The Arabic Place (MM B: 94021)

[Ernest Dumbledore Prior]

Elfo Senchi:

 

Las cosas que a un mago se le ocurrian mientras este se encontraba atrapado por las inmensas colas del Magic Mall, habia dispuesto tanto a elfos como a su amiga Samantha a investigar y a llevarles tanto bebida como comida, a uno de mis compañeros elfos les habia encargado Costillas Barbeque a otro un ron y a mi unos tacos,

 

Me rasque la cabeza nervioso pues no recordaba ningun local de tacos cuando habia venido por aca las primeras veces como elfo libre, sin embargo para buena suerte esta vez si hubo un local que vendia tacos, sin embargo no sabia si ese tipo de tacos le gustarian al Amo, La decoracion era del medio Oriente, tome uno de los menus y vi los tacos...me quede mirandolo sin saber que escoger, mientras veia el menu, note la presencia de un ave, un ave que llevaba un collar.

 

Me quede pensativo intentando identificar si era el collar de Opalos o era algo diferente, sin embargo no logro ver bien lo que era...tambien intento oir lo que el ave dijo, solo pudo distinguir una parte.....ejo.

 

Habia pocas cosas que terminaran en ejo....podria ser una groseria mexicana, o algo como reflejo o espejo...

 

-Creo que esto es algo que a mi amo le gustara- dije sonriendo- Igual que el taco que le pedire...- dije ya decidiendo cual era el taco que iba a pedirle al Macnair mientras asentia gustoso....

[Bodrik]

 

 

Aquella noche se había quedado llorando por la forma en que Antoni se había marchado de su establecimiento, no solo porque pensaba que había arruinado la noche contando aquella historia sobre un tesoro personal y como no había tenido tacto a la hora de hablar con el chico de cabello verde había terminado entre lágrimas. Pasaron unas semanas después de lo que había sucedido en el local de comida Árabe y Bodrik ya se había hecho a la idea de que Antoni no deseaba regresar a su negocio.

 

Ese día estuvo realizando algunas compras en el mall mágico pues le gustaba conseguir pociones importantes para la medicina y la curación, además de algunas otras que le parecían útiles e interesantes. Por otra parte, visitó la planta número uno que era la encargada de todo lo relacionado con objetos mágicos, en ella adquirió una nueva motocicleta que planeaba utilizar junto al chico de cabello verde, pues cada vez que pensaba en algo ese nombre se venía a su mente. Adicionalmente compró un par de Catalejos para ver las estrellas y un sin nuero de objetos que le parecían útiles para uso diario.

 

Después de llegar con las bolsas compras del mágic mall y con los recibos de los objetos que habían prometido enviarle a su vivienda la joven propietaria fue directo a una de las mesas acomodando los paquetes en una silla y se sentándose en otra mientras llamaba a uno de los elfos para que le trajese algo de tomar.

 

En ese momento un ave hermosísima ingresó en el local sobrevolando un poco hasta que encontró a la destinataria del correo que le había llevado a entrar al The Arabic Place y depositó en la mesa donde ella se encontraba un sobrecito con un mensaje y un collar y Bodrik se apresuró para ver el mensaje que inmediatamente le saco una sonrisa – oh vaya, una historia – susurró feliz porque Antoni deseaba verla de nuevo.

 

En ese momento observo por el rabillo del ojo como uno de sus elfos se dirigía a atender a uno de su misma especie y le miró aliviada mientras fijaba sus ojos en el otro paquete. Era un collar la sorpresa más hermosa que Bodrik había recibido.

Una bella cadenita plateada que tenía un dije con la mitad de un corazón y que decía” I Love you”, la chica de ojos verdes se sonrojó a leer la inscripción pero de inmediato pensó en ponérsela y eso hizo imaginando que la otra mitad debía tenerla el Tonks. Cuando la tuvo puesta escribió una nota en respuesta y se la entregó al ave.

 

Bonito

Me encantara escuchar esa esa historia

Es hermosa la cadenita, ya la estoy usando la mía

 

Bodrik

 

 

 

 

Herpink, Elfo Domestico Del Arabic

 

Se dio cuenta que un igual se había adentrado en el establecimiento y quiso saber cómo podría ayudarle, así que no tardo en acercarse a él para saber lo que necesitaba- Buenas tardes señor. Me llamo Herpink ¿cómo podría ayudarle?

 

@, @@Ernest Macnair Wilfred

[Ernest Dumbledore Prior]

Elfo Senchi:

 

Mire que un elfo llegaba a atenderme en el momento en que mire como el aguila alzaba el vuelo con una contestaciom, tendria que actuar rapido y sabia lo que iba a hacer en ese momento.

 

El elfo se acerco a mi y decidi decir lo primero que se me vino a la mente de lo que habia en el menu,

 

-Lo que mi amo quiere es un taco kafka, no pedira ensalada y de guarnicion pure de papa por favor, todo a precio mediano..- dije mientras sacaba los 69 Galeones que debian ser..- De bebida mi amo no quiere nada..- complete mientras depositaba las monedas en la mesa... - Aca esta lo que debe ser...volvere en unos minutos para recoger lo pedido, aca esta el dinero para asegurarselos..- dije y desapareci del lugar, tendria que avisar de esa ave y eso podria ser de ayuda para mi amo Macnair.....

[Bodrik]

 

 

Herpink, Elfo Domestico Del Arabic

El agraciado elfo escuchaba atentamente las palabras de su interlocutor un poco desconcertado por la forma en que había elegido su pedido del menú, pero al final acepto pues él no estaba ahí para cuestionar -A la orden señor-pronunció Herp después de escuchar la petición de Senchi

Extrañamente el elfo se despidió después de realizar la petición con la promesa de regresar más tarde y Herp solo esperaba que no le fuese a dejar con las preparaciones. No tardo en tener lista la preparación, sin dejar de lado el interés en observar que había nuevos clientes recién llegados y que pronto debería acercase para tomar su orden y llevarles alguna bebida también.

Mientras tanto la chica pelinegra parecía bastante conmovida con el regalo que al parecer había recibió hacia tan solo un momento y que ahora le tenía embelesada tocando un pequeño dije que colgaba en su pecho y que al juzgar por la cara que tenía se trataba de algo que la hacía muy feliz pues se le notaba algo nerviosa y sonrojada - no m gusto nada la actitud de ese elfo al mirar a la joven amita cuando escribía la respuesta a la carta. Mejor le advertiré de mis sospechas- obviamente Herp no deseaba que nada malo le ocurriese a la muchacha.

@ ,@@Ernest Macnair Wilfred

[Anthony R. Dracony M.]

Unos días después...

 

 

Ya tenía el chico lo que siempre anhelo: padre, adoptivo, pero padre al fin. Su vida comenzaba a cambiar de nueva cuenta, y muy emocionado experimentaba todas aquellas cosas que llegó a conocer a través de libros. Era todo tan maravilloso como lo describían.

 

El mago pelinegro, se marchaba muy a menú, pero mantenía con el chico esa comunicación por carta, que le alegraba bastante al jovencito. El castillo del vampiro era enorme, con muchas habitaciones con cosas interesantes, entre ellas una biblioteca, a la que el vampiro iba acrecentando con nuevos libros.

 

La vida en familia era mucho muy llena de cosas increíbles, como platicar por horas con su padre Reacon. El mago le relataba cuentos y siempre le pedía al ojimiel, le contará sobre su día a día. Compartían los alimentos, sentados en aquel comedor de ocho lugares. Eso era siempre que se veían. Lo que el chico anhelaba con fervor, porque su padre le mimaba y le explicaba todas aquellas cosas que el niño pedía al mago le relatara.

 

Mucha paciencia tenía el mago, pero venían rachas en que el chico no le veía. La añoranza por verle, le orillo a realizar unas locuras: salir del castillo a altas horas de la noche y marchar a lugares lejanos, como las islas y la Reserva Mágica, eso acababa necesariamente en un encuentro entre ellos. El vampiro tenía sus propios "métodos" para vigilar le, localizarlo y conocer sus acciones.

 

No había sitio en el que el chico pudiera burlar la vigilancia de su padre, y muchas veces el chico trasgredía las normas tan solo para ver, si su padre le importaba lo que le ocurriese.

 

Fue al tal punto sus faltas que llego el instante en que paso a otro nivel y entonces supo el peliverde, lo que era enfadar al buen padre.

[Leonardo Myrddin E.]

Leonardo Louis Myrddin

 

La lluvia arreciaba, mientras una figura caminaba tranquilamente por el Callejón Diagon. No llevaba paraguas como las otras personas que por ahí transitaban, él mismo había aplicado a su ropa, y a la mochila que llevaba, un encantamiento de impermeabilidad. Contrario a la mayoría de personas, él adoraba la lluvia. Le recordaba ciertas cosas de su pasado y la vida que antes llevaba entre las sombras, además de que le agradaba la sensación del viento y las gotas de lluvia en su cara.

 

El rostro del chico exhibía una sonrisa. Era la misma que siempre mostraba para esconder su verdadero yo, pero en este caso, la sonrisa era auténtica. Últimamente se había estado sintiendo muy dichoso. Iba a tener un bebé con la chica a la cual él amaba, y además, parecía que todo a su alrededor encajaba perfectamente. ¿Duraría para siempre? Obviamente no, pero mientras tanto, disfrutaría de su vida tal y como era en aquellos momentos.

 

Se había pasado el día entero dando vueltas en el callejón, comprando cosas para bebé, las cuales llenaban su mochila mágicamente expandida hasta la mitad. Bien pudo haberle pedido a su elfo que hiciera el trabajo por él, pero prefirió ir él mismo a comprar. Además, su reserva privada de chocolates se estaba agotando, y tenía que ir por más provisiones, las cuales llenaban la otra mitad de su mochila.

 

De repente, se detuvo en seco, al leer lo que un llamativo letrero anunciaba. ¿The Arabic Place? Si la memoria no le fallaba, era propiedad de su amiga Bodrik. Su estómago hizo un sonido repentino. Había estado tan ocupado viendo las cosas para su niña que no probó bocado alguno en todo el día. -Me pregunto si a Liesse le gusta el Shawarma- se preguntó a si mismo con una sonrisa, mientras abría la puerta e ingresaba al lugar.

 

Era un bonito y agradable local, con decoración obviamente de temática árabe. Habían varias mesas en fila, y la tenue iluminación de color rojo le recordaron vagamente a un burdel. -Qué lugar tan curioso- murmuró, caminando entre las mesas hasta que, no muy lejos de allí, visualizó a una chica colocándose una especie de collar, para luego de escribir una nota y entregársela a un ave. Se acercó un poco más al ver al ave partir, y se dio con la sorpresa de que se trataba de Bodrik, su amiga de cabello negro a la cual él apreciaba mucho. Se veía feliz.

 

-Discúlpeme señorita, pero se puede saber el motivo de su alegría? O quizás.. ¿Espera a alguien más?- Preguntó con una sonrisa, tomando asiento al lado de ella.

[Bodrik]

 

 

Estaba sonrojada después de Terminar de escribir la nota de respuesta para Antoni. Verdaderamente había algo espacial en ese chico pues cada vez que le veía su corazón comenzaba a latir más a prisa y podía observar como su aura comenzaba a extenderse completamente desde su interior y hasta rosar el aura misma del joven mago como si quisiese conectarse a ella de alguna manera. Sin duda la pequeña bruja sentía la dulce energía que emanaba de Antoni como si se tratara de suave menta y ese olor embriagaba todo su ser.

Se había puesto la cadenita alrededor de su cuello y trataba de imaginar que el dije con la otra mitad del corazón estaría colgando de la misma manera sobre el cuello del peliverde y así cuando estuvieran juntos se completaría el corazón. El regalo era tan romántico que cuando Leo se le acercó la muchacha se sobresaltó un poco nerviosa pues la había tomado con la guardia baja soñando con el significado de ese bello mensaje.

-Leo que bonita sorpresa- dijo mordiendo su labio inferior muy sonrojada. De veras esperaba que el Myrddin no se hubiese dado cuenta. El muchacho tomó asiento en la silla continua a la de las bosas de compras del Magic Mall que Bodrik había dejado allí.

- En realidad no espero a nadie- dijo un tanto nerviosa aun- bueno, recibí un obsequio muy hermoso que me hizo muy feliz- esta vez susurró le apenaba contarle que se había llenado de ilusión al recibir el bello dije.

@@Leonardo Myrddin E., @

[That is not my name]

Después de atar el pergamino en la pata de mi querida lechuza Pio, la dejé volar para que llegara hasta donde se encontraba mi querida @ indicándole que estaba ya en el negocio de mi querida princesa, Bodrik, tal como habíamos quedado hace unos días atrás de asistir juntos. No era ninguna ocasión especial, simplemente queríamos demostrar nuestro apoyo a todos nuestros familiares haciéndoles una ronda de visitas continuas para mantenernos al día porque coincidíamos poco.

 

No me encontraba en el local, solo a unos metros del mismo cubierto con mi gabardina negra debido a la temporada de lluvias que llegaban en esa época del año a Londres, esperando pacientemente a que Pio llegara con mi esposa. Las lechuzas eran rápidas, sí, pero no tanto como para estar de pie por lo que tomé asiento en una de las bancas que se encontraban esparcidas por aquel sitio de comercio, ya que por el momento no podía usar un patronus.

 

Hace días había decidido mostrar mi apoyo incondicional a la Orden del Fénix, grupo clandestino que formaba, porque me aprecía ya una burla el que se mantuviera en secreto le buen trabajo que se realizaba, aunque no estaba listo para gritar a los cuatro vientos que era miembro del mismo. No, primero estaba la familia.

[Ernest Dumbledore Prior]

El Macnair puso los ojos en blanco, a su olvidadizo elfo se le habia olvidado la orden de ir por los tacos que este le habia pedido e intento castigarse lanzandose por las escaleras de la Macnair, sin embargo Ernest lo detuvo.

 

Sin embargo no iba a dejar su comida desperdiciarse por mucho mas tiempo asi que despues de haber ido a dejar algunas cosas compradas en el Magic Mall aparecio en el local....

 

Dudo unos momentos si entrar o no, sin embargo sacudio la cabeza, no podria dejar que unos tacos se desperdiciaran...

 

Asi que entro y se sento en una silla...esperando que alguna persona lo atendiera, el lugar parecia bastante concurrido pudo ver que su amigo y socio del Restaurante Divergente se encontraba ahi y le dedico un pequeño saludo...

 

Pocas veces habia probado la comida de los Arabes sin embargo el Macnair no podia negar que despues de la Mexicana, esta era la comida mas rica que en su vida habia probado...

[Bodrik]

 

 

Ese día había sido realmente feliz para la joven Lockhart pues el regalo que Antoni le envió esa misma tarde llenaba de ilusión su corazón adolescente y desde entonces una sonrisa enmarcaba su rostro y permanecía allí sin que le fuera posible ocultarla. Para alguien como ella todo esto resultaba tan nuevo que realmente no alcazaba a comprenderlo por completo pero su corazón no dejaba de saltar de alegría.

Había estado bebiendo una malteada de fresa desde hacía ya un buen rato. Le encantaban este tipo de bebidas sobre todo si se trataba de chocolate, pero este día había elegido otro sabor que también llamaba su atención y decidió ofrecerle una a su amigo Leonardo que apareció en su establecimiento – ¿Te gustaría algo para comer?- quiso saber.

En ese justo momento una figura conocida para la joven bruja ingresó en el establecimiento y entonces creyó que era muy apropiado ir a atenderlo ella misma pues se trataba de uno de los sanadores que hacia parte de su grupo en el Hospital Mágico de San Mungo. Se le veía un poco ansioso – Leo discúlpame un momento parece que hay un cliente esperando ser atendido- dijo poniéndose en pie- no tardare- afirmó avanzando hacia el Macnair.

-Hola Ernest. ¿Gustas una mesa?- le saludó en el momento que logro llegar hasta donde se encontraba el joven mago.

Estaba lejos de Imaginar que Antoni estaba por llegar a su negocio también.

@@Ernest Macnair Wilfred, @Ishaya, @ @@Leonardo Myrddin E., @