♦..Cacao Café..♦ (MM B: 103979)

[Luna Gryffindor Delacour]

Trajinaba en la cocina como siempre, estos horribles trastos a los que aún no me habìa acostumbrado del todo me hacían parecer una inexperta en la cocina, cosa que no era en lo absoluto, solo que me jugaban malas pasadas como siempre me sucedía por querer hacer todo sumamente rápido y bien, masculle un juramento preguntándome si el brebaje de chocolate estarìa bien cuando escuche murmullos afuera de la cocina ¿quien habìa entrado al local? me sentía menos nerviosa que la primera vez que habìa atendido a un cliente, pero igualmente muy expectante, mi amiga Cye habìa depositado la confianza en mì y por nada del mundo la decepcionaría y esperaba de todo corazón hacerlo bien o al menos, todo lo humanamente bien que pudiera hacerlo.

 

Lance una carcajada con eso de "humanamente" siendo que era una vampiresa, esa expresión estaba muy fuera de mi honda y mis rápidos movimientos, asì que luego de revolver un segundo màs y de dejar que un elfo siguiera haciéndolo por mì, sonreí cuando el elfo solo asintió a mi pedido y revolvió mi brebaje extraño, decidì ir hacia afuera y vi a un señor que dibujaba algo en un papel, me mordí el labio indecisa sobre que hacer, pero solo fue un segundo, al fin de cuentas, podía ir a preguntarle que era lo que deseaba tomar y luego dejar que siguiera dibujando, no me extraño que no lo conociera, habìa tantas personas en la comunidad mágica que eso era logico que tarde o temprano me pasara.

 

- Hola soy Lunita Gryffindor, dependienta del lugar, por cierto, bonito dibujo ¿desea ordenar algo? - Le pregunte con mi cantarina voz a @@Tamarindo acercándome a el sonriendole amablemente, con mi lapicera y mi bloc de notas a la mano -

 

Mi sonrisa fue amplia y ancha y mi vestimenta habitual para mi trabajo, mi pantalón violeta claro, mis zapato de tacón alto violetas y mi camisa violeta clara, la misma que estaba oculta por el delantal blanco que aùn no me habìa quitado, sin olvidarme de mi rodete del fénix dorado, porque no me perdonaría que mis cabellos pelirrojos quedaran en mis recetas de chocolate, recordé que si eso pasaba el cliente se moriría del espanto y del horror, suspire para dejar de pensar en eso y espere pacientemente que ordenara algo, para asì ir a prepararlo, con mis nervios a flor de piel y mi sonrisa franca y gentil.

[Tamarindo]

Estaba yo, tan absorta dibujando que ni cuenta me di que se me acercaba una chica guapa @ a preguntarme. Al verla vestida tipo camarera, deduje que sería que me venía a tomar el pedido. Soy todo un Sherlock.

 

¡Oh vaya! Me pilló desprevenida del todo.

 

Espera... Me acaba de tratar como caballero? Será lo de siempre, dudo que ya se vea que... No, no. Sigo pareciendo niña. O bueno. Vale, si, un poco ambigua si que soy. Pero shhh.

 

Sacudí la cabeza y me repuse para no hacerla esperar.

 

--Emmm, si, si. Quería pedir algo, gracias. ¿Tienen algo tipo frappé de café? Aun no encontré un sitio que sepan hacerlos de maravilla por el Callejón. Si no tienen, ¿sería tan amable de decirme qué tienen de bebidas frías?

 

Me quedé mirandole a la cara, sonriente. Y ya una sonrisilla tonta...

 

Tama contrólate, que se supone estabas pensando en otra chica.

 

Narradora, calla. No te metas.

 

Tama, que nos conocemos. Para.

 

Ey, que solo es... guapa. Y puede ser un precioso dibujo el que me inspire.

 

Desisto.

 

Volví a sonreir satirfecha de haber ganado (?) y esperé ansiosa de saber si podría traerme mi bebida favorita. Y viendo que estaba el local un poco... ¿desierto?, deseando que se pudiese quedar conmigo tomando algo mientras la dibujaba.

[Luna Gryffindor Delacour]

¿un frappe de café? asentí, si sabia lo que era y lo tenia, esa era una de las cosas que adoraba del cacao caffè, no importaba que pidiera siempre lo tenían, si no habré tomado frapes de frutilla cuando solo era una simple clienta, pero me quite esos pensamiento de encima y decidì a hablar, cuando cai en la cuenta que por su porte y su tono de voz, yo habìa deducido que era un chico, parpadee asombrada y por poco no estuve por darme media vuelta e irme como habìa vuelto ¿que demonios le habìa dicho? pero me calme diciendo que peores cosas ya me habían pasado, lo mejor era actuar como si nada hubiera sucedido y solo tomarle el pedido, hablarle lo menos posible y desaparecer de allí cuanto antes, quizás con algo de suerte, nunca se daría cuenta de mi extraño trato de momento antes y agradecí que Cye no estuviera por allí o creo que me moriría del espanto.

 

- Creo que esta en su día de suerte, claro que tenemos su bebida, los frappes son moneda corriente con este calor que anda haciendo y pues ahora mismo vuelvo, ya vera que es el mejor que pruebe en la región - Le comente anotando en mi libreta sonriendole amigablemente -

 

Su sonrisa era algo extraña ¿le pasaba algo? fruncí el entrecejo totalmente confundida, pero me encogí de hombros sin comprenderle del todo, ¿la habìa tratado como chico y parecía amigable? entonces no tenia mi carácter, a mi me llegaba a pasar y suponía que empezaría a quejarme mucho o me irìa pero para mi suerte, no se irìa de allí, le hice una reverencia corta y camine rápidamente hacia la cocina, me puse a trajinar con los artilugios hasta que encontré la maquina de los frapes, no me costo nada hacer el café frió que habìa pedido, asì que apenas cayo el café y la crema encima, le puse la tapa al vaso grande de plástico y corrì como alma que lleva el diablo hacia su mesa.

 

"calma, Luna, solo camina derecha y nada se te caerá" - Pensé al instante, temerosa de que acabara toda manchada con el café y supuse que eso a la amable clienta no le gustaría -

 

Mi corrida tuvo sus frutos porque llegue a su mesa con la bebida, completamente impecable de pies a cabeza, pude poner la bebida en su mesa y espere pacientemente haber si querìa ordenar algo màs, me llamo la atención su piel tan blanca ¿acaso era...? negué con la cabeza, no ella no era vampiro, pero aún asì su piel me llamaba demasiado la atención, nunca habìa visto a alguien tan blanca, pero me dije que eso se suponía que pasaría, estaba en el callejón y màs cosas raras ya se habían visto por allí tiempo atrás, quise preguntarle por ello pero me contuve a tiempo, no podía darle tanta conversación y dicho sea de paso, odiaría ser indiscreta, cosa que detestaba màs que nada en el mundo.

 

- ¿desea ordenar algo màs? tambìen tenemos tortas y muchas masitas, brownies y si quiere puede prepararle un pie de manzana o porque no una tarta de manzana o de pera, las de pera son mi especialidad, esas me salen solas y son muy ricas tambìen - Comente hablándole tan rápido como siempre hacia, sin dejar de sonreír -

 

"calma, Luna, creo que la volverás loca de tanto hablarle y aparte ¿que fue esa sonrisa extraña? y es que era una de las personas màs raras que vi en mi vida, eso es seguro" - pensè suspirando mientras esperaba por su respuesta expectante y ansiosa -

[Tamarindo]

Choqué puños conmigo mista en mi cabeza porque al fin encontraba un sitio con frappés de café. Ahora a ver si eran buenos. La verdad es que la camarera me estaba poniendo caras extrañas, tanto que miré mi ropa y tal, por si estaba mal vestida o a saber... pero no, yo iba como siempre, vestida con topa de chico. Por supuesto que es super cómoda, Nada qué decir.

 

Justo cuando se fue a preparar lo que le había pedido, me intenté tranquilizar un poco. Tengo que pensar cómo pedirle que se quede conmigo y hablemos un poco. Vale que sea mujeriega y me guste el coqueteo sano, pero es que es demasiado guapa, y tiene una mirada especial como para que deje pasar esta oportunidad para dibujarla.

 

Ni tiempo me dio a pensar estrategia... y ya estaba de vuelta.

 

Me recoloqué en la silla y sonreí de oreja a oreja al volverla a ver. Vaya, momentos de felicidad plena. Me encantan estos momentos.

 

Vi que se quedaba, asi que probé el frappé para decirle ya si me gustaba, y asi tener algo de qué hablar. Y para que se sentase conmigo.

 

Vaya... Tama, solo piensas en estar con ella...

 

Narradora, calla. Solo quiero dibujarla.

 

Ya ya... eso dicen todos.

 

Yo soy artista. Yo lo digo de verdad. Y lo sabes. A callar.

 

Y cuando iba a hablarle para decirle lo deliciosisimo que estaba aquel frappé (Y se había ganado ya mi estomago de por vida) me sale con tartas... Nada, pues aqui me quedo y me arruino. Porque no pienso irme de aqui sin probarlas.

 

Al nombrar las tartas, mi cara se iluminó, Mucho. Y muy fuerte. Seguro que lo notó.

 

--Comida rica. --vaya que bien hablo--. Ojalá pudiera comer una de cada. Todo tiene buena pinta. Pero tengo que confesar algo... o bueno, mas bien preguntarte. La verdad es que tengo ciertas alergias que los medimagos no me pueden curar. ¡Cosas de comida! En fin, me vendiste tan bien la tarta de pera, sobre todo porque es tu especialidad, pero necesito saber si esa pera va cruda o cocinada. Es que soy alergica a ella cruda.

 

Puse mi mejor cara de cachorrito suplicando amor y comida. A ver si funcionada.

 

--Y si gustas, traete otro trozo para ti, y te sientas conmigo un momento. Solo si quieres --miré en toda la cafetería--. Yo no veo a nadie más ahora mismo.

 

Y solté mi mejor sonrisa deseosa de que aceptase la oferta. Vale, no soy aun un galán, pero jo, soy amable y ... vale, interesada...

[Luna Gryffindor Delacour]

¿una pera cruda? parpadee asombrada no por su tono de voz, a lo cual ya me habìa acostumbrado rápidamente, si no que una pera cruda era impensable ¿se hacían peras crudas? reflexione frunciendo el entrecejo pensativa, a sabiendas de que ella pensaría que le hacia caras raras de nuevo, pero es que me dejo pensando y eso era del todo extraño, me dije que pese a estar siempre en aquel lugar y adorarlo, porque eso era lo que la vampiresa sentía por ese sitio, era mi lugarcito en el mundo y por eso ame que me vieran aptitudes para el puesto y me di cuenta negando con la cabeza que las peras crudas eran algo impensable y que nadie en su sano juicio harìa una tarta con peras crudas, asì que me dije que de seguro andaría en sitios extraños para que le vendieran algo crudo, porque eso estaba del todo mal visto y siempre lo estarìa.

 

- Confieso que acabas de dejarme fuera de juego porque nunca me imagine eso de las peras crudas y me imagino que seras alérgica a ellas, quiero decir, si se que la pera puede ser cruda pero en un pastel.... tengo la firme sensación de que si llego a vender un pastel crudo bueno estarìa de patitas en la calle, asì que por eso no te preocupes, las peras son cocidas previamente y luego si se ponen en la tarta, porque seria algo extraño e impensable que sea crudo, creo que hasta me demandarían si hiciera algo asì, aunque escuche que en algunos restoranes chinos si hacen las peras sin cocinar, algo que para mì es del todo feo y para nada lindo, una vez sola fui y nunca màs volví recuerdo - Le comente anotando lo de la tarta de pera sin dejar de sonreirle amigablemente -

 

- En cuanto a sentarme contigo, bueno por mì bien, asì que ahora vuelvo tu solo quédate aquí no te vayas a ir ¿si? - Le pedí sonriendole amigablemente para después caminar rápidamente hacia la cocina dispuesta a preparar la tarta de pera -

 

Los elfos domésticos volaban por doquier en la cocina, asì que me apresure a mezclar todos los ingredientes pertinentes, las peras las pele y las puse en agua con limón para que no oxiden, luego busque la masa, la harina, la manteca y los huevos, me apresure a mezclarlo todo mientras dejaba que las peras se hagan y cuando me di cuenta que estaban listas, las puse arriba del pastel, mientras cerraba la tapa con otra masa encima, lo espolvorice con azúcar impalpable y lo lleve al horno esperando los 40 minutos pertinentes mientras se hacia la masa, observe a mi alrededor, los elfos me miraban asombrados y queriéndome ayudar, pero les habìa pedido que dejaran que esta vez lo hiciera yo, asì que le tome el tiempo en mi muñeca y cuando estaba por dormirme de tanto esperar, escuche un click y un elfo me señalo la masa ya hecha y lista para sacarla, los fatídicos 40 minutos màs largos de mi vida habían pasado, asì que saque la tarta del horno y lo espolvoree por ultima vez con màs azúcar mientras ponía la tarta en una bandeja dispuesta a llevárselo todo.

 

- Señorita Luna ¿quiere que yo se lo lleve? teme que se le caiga a usted, mil perdones señorita, no volveré a insinuarlo de vuelta - Me dijo un elfo que parecía servicial al cual mire feo sin darme cuenta de eso -

 

- Lo siento, es que quiero encargarme yo de ella además, juro que lo siento, no quise mirarte asì ¿si? perdóname - Le pedí suspirando nerviosa, mientras esperaba su respuesta a mis disculpas -

 

- Señorita no importa, usted nunca me miraría feo y debe de estar nerviosa para mirarme asì, ahora vaya que su clienta la espera - Me dijo el elfo mirándome comprensivo mientra señalaba las afueras de la cocina -

 

¿Nerviosa? ¿yo? parpadee sintiéndome del todo extraña y asentí mientras salia con el pastel en las manos para llevárselo a la comensal ¿estaba nerviosa? todo el trayecto hasta su mesa seguía pensando en las palabras de ese elfo domestico, asì que por poco no me choco con ella y eso que estaba sentada, lo observe para pedirle disculpas mientras haciendo malabares le puse la tarta delante suyo, la habìa cortado en rodajas, asì que si querìa podía comer de ahí o quizás no, por eso le puse un platito y un tenedor, cuchara y cuchillo delante suyo y es que no sabia con que se comía asì que habìa traído todo lo que habìa visto en el camino hacia aquí.

 

- Lamento la tardanza, aquí esta la tarta, yo tambìen me traje un trozo y pues ¿de que quieres hablar? por cierto que hoy es un bonito día, antes de llegar hasta aquí vi un montón de animalitos tiernos, algunos perritos y gatitos, no se porque los vi pero creo que los venden acá a la vuelta y ¿viste las nuevas del profeta? es que estuve leyéndolo todo antes de venir por aquí, me gusta mantenerme informada, me hace sentir parte de la comunidad y pues ¿tu que cuentas? trabajo en el cuartel de los aurores, asì que soy un auror por consiguiente y creo que esa ya es mucha información, lo siento, hablo demasiado perdón - le comente hablándole tan apresuradamente como hacia siempre sin dejar de sonreirle en ningún instante -

Editado 23 de Noviembre del 2016 por Lunatica Lupin Evil Black

[Tamarindo]

Tartas crudas... Yo es que ya había visto de todo en la vida... y usar fruta poco cocinada era algo que si había visto, desgraciadamente, por muchos locales del callejón (no vamos a nombrarlos porque sinceramente no fui a ningun otro local, pero vamos, que seguro hay locales de diagón que no salen en el foro (?) jajajaja). Pero vamos, con la explicación de Luna me había quedado bien claro que en este sitio la fruta no va cruda, y menos las peras...

 

La miré pensando que le iba a dar un ataque de algo por decir que la tarta debe estar cocinada y no cruda... que le ponía cara amable, aunque preocupada, a ver si se tranquilizaba, pero se fue adentro a prepararla...

 

Y me dejó sola casi una hora... Si que tarda en hacerse esa tarta, no?

 

Sorbito al café.

 

Me puse a dibujar, y a pensar qué se supone que podría sacar de tema para hablar, lo que sea para que se quedara. Porque mi intención es que se quede conmigo un buen rato. El rato suficiente para dibujarla...

 

Si que es guapa...

 

Y se llama Luna. Precioso nombre.

 

 

 

Tama, creo que estás pensando en ella demasiado.

 

Ya estamos, narradora. Siempre tienes que cortarme el pensamiento.

 

Lo sé, lo hago por tu bien. Sabes que no deberías.

 

Jo, déjame. Juro que... que solo es por dibujarla.

 

Ya, ya...

 

 

Absorta en mis pensamientos, me asusté al ver que me dejaba la tarta delante. Con plato y de todo para comerla.

 

--Gra... gracias.

 

Genial, se había traido para comer ella también. Eso es buena señal, se quedará a hablar conmigo.

 

La tarta olía de maravilla, y tenía una pinta tan suculenta que estoy segura me la comería toda. Sonreí, y mientras me servía un trozo para comer en el plato (vamos a ser finas), Luna se puso a hablar infinitas cosas super rápida.

 

Pues... va a ser que está nerviosa.

 

Y mira que mona se pone al hablar tan rápido. Pero soy tan tonta que no entiendo mucho lo que dice... algo de perritos en el profeta. No sé. Creo que debería hacerle caso. Uy, dejó de hablar. Rápido, ¿qué estaba diciendo...?

 

--Oh --asombrada yo--. Así que eres auror. Qué interesante. Por mi no pares de hablar, pero si lo haces un poco más despacio estaría mejor. ¿Y cómo es que trabajas aquí y de auror también? Qué curioso.

 

Sí que era fascinante esta chica. Y sabía muchas cosas, por lo que llegué a entender.

 

--Me gustaría que hablaras lo que quisieras, o hablemos las dos, no pasa nada. Solo te pediré... que te quedes conmigo mientras te dibujo. Me gustaría poder dibujarte, eres muy linda, muy interesante. ¿Me permites?

 

Me puse a comer la tarta. ¡Oh Merlín que rica estaba! Definitivamente volveré siempre a comer aquí dulces. Un buen frappé de café y tartas maravillosas. No puedo imaginarme algo mejor.

 

Entre bocados y esperando la respuesta... coloqué mis utensilios para dibujar. Aunque no era gran cosa además de lo que ya tenía. Eran unos lápices más, bien afilados, pero cada uno con la punta de un grosor, para poder dibujar con ellos las zonas del rostro con mayor prefección.

[Luna Gryffindor Delacour]

Mire mis pies como si le hubiera encontrado del todo interesante ¿hablar màs despacio? ¿como rayos iba a hacer eso? esperaba no abrumarla y ¿era justo eso lo que hacia? al menos le parecía interesante, escuche su pregunta reflexionando un poco, era verdad que muchos no entendían como hacia para trabajar en ambos lugares, eso sucedía porque muy pocos sabían que mi amiga Cye, era bastante flexible en cuanto a mis horarios y mis tardanzas y me perdonaba màs veces de las necesarias, pero en si era todo un caos cumplir con ambas cosas, pero todo se basaba en mi organizacion, era una de esas personas que odiaba los imprevistos asì que se organizaba una agenda todos los dias, lentamente lamentè no haber puesto en mi lista de cosas por hacer hoy: "como hablarle a alguien que te interesa" hablar lo que quisiera, le sonreì agradecida mientras pensaba en como responder su pregunta y me aventure a contarle algo de mis viajes, bueno al menos, las partes que podrìa contarle claro esta, que no deseaba que aùn supiera que era vampireza, esa informaccion se la dejarìa para el final, porque como muchos decìan, lo mejor para el final ¿o no?.

 

 

- Lamento hablar tan rápido, es que suelo hablar asì casi siempre, no me paro a medir lo que quiero decir es que tengo tantas cosas que contarte, en cuanto a tu pregunta de momentos antes, todo se basa en la organizacion, veras siempre me organizo mis tareas, es medio tedioso pero Cye es muy buena y permisiva conmigo, asi que si tengo que llegar medio tarde porque tengo algunos pendientes no le molesta, quizas todo se deba a que si no me organizo me desespero y odio los imprevistos... aunque hay algunos que no estan tan mal, ¿interesante y linda? vaya te prestare anteojos, porque no me considero linda, aunque de todas formas muchas gracias por el cumplido tu tambien eres muy interesante y pues suelo viajar mucho a Italia, es una cuidad fascinante que admiro y me encanta mucho, tambìen voy algunas veces a China, pero màs que nada a Italia, tienen esas pizzas y esos nachos con queso, que aquì entre nosotras es mi favorito en todo el mundo y pues ¿cuanto hace que estas aquì? ¿te gusta viajar mucho? - Le pregunte intentando hablar un poco màs despacio sin dejar de sonreirle -

 

Mi cantarina voz repiquetio entre las paredes de mi amado local, era por eso que no me gustaba hablar tan despacio, solìa impedir que saliera como un cantito pero supuse que se acostumbrarìa con el tiempo, solo tenìa que calmarme y hablarle normalmente pero ¿como diablos se hacìa eso? fruncì el entrecejo confundida, aùn no habìa persona en el mundo que lograrà que hablara lento y pausado, hasta algunas veces me preguntaba como me entendìa todo el mundo, pero supuse que de tanto escucharme se acostumbraban y ahora... ¿que le decia? no sabìa a ciencia cierta de que hablarle y eso me preocupaba un poco, pero dejè que me respondiera las preguntas, para luego sacarle algun tema y sonreì esperando de todo corazòn que me saliera la mar de bien y saber porque era tan extraña esa chica, claro que eso se lo preguntarìa cuando ya estuvieramos hablando mucho, porque no deseaba incomodarla en lo màs minimo.

 

- Hay algo que no sabes de mì, soy una vampireza, por eso tengo mi piel tan blanca, no te preocupes no tomo la sangre de los humanos, solo la de los animales, como alces y cosas asì, espero que eso no sea un problema, no suelo decirlo a buenas y primeras, pero creo que se nota un poco, asì que mejor sacarme el primer obstaculo de raiz ¿no crees? y pues adoro leer de todo, sobretodo de historia y de historias de caballeros andantes, si es algo extraño pero adoro la literatura de los muggles es muy variada y muy linda, suelo considerar que tomar una buena taza de cafè o chocolate mientras lees es uno de los mejores placeres del mundo, creo que el hombre creo algo magnifico cuando hizo los libros y porque no tambìen el chocolate y bueno es por eso tambìen que estoy acà, porque no me puedo resistir a una buena taza de chocolate caliente, aunque los chocolates en tabletas tambìen son de mis preferidos y la soledad que tengo a leer e investigar todo lo que puedo, es algo que tambìen me gusta mucho hacer - Le comentè hablandole rapidamente para mitigar un poco los nervios -

Estar nerviosa no era algo nuevo para mì, siempre vivia nerviosa pero lo disimulaba muy bien sonriendo a rabiar y casi nadie lo descubrìa, habìa varias cosas que ocultaba y una de ellas era esa, siempre sonriendo y siendo feliz, mitigaba los nervios y tampoco nadie sabìa que era romantica y esperaba que nadie lo descubriera nunca, admitir que las historias de amor me gustaban no iba conmigo mucho, pero eso era del todo cierto, era una romantica incurable, claro que de puertas para adentro y en mi mansion, nadie màs se enteraba y lo ocultaba lo mejor que podìa y ¿ahora que hacìa? le comentaba que adoraba leer, quizas no habre hecho bien pero suelo hablar mucho y ser amigable con todo el mundo es algo que me sale solo, para mi cuanto màs hablo mejor es y me preguntè si podrìa seguir hablandole o por el contrario deberìa de esperar a que ella me hablara, odiaba esos malditos dilema de los que no sabìa absolutamente nada.

[Albus Severus Black]

Cacao Cafe; aquél era mi destino aquella tarde. Iba a encontrarme con una hermosa chica que vi en mi sala común de Ravenclaw. Ella al parecer tenia mucho mas tiempo que yo en la magia pero se había ido al mundo muggle por bastante tiempo y ahora volvía un poco perdida.. así que me ofrecí a guiarla un poco y allí iría para verla. era una mujer muy hermosa, como resistirse a hablarle de cualquier cosa? me parecía como una miss muggle, que no es mas que una mujer muy bella elegida para participar en certámenes de belleza que ellos acostumbraban a hacer para decidir quien era la mas bella de su mundo.

Creí que lo apropiado era hacerlo en un sitio donde pudiésemos charlar tranquilamente. Este local del Callejón Diagon se veía como el sitio perfecto para reunirse con alguien más y poder contarle sobre la ciudad sin interrupciones. Además, había oído por ahí que las cosas que allí preparaban eran deliciosas. se llamaba "cacao", del país de donde vengo producen el mejor cacao del mundo, así que seria bueno ir a probarlo.. ademas que me había dicho que trabajaba una amiga allí, una que hacia tiempo no veia.

Era un día bastante lluvioso, por lo que fui vestido acorde al día. Puse un pie dentro del lugar y me detuve a buscar una mesa para dos. Me senté allí, cerca de una de las ventanas que daban hacia la calle, mirando hacia la puerta para ver cuando mi acompañante llegara al local. Coloqué los lentes de sol sobre la mesa, los había llevado porque jamas me podían faltar pero como el día se puso de pronto lluvioso no me hicieron falta luego. apoyé los codos sobre la mesa, sosteniendo mi cabeza entre las manos.

-Espero que no tarde demasiado...- dije en un susurro para mí mismo, mientras me dedicaba a contemplar a los transeúntes que en aquél momento caminaban por las calles de adoquín del exterior.

@@Esmeralda Slytherin R.

[Esmeralda Slytherin R.]

Entre sus dedos se encontraba una pequeña nota, la lechuza había insistido en recibir una respuesta, aunque le extrañaba que el chico en cuestión prefiriera aquel método por sobre el común. Ese día en la Sala Común de Ravenclaw fue suficiente un cruce de palaras para entender que su larga ausencia la tenía desactualizada del Mundo Mágico en Londres y aunque anhelaba el momento de encontrarse con sus conocidos, aquella salida la mantenía intrigada, puesto que le ofrecía ayuda para que pudiera desenvolverse con mayor rapidez.

 

Respiró profundo mientras se decidía por el atuendo que usaría para esa tarde. Por un instante le llegó a la mente su “cita” y se le figuró como un portento de hombre que podría pertenecer a la portada de Corazón de Bruja; se mordió el labio con perspicacia, quizá debía usar algo más recatado y casual que aprobaría el mundo muggle. Lamentaba que en el Castillo Rosier solo se conservaran sus vestidos de noche y gala, no podía presentarse con algo así en plena lluvia. De inmediato tomó el que le pareció correcto y se miró en el espejo por décima vez en el día, se sonrió aceptando su indumentaria.

 

De regreso al Callejón Diagon, se asombró de los cambios significativos que había sufrido, no estaba segura de poder encontrar el sitio seleccionado para su encuentro. Revisó el pergamino que sostenía firmemente en su mano, aquella caligrafía expresaba con santo y seña el “Cacao Café”, con las instrucciones plasmadas sería imposible que se perdiera. Decidió conservar un paso lento, dejándose cautivar por la infinidad de nuevos negocios que podía apreciar.

 

Utilizó la varita para evitar que se le arruinara la ropa ante la lluvia y continúo su camino como si de una turista se tratase. Probablemente hubiera podido sugerir un lugar que recordara de sus antiguas visitas, sin embargo, prefirió acudir sin replicar, ella era la perdida y que mejor que conocer el “nuevo” mundo, del brazo de alguien que estaba más familiarizado. Sus pasos la guiaron al punto de reunión y la emoción de haber llegado le desbocó el corazón. Aún tenía el toque.

 

Dejó que la calidez del establecimiento la llenara una vez que hubo ingresado, comenzaba a helar el exterior y se reprendió por no haber llevado algo más acogedor, quizá después tendría la oportunidad de transfigurar un objeto que le sirviera. Esperó paciente a que su vista pudiera encontrar al caballero, hallándolo en una mesa cerca de las ventanas. Agradecía a Merlín por su memoria y procedió a acercarse.

 

 

@@Albus Severus Black

[Albus Severus Black]

Oí en la cafetería una hermosa canción muggle que me encantaba. Se llamaba “Contigo aprendí”, me senté bien en mi silla para oír la hermosa letra y susurrarla mientras esperaba a mi acompañante.. Esa canción me recordaba tantas cosas.. Tantos hermosos momentos.

 

Contigo aprendi
que existen nuevas y mejores emociones
Contigo aprendí
a conocer un mundo nuevo de ilusiones

Aprendí
que la semana tiene más de siete días
a hacer mayores mis contadas alegrías
y a ser dichoso yo contigo lo aprendí.

Contigo aprendí
a ver la luz del otro lado de la luna
Contigo aprendí
que tu presencia no la cambio por ninguna

Aprendí
que puede un beso ser más dulce y más profundo
que puedo irme mañana mismo de este mundo

Las cosas buenas ya contigo las viví
y contigo aprendí
que yo nací el día que te conocí.

 

Al terminar de oírla, me entro algo de nostalgia.. Un gran suspiro di y luche allí para no entrar en depresión, habían cosas que aún me dolían en el alma. En ese pensar de mi mente, vi que entro una hermosa chica de larguísima cabellera como recién salida del salón de belleza porque Llevaba su cabello con bucles en las puntas.

 

Yo espere que se acercara un poco más para saber de seguro si era ella. Cuando se acercaba y sonrió, aquello me recordó que sin duda era ella. Lo que más le vi a esta chica en la sala de ravenclaw fue su hermoso cabello y sonrisa.

 

Finalmente la chica se paró frente a mí. Me puse en pie y le salude, -hola @@Esmeralda Slytherin R. como estas. Oye que linda te ves.- le dije mientras besaba su mejilla. Me había gustado como andaba, veía claramente como era ella, sencilla pero hermosa. –y bien, te coste llegar aquí o qué? Hay un poco de frió no?- le dije mientras frotaba un poco mis manos. – quieres algo?- le pregunte mientras levantaba mi mano para hacer seña y que alguien viniera a atendernos.