Mael Blackfyre

La reunión con Agatha no había sido como lo había estado suponiendo, pero aún así llevaron todo rápidamente. Habían quedado en que podía instalarse dentro de la mansión, en cualquiera de las habitaciones mientras se acomodaba. Había algunas cosas que aún debíamos hablar pero como tendríamos más tiempo, podríamos hacerlo luego. Tenía que terminar un trabajito y tenía que terminar de preparar algunas cosas en la misma mansión, era tanto de golpe que hasta le había tenido que pedir ayuda a los elfos, aquellos seres que no soportaba demasiado. Los ruidos en la cocina eran bastantes, un poco más de lo usual y los elfos se encontraban trabajando más acelerados pero también un poco más asustados. Bueno, podría decir que los había atacado alguna que otra vez con la intención de alejarlos. Y había funcionado. Pero ahora los necesitaba y eran esclavos de la familia, así que me tenían que responder de todas maneras. No me acordaba ni la mitad de sus nombres pero llamarlos Elfo parecía funcionar. – Vendrá en una hora. Quiero que… ¿Qué es ése ruido? –algo por encima del choque de las ollas y el revolver de las cucharas hizo que girara mi cabeza hacia la entrada. Algo provenía desde la sala y tenía que ir a verificar qué sucedía. Dejé atrás la cocina para llegar a la sala y ver que provenía desde la entrada. Justo las puertas estaban abiertas y había movimientos. Eran muebles animalizados que se acumulaban en la abertura de la puerta, cerca de dos figuras. Una era Mica y la otra Luna. Sonreí ante ése panorama, algo me decía lo que estaba sucediendo. Me acerqué lo más que pude, casi cerca de Mica–. Llegaste temprano. Pensé que ibas a venir en un rato. Los elfos están terminando la comida. Luna…–negué con la cabeza con una gran sonrisa–. Muchacha ¿es necesario todo este teatro? Ya deja de dar lástima. La nueva matriarca hasta te lo está pidiendo por favor… Reí sonoramente. Aquellos muebles la empujaban a que se alejara de la entrada. Me apoyé en el marco de la puerta cruzado de brazos, mirando aquella gran escena. @ Mica Gryffindor @ Luna Gryffindor Delacour @ Thomas E. Gryffindor

— Ya se lo he dicho, maestro. Ese hombre era mi falso yo. Un falso yo que creía que era quien debía ser —le respondió al maestro luego de haber llegado a presentarse con Lawan. Estaba mucho más cerca dela pirámide pero aún me quedaba un largo camino. Sabía que no debía rendirme y le oba a demostrar al Arcano que estaba preparado y más. También tenía la experiencia máxima en que quería despojarte de todo lo que uno sabía, conocía y era para sentirte débil. Pero aún así, no lo iban a lograr—. Astaroth y yo no lo decidimos. Simplemente conectamos. Tenemos trabajo junto que hacer y estoy seguro que él logrará ayudarme con mi cometido —miré a la serpiente. Sabía que podría contar con su compañía hasta las puertas de la pirámide, no más. Escuche las instrucciones del Arcano y actué inmediatamente. Entendía por dónde debía hacer y cómo tenía que hacerlo así que automáticamente me puse con ello. Tardé algunos minutos en dar con las cosas que necesitaba, especialmente algunas ramas caídas para formar una plana plataforma que quedó flotando en el agua. No sabía si iba a resistir pero en cuanto me arrodillé en ella, pude ver que al menos no se hundía. — Debo confesar que no entendía muy bien el objetivo del Pársel hasta que llegué ante usted, maestro. Me he despojado de muchas cosas y he encontrado nuevas pieles. Espero que sea un honor para usted tenerme de alumno. ¿Astaroth? —pregunté tomando la caña y dejando que la serpiente se enroscara en aquella tanza para llevarme por la corriente. Si, había sido idea de mi amigo demonio, era increíble la fuerza de voluntad que tenía. Sin él, no hubiera llegado a la pirámide. Giré la cabeza para despedirme de Lawan aunque sabía que lo volvería a ver al pisar la tierra de la isla. Ea cierto, ahora sentía un peso menos a mis espaldas. @ Lawan Nguyen Thanh

Estaba un poco incómodo, debía admitir. Aquella puerta que había abierto para la Videncia me había traído algunos problemas de más, no ayudaban en ningún momento a mis ataques de ansiedad. Habían transcurrido unos instantes de tranquilidad en donde todo parecía actuar con normalidad. Pero las tempestades empezaban a surgir en cada rincón de mi vida y eso no presagiaba nada bueno, y ahora se sumaban aquellas visiones: Había un cráneo pero no era parecido a la marca tenebrosa, era otra cosa. O quizás, si. Era complicado interpretar aquellas imágenes. De lo que estaba seguro era que vi aquellos arañazos de algún gran felino en unas cortinas escarlata. Y sangre alrededor. Me fui con esas visiones directamente a la Torre Negra, donde nos habían convocado para alguna situación, no podía negarme a ello, el deber siempre estaba por encima de lo que queríamos hacer, especialmente cuando ocupabas un puesto como el mío. La oscuridad era mucho más densa y profunda, se podía sentir todo tipo de señales que se encontraban escondidas en ella, jamás me había detenido a observarlas detenidamente. Las diferentes magias se cruzaban en ése punto y podrías encontrarte con cualquier cosa. Resté importancia a todas ellas esperando que aquella vez fuera mucho más fructífera que la vez anterior. Me encontré con algunas personas mientras ésta vez la que llevaba el proceso era Sagitas. Tenía que admitir que no me molestaba para nada las decisiones que había tomado la joven Potter Blue, principalmente porque tenía el poder para no pedir autorización más que de Arya. Sin embargo, recordar las viejas leyendas dentro del bando no me llamaba la atención para nada, me aburría. ¿Dónde estaban cada uno de ellos? ¿Qué habían hecho además de mantener los ideales? ¿Y por qué aún no estaban por allí? Estaba seguro que se habían ido o fugado, porque no se hablaba de muertes, así que en mi mente solo eran traidores o cobardes. No me interesaba ninguno de ellos, no pensaba imitarlos. Pero algo sucedió que obligadamente tuve que centrarme por uno de ellos. Sagitas explotó y los comentarios alrededor no tardaron en surgir. Esperábamos a una Mica que jamás entró. Y no iba a entrar tampoco. — ¿Desde cuándo? Desde que no te arranco la cabeza por hablar de nosotros —amenacé a Heliké que la bruja se atrevía a preguntar sobre los Gryffindor. No saqué la varita porque eso era digno de tener que usarla y no podía dentro de aquel lugar. Había comentado algunas cosas más pero me aseguré de ignorarla, sino la colgaría despellejada desde las almenas de la Torre Negra. Miré a Sagitas. La señalé con el dedo, como si me olvidara de quien era: — ¡Espero que todo esto no haya sido una trampa contra Mica! Porque no habrá ninguna Arya que te salve —tomé mi varita. Giré la cabeza hacia mis compinches dentro de clan Ada y Hess, guiñándoles un ojo. Primero iría a revisar un sitio y luego les avisaría a ellos. Desaparecí, aprovechándome de mis poderes como lugarteniente para irme desde ahí. Estaba en una pelea interna de sentimientos porque no sabía si habían enviado a Mica a una trampa mortal sin salida o porque sería la única en poder resolverlo. No dudaba de Mica pero no entendía para qué había ido directamente en busca de aceptación de los otros mortífagos, no lo necesitaba, era una de nosotros. Y a quien no le gustara, podría directamente encontrarse con mi varita y algún maleficio si lograban abrir un poco más la boca. Tenía algunas ideas de dónde podía estar Mica, pero ninguna en particular. Ni siquiera había conocido a ése Kaiser, así que solo restaba hacer una cosa. Volví a pisar tierra firme en algún punto en Ottery St. Catchpole. Busqué entre mis dedos y chasqueándolos apareció aquel objeto. ¿Volvía a abusar de mi poder? Claro que si, necesitaba un objeto de ése Kaiser para saber dónde empezar. Cuando lo tomé, tuve un par de visiones. ¿Quién era? ¿De dónde provenía? No tenía demasiada información, pero hasta que la encontré. Kaiser era un Malfoy así que iría directamente hacia allí. Dejé caer aquel objeto al suelo, porque no me interesaba para nada y moví mi varita. Con unas simples palabras escritas ante aquel pergamino directamente a Hess y Ada: Mansión Malfoy. ¿Encntraría a Mica allí?

DESCUENTOS en Conocimientos y Habilidades. ~La Marca Tenebrosa~ Mes de Mayo CONOCIMIENTO 1 (GRATUITO) Mica Burke (Cambiafomas) Tazz (Señor de las Almas) Helike R V PB (Poder de la Sangre) Jeremy Triviani (Poder de la Sangre) CONOCIMIENTO 2 -- CONOCIMIENTO 3 Nick: Xell Vladimir Potter Black ID: 112814 Conocimiento 3: Hielo del Averno Link a la Bóveda: No. 96155 Galeones: 1000G Nick: Ada Camille Dumbledore ID: 53710 Conocimiento 3: Rituales de Sangre Link a la Bóveda: Nº 79643 Galeones: 1000G Nick: Mael Blackfyre ID: 66173 Conocimiento 3: Rituales de Sangre Link a la Bóveda: Nº 78420 Galeones: 1000G Nick: Cissy Macnair ID: 109211 Conocimiento 3: Rituales de Sangre Link a la Bóveda: Nº 85617 Galeones: 1000G CONOCIMIENTO 4 Nick: Hessenordwood Crouch ID: 118247 Conocimiento 4: Taumaturgia Link a la Bóveda: Nº 103154 Galeones: 1000G HABILIDAD DE BANDO -- Gracias ♥

Tras cumplir con ciertos requisitos en la Marca Tenebrosa, comunicamos que Zoella Triviani. se considera una persona inactiva dentro del bando. Pedimos a Moderación que modifique el campo de rango en “Sin rango por inactividad”, hasta que pueda retomar dicha actividad. Gracias. Sagitas E. Potter Blue & Mael Blackfyre, Lugartenientes. Arya Macnair, Lider

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Tras cumplir con ciertos requisitos en la Marca Tenebrosa, comunicamos que Anne Gaunt M. se considera una persona inactiva dentro del bando. Pedimos a Moderación que modifique el campo de rango en “Sin rango por inactividad”, hasta que pueda retomar dicha actividad. Gracias. Sagitas E. Potter Blue & Mael Blackfyre, Lugartenientes. Arya Macnair, Lider

La Marca Tenebrosa, legado de nuestro señor tenebroso, dicta que HESSENORDWOOD CROUCH, habiendo cumplido con los requisitos establecidos, obtiene el conocimiento/la habilidad RITUALES DE SANGRE en concordancia al conocimiento de Bando 3 correspondiente al clan DISCÍPULOS DE NOSFERATU, por lo que su tatuaje evolucionará impregnando la tinta mágica en su piel con un ardor que no le permitirá olvidar su nuevo poder. Atentamente. Arya Macnair, Líder de la Marca Tenebrosa. Sagitas E. Potter Blue & Mael Blackfyre, Lugartenientes.

La Marca Tenebrosa, legado de nuestro señor tenebroso, dicta que ADA CAMILLE DUMBLEDORE, habiendo cumplido con los requisitos establecidos, obtiene el conocimiento/la habilidad FORMA TENEBROSA en concordancia al conocimiento de Bando 2 correspondiente al clan DISCÍPULOS DE NOSFERATU, por lo que su tatuaje evolucionará impregnando la tinta mágica en su piel con un ardor que no le permitirá olvidar su nuevo poder. Atentamente. Arya Macnair, Líder de la Marca Tenebrosa. Sagitas E. Potter Blue & Mael Blackfyre, Lugartenientes.

La Marca Tenebrosa, legado de nuestro señor tenebroso, dicta que MAEL BLACKFYRE, habiendo cumplido con los requisitos establecidos, obtiene el conocimiento/la habilidad FORMA TENEBROSA en concordancia al conocimiento de Bando 2 correspondiente al clan DISCÍPULOS DE NOSFERATU, por lo que su tatuaje evolucionará impregnando la tinta mágica en su piel con un ardor que no le permitirá olvidar su nuevo poder. Atentamente. Arya Macnair, Líder de la Marca Tenebrosa. Sagitas E. Potter Blue & Mael Blackfyre, Lugartenientes.

Asentía lentamente con la cabeza al notar el fastidio de Hess. Podía ser que tuviera razón desde un principio pero las dudas que me habían invadido la cabeza me habían cegado casi por completo. Estaba tan claro como el agua que Cassian Lasombra nos había dado una ventaja solamente a los que pertenecíamos al clan de los discípulos de Nosferatu. ¿Acaso apreciaba algo especialmente para nuestro clan? No lo sabía pero estábamos muy prontos de averiguarlo. El trago propuesto por Ada pensaba que no iba a ayudar en nada, pero gracias a Morgana que había estado equivocado. Cuando llegó a mis manos, no dudé un segundo en darle unos sorbos para animarme a seguir los pasos del que era más experimentado en aquellos conocimientos de la sangre de los tres, Hess. Lo cual, imité sus movimientos. Los poderes que teníamos como los Amo de la Noche nos ayudaban a ver en la oscuridad con Ojos Nocturnos, como si estuviéramos fuera. Los tres nos metimos por la Gran Grieta. Todo era una réplica de lo que habíamos dejado atrás, habiendo dos diferencia de distinto tamaño. Todo estaba hecho de sombras. Y lo más importante, era la estructura de tres torres que teníamos en frente, más adelante. — Si… —confirmé al rebuscar en mis ropas aquel pedazo de pergamino. Que no se veían más que los dibujos referidos a nuestro Clan. ¿Había sido todo organizado por Cassian? ¿El resto de los mortífagos era una fachada para que solamente llegáramos nosotros tres allí? Observe el pergamino. Ahora todo se veía más nítido, había algunos dibujos y letras y una gran línea bordeaba serpenteando desde el punto donde nos encontrábamos hasta aquella misma estructura que claramente habíamos visto los tres—. Si, debemos ir ahí. Ya mismo. Caminamos. Hess nos conducía y llevaba a Ada a un costado. De vez en cuando giraba mi cabeza para ver si alguien más nos había seguido. Las sombras eran extrañas pero tenía que admitir que me sentía más seguro que afuera, ahora las sombras eran mucho más amigas (pero peligrosas porque aún no las conocía). A medida que nos íbamos acercando, la estructura se hizo más grande. No recordaba haberla visto en ningún lugar. Sus tres torres eran muy altas, de igual tamaño. Claramente no había luz pero si una puerta cerrada. Algo me decía que debíamos entrar, no necesitaba seguir las instrucciones que decían exactamente eso. Incluso seguí ésa misma intuición para usar más magia de aquel clan, Cuerpo de Sombra, para volverme una sombra más y atravesar aquel sitio, por más que se abriera la puerta de par en par o solo quedara una rendija. Estaba seguro que los otros sabrían lo mismo que yo y lo harían. Cuando pasamos la puerta les mostré el pergamino. Al parecer íbamos por el lado correcto. Indicaba algunas palabras nuevas: “reliquia antigua”, “Magia antediluviana”… Algo me decía que íbamos de enviados por Cassian a buscar algo para nuestro clan. @ Hessenordwood Crouch @ Ada Camille Dumbledore

Miré a Agatha detenidamente, admitiendo que tenía un poco de razón, quizás. Aunque eran simples modales, que debería tener cualquier persona que estuviera viviendo debajo del techo de alguna casa respecto a los patriarcas de la familia. Pero eso podía pasar desapercibido en el momento que dijo sobre su estado. Pude ver como el elfo reaparecía ante nosotros con unas copas levitando cerca de su cabeza. Caminé algunos pasos hacia los sillones. – Ya imagino quienes pueden haber sido –la rubia se aferró a su bebida mientras se dirigía directamente hacia los sillones. Escuchaba su relato atentamente porque no sabía nada de aquella información, y no sabía si era porque no se trataba de algo importante o lo era, y no querían que se supiera. Imité su acción y me senté enfrentada a ella con una copa grande de whisky de fuego. Afuera el cielo estaba completamente descubierto y eran los primeros días que brindaba un calor constante en el lugar–. Aunque hay mucho misterio para mi gusto. Mucho “digamos” y no estoy muy tranquilo sabiendo que tu presencia puede alterar la mansión. Es cierto que está bastante tranquila pero ¿Alguna vez los has visto en grupo? Recordaba mis primeros pasos en la mansión Gryffindor, y de alguna manera me sentía identificado con Agatha. Tal vez ésa razón hizo que me detenga en mi impulso de quitarle la información que me estaba escondiendo. Su discurso fue lo necesario para darme cuenta, que era alguien más que necesitaba un refugio y yo mismo había estado en su posición siendo la Gryffindor lo que buscaba. Le di unos cuantos sorbos a la copa antes de hablarle. – Pero entiendo tu posición y creo que podemos acomodarnos para que permanezcas en la mansión, sin que nadie te moleste –es cierta parte, algunos pensamientos fueron surgiendo de todo ello y si en algo tenía razón, es que no necesitaba más enemigos de los que ya tenía, sino aliados. ¿Y por qué no aquella bruja? @ Mica Burke

El ruido que provenía desde las cocinas, era algo característico en la mansión, a pesar de que ya no estaba tan poblada como decían. Aquellos elfos casi ni salían desde las cocinas, ya que sus amos y amas de la Gryffindor casi ni se hacían presentes. Y tenía que admitir que no me gustaba para nada. Jamás había visto un elfo en persona hasta llegar allí y no entendía cómo los magos y brujas hacían que éstos seres hicieran absolutamente todo por ellos. Aunque al principio me molestaban, especialmente cuando entraban a mi habitación sin invitación, ahora me había acostumbrado un poco a ellos. había entendido más tarde su naturaleza y porqué se comportaban como se comportaban. Entre mis pensamientos, una voz interrumpió justo a mis espaldas. Me giré y vi a Agatha. Asentí con la cabeza a modo de saludo, observando directamente sus ojos. – Soy Mael, patriarca de la familia. Creí que ya sabías quién era –levanté una ceja ante su presentación. Relamí mis labios y continué con mis palabras–. Creí haberte visto en el funeral del Viejo Auror. Y luego he escuchado un par de veces tu nombre por aquí. Ahora llegas como si fuera tu casa y ni siquiera sabes mi nombre. Creí necesario que tuviéramos una pequeña charla para saber qué quieres –empecé a caminar un par de pasos mientras la conversación empezaba a fluir en la sala de la mansión. No había nadie más cerca–. ¿Y cómo has llegado a la familia? Oh, si Tanis. En ése momento apareció aquel viejo elfo. Creo que habíamos hablado unas dos veces, aunque hablar era una manera de decir, ya que lo había echado de mi habitación luego de hacerlo levitar del talón y decirle que no fuera más a molestarme. Se mantuvo a unos tres metros de distancia con la cabeza hacia abajo, como sus orejas. Lo miré, luego a Agatha. – Traenos algo para tomar. Y luego puedes irte @ Mica Burke

En el momento que me encontraba con Grelliam a punto de analizar y debatir por lo que teníamos que hacer, pude corroborar que se sumaba otra de las Nosferatu ante la situación. Tal vez me había cegado por el impulso propio del detalle de los símbolos y dibujos del pergamino, pero si íbamos al caso, ahora que lo pensaba tras la pregunta de Ada referido a si los demás tenían idea de cómo salir de allí. Giré la cabeza y los miré y algo me dijo que no tenían ni idea de lo que estaba sucediendo allí, ni siquiera la mismísima Líder que había preguntado sobre lo que estaba ocurriendo. – No creo que sepan mucho. ¿Por qué entonces Cassian me mandó ésto a mi? No termino de entenderlo –miré por tercera vez aquel pergamino, donde aparecía el nombre del sitio donde habíamos aparecido y marcado levemente lo que era como el tatuaje característico de cada clan, pero ninguno parecía sobresalir. no se me ocurrían muchas más ideas. Ser lugarteniente, en ése momento, me pareció que era un gran problema, porque existían muchas ventajas pero a la vez, no terminabas de ser “la llave” de todo eso. Tenía que pensar. ¿Qué haciamos? volví a mirar el resto y parecía que estaban más perdidos observando todo su alrededor y pensando en cosas que solamente sucedían en sus cabezas. Cada vez tomaba más sentido lo que había querido hacer mi compañero Grelliam antes de que lo interrumpiera. Bajó la información a mi cabeza como si alguien externo me lo dijera. Y tenía que hacer lo único que me había llevado a ésa situación, el clan. Automáticamente saqué la daga del sacrificio e hice un corte rápido en la palma de mi mano, dejando caer parte de la sangre sobre el papel. El pergamino emitió un brillo desde nuestro tatuaje de los Discípulos de Nosferatu. – ¡¿Qué…?! –solté sorprendido, al ver que una sombra, sin distinguir su forma, salió despedida del pergamino directamente a aquella brecha que se había abierto en el suelo–. ¡Tenías razón, Grem! ¡Vamos! –le hice una seña a Ada para que siguiéramos al joven Ollivander, si el resto quería seguirnos o no, ya dependía de ellos. Aproveché esos instantes para curar mi herida con la Sangre de Cain, aquel hermoso conocimiento que me servía muchísimo. @ Ada Camille Dumbledore @ Hessenordwood Crouch

Aquella improvisada reunión, al fin, había acabado. Me había generado una especie de sentimientos encontrados, porque se sentía raro que no hubiera nadie dentro de la mansión y tal vez muy en el fondo, tenía la intención de que ese sitio fuera un hogar para muchos más. Pero ya al estar en contacto con algunas personas de más, quería que todos se fueran. Aquel sitio era como mi escondite y me sentía un poco usurpado. Claramente que no me sucedía con todas las personas, pero había una que me generaba un poco de dudas y tal vez hasta interés. Agatha. Aquella bruja había llegado a la mansión con toda la normalidad del mundo. Muchos nombres se habían barajado entre los Gryffindor respecto a los miembros que la componen (y que ahora estaban desaparecidos, prácticamente) pero ante la bruja mucho no había hablado, a pesar de su tranquilidad. Incluso se había quedado en una de las habitaciones como suyas. ¿Qué quería? ¿Por qué había regresado ahora? De alguna manera, tenía que descubrir sus intenciones. Lo había intentado pero aquellos ojos no me habían dejado pasar mas allá de ellos, y me pronosticaban mucho conocimiento y misterio. Parecía que escondían más de lo que decía. Tomé mi varita, moviéndola de un lado para el otro, materialice un pedazo de pergamino con unas simples, cortas y concisas palabras. Cuando se enrolló y desapareció, dejó el rastro de una voluta de humo, que desapareció al instante: »Te espero en la sala. Mael« No sabía cuánto tiempo podía llegar desde que leyera la carta hasta que se decidiera a ir a la sala, pero mientras tanto, estaba seguro que no me haría mal merodear un poco por la mansión, era una de las primeras veces en que me sentía bien entre aquellas paredes. ¿Tal vez era porque sabía que ella estaba por llegar y quedarse? Habíamos sacado el tema y le había ofrecido que la mansión Gryffindor era su hogar y que debería quedarse allí, sobre todo por lo que nos habíamos propuesto hacer. Salí de la habitación, bajé todas las escaleras y me encaminé directamente a la sala. @ Mica Burke

— ¡Espera! —casi gritando contra Grelliam que parecía ser el primero que al fin había tomado la iniciativa de hacer algo al respecto. Tenía que admitir que el querer lanzarse hacia lo desconocido y lo que parecía ser el centro del problema, era muy valiente y eso me agradaba. Pero también lo que había observado en tan solo un segundo, era que no tenía ningún referente del clan más que Cassian, que casi nunca le había hablado. Asi que tenía que “engancharme” a quien pudiera mostrarme si estaba haciendo bien las cosas dentro de Discípulos de Nosferatu. En ésa palabra que le había gritado, hice lo primero que se me ocurrió, estaba aprendiendo los conocimientos dentro del clan de los Nosferatu y se sentía increíble. Y tenía que admitir que de alguna manera iba a mejorar cada día más, pero en vez de usar algún otro hechizo, llevé mi mano a una de las sombras más cercanas que se proyectaban en el suelo y levanté una pared justo delante del chico para que éste no avanzara más. No quería ordenarle nada más que se detuviera unos segundos. Si él era del mismo clan que yo, debía compartirle la información. Me dirigí ante él en tan solo unas zancadas. — Entiendo tu idea y creo que haría lo mismo. Pero advertí un pequeño detalle. ¿Quieres acercarte? Creo que vas a poder identificar lo mismo que yo —le mostré el pequeño papel que me había enviado Cassian, con las letras escritas sobre él, rezando el nombre del lugar. “Craigh Na Dun”. En cuando el papel quedó cubierta por las sombras, unas siluetas nuevas se dibujaban, como si los rayos de luna se reflejaran en él y brillaran como la sangre derramada en un campo de batalla. Habría entendido otra cosa, si no estuviera el dibujo del Ouroboros y aquel barco enorme, ambos tatuajes de los otros bandos—. ¿Será el mismo? Alguien, habla de alguien —le señalaba el pergamino pero había algunas partes que no se encontraban escritas. ¿Acaso los otros clanes tendrían maneras de leer pergaminos que ocultaban parte del texto como las sombras que usábamos los Nosferatu? Lo miré: “Los necesitamos. No podemos separarnos”.

Aquellas palabras de Lawan las recordaría por demasiado tiempo. No entendía que las necesitaba hasta que habían aparecido. Era una manera extraña de darme cuenta de las cosas, porque jamás me gustaba escuchar a los demás. A veces no me entendían demasiado o siempre de alguna manera, preferían limitarme. Pero algunas personas que provocaban eso se habían ido y había podido estirar las alas, por decirlo de una manera. Y casi sin pensarlo había llegado frente a aquella habilidad que había aprendido lentamente a controlar. No solamente era poder hablar con las serpientes con mayor fluidez, sino usar sus mismas características en la vida misma. — Estuve esperando éste momento todo el tiempo, Arcano. Estoy listo para la prueba. Astaroth se retorcía alrededor de mi brazo, pasando por encima de mi hombro para enroscarse en mi torso. En algunos momentos se resguardaba entre mis ropas para sostener su ansiedad de poder terminar con todo aquello. Me habría gustado saber con certeza que podría acompañarme dentro de la pirámide, pero sabía demasiado bien que eso sería imposible. De hecho, lo mejor era que Astaroth se quedara dentro de mi mansión y conociera lo que iba a ser su hogar por un tiempo, hasta que lográramos hacer lo que nos habíamos impuesto. Miré a los ojos a Lawan y asentí con la cabeza, esperando que nos llevara a la pirámide. @ Lawan Nguyen Thanh

— ¿Se la pierde? Qué condescendiente que eres, Nemétona —negué con la cabeza al escuchar a la lugarteniente de la líder hablar de las personas que aún no habían llegado. No iría al lado ni de ella ni de Arya Macnair, me quedaría cerca de la entrada para asegurarme que todos los que estábamos esperando llegaran a puerto seguro y que además, nadie se iría hasta que quisiéramos nosotros. Negué con la cabeza con una gran sonrisa, claramente falsa porque lo que menos estaba sintiendo en ése momento era alegría—. Quien no esté hoy en la ceremonia me encargaré yo mismo de ir a buscar sus cabezas a sus hogares y dejarlas colgando en las ventanas de la Mansión Riddle. Como un recordatorio para el resto del bando. Expresé y si creían que aquello era una broma era porque no me conocían. Miré un poco más y noté que aún no había llegado Mica Gryffindor. Claramente que no iba a hacerle daño a aquella bruja, porque sabía que iba a venir, me lo había prometido. ¿Iba a desechar las palabras y el juramento que habíamos pactado? Teníamos un trabajo duro por delante y muchas barreras por las que pensar, para lograr saltar. No podía fallarme ahora. Miré a la líder y le sonreí, esperando que soltara algunas palabras dramáticas como era de costumbre. Las mismas que esperaba que me dijera cuando se enterara que iba a atacar el Ministerio. Tal vez lograría que se callara cuando le traiga de rodillas al primer ministro. Un pequeño movimiento, pasó detrás de una habitación contigua. — Oye, tú. ¿De qué te escondes? Ven al centro como todos —no iba a hablarle mal a mi amigo, si creía que al menos yo, no lo había visto, era porque no conocía los poderes que teníamos los lugartenientes. Cuando me miró, le hice señas (era casi una orden) para que se acercara. También cerca de nosotros estaba Sophie. Iba a increparla, pero algo me detuvo. No entendía qué hacia allí. ¿Le habría dicho Mica? No estaba seguro, ella no podría revelarle el secreto. Fue aquella desgraciada que le había dado un gran golpe en su rostro, en aquel momento tirante en la Gryffindor. Y ahora estaba bajo su mando. Pero no estaba seguro si eso era bueno. Me quedé cerca de la entrada, la cual se encontraba abierta. Aunque eso no tardaría demasiado en permanecer así, la ceremonia era a puertas cerradas y quien no se presentara sería una manera indirecta de considerarse un traidor. La iniciación era una promesa real de lo que estaban jurando pertenecer. De alguna manera ya se habían comprometido de palabra con el bando. Si incumplían con aquel primer paso ¿de qué servía mantenerlos y que sigan fallando luego? @ Mia Black Lestrange @ Xell Vladimir Potter Black @ Sagitas E. Potter Blue @ Anthony Ryvak Dracony @ Arya Macnair @ Malum Luxure @ Sophie Elizabeth Granger @ Mica Burke

Hacía algunas horas que le había mostrado a Mica algunos sitios que debía conocer. Luego de darla a conocer como mortífaga a un grupo núcleo que tenía a mi alcance, era hora de ponerse a trabajar desde las sombras. Había demasiadas cosas para hacer y lo que tenía que priorizar ante todo ello era algo que sabía que me faltaba: paciencia. Pero indirectamente había aumentado el grupo de confianza en que había depositado todas las esperanzas y las energías para que saliera todo como había querido desde un principio. Le dije a la Gryffindor dónde estaba ubicada la mansión Riddle, ya que era el centro de reunión de cualquier mortífago y de todas las ceremonias que había en el bando. Aunque no recordaba muy bien la última vez que la había pisado. Si, ahora sí. Recordaba cómo había llevado a la jovencita Dana que se había hecho de las suyas con mi máscara pero había logrado solucionar aquella situación. Cuando le dije a Mica cómo llegar y cómo hacer pasa pasar las barreras que protegían nuestra sede central, me despedí sabiendo que a un par de horas luego nos encontraríamos allí. Eran las 22.59hs cuando aparecí en las cercanías. Mi capa ondeaba rozando mis talones por cada zancada que daba, con la varita en la mano. Había estado organizando algunos preparativos y el tiempo había transcurrido de más. Tenía en mi poder alguna información que nos serviría para la misión contra el Ministerio que estábamos llevando a cabo, así que aquella ceremonia además, me serviría para saber con quién íbamos a contar para atacar a la institución. Moví mi varita y las puertas se abrieron de golpe, golpeando con las paredes para frenarlas. Avancé por el umbral de la entrada y me detuve, al ver que ya había algunas personas en aquella sala. No era muy numeroso pero había algunas personas conocidas. Y otras aún más, como la mismísima líder de la marca, que se había dignado a aparecer. Pasé la mano por mi rostro y la máscara desapareció. Miré fijamente a Arya, un poco más arriba. A un costado estaba Sagitas con Xell. También estaba mi socia Malum y mi amigo Anthony. — ¿Todavía no llegaron o aún quieren que les sirvamos un poco de té? —dije guardando mi varita a mientras avanzaba algunos pasos—. @ Mia Black Lestrange @ Xell Vladimir Potter Black @ Sagitas E. Potter Blue @ Anthony Ryvak Dracony @ Arya Macnair @ Malum Luxure @ Sophie Elizabeth Granger

Cripta, debajo del Panteón. Mansión Gryffindor. Reunión de Mortífagos. Asentí ante las palabras de las últimas tres personas que habían hablado, o por lo menos de las que habían apoyado la causa por lo que estábamos allí. Y realmente me sorprendió el hecho de cómo habían recibido a la nueva ingresante de las filas tenebrosas. Por un segundo creí que se irían o peor, tomarían represalias pero entendía que las cosas habían funcionado como habíamos querido, aquel circul0 de confianza que habíamos creado era bastante sólido. Habíamos atravesado algunos planes malvados como la liberación en la Reserva. O algunas destrucciones de antemano. Y ahora con el plan de abarcar el Ministerio de Magia nos necesitaríamos entre todos. Pero en mi interior todo se derrumbó cuando apareció aquella figura, claramente lo más teatral que podía darle su cuerpo. Arya Macanir salía de su figura canina-lobuna para aparecer como la líder que habíamos dejado de ver meses atrás. ¿Así regresaba? ¿Luego de meses sin aparecer queriendo marcar territorio? Algo me detuvo y no quise hacer lo que estaba pensando en ése momento. Se acercó ante Mica de una manera que me hizo acordar al anterior líder, pero ésta era mucha más invasora del espacio personal, ella te hacía recordar que era la líder de la Marca Tenebrosa y se notaba a leguas. ¿Qué sucedía si la colocaba en su lugar? Era su lugarteniente ¿Podría hacerlo? Se había tomado el coraje de desaparecer sin avisar; y ahora que me había tomado el atrevimiento de ordenar algunas cosas a mi gusto, estaba seguro que alguna barrera iba a anteponer, porque no estaba claro si sabía todo lo que había pasado ni lo que iba a pasar. Levanté el mentón y apreté el puño. Estaba derramando sangre de Mica. — ¿Acaso no es suficiente lo que la Gryffindor demostró desde el funeral del Viejo Auror? ¿Acaso no quedó claro cuáles son ahora las prioridades de la familia? —avancé algunos pasos, dejando por detrás a Malum y a Eterno. La aparición de Arya me había cortado la oferta que les iba a hacer a aquellos tortolitos—. Yo soy el patriarca de la Gryffindor y juré lealtad a la Marca Tenebrosa —indiqué dando unos leves pasos, auto-señalándome con el dedo índice. Si me dejaba llevar, provocaría que mi varita diera unas cuántas sacudidas. Pero estaba seguro que solo Arya estaba queriendo mostrar su cargo—. Asi que toda la familia correrá por los mismos caminos. Me aseguraré de eso. Ya no hablas con una Burke, Mica es una Gryffindor, y lo sabes muy bien. Giré mi vista ante los demás. Tal vez desviando su atención, haría que quitara sus manos de la bruja y se calmaran mis ansias. Tenía que hacerlo—. De la misma manera que hemos establecido éstos lazos. Denébola, Eterno, Black Reaper, Nemétona, Zenin, Dalia. Todos estamos aquí por la misma razón y haremos caer al ministerio. ¿Te irás de nuevo o podremos ir bajo el mando de nuestra líder?. @ Ada Camille Dumbledore @ Tazz @ Malum Luxure @ Eterno Black Triviani @ Kahlan Blackthorn @ Sagitas E. Potter Blue @ Mica Burke @ Arya Macnair