Ollivander's (MM B: 94928)

[Ada Camille Dumbledore]

Llegue al lado de ambos, Joacoo había interpelado a Roxie, para poder conocerla más y asi poder traer varitas que fueran acordes con su persnalidad, pues los que nos dedicabamos al arte de las varitas sabiamos que ellas buscaban caracteristicas especificas para elegir a su a quien servir.

 

Sonreí a Joacoo y acaricie el cabello de mi hija dulcemente, me agradaba su energía, Roxie parecia un sol luminoso lleno de energía.

 

Observe a Joacoo con una gran sonrisa, sabía que él lo haria bien,sabia que las varitas le habian aceptado y encontraría la varita perfecta para Roxie.

 

En silencio indique a mi elfina que trajera té, asi podríamos depratir un poco mas cercanos.

[Joaquín Granger]

Las descripciones de Roxie no se hicieron esperar. Era una persona a la que podría mostrar un millón de varitas distintas, pues cada madera reflejaba una parte de ella. Sin embargo, eso no podría ser, ella se iría con una varita de entre millones de candidatas, y yo me encargaría de elegir a las finalistas, lo que hasta ahora era la tarea más difícil que me había tocado en el trabajo, pero suponía que estaba bien. No todo era siempre diversión.

 

Por un lado, el Serbal: "La madera de serbal siempre ha sido muy deseada para las varitas por su reputación de ser más protectora que ninguna otra. En mi experiencia hace que todo tipo de encantos defensivos sean especialmente fuertes y difíciles de romper. Se suele decir que ningún mago oscuro o ninguna bruja oscura ha poseído jamás una varita de serbal, y yo no recuerdo un solo caso en que una de mis propias varitas de serbal haya cometido hechos malvados. El serbal se lleva mejor con aquellos de mente clara y de corazón puro. Sin embargo, esta reputación no debería engañar a nadie, puesto que estas varitas son iguales que cualquier otra, a menudo incluso mejores, y frecuentemente son mejores que otras en duelos". Eso decía en mi guía de maderas para varitas, nunca me había fallado, por lo que confiaba en ella.

 

El Peral era otra gran opción según mi grueso libro: "Esta madera de tonos dorados produce varitas de espléndidos poderes mágicos, que dan lo mejor de sí en las manos de aquellos de corazón cálido, los generosos y los sensatos. Los posesores de las varitas de peral son, en mi experiencia, normalmente populares y muy respetados. No conozco ningún caso de una varita de peral que haya estado en manos de un mago o una bruja oscuros. Las varitas de peral se encuentran entre las más resistentes y a menudo he observado que pueden todavía presentar una apariencia nueva incluso habiendo sido utilizadas mucho durante largos años."

 

Por último teníamos a la Acacia, otra posible varita según un verdadero maestro en el arte de la fabricación: "Una madera para varitas bastante inusual. He descubierto que produce varitas que a menudo se niegan a producir magia excepto para su dueño y también se guardan sus mejores efectos solo para aquellos con el don más fuerte. Esta sensibilidad hace que sea muy difícil encontrarles un dueño y solo mantengo unas pequeñas existencias para aquellos magos o brujas con suficiente ingenio, puesto que no les van bien a lo que se conoce comúnmente como magia de “ruidos y olores”. Cuando a una varita de acacia se le encuentra el dueño correcto, puede competir con cualquiera en términos de poderes, pero a menudo esta madera no es apreciada lo suficiente por la peculiaridad de su temperamento."

 

-¡Accio Varitas!- Exclamé apuntando mi fiel varita hacia las estanterías

 

Nueve largas cajas, o más bien lujosos estuches, volaron de sus lugares en las estanterías, hasta llegar al mostrador. La razón de las nueve era muy simple, yo podría escoger la madera de las varitas, pero los centros no, ellos eran la parte vital de la varita y quienes debían escoger a sus dueños si de verdad se quería un buen funcionamiento de la varita. Saqué la tapa de los estuches y las señalé una por una.

 

"El pelo de unicornio produce generalmente la magia más consistente y está sujeto a un menor nivel de fluctuaciones y bloqueos. Las varitas con centros de unicornio son las más difíciles de utilizar para las Artes Oscuras. Son las más fieles de todas las varitas, y normalmente permanecen unidas a su primer dueño con una relación difícil de romper, independientemente de si es una bruja o un mago consumado.

Las desventajas del pelo de unicornio son que no produce las varitas más poderosas, aunque se puede compensar con la madera de la varita, y que tienden a la melancolía si no son usadas correctamente y el pelo puede “morir” y necesita ser reemplazado."

 

"En general la fibra de corazón de dragón produce las varitas más poderosas, y con ellas se pueden realizar los encantamientos más llamativos. Las varitas de dragón tienden a aprender más rápido que otros tipos. Sin embargo, pueden cambiar de chaqueta si se le quitan a su dueño original, siempre establecen una fuerte relación con el que las posee en ese momento.

La varita de dragón es la más fácil de usar para las Artes Oscuras, aunque, no se inclinará hacia ellas por ella misma. También, de las tres, es la que tiene más tendencia a producir accidentes, debido a su temperamento."

 

"Este es el tipo de centro más raro. Las plumas de fénix pueden producir una amplia gama de efectos mágicos, aunque pueden tomarse más tiempo que las varitas de unicornio o de dragón para mostrarlo. Son las que tienen una mayor iniciativa, a veces actúan independientemente, una cualidad que a muchos magos y brujas no les gusta nada.

Las varitas de pluma de fénix son siempre las más quisquillosas a la hora de escoger un dueño, puesto que la criatura de la que han salido es una de las más independientes y distantes del mundo. Estas varitas son las más difíciles de dominar y personalizar, y su fidelidad es difícil de conseguir."

 

-Todas las varitas miden exactamente lo mismo, 26,5 cm, apropiadas para tu estatura media, y son rígidas, que demuestran lo fieles que pueden ser, aunque las de Unicornio, tienden a ser un toque más flexibles, pero es algo normal en ese tipo de varitas- Le hice señas para que tomara una varita -Pruebalas, no te preocupes si algo sale mal, el lugar está hechizado por lo que si se rompe algo, se reparará instantáneamente- La contemplé con una sonrisa, adoraba las demostraciones.

 

 

Off: Muy bien Roxie, estas son las maderas que más se adaptan a ti, luego están los centros, o núcleos como gustes llamarlos, la flexibilidad y longitud, eso no varía. Lees las descripciones de cada una, tanto maderas como núcleos y eliges la combinación que más te guste.

[Roxanne Rambaldi]

Había observado atentamente las explicaciones sobre cada tipo de madera y núcleo, mi madre al lado me acariciaba el pelo con cariño mientras miraba maravillada las varitas.

 

-Me gustaría probar la de peral con...pelo de unicornio-le sonreí esperando que me la entregara. El estuche era muy lujoso, tenia unos diseños de un unicornio plateado. Cuando la sostuve salieron unas chispas rojas que dieron con un espejo muy antiguo que cayo rompiéndose en miles de pedazos en el suelo.

 

-Creo... que ese no es muy buena opción? lo siento mucho-dije sonrojandome avergonzada, observe una vez mas las otras varitas hasta que vi una que me llamo la atención - Acacia con pluma de fénix, estoy segura de esta

 

Cuando la tome sentí de inmediato que era la varita para mi, era como si hubiéramos estado predestinadas a estar juntas; las chispas no tardaron en saltar al cielo, pero esta vez no eran como las anteriores que habían roto el antiquísimo espejo.

 

-Esta es la que quiero-le sonreí a Joacco feliz de haber encontrado la varita, seguidamente voltee a sonreirle tambien a mi madre.

[Joaquín Granger]

-Tranquila, no hay problema- le dije cuando la varita de Peral y Dragón que tomó, falló y rompió un antiguo espejo, más de decoración que funcional, no nos parábamos en medio de la tiendas a mirarnos.

 

Contemplé como el espejo se arreglaba al instante, y sonreí. Lo cierto era que muy difícilmente un mago o bruja, pudiera dar con la varita indicada al primer intento. A mí no me molestaba pasarme todo el día probando, y pasando varitas a otros magos, simplemente para ver la reacción de ambos. Era algo que me encantaba, las varitas eran casi seres vivos, y cada una tenía sus caprichos y su forma de ser, y siempre hacían creer a los magos que ellos causaban los destrozos que producían al tocar una varita que no era para ellos, sin embargo no era así, ellas lo producían.

 

Sin hacerse esperara tomó otra varita, Acacia y Pluma de Fénix, para especificarlo más, la tallada de una rama gruesa y de las bajas de la Acacia y la pluma fue extraída del lomo del Ave. Un ejemplar macho extrañamente enorme, y con mucha fuerza, que produjo una pluma igual de bella que Él. Sin siquiera agitar la varita salieron chispas rojas, de las de aceptación. Mi trabajo había sido bien hecho y por eso sonreí emocionado, igual que la joven Roxie.

 

-Una excelente opción- Dije y le sonreí amistosamente -Muy bien ahora que ya tienes tu varita, tienes la opción de personalizarla, eso implica, incrustaciones de piedras preciosas, pequeños apliques y/o baños en metales preciosos o incluso poder teñir tu varita con el color que más te gusta, la elección es tuya, y solo tomará un momento- Le ofrecí amablemente.

[Ada Camille Dumbledore]

La Dumbledore habia observado todo con detenimiento, sabia de la capacidad de su socio, además ambos habian estudiado de muchas fuentes las diferentes influencias de las maderas, centros, varitas, la fabricación por lo qestaba segura de que todo estaba perfecto.

 

Los rojizos ojos de la demonia estaban fijos en la escena, pero sin decir media palabra, sabia que la acacia era una excelente opcion, y Roxie lo habia comprobado, la varita habia escogido su ama y ahora empezarín una pequeña aventura por la magia.

 

Con malicia miro a Joacoo, sus ojos azules brillaban con emoción, parecía que el amor a las varitas ya yacia en su corazón, lo que le agradaba.

 

Se acerco para besar el cabello de Roxie y consentir su mejilla.

 

- Ya esta tu varita chiquita mia, entonces a ponerle todo tu empeño y hacer muchas cosas con ella mi cielo y que le piensas poner a tu varita linda? rubies, perolas, tallar tu nombre?

 

Sugerí ante la propuesta de Joacoo

[Roxanne Rambaldi]

Sonreí feliz al encontrar la varita adecuada después de haber roto el espejo, que como había dicho Joacco se reparo al instante, si tan solo todo mi alrededor tuviera ese hechizo...

 

-Una excelente opción-le correspondí la sonrisa -Muy bien ahora que ya tienes tu varita, tienes la opción de personalizarla, eso implica, incrustaciones de piedras preciosas, pequeños apliques y/o baños en metales preciosos o incluso poder teñir tu varita con el color que más te gusta, la elección es tuya, y solo tomará un momento

 

-Bueno me gustaría unas incrustaciones de diamante, pero quisiera que sean pequeñas, armoniosas no muy grandes y podrías teñirla de color ocre?- pregunte tratando de no molestar con tantas indicaciones- Claro si no es una molestia...Ah si y quiero que este grabado mi nombre por favor-mi risa de campanillas resonó en el local ante el olvido de mi ultima petición.

 

Mientras esperaba me dedique a observar los cuadros y las telas que adornaban el local, fije mi mirada en mi madre que había mandado a buscar algo de te a un elfo o elfina, la verdad era difícil reconocerlos.

 

-Oye Ma? no tienes problema con lo que he pedido cierto?

Editado 7 de Marzo del 2012 por Roxie

[Joaquín Granger]

Reí discretamente ante lo que pedía, no me reía de sus peticiones, me parecían muy buenas, y daban ese toque personal a las varitas, que cada dueño, según su creatividad, debían darle. Los motivos de mi risa era que los hacía con cierto nerviosismo, como si molestara. Yo comprendía más, como persona tímido que era, y que disfrazaba tras mi mascara de frialdad o bien de calidez, en una circunstancia como la que pasaba Roxie creo que habría declinado.

 

-Ninguna molestia señorita- Reí junto con ella de buena gana

 

Estaba a punto de llevarme la varita para hacer lo que la joven me pedía cando recordé que había varias puntos que no me había aclarado. Por ejemplo el corte de los diamantes, o el lugar donde quería las incrustaciones y donde el tallado de nombre. Y qué tipo de letra prefería ella. Eran pequeños detalles que yo consideraba muy importantes, quería que cuando Roxie saliera por aquella puerta tuviera una sonrisa de oreja a oreja pensando en que en sus manos estaba la varita perfecta.

 

-De verdad que no es molestia- le aclaré nuevamente sonriendo divertido -Pero debo saber que corte de diamante quieres, es decir la forma de la roca, y en donde quieres los diamantes. Otro dato importantes es donde quieres el tallado de tu nombre y si lo prefieres fino o grueso. Quiero saber también que estilo de letra prefieres- le dije quedándome sin aire al final.

[Roxanne Rambaldi]

Joacco se rió de mi, vaya así que estaba haciendo el ridículo, hasta el vendedor se reía de mi, y claro que lo había notado, muchas veces se habían reído de mi y no iba pasar por alto esto. Ahora me pedía mas indicaciones, me tome unos minutos para pensar en como me gustaría mi varita , debía ser especial no como las otras, ya lo tenia.

 

-Pues me gustaría que sean diamantes hexagonales y pequeños, pero hartos y que vayan incrustados en el mango de la varita y el nombre me gustaría que fuera en tonos dorados y fina, y una letra como antigua y que este como cursiva me entiendes? no se si es mucho...-mire a mi madre y luego a Joacco nuevamente, apoye mis brazos en el mesón mientras esperaba con la personalización de mi varita - Acaso los demás piden tantas cosas? por que no quiero convertirme en la clienta molesta-le dije avergonzada, quizás me habría sobrepasado un poco con mis peticiones.

[Joaquín Granger]

Ahora que tenía claro, los detalles para realizar la varita perfecta, solo faltaba aplicarlos, y esperaba hacerlos al pie de la letra. Sus indicaciones me parecieron geniales, aunque yo era más por las esmeraldas, o en general el color verde. Su varita poseería aquel lujo discreto que no llamará la atención a menos que Roxie la mostrara de cerca para deslumbrar a algún mago o bruja con una varita cualquiera.

 

-No puedo decirte si eres la más molesta o no, porque eres mi primera cliente- Dije riendo -Eso podría decírtelo tu madre, que ha atendido más gente que yo- sonreí, divertido -Ahora dame esa linda varita de acacia y te la traigo en un momento, personalizada a tu gusto-.

 

Tomé la varita en el estuche, y me la llevé al taller. No podía negar que estaba algo nervioso, pero respiré y me tranquilicé, si no le gustaba el resultado, un simple floreo de mi fiel varita de pino, quedaría como si nunca le hubieran hecho cambio alguno. Entré al taller y dejé la varita de acacia sobre la mesa. Mi plan era simple, primero el tinte, luego el tallado, y por último los diamantes, era la forma más prolija de hacerlo.

 

Tomé un recipiente de mármol y lo llené de agua caliente, mientras buscaba en los ordenados cajones, el tinte del color ocre. Todo estaba en su lugar, aquel orden era propio de Sele, no dudaba de eso. Luego de unos momentos de búsqueda encontré el mágico tinte extra concentrado color ocre, y coloqué 7 gotitas en el agua, que enseguida espesó y quedó de color ocre. Sumergí la varita ahí, para que adquiriera el color de una forma uniforme, mientras buscaba los diamantes.

 

Luego de encontrarlos, catalogados por forma y tipo, en la caja fuerte (lo consideraba innecesario, no creía que alguien pudiera entrar o tuviera necesidad de robar) los dejé a un lado, mientras tomaba la varita. La sequé con cuidado, la pintura se había adherido muy bien. Era momento del grabado, algo para lo que usaría mi caligrafía, perfecta, dejando de lado la modestia, y fue un buen resultado, delicadas letras cursivas y oblicuas, con bastantes detalles, que las adornaban, por así decirlo. Pinté las letras, o más bien las rellené con oro, y ya era tiempo de los diamantes.

 

Con sumo cuidado los apliqué, mediante magia, alrededor del mango, una fila en la parte inferior, y otra en la parte superior de este. Contemple mi obra ya finalizada, todo un motivo de orgullo, solo esperaba que fuera del agrado de la cliente. Le di una rápida pulida, y la guardé en su estuche. Con una sonrisa de oreja a oreja salí al encuentro de las jóvenes, y me dirigí a Roxie en especial.

 

-Modestia aparte me quedó perfecta- comenté sonriendo, y le tendí la cajita -Si deseas que arregle algo, más diamantes o algo en la letra, puedes decirlo, sin miedo, ni nervios- le dije amablemente.

[Ada Camille Dumbledore]

Roxie dio las indicaciones de sus deseos para personalizar su varita, sabia que era una de las primeras que haria joacoo, pero confiaba en su talento, por lo que al retirarse al taller yo me entretuve tomando té y ofreciendole una taza a Roxie.

 

- espero te guste, es una especia llamada chai y es muy relajante hijita

 

Tome despacio hasta acabar la taza. Joacoo se nos unio, la varita habia cambiado su caracter y ahora era mucho mas bella, los diamantes parecian estrellas que brillaban en la noche de verano. El color ocre parecia ese mismo cielo, la verdad habia quedado muy hermosa.

 

Aflore una hermosa sonrisa torcida en dirección a mi socio, no dije nada hasta espérar la reaccion de mi hija