✿.｡.:*El refugio Mágico*.:｡✿* (MM B: 102601)

[Seba Granger]

No recordaba muy bien cuanto tiempo ya llevaba en los lavados del hotel, había perdido un poco la noción del tiempo la verdad no me hubiera extrañado que hasta en algún momento hubiera perdido la conciencia, no recordaba muy bien el momento que me había sentado en el retrete.

 

Me levanté una vez mas apoyándome en la orilla del lavado, me observe en el espejo mientras dejaba correr el agua de nuevo para sumergir la cabeza bajo el grifo por algunos segundo, eso sin dudas terminaría de refrescarme.

 

Cuando ya me sentía un poco mejor arregle un poco mi apariencia, aun necesitaba un cuarto para esta noche en estas fallas no llegaría a la mansión de mi familia y menos a la de mi novia.

 

Salí del baño por el pasillo que me había metido hacía ya un rato esperaba el elfo ya hubiera atendido a la chica que esperaba en la recepción, así podría hacerlo conmigo luego, mi sorpresa fue mayor al ver que la muchacha ya no estaba pero en su lugar había un anciano.

 

-Buenas, ¿también espera que alguien lo atienda?- esperaba su respuesta fuera negativa sino seguro nos tomaría un tiempo mas en que el elfo volviera una vez mas.

 

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[Mael Blackfyre]

Caleb Dixon.~

 

El viejo Caleb estaba admirando todas las decoraciones que había en el vestíbulo del Refugio Mágico. Desde muchos metros antes de poder visualizar la fachada se notaba que la calidez era lo que arrasaba con aquel negocio. Lo que buscaba era justamente lo que ofrecía el lugar: un espacio donde quedarse a dormir y poder relajarse, fuera de la familia que pudiera bloquear todos los pensamientos que se le cruzaran por la cabeza.

 

Los grandes ventanales permitían observar a los peatones que caminaban por la calle de Ottery. La decoración era completamente rústica y desde donde estaba parado, lograba ver el lago que ondeaba lentamente. Una voz en su espalda lo hizo salir de su ensimismamiento y no era su intención, pero había tardado algunos segundos en darse vuelta para ver a un joven que al parecer, le estaba preguntando si también esperaba ser atendido.

 

—Oh, caracoles hervidos. ¿Hace mucho estabas aquí, joven? Disculpa a éste anciano, es que por un momento ni me di cuenta que me había perdido entre mis pensamientos —Caleb lo miró con una sonrisa mientras observaba el suelo. ¿Qué era lo que le había preguntado? Cuando lo recordó, le respondió—. Si, estoy buscando un lugar donde hospedarme por unos días. Me han recomendado éste sitio

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[Adryanie]

Louise

 

Hacia días aquel vampiro andaba rondando por las calles de Ottery no había podido conseguir un lugar que superara o al menos que llegara como mínimo a sus gustos. Como era un vampiro no necesitaba dormir demasiado quizá solo descansar y por supuesto un lugar dónde dejar sus cosas. Se había traído de su casa anterior en suficiente dinero para sobrevivir por mucho tiempo aunque esperaba no tener que utilizarlo todo en pagar un hotel, quería que su familia lo aceptase por allí si es que los encontraba.

 

En su camino por el Callejón pasó un letrero que si no hubiese sido por la palabra refugio ni se hubiese inmutado en el. Paró e seco y se devolvió, el letreoo no era muy bonito pero tras el ocultaba un lugar que era más parecido a una pequeña casa ¿Sería de verdad un local? ¿Podría haber una casa allí en medio del Callejón? No creía que fuera esa segunda opción. Estaba alejado de las miradas curiosas de los compradores y parecía tranquilo, era el lugar perfecto para él, aunque esperaba en sus adentros que fuese un poco más oscuro, con la claridad no solía llevarse del todo.

 

Caminó hasta ahí dándose cuenta que parecían tener mucha clientela. Tocó la puerta que al parecer no se abría sola y espero unos momentos moviéndose un poco de al frente hacia atrás. Al cabo de unos segundos un pequeño elfo apareció en la puerta.

 

-Hola... Quisiera registrarme.

 

-Claro señor pase.

 

Dijo elfo con su voz chillona, el elfo intentó hacer una sonrisa la cual no le salió del todo bien, miraba a Loiuse escudriñándolo con la mirada. Él hizo caso omiso a ese gesto y continuó hasta donde decía registro. El lugar era muy hogareño y su aspecto de saco y corbata no encajaba bien en el lugar. Al no haber nadie en el registro decidió esperar a recostado al mueble haciendo miradas a cada elfo que pasaba a ver si alguien decidía ir a atenderlo alguna vez.

 

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Editado 7 de Febrero del 2014 por Adr.

[Sunar PBT]

Vidiani Manhino

 

Nada más que "pasear" por todo el callejón. Eso era lo que el hombre de cabellos azules podía hacer hasta tanto hallara un sitio donde establecerse, y al ritmo que iba sería bastante complicado que sucediera.

 

Siguió el camino que siempre le era familiar. Había estado de viaje por las provincias el sur de Inglaterra, conociendo un poco más de los ingleses. Era bueno hacerlo, porque desde que llegó a ese país, solo se dedicó a buscar un trabajo, importante claro. No obstante, conocer algo de esa cultura, muy lejada de la natal era más que excepcionante para él.

 

Abrigado muy bien y sus botas grandes porque los necesitaba, el hombre de ojos grises se acercó un sitio que se veía muy acogedor, algo que le iría muy bien. Quería descansar. Empujó la puerta para darse cuenta que no solo estaría él, incluso un par de féminas y algunos caballeros.

 

-Buenas - saludó el joven mientras se quitaba el abrigo.

 

Dejaba ver un traje sin la corbata, se la quitó mientras caminaba por el callejón. Colocó el abrigo encima del maletín cuando lo acomodaba cerca a él, en el piso.

 

- Sería posible saber si hay cuartos disponibles -preguntó sin dirigirse a nadie en particular, ya queno creía que ellos fueran parte del personal que atendía ese establecimiento.

 

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Editado 11 de Febrero del 2014 por Sunar PBT

[Mael Blackfyre]

Caleb Dixon.~

 

—Cuatro personas que llegan en un mismo momento. ¡Por las barbas de Merlín! Éste lugar parece de lujo. Me han recomendado bien.

 

El viejo mago le habló al joven que le había preguntado si también estaba esperando a alguien. Le había contestado que si pero a la edad que tenía Caleb no estaba muy apurado que digamos. Había aprendido a lo largo de los años que podía disfrutar de cualquier detalle que se le presentara, incluso desde reuniones atrasadas o de gente que no llegaba a pesar de que tuviera que hacer algo importante.

 

—Pueden esperar sentados, si así lo desean. Xenix ya regresa.

 

Les habló como si supiera o si hubiera ido por allí muchas veces. Los rostros de los recién llegados no parecían tan tranquilos. De hecho parecían deseosos por encontrar un lugar y simplemente dormir. Había leido en un cartel que muchos Elfos trabajaban por allí y uno de ellos era el encargado de la recepción. Volvió la mirada hacia el primer joven con el que había hablado.

 

—¿Y tú jovencito? ¿Cómo te llamas? ¿Has venido también a hospedarte?

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Editado 10 de Febrero del 2014 por Elvis F. Gryffindor

[Seba Granger]

Desde el momento de mi llegada hasta los largos minutos que había pasado intentando recuperarme en los baños del lugar varias personas mas habían hecho su aparición, aparte del anciano con el que estaba conversando dos personas mas estaban a la espera de algún dependiente o elfo, además recordaba que ya se había ido alguien mas.

 

Volví mi atención al caballero que estaba junto a mi, -Me llamo Seba, ¿Y usted?- pregunte a este mientras le tendía mi mano.

 

-Si llevo un rato ya esperando ser atendido, hace un rato estaba el elfo, pero no se donde se habrá metido- añadí mientras miraba a todos lados.

 

-¿Usted viene por una noche?- pregunte al anciano esperando no ser muy entrometido.

 

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[Helene Eloise Bellerose]

Xenix atendiendo a los recién llegados


Nadie hubiese sabido que el elfo estaba despotricando contra el mundo, si no lo hubiera hecho tan bajito por respeto a los huéspedes que se habían hospedado en dicho local. Era de esperarse, no todos los días pasaba que el pequeño elfo intentara limpiar el armario, tampoco podía pasar todos los días que el armario fuese más pesado que él, y por consiguiente lo cuasi medio aplastara hasta dejarlo atrapado sin poder pedir ni ayuda ni auxilio, porque claro, él era el único de los elfos de turno en aquel momento.

Había batallado horas -sin exagerar- por quitarse el pesado mueble de encima, y cuando finalmente lo había logrado, había utilizado otra media hora para organizar todo el desbarajuste que había ocasionado, manualmente, como para hacerse la penitencia de no volver a ser tan descuidado y tan tremendamente despistado. Sí, eso le pasaba por querer ser tan perfeccionista.

 

Caminó un tanto desmejorado por los pasillos, ubicándose las ropitas que le pedían usar de la mejor manera, como para que no se note que había sufrido un pequeño accidente, cuando escuchó en su recepción a varias personas, y casi le da un infarto. Tenía que estar presente allí, no solo para atenderlos, sino también para controlar que todo estuviera en orden, ¿y qué hizo? se tomó un par de horas de relajación debajo de un armario antiguo que lo aprisionó. Bufó, intentando recomponer el semblante, e ingresó al lugar con el rostro de lo más apenado al sentirse el ser más ineficiente del mundo.

 

—Xenix les da la bienvenida al Refugio Mágico, y se disculpa por todo el tiempo que han estado esperando a que Xenix los atienda. Permítanme disculparme, no volverá a ocurrir. —Manifestó con el semblante pálido, regresando al pequeño escritorio labrado donde se suponía, debió haber estado toda la tarde. Esperó a que los magos le manifestaran sus inquietudes, y trató de ser lo más eficiente posible para no perder más huéspedes, porque supuso, con su retraso se habrían ido varios.

[Sunar PBT]

Vidiani Manhino

 

No era tanta sorpresa encontrar un lugar donde no hubiera una persona del establecimiento encargándose de los recién llegados. Más parecía que el trabajo pesado en el interior del local, era tanto que no se dejaban ver. Solo esperaba que al menos lograra un cuarto para descansar del agotado día que tuvo.

 

La voz del señor que ya se encontraba allí con los demás, le hizo pensar que sabía algo acerca del establecimiento. Pues, lo tranquilizó, porque asumía que conseguiría un lugarcito bueno para dormir.

 

–Está bien – balbuceó mientras conseguía ver un sillón. Se sentó, cruzó las piernas como si se tratara de una espera por algún asociado en el bufete. Cuando extrañaba trabajar en uno.

 

Antes de caer en uno de esos sueños, -los cuales le sucedía de tanto cansancio- escuchó que alguien les hablaba. Descruzó las piernas y se incorporó. Un elfo les hablaba. Miró a los presentes, pero antes de que alguno tomara la palabra, se adelantó el ojigris mirando al elfo.

 

–Si, buenas. Quisiera un cuarto, por favor. – expresó Vidiani.

 

Hizo un ademán de disculpa a los demás por ser él, último en llegar y primero en pedir. Pero debía aprovechar que los dos hombres conversaban.

 

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[Seba Granger]

Mientras nos tocaba esperar aproveche para conversar un poco mas con el amable y simpático caballero que estaba en la que parecía la sala de esperas del hotel, la verdad pese a llevar ya un tiempo ahí no me había permitido observar mucho el ambiente, se notaba agradable y ameno podría sin dudas pasar varios días aquí, o mas bien tener un lugar donde llegar en los momentos que me sintiera estresado y no querer ser visto por nadie.

 

Mientras esperaba las respuestas del anciano que ahora que lo veía bien, fácilmente podría pasar por mi abuelo, hacía su entrada a la salita el elfo que me había empezado atender en primera instancia.

 

Aguarde mi turno luego que este atendiera a uno de los clientes que habían llegado durante la última hora, cuando Xenix terminara con esté le daría el turno a mi compañero de conversación para luego ver si podía darme un cuarto sin fecha de ida.

 

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[Helene Eloise Bellerose]

Xenix

Profundamente turbado y avergonzado, el elfo asintió ante la petición del joven que tenía en frente. Consultó en su libro de registros, repasando mentalmente las habitaciones que ya estaban ocupadas, aquellas que tenían vista al lago, o las habitaciones simples. Claro que eso dependía de los gustos que tuviera el consumidor.

 

—Por supuesto. Xenix puede ofrecerle para esta noche varias habitaciones, entre las cuales se encuentra la habitación simple con vista al lago. También está la habitación normal que es un poco más grande, y por último una de las habitaciones máster que tiene acceso directo al lago y mucho más lujos que las anteriores que le mencioné.

 

El elfo aguardó unos segundos, y consultó una vez más el oscuro libro. —¿Puede Xenix preguntar cuánto tiempo planea el señor quedarse en el Refugio Mágico? Xenix podría tenerlo todo dispuesto como al señor más le agrade.. —Ofreció, observando al mago aún con un atisbo de verguenza.