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Ellie Moody

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Mensajes publicados por Ellie Moody

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    La Orden del Fénix informa que Mica Gryffindor ha cumplido con todos los requisitos estipulados y obtenido el conocimiento de Intelecto Sagrado correspondiente al  Conocimiento de Bando 2 de la Orden de la Mano de Plata otorgándole el rango de Martillo de Platino.

    Mica Gryffindor
    Líder de la Orden del Fénix

    Ellie Moody & Ludwig Malfoy
    Lugartenientes

  2.  
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    La Orden del Fénix informa que Cillian Haughton ha cumplido con todos los requisitos estipulados y obtenido el conocimiento de Herrería Sagrada correspondiente al  Conocimiento de Bando 1 de la Orden de la Mano de Plata otorgándole el rango de Martillo de Cobre.

    Mica Gryffindor
    Líder de la Orden del Fénix

    Ellie Moody & Ludwig Malfoy
    Lugartenientes

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    Lo cierto es la mitología no es su fuerte académico, así que no puede hacer más que leer el folleto mientras pasa la mirada por la exhibición de dioses romanos. No tiene otra alternativa más que confiar en la información resumida por los momentos; quizás, si se siente curiosa al llegar a casa, pueda revisar si en la biblioteca de las brujas Moody hay algo acerca del tema. De cualquier forma la analogía con respecto a las Reliquias de la Muerte es algo con lo que está más familiarizada. Hasta hace algunos años hablar de aquellos objetos era lo mismo que hablar de una fábula, pero en la actualidad su existencia suele considerarse una realidad. Hace algunos años, leyó en los registros de la Orden del Fénix la bitácora de una misión donde el enemigo era un grupo que intentaba reunir las reliquias: habían rastreado la Varita de Saúco hasta la entonces Ministra de Magia Mackenzie Malfoy, y la Piedra de la Resurrección a su padre. El paradero de la Capa de Invisibilidad era desconocido en aquel entonces. Luego, hace un par de años, ocurrió el incidente del Velo de la Muerte donde comenzaron a surgir réplicas de las reliquias por todos lados, y muchos magos y brujas de la comunidad mágica llegaron a manipularlos, incluso ella misma. 

    De cualquier forma, a simple vista, no está convencida de que alguno de esos objetos de verdad tenga propiedades mágicas. Se pregunta si no son simplemente la forma que tenían los mitos hace tantos años, para explicar la magia de sus poseedores. «Y a decir verdad, dudo mucho que vayan a poner algo tan importante en una simple exposición», razona Ellie.

    Poco a poco, a medida que más personas han llegado a la exposición, el bullicio general ha incrementado. Comienza a sentir deseos de retirarse, pues los lugares atestados de gente no son de su agrado, especialmente si no está acompañada de alguien conocido para aliviar la ansiedad. En situaciones como esa, el vino le ayuda a tranquilizarse; le da otro sorbo a su copa y se sorprende al ver que ya está vacía, pero por fortuna está cerca de la barra. Si alguien usó sus impuestos para poner una barra abierta, por supuesto que la aprovechará. Le pide por al bartender que rellene su copa, aunque internamente se dice que bajará la velocidad.

    Se da cuenta de que hay un mago viéndola y, aunque al principio frunce el ceño, levanta la copa a modo de saludo cuando reconoce que es un integrante de la Orden del Fénix. Al pasar la mirada nuevamente por el lugar, se da cuenta de que más personas han llegado. Observa a una bruja de brillante cabello rosado, así como a una de las que eran compañeras de Madeleine en el Cuartel de Aurores, muy concentrada observando un cuadro. Y también hay un pequeño grupo de magos reunidos, que parecen estar tratando algún tema importante; Ellie se aventura a pensar que podrían ser organizadores, aunque supone que es algo que confirmará eventualmente.

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    Aunque nadie protesta en voz alta, Madeleine está segura de que los demás deben estar cuestionando el rumbo que ha tomado la misión. Ella misma sigue sin estar convencida de haber dicho las palabras adecuadas, de haber interpretado correctamente toda la evidencia presentada. No se suponía que es así como irían las cosas. No es que ella supiera cómo resultaría la misión, pero de todos los escenarios que había imaginado mientras trazaba planes, ni remotamente habría sido capaz de imaginar nada similar. Pero sabe que tiene que ser una niña grande, sacar el pecho y aceptarlo. Agradece la claridad que Rory arroja sobre la situación; aunque Madeleine podría convocar espíritus, la diferencia fundamental entre ella —como nigromante y como oscura— y él —como sacerdote— es que ella los utiliza como su herramienta, mientras que él saca provecho del vínculo y de la empatía que establece con ellos. No sólo han logrado comprender la situación gracias a esta conexión, sino que también los ha llenado de inspiración con las relaciones que ha establecido entre los espíritus y ellos mismos.

    La relación, es que todavía son diferentes. Una vez más, las palabras de Agnes Lynn resuenan en su cabeza: creo que planea encerrarnos aquí hasta que terminemos igual que ellos. Madeleine entiende que Rory intentó apartar aquel temor asegurando que no hay forma en que esto pudiera suceder, pero lo cierto es que ella siente el miedo dentro de ella, un frío helado abrazando su corazón. Le gustaría, de todo corazón, sentirse horrorizada. Cuando trece personas que deciden morir juntas, no importan los motivos que hayan tenido, se trata de un escenario terrible. Pero en la oscuridad absoluta, incapaz de ver los rostros de los demás, puede entenderlo. Desde que tiene memoria, siempre quiso pertenecer; siempre quiso un vínculo fuerte y eterno. Intentó encontrarlo en su familia, en sus amigos, pero parecía que todos la abandonaban. Y luego, intentó encontrarlo en la Orden.

    Algo que llenara el vacío. Algo hermoso. Algo eterno.

    Los mortífagos juran fidelidad. Madeleine ha escuchado su lema: semper fidelis, fidelidad o muerte. Pero en la Orden del Fénix no existen juramentos ni promesas. Y esa fue una idea con la que concilió mucho tiempo después. Porque durante sus primeros años, se alineó de forma que se hizo a la idea que tenía un juramento con su bando; que había un vínculo inquebrantable, por el cual no le importaba dar la vida ni morir por la causa. Ella sabe que las cicatrices que tiene en la piel no son para enorgullecerse; no fueron más que su forma, tan particular y retorcida, de autoflagelarse por una causa mayor que ella para evitar sentir el vacío dentro de ella. ¿Qué diferencia a aquella Madeleine de cualquiera de quiénes tomaron el veneno que les sirvió Erast? Aquel no se suponía que fuese un lazo tan retorcido, fue ella misma quien lo corrompió de tal manera. Y, maldición, está segura segura de que ellos lo saben; si la encerraron allí, es porque saben que encontraron a alguien igual de lamentable que ellos. Quizás... quizás si se rindiera ahora y dejara de fingir, los demás estarían a salvo.

    Ella también se ha estado alejando, aunque no es que aquello hubiese aplacado demasiado a los espíritus, pues de vez en cuando un temblor violento estremece toda la edificación y termina tropezándose, obligándose a sostenerse contra las paredes heladas. Las palabras de Rory también habían calado profundamente en ella y no había podido evitar verse reflejada en aquel conflicto. Porque no es mejor que ninguno de los involucrados. Ella ha tomado el veneno y quizás también obligó a otros a tomarlo; cada vez que tuvo miedo de que la abandonaran, cada vez que se negó a dejar morir los recuerdos del pasado para dejar que los nuevos entraran. No ha sido sólo una víctima, sino también la responsable de tales ciclos viciosos. Pero... Pero ahora, ¿qué? ¿De verdad es diferente? ¿Y si se disculpó con Catherine sólo para no quedarse sola? ¿Y si sólo accedió a unirse a aquella misión para llenar el vacío?

    Sabe que tiene que dejar que el frío la guíe, pero en algún momento este se ha convertido en dolor y no cree que esté llegando a ningún lugar. No es un rastro, sino que lo abarca todo y sólo es capaz de perderse en sus culpas pasadas, las cuales se supone que había dejado atrás. «Estoy cansada del frío. Por favor, basta...».

    Y como respondiendo a su plegaria, las sombras se disipan y el frío mengua.

    Madeleine entrecierra los ojos, cegados por la visión de una gran llama de fuego, una gran antorcha de varios colores que no puede distinguir. Se cubre los ojos adoloridos, que habían estado acostumbrados a la oscuridad, y escucha las palabras que manifiesta aquel ser. Comprende que es un fantasma y supone que de alguna forma, Rory se las arregló para hacer que pudiera materializarse.

    Ahora que la luz se ha hecho, puede observar a los demás. No encuentra a todos, pero a quiénes distingue parecen decididos a seguir al fantasma; confía en que el grupo es lo suficientemente vistoso, como para que los demás los vean y se unan a la comitiva. La verdad es que probablemente no tienen otra alternativa. Si de aquella forma pueden localizar rápidamente los objetos que deben ser destruidos para darles el descanso eterno, entonces es mejor aprovechar la oportunidad. Lo que no sabe es si los demás espíritus protestarán, pero espera que con aquella forma tan poderosa los demás dejen de ser una preocupación para el grupo. Mientras suben las escalinatas del vestíbulo, siguen al espectro, se pregunta si a continuación se les será revelada otra historia.

    Off: Bueno, siendo que queda una semana de misión vamos a esforzarnos por hacer que cada post valga y darle un buen cierre a la historia. Les recuerdo que el desarrollo de la misión debe venir principalmente de quiénes intentan obtener el conocimiento/habilidad, y más allá de usar los poderes y cumplir con los posteos, también deben involucrarse en el desarrollo de la historia. Por favor, lean cautelosamente y aprovechen todos los elementos, e identifiquen qué es lo que se quiere lograr. A por ello! 

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    —¿Quién dice que quiero ser uno de esos canallas? —repone Madeleine, a sabiendas de que Nathan es uno de esos canallas. Quizás en otra época de su vida aquella idea la habría inspirado; después de todo, solía considerar que llegar a ser un Demon Hunter de la Orden del Fénix era un gran logro. Pero cuando llegó ella misma a ser nombrada con aquel título y cuando llegó a dominar parte de la magia más avanza del bando, no había pensado que fuese un logro honorable ni glorioso. Lo aceptó como parte de su deber y se esforzó para estar a la altura de las responsabilidades que se le otorgaron. No está segura de si pudo estar a la altura y tampoco está segura de si alguna vez lo estará, pero de cualquier forma, intenta no atormentarse con esos pensamientos. Sus objetivos en la Orden se resumen en cumplir con las misiones que le son asignadas y en mantenerse fuerte, nada más, nada menos.

    Aunque se esfuerza en mantener el semblante decidido, lo cierto es que internamente espera que no hayan más obstáculos. Cada paso es más difícil que el anterior y la idea de descansar la tortura. Le gustaría llegar por fin a una cama cálida, tomar sólo un trago de hidromiel para apaciguar sus pensamientos y olvidarse de todo lo sucedido, y finalmente enredarse en las sábanas hasta la tarde del día siguiente. ¿Qué sucedería el día de mañana? Podría preocuparse por las posibles respuestas a esa pregunta luego. Sabe que no es la única que se siente así en aquellos momentos. Todo lo que ha sucedido esa noche los llevará a un nuevo comienzo, pero también es una pesadilla de la cuál querrán olvidar partes.

    Si lo reflexiona, hay cosas que preferiría olvidar. No quiere recordar cómo le hizo daño a Rory, ni cómo se sacrificó Melrose, ni que Hobbamock se convirtiera nuevamente en un verdugo; no quiere sentir que la comunidad mágica debe estar "agradecida" con alguien como Richard, o que tantas vidas inocentes se perdieron sin más. No quiere pensar en los peligros que corrió esa noche ni en cómo posiblemente le recriminen su irresponsabilidad. Sólo quisiera...

    —Oh —la voz de Nathan la trae de regreso. Había estado caminando como una sonámbula, sin prestar verdadera atención al lugar al que llegaron. Madeleine alza la mirada, topándose con unas nubes que le recordaban al techo del Gran Salón, pero mucho más sombrías; parecía como si en cualquier momento, una tormenta fuese a caer sobre ellos—. Quizás. Esa mujer es... era bastante macabra —murmura Madeleine, acercándose—. Aunque ni siquiera los mortífagos tenían un lugar tan desolado para sus prisioneros...

    Observa la herida en la mano de Nathan, aparentemente provocada por el contacto con el cetro de Toloveus. Madeleine siente una punzada de culpabilidad, pero decide no comentar nada, pues no podría soportar que le digan cómo debe sentirse. Un leve consuelo es que parece que no se trata de una herida maldita, sino que simplemente el cetro tiene demasiado poder para ellos.

    —Espero que tengas un buen lugar en mente, mis gustos son muy refinados —comenta Madeleine, aunque está muy seria, mientras recorre el área en torno al rectángulo de piedra. Tiene una expresión de concentración, mientras evalúa la situación. Se siente extraño volver a aplicar los conocimientos que usaba en el campo como Auror, pero por lo menos parece que no ha perdido el toque. Luego de unos momentos, suspira, desganada—. Está protegido. No se ve a simple vista, pero está bloqueado de alguna forma. Era de esperarse, por supuesto.

    »Hagamos un último esfuerzo, para ir por ese trago —y le hace un gesto a Nathan para que se aparte.

    Una punzada de dolor invade su brazo cuando comienza a canalizar su poder destructivo, pero sabe que es el último paso de aquella travesía; y aunque bien podría pedírselo a Nathan, ya ha abusado mucho de su amabilidad. Después de todo, ella lo arrastró a esa misión, pero no para que hiciera todo el trabajo, sino para que la apoyara; para que cuando llegara el momento, ella pudiera colaborar también. Agradece internamente la poción y el abrazo que le dio Catherine, las pociones y las miradas recriminatorias que le dio Ellie, e incluso el hecho de que Will estuviese allí. La pesadilla pasará con el pasar de los días y no les quedará más remedio que seguir viviendo. Y si no es mucho pedir, le gustaría que las cosas fuesen algo más cercano a la normalidad. «Para eso te necesitamos, viejo. Espero que todavía estemos a tiempo».

    Con el brazo sano, Madeleine golpea el aire, como si estuviese arrojando una bola hacia el rectángulo de piedra. No hay fuego, ni hielo, ni una luz; esta vez, su magia se manifiesta como una onda expansiva que sólo puede sentirse, mas no verse. Siente cómo toda la recámara se estremece y entiende que no fue su idea más inteligente, pero está segura de que es la única forma en que podrían romper los encantamientos defensivos aplicados allí, utilizando el reotak. La piedra no se rompe. Eso está bien, pues es lo que quería; no pretendía sepultar vivo a Toloveus.

    Al acercarse, puede mover la losa que había estado cubriendo el rectángulo de piedra. Al principio, lo único que puede ver es una fosa negra muy profunda, pero a medida que pasan los segundos es como si de alguna forma, la distancia se encogiera. Como si el abismo se recortara a medida que la maldición se extingue. Y, entonces...

    Madeleine no puede evitar contener una carcajada, pues aquella es la imagen más absurda que pudieron haber encontrado. Un viejito hecho un ovillo en un pequeño agujero de piedra, asustado, con apariencia enfermiza, pero vivo.

    —Creo que el señor Clearandbrighty también necesita un trago.

    @ Nate Weasley  @ Mackenzie Malfoy

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  6. Rhiannon Kincade

    Desde la distancia había advertido que frente a la residencia del arcano, parecía estarse llevando a cabo una actividad de jardinería. A decir verdad, no le había prestado mucha atención; simplemente asumió que los ayudantes del Arcano estaban atendiendo su jardín, mientras él estaba en el interior de su morada bebiendo té y orientado a sus pupilos. Pero a medida que el camino se acortaba y las siluetas adquirían facciones y rasgos más definidos, Rhiannon se vio obligada a recalcular. La descripción que tiene de Sajag comienza a encajar, desde la altura, pasando por la barriga pronunciada y llegando hasta su tradicional kurta. No puede evitar sentirse descolocada por la imagen del Arcano arrancando malas hierbas y teniendo las manos curtidas de tierra, pero sabe que tiene que mantener la compostura. Al escuchar su nombre en la boca del arcano, se las arregla para sonreír con cortesía y hacer una reverencia humilde aunque no exagerada, la medida perfecta.

    Quizás por el hecho de que está acostumbrada a que las personas que se dirigen a ella la conozcan de antemano, no se sorprende por el hecho de que el instructor ya tenga su nombre en la boca. Esta cuestionamiento llega unos segundos después, aunque ¿no tiene sentido aquello? Después de todo, es el Arcano de la Videncia y es un reconocido clarividente a nivel mundial; reflexiona que el hecho de sorprenderse, podría incluso considerarse un insulto.

    —Entonces debo disculparme por tomarlo desprevenido, Arcano —dice Rhiannon—. No es mi intención distraerlo de sus tareas domésticas.

    Por supuesto, también había visto de antemano a la mujer que parecía estarlo ayudando con la jardinería, pero no tiene motivo para pensar que es algo más que una especie de ayudante. Luego de pasar la mirada por las hierbas arrancadas y los caracoles, posa la mirada sobre el arcano y relaja la sonrisa para responder a su cuestionamiento. Sabe que aquella pregunta es típica de profesores e instructores, aunque el hecho de que el arcano de verdad parezca intrigado la desconcierta. Esa reacción no le gusta y no puede evitar que el miedo trepe por su pecho, pero se obliga a mantener la calma y convencerse de que sólo es una pregunta de cortesía.

    —Según las indagaciones que realicé, cuando las personas tienen inconvenientes con visiones o sueños que los inquietan, acuden a usted. Pero no se preocupe, no pretendo darle mucho trabajo. Sólo me gustaría pedirle algunos consejos para prevenir estos episodios. Por las molestias, espero que acepte este matcha —añade, extendiendo ambas manos y exponiendo la pequeña caja de madera—; no he oído más que cosas buenas acerca de este té.

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    Antes de que su mente terminara de atar cabos, su cuerpo había reaccionado por puro instinto. Clavó los pies firmemente en el suelo, deteniendo su marcha tras Weasley y se llevó una mano al pecho, esperando que la punzada fría la atravesara dolorosamente. Incluso teniendo experiencia y conocimientos de DCAO, enfrentarse a un dementor es una actividad que drena una cantidad de energía que en esa situación no es abundante para ninguno de los dos. A pesar de que de cierta forma Nathan ha asumido el papel del jugador fuerte, Madeleine sabe que aquello sólo porque él está menos peor que ella. Aún sabiendo eso permanece atrás. En primer lugar, confía en que él será capaz de seguir actuando como la situación lo necesita; en segundo, reconoce que tiene miedo de qué tan profundo pueda calar en ella la influencia de los dementores y prefiere no averiguarlo.

    El grito con el que Nathan conjura su patronus corpóreo confirma sus sospechas, pero se limita a fruncir los labios para evitar que cualquier palabra se le escape. Después de todo, ambos son soldados y no esperan felicitaciones por hacer lo que deben hacer. Si es cierto que tienen más similitudes de las que aparentan, entonces al igual que ella, él preferiría no oír ningún comentario al respecto.

    —Parece que Laura Nielsen tuvo suficiente tiempo para hacer una investigación acerca de defensas carcelarias —comenta Madeleine por lo bajo, mientras observa la figura plateada despejar el camino. Sin embargo, por la expresión de Nathan, todavía queda mucho que hacer. Aún así, ambos avanzan sin rechistar.

    A pesar de que en el pasado se ha enfrentado a Acromántulas, al principio no reconoce aquel sonido que perturba a su compañero. Ella normalmente no almacena demasiada información acerca de criaturas mágicas, aunque sabe que es una materia que debería tomar con más seriedad. Si obtiene algo de información, es porque su serpiente Rubí sale del bolsillo de su chaqueta, y trepa disimuladamente por su brazo, hasta alcanzar su hombro y ser capaz de llegar a su oído derecho. Madeleine observa su mano sana, preguntándose si podría forzarse a usar la Magia de la Oscuridad contra una araña gigante, pero sacude la cabeza. Tampoco se siente capaz de realizar ningún conjuro capaz de apaciguar a la criatura y el pársel es inútil. Y en cuanto a Nathan, no puede seguir exprimiéndolo.

    Esperanzada, lleva las manos a sus vaqueros y tantea en sus bolsillos hasta dar con un pequeño frasco, donde hay apenas algunas pequeñas semillas cristalinas de tono azulado. Madeleine extrae una Semilla de Hielo, con cuidado de no dejarla caer y provocar un verdadero aprieto para ambos.

    —Dame un poco de espacio —le indica a Nathan, haciéndole un gesto con la cabeza para que retroceda un poco—. En un lugar tan estrecho, quién sabe cómo se comporten las semillas de hielos, por pequeñas que sean. Sabe que no puede apresurarse, pues aunque le quedan algunas semillas no puede permitir bloquear el camino que los llevará a Toloveus. Inhala profundamente, obligándose a calmarse para no reaccionar ante cualquier sonido extraño para ella.

    Cuando distingue la silueta de la Acromántula asomarse desde el fondo del pasillo, vuelve a tomar aire y, cuando exhala, lanza la semilla hacia la araña gigante. Al entrar en contacto con el suelo, la semilla se multiplica velozmente ante sus ojos, dando la sensación de que el hielo se ha manifestado de la nada. Se expande por el suelo, por las paredes, pero sin bloquear el camino; atrapa a la acromántula contra la pared, inmovilizándola. Madeleine sabe que es una trampa cruel y probablemente dolorosa, pero... La carta que guarda en el bolsillo de su chaqueta, que no ha leído pero suyo aroma a sangre le provoca náuseas, parece arder dolorosamente a través de la tela.

    —Todavía tengo un par de trucos bajo la manga —suelta Madeleine, reanudando sus pasos.

    En las manos de Nathan, el Cetro parece agitarse cada vez con más violencia. Tienen que estar muy, muy cerca.

    @ Nate Weasley

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  8. Donaciones desde y hacia Bóvedas Personales:

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    Nombre con link a Ficha: Luna Gryffindor Delacour
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    Cantidad de galeones: 2500 G

  9. ID: 113619
    Nick: Ellie Moody
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    Nivel Mágico: 50
    Fecha: 2021-10-17

    Nombre del producto: Libro de Merlín
    Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizos
    Nivel (del libro): 40
    Precio: 40000

    Precio total: 40000

  10. ID: 113619
    Nick: Ellie Moody
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    Nivel Mágico: 50
    Fecha: 2021-10-17

    Nombre del producto: Libro de Merlín
    Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizos
    Nivel (del libro): 40
    Precio: 40000

    Precio total: 40000

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    Lo cierto es que ella no es la mejor persona para apreciar el arte. Muchas veces no entiende el mensaje que los artistas intentan transmitir con acordes de guitarra o con trazos en un lienzo, pero sabe que ése problema es suyo y no del artista ni de su obra. Es por eso que cuando su sobrina, que siempre se enteraba de los eventos de la comunidad mágica antes que ella, le comentó que se inauguraría un tal Museo Mágico de Londres, había decidido que aquel lugar no era de su interés. ¿Qué se supone que iría a hacer? ¿Fingir admirar obras que no entiende y elaborar interpretaciones cuando alguien le preguntara qué opinaba? Pero cuando Maeve mencionó que habría una exposición de artefactos de diferentes culturas, de repente la invitación le pareció más atractiva. Ella no es una persona artística, pero sí es una bruja práctica con una gran pasión por los objetos mágicos. Ellie está segura de que allí debe haber algo interesante de lo cual puede aprender, incluso con la limitación de no poder tocar nada.

    Es así como se explica que ella esté allí, tomando una copa de vino tinto con un gafete en su túnica negra que indica que es una invitada a la exposición. Decidió no mencionar que trabaja en el Departamento de Misterios, pues no quería que su presencia se interpretara de forma errónea. Aunque, ¿de verdad alguien la miraría con malos ojos? Después de todo, luego de investigar acerca de la exposición, descubrió que había sido organizada nada más ni nada menos que por integrantes de la Orden del Fénix. A pesar de que ella no es la persona más social, siente curiosidad por entender los motivos que pudieran tener para aquel evento. ¿Es un statement a favor de la diversidad y el compartir, luego de que el año anterior Inglaterra rompiera relaciones con la Confederación Internacional Mágica y de que se impusieran leyes supremacistas? Incluso si no es así, Ellie decide mirar ese lado de la situación.

    Observa los portales que prometen transportar a los invitados a lugares en específico, relacionados con los elementos de cada exposición, pero decide dejar eso para más tarde. Avanza con su copa de vino y comienza a leer en su folleto la introducción escrita para la exhibición de dioses romanos. 

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  12. Rhiannon Kincade

    Cuando han pasado alrededor de tres cuartos de hora, retira las fías bolsas de té de sus ojos y se limpia el rostro con un paño húmedo. Se levanta de la cama y camina hasta la peinadora, para verificar su reflejo. Si bien todavía puede distinguir el fantasma de las ojeras, ya no son tan terribles; con un poco de maquillaje y unas gotas de poción embellecedora en su perfume, será la misma de siempre. No importa que desde hace un par de semanas, apenas sea capaz de dormir un par de horas durante las noches ni que, cuando logra conciliar el sueño, las pesadillas le impiden descansar. No importa que esté convencida de que su viaje a Londres fue un error y de que lo único que ha hecho es perder el tiempo que podría estar compartiendo con su familia. No importa que cada vez los ataques sean más constantes e impredecibles, hasta el punto de que ha decidido aislarse de todas las personas que conoce en la ciudad. Mientras sea capaz de lucir un rostro descansado que no levante sospechas, estará bien.

    Con lo pálida que luce por el encierro y su cada vez peor estado de salud, decide que optar por ropa muy oscura sólo la hará ver como un espanto, de modo que elige para su indumentaria una túnica de color verde oliva claro, junto a una capa beige y botas marrones. Luego de terminar de ocultar las ojeras, delinear sus ojos y añadir rubor a sus mequillas, se quita los pañuelos atados en su cabello con los que durmió para así tener unas ondas sueltas pero bien armadas en su cabello castaño. Le parece que luce muy bien así como para cometer la atrocidad de atarlo, así que se limita a hacerse un peinado semirecogido sencillo con trenzas cruzadas en la parte de atrás. Rhiannon está segura de que su abuela aprobaría su apariencia y con ese pensamiento se siente satisfecha.

    Los Arcanos son figuras muy respetadas en la comunidad mágica, por su gran sabiduría y sus poderes mágicos sin precedentes. Se aseguró de estudiar muy bien todos los pormenores de su historia, pues hubiese sido una falta de respeto presentarse totalmente ignorante del tema, por no mencionar que además habría sido una mancha para el linaje Kincade no cumplir con la etiqueta básica. A pesar de que su padre le diría que ni la videncia ni la adivinación es magia real, no hubiese permitido que le faltara el respeto a Sajag de aquella manera. ¿Estaría orgulloso si le contara que será la aprendiz de un Arcano? ¿O le diría que mejor no pierda el tiempo en ello?

    Después de todo, su padre es un brujo muy recto. Él siempre mantiene la compostura y la decencia, pero sabe que en verdad no tiene aprecio por las artes adivinatorias ni las visiones ni los presagios. «Tiene que haber una cura —había escuchado su voz una vez, afuera de su habitación—. No me importa lo que diga un charlatán. ¡La magia ha hecho muchos avances!». Sin embargo, aquel recuerdo se remonta a la época en que su mamá seguía viva, aunque pasaba casi todo el día encerrada en su habitación. Su padre, así como seguramente muchas personas de su familia, tenían generaciones queriendo romper la maldición que se pasaba de madres a hijas. Si ellos no habían podido hacer algún avance, ¿por qué pensaba que ella podía lograr algo?

    Sabe que no puede hacerse ilusiones. No puede visitar a Sajag y pretender que él le de la respuesta que quiere oír. Lo cierto es que Rhiannon está convencida de que no quiere entender sus pesadillas, ni tampoco desea ser capaz de ver aquello que se le escapa cada vez que intenta estirar la mano. Si hay alguna parte de ella abriéndose a esas visiones... no quiere que siga sucediendo. No necesita visiones de un futuro que ya está escrito en piedra. Sólo le gustaría que sus últimos años fuesen pacíficos.

    Toma su varita mágica y dibuja una línea en el aire, la cual comienza a brillar y abrirse hasta formar una circunferencia que parece querer absorber la luz de su pequeña habitación rentada. Con los ojos abiertos, atraviesa el portal. La realidad se distorsiona y, cuando su pie alcanza el suelo, está en un lugar totalmente diferente. Está en un camino bordeado de árboles de cerezo, que parecen congelados en el tiempo. Y, frente a ella, se alza Mahuotokoro.

    Rhiannon se toma unos momentos para observar la escena, aunque no puede evitar preguntarse cuál es el caso. Resignada, camina hasta la residencia del Arcano de Videncia, donde se le ha dicho que recibe a sus pupilos. En las manos, lleva una pequeña caja de madera con una pequeña bolsa de matcha, al cual seguramente el Arcano esté acostumbrado al estar viviendo en Japón. Espera que aquella ofrenda sirva para demostrar lo agradecida que se sentiría de contar con la guía de Sajag.

    • Me encuerva 1
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    The time has come
    Let’s all go home
    Sinister faces, growing curses
    This is my last war

    (Cabe destacar que a partir de ahora hay alerta de spoiler para todo lo que se ha emitido, salvo por la parte del manga que sigue sin mostrarse en el anime. Seamos respetuosos ññ)

    Ya falta cada vez menos para el estreno de la segunda parte de la temporada final de Attack on Titan (Shingeki no Kyojin). Y para ir levantando el hype, ya nos soltaron un avance.

    Hasta los momentos he leído mucha crítica a la animación y bueno, honestamente si se le ve un poco de calidad inferior, pero yo creo que no es para caerles encima 😞 Y también se critica el uso de CGI, pero es que yo no imagino cómo no lo usarían con ciertas partes de la trama. Ishayama hace mucho dibujo loco y pues, me imagino que además de la dificultad técnica tienen mucha presión encima para sacar esto rápido. Seguro pase como con la primera parte, que sacaron la cosa y luego con calma hicieron la versión mejorada. Pero bueno, ya veremos. De todas formas, insisto que ese equipo de animación merece mucho el apoyo de la comunidad 😩

    Con respecto al contenido, en el tráiler hay mucho y poco a la vez (?). Por supuesto, hay pelea, porque todo había quedado a punto de caramelo. Vemos a Levi todo vuelvo v*erga (?) y a Eren en cierto lugar extraño (que no diré el nombre, porque no recuerdo si se mencionó en la primera parte de la temporada haha). 

    Aunque sé cómo termina, estoy emocionada de verlo animada porque a lo mejor así voy a entender lo que sucede en los paneles de acción xDD y bueno, no es lo mismo leerlo que verlo animado, con los colores y la musiquita y las voces. 

    Y no puedo esperar por ver el nuevo opening, si será más icónico que el anterior, si será más violento o se irá por el lado emo 😧

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    Casa de la Familia Potter
    Valle de Godric

    El mensaje de Mica Gryffindor la había sorprendido en su habitación, en la humilde casa de la familia Moody, mientras se quitaba los zapatos de charol luego de una larga jornada en el Ministerio de Magia. «Por lo menos, todavía no me he puesto cómoda». Volvió a atarse las trenzas y, mientras lo hacía, hizo un repaso mental. A Madeleine, quien todavía estaba recuperándose de las heridas que se había ganado en la batalla contra Laura Nielsen, no podía enviarla a una misión. A Melrose, se sentía incapaz de pedirle favores luego de su sacrificio, aunque estaba segura de que hubiese aceptado sin rechistar. A Joan Armstrong, su aliada en los Estados Unidos, no podía movilizarla sin más tiempo de anticipación. Ellie observa su propia varita mágica reposando sobre su cama y, durante un instante, una idea descabellada pasa por su mente... pero sacude la cabeza, con una sonrisa un tanto amarga.

    En varias ocasiones, ha tenido diferencias con los demás por el rol que suele asumir en las misiones, pero rara vez ha hecho algo que no sea poner la otra mejilla. Ellie cree que todos tienen un rol que cumplir y el suyo suele ser el de apoyar tras bambalinas. Organizar la logística de las misiones del bando, así como de los recursos humanos necesarios, revisar la información obtenida en misiones y registrarla, realizar las investigaciones necesarias para una misión, realizar conexiones entre diferentes misiones e intentar realizar cualquier hallazgo útil y además, si es necesario, abastecer las reservas de pociones y arreglar uno que otro artefacto mágico. Ese fue el papel que decidió adoptar cuando ingresó a la Orden hace ya algunos años, y aunque ha intentado forzarse a salir de su zona de confort, Ellie llegó a una realización: que debe permanecer donde es más útil. Así que cuando tomó su varita mágica y dibujó una línea en el aire para abrir un portal, lo hizo visualizando la imagen de la fachada de la casa Potter.

    Al llegar y entrar a la casa sumida en el silencio de una noche de semana, se dirigió directamente a la cocina y en la mesa vació el contenido de su bolso de piel de moke, equipado con un encantamiento de extensión indetectable. Tintinearon al caer varios viales con pociones curativas y energizantes, que siempre eran necesarias tras cualquier batalla. Y aunque no había vuelto a tener noticias, lo mejor era imaginar que en ese momento los integrantes de la Orden del Fénix que habían acudido al llamado estaban enfrentándose a los mortífagos.

    No está segura de cuánto tiempo ha pasado, cuando escucha voces provenir desde la sala. Ellie camina rápidamente desde la cocina, haciendo ondear su túnica negra, y observa con alivio que se trata de varios de sus compañeros y a primera vista parece que todos están bien —bueno, dejando de lado al que había estado secuestrado, pero que tuviera una que otra herida era de esperarse—. Antes de ir digerirse a ellos, decide conjurar su patronus corpóreo múltiple para enviar el mensaje de que habían logrado rescatar a Illidan Black Lestrange, y que se encontraban en la casa Potter.

    No pasa mucho tiempo hasta que Rory se une a la comitiva. Ellie advierte que se acerca a ella, esperando de alguna forma que ella le proporcione una explicación.

    —Oh, no he querido irrumpir con preguntas —susurra Ellie, con tono de disculpa—. Escuché un comentario de que los mortífagos lo despojaron de su varita mágica, pero parece ser que por ahora la prioridad es darle sentido a ese secuestro tan repentino —sin embargo, es incapaz de disimular la expresión sombría de su rostro. Y es que, nuevamente, Ellie se encuentra pensando en el que ha bautizado como el Caso Violeta*. Por los momentos no ha querido decir nada y esperar que los demás dirijan el rumbo de la conversación, pero no puede ignorar aquella sensación mala en el pecho, luego de revisar el expediente completo de aquella misión. Quizás lo mejor sea no comentar nada, para no crear temor donde parece no haberlo. 

    (*) Línea Cronológica de la OdF: Julio, 2020.

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    Cuando Rory le abre la puerta, Ellie saluda con un leve asentimiento de la cabeza y aparta la mirada rápidamente; no es extraño que rehúya del contacto visual y, además, comienza a sentirse cohibida. Sólo entonces se da cuenta de que es real. Sin embargo, lo que la intimida no es el hecho de estar en el despacho del Ministro de Magia. En primer lugar, porque no es la primera vez que lo visita; y en segundo, porque después de todo, la fama o la ostentosidad no es algo que impacte especialmente a Ellie. Se trata, más bien, de entender el poder e influencia que ha obtenido Rory de un momento para otro. El poder suficiente como para enviarle una carta de su puño y letra y ofrecer, de la forma más casual posible, si quería ser directora de un departamento ministerial. «El poder de hacer los sueños realidad».

    Al tomar asiento frente a Rory, se recuerda dejar de examinar lo que la rodea para enfocar su atención en la persona que vino a ver. No es que sus divagaciones no fuesen acerca del ministro, pero comprende que a veces su lenguaje corporal indica lo opuesto a lo que pasa por su cabeza.

    —Las cosas han estado tranquilas —responde Ellie, cruzando las manos sobre sus rodillas y por fin levantando la mirada—, de hecho...

    Quiere sacar el tema lo más pronto posible, pues no le gusta la idea de fingir tener una conversación normal para algún motivo oculto. Sin embargo, antes de que pueda decir nada, el propio Rory se le adelanta y saca el tema. Sonríe con nerviosismo y vuelve a bajar la mirada, pues no está preparada para eso. Ella se esfuerza en no caer en la fachada de la falsa humildad y también se esfuerza en darle valor a su trabajo, pero simplemente, no está acostumbrada a que este sea apreciado por personas ajenas a su círculo más íntimo. Y mucho menos está acostumbrada a que esto suceda en el propio Ministerio de Magia, especialmente teniendo en cuenta sus antecedentes.

    —Oh, no te preocupes por nada —se apresura a decir, levantando la carta que todavía tiene en la mano, para indicar que está informada—. Lo cierto es que no soy muy buena escribiendo este tipo de notas y, bueno, no lo sé... Quiero decir, ¡sí! Por supuesto que acepto la propuesta. Pero me parecía que responder con un simple sí, era un poco frío. Ya conoces mi situación y me apena mucho cualquier trabajo extra que pudieran haber causado mis errores. Es por eso que decidí venir a responderte en persona.

    »Yo estoy muy agradecida por tu confianza —dice, bajando levemente la voz y hablando un poco más lento, como si temiera que sus palabras se enredasen en el camino—. Me siento muy feliz de poder regresar al Departamento de Misterios y de poder colaborar contigo. Somos muchas las personas esperanzadas con tu elección y, aunque suene un poco tonto, me gustaría formar parte del cambio. 

    @ Rory Despard

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    Madeleine se queda sin palabras. Entiende lo que Rory implica tras sus palabras como si le hubiese dicho de forma textual qué es lo que hay que hacer, pero aquello no puede ser posible. Aquel es un chiste malo, terrible, de pésimo gusto. ¿Tanto esfuerzo gastado en trabajar como un equipo, intentando identificar qué papel cumple cada uno y cumplirlo, para que Rory le diga que tienen que hacer todo lo contrario? Quiere reír en voz alta, sólo porque aquella es la única forma en que se le ocurre cómo desahogarse, pero la oleada de emociones que la golpea entonces hace que la carcajada muera antes de poder llegar a su garganta. Siente una gran ira y una gran tristezas, que la envenenan desde lo más profundo del corazón. ¿Qué son esos sentimientos? Por primera vez, está segura de que aquellas sensaciones negativas no vienen de ella misma. Cierra los ojos y, recordando su entrenamiento con Aaliyah Sauda, se esfuerza en ocultar esas emociones de sí misma. Sabe que ese es un lujo que no todos allí pueden darse, pero en esa situación no puede permitirse perder la concentración.

    Escucha la voz de Malfoy, quien parece no haber sido afectado por esa oleada emocional que desconocía que provenía de Rory. Pensar en una respuesta le ayuda a calmarse y poner en orden sus pensamientos. Imagina que el mago está preguntando acerca del tipo de fantasma diferente a los que habitan Hogwarts, por ejemplo; aquellos espíritus que están en un plano diferente al terrenal, que sólo pueden percibir magos con cierto poder espiritual.

    —El phantom no te ayudará a interactuar con fantasmas, a pesar de su nombre —le responde Madeleine por lo bajo, abriendo los ojos luego de haber usado la oclumancia. Aunque no es que pueda ver nada en la oscuridad—. Cuando desarrolles tus conocimientos de ocultismo, podrás convocar ciertos espíritus, pero no será muy agradable.

    Sin embargo, apenas termina de responder —lo cual sucede casi al mismo tiempo que Graves se dirija a los paladines—, puede sentir cómo el castillo se estremece cuando todas las puertas y ventanas se azotan al unísono. Y una vez más, las palabras del sacerdote resuenan en su cabeza. No están haciendo un buen trabajo en no enojar a aquellos espíritus. Madeleine sabe que tiene un problema de culparse por todos los problemas, pero en esa situación no entiende cómo no puede ser responsable de ese desastre. Le pidió a Ellie que citara a Hobbamock, ya que confiaba más en que atendiera un llamado de ella, y ella misma convocó a Weasley. Y, cómo no hacerlo? Luego de tantas misiones, había llegado a la conclusión de que el trabajo en equipo era la única forma y que la ayuda extra nunca venía mal. Se ha querido esforzar en que cada clan conecte con los suyos y, luego, que estos puedan trabajar en armonía.

    Pero aparentemente, eso era justo lo que no debía suceder en esa misión. El universo siempre burlándose de ella.

    Al escuchar a Cillian preguntándole a Rory qué hacer, sin embargo, cree entenderlos. Quizás... quizás las cosas no tengan que terminar mal...

    Madeleine, muy a su pesar porque sabe que aquello no será agradable, deja caer las defensas que levantó con la oclumancia y deja que las emociones del Aigne de Rory vuelvan a invadirla. Necesita comprender la situación en su totalidad, y es ahí donde está la respuesta.

    —Lo que Despard no quiere decir en voz alta, es que tenemos que romper el grupo —explica Madeleine, alzando la voz para que todos puedan oírla, aunque no puedan verla—. Ciertamente, como dice Cillian, debemos separarnos. Y no me refiero únicamente a apartarnos físicamente. Tenemos que verdaderamente asimilar nuestra individualidad, para apaciguar a estos espíritus. Sin embargo, tengan en claro que no lo haremos para poder escapar. Estoy segura de que en este lugar, existe algo que los mantiene sin poder descansar y sin poder separarse los unos de los otros —aquella es una suposición que únicamente se atreve a elaborar, por sus conocimientos de ocultismo, aunque ciertamente los sentimientos de los espíritus no son su fuerte—. Quizás si pudiéramos romper ese vínculo de ellos, podríamos acabar con esta pesadilla. Pero primero, debemos romper el nuestro.

    »Muchas veces, nos enfrentamos a situaciones donde la respuesta no está en de qué forma derrotamos a los malos. ¿Por qué estamos acá? ¿Acaso alguien los obligó a venir? ¿Acaso es una imposición? ¡No! Estamos acá porque individualmente lo escogimos. Y si quieren salir de ésta, será mejor que lo recuerden. Es cierto que ser parte de un clan, es formar parte de una especie de hermandad. Terminamos acompañándonos de personas con características similares a las nuestras, con vivencias parecidas y que entienden nuestra forma de pensar; nos apoyamos, nos aconsejamos y nos respaldamos. Pero también es un viaje individual y quizás, a veces lo olvidamos. A veces tenemos que caminar solos, sin poder apoyarnos de nadie más, y eso está bien. Hay respuestas que sólo nosotros mismos podemos darnos y enseñanzas que sólo están dentro de nosotros.

    »¿Por qué estamos acá? ¿Por qué queremos manejar esta magia ancestral? Esta no es una magia ordinaria; no se trata de poder, no se trata de memorizar técnicas y ponerlas en práctica como si fuese una lección de duelos. Nadie puede enseñarle a otro cómo usarla. Y nadie les dará las respuestas a sus dudas, si ustedes no tienen en claro quiénes son.

    »Tengo un plan, pero es contraproducente explicarlo ahora. Lo único que podemos hacer para sobrevivir por los momentos, es separarnos.

    ・ 。゚☆: .☽ . :☆゚。 ・

    En la Abadía, hay un objeto que vincula a cada espíritu a este plano y estos objetos a su vez están vinculados mágicamente, a pesar de estar separados físicamente. Los integrantes de la Orden Oscura, gracias a sus conocimientos de magia negra, y los integrantes de la Orden de Avalon, gracias a su poder espiritual, podrán detectar cuáles son estos objetos y los reunirán. Los integrantes de la Orden de la Mano de Plata tienen el poder necesario para destruirlos. Sin embargo, para que este plan resulte exitoso, todos deben sobrevivir dentro de la Abadía el tiempo suficiente; para lograr esto, todos deberán enfocarse en su individualidad. Sus personajes tendrán que realizar un viaje individual donde asimilen por qué pertenecen a la Orden del Fénix y a su clan, enfocándose principalmente en su perfil de personaje y las motivaciones de su historia.

    @ Illidan Black Lestrange  @ Cillian  @ Lord Cubias  @ Rory Despard  @ Scavenger Weatherwax  @ Ludwig Malfoy  @ Mica Gryffindor  @ Ela Karoline

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    —Estoy segura de que podemos contar con el apoyo del gobierno de los Estados Unidos —acota Ellie, de pie bajo el umbral de la puerta de la cocina; aquella es su forma de anunciar su presencia. Sonríe ligeramente a modo de saludo, aunque se siente cohibida como para saludar individualmente a quiénes conoce, ya que hay una gran cantidad de personas que todavía son prácticamente desconocidos para ella.

    Ha pasado algún tiempo desde la última vez que visitó la casa de los Potter, aunque estar ahí se siente natural. Desde que Harry Potter legó aquella casa para funcionar como uno de los Lugares Seguros para la Orden del Fénix, el bando no tardó el adoptar el lugar como un centro de reunión. A diferencia de las reuniones ocurridas den Grimmauld Place #12, las que se realizan en este lugar suelen tener un tono más alegre y cálido. Ella solía cuestionar un poco este tipo de situaciones. A decir verdad, siempre se ha sentido un poco ajena a la Orden, a diferencia de Madeleine por ejemplo, que con el pasar de los años y las experiencias siente que es "su lugar" y tiene muchos colegas. Para Ellie, no sólo es un trabajo, sino uno con el que debe tomar con mucha cautela. Sin embargo, a esas alturas, no puede decir que no entiende ciertas costumbres del bando. Hay personas que se sienten aquí, como se siente ella cuando está almorzando en Luss con su familia.

    No es su intención que su intervención suene agresiva. Simplemente, escuchó casualmente la conversación que estaban teniendo sus compañeros, cuando se apareció en la sala. Actualmente, está involucrada en ciertos proyectos con Goderic Slithering, el presidente del MACUSA, y ha estado viajando a Nueva York para asuntos relacionados al Departamento de Investigación Tecnomágica.

    —Recuerden que el presidente del MACUSA, pertenece a la Orden del Fénix —explica, mientras avanza un par de pasos al interior de la cocina—. Y algunos de nuestros integrantes son los Estados Unidos, y realizan misiones allá. Es cierto que la situación fue tensa con nuestros gobernantes anteriores, como era de esperarse, pero desde que Wilhelm O'Brien anunció que apoyaba a la Orden del Fénix en el 2019, esto no ha cambiado. Y ahora que Rory es nuestro Ministro de Magia, estoy segura de que habrá una alianza entre los EEUU y Gran Bretaña —por supuesto, no es pura especulación. Desde que le mencionó el proyecto de los Centros de Educación Comunitarios propulsado por Rory a Goderic, él ofreció su apoyo y los recursos del MACUSA. Los Estados Unidos parecía que habían sobrellevado de forma decente las cosas desde la caída del Estatuto del Secreto Mágico, aunque no es que los estándares dejados por Gran Bretaña fuesen muy altos; en su caso, la barra estaba en el suelo.

    Ellie se da cuenta de que es la primera vez que habla tanto de política, y no puede evitar sentir cierto desagrado. Sin embargo, lo cierto es que los últimos años intentó mantenerse alejada del tema más que todo por lo terrible que parecía todo. Pero ahora...

    —Lo siento, no quería interrumpir su conversación —se apresura a decir—. Sólo vine a hacer un experimento. Por favor, sigan y no me presten mucha atención.

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  18. Madeleine & Ellie Moody
    Dos semanas después de la batalla contra la Inquisidora

    —¿Es que no es suficiente para ti el Departamento de Misterios? —Madeleine deja la caja en el montón de cajas que ha estado transportando a través del portal. La última, por fin. Todavía está cansada de la batalla contra Laura Nielsen, pero no se trata de un malestar físico. Luego de haber abusado tanto de sus poderes, su energía mágica quedó casi totalmente drenada. Ahora, su cuerpo debe reponerse para poder bañarse en las aguas de la vida y así volver a "calibrar" su manejo de la Magia de la Oscuridad. En resumen, aquello significa que lo mejor es evitar el uso de magia hasta que se dé "el chapuzón" y que debe esforzarse en fortalecer su cuerpo para que pueda resistirlo. Así que por eso está cargando cajas, esperando que eso sea de ayuda.

    Madeleine no tenía pensado cobrar el favor, pero Ellie tenía días trabajando en algo para ella y era un regalo que no rechazaría. Su prima siempre había mostrado interés en la fabricación de artefactos mágicos, mas desde su último viaje a los Estados Unidos esto había mutado. No podía entender los detalles técnicos, pero a grandes rasgos entiende que está buscando la forma de hacer que los objetos muggles puedan funcionar a pesar de la magia. El hecho de que haya hecho tantos avances, significa que debe estar consiguiendo ayuda de otra fuente y ahora entiende que probablemente esa es la fuente. La oficina está en construcción, pero puede ver en varios lugares la leyenda: Departamento de Investigación Tecnomágica. ¿Una colaboración entre el MACUSA y el Ministerio de Magia? Con Rory Despard como Ministro de Magia, quizás es posible. Aunque conoce a Ellie lo suficiente como para saber que su trabajo no es para el gobierno. La mayoría del tiempo sus motivaciones son un enigma, pero sabe que siempre vienen de un lugar bueno.

    Ante su comentario, Ellie se limita a encogerse de hombros. Lo cierto es que no le ha estado prestando mucha atención a lo que ha estado diciendo Madeleine, pues todavía está luchando con ese bendito reproductor mp3. La tecnología analógica había sido relativamente sencilla y fue un hito que logró superar en apenas un par de semanas, más por razones didácticas que porque fuese tecnología que todavía se utilizara. Sin embargo, con lo digital, la cosa es mucho más complicada.

    Termina apartándose de la improvisada mesa de trabajo que armó en la recepción de la oficina en obras y levanta la vista hacia su prima. ¿Qué era lo que había preguntado?

    —Tenemos que aprovechar todas las oportunidades que se presentan, especialmente ahora —replica Ellie, cruzando las manos sobre el regazo. Todavía está grabada en su mente, la imagen del Ministerio de Magia tras la batalla contra Laura Nielsen. Tantas vidas inocentes perdidas, tanta sangre derramada y ella debía trabajar todos los días sabiendo que donde pisaba, un Redentis o una Abominación que antes había tenido una vida como cualquier otra persona, había muerto por el ego de una única persona—. Aunque lograron derrotara Laura Nielsen y aunque ahora Rory Despard es el Ministro de Magia, nuestros problemas no se han resuelto mágicamente. Todavía hay tanta intolerancia y tanta ignorancia, cegándonos.

    »Pero, como dije, tenemos que aprovechar las oportunidades. Te recuerdo que hasta los momentos, el Estatuto del Secreto no ha vuelto a levantarse. Legalmente no estamos segregados, a pesar de que socialmente sí. Sé que muchas personas esperan que Rory... que el Ministro vuelva a establecer el Estatuto del secreto. Pero, la verdad, yo no lo quiero. Creo que es una oportunidad. Y ahora sé que no soy la única que tiene un pensamiento similar —añade por lo bajo, recordando lo que dijo Goderic en la reunión. Su discurso había logrado emocionarla y había hecho que confiara en él. Esta confianza, con los últimos sucesos ocurridos, había llegado al punto de establecer una colaboración entre el Departamento de Investigación Tecnomágica del MACUSA y el Departamento de Misterios del Ministerio de Magia, con ella como nexo. Por supuesto, tuvieron que hacer algunos acuerdos, pero le parecía que ambos habían quedado satisfechos con la resolución.

    »Mientras podamos, creo que debemos nutrirnos de los conocimientos muggles como podamos. No sólo para nuestro propio beneficio, sino para colaborar nosotros también a todos los problemas ajenos a la comunidad mágica que hemos estado ignorando. Y déjame decirte que la lista es larga.

    —Estoy segura de que lograrás salvar al mundo, fabricando reproductores de música digitales que funcionen en los Centros de Educación Comunitarios—comenta Madeleine con una carcajada, sentándose encima de un escritorio sin barnizar.

    —Poco a poco —susurra Ellie en respuesta, sin estar segura de si se está burlando de ella o no.

    @ Goderic Slithering  @ Nate Weasley  @ Kaori Moody  @ Juliens

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    —Disculpen... yo...

    Ellie decide que aquella es la oportunidad perfecta para "escabullirse". Luego de que Nathan Weasley y el asistente del Ministro de Magia vuelvan el rostro hacia ella, da un paso más hacia adelante y se obliga a elaborar una sonrisa de cortesía, de esas que a veces hay que blandir en el trabajo para obtener algo de ayuda, aunque ciertamente no llega a sus ojos. Y es que, aunque se esfuerza en mantener la fachada de tranquilidad, está bastante alterada. No es el hecho de que el Atrio del Ministerio de Magia esté lleno de personas haciendo uso de su derecho a protestar pacíficamente, pues es legal y ella misma apoya la causa. No, lo que la tiene al borde de un ataque de pánico es el hecho de que en su primera semana como directora del Departamento de Misterios, sale a la luz una problemática tan similar a la que hace un par de años le costó su carrera de inefable.

    Se siente como si lo de Selena Haydn amenazara con repetirse. Se siente como si estuviera a punto de volver a fracasar, sólo que esta vez sería mil veces peor pues decepcionaría a Rory, que hizo el esfuerzo de ayudarla. 

    Pero aquel no es el lugar para entrar en pánico. Ya en un rato podrá esconderse en el baño para ello. Ahora, tiene que llegar a Rory; aparentemente, su agenda está ocupada con una visita bastante importante y por eso su asistente no le pudo hacer una cita cuando le mandó un memo hace media hora. Vino allí con la esperanza de encontrar una forma de verlo y, si es cierto que Nathan tiene una reunión acordada, es la oportunidad perfecta.

    Lo cierto es que luego de que Nathan se burlara de ella en la reunión del Departamento de Investigación Tecnomágica, no le habían quedado muchas ganas de interactuar con él. Pero, bueno, ahora le sirve. Espera que él mantenga ese humor que tenía en aquel momento.

    —Gracias por esperarme, Nathan —dice Ellie con tranquilidad, sin dejar de hacer la sonrisa. Tiene las manos detrás de la espalda y juguetea con sus dedos, como hacía desde que era una niña para calmar su nerviosismo y, de cierta forma, desahogar la ansiedad—. Estoy ansiosa por nuestra reunión con el Ministro Despard. Espero que pueda atendernos pronto.

    @ Nate Weasley  @ Rory Despard

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    Ellie pasa las yemas de los dedos por encima del pergamino, pero sin rozarlo, como si temiera que las palabras se borrasen de aquella forma. Ha intercambiado suficientes cartas con Rory Despard como para saber que esta fue escrita de su puño y letra, no se lo pidió a ningún secretario ni delegado. Es por ese tipo de gestos que ella y poquísimo más del cincuenta por ciento de la comunidad mágica votaron por él. Es consciente de que Madeleine votó por él, por la faceta suya que vio cuando se enfrentaron juntos a Laura Nielsen; tanto fue el impacto que él le había causado, que ella ni siquiera intentó disimularlo y dejó muy en claro que votó por él por lo inspirada que se sintió. En el caso de Ellie, sin embargo, no fue por su valentía en la batalla. Ella ya había trabajado junto a él, habiendo logrado arrancar los Centros de Educación Comunitarios o CEC, para abreviar—, y por ello tiene plena confianza en su interés por solucionar problemas y su preocupación por las personas que más ayudaba necesitan.

    Le dio su voto de forma desinteresada, de modo que evidentemente esta carta que está recibiendo la sorprendió bastante. Ni siquiera sabía que Rory estaba al tanto de lo ocurrido con Selena Haydn, de cómo tras aquel estrepitoso fracaso las carreras suya, de Melrose y de la propia Bel se vinieron abajo. Aunque ahora que lo piensa, durante las elecciones del año pasado accedió a una insistente entrevista donde la despiadada reportera no tardó mucho en sacar el tema de su reasignación a colación. El recuerdo es todavía como una nube gris a su alrededor. Estaba segura de que iba a llegar a lo más alto del Departamento de Misterios, pero entonces ocurrió "el fracaso" y fue reasignada de su puesto de Jefa de la Oficina de Experimentación Mágica, a sanadora en San Mungo. «Estamos seguros de que sus conocimientos en pociones y encantamientos, se aprovecharán». Aprieta los puños, frustrada, pero sabiendo que el fracaso fue suyo.

    Luego de aquello y luego de la serie de eventos desafortunados que se encadenaron tras el primer ataque de Bulgaria al Ministerio de Magia, decidió retirarse y emprender una carrera independiente. Una carrera que, hasta los momentos, consistía en una pequeña tienda de segunda mano en el Callejón Knockturn que a duras penas le daba lo suficiente para pagar la renta. Ellie había comenzado a tocar sus ahorros cuando decidió retirarse del Ministerio y, actualmente, no hay ahorros. Tampoco hay una jugosa herencia, más allá de una casa en el casco viejo de Edimburgo. Sabe que está a la deriva, con más sueños que auténticos logros. Y las oportunidades, son prácticamente inexistentes.

    Salvo por esta carta. Esta hermosa e inesperada carta, ofreciéndole lo que siempre quiso, el que fue su sueño desde el momento en que decidió que trabajaría en el Ministerio de Magia.

    «Creo que será mejor que me dirija al Ministerio».

    ・ 。゚☆: .☽ . :☆゚.

    No es que tenga a su disposición un extenso guardarropa de ropa fina, pero tiene un par de sus usuales túnicas negras que guarda para ocasiones especiales. Le pareció que esta visita ameritaba la decencia de una túnica que sólo ha usado en un par de ocasiones, cuya tela negra no tiene ninguna costura suelta ni ha comenzado a desteñirse. Sus botas de charol tienen las puntas lustradas y relucientes. El cabello platinado se lo trenzó por encima del hombro y se colocó un sombrero de bruja. Y así, cuando camina por el ya restaurado Atrio del Ministerio de Magia, por un instante, es como si los errores del pasado jamás hubieran sucedido. Selena Haydn nunca murió por su incompetencia. Bulgaria nunca le declaró la guerra a Inglaterra. Nunca ocurrió el ataque de Guernsey. Nunca existió el Inquisidor. Su carrera nunca se interrumpió. Su única preocupación es llegar a casa a tiempo para la cena familiar, con Richard, Melrose y Madeleine.

    Pero Ellie comprende que no puede fingir que nada sucedió. Mientras camina frente a la Fuente de los Hermanos Mágicos, vienen a su mente los recuerdos frescos del escenario post-batalla del enfrentamiento a Laura Nielsen. Ella no lo vio al llegar, pues apareció directamente en el Departamento de Misterios, pero cuando todos subieron al Atrio casi devuelve el contenido de su estómago al ver la masacre. El suelo estaba lleno de la sangre de las Abominaciones y los Redentis de la Inquisidora, que a pesar de tener esos nombres, no eran más que vidas inocentes. Ellie recuerda haber puesto una mala cara y Madeleine le recriminó que la asesina era Laura Nielsen, no ellos. Ella lo entendió, por supuesto, pero la imagen había quedado grabada a fuego en su mente. De alguna forma, es como si aquello fuese una responsabilidad puesta sobre las espaldas de todos. Tienen que mejorar, para darle sentido a todo lo que ha ocurrido; no simplemente conformarse con lo que era normal, sino ir más allá. Recuerda una frase que leyó en un libro: «Soñad el mundo, no esta pálida sombra de realidad. Soñad el mundo como es de verdad».

    A partir de ahora, ese es el objetivo. Soñar la realidad que verdaderamente desea y esforzarse hasta que se cumpla.

    Las puertas del ascensor se abren en el piso más alto del Ministerio de Magia. Ya es el mediodía y calcula que Rory debería estar por la hora de almorzar. Espera que su deducción sea correcta, pues se sentiría mal por interrumpir su trabajo. Aunque reflexiona que su visita debe ser rápida. Sólo está allí, porque pensó que dar una respuesta en persona sería más... más cercano al trato que espera tener con Despard como su superior. Él es sólo una persona, no un ser que sólo existe en títulos de sobres y retratos en la pared. Él mismo es cercano y accesible, y esa es su principal diferencia con tantos antes de él.

    Afortunadamente, las cosas en la oficina parecer ser bastante relajadas, pues nadie la acosa con preguntas y la dejan en paz cuando muestra la carta del puño y letra del Ministro.

    —¿Rory? —Ellie llama a la puerta, luego de dar tres golpes algo tímidos— ¿Se puede?

    @ Rory Despard

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    Luego de su mala experiencia con el medallón de Laura Nielsen, sus ganas de sostener pertenencias desconocidas eran menores a cero. De forma nada disimulado, retrocede un par de pasos mientras Nathan se acerca al cajón que sigue agitándose, como si hubiera algo vivo dentro de su interior. En una situación normal el primer instinto habría sido atacar primero y preguntar después, pero las palabras de Seere insinuaron muy fuertemente que, con lo que sea que esté allí, podrían llegar a Toloveus Clearandbrighty. Madeleine comienza a sentir la presión de que la misión resulte exitosa, ahora que tras la caída de Laura Nielsen tantos problemas vinculados al gobierno británico han quedado expuestos. Lo único que desea es que la misión sea lo más tranquila posible y que encuentren al viejo en algún lugar del Ministerio de Magia... y ojalá que la Inquisidora lo haya mantenido vivo.

    Durante la mirada que intercambia con en Nathan, seda cuenta de que ambos tienen el mismo pensamiento. El Cetro de Investidura. Madeleine siente un pedrusco de nervios subir a su garganta, cuando se da cuenta de que ellos no deberían estar sosteniéndolo. Aquella es una situación increíble, ciertamente. «¿Tan desesperada es la situación?». A esas alturas, ya debían haber ocurrido las elecciones y el Cetro de Investidura tuvo que haberse utilizado, pero con el golpe de Laura el proceso se había interrumpido por primera vez en quién sabe cuánto tiempo. Espera que aquello no tenga ninguna repercusión negativa y, más importante todavía, que esa cosa les sea útil.

    —¡Muévete! —replica con urgencia, empujando a Nathan por el hombro para que se ponga en marcha. No quiere admitirlo, pero de repente sostener el Cetro le parece algo preocupante; cuánto antes acaben, mejor.

    Madeleine observa al mago moverse con el cetro firmemente sostenido frente a él, tanteando la atmósfera y decidiendo hacia dónde avanzar. Él no le da ninguna explicación, pero ella se hace una idea de lo que ocurre. Entiende que debe haber algún vínculo entre Toloveus y el Cetro, y que pueden aprovecharlo para encontrar al viejo. Sin embargo, mientras avanzan frenéticamente, un pensamiento la asalta con la guardia baja. «Están unidos, igual que la Inquisidora y su horrocrux». No puede evitar hacer una mueca de dolor; agradece, por una vez, estar detrás de alguien más.

    Abandonan el Atrio rápidamente y se suben a un ascensor que funciona de puro milagro, pero no suben hacia arriba. En cambio, descienden, hasta el Departamento de Misterios, y allí atraviesan un pasadizo que les permite llegar al Tribunal de Wizengamot. Sin embargo, incluso allí, el Cetro los sigue llevando a un lugar mas recóndito y apartado. Madeleine piensa que tiene sentido, que Laura quisiera esconder a Clearandbrighty lo más lejos posible, como si de alguna forma eso pudiera impedir que ella perdiera su poder. 

    —Este lugar está helado —susurra, con un presentimiento que no le agrada para nada.

    @ Nate Weasley

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    Y las puertas y las ventanas se cierran de golpe. La maldición que suelta Madeleine desde lo más profundo de su corazón, se confunde con el murmullo general que se eleva en el grupo. La llama de fuego demoníaco que ardía en su mano se extinguió en el momento exacto en que quedaron encerrados; inútilmente, flexiona los dedos varias veces intentando volver a conjurarlo, pero lo único que logra es casi provocarse un calambre en todo el brazo. Como lo mencionó Malfoy, la temperatura comienza a bajar todavía más; normalmente tiene cierta resistencia al frío, quizás por su dominio de la Magia Elemental Oscura, pero se da cuenta de que está temblando cuando separa los labios para hablar y lo único que sale de sus labios es un balbuceo tirante. Es tan típico, que casi tuvo que haberlo visto venir. Sin embargo, a veces la mejor forma de solucionar un problema es yendo directamente hacia él y pateándolo en la entrepierna. «Les guste o no, es hora de espabilar», piensa, visualizando mentalmente los rostros de los presentes, la mayoría relativamente nuevos en aquellos asuntos.

    Madeleine se pregunta si podría manipular la oscuridad, pero no tiene energía de sobra y la manipulación de los elementos oscuros tiene un gran coste energético. Y, por otro lado... Aquello puede ser una oportunidad.

    —Y ahora, nuestras opciones son han reducido por los menos en dos tercios —susurra Madeleine, confiando en que Malfoy, Cubias y Agnes, que estaban cerca de ella y de Nathan justo al momento en que todo quedó a oscuras, podrían escucharla con facilidad—. Pero esta es la oportunidad perfecta para que pongan en práctica su control de energía. Recuerden que deberían ser capaces de manipular la energía de su entorno para desplazarse, esa es la técnica Phantom. Quizás si prestaran suficiente atención podrían moverse sin chocar con nada... y eso podría venirnos bien, ¿no creen?

    Decide dejar que ellos lidien con ese tema. Sabe que la situación es estresante y no es un entrenamiento, es una misión real, ¿pero si no lo logran ahora, cuándo? Madeleine sabe que no es de mucha utilidad, así que no le queda otra opción más que cerrar los ojos —aunque no hace mucha diferencia, pues ya todo está totalmente oscuro— y poner a funcionar su cerebro de una maldita vez. Ella no es precisamente una genio... A decir verdad, está segura de que es una est****a, por eso tiene tantas cicatrices y un muy grueso expediente criminal. Madeleine es más de actuar, que de pensar. Pero aún así, tiene una experiencia en misiones y enfrentamientos que a veces viene bien para deducir ciertas cosas.

    Aunque, por supuesto, sabe que terminará necesitando de la ayuda de los paladines para resolver el embrollo. Está convencida de que ellos usan alguna droga mágica para disparar su potencia mental.

    —Esto no tiene sentido —habla en dirección a donde deben estar los paladines y el sacerdote—. Los reportes que recibimos decían que las personas eran espantadas, no encerradas. ¿Qué se supone que está sucediendo? ¿No somos intrusos a los que no quieren acá dentro?

    Y una vez más, no puede evitar presionar a Rory. Necesita las respuestas que un sacerdote puede brindar.

    —Por favor, Despard, apiádate de mi. ¿Qué es lo que percibes?

    @ Mica Gryffindor  @ Juliens  @ Rory Despard  @ Illidan Black Lestrange  @ Lord Cubias  @ Scavenger Weatherwax  @ Cillian  @ Ludwig Malfoy  @ Nate Weasley

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    Pone los ojos en blanco, pero decide no responder el comentario malicioso de Nathan. Lo cierto es que, a esas alturas, incluso le faltan las fuerzas para seguir replicando... y aquello es preocupante. Mientras el mago concentra su Magia de la Oscuridad para invocar a uno de los demonios que sirven a la Orden Oscura, Madeleine observa con frialdad a Richard, que responde a la pregunta que iba dirigida a su compañero de clan.

    En aquel momento, no está segura de cómo debe sentirse con respecto a Richard. Ella sabe que Ellie está molesta con él por algo relacionado a Melrose, lo cual debe significar que de alguna forma, ésta ha quedado "afectada" tras el enfrentamiento con Laura y la intervención del brujo. Aunque Madeleine es el tipo de persona que de vez en cuando recurre a la excusa de "el fin justifica los medios", ella entiende que las intenciones de Richard no suelen ser buenas; si derrotar a Laura terminó siendo algo positivo para la comunidad mágica, sólo es por pura coincidencia. Y la reacción que tuvo tras la ejecución de la Inquisidora a manos de Hobbamock, sólo se lo confirma. Quizás es por eso que terminó agradeciendo internamente al paladín que eliminara la consciencia de Laura Nielsen, y la dejara como un cascarón vacío; porque así, Richard habría perdido un juguete. Honestamente, quizás no le habrían importado sus planes si la persona afectada hubiese sido alguien que no fuera de la Orden del Fénix. Pero no, tenía que ser uno de ellos y no sólo eso, sino alguien de su propia familia. No puede culpar a Ellie por estar enojada y, a decir verdad, le preocupa la situación de la familia Moody.

    Pero está en una misión. El drama familiar tendrá que esperar.

    —Olvídalo, no apostaré contigo —Madeleine sacude la cabeza—. Ya acordamos que invitarías los tragos, con ese atractivo salario que debiste haber ganado en el exilio. Ya no puedes echarte para atrás.

    Madeleine llena sus pulmones de aire, para reunir fuerzas para echarse a andar tras Seere. El demonio viste como un auténtico príncipe, con una armadura brillante y un caballo alado; aunque normalmente confiar en demonios es algo tramposo, sabe que en este caso pueden estar relativamente tranquilos. Él posee una naturaleza indiferente, con poco interés de hacer el mal, y sirve muy bien a sus invocadores. Él es el único demonio que no le preocupa invocar con tantas personas ajenas a la Orden Oscura alrededor.

    Tal y como lo dijo Richard, Seere los conduce al Atrio del Ministerio de Magia. Madeleine observa la masacre que dejaron a su paso... y aunque sabe que aquellas personas habían perdido su humanidad y no eran más que títeres de Laura Nielsen, siente dolor de ver tantas vidas despreciadas. Sin embargo, sus manos están limpias. La verdadera asesina de todos esos Redentis y Abominaciones, fue la Inquisidora. Estas vidas, las que se perdieron en los ataques terroristas, las que se perdieron en tantos crímenes de odio en honor a la figura del Inquisidor —y la Inquisidora—... No puede juzgar a Hobbamock. En verdad, está...

    —Me siento feliz —dice repente, rompiendo el silencio del Atrio— de que Laura Nielsen haya sido castigada de esa forma. La muerte sería un final demasiado dulce para ella.

    Y vuelve a clavar la mirada en las puntas de sus botas. Entonces, escucha que algo se agita desde las sombras y, aunque sabe que no podría lanzar un hechizo por mucho que lo intentara, saca la varita mágica.

    —A partir de este punto, ya no necesitan mi ayuda —declara Seere, tranquilamente—. Aquí tienen su tesoro.

    Madeleine y Nathan avanzan lentamente y descubren la caja, que se mueve frenéticamente.

    —T-tómala, ¿quieres? —susurra Madeleine.

    @ Nate Weasley

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    Madeleine esboza una leve sonrisa cuando Weasley se muestra dispuesto a unirse a aquella pequeña misión. Ella no suele demostrarlo, pero él probablemente la persona a quien más aprecio le tiene actualmente en la Orden del Fénix, pues desde hace muchos años ha luchado a su lado. Es consciente el año pasado lo subestimó, de cierta forma, cuando él manifestó que sería parte de la Orden Oscura y dominaría la Magia de la Oscuridad; honestamente, había llegado a dudar que lo lograría. De alguna forma, todavía pensaba en él como alguien... blando. Pero tras todos los sucesos ocurridos tras la elección de la ex-Ministra de Magia y tras los propios eventos de esa noche, comprende que es un pensamiento injusto. Después de todo, él ha llegado a crecer más que ella y es algo que puede percibir. «Ahora, yo tengo el rango bajo. ¿Quién lo diría?».

    —Si tu invitas los tragos, me apunto —responde Madeleine, mientras hace un gesto para que la sigan.

    La verdad es que ella no tiene mayor información que los demás acerca del paradero de Toloveus. Sólo sabe que era prisionero de Laura Nielsen y que deben rescatarlo si quieren tener elecciones ese año. Se imagina que debe estar en un lugar aislado, en algún calabozo o mazmorra, pero Madeleine no conoce los secretos del Ministerio de Magia y duda que algunos de sus acompañantes lo haga.

    —Si supiera dónde está, puedes estar seguro de que no necesitaría ayuda —rezonga Madeleine, sacudiendo la cabeza—. ¿Tienes suficiente energía como para invocar a Seere? Él ayudó a mi grupo a salir del laberinto, apuesto a que podría encontrar a Toloveus y llevarnos a él —es consciente de Weasley no está exactamente intacto; de hecho, parece que lo lanzaron contra la pared y lo arrastraron por el suelo. Pero una cosa es estar herido físicamente y otra tener las energías agotadas. En el caso de Madeleine, además de sus heridas, ella ya volcó demasiada de su Magia de la Oscuridad, hasta el punto en el que está convencida de que necesita un baño en el Lago Sombrío para reponerse. Quizás podría intentar hacer algo pequeño, pero incluso aquello debería ser riesgoso para ella.

    »De otra forma, no tendremos más remedio que recorrer todo este maldito lugar a pie y esperar que por pura suerte lo encontremos.

    @ Nate Weasley

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