✿.｡.:*El refugio Mágico*.:｡✿* (MM B: 102601)

[Aimé.]

Pronto se dio cuenta que le hormigueban los dedos de los pies. <<Diablos, es el alcohol>> ella sabía que no era precisamente la bebida lo que ocasionaba tales síntomas, sino la combinación de eso con otros menjurjes que había estado probando para calmar su ansiedad; siempre ocurría aquello, pero hasta el día de hoy no había podido dejar el alcohol, su dependencia al mismo era asombrosa y podía provocar en ella graves estragos.

Despojó de su cuerpo la capa esmeralda que lo cubría, para quedar únicamente con su túnica perlada. Las confesiones de la Gryffindor habían creado un ambiente acalorado, lleno de reclamos y perturbaciones que podían arremeter con la paz de las brujas. Por si fuera poco, la insensatez de Hilary crecía cada momento y estuvo a punto de levantarse y darle una bofetada para ver si esta entraba en razón, pero perder los estribos solo la colocaría en una mala posición delante de sus amigas y seguramente su conciencia no la dejaría en paz durante semanas.

Cuando Hilary admitió el uso de anticonceptivos muggles sintió una gran tranquilidad, como medimaga la pelirroja sabía que las medidas anticonceptivas muggles eran eficaces en la mayoría de los casos, pero en raras ocasiones era necesario el uso de una poción hormonal fortalecedora puesto que algunas brujas nacían con un gen distinto, mismo que impedía a su cuerpo asimilar la prohibición del embarazo, esto se revelaba puesto que era una medida para preservar la especie. En el caso de Hilary, al no contactar con un medimago de control natal no pudo asegurarse de esto y la situación se escapó de sus manos.

- Bueno, para tu fortuna tienes delante de ti dos medimagas - miró a Georgina quien anteriormente había trabajado en San Mungo, aunque nunca se cercioró de la planta.- Una de las cuales es experta en pociones. Pero lamentablemente una poción de embarazo necesita reposar con la luna llena para adquirir su autentica magia, sino, los resultados son imprecisos. Por lo que me dices, las pruebas muggles no funcionarán contigo. Para nuestra suerte, esta noche hay luna llena- probablemente aquella noche harían una pijamada monumental.

[Rory Despard]

Era lo que sentía que necesitaba para ese momento, un real y genuino refuigo donde por un momento pudiera escapar de las responsabilidades que empezaban a agobiarme. No me gustaba admitirlo porque me hacía sentir débil, pero estaba en esos días en que simplemente Londres y su opaco ambiente rodeado de niebla parecía contagiar de eso mismo a mi espíritu, rodearlo en una nebulosa de extrañeza y desazón.

 

Ya no podía recordar quién, pero las referencias hacia el lugar y sus acogedoras habitaciones rodeadas de naturaleza habían llegado hasta mis oídos. Así que sin más que una mochila con un par de mudas de ropa me encontraba ya de pie delante de la modesta pero hermosa fachada del local. Toqué la puerta un par de veces, y no tardó un elfo en salir y con ademanas serviciales me llevó hasta un escritorio sobre el cual se encontraban numerosos formularios con datos para el registro en el lugar.

 

Agradecí la atención de la criatura y rápidamente remojando la pluma en el tintero colocado a un lado comencé a llenar con esmerada caligrafía cada dato. No planeaba quedarme más que un par de días allí así que no tenía mucho sentido abundar en detalles sobre mis razones para quedarme.

 

Mientras los encargados verificaban la información consignada me agaché unos momentos a anudarme los cordones de la zapatilla. Había optado ese día por jeans y un grueso jersey a rayas rojas y negras con un curioso lazo a la altura del pecho, hacia el lado izquierdo. Una indumentaria casual y que si me animaba a dar un paseo por los terrenos del local no me traería incomodidad alguna.

 

Fue entonces que en la quietud de aquel lugar el sonido de unos pasos se dejaron oír. ¿Un nuevo cliente? sonreí con la idea de que con un poco de suerte, no resultaba malo el conocer nuevas personas y aprender de ellas, mas cuando me levanté el corazón me dio un vuelco al contemplar a la persona que acaba de aparecer del pasillo.

 

- Tú...esto tiene que ser un sueño- conmocionada dejé escapar como si de un libro abierto se tratara mi pensamiento.

[Mynerva de Weasley]

*

 

La bruja acababa de terminar un largo período de trabajo intensivo y extenuante y quería descansar. Caminando por el Callejón Diagon se fue alejando de los negocios más centricos y ya casi en las afuera encontró el lugar del que le habían hablado. Era una residencia rústica de color blanco, con amplias ventanas y techo razo color vinotinto. No se veía como una edificación pomposa. Más bien era sencilla. Pero la sintió acogedora y eso era lo que esperaba.

 

La mujer de edad madura, llevaba una práctica falda a media pierna de color beige con una hilera de botones que la cerraban por delante. Una chaqueta de mangas largas cubría su torso y calzaba cómodos zapatos de taco bajo. Se acercó a la puerta principal como si dudara en entrar. Pero ésta se abrió rápidamente y un elfo servicial apareció con una gran sonrisa en su ajado rostro dándole la bienvenida.

 

Myne se relajó y también ella le sonrió al ser que la guió hacia adentro acercándose al mostrador donde otro empleado la atendería. Se sentía bien habiendo llegado hasta El refugio Mágico. Tal vez encontrara lo que estaba buscando.

[Helene Eloise Bellerose]

¿Hace cuanto tiempo no había pasado un día entero en el resort? No lo sabía ya. Eso sí, había tenido semanas largas poniendo en orden todo el papeleo que había descuidado tras su partida, teniendo el pobre Xenix que hacerse cargo de todo lo referente a la contabilidad y los registros. El elfo había hecho un buen trabajo, pero aún así, era su deber revisarlo absolutamente todo para estar segura.

 

En el escritorio labrado le acompañaba una humeante taza de té negro, el que se había convertido en una alternativa favorable al café en aquellos meses, una alternativa que había aceptado con agrado. No lo bebía con ritmo, al contrario, se había quemado los labios tratando de bebérselo muy aprisa y ahora lo observaba de hito en hito, desconfiando.

 

Los ojos estaban cansados y la mente también. Hacer cuentas no era lo suyo pero ya que se había ausentado alguien tenía que hacerlo. Suspiró y se estiró todo lo que pudo aún en su asiento. Decidió que era un buen momento para estirar también las piernas así que se levantó con calma y se dirigió a la puerta, atravesando la estancia. La oficina no se le hacía ajena, sin embargo sí que le resultaba todavía extraño encontrarse allí entre esas cuatro paredes.

 

Cruzó con calma el pasillo que conducía al hall. Tenían pocos huéspedes pero solían quedarse temporadas largas, como encontrándose a ellos mismos. Xenix se encontraba a cargo de recibir y registrar a los huéspedes, cosa que se le daba bien y ella se quedaba tranquila al respecto. Continuó su camino y llegó al lugar deseado, encontrando con sorpresa a alguien que no esperaba ver por aquellos lares.

 

—¿Myne? —Inquirió a pesar de que era obvia la respuesta. No lo pensó mucho y se acercó a los brazos de aquella mujer, dándole un abrazo cálido y bienvenido. Adoraba ver a su abuela y más adoraba tenerla allí. —¡Qué bonita sorpresa! —Exclamó, deshaciendo el abrazo con delicadeza. —¿Te vas a quedar? —Lo dijo casi con anhelo. Si la respuesta era positiva, no escatimaría esfuerzos en lograr que la matriarca Weasley tuviera una estancia inolvidable.

 

@@Mynerva de Weasley

Editado 9 de Octubre del 2015 por Kassandra S. Weasley B.L.

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Después de una larga jornada en la universidad la Weasley había decidió ir a dar una vuelta por el callejón con el fin de distraerse. Los magos y brujas iban y venían por todo el camino, algunos cargaban grandes paquetes y otros solo paseaban como lo hacía ella. En más de una ocasión e entretuvo observando los objetos exhibidos en los aparadores de los negocios.

 

Casi al final del enorme pasillo se topó con una residencia rústica de color blanco, con amplias ventanas y techo razo color vino tinto. No era ostentosa, y eso llamó mucho su atención, volvió su vista a los locales anteriores y en efecto ese lugar contrastaba con otros que allí habían.

 

La bruja castaña se acercó a la puerta con suma curiosidad y tocó suavemente dos veces, no pasó ni dos minutos cuando esta se abrió. Un elfo le dio la bienvenida y la guio hasta el lugar donde se registraban. De inmediato se sintió muy tranquila, y pensó que entrar había sido la mejor idea.

 

Al observar mejor el lugar a donde se dirigia vio a dos siluetas femeninas bastante familiares y sonrió al reconocerlas -¡Reunión familiar!- dijo lo suficientemente alto para que la escucharan, pero no tanto para llamar la atención de todos los que allí estaban.

[Helene Eloise Bellerose]

El cielo mutaba en un espectáculo maravilloso de colores y sombras que variaban desde el intenso rojo, hasta el frío purpureo que se anticipaba a la negrura de la noche. La actividad del callejón también menguaba, aunque eso apenas se veía desde la posición del local, pues se encontraba casi a las afueras del callejón, en lo más lejano lo que ayudaba de cierta manera al ambiente de tranquilidad y paz que se proponía el local brindar a sus potenciales huéspedes. Claro que más allá de la casona estaban las instalaciones y jardines que ayudaban en el ambiente.

 

La emoción por el encuentro con la Matriarca Weasley aumentó tan solo un poco al observar que por el umbral cruzó nada más y nada menos que su hija Hani. Los ojos de Kassandra se abrieron y brillaron casi al instante con la emoción de ver a ambas mujeres que adoraba en su negocio.

 

—¡Mi pequeña!—Saludó entonces a menor de sus hijas, francamente feliz por tenerla allí. —Ciertamente esto es una reunión familiar. —Admitió con entusiasmo. No recordaba que Hani hubiera ido antes al Refugio y esperaba que le gustara. —Justo ahora estaba terminando de revisar la contabilidad del negocio y me iba a distraer un poco antes de regresar, ¡qué bueno que vinieron!

 

Avanzó con delicadeza hacia Hani y le dio un abrazo cálido. —¿Vienes para quedarte?—Repitió la pregunta que le hizo anteriormente a Mynerva con la misma expectación.

 

@@hani_price @@Mynerva de Weasley

Editado 11 de Octubre del 2015 por Kassandra S. Weasley B.L.

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Su madre, tan amorosa como siempre, la recibió con los brazos abiertos y una amplia sonrisa. Sus ojos reflejaban la alegría que sentía y eso contagio a la joven bruja. Evidentemente las tres mujeres habían tenido un día muy pesado y estaban muy cansadas, así que necesitaban urgentemente algo que las relajara.

 

- Tienes buen gusto mamá- alagó observando la decoración del lugar- Tienes mi autorización para remodelar mi cuarto- bromeó sonriendo ampliamente- ¡Claro que me quedare!, la duda ofende- habló mientras le daba un sonoro beso en la mejilla a su abuela- Creo que estamos muy sincronizadas abue- dijo dando alusión a que había llegado casi al mismo tiempo- Por cierto, te ves muy bien- comentó viéndola de pies a cabeza y luego haciendo lo mismo a su persona- Tienes más estilo que yo- dijo en voz baja mientras observaba los tenis negros algo opacos, sus jeans y su sudadera gris que en la espada tenía escrito con letras negras Quidditch.

 

-Necesito consejos de moda- Hani las observó preocupada, pero sacudiendo su cabeza dejo ese tema en el pasado- Y ahora, ¿Cuál es el plan?-

 

 

 

@ @@Mynerva de Weasley

Editado 14 de Octubre del 2015 por hani_price

[Hilary J. Gryffindor.]

Las chicas tenian razón, tenia que pensar con claridad y dejar mi temor por esa mujer a un lado. Lo mejor era saber si estaba embarazada, en un principio por eso les había escrito porque sola no iba a poder con la noticia. Aun no sabia si ponerse feliz o de alguna otra forma. - Quiero hacerme esa prueba, ¿no hay algún lugar que vendan la posición? Quiero pasar la noche con ustedes, pero también quiero buscar a Apros. Mi hermana debe estar volviéndose loca con el.-

 

Sonreí de lado, sabia cuan travieso podía ser mi hijo. -Ya después que tenga los resultados de la prueba pues decido si mandarle una lechuza o no. Se que el me encontrará como quiera, pero si estoy embarazada creo que debería decirle. ¿No?- En ese caso me quedaría con ellas, se que me podrían ayudar para que la madre de mi novio no entre al refugio quedando protegidos Apros. Por ahora esas eran las cosas que mas me importaban.

[Little G.]

Hace un par de semanas (?)

El ambiente se había tensado un poco al principio, especialmente porque Little y Aime no parecían aprobar las decisiones que su amiga había estado tomando desde hacía cierto tiempo. Sin embargo, al final la heredera de Bastian y Valkyria optó por suspirar y dejarse llevar por las circunstancias. Ella no era quien para juzgar a nadie porque también había cometido errores.

 

-Aime, sé que prefieres encargarte de la poción pero considero que lo mejor será enviar por ella. -. Alegó entonces la bruja, acariciando suavemente las puntas de su ahora dorado cabello. -. Quizás mi madre conserve alguna poción que nos sirva. -. Valkyria tenía una despensa atiborrada de cosas legales e ilegales que había fabricado y robado en igual medida.

 

La verdad no se sentía preparada mentalmente para dedicarse a la elaboración de un producto mágico porque tenía demasiadas cosas en la cabeza. No quería arriesgarse a cometer una imprudencia. Por ello, Little no esperó que nadie aceptara su idea. Chasqueando los dedos al aire llamó a su elfina doméstica, Sararí. La criatura se reverenció con respeto, dispuesta a acatar cualquier mandato.

 

-Necesito que encuentres a mi madre. -. La ojimiel extrajo la varita mágica de los pliegues de su túnica para aparecer un pedazo de pergamino y una pluma. Anotó rápidamente las instrucciones que la Black Lestrange debería leer. Sabía que no podía enviar a la elfina directamente a la bodega porque de lo contrario no volvería a verla. Y suficientes problemas había tenido aquel día por culpa de un elfo. -. Cuando le des esto ella sabrá que hacer. Regresa cuanto antes. -. Ordenó entregándole el papel a la pequeña criatura que asintió pausadamente antes de evaporarse en el aire.

 

Little dirigió sus ojos hacia la joven madre para escucharla con atención. La mención de Apros le trajo recuerdos entre dolorosos y divertidos. Hacía mucho tiempo que no veía al niño, así como habían pasado horas desde que se había encontrado con su hija Naunet. Estaba segura que Aime, Kassandra y Hilary también la extrañaban. Probablemente se sorprenderían al verla, pues ya tenía siete años.

 

-Hablaré en nombre de Kass diciendo que puedes quedarte aquí sin inconvenientes. -. Sonrió divertida sabiendo que su ahijada no se enojaría por su atrevimiento. -. De hecho, yo misma debo pedir hospitalidad porque… En estos momentos no tengo un hogar fijo. Creo que es momento de asentarme definitivamente por el bien de Naunet, así como creo que debes empezar a tener más cuidado por el bien de Apros. -. Añadió con ligera vergüenza. No quería recaer en explicaciones incómodas sobre lo terrible que era como madre.

[Mynerva de Weasley]

*

— ¿Myne? ¡Qué bonita sorpresa!

La voz de su nieta la sorprendió aunque sabía que era la dueña del lugar. Su cálido abrazo le dio la bienvenida de una manera tan tierna que Mynerva se sintió muy bien inmediatamente.

— ¿Te vas a quedar?

La voz de Kass parecía dubitativa.

— Claro que voy a quedarme. He venido expresamente a que me mimes y te diré que empezaste muy bien.

La abuela rió feliz. Y pronto tuvo una razón más para estarlo porque la hija de Kass entró tímidamente pero al verlas se mostró más tranquila. Su joven voz se dejó oir.

—¡Reunión familiar!

Las tres mujeres se saludaron con verdadero cariño. Nunca se habían visto juntas en esa posada tan mágica y notable. Y era una gran novedad poder disponer de sus instalaciones a placer y descansar y regocijarse juntas después de lo que cada una había pasado.

Hani se mostró admirada del estilo de El Refugio. Y pronto estuvo dispuesta a organizar la diversión. Myne se dispuso a seguirlas en lo que decidieran. No había nada mejor que descansar y divertirse en familia.



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