Animagia

[Rory Despard]

Como siguiendo a mis deseos, Suluk apareció más pronto de lo pensado. Sosegada, hizo unas cuantas preguntas rápidas a la primera y luego tras observarme un momento, me dio pase también. Sin saber muy bien que más decir o hacer, opté simplemente por pasar a aquella curiosa y gélida casa, a la espera de saber de qué forma me retomaría como alumna.

 

Como de esperar, no era mujer que diera rodeos, y el tema sobre el que más preocupación tenía salió a flote al instante. No es que no tuviera ideas, tras todo el tiempo en que había permanecido observando a esos animales, sobre ellos y su modo de vida. Era solo que no me sentía segura de externalizar aquellas conjeturas, y todos las frases con que se me ocurría responder a la arcana tenían el problema de sonar pobremente convincentes.

 

- La he entendido. Sin embargo debo admitirle que todavía hay ciertos aspectos que...que me cuesta comprender en toda su dimensión. Quiero decir, siento que hay algo mucho más profundo allí que todavía no logro alcanzar a comprender, pero tengo la fe en que finalizando el adiestramiento que no completé la vez anterior lo conseguiré.

 

La historia de la otra mujer que tenía al lado me recordó las otras historias que la primera vez había oído también: muchos de los que se decantaban por la animagia era porque ya en su pasado habían mostrado una relación con el animal en que se convertirían, o incluso en situaciones de estrés o peligro habían adoptado breve y torpemente aquella forma. Escucharlo tantas veces narrado por personas tan disímiles unas de otras me provocaba cierta desazón, porque lo mío era el puro y simplemente deseo de aprender aquella habilidad sin ninguna experiencia o "visión" ni ninguna otra cosa "especial".

 

¿Y si yo estaba forzando algo que no debía ser?

 

No, esa no podía ser la respuesta. El desánimo no podía ser la respuesta, sino solo esforzarme, quizá más que los demás porque todo lo que tenía conmigo para salir airosa era el firme deseo de no regresar al consultorio sin aquella habilidad. Sin la posibilidad de por fin y realmente ayudar a Garry y devolverle el favor de salvarme la vida.

 

- ¿Qué tanto conoce de la guerra mágica Arcana? Bueno, no creo que sea necesario saber mucho, las guerras deben ser masomenos iguales en todos lados, sembrando la muerte, el terror, la desesperanza y el miedo. Creo que lo que más me asusta de ellas es como poco a poco, conforme más se prolonga, nos vamos acostumbrando a esa vida, adaptándonos a la idea de que te incendien la casa, de que tu elfo amanezca decapitado, de perder amigos- los recuerdos de todos los años vividos en Ottery se sucedían en mi mente con velocidad- solo en este largo año en que los ataques por parte de la Marca Tenebrosa cesaron de forma misteriosa, comencé a caer en cuenta en como mi vida había sido cambiada drásticamente por la guerra, en el sentido que por más que lo intenté, no he conseguido llevar una "vida normal" y eso se refleja en cosas tan simples como el despertar cada noche con la idea de que he oído un patronus llamándome a una misión.

 

¿Aburriría a Suluk con todo aquello? Era una posibilidad, pero necesitaba sacar eso de mi interior, porque era precisamente sinceridad lo que ella esperaba en mi respuesta. Y no había forma de desconectar cualquier aspecto de mi vida, incluso el que tenía que ver con Garry, de mi pertenencia a la Orden del Fénix, el ideal al que tenía empeñada la propia vida.

 

- Esos días en que observé a aquellos animales, y en estos meses en que cada tanto seguí investigando para comprender aquello que vi la primera vez, esas conexiones que no conseguía identificar, fueron emergiendo y comprobar eso es lo que me trajo de vuelta aquí, me dio la esperanza de creer que no estoy desencaminada en esto ¿qué creo que me conecta con ellos? Pues aquella dualidad de la soledad cotidiana y el trabajo grupal cuando es necesario, que es la justa forma como me relaciono con el bando. Que mientras ellos tuvieron que mudar sus hábitos de vida por causa de la cacería indiscriminada y la destrucción de su propio espacio, yo también he sufrido lo mismo por causa de esta guerra. Son fuertes, son sobrevivientes y se aferran a la vida, y unos con otros se juntan para defenderla.

 

Terminé de decir aquello con una rara mezcla de melancolía, admiración y cariño en mi interior. No sabía como iría a reaccionar Suluk, pero por primera vez pasaba a ser menos importante que aquella vital sensación de que en la larga cadena de la vida, por mucho que lo intentásemos, los humanos seguiríamos siendo solo una parte de la naturaleza.

[Leslie Ashryver PB]

Era hora de volver, esa vocecita resonaba en algún lugar de su conciencia, el caminó al bosque era bastante fácil de seguirlo, un olor tenue que dejó su escapada le guiaria.

 

Con cuidado aún alerta ante una súbita aparicion de los cazadores, la libre comenzó a correr por el soto bosque, la tarde estaba llegando rapidamente cuando logro llegar al linde del bosque, sus orejas alertas en todo momento busco algún ruido extraño o que le resultará peligroso pero no había nada, sólo el viento que arrastraba las hojas de los árboles caído y de los animales que rodeaban el lugar.

 

Corrió a dónde estaba el tronco en el suelo, lo olfateo pero cuándo su nariz toco el objeto todo a su al rededor giró y cayó al suelo duro.

 

- Auch!!-gimio con los ojos cerrados.

 

Los abrió de golpe y miró al rededor, lo primero que sintió fue crepitar de una chimenea, voces y después a Bel junto con la Arcana Suluk, incluso Cissy quien había conocido hace mucho cómo tutora estaba ahí.

 

-Ammm, hola- saludó poniendose de pié - siento interrumpir- se disculpó poniendose de pié.

[Suluk Akku]

- ¿Pasado? - Suluk no entendía que era lo que estaban aprendiendo con el arcano de Videncia pero cada vez le llegaban con historias más raras - Creo que vamos a tener que hacerlo a mi manera y necesito que comiences a descubrir las razones por las cuales tienes una conexión con un hurón - Hizo una leve pausa - Si es que hay una - No quería ilusionarla pero no estaba muy segura de lo que estaba escuchando y necesitaba más pruebas para creer en que la mujer podía ser una animaga y que conocía su forma animal de alguna manera.

 

- Deberás recorrer tu pasado y revivir dicho momento. Cuando estés lista para hacerlo deberás tomar esto - La arcana dejó una aparato de esos que solo ella tenía y que habían sido diseñados por ella así que su alumna no sería capaz de reconocerlo. El aparato la llevaría hasta dicho recuerdo para darle más pistas sobre su forma animaga y le permitiría entender algunas de las razones por las cuales adoptaba la figura de un hurón y no de otro animal.

 

- Interesante, puedo ver que no has perdido el tiempo - Suluk podía sentir la melancolía con la cual había dicho Bel sus palabras y eso era justamente lo que buscaba que ocurriera y no había logrado hasta ese momento - Quiero que vayas en busca de un lugar adecuado para transformarte y utilices esos sentimientos para adoptar tu forma animal. Tu corazón te va a guiar en el proceso, confía en tus instintos y déjate llevar por lo que estás sintiendo - La arcana hizo un movimiento y un portal se abrió al frente de la mujer para hacerla ir al lugar que deseara con el fin de realizar su tarea.

 

- No interrumpes. De hecho estaba esperando tu regreso - Suluk era una mujer de pocas palabras y muy directa así que no se tomó el tiempo para tener una larga charla con la Delacour - Considero que tu tiempo conmigo ha llegado a su fin así que te tengo una pregunta: ¿Deseas realizar la prueba de la Animagia? - Esperaba que la respuesta fuera positiva pero siempre podría recibir una negativa y aún tendría dos oportunidades más para realizarla.

[Leslie Ashryver PB]

Alessandra ya para ese momento no estaba nerviosa, quizás agitada por la carrera de encontrar un lugar para esconderse para que no la cazaran pero mientras recordaba su pasó por el sueño y la prueba de entender mas a la liebre habian hecho un gran cambio en la rubia.

 

-Si, estoy lista para la prueba- cada palabra dicha era con seguridad.

 

Cuándo llegó a Suluk estaba nerviosa eso era seguro pero aquél tiempo con la mujer habían cambiado a la Delacour bastante, siempre solía dejar las cosas para alguien que tuviera más experiencia cómo cuándo recibió la notícia que sería profesora de Defensa, antes nunca había intentado postularse porque no sentía que fuera buena para enseñar y ahora se daba cuenta que no era tan mala.

 

Y si antes le hubieran dicho que hiciera aquella habilidad se hubiera negado con rapidez porque no era lo suficientemente habilidosa pero ahora estaba lista y segura de que lograría pasar la prueba que la Arcana le pusiera.

[Arya Macnair]

Y de repente fue como si siempre lo hubiese sabido.

 

El chacal se acercó hasta ella lentamente con la cabeza gacha y el lomo erizado, el color de su pelaje despertaba calidez en el cuerpo de la bruja pero sus ojos color dorado le estremecían hasta los huesos. Era imponente con cada paso que daba más algo resultaba diferente a la primera ocasión en que lo vio entre los arbustos, ésta vez no parecía amenazador, no le temía ni tampoco advertía con hacerle algún tipo de daño así que guiada por su instinto extendió una mano al frente y acercó sus piernas —rodillas arriba— hacia su pecho ejerciendo presión, por alguna razón se sentía nerviosa.

 

La criatura con suma cautela siguió acercándose hasta que la palma de la mano le rozó el hocico, éste estaba húmedo como si recién hubiese bebido agua o como si hubiese huido de una lluvia torrencial. Tanto Arya como el chacal cerrando momentáneamente los ojos ante el contacto, la conexión fue inmediata, se sintió como electricidad y ya no despertaron, el sueño que los atrapó era mucho más dulce que la realidad, y nadie puede resistirse a lo dulce.

 

El chacal compartió con la bruja sus vivencias en el bosque, las increíbles carreras con su familia, la caza y la supervivencia mientras la segunda abandonaba cada uno de sus recuerdos humanos. La felicidad que inundaba sus oídos hasta anular la audición significaba la risa a carcajadas de su hija cuando jugaba con Pik, el sabor de unos viejos labios que volvían a su vida le enmudecieron y su cuerpo se sintió totalmente liviano después de que —en su mente— Cissy la envolviera en un fuerte y reconfortante abrazo, eso siempre le hacía sentir segura.

 

Al abrir nuevamente los ojos su compañero no estaba allí, se encontraba completamente sola en medio de un claro, ni siquiera era la entrada a aquella oscura cueva donde cayó por no prestar atención a sus pasos. Le resultó extraño ponerse de pie y saberse cerca del suelo, instintivamente sus oídos aguzaron un sonido a lo lejos, como finas ramas quebrándose bajo los suaves brincos de una gorda y joven liebre marrón; se la hizo agua la boca como si llevase años sin probar bocado y echó a correr, su memoria así se lo permitía, era algo que ya conocía y que disfrutaba hacer.

 

No sintió pena por el mamífero, ni mientras lo corría entre los árboles ni después de devorar sus entrañas calientes y jugosas. Más tarde limpió la sangre de su hocico en el mismo estanque que había cruzado antes descubriendo que todo aquello no se trataba de un sueño sino más bien de una transformación, la libertad y felicidad que le produjo encontrar a Pik y a Cissy habían despertado en ella sus más nativos instintos, algo que seguramente provenía directo del linaje Macnair y que ninguno de los demás patriarcas se hubo tomado la molestia de comentar con anterioridad.

 

"Oh Arya, no vayas a asustarte si un día despiertas y eres un animal, son cosas de familia"

 

Hubiese reído de encontrarse en su forma humana cosa que logró tras parpadear con completa naturalidad. La carcajada cosquilleó en sus venas y adormiló todo su cuerpo, casi se sintió flotar y una densa neblina comenzó por cubrir sus pies, tobillos, rodillas hasta que casi no lograba ver más allá de su nariz. Pero aun así en la blancura pudo distinguir un par de ojos dorados que la espiaban y oír un lastimero aullido que le arrebató un par de lágrimas y al que algún día respondería encantada de dominar la habilidad.

 

Ya el sueño había acabado, la neblina la devolvía con más delicadeza que al principio ante la puerta de Suluk Akku a la espera impaciente de su nueva recepción. Golpeó tres veces, dio un paso atrás y magullada, morada y agotada, sonrió.

[Rory Despard]

Me aferré a aquellas palabras pronunciadas por la Arcana: "No has perdido el tiempo".

 

Había fallado la primera vez, había huido, pero como ya iba aprendiendo no siempre las huidas eran malas o la elección de los cobardes. En aquel entonces, demasiado apresurada por devolver favores y sacarme esa pesada carga de "estar en deuda con alguien" había ido hasta allí creyendo que aprender una habilidad era lo mismo que dar un par de movimientos de varita para un encantamiento.

 

Solo el tiempo había puesto las cosas en su lugar y me había ayudado a comprender que aquel conocimiento requería de paciencia y sabiduría para ir comprendiéndolo. Contemplé el portal entonces, ese que de acuerdo a las palabras de Suluk me llevaría al lugar donde, si todo marchaba bien, podría transformarme.

 

El instinto, era irónico que las decisiones que había tomado haciendo caso de él hubiesen sido correctas, pero que ni así habían alcanzado el espacio preponderante que le daba a la razón. El instinto solo era para mí el refugio último al que el corazón me llevaba y que me guiaba para el trato con las personas que más cercanas eran para mí. Sentía entonces que sacarlo, dejar que de cierta manera pudiese tomar las riendas de mí misma para que me relacionase como los demás, era una traición a su espíritu primigenio de solo compartirlo con mis seres queridos.

 

Sabía que ese razonamiento era rarísimo pero no podía evitarlo.

 

Eché una última mirada al resto de personas que acompañaban a Suluk en el lugar. Reconocí a Alessandra y le dediqué una sonrisa a modo de despedida, admirada de la confianza con que había respondido a la proposición de la arcana y crucé el portal, con el nerviosismo a flor de piel.

 

Del otro lado, los fuertes rayos del sol fueron lo primero que pegó con fuerza, como la primera señal de que no estaba más en mi amada Londres de clima frío y neblina casi perpetua. Pese al sol, el viento que corría por el lugar era frío y raspaba las mejillas. Colocando mis dedos a la altura de la frente como si tratara de una visera observé el paisaje inmenso que se extendía en todas direcciones, un suelo yermo, que solo adquiría color en los liquenes de la roca e incipientes arbustos. "Un excelente campo de batalla" pensé de pronto, y me golpeó con dureza la idea de que eso fuera lo que acudiera a mi mente al contemplar el paisaje.

 

Las huellas de la guerra estaban tan marcadas en mí que comprendí de repente que no era ninguna casualidad estar allí mismo. Había ido tan lejos pero solo para empezar ese viaje que me llevaría a lo más hondo de mí misma, en aquel desolado paisaje que rememoraba la soledad de mi propia alma, la meseta del Sanetti que era el hábitat donde los caberús habían aprendido a sobrevivir.

[Suluk Akku]

- Entonces nos volveremos a ver en un par de días en la isla de la Pirámide - Alessandra se enfretaría a la prueba y necesitaría un tiempo para descansar. Los obstáculos de Suluk nunca se habían caracterizado por ser fáciles y esta vez no sería la excepción. Si algo cada vez se hacían más complicados de realizar dada la cantidad de animagos que comenzaban a aparecer en el mundo.

 

El sueño de Arya había finalizado y de nuevo se encontraba en la vivienda de la arcana. Las puertas se abrieron para permitirle entrar pero tendría que responder una última pregunta y según su respuesta podría pasar a la siguiente etapa o no - Quiero que me digas cuál ha sido la enseñanza de lo que has vivido y su relación con la animagia - Solo los verdaderos animagos darían una respuesta adecuada y Suluk necesitaba confirmar que estaba lista.

 

- ¿Una meseta? Esto será interesante - Bel había decidido ir al hábitat de su forma animal para continuar con su aprendizaje. Una decisión arriesgada pero que podría llevarla al éxito en caso de lograr controlar sus instintos o al fracaso total - Piensa en todo lo aprendido - Suluk deseaba que la mujer lo hiciera bien pero Bel era la encargada de hacer que eso ocurriera y de no tener que regresar nuevamente a realizar la clase.

 

- He perdido dos alumnas - Las palabras recorrieron su mente con un tono de preocupación al no saber nada de las otras dos mujeres que habían estado con ella. Si no daban señales de vida tendría que regresarlas a hablar con los directores de la Universidad y dar un par de explicaciones sobre lo ocurrido.

[Cissy Macnair]

No comprendía cómo era que la Arcana no me entendía, pero sabía lo que tenía que hacer. Saqué la varita para realizar un Fulgura Nox y transportarme al pasado cuando Suluk me dio un aparato, algo extraño que no había visto en mi vida y me explicó que era para volver a ese recuerdo. Me quedé mirando el aparato un momento antes de decidir si era seguro utilizarlo o no. ¿Acaso me induciría al sueño? ¿Tendría con él alguna especie de visión sobre mí misma en aquel recuerdo/memoria? Todavía no lo comprendía del todo y, de hecho, no sabía siquiera cómo explicarlo... Pero en la magia había muchas cosas que no se podían explicar.

 

Con el aparato de la Arcana en mano, me dispuse a reconocer su funcionamiento cuando, sin previo aviso, empezó a temblar en mi mano. Una serie de colores fueron desprendidos de él y, en un instante, comenzó a emitir un leve chirrido, un sonido agudo y molesto que por poco me hizo soltarlo, pero no lo hice. Los colores se movieron a mi alrededor y, entonces, me encontré parada en medio de un callejón oscuro.

 

-¿Qué...?- pregunté.

 

Reconocía el callejón, lo había recorrido miles de veces ya que la puerta de servicio del Pandora's daba a él y era donde normalmente llegaba el mago de reparto que me dejaba los bidones con cerveza. Por instinto, caminé hasta toparme con dicha puerta y coloqué una mano sobre el pomo. Podía sentir a través de ella que la música dentro del local estaba sonando fuerte así que quizá fuera un viernes o sábado, que era cuando más gente había en la disco. La puerta cedió con un click cuando giré el pomo y pronto me encontré en el pasaje que daba al depósito, donde teníamos los barriles y las botellas de los más exquisitos licores, cortesía de todos los años que había vivido y la gente que había conocido, muchos de ellos me debían favores y por dicho motivo podía conseguir muchas cosas a menor costo.

 

-Oh, Cissy, aquí estás- dijo la voz de una muchacha de cabello rubio casi platinado y ojos color cielo. Vestía un atuendo en negro muy sobrio pero que iba bien con la onda que tenía el negocio. Se llamaba Victoria y había sido una de las vampiresas que había conocido en mis tiempos de la Hermandad. Su hermana, una flamante pelirroja, había sido de mis mejores aliadas.

 

-Sí- contesté, al unísono que otra voz.

 

A mi derecha, Sybilla salió de detrás de unos barriles con un listado en la mano.

 

-Estaba haciendo el stock de bebidas. ¿Sabías que casi no queda hidromiel? Pensé que le había dicho a Artemis que pidiera más- sostuvo, mientras se llevaba la birome a los labios y presionaba levemente.

 

<<Artemis>> pensé y mis ojos se llenaron de lágrimas.

 

Aquel aparato que me había dado la Arcana funcionaba como una suerte de pensadero o algo así, no lo sabía. Pero me había llevado a una época donde mi prima aún estaba viva y eso me llenaba de congoja. ¿Por qué? ¿Qué tenía que ver ella en todo eso? Suluk quería que yo buscara la fuente de la magia que me había convertido en un hurón, pero no podía distinguir a dónde me llevaban aquellos pensamientos.

 

-Ya, deja eso... dijimos que íbamos a intentar festejarle un cumpleaños como la gente a Aidan esta vez... ¿recuerdas? Artemis no está feliz de tenerlo en el Pandora's y creo que le echará un embrujo si no intercedes- dijo Victoria, colocando los brazos en jarra.

 

La Cissy del pasado soltó el anotador que llevaba en la mano y siguió a Victoria hacia la pista del Pandora's, diciendo algo sobre hechizar a su prima si se atrevía a alborotar la fiesta. Se me hizo un nudo en el estómago e intenté seguirlas, pero había algo que no me dejaba avanzar. No era allí a dónde yo debía dirigirme... no... Mi recuerdo era del callejón y aquello era sólo una distracción. Aquello no lo había vivido yo, sino Sybilla... mi recuerdo era sobre otra cosa. Esto de tener dos almas viviendo en un mismo recipiente era algo atormentador.

 

Salí por la misma puerta por la que había entrado y me encontré con que las farolas del Callejón se habían apagado de forma inusual. El cielo estaba tan oscuro que no se distinguían estrellas y un aire frío recorría todo el lugar. Primero pensé en dementores, pero ya había sentido a esos seres en otras ocasiones y esto no se le parecía en nada.

 

-Magia oscura- me dije, mirando alrededor.

[Arya Macnair]

Suluk acudió al llamado rápidamente, al parecer aquel era un día ajetreado para a Arcana puesto que no dejaban de aparecer y desaparecer personas dentro y fuera de su humilde morada. La bruja estaba cansada así que el frío que acondicionaba el exterior ya le hacía tiritar y al contraste con la calidez que la recibió al dar unos cuantos pasos y permitir que la puerta se cerrase tras de sí, estornudó. No estaba segura de si se enfermaría o no pero no era una preocupación que le viniese a la cabeza entonces, puesto que la anciana mujer no esperó demasiado para continuar con el aprendizaje y lanzó un acertijo vuelto pregunta.

 

Macnair abrió sus ojos verdes tanto así que casi se salen de la órbita. Era una muchacha estudiosa desde siempre pero algo le decía que tal información no la encontraría en ningún libro sino en sí misma y conocerse era algo que recién comenzaba a aprender. Por lo tanto la sonrisa que le regaló fue a medias, temblorosa y denotando cierto nerviosismo, no quería responder mal aunque supiese exactamente lo que estaba haciendo —que no era el caso— ya que por primera vez se sentía viva y completa, el no adquirir la habilidad sería un golpe extremadamente bajo.

 

—Creo fielmente que la animagia en un comienzo surgió del anhelo de algún mago al querer experimentar la vida animal. Tal vez al observar un ave volando o un pez nadando, quizás ante la tranquilidad de un gato...

 

Era difícil admitir lo que sentía entonces.

 

—Desde el momento en que desperté en aquel bosque no dejé de sentirme perdida y desorientada, temía al animal que me asechaba como si fuese mi sombre pero caí, caí a lo más profundo de mi propia oscuridad, del silencio en mi mente y comprendí que a través de sus ojos podía ver libertad y el camino de regreso a casa.

 

Sonrió con cierta melancolía, extrañaba su hogar y no hacía un día que lo había dejado.

 

—Ese es mi más grande anhelo, sentirme libre y fue lo que el espíritu del Chacal me permitió, por un breve instante al albergarme en su piel me mostró deseos reprimidos y sueños dormidos, la animagia es el centro de las personas que nacen con ese don, es su esencia fusionada con humanidad.

 

Ya no esperaba haber acertado pues sus palabras le hicieron sentir en paz consigo misma, sabía que era capaz de lograr la transformación completa.

[Suluk Akku]

- Esto era lo que buscaba - Cissy había seguido las instrucciones y estaba comenzando a revivir el momento que Suluk deseaba. No tenía muy claro lo de sus dos almas pero sabía que sería interesante enseñarle animagia a una persona con dicha particularidad. La situación le hizo perder la concentración un poco pero sabía que solo alguien completamente preparado para su clase entendería que debía regresar y buscar las respuestas que tanto necesitaba.

 

- No me agrada lo que veo - La magia oscura no le gustaba a la anciana y menos sus usos. Era una mujer mucho más tradicional y le agradaba los colores claros, tanto como el blanco de la nieve de su hogar. Así que hizo aparecer su Vara de Cristal para reaccionar tan rápido como pudiera en caso de ser necesario. Su aparato le haría vivir a Cissy los recuerdos tan verdaderos como fuera posible y necesitaba protegerla de los peligros con los que podría encontrarse.

 

- Creo que has capturado la esencia de tu transformación y has completado tu aprendizaje - La segunda alumna estaba lista y no necesitaba hacerla más preguntas, al menos no sobre sus conocimientos y sobre lo pedido. El momento más esperado por todos los alumnos había llegado y la anciana tendría que preparar una nueva prueba pero primero debía asegurar que ese era el deseo de su alumna.

 

- Te tengo una última pregunta: ¿Deseas realizar la prueba de la Animagia? - Estaba lista así que si su respuesta era positiva podría salir a tomar un descanso antes de ser llamada a realizar la prueba en la Gran Pirámide no sin antes superar cada uno de los obstáculos que podría Suluk en su camino.