por su espalda y mis uñas hicieron su marca suavemente, mientras el me complacia con sus labios en mi cuello, talvez hubiera dejado que me mordiese, ya no importaba nada mas en el mundo.

[Joaquín Granger]

Continuaba besando el cuello de la joven, que aunque era apetitoso, mucho sin duda alguna, no tenía sed sino hambre por besarla a ella a su cuello y a cada milímetro cuadrado de su cuerpo. Ella me desprendía la camisa poco a poco y yo no me opondría, me sentía más liberado e incluso había esperado que lo hiciera. Con suavidad sacó mis prendas superiores que cayeron al suelo y ni siquiera me importó, estaba ocupado en otra cosa.

 

Me dejé llevar contra la pared, siempre me habían gustado las mujeres que tomaban el control de vez en cuando, como lo hacía Ariane en aquel momento. Sentía sus manos recorrer mi espalda, y sus uñas arañarla, lo que más me gustaba era eso, ella lo sabía o eso me parecía a mí. Yo seguí besando su cuello y lo comencé a mordisquear suavemente, había sucumbido ante los efectos de la pasión no podía negarlo, no quería, en aquel momento lo aceptaba encantado.

 

Ya excitado por los movimientos y actitudes de la demonio no lo pensé y arranqué su vestido en flecos sin siquiera buscar un cierre o una ballena para no destrozar el vestido. Pero yo no actuaba así era impulsivo en momentos como el que estaba viviendo. Acaricié su espalda y su vientre suavemente mientras volvía a jugar con sus labios y su lengua. La vida en Ottery era extraña de un momento para otro estaba besándome con mi socia semidesnuda, pero lo disfrutaba igual.

 

 

Off: Sele discúlpame la demora, tenía las tareas y el TAC por eso no vine antes.