Jump to content

Botica Macnair (MM B: 97349)


Cissy Macnair
 Compartir

Publicaciones recomendadas

  • 4 años más tarde...
  • 3 semanas más tarde...

Inauguración

 

****

 

Había tenido que correr las estanterías que se ubicaban a los lados de la puerta para darle más espacio a los invitados. Por suerte, habían estado vacías debido a que aún no había vaciado las cajas de pociones y materiales que guardaba en el sótano desde hacía días. Me había costado más de la cuenta decidirme a ir hasta la Botica y ponerla en regla para poder abrir, porque todavía tenía el sabor amargo de los impuestos que había tenido que pagar. ¿Quién iba a decir que el Magic Mall crecería tanto en los últimos años que un simple negocio como el mío iba a terminar lleno de polvo? Tendría que haberlo sabido, después de todo, por haber trabajado durante tanto tiempo para lograr eso mismo.

 

-No sé por qué te empeñas en ponerlo en marcha. Tuviste el negocio cerrado por... ¿cinco años?- la voz de Aidan viajó desde detrás del mostrador, donde se encontraba agazapado organizando las botellas de bebidas y, llegó hasta mis oídos, donde me encontraba encantando una mesa para que volara hasta el centro de la habitación, pero que dejara suficiente espacio para que la gente se moviera cómodamente alrededor-. Podrías hacer un encantamiento para agrandar el espacio- su rostro surgió por encima del mostrador y mostró una hilera de dientes en blancos, formando una espantosa sonrisa de autosuficiencia.

 

-No tuve el negocio cerrado. Castalia lo cerró- me quejé, mostrando mis dientes, pero en un gruñido silencioso-. Si ella hubiera sido más cuidadosa con los vienes que heredó en mi ausencia, podría haber mantenido la Botica y ahora mismo no tendría que estar re-inaugurándola, por tercera vez- alargué la "z" del final, siseante, dando a entender mi enojo.

 

Aidan se apoyó con ambas manos sobre el mostrador, erguido ahora mientras me observaba.

 

-No puedes culparla- abrí la boca para replicar a esas palabras, pero levantó un dedo acusador en el aire-. Ella no eligió ser tu horrocrux. Así que no puedes culparla por no saber manejar las cosas como a tí se te ocurría- su tono acusador hizo que me hirviera la sangre, pero como sabía que en el fondo él tenía razón, simplemente abrí y cerré la boca como un pescado... y dejé caer la mesa que estaba flotando con un golpe estruendoso que hizo eco por los estantes aún vacíos-. Oh... ¿te enojaste? Sybilla, estuviste metida en su maldito cuerpo por siete años...

 

-...¡Y yo elegí eso!- exclamé, alzando ambas manos.

 

Supo que había metido la pata.

 

-... No.... Pero...- apretó los dientes y rodó los ojos-. Sabes a lo que me refiero.

 

Coloqué las manos en mi cintura, ladeando la cabeza.

 

-Bueno, ya... Entiendo tu punto- se disculpó sin decir las "palabras mágicas" y se giró para sacar copas de una caja y colocarlas sobre la barra. Doce copas de cristal esmerilado con un reborde dorado en la boca. Vaciló. Sus ojos verde agua fueron primero a mis manos y luego a mi cabeza, que seguía ladeada, presentando una mirada lobuna y calculadora-. ¿Estás esperando que me disculpe?- preguntó.

 

-No. Sé que eres un id.iota- respondí y me giré, para tomar un mantel blanco con ribetes verdes de la caja con suministros que estaba detrás de mí, en el suelo-. No puedo pedirte que te disculpes por eso... Aunque deberías hacerlo. ¿No te cansas de ser id.iota todo el tiempo?- quise saber-. Oh, no respondas, es una pregunta retórica- giré la cabeza sobre el hombro y le dediqué una mirada autosuficiente y lo vi rodar los ojos-. ¿Le avisaste a Arya el horario? ¿O también eres id.iota para seguir una simple instrucción?

 

-¿Vas a seguir insultándome?

 

-Si- suspiré y me volví hacia él, que tenía los brazos cruzados y los colmillos afuera-. Ah, no me asustas chiquillo. Yo te cambiaba los pañales- señalé con un dedo su estructura-. Y ahora el que cambiará pañales... - otra sonrisa lobuna de mi parte y su rostro se puso pálido, más de lo normal.

 

Todavía no habíamos tocado ese tema, el de mi embarazo o el de Arya. De hecho, apenas habíamos hablado desde que Castalia se había ido y él pasaba demasiado tiempo con Arya. No que me molestase que él tuviera interés en ella o que la quisiera. No era eso. Sí había algo en todo el asunto que me molestaba, que me carcomía, pero todavía no había podido ponerlo en palabras y parecía que con él era similar, porque bajó la mirada y comenzó a limpiar las copas con un paño limpio, evitando seguir la conversación. Mal por él, claro, porque yo pensaba seguirla.

 

-¿Crees que sea buen padre?- preguntó de repente. El tono de su voz una octava más alto. Miedo. Eso era.

 

Sopesé mi respuesta.

 

-No lo sé... el último que tuviste se te murió- me encogí de hombros y su rostro pasó del blanco al rosado en cuestión de segundos. Alcé las manos en señal de disculpas-. Lo siento... Lo siento... Fue malo de mi parte hablar de Edward- me disculpé. Edward, su único hijo... el único al que él había llamado "hijo" sabiendo que lo era, porque si le nombraba a Connor... Ni siquiera yo quería nombras a Connor-. Creo que los dos tienen mucho que aprender sobre ser padres. Arya nunca fue una buena madre para Ámbar- dejé lo que estaba haciendo y acorté la distancia entre Aidan y yo-. Cuando la conocí, ella se encontraba sola y esperando un hijo que no sabía si iba a poder criar. Tenía miedo, de ella, de lo que era y de lo que Ámbar sería- estiré una mano y la posé sobre una de él, fría, que se había detenido en su frenético intento de limpiar la copa -que ya estaba limpia-. Pero ahora no está sola, ¿verdad?- esbocé una sonrisa triste, contenedora o eso esperaba que fuera-. ¿Sabe ella que está embarazada?- pregunté.

 

-No- fue su escueta respuesta-. ¿Crees que... debería decirle?

 

Lo pensé un momento y luego sonreí de forma maquiavélica.

 

-Oh... no... No lo hagas... Quiero verla vomitar sin parar- solté una risita malvada y me volví, para poner el mantel en su lugar y comenzar a llevar las copas que Aidan ya continuaba limpiando, visiblemente más relajado-. ¿De verdad no sabe que está esperando un hijo?- no había sutileza alguna en aquella injerencia-. Digo, yo lo supe desde el inicio, aunque tenía mis dudas de que algo así fuera po...

 

Me detuve. Me giré de nuevo y lo encaré.

 

-¿Estás seguro de que es hijo tuyo?

 

-¡Ah! ¡Te has recibido como la peor perra del mundo!- exclamó, furioso.

 

Alcé las manos.

 

-¡No! No me malinterpretes Aidan... No estoy diciendo que ella haya estado con alguien más, no es eso- negué y comencé a caminar de un lado a otro-. No... No es eso... Aidan- mis esmeraldas chocaron con su verde agua-. Aidan... ese niño será medio demonio y medio vampiro- un nudo se había hecho en mi garganta.

 

-Si, ya lo sé. ¿Cuál es el problema?- parecía inclinado a querer abofetearme-. ¿Puedes quedarte quieta?

 

Posé una mano sobre mi abultado vientre.

 

-Kore... Ella es hija de un vampiro y una renacida- sentí una punzada.

 

Aidan rodeó el mostrador y me tomó por los hombros. Lo miré a los ojos.

 

Suspiré.

 

Sonreí, como si nada pasara.

 

-¿Terminaste con las copas?- pregunté-. La gente llegará en cualquier momento.

 

-Sybilla...

 

-Hablaremos después, Aidan... Después- y con un movimiento de mi varita, todas las velas de los candelabros se encendieron, dándole al espacio alrededor la apariencia cálida que había planeado. Otro movimiento y las cajas vacías se juntaron y desaparecieron, reapareciendo en el sótano, lejos de la vista del público. Un chasquido y los elfos de la mansión dejaron la comida sobre la mesa, antes de volverse a casa. Todo estaba listo y la mirada de Aidan seguía sobre mi rostro, evaluándome, preguntándose qué le estaba ocultando, qué sabía yo que él no. ¿Podría ser algo que pusiera en peligro a nuestros hijos? Aún no lo sabía-. Sonríe, Aidan, tienes cara de que la sangre que bebiste estaba podrida- le di una palmadita en una mejilla.

 

Sonrió por la broma y por algo más.

 

-No tan podrida como terminará esta noche cuando llegue Aaron... ¿tenías que invitarlo?

 

Apreté los labios.

 

-¿Por qué no? Es nuestro amigo. Es el Primer Ministro Mágico...

 

Aidan sonrió.

 

-Si, que tiró abajo el Estatuto del Secreto y le declaró la guerra a los muggles. Casi muere en aquella reunión de los Sagrados Veintiocho. No será un rostro muy apreciado, incluso entre tus amigos- sentenció.

 

-No, pero ese no es mi problema, sino el de él- concluí y alisé mi ropa-. Somos Macnair, Aidan. Apoyamos al Ministro... Pero sobre todo, apoyamos a nuestro amigo Aaron. No te olvides que él protegió las piedras- dije casi en un susurro-. Y ayudó a traer de vuelta a Juliette.

 

Bufó, pero no dijo nada más. No necesitaba que él se pusiera en contra al Primer Ministro, así las decisiones de Black no fueran mis favoritas. Teníamos un lazo, él y yo, uno que quizá Aidan entendiera si le relataba sobre nuestro pasado. Pero con Hades allí, no sabía si esa conversación sería una de las que quisiera tener aquella noche.

 

****

 

@ @@Arya Macnair @@Juliette Macnair @@Hades Ragnarok @@Sagitas Potter Blue @@Sean -Ojo Loco- Linmer @@Emilia Malraux @ @

 

Hi! Los invito a todos a la inauguración de la Botica XD y a un rol dramoso... espero que salga algo lindo de aquí <3

https://i.imgur.com/g1G6WRb.gifhttps://i.imgur.com/kYY7Ngy.gif
vjewzeJ.jpg
NiqQIUZ.gifGxQq8SZ.gifiAGBpD8.gif
nqOolSA.gif

 

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Había recibido la invitación de su prometida y obviamente no iba a faltar a la re apertura de aquel negocio. Si bien, el hijo de la noche tenía algunas cosas en mente ya que estaban preparando la inauguración de su nuevo local no iba a faltar a la fiesta que estaba armando la Macnair. Había elegido para aquella ocasión un clásico traje negro, sus zapatos negros pulidos y la comida la había elegido justamente del color de los ojos de Cissy. Los gemelos y el pisa corbatas eran de esmeralda y jade.

 

Apareció en el callejón Diagon y camino hasta la Botica. Observo el reloj y noto que llegaba justo a tiempo, aunque quizás ya había más personas allí. Al entrar sonrió y busco a la Macnair con la mirada. Se acerco a ella y la beso de manera provocativa lo suficiente como para que la chica pudiera respirar después.

 

-Creo que llegue demasiado temprano –dijo el cainita recorriendo el sitio al que había entrado alguna vez en su pasado.

 

Noto al presencia de Aidan y busco a Arya. Normalmente no se veía al uno sin el otro, solo que al parecer la chica no se encontraba en el lugar. Suspiro, aun tenia cuentas pendientes que saldar con ella, pero no era el momento ni el lugar y estaba seguro que Cissy odiaría una pelea de aquel tipo en su noche feliz.

 

-te ves terriblemente provocativa Macnair, como te descuides un poco me asegurare de secuestrarte, llevarte al sótano y… -le susurro aquello en el oído.

 

Se separo observando el rostro de la Macnair y tomo su mano.

 

@

vkDq3f1.png

 

kNTUx8c.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Castillo Rambaldi.

 

 

Alessandra se peinaba su largo cabello rubio cuando por la puerta entró su elfina con una nota, se notaba a la elfina sorprendida pero solo se le acercó para dejarle el sobre sobre su buró, la Delacour no dijo nada solo dejo que la criatura se marchara, el ruido de la ducha se cortó de repente anunciando que Kamra había terminado de bañarse, cuando divisó la figura de su esposa salir del cuarto de baño a través de su espejo sonrió con cariño.

 

-Mar a traído algo- le aviso tomando el sobre entre sus níveos dedos -es una invitación a una re inauguración de una botica- le dijo sorprendida.

 

No se había esperado que la mujer de su padrino la invitara a aquellos eventos mas aun despues de lo ocurrido en la gala de San Valentín, sus mejillas se sonrojaron al recordar su acusación en plena mesa, llevaba mucho tiempo que no veía al Ragnarok y se había quedado realmente shockeada al verlo tan ¿feliz?.

 

Suspiro al pensar en su padrino, se había acostumbrado aquel hombre serio que era su compañero en el hospital pero ahora verlo feliz le resultaba increíble, sin duda le debía mucho a la Macnair, le daría un hijo y lo hacía un hombre distinto. Al levantar la vista de la nota miro a Kamra a través del espejo, recordando su vida antes de casarse con aquella fantástica mujer.

 

-Quiero darles algo especial...pero te parece llevar aquellos collares de oro que nos gustaron?- le preguntó recordando dos bonitos collares con forma de corazón de oro que hacían juego -o que propones?- le preguntó poniéndose de pie.

 

No le avergonzaba que su esposa la viera desnuda, después de haber pasado varias noches haciendo amor era normal que se conocieran por completo, camino hasta el vestidor donde eligió un vestido negro ajustado al cuerpo con la espalda descubierta, unos tacones negros altos y su cabello lo ató en un moño alto, se dirigió al buró nuevamente para colocarse un brillo labial y delineo sus ojos con negro, ya estaba lista se dijo frente al espejo para ver a su esposa.

 

-Estas hermosa Ma Petite, tienes todo?- le pregunto tomando su varita.

 

 

 

@

8Ld9VUG.gif| Teta-Darla-4.gif 

44SykDH.jpg

GSV2021-Sx-Ly-K-2.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Castillo Karlstejn


Los días pasaban siguiendo su curso volver a caminar por aquellas calles regresaba a su mente recuerdos, muchos recuerdos algunos buenos, algunos malos otros tantos divertidos. Sus días se iban en el castillo de Ethan la mayoría leyendo o cuidando a las pequeñas, cuando no estaba en el castillo se encontraba con Isabella o en la biblioteca del Ragnarok perdida entre las páginas de todos los libros que aun le faltaba conocer; Durante muchos años se pregunto a si misma que color tendría la calma y justo en ese momento sentía que podría definirla.


Sus dedos resbalaban gustosos en el hermoso piano que Ethan había instalado para ella, Dalí solía sentarse a su lado y verla tocar durante horas, otras veces ella se encargaba de instruir a la pequeña demonio en la música y debía admitir que le esperaba un futuro prometedor, esa tarde ambas reian frente al piano tocaban canciones alegres que la pelirroja conocia de su niñez y otras tantas que juntas habían compuesto; la voz de la pequeña sonaba dos octavas mas altas que la de ella pero no por eso menos hermosa, de vez en cuando la miraba y le sonreia para volver a pisar las teclas con concentración. Annabeth seguía con Anneliesse ambas conociendo aquel mundo que les prometía mucho en su eterna juventud y en sus deseos de saber.


- ¿Emi, esta noche podemos cenar en el jardín?- le dijo la pequeña demonio mientras se asomaba a la ventana con un aire de ilusión - Claro mi niña creo que a Ethan le gustará la idea, Athos y Neddles pueden ayudarnos, ademas el olmo ya tiene un tamaño hermoso podríamoscomer debajo de el y mirar las estrellas, tu padre sabe tantas historias que creeme pasaremos una velada encantadora-


Le respondió con esa dulzura que la caracterizaba para con los niños y sonriendo cerró la tapa del piano cuando escucho a Athos entrar, los ojos azules y enormes de su elfo se desviaron de sus ojos al hacer tal inclinación que pudo jurar la punta de su nariz tocaria el suelo. Emilia odiaba Athos la tratara asi, su relación personal con aquel elfo no era como lo que la sociedad esperaba y se permitia hablar con el como amigos. - Athos, tantas formalidades me dan nauseas ¿Que ocurre? ¿Pasó algo?- dijo mirandole mientras el extendía una carta para ella.


EL nombre le era realmente familiar y es por ello que la leyó con calma mientras sonreia, su cuñada y si, asi la sentía la invitaba a la inauguración de su negocio, y claramente iría - Athos, mi querido Elfo, hazle llegar esta misma nota al Ethan y preguntale si desea ser mi compañero esta tarde, espero tu respuesta - dijo observando como el pequeño salía de la habitación.


Volvió sus zafiros a Dalí, esa cena iría segura esa misma noche - ¿Me acompañas a elegir algo lindo para el compromiso de esta tarde y luego el de esta noche, ya sabes una cena a la luz de las estrellas amerita un atuendo impecable - la pequeña sonrió divertida y fue con ella a su habitación donde jugaron varias horas a los vestidos.


Botica Macnair



Las horas habían pasado Ethan dijo la alcanzaría, sus pasos resonaron por el callejón mientras la pelirroja se dirigía a la tienda de su cuñada, Caminaba con prisa observando los localesque seguían abiertos y rebosantes de vida y de color. Luego de algunos minutos llegó al lugar esperado, la gente empezaba a llegar pudo identificar a Hades y a su prometida junto a un joven y a una de las chicas Rambaldi que conocía de su pasado.


EL olor caracteristico de una tienda de pociones golpeo su rostro al entrar y una dulce sonrisa se formo en sus labios mientras detallaba losestantes y aquel hermoso negocio, Caminó por los pasillos observando todo hasta llegar a donde Hades y ella estaban, hizo una leve reverencia a los dos y sonrió.


- Muchas gracias por invitarme, este lugar es precioso y les auguro buena fortuna- dijo de manera sincera mirando a la anfitriona.



http://i.imgur.com/ZYGRF1d.gif http://i.imgur.com/8U1RHnf.gif
s2Fz4I5.png http://i.imgur.com/ZaDBLYs.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

El Ragnarok le robo un beso a la Macnair y observando que ya todo estaba listo se preparo para el gran evento y comenzar a recibir a los invitados. El cainita no sabía a quien había invitado la Macnair y tampoco le había preguntado. Mientras no fuera algún pretendiente o alguien que se quisiera pasar de listo todo estaría bien.

 

Observo que la primera en llegar era su mejor amiga. Se veía divertida y feliz. A pesar de todo el tiempo y cosas que habían marcado el pasado de ambos, de las lagrimas, de las risas y de todo lo demás, al fin tanto el vampiro como al demonio de fuego habían encontrado su propia felicidad, ella ante un tal Ethan cuya historia ya conocía y él con Cissy. Era raro ver aquel semblantee tan cambiado, a tal punto que no la reconocía a veces, pero aquella demonio de fuego pelirrojo era su Emilia, su protegida y amiga y quien se había autonominado tía de la pequeña Kore. Sonrió al verla acercarse hasta ellos y le correspondió la reverencia.

 

-me agrada verte aquí –dijo sonriéndole- mientras no bebas mucho todo estará bien –bromeo desde una vez para molestar a la Malraux sabiendo que Cissy lo estaba escuchando, más aun, esperaba que la ex vampiresa no pensara que él quería arruinarle la diversión a todos.

 

@@Emilia Malraux

vkDq3f1.png

 

kNTUx8c.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Kamra se mantenía de pié bajo el flujo constante de agua de la ducha. Helada como estaba, sus pensamientos parecían disiparse y quedar en blanco...algo por lo que había rogado durante tantos meses. Su necesidad de olvidar algunas cosas había aumentado en las últimas semanas, la actitud un tanto esquiva de Alessandra con respecto a ciertos temas solo hacía que se incrementara y que la peliblanca rogara por detener los escenarios alocados que creaba su mente conspiradora ¿Podría quedarse bajo el chorro de agua fría para siempre?

 

Resignada a tener que salir, cerró el paso del agua y tomó una toalla en sus manos para envolverse con ella. Al atravesar la puerta sus ojos volaron hasta la figura desnuda de la Delacour. Cómo le sucedía siempre que la miraba, el cuerpo de Kamra reaccionó de la manera más acalorada, el corazón le latía con fuerza en su pecho tuvo que girarse para no reclamar lo que era suyo.

 

- ¿Reapertura? Estoy de humor para una buena fiesta - dejando a un lado la toalla que la envolvía y con un ademán de su varita, secó su cuerpo y cabello. Escuchó la pregunta que Alessandra le hacía, pero de alguna manera las palabras no parecían querer abandonar sus labios. La peliblanca sacudió la cabeza para dirigirse al clóset y tomar el vestido por el cual había rogado llegara una buena ocasión para usarlo - En vez de unos collares podríamos llevar algún talismán de la buena suerte...para que no cierren otra vez y sea una reapertura definitiva ¿No crees? Además tiene un dejo humorístico - hizo levitar el vestido para enfundarse en el mientras se colocaba los zapatos stilettos negros. Un movimiento más de su varita y tenía el cabello totalmente recogido con algunos mechones blancos a cada lado de su rostro. Cómo maquillaje optó por dejarlo natural Salvo por los ojos, a los que había aplicado sombra celeste y un fino delineado Foxy.

 

- Tu te ves bellísima Cara Mia - tomó a Alessandra de la mano, demorando un segundo más de lo necesario en mirar sus ojos. Un nudo le oprimía la garganta y abrió la boca para decir finalmente lo que había luchado por no dejar ver...en el último segundo, Kamra sacudió la cabeza y sonrió - Vamos a esa fiesta.

 

Antes de poder hacer sospechar a la Delacour, ya no se encontraban en el Castillo Rambaldi.

 

@

Editado por Kamra Ashriver R. Delacour

   oK265Wj.gif// W37wtsT.gif// GSV2021-Sx-Ly-K-2.gif 

20220206_162216_827_20220206191343946.jpg

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 2 semanas más tarde...

Aaron Augustine Black Yaxley.


En medio de una cruda guerra, la tensión por el callejón Diagon no estaba ajeno a la dura realidad que se vivía no solamente en Londres, sino que en todo el mundo mágico. Esa misma mañana, fuerzas inquisidoras habían invadido Roma, logrando la toma de puntos estratégicos para ir en apoyo de aquellos italianos que se había revelado en contra de Piero aquella noche, y así también, habrían investigadores de por medio- como era de costumbre en una guerra-, espionaje de un conflicto que había estallado en Buckingham.

Esa mañana había recibido la invitación de Sybilla para asistir a la inauguración de Botica Macnair y como jamás olvidaba el rostro de mis atacantes, casi pude sentir el aliento de aquél anciano cuando me apuñaló en la oscuridad del callejón Diagon hace ya varias décadas atrás, cuando tan solo tenía trece o catorce años- la cicatriz en el hombro era notoria, un relieve en un tono más rosáceo-. Me observé en el espejo, con heridas que bordeaban un costado de la quijada y un traumatismo ocular que entintaba uno de mis gélidos grises en un intenso color rojo. Terminé por abotonar la camisa hasta su último botón y a duras penas me puse la túnica azabache, ajustada a mi esbelta figura por un cinto que lograba que la prenda cayese en dos pliegues hasta la altura de los gemelos.

-¿Quiere que Nius le acompañe señor?...- preguntó mi elfo al cabo de aparecer en el umbral de la habitación. Sobó sus manos con temor mientras se limitaba a mirarme fijamente- ... Nius quisiera compartir un rato con la señorita Julieta...

-Iré solo Nius...- respondí con desgano, intentando no modular demasiado por un corte que cicatrizaba lentamente en el labio inferior.

-Pe...pero la joven Macnair asistirá también, ¿verdad?...- consultó la criatura.

-Irá, sí ... pero en éstas condiciones no soy quién para protegerle. Muchas brujas y algunos magos quieren mi cabeza, Nius...- sostuve con el áspero tono de mi característico acento inglés- ... no quiero que le pase nada por mi culpa; soy un hombre de palabra elfo...

-Nius no quería presionar al amo Black, pero Nius tiene que decirle que la joven Macnair le está esperando...- un escalofrío recorrió su espalda en cuanto me volteé a mirarle. Tragó saliva, lo vi, le oí- ... abajo.

-¿Tienes el bastón por ahí?...

¿Qué clase de pregunta era aquella?, si el instrumento no estaba entonces el elfo con un chasquido lo haría aparecer frente a mí. Así fue, una vara metálica lo suficientemente larga con un apoyo donde se esculpía la cabeza de un cuervo apareció levitando frente a mí. La tomé y me encaminé lentamente hasta el primer piso; la bruja estaba sentada en uno de los sitiales de la terraza. Abrí el ventanal con una floritura de mi varita y tras acercarme tendí mi mano.

-¿Nos vamos?...

El elfo me había seguido, aferrándose al borde del marco de aquél ventanal para asomarse con una mirada melancólica...él quería asistir.

Editado por Aaron Black Lestrange

ISh3z7l.gif

1yVXGup.png
xV0xd.gifmdbNxIw.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Aún recordaba la última vez que había visitado los jardines del Castillo Black; siempre me sorprendía la paz que se percibía en aquel lugar, el silencio,y ese aroma a frescura que provenía de las flores que lentamente se alzaban contentas en busca de los rayos del sol. Una sonrisa fugaz atravesó mis facciones, sonrisa que disimule aún en soledad, al llevarme la delicada taza de porcelana en donde reposaba un exquisito café con más terrones de azúcar del adecuado. Cortesía de Nius.

 

Crucé mi pierna tranquilamente sobre la otra, procurando no arrugar los pliegues del vestido borgoña, ni tampoco rasguñar mi piel con los puntiagudos tacones que adoraba hacer sonar en cualquier piso de mármol. Lo único que podía pensar a esas alturas, era en los sentimientos encontrados que aquel mago Black aún me producía, y que a esas alturas, parecía exacerbar luego de la escenita vivida en su dichosa reunión pacífica. Aún se sentía extraño, la forma en la que mi corazonada parecía estar en desacuerdo, pero como al mismo tiempo, la sangre corriendo por mis venas, me guiaba tras sus pasos; la familia, la familia...que extraña es la familia.

 

Acabé con el café y dejé reposar la delicadeza en su plato. Justo a tiempo para sentir a mis espaldas la presencia del hombre a quien tanto había esperado. Sin alzar mi vista, y tomándome todo el tiempo del mundo, limpie la comisura de mis labios con la servilleta blanquecina, para luego desenredar mis piernas, sacudir el polvo imaginario y entonces, sólo así, agarrar su mano para poder alzarme del sitial.

 

Y entonces le vi.

 

⸺ ¿Pensabas seguir ignorándome, Aaron Black? Te ves terrible.⸺dije sin endulzar mis palabras, para luego acercarme al mago y agarrar su quijada, moviendo su rostro con delicadeza para detallar tranquilamente las marcas de una guerra de sangre que iba mucho más allá de mis entendimientos.⸺ Sí, realmente terrible. ⸺chasquee la lengua y con lentitud, rodee su cuello para acunarlo en un abrazo; no existían palabras de aliento adecuadas, y tampoco es que mi altura fuese muy alta como para ser yo quien lo envolviera por completo, pero sabía tanto como él, que aquel gesto era suficiente.

 

Dediqué algunas caricias a su mejilla, para luego ir lentamente separándome y por el rabillo del ojo, vislumbrar al orejudo de Nius que asomaba curioso su cabeza por el marco del ventanal. Le invité con la mano a que se acercara, y me agaché a su altura, como solía hacer con él, di algunos mimos en su rostro y luego de un beso fugaz volví a alzarme.

 

⸺ ¿Nius? ¿Nos harías el favor? ⸺miré de reojo a Aaron con una risilla entre dientes⸺ Tranquilo, Nius, lo llevaré yo, no queremos que te ocurra algo malo.

 

Volví a curvar mis labios pero con más dulzura, para luego dar un golpecito palma con palma y agarrar la mano del Black. Saque mi varita desde las mangas del vestido, y con una floritura rápida al aire, nos hice desaparecer entre sombras negruzcas que apenas dejaron un rastro de neblina frente al elfo.

 

 

 

@

8QtWKtp.png

PnupsKa.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Unirse a la conversación

Puedes publicar ahora y registrarte más tarde. Si tienes una cuenta, conecta ahora para publicar con tu cuenta.

Guest
Responder a esta discusión...

×   Pegar como texto enriquecido.   Pegar como texto sin formato

  Sólo se permiten 75 emoji.

×   Tu enlace se ha incrustado automáticamente..   Mostrar como un enlace en su lugar

×   Se ha restaurado el contenido anterior.   Limpiar editor

×   No se pueden pegar imágenes directamente. Carga o inserta imágenes desde la URL.

Cargando...
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.