El Parque de las Lamentaciones y Circ dels Joglars (MM B: 102350)

[Helike R V PB]

off: gabs espero que no te moleste lo del rol, jiji es que heli es así, bastante más temperamental que yo xDD así que, espero que no te lo tomes a mal, yo soy más amable que ella jijiji xD

 

Departamento de Accidentes, reparaciones, en el Circo:

 

Vi a través de la rendija de la carpa recién reparada, cómo se iban las chicas a esa zona, gracias a la brisa... ¿Dónde habría más desperfectos? Me pregunté... Podía ir a revisar la zona de los rediles, dónde estaban las criaturas, aunque no me extrañaría nada que estuviese ya por ahí...

 

Salí al exterior y me alegré de que el tiempo estuviese estable. No me gustaría "trabajar" si hiciese tormenta de nieve o de otra cosa... Me dirigí a una zona y vi algo que me sorprendió ¡Una cafetería! Para allá me fui derecha. ¿Habría también destrozos? Cuando la gente quería guerra hacía el más daño posible con la varita...

 

Vi varias manchas negruzcas y deducí que habían sido provocadas por el fuego maldito. Susurré varios "fregotegos" para dejar la fachada impoluta... Fui hasta el interior... También había escombros. Pero me sorprendió ver el tamaño. Me imaginaba que sería cosa de tía Sagitas que hiciese de un sitio pequeño en el exterior y que en el interior fuese enorme. Sonreí... Adoraba la magia y empecé a susurrar varios 'reparos' ya que había varias sillas rotas y demás cosas por arreglar.

Editado 5 de Marzo del 2017 por Helike Rambaldi Vladimir

[Xell Vladimir Potter Black]

Xell, Dpto. Accidentes:

- ¡Primis...! ¡No seas tan maleducada... Es muy descortés hablar así a Gabs, a nadie en realidad...

 

Me sentía algo triste. Había añorado volver con la familia y, sin embargo, ahora parecían que estaban todos muy tensos y dispuestos a sacar el mal humor a la mínima. Tía Sagis... Prima Heliké...

 

- Espérame, Gabs... No le hagas caso...

 

Llegué en el momento en que ella contemplaba la máquina de algodón de azúcar. Sentí algo de saliva en la boca y me puse a reír flojito.

 

- Tía Sagitas ni se dará cuenta si nos servimos un buen palito de algodón rosa, te lo digo yo. Practico ballet cada día, una hora en casa mínimo, así que no temo que engorde. - Ella apuntó con su varita y yo, impaciente, me puse de puntillas- Vamos, vamos...

 

¡Me encantaba la magia! La máquina se recompuso en un instante y, a la vez, un dulce ahora a dulce nos llegó a las dos al comenzar a moverse. Aplaudí, muy divertida ante el hecho de tener algodón de azúcar gratis.

 

- ¡Gabbs! ¡Lo haces genial! No es nada difícil, ¿verdad? Vamos, vamos... ¿Encuentras azúcar por aquí? Tendría que haber pequeños paquetitos... Con muy poco se hace una nube enorme. Cuando llegué al pueblo, la tíita Sagis fue la primera en darme trabajo en el Circo, en la taquilla y vendiendo dulces. ¡Sé hacer de muchos colores! ¿De cuál quieres?

 

A lo lejos, la prima Heliké se dirigía hacia la cafetería.

 

- ¡Aquí ya hemos acabado, prima, aunque vamos a comprobar que la máquina funciona correctamente! - le grité, para que no nos alejara de la máquina de azúcar.

[Helike R V PB]

Departamento de Accidentes, reparaciones, en el Circo. Cafetería:

No le contesté a Xell pero para decirle que había captado su mensaje, alcé la mano y luego ahí iba reparando todo lo que veía. Un movimiento de varita por aquí, otro por allá y poco a poco la cafetería iba recuperando su estado normal, hasta el aparato mágico en dónde se hacían los cafés y dónde se sacaba la cerveza (?). En la barra también había varios huecos y usando el hechizo reparador enseguida estuvieron normales.

Fui hasta los baños y había una buena rotura en dónde salía agua a borbotones. Bufé molesta. Hice un reparo a la cañería y limpié el suelo del agua que aún había por ahí...

Mirando que no quedase nada por arreglar, una sonrisa maligna se puso en mi cara. Si las chicas iban a mirar lo del algodón de azúcar, bueno, yo no iba a ser menos, además que, técnicamente estábamos arreglando todas las instalaciones del Circo y además me apetecía.

Fui detrás de la barra y arreglé todos los vasos, cogí uno y fui hasta la zona en dónde se hacían cañas. Me serví una buena cerveza fresca y saqué un cigarrillo, que lo encendí con la varita. Me lo tenía bien merecido después de "tanto trabajo".

Editado 10 de Marzo del 2017 por Helike Rambaldi Vladimir

[Gabrielle Delacour]

La Black sonrió ante las palabras de Xell, al fin alguien que pudiera al menos comprenderle en los dolores del ejerciocio, en el mundo que pocos compartían con ella. Entrelazó su brazo en el de ella y le miró contenta en lo que la máquina de disponía en darles algo de dulce.

 

– ¿Ballerina? ¡Si tengo buen ojo, el instinto me decía que me ibas a caer de maravilla!.- le tomó con ambas manos los brazos entusiasmada y volvió a ver la máquina. – Comamos dulce, al cabo que con la hora de ballet habremos quemado eso y mas...

 

Xell había apresurado a contestar a Helike y la Delacour agradeció con la mirada, tenían buena coartada, al menos el ser "conejillas de indias" para comprobar que la máquina funcionara era más que excelente idea. Miró con complicidad a Xell y le ayudó a buscar un poco de paquetes de azúcar de los que ella buscaba, aunque en realidad no sabía ni cómo podían ser.

 

Siguió a su compañera y sonrió divertida a Helike, tenían que parecer un poco ocupadas o tal vez les mandarían a terminar con otras carpas u objetos rotos y no quería por nada del mundo separarse de la comida, o mejor dicho del azúcar.

 

– ¡Xell, Xell! Del color que sea pero hay que comenzar a probar comida o nos pondrán de elfas... - dijo casi entre risas y en voz baja mientras buscaba paquetes que Xell le había encargado.

[Matt Blackner]

Departamento de Accidentes. Terminando de reparar

 

Observé como @@Gabrielle Delacour reparaba primero la carpa y luego, con algo más de nervio, se dirigía hacia la máquina de algodón de azúcar. Con un reparo, la máquina volvió a lo que parecía su estado original, cosa que me agradó. A la chica no se le daba nada mal las reparaciones, y además, parecía llevarse bien con @

 

- Y si mi madre se molesta le decís que yo invito. - dije. - Eh! yo también quiero algodón. -dije a la rubia.

 

- Hay algo que siempre deberías llevar encima Gabrielle. - comenté a la joven. - Los guantes de piel de dragón, pues nos sirven para protegernos, sobre todo en contacto con objetos de magia indebida. Además, entre los hechizos, tampoco debemos olvidar los utilizados para la limpieza, pues además de reparar debemos dejar un buen aspecto del lugar.

 

@ pasaba de un lado a otro, refunfuñando. Sabía qeu estaba deseando tomar algo frío, asi qeu la llamé.

- Venga Helike! Ya hemos terminado. Ven a por algo de azúcar!

[Helike R V PB]

Departamento de Accidentes, reparaciones, en el Circo. Zona de Roulottes.

 

Escuché a @@Matt Blackner en cuánto salí de la zona de cafetería.

 

- ¡Bien! Voy a revisar la zona de los roulottes -le dije, levantando la mano - ¿alguien ha echado un vistazo a esa zona? - negué con la cabeza y sin esperar contestación de nadie, para allá me fui. No sabía si el ataque había llegado hasta esa zona, pero cualquier precaución era poca.

 

En cuánto llegué vi que había algún que otro boquete y susurrando varios reparos lo arreglé enseguida. Asentí contenta y satisfecha... Ahora sólo esperaba que no hubiese más contratiempos y terminar con los servicios que había pedido tía Sagitas...

 

Me dirigí hasta en dónde se hacía el azúcar, para tomar un respiro y dar por terminado, todo el trabajo.

 

- Bueeno, ya está todo, me parece. ¿Vosotros habéis terminado de mirar el resto? -pregunté a los presentes mientras las chicas hacían su algodón de azúcar, aproveché también para servirme un poco. La verdad, es que ya necesitaba algo de energía extra (?).

[Xell Vladimir Potter Black]

Xell, Dpto. Accidentes:

 

La prima y Jefa Helike alzó la mano y supe que me había oído. Supongo que nos creyó buenas chicas pues no cuestionó que quisiéramos probar la máquina de nubes de azúcar. Sonreí con cierto aire pícaro a mi compañera Gabs y moví la varita en torno al botón de encendido, esperando que funcionara. Era una chica muy simpática, agradable y, sobre todo, parecía muy dulce y amable conmigo; habíamos conectado como si nos conociéramos de toda la vida. Me caía muy bien y me alegraba de haber vuelvo al Ministerio. Había tenido suerte con los antiguos y nuevos compañeros del Departamento de Accidentes.

 

- ¿También te gusta el Ballet? ¡Es hermosísimo!

 

Ayudé a cargar con un paquetito de azúcar. Este era blanco, aunque sabía que por algún lugar había de otros colores pues cuando trabajaba allá, había visto rosas y azules.

 

- ¡Oh, no, por favor! Una de las primeras cosas que aprendí en el departamento fue dejar el trabajo para otros y gozar de parecer que éramos útiles. Mira, esto rueda.

 

Eso significaba que funcionaba. Aplaudí, feliz.

 

- Hay que poner azúcar pero poquito o sale despedido. Y necesitamos un palo de madera...

 

No había ninguno a la vista. ¿Dónde estarían? Me reí, moví mi varita y puse la punta en el interior de la máquina, sin rozar los bordes. Al instante, unos hilillos de algodón se fueron poniendo a su alrededor. Ahora me reí más fuerte. Seguro que era la primera bruja con una varita de verdad con algodón de azúcar. Matt apareció casi de la nada y nos pidió azúcar.

 

- Tendrás que poner tu varita. La mía sólo puedo chuparla yo - contesté con desenfado, entre risas. Entonces vi un paquete que contenía los palillos para los algodones y lo señalé a Gabs. - Ahí están, toma uno y come. En cuanto llegué mi prima, entre los dos nos quedaremos sin nada.

 

Era feliz, el Circo estaba arreglado y la familia era maravillosa. Me había sentado muy bien el regreso.

 

- ¡Eeeeh, dejar para Gabs un poquito de azúcar!

 

 

@@Gabrielle Delacour

[Sagitas E. Potter Blue]

Me crucé de brazos y le di la espalda al grupo. Estaba enfadada con esa malvampirobicho de Helike pero mi sobrina Xell, siempre intentando poner paz, me riñó por maldecir, algo que como sacerdotisa que era no estaba bien visto. Bufé y rebufé, antes de volver a hablar.

 

-- Vale, os dejo a solas. Sólo espero que hagáis bien vuestro trabajo. Voy a darle de comer a mis bestias.

 

Miré a Heliké con cara de mala leche y añadí:

 

-- A las mías, las que tengo en los Rediles, no a las que están fuera.

 

Di media vuelta y me fui, bien lejos para no tener tentaciones de avadear a mi sobrina. Después, cuando estuve tan lejos que no me podrían ver, sonreí. ¡Qué bueno tener la familia cerca! Era lo más chulo del mundo, aunque me gustara pelearme con algunos de los miembros.

 

Estuve un buen rato con el basilisco, intentando que se calmara; también con los hipogrifos y con la araña, quien insistía en salir del recinto cerrado para pasearse por la carpa. Le gustaba mucho pero mientras estuvieran los miembros de Accidentes en el lugar, debía retenerla. No quería que se asustaran, ellos, y le hicieran daño, a ella. Las mataba si hacían daño a alguna de mis criaturitas.

 

El tiempo pasó muy rápido y me olvidé de todo lo que no fueran mis queridos bichos. Si Bribón, el dragoncillo no hubiera mirado varias veces hacia el exterior y no hubiera tenido que impedir su vuelo un par de veces, me habría olvidado por completo que el Circo había sufrido un ataque. Entendí al instante que el dragón estuviera inquieto. Olía dulce, de maravilla. Arqueé una ceja.

 

-- Vaya... Alguien ha descubierto cómo se hace el algodón de azúcar...

 

Dejé el cuidado de los animales en manos de un miembro del staff y me dirigí hacia la entrada, donde se vendían los chuches. Allá estaban los accidentosos.

 

-- ¡Hey! ¡Muy buen trabajo! Está genial...

 

Estaba muy orgullosa de ellos, por supuesto. El departamento de Accidentes era el mejor del todo el Ministerio y estaba muy feliz por haber vuelto a él. Sonreí a las chicas, mira por donde hasta a Heliké le dirigí una sonrisa y también a mi hijo, aunque no me gustaba que ellos dos estuvieran tan cerca.

 

-- Bien, bien... Quedáis invitadas a un poco de Algodón de azúcar pero después os vais, ¿vale? No quiero que acabéis las existencias. Venga... Vamos... Ir diciendo adióoos...

 

¿Les tiraba? Por supuesto, soy una comerciante por encima de familia y si querían disfrutar del Circo, que pagaran entrada, como todo el mundo.

[Gabrielle Delacour]

Gabrielle escuchó lo que decía su compañero @@Matt Blackner y de inmediato giró su rostro para contestar, se sentía más que nueva pero valía la pena intentar, sobretodo valía el escudarse del por qué las cosas las llevaba de esa manera.

 

– Lo siento...- dijo mientras se encogía los hombros. –Aún no tengo los galeones suficientes para poderlos comprar, tengo una mujer y dos hijas que mantener.

 

Sonrió divertida y sintió como sus mejillas se comenzaban a ruborizar. Era más que cierto el terminar siendo matriarca de la familia que le dio la espalda en un pasado y el mantener a su hermana, quien había quedado pobre por culpa de Orión, le comenzaban a dejar su bóveda en seco. Sin contar de sus dos hijas que les debía mesada desde hacía meses atrás.

 

Sus pasos volvieron hacia la máquina y justo cuando intentaba ir por el segundo algodón de azúcar la voz de Sagitas le hizo bajar el brazo de inmediato tratando de ocultar sus intenciones. Giró su cuerpo y le observó casi con inocencia, sabía que Xell era su familia, tal vez se llevara la mayor parte del regaño pero ¿A caso no se merecían algo por haberla arreglado?

 

El escucharla alegre y el que no se tomara la molestia de regalarlas había sido una guerra ganada; sí, estaban corridas pero habían comido ya y otro poco que ella misma había aprobado era más que suficiente.

 

– ¡Gracias Sagitas! - metió por ultima vez el palo para llenarle de algodón y miró encantada a Xell casi susurrando. – Aprovecha...

[Helike R V PB]

Departamento de Accidentes, reparaciones, en el Circo. Último posteo de finalización del "trabajo". Rol de "salida".

 

Suspiré. No es que estuviese cansada ni mucho menos, pero me había dado un buen "tute" yendo de un lugar para otro intentando reparar lo que había sido destrozado. Estaba contenta con la gente que tenía a mi cargo y sobre todo que consideraba mis compañeros. Todos hacíamos una labor muy buena y eso denotaba en la eficia al arreglar todo en un día (?). Algo que me alegraba mucho.

 

Me acerqué a las chicas que estaban intentando ver cómo funcionaba el cacharro ese del azúcar. Yo miraba divertida al ver cómo parecía que no sabían hacer un simple algodón...

 

- Va, no será tan difícil...

 

Terminé de decir con una risilla.

 

- A mí me gusta más el azul, ¿esa cosa tiene? - pregunté.

 

Luego escuché a Gabs y me sorprendió.

 

- ¿Tienes mujer? Es decir, ¿estás casada con una mujer? -no debía de sorprenderme, a mi hermana le encantaban las mujeres y bueno, se me hacía raro aún hoy día, escucharlo. Aunque no podía evitar tener ciertas reticencias ante esas uniones.

 

Luego escuché a Sagitas y alcé una ceja.

 

- ¿No puedes por un día, dejar de ser una tacaña? No vamos a acabar con tus existencias - le dije, bufando y me dirigí a Gabs, de nuevo.

 

- Perdona, no quiero parecer que me meto en tu vida, pero se me hace raro -me encogí de hombros.

 

p.d.: es lo que piensa heli, no yo, lo aclaro, por si acaso jejeje