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Castillo Karlštejn (MM: 108937)


Kutsy Stroud Lenteric
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Jamás has de caer… jamás has de contestar… jamás has de recordar… con esas sencillas frases terminé de escribir la misiva que con cuidado, doble en dos y la guardé en el viejo libro de hechizo que adquiriera cuando recién llegué a la comunidad mágica. Poseía pocas cosas materiales, al menos a las que pudiera tener algún tipo de afecto, como lo era ese libro o una pluma de color ocre con la que me dedicara a escribir a las afueras del laberinto.

 

La noche resultaba mi hora preferida del día porque tenía tiempo de pensar a solas, de aclarar mis ideas pero por sobre todo de tener un libre acceso a mi interior así que al inhalar un poco de aire fresco fui capaz de captar la esencia de un joven que hacía muy poco tiempo había conocido y por el cual desarrollara un gran afecto, después de todo Kaiser me había otorgado la oportunidad de que me viera como su madre aunque no tuviéramos lazo sanguíneo.

 

Coloqué el libro bajo mi hombro y emprendí mi camino hacía el Hall principal, donde un jarrón de vivaces rosas adornaban y aromatizaban la estancia. Esperaba que mi hijo no pensará que nadie estaba en casa, ciertamente a esas horas algunos familiares se encontrarían vagando en la inmensa propiedad que poseía la familia o en sus habitaciones, era un detalle que realmente desconocía.

 

Finalmente tras unos minutos pude verle, sonreí y me acerqué a él para poder abrazarle por unos segundos, cerrar los ojos y besar su mejilla –es un gusto verte aquí Kaiser –declaré dando un paso hacía mi derecha para admirar la vestimenta de mi hijo adoptivo.

 

Te ves muy elegante –agregué sabiendo que era un joven muy apuesto, yo solo llevaba puesto un vestido de color verde olivo –ven acompáñame hijo, tengo un lugar que mostrarte –le decía invitándole a caminar a mi lado –es un sitio muy especial, dime ¿te ha sido difícil llegar aquí? –Inquirí con tranquilidad.

 

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-Disculpen – se obligó a decir antes de levantarse de la mesa y cruzar rápidamente el salón hacia la puerta, su regla de no intervenir en aquel asunto se vio irremediablemente finalizada en el momento que Andrómeda salió envuelta en consternación por la puerta que estaba a punto de cruzar.

 

Una vez las enormes puertas de madera se cerraron tras de él aceleró el paso enfilando sus pasos tras lo de su novia. La familia de su novia no era para nada similar con la que el pelinegro se crio, aquellas escenas, aquellas confrontaciones, alejamientos sin aviso y tantos secretos y misterios eran algo chocante para Edward.

 

El ambiente en aquel castillo lo estaba cansando y ver en el estado que dejaba a Andrómeda le era imposible de soportar. La vio tomando una esquina apunto de subir unas escalinatas gastadas de piedras sumidas en una abandonada oscuridad.

 

-Amor – la llamó antes de logarla tomarla de la mano y detener su escape, al principio de debatió, sin reconocerla, está llorando, angustiada y confundida. –Mírame – le pidió amablemente acercándola hacia sí. Los movimientos se de ella se apaciguaron y sus miradas se encontradas, sus ojos estaban anegado en lágrimas.

 

La abrazó –Ya está, ya está, ya está – comenzó a consolarla, sujetándola fuertemente mientras le daba un corto beso en la cabeza.

 

 

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Estaba dolida. Lo único con lo que siempre soñaba era con una familia, con contención y tardes en las que no haces nada más que contar anécdotas de memorias pasadas. Pero su familia no era eso. Era todo: secretos, desapariciones irremediables, dolores de cabeza… sumado con un amor que nunca dejará de haber. Pero todo aquello la estaba consumiendo. Necesitaba calma, estabilidad.

 

La voz de Edward llegó hasta ella, y poco después sintió su tacto reconfortante. Siempre lo dijo, y siempre lo sostendría: en medio de tanto caos, el siempre estaría allí para sostenerla, un pilar forjado del hierro más fuerte existente en el mundo, repleto de todo lo que alguien necesita para no desfallecer. Tenerlo junto a ella era un regalo que no pensaba perder nunca.

 

Dejó envolverse por los brazos del muchacho, las caricias reconfortantes y sus dulces y suaves palabras de que todo había pasado… pero ella sabía que nada había terminado. Que todo aquello sólo era más de lo mismo.

 

Creo… que unas vacaciones de todos no estaría mal. — comentó en medio de un llanto estrangulado. Si antes tenía dudas, ahora ya no: al diablo todo. Se iría por un tiempo y dejaría que el viaje lavara sus penas.

 

 

@@Syrius McGonagall

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-El placer es todo mío madre..y gracias, solo estoy bien vestido, supongo,... tu siempre estás hermosa y hoy no es la excepción.- Dije sonriéndo al escuchar sus palabras, para luego tomar su mano derecha y besarla suavemente.

 

-Vamos entonces linda.- Le musité con tranquilidad ofreciéndole mi brazo como apoyo, mientras me colocaba a su lado para comenzar con el trayecto. Estaba realmente intrigado, era mi primera vez en aquel castillo y quería conocer las maravillas que tenía para ofrecerme, pero no solo era eso, estaba impaciente por conocer a mis nuevos parientes adoptivos.... sentía muchos deseos de formar parte de una gran familia, algo que no sucedía desde hace mucho tiempo.... simplemente me había acostumbrado a estar solo.

 

-La verdad es que he disfrutado mucho del viaje hasta aquí...... al principio había decidido solo aparecerme en las inmediaciones del castillo, pero la noche estaba sorprendentemente cálida y agradable, así que simplemente decidí manejar hasta el castillo en mi convertible.... de hecho el auto está estacionado a metros de la puerta principal, espero que eso no sea una molestia madre.- Volví a sonreir mientras continuaba caminando a su lado sin perder el contacto visual.

 

-Aunque debo confesar que varias veces estuve a punto de rechazar tu invitación.... verás hace mucho que no hago algo como esto.... durante mucho tiempo me acostumbré a la soledad,... me alejé de todo y de todos dentro de la comunidad mágica de britania y terminé regresando a mi país natal solo para encontrar un poco de paz y tranquilidad...necesitaba poner mi mente en blanco..pero mi pasado me condena finalmente, aunque es algo que ya no puedo cambiar... ya te contaré con detalles sobre mis oscuras raíces y mis más oscuros momentos... ahora solo quiero darte las gracias por invitarme y por permitirme formar parte de esta familia y de este hermoso lugar.....estos cambios que estoy tratando de realizar en mi vida son muy importantes para mí.- La detuve un momento de la mano para depositar un tierno beso en su mejilla -Gracias nuevamente bella.- Seguí caminando a su lado observando diferentes lugares del castillo, esperando llegar a destino.

 

 

@@Kutsy Stroud Lenteric

Editado por Kaiser Lord Pilu

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  • 2 semanas más tarde...

Me encontraba caminando por los bosques que teníamos en la propiedad Lenteric, hacia tiempo que no venia a mi hogar, el motivo? aun no lo sabia, pero no era porque sintiera que debía estar lejos de la familia, sino porque quería estar un tiempo solo. Caminaba tranquilamente colina arriba en compania de mi lobo Stiglitz el cual emergió de la nada al percibir que andaba caminando por el bosque. El gran Huargo se había sentido a gusto en nuestra propiedad, le ordene que no atacara a ningún miembro de la familia y sus mascotas, lo cual le costaba, pero encontraba otros animales a los cuales cazar. Acaricie su cabeza y emprendimos una caminata silenciosa, pero no paso mucho tiempo antes de que se nos unieran dos guardianes del castillo que también moraban por el bosque ademas de mi lobo, ellos eran Ket y Cian los lobos protectores de Ethan y Kutsy. Ellos se acercaron curiosos al verme, seguramente habían notado mi ausencia en el castillo, asi que salude a ambos con una caricia amigable es sus rostros y los cuatro seguimos subiendo la colina.

 

 

Un poco antes de llegar a las escalinatas finales que daban con la puerta, los lobos se detuvieron, nos miramos por unos segundos y entendí que ellos me iban a acompañar hasta aquí nada mas - Saben que pueden entrar al castillo cuando quieran - les recordé algo que sabia que no había ningún problema.. pero los tres menearon la cabeza en señal de negación, lo cual entendí. Los lobos se dieron la vuelta y salieron veloces hacia el bosque de nuevo, yo por mi lado termine de subir las escalinatas y entre por la puerta principal. Camine hacia el salón comedor donde solía reunirse la familia y me deje caer en uno de los sillones que había cerca de la chimenea que daba calor a esa parte del castillo. No paso mucho tiempo hasta que alguien vino por mi, escuche un fuerte "crack" y la cara sonriente de Krauser me devolvía la vista, mi elfo estaba contento de que volviera.

 

- Amo Mcnair, es un gusto verlo de nuevo por aquí - dijo el elfo con su voz aguda

 

 

- Gusto en verte Krauser, sabes que no soy tu amo, tu puedes hacer lo que quieras tiene completa liberta, asi fue el acuerdo que tuvimos. Pero me alegra verte bien, si no te molesta me gustaría beber alguno de los deliciosos Te´s que sabes preparar y si por casualidad camino a la cocina te cruzas con algun miembro de la familia, diles que estoy aquí y que si quieren pueden venir a tomar una merienda conmigo. Puede ser? -

 

 

​El elfo asintió con la cabeza feliz de mi encargo y salio caminando hacia las cocinas del castillo. Una vez que cerro la puerta detrás de el me deje llevar un poco por la comodidad del sillón y me relaje hasta que alguno llegara o quisiera pasar un rato conmigo... veamos quien es el primero que aparece.

 

 

@@Kaiser Lord Pilu @ @@Syrius McGonagall @@Kutsy Stroud Lenteric @@Ethan Lenteric @@Reviguelle Fiorentini S. @ Karkarov L.

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Mientras caminaba tomada del brazo de Kaiser un sin fin de recuerdos acudieron a mí, desde momentos buenos hasta aquellos que deseamos ocultar en lo más recóndito de nuestro subconsciente, sin embargo permanecen ahí latiendo a su propio ritmo que cuando con curiosidad y determinación hondamos en esos instantes nos damos cuenta de lo mucho o poco que hemos cambiado a partir de esos acontecimientos. Y yo por supuesto no era la excepción a la regla –no tienes porque dar las gracias, ha sido una grata sorpresa que decidieras unirte a la familia, cariño.

 

Escuché con atención cada palabra que mi hijo me dedicaba, una sonrisa suave permaneció en mi rostro mientras intentaba imaginar el automóvil que usara para venir a visitarnos –ojala un día me enseñes a manejar –le dije, pensando que sería divertido aprender algo nuevo –creo que sería entretenido poder viajar de esa forma por el país –ciertamente me había vuelto tan dependiente de la magia que había dejado de lado cada artilugio muggle que para mi ya resultaba atractivo un coche.

 

Ya casi llegamos –de pronto Dunkel apareció frente a nosotros, hizo una suave reverencia y añadió –el señor Darian esta en casa…–sus palabras me sumieron en un sueño en el que las voces parecían distantes –Darian –pronuncié, mas para mí que para alguien más, sin saber con exactitud como reaccionar , sin embargo, inspiré con calma, miré a mi hijo a los ojos –creo que la sala de los antepasados tendrá que esperar, ha regresado a casa uno de los patriarcas de la familia –y le conminaba a cambiar el rumbo de nuestros pasos.

 

Ciertamente no tenía manera de explicarle a Kaiser mi repentino cambio de planes, sin embargo, a ultimas fechas la familia había pasado por más zozobra que alegría –te agradara, es un…–guardé silencio intentando rememorar días felices y no esos que estaban plagados por sombras –mago muy cordial y alegre – ¿mentía? Me pregunté internamente mientras ambos nos dirigíamos hacía donde el sobrino de Etthan se encontraba.

 

Una vez llegamos a nuestro destino, mis pupilas bicolores contemplaron al Mcnair el cual lucía tan distinto, mas no sabía precisar que era lo diferente, rompí la distancia entre ambos y lo abracé como en tiempos de antaño, definitivamente me sentía algo vacía, –si que te habías perdido –acoté riendo con nerviosismo, ya no era la misma, ya nada era lo mismo y no obstante intentaba estar en calma –pero es muy bueno volver a verte, e incluso más porque quiero presentarte a Kaiser, mi hijo –caminé nuevamente hacía el apuesto joven que seguramente pensaría que su madre actuaba de forma inusual –él es el sobrino de Ethan, Darian Mcnair

 

 

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Paseaba la mirada por el gran salón, no hacia mucho había tenido un sueño un poco vivido dentro de el, pero no podía recordar mucho de el y sin embargo lo sentí mucho.. Mis pensamientos no me daban tregua hasta que oí como la puerta se abrían y al girar la cabeza veo la esbelta figura de mi tía, Kutsy Stroud, hacia mucho tiempo que no la veía pero seguía tan hermosa y radiante como siempre. Junto a ella venia un muchacho el cual pude identificar, el había sido un alumno mio en el colegio en el quinto curso.

 

 

Ella cruza la distancia que nos separaba casi corriendo y me da un fuerte abrazo, el cual yo correspondí con el mismo entusiasmo y sin darme cuenta al abrazarla y por la diferencia de estaturas sentí como la despegaba del suelo quedaba en el aire. Sus palabras hicieron que mi corazón se apenara un poco por haber estado tanto tiempo fuera - Pero encontré el camino de regreso - conteste antes de soltarla y ver como ella presentaba al muchacho que venia con ella y agrego mi parentesco con la familia. Estire la mano para estrechar con la de Kaiser

 

 

- Un gusto volverlo a ver serlo Pilu, Darian Mcnair patriarca de esta familia a tu disposición, no se si lo sabias Kutsy querida, pero el joven fue alumno mio en Hogwarts - comente - Pero me alegro que la familia tenga otro integrante mas. Porque no toman asiento y charlamos un rato -

 

 

Justo en ese momento Krauser hacia su entrada llevando una bandeja de té y platillos con galletas, pasteles y tortas que podíamos elegir para degustar. Tome la gran bandeja y la apoye en la mesa ratona que había entre varios sillones, los cuales podíamos ocupar para estar mas cómodos. Serví una taza para cada uno se las alcanze, una vez que todos tuvimos una taza en nuestras manos, me recosté sobre el respaldar del sillón doble y los mire.

 

- Me perdi de algo en este tiempo? -

 

 

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El abrazo que me diera mi sobrino me hizo sentir como una niña que cerré los ojos por ese instante y un recuerdo muy lejano acudió a mí…

 

Como cada tarde la brisa fresca de los alrededores no sólo traía consigo el sonido de los animales que vivían en la cercanía, si no también el reconfortante aroma de las flores silvestres que tanto me gustaba recolectar. Una delicada sonrisa esbozó mis labios cuando con osadía y un tanto desobediente me incorporé, sigilosamente, del lecho que compartía con aquel hombre de pupilas color ónix. Miré en su dirección para cerciórame de no haber perturbado su sueño, este se incrementaba al medio día y se aminoraba cerca del atardecer, sonreí triunfante al darme cuenta de que había logrado mi cometido.

 

Deslicé sobre mi cuerpo su camisa de seda la cual cubría parte de mis torneadas piernas y anduve descalza hasta donde la noche anterior había conseguido vislumbrar una puerta trasera, en aquella gran casona repleta de historias, libros y reliquias. Presa de una gran necesidad de percibir el viento sobre la piel desnuda traspasé el umbral con premura y extendí los brazos en busca de ese grato abrazo que sólo la gente de tierra conoce, ese abrazo que llena no sólo el cuerpo físico si no también el alma, como suelen decir algunos. Inspiré tan profundo como lo deseé y llené mi interior de todas esas esencias que colmaban mi corazón de gozo al decirme en un lenguaje olvidado que estaba en mi hogar –mi hogar… –repetí justo en el instante que alguien me abrazaba por la espalda.

 

Sólo hasta que Darian volvió a depositarme sobre el piso, regresé nuevamente a mi presente y deje que el recuerdo de mi primer prometido, un vampiro asesinado frente a mí fuera ocultado tras la bruma de mi subconsciente y presté atención a las palabras de mis dos acompañantes. Sus declaratorias me tomaron por sorpresa que negué con un ligero movimiento de mi cabeza –desconocía ese pequeño acontecimiento sobrino, seguro que Kaiser fue un buen alumno y tu un excelente maestro –añadí con soltura mientras buscaba con la mirada el lugar más idóneo para tomar asiento, después de una corta deliberación me senté en el momento en que tomé la taza de té que me ofrecían.

 

Guardé silencio sólo lo suficiente para degustar la calidez de la bebida y acoté –en realidad no demasiado –comencé diciéndole al tomar una de las llamativas galletas en forma de estrella que yacían en un bold de cristal cortado –aunque tendría que decir que hasta hace poco yo también he regresado –por una extraña razón deje que una risa escapara de mis labios, quizá de nerviosismo o por la idea que había tenido de pronto –y Kaiser acaba de llegar hoy al castillo, hasta el momento no he visto a nadie más –medité un poco sobre esa aclaración –¿qué les parece si celebramos el ingreso de mi hijo y tu regreso estrenando una de las piscinas?

 

Había recordado que hasta ese momento yo no había tenido oportunidad de visitar esas dos edificaciones que Ethan y Darian decidieran edificar con la promesa de que sería una buena manera de pasar tiempo familiar, así que siguiendo ese objetivo llamé a Dunkel y le pedí de favor que preparará todo para un buen rato de esparcimiento, giré mi rostro a la derecha para ver a mi hijo –si gustas puedo pedirle a Dunkel que consiga ropa adecuada a la ocasión –esperaba que aceptará mi repentina propuesta –entonces ¿qué dicen? ¿Realizamos una pequeña fiesta en la piscina?

 

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— Me alegro de que estes bien, Kutsy —Soltó su respuesta al tiempo que la seguía hasta el lugar dónde compartirían un poco de su tiempo.

 

¿Un invernadero de cristal? La última vez que había estado en uno fue cuando aún pensaba que era un Ryddleturn y de eso había pasado ya demasiado tiempo. Apenas entrar, un montón de recuerdos intentarón volver a la memoria de Black... ¿O era un Yaxaley? Una complicación más se había sumado a su historia. En fin, esos recuerdos intentarón volver, pero la nueva memoria de Cillian era lo bastante buena como para impedir que lo hicieran.

 

— Loveless —otro extraño momento en su vida, ¿cómo es que había sucedido todo aquello? No lo recordaba con exactitud, pero lo que si sabía era que lo había disfrutado—. No sé porque eso llegó tan pronto a su fin, era un buen hogar.

 

El también tenía un par de buenos recuerdos en aquel extraño edificio así que entendía a la perfección a la chica. Se acercó hasta una de las sillas y se sentó. ¿Qué tendría preparado Kutsy para él en aquella ocasión? Dibujo una media sonrisa en su rostro y le indicó a la chica que se sentara.

 

— Yo he estado bien, un poco complicado de tiempo, pero bien —y por primera vez era una respuesta verdadera, Cillian se había despojado de mucho en los últimos años y así todo era mucho más fácil—. Pero bueno, hay mucho que contar... Que te parece si comenzamos por el motivo por el que me has llamado hoy, ¿te parece?

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Mientras caminábamos escuchaba con atención sus palabras, sus indicaciones sobre la familia y las diferentes cosas que me iba mostrando sobre el castillo,.. la hermosa propiedad Lenteric.

 

-Claro que puedo enseñarte a conducir madre.- Comenté con una sonrisa en el rostro. -Es relativamente sencillo.... y de esa forma puedes manejarte por Londres sin necesidad de usar la magia,... es una forma de transporte fascinante, los muggles son realmente ingeniosos, han logrado convertirme en un fanático de la maquinaria automotriz... y si te portas bien puedo prestarte mi bebé para que lo hagas rugir un rato por la campiña.- Dije mientras continuábamos con el trayecto, hasta que fuimos interceptados por una peculiar criatura élfica... la cual traía noticias sobre un recién llegado....."Darian" ese nombre me sonaba de alguna parte.. que en este momento no podía recordar. Mi madre indicó que cambiaríamos el rumbo, a lo cual acepté sin problemas con un gesto de mi cabeza.... no importaba el lugar, todo era nuevo para mí y me encantaba disfrutar de su compañía.

 

-No hay ningún problema madre... quiero conocer a todos los integrantes de la familia, de esa forma será más fácil conseguir mi integración y la aceptación de todo ellos.... además si tu lo dices, seguramente debe ser una persona maravillosa.- Le sonreí tiernamente y la seguí por el nuevo camino.

 

Al llegar a destino pude divisar a un joven que nos estaba esperando.... y pude reconocerlo casi al instante... con razón el nombre me sonaba.... era mi ex profesor Darian Mcnair, uno de los mejores que había tenido durante mi estadía en hogwarts, con el había estudiado para rendir el T.I.M.O., con grandes resultados finales. Me quedé unos pasos atrás mientras observaba a mi madre saludar al mago, se veía algo nerviosa, lo cual me parecía extraño, después de todo era solo otro familiar... así que me dediqué a analizar la situación... los movimientos de ambos, para no meter la pata, era evidente que aquí había algo más, algo que desconocía.

 

Luego de saludar a Darian mi madre comenzó con el protocolo de presentación. Este se presentó como uno de los patriarcas de la familia y me tendió la mano, comentándole a mi madre que me había tenido como uno de sus alumnos en hogwarts.

 

-Uno de sus mejores alumnos..... ¿Verdad profesor?.- Comenté estrechando su mano con fuerza y guiñándole un ojo. -Es un placer volverlo a encontrar.... disfruté muchísimo de sus clases y es genial poder formar parte de su familia ahora.- Le sonreí e hice una pequeña reverencia. -Gracias por el recibimiento desde ya!... y ud. puede contar conmigo para lo que necesite... por temas de la familia o temas personales puede acudir a mi persona.... no hay ningún problema.-

 

Justo cuando terminé la frase, un nuevo elfo apareció cargando una bandeja repleta de bebidas y comida, el patriarca la tomó y la apoyó en una pequeña mesa ratona y nos invitó a sentarnos. Tomé una taza de té y una pequeña rebana de pastel y me recliné relajadamente sobre el respaldo del sofá, bebiendo un poco de la suave infusión, mientras escuchaba las novedades que comentaba la bella dama. Luego vino su proposición.... la cual acepté con un gesto positivo de mi cabeza.

 

-Es una gran idea,.. con un traje de baño estaré bien bonita.... confío en tu gusto.- Le sonreí y me quedé esperando sentado, disfrutando del paisaje y de la merienda.

 

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