✿.｡.:*El refugio Mágico*.:｡✿* (MM B: 102601)

[Sunar PBT]

Aryni Cohen

Otra joven entró al local cuando la pelinegra iba a dar un vuelta por la recepción el sitio. La chica pensó que sería mejor no andar husmeando por si conocía a los dueños del allí o simplemente no debía mostrar su nerviosismo a cualquiera.

 

- Hola - saludó a la chica, pero ella tenía otras cosas en mente.

 

Así que se apartó un poco y luego oyó la voz de una elfina. El saludo de la misma fue cordial, y la joven Cohen se acercó de nuevo mientras le ayudaba a la recién llegada con un tema de otro huésped.

 

- Yo deseo un sitio para quedarme solo un día. Verá, debo ir al Ministerio y luego me iré de nuevo. - medio explicó aunque no fuese necesario - Así que solo sería una noche - sonrió Aryni al lefo que le atendió.

 

Y icho eso, aguardó a que le dijera si había lguna pieza para ella, y así dejar una mochila que llevaba, debía pronto acudir a la oficina.

 

 

 

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[Rose V.Walker]

El pequeño elfo recepcionista, atendió a Rose y a otra chica que se hallaba en el mostrador. Al principio, la nívea no la había reconocido pero cuando ésta comenzó a hablar recordó que ella trabajaba en la reserva; donde meses atrás, la hermandad del rayo había rescatado al mundo de una terrible catástrofe. Aunque había quedado en el anonimato, para Rose, era un recuerdo importante.

 

-No es necesario, ¿Podría indicarme donde está la habitación?- el elfo asintió y sacó la libretilla donde anotaba los visitantes. Tomó los datos de Rose y luego le entregó una tarjeta con el número de habitación. -Gracias.- respondió la chica tomando el trozo de papel.

Antes de marcharse le dedicó una sonrisa a la joven del refugio y partió por el corredor alejándose de la algarabía que yacía en la recepción.

 

Rose se sentía bastante nerviosa, no sabia la razón, simplemente presentía que algo no estaba bien.

Cuando llegó a la habitación, la puerta estaba cerrada, no habían signos de que alguien estuviese adentro; el silencio que la llenaba era descomunal. Dudó antes de tocar la puerta. ¿Sí de verdad estaba enferma como Magnus había dicho? y, ¿sí con ella se encontraba su hermano?

 

Rose quiso marcharse, pero algo mas fuerte la detuvo. << Ya estas aquí>>

Se llenó de valor y toco dos veces la puerta. Esperó unos segundos sin respuesta alguna. Volvió a tocar, esta vez mucho mas dedil que la primera vez.

-Eh...- tomó una gran bocanada de aire para hablar- Ehh... ¿Pan?...¿Pandora Stark?- <<¿Por qué estoy tan nerviosa?>> se preguntó antes de continuar -Soy... Digo.. es Rose.

 

[Melrose Moody]

Pandora negó con la cabeza frenéticamente. Freya lucía desesperada y a la vez, aun no se atrevía a desobedecerla del todo. Ya bastante lo había hecho para estar en aquella habitación. Y, a pesar de ello, se paró tras la puerta.

 

-Detente -alegó la bruja mientras se contraía en un espasmo de dolor- ¡Te lo prohíbo! -siseó intentando que su voz no sonase tan antinatural; esperaba haberlo dicho en el volumen adecuado para que no la oyesen fuera.

 

Aguardó allí, tirada, conteniendo la respiración mientras Mordred parecía estar cada vez más y más cerca de ella, tanto que casi podía sentirlo como una extensión de su ser, como si tomase fuerzas a medida que ella se debilitaba. Como un horrible teatro, en donde el espíritu es capaz de tocar al ser humano.

 

Entonces, el eco de unos pasos mucho más fuertes empezó a escucharse. Pero no provenía del pasillo, sino de fuera, de la ventana. Pandora aguardó sumamente quieta a que el ruido pasara, sin embargo no hizo más que acrecentarse. Ya estaba en posición fetal cuando una voz la sacó de las sombras e hizo que retomara consciencia de nuevo.

 

-¡est****a!

 

La voz, hermosa y atroz, estaba cargada de genuina rabia y desesperación. Su hermano la alzó en vilo, la cargó hasta la entrada y pateó la cerradura con fuerza, debido a que Freya no se alejaba de allí. Fuera, Pandora fue capaz de vislumbrar la cara de Rose, antes de caer en la inconsciencia.

 

Richard, con los ojos enrojecidos, la posición lista para el ataque y la expresión fiera de alguien que es capaz de apartar a empellones a hombres, bestias, niños y ancianos por igual, se detuvo dubitativo. Entonces, su mirada cambió y envolvió a Rose con un hálito cálido y amable. Aquel que rara vez aparecía. Aquel que ella sólo había visto una vez antes, y ninguna luego de su pelea en Winterfall, que ahora ya no existía más.

 

-Vamos -ordenó Stark sin mayores explicaciones y tanto él como ella, se alejaron del pasillo, del negocio y finalmente, de la colina.

 

Pandora se aferraba a su hermano con fuerza balbuceando incoherencias a medida que caminaban acelerando el paso. No hilvanaba con propiedad ni un par de pensamientos y lo único que podían sacarle en claro era que no deseaba alejarse de Richard por nada del mundo y que le prohibía largarse o se moría ahí mismo.

 

Richard no podía desaparecer. Y no podían darse el lujo de desaparecer, perdiendo cinco... diez minutos, esperando a que sus vómitos se calmasen por cada vez que lo intentaran. La única pregunta que quedaba contestar era a dónde irían. Y para eso, Richard le cedió la delantera a la mujer que en esos momentos, parecía erigirse como su única esperanza. Mas fue Pandora la que finalmente, dijo el "dónde".

 

-Talamasca -susurró apenas. Luego, se desvaneció de nuevo y el agarre en torno al brazo de su hermano, se relajó de forma peligrosa.

[Sunar PBT]

Aryni Cohen

 

La pelinegra quiso hacer algo más pero se dio cuenta que no podría hasta tener el cuarto. Necesitaba seguir con un listado, ese que no podía esperar y que se trajo desde la isla. Y hasta no tener un sitio donde sentarse a comodidad, no podría hacerlo. Terminar de señalar las criaturas que se encontraban a resguardo de la Reserva.

 

Mientras aguardaba a que le dijera algo el elfo que le atendió rato atrás, miró por el lugar la decoración. No era de estar fisgoneando pero a falta de respuesta lo hizo. Tanto fue que antes de poder irse un poco más lejos, un raro papel con forma de ave entró y se depositó a los pies de la chica.}

 

Aryni lo tomó y abrió. Casualmente, la jefa le pedía ir a su encuentro para una reunión. Cuando más quería descansar la mujer le enviaba más trabajo.

 

- Disculpe - le dijo al elfo - Creo que no podré tomar el cuarto - lo dijo como si ya lo tuviera asegurado - Me debo ausentar por trabajo urgente. Gracias de todos modos. - le señaló la carta que sostenía en la otra mano.

 

Agradeció su molestia y salió de allí rumbo al Ministerio.

 

 

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Editado 17 de Diciembre del 2013 por Sunar PBT

[Seba Granger]

No recordaba cuando llevaba ya dando vueltas por el callejón la verdad ni siquiera sabía realmente por que lo hacía o que lugares había visitado, me sentía un poco desorientado y cansado, solo quería llegar a una cama y dejarme caer en ella para dormir por muchas horas.

 

Desde la acera del frente me pareció que estaba frente a un hotel, cruce la calle la verdad sin mirar hacía los costados fácilmente podría haberme pasado algo por encima y ni cuenta me hubiera dado.

 

Ingresé al lugar en busca de alguien que me atendiera para ver si quedaba alguna habitación donde poder descansar al menos por unas horas, luego de unas horas de sueños ya vería que me ocurría por que me sentía de esa forma, o por último contactar a alguien para que me ayudara.

 

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[Rose V.Walker]

<<Abre la puerta, abre la puerta... ¡Abre la puerta!>> Rose estaba inquieta. Los segundos pasaban después de haber tocado a la habitación, y se alargaban más en la medida que nadie contestaba. En un momento más volvería a insistir en caso nadie atendiera; levantó su mano pero la detuvo cuando escuchó un murmullo desde adentro.

No entendía lo que adentro sucedía, sin embargo, podía notar la diferencia entre el silencio de hace un rato y el de ahora.

No pasó mucho tiempo cuando volvió a escuchar algo: era un gran golpe. La puerta se estremeció por la fuerza y terminó abriéndose por completo. Rose retrocedió instantáneamente, asustada; la vista de lo que salió fue esplendida y reconfortante para la nívea. Pandora, aun vivía.

Atraída por el deseo de que ella la viese, se acercó para darse cuenta que estaba siendo llevada en brazos de su hermano: Richard miraba a Rose de la misma forma que hace tiempo atrás en los baños; la primera noche en que se habían conocido y de la cual había olvidado hasta este momento. La chica no pudo decirle nada, ni a él, ni a Pandora... sólo se limitó a seguirlo.

Salieron del Refugio rumbo a ningún lugar. San Mungo se encontraba demasiado lejos y las condiciones en las que estaba Pandora no eran las mejores para viajar sin ninguna dirección. Sin embargo, a pesar de su recaída, la mujer mostraba más su espíritu valiente e imponente. La orden se escuchó clara antes de caer nuevamente en el desmayo.

Al escucharla, de inmediato, Rose cambio el rumbo. Esta vez los llevaría a Talamasca.

[Seba Granger]

Desde el momento que había ingresado al lugar no sabía cuanto tiempo había pasado solo sabía que cada vez sudaba un poco mas, sintiendo escalofríos recorrer mi espalda además de un sudor helado que recorría mi mejilla, respiré profundo intentando controlarme.

 

-¿Hay alguien aquí?- anuncie con pocas fuerzas, sintiendo que ni siquiera mi voz salía del todo bien.

 

Me pase la mano por el rostro en un intento de borrar un poco del rastro del sudor, sabía que buen aspecto no debía tener pero la verdad eso ya me tenía sin cuidado solo necesitaba un lugar para dormir, o donde meterme bajo el agua helada y se me pasara aquel malestar.

 

Retrocedí algunos pasos hasta una silla que estaba junto a uno de los muros donde deposite mi cuerpo hasta que alguien apareciera.

 

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[Helene Eloise Bellerose]

Xenix- Elfo de la recepción.

El elfo había permanecido semi oculto detrás del escritorio, debido a que se había asustado con tanto ajetreo que no supo comprender. Cuando finalmente creyó que la estancia se había quedado vacía y que finalmente se encontraba solo, salió de su escondite dispuesto a arreglar y limpiar un poco.


Sin embargo, su sorpresa fue muy grande al encontrar en una de las butacas a un mago de aspecto cansado. Lo observó un poco más detenidamente, y el semblante enfermizo del hombre hizo vacilar al elfo un poco. No era el primer enfermo que veía. Suspiró.

Se acercó al mago sigilosamente, intentando no sobresaltarlo. Lo miró con un poco de preocupación, y se dispuso a preguntarle qué deseaba. —Bienvenido al Refugio Mágico. Mi nombre es Xenix, y... usted no tiene muy buena pinta... —Añadió, preocupado; consiente de que quizás no había sonado muy cortés. Intentó entonces sonreír, y atenderlo con un tono amable. —¿Qué puede hacer Xenix por usted?

[Seba Granger]

Apoye por un instante mi cabeza entre el respaldo de la silla y el muro cerrando los ojos mientras mi pecho se movía aun mas con la respiración agitada, intente controlarme o seguro iba a empezar a hiperventilar y la verdad no quería terminar desmayado ni nada por el estilo.

 

Para mi buena suerte alguien acudía a mi llamado, un elfo estaba frente a mi al abrir los ojos luego de escuchar su pregunta, intente sonreir con su observación de mi aspecto pero creo que ni eso coordinaba bien.

 

-Hola, ¿Tienes alguna habitación disponible?- dije mientras intentaba ponerme en pie, trastabillando un poco. Solo esperaba que Xenix no se llevara una mala impresión y creyera que estaba borracho.

 

-Necesito al menos pasar una noche aquí- pronuncie a este, esperando me pudiera ayudar con eso.

 

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[Sunar PBT]

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No iba bien, todo comenzaba a parecer a una mala película de suspenso. Solo que faltaba el asesino que quisiera matarla por andar sola por la calle pero eso no era necesario, ya que la chica sentía que no podría escapar de su destino incierto. Sin un lugar donde guarecerse, y con medio trabajo que no le pagaba lo suficiente como para alquilar un buen lugar. Debía también consumir sus alimentos en restaurantes, algo que le estaba acabando con los pocos ahorros que le dejó su viaje a Londres, y aunque le hubiesen pagado en su trabajo de medio tiempo, no era lo suficiente con los gastos. Sin mencionar que debía comprar ropa.

 

La rubia caminaba sin rumbo fijo por las calles nevadas de Diagon; algunas personas iban alegres con paquetes en sus manos, pero la joven ojiverde solo cargaba una maleta con toda sus pertenencias y tratando de hallar un lugar cálido para dormir. Salió de ese hotel luego de un raro suceso que no lograba encontrar en sus memorias.

 

- Si que era raro - pensó la joven.

 

Rememorar las veces que estuvo allí no era tan complicado hasta la parte donde, y lo sabía muy bien Lizzy, bajó unas escaleras hasta hallar una habitación con objetos poco convencionales. Sin embargo, no lograr acordarse cómo salió de allí y más, a dónde se fueron los clientes que allí se quedaron, fue más inquietante para ella.

 

Pero sus problemas superaran esa extraña experiencia, y antes de volver a llorar sus penas, vio un letrero, un lugar donde poder refugiarse hasta tanto hallar otro más. Entró al establecimiento. Sus ojos verdes pasaron de un recibidor hasta las figuras de un hombre y un elfo. Se acercó.

 

- ¿Cómo están? - un saludo nada convencional, pero quería sentirse algo agradable a pesar de su estado de animo - ¿Hay habitaciones disponibles? - esa pregunta fue dirigida al elfo, aunque no dejó de mirar el hombre. Algo le pasaba, eso creía ella.

 

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