~ Ink Master ~ (MM B: 104529)

[Lisa Weasley Delacour]

El aullido del lobo era nítido y característico. El patronus ingreso por la ventana a una velocidad demoledora. Sonreí, pues era la viva imagen de su creadora. Arya necesitaba ayuda. Acaricie con cariño el lomo del rey del bosque y me prepare para dar el cien por ciento de mí en aquella nueva misión.

La Knight siempre se metía en problemas, no sabía bien cómo era posible, pero debía cuidar de ella y de su mala suerte con los mortifagos. No tarde mucho en prepararme; una túnica negra con capucha cubría mi cuerpo y una luz azul en el rostro impedía al resto del mundo reconocer mis facciones.

La lealtad a mi bando, la fortaleza de mis ideales y la protección de la vida eran las tres cosas más importantes por las cuales luchaba cuando llevaba por estandarte el ave fénix, El lugar al cual tenía que ir se llamaba INK MASTER y estaba en el callejón más mágico de todo Londres. Me sonaba y aquello eran buenas noticias para nosotros.

Tras sentir la adrenalina recorrer mi espina dorsal y como vibraba Kim en mi diestra, gire sobre mis talones y me desaparecí en dirección a mi destino. Dos segundos después y envuelta en una voluta roja hice acto de presencia en la segunda planta del local mencionado, con la cabeza bien alta y el orgullo marcado en mis movimientos.

[Ley Gryffindor Rosier]

Ley Gryffindor Rosier

 

Nunca en la vida dejaría abandonados a mis amigos, más cuando me pedían ayuda para combatir mortífagos. El patronus de lobo huargo llegó ante mi, corpóreo totalmente como si fuera un lobo de verdad. Se postró frente a mi y me observó, un par de segundos después soltó su mensaje. Se nos necesitaba en el negocio Ink Master donde se creía que había actividad mortífaga y bueno a mi me encantaban ese tipo de situaciones. Me levanté de el bar en el que me encontraba tomando un trago y bailando, tal vez me encontraba ligeramente ebria pero sería por un mal de amores, sin embargo me sentía feliz y lista para la batalla. Acomodé mi cabello y me subí el tirante de mi blusa negra. En un bolsillo de mi short traía la varita, la saqué y comencé la caminata hacia el lugar.

 

Pasando la varita por mi rostro conjuré un haz de luz para cubrir mis facciones. Muchos tal vez pensaban que era por miedo pero no era así, era por propia seguridad de mi familia, por protegerla de los mortífagos pues para mi era importante ellos antes que yo misma. Era de madrugada y el callejón estaba solo ni siquiera un alma se escuchaba. Al mucho caminar un par de borrachos estaban por allí tirados en el suelo dormidos.

 

Al llegar al lugar, caminé hacia el segundo piso en donde se encontraban mis compañeras.

 

-¡Muy buenas!- saludé hacia ellas con una sonrisita tonta, me sentía feliz y emocionada por la probable lucha que se armaría en aquel negocio que por cierto estaba bonito... sillones, cuadros y bustos cubrían el escenario.

[Kahlan Blackthorn]

-Celerus Expectro Protego…-sentencio la Ángel Caído invocando una estela rojiza que rodeo su cuerpo de pies a cabeza. Aquella que adopto la forma corpórea de un fénix adulto que se coloco delante de la rubia Malfoy, tenía la orden de protegerle a toda costa, no permitiría que ningún hechizo dañara la integridad física de la vampira y mucho menos que se viera mermada dentro de la batalla que estaba a poco de comenzar. Yendo hacia donde estaba Hank para poder atacarlo con toda la libertad de mundo

-Proyectar corte de Katana…-pensó la vampira tras activar las habilidades de su poderosa arma, lanzando un profundo corte contra el pecho de Hank abriendo una herida que sangro en el acto y le provocara un inmenso dolor al demon hunter. Ella esperaba encontrar otra clase de compañía, pero no estaba demás conformarse con lo de momento se presentaba para poder jugar un rato.

-Levicorpus…-pensó la rubia dejando a Hank colgado a dos metros sobre el suelo, sabía que eso sería un daño mínimo pero al menos lo mantendría entretenido de momento. Esperaba que Arya diera la cara, porque justo estaba ahí por ella.

[Arya Macnair]

—Ardius Aqueora

 

Exclamó antes que nada agitando su varita y cubriendo su total anatomía con una masa acusa que la protegería por dos largos turnos, de ese modo evitaría cualquier tipo de daño por fuego, aquello que tanto le molestaba. Miró a su alrededor, sus compañeras parecían estar bien paradas, el mensaje había sido recibido con éxito y muchos se animaron a participar. Su hija, a la cabeza como siempre, tan aguerrida como cualquier Targaryen, con la sangre bullendo dentro de sus venas y el corazón galopando como un potro joven y salvaje. Ley, su fiel compañera le seguía, fuerte, valiente y tenaz, a pesar de llevar la luz en el rostro como todo Fenixiano debía hacer, la reconocía y se alegraba de verla allí. Y para cerrar el cordón de mujeres valerosas, Lisa, su mano derecha, la persona que había llegado a su vida para darle unas cuantas bofetadas y decirle “hey niña, deja de llorar y haz frente a las cosas”. Eso hacía, cada día, sin miedo a nada.

 

—Confundus

 

Pensó mirando a Juv directamente a los ojos a través de aquella máscara tenebrosa, había salido hasta la puerta y allí se la topó, a diez metros de donde estaba, pero se acercó aun más. La apuntaba sin moverse del lugar, desafiante. En ese momento la mente de la mujer debería estar abordando un tren hacia la completa desolación, dejaría de tener conocimiento de dónde estaba, quién era o qué hacía, y aunque durase tan solo un instante, la sensación de luego quedaba y era molesta, como un peso en el pecho que no te dejaba respirar.

 

—Levicorpus

 

Volvió a pensar, relamiendo sus labios color cereza, algo resecos. Juv quedó de cabeza al instante, pendiendo de sus tobillos como si un lazo la sostuviera a no más de dos metros del suelo. Arya sonrió y separó sus piernas, a seis metros de su oponente, lista para contra atacar. El aire nocturno le acariciaba las febriles mejillas.

[Leah Snegovik]

~Leah Atkins

 

 

 

Subió al segundo piso del Ink Master.

 

-¡Absorvere!

 

Después de ponerse a ocho metros de sus contrincantes fenixianos y cinco de cualquier cosa morpheable, la mujer alzó la varita y realizó una elegante floritura que terminó en una vibración típica en la madera de almendro. El efecto se hizo de inmediato, rompiendo las muñecas en donde Ley y Lisa portaban las varitas, haciendo sus pequeños huesos añicos ante una ruptura violenta. De esa manera, ningún hechizo que requiriera puntería saldría con efectividad y sería desviado, dándole un punto de ventaja a las dos mortífagas que habían asistido. Juv también estaba a cinco metros de ella, por lo que no tendría que preocupase por entrar en su zona de batalla.

 

Necrohands

 

A raíz de su pensamiento, dos manos fantasmales aparecieron de la nada y se posicionaron a cuatro metros frente a ella, sin impedirle ver pues estaban ofuscadas. Su misión era protegerla o atacar, dependiendo de lo que ella necesitara.

[Romina Black Lestrange]

<<Patronus de lobo huargo>> pensó al tiempo que lo analizaba de pies a cabeza, ese patronus le había llegado en más de una ocasión, solo que en ese momento no recordaba a quien pertenecía. Era de madrugada, aún se encontraba medio dormida, pero si era por el bando estaba dispuesta a dar todo lo que podía, sin importar cuantas veces saliera herida. Se dirigió rápidamente a su armario y tomo una túnica, rara vez usaba una de estas, pero prefirió despojarse de todas sus prendas y andar solo con la túnica. En los pies no llevaba nada puesto y en su mano derecha, su varita.

 

Al cabo de unos minutos sintió que ya estaba lista y que ya podía acudir al llamado. Tenía que ir al negocio Ink Master, por lo que giro sobre sus talones para aparecer en las calles del callejón diagón. Todo estaba oscuro, era obvio que a esa hora nadie andaba por las calles, o los que andaban eran porque estaban en algún bar o algo por el estilo. Iría sin luz, no le gustaba ponerse eso en el rostro, ya que no le importaba que la reconocieran como miembro de la orden, puesto que estaba orgullosa de ser del bando que era y no tenía por qué ocultarlo. Llegó a la puerta del negocio y se quedó a esperar a que alguien más llegara, después entraría. Al ver que Ley llegaba la siguió dentro del local y juntas fueron al segundo piso.

[Lisa Weasley Delacour]

Cambien la mano de varita - Sectusempra – Conjure, en dirección al pecho de Leah. El rayo crearía en su tórax heridas dolorosas y profundas, por donde saldría toda la sangre de su anatomía, logrando asi su final. El maléfico fue valido ya que estaba situada a diez metros de mis rivales, a cinco de todo objeto mutable y a tres de mis camadas y con plena visión de la situación que se estaba dando. Fue justamente intercalado, antes de sus necrohands

- Floreus – De la varita de la misma bruja, en este caso Leah, solo saldrían dolores, por mucho que quisiese, ni hechizos verbales, ni no verbales, solo rosas rojas aparecerían de la punta de su arma magia, anulándole su poder y consiguiendo un poco de ventaja para nuestro bando. Si queria guerra, la iba a tener. La cuestion principal alli era que en menos de cinco minutos la situacion se habia desbordado hasta entrar en un extasis milenario, que mi deber era frenar y corregir.

[Leah Snegovik]

~Leah Atkins

 

 

 

-Detritus.

 

Una capa gaseosa de una suave tonalidad lilácea apareció sobre su anatomía y la cubrió por completo, difuminando su figura como si se tratara de algún componente ectoplásmico. No obstante, era un escudo perfecto que la mantendría a salvo de cualquier cosa más allá de lo que pudiera protegerla ese par de manos fantasmales que nadie más podía ver. La mujer vio cómo una tercera mujer arribaba y una curvada sonrisa apareció en sus rojizos labios, estaba más que feliz con ese detalle.

 

-Morphos.

 

La silla más cercana, a cinco metros, se transdormó en una viuda negra que se perdió de los ojos de los presentes esperando solo órdenes para proceder con un plan que la mujer tenía más que pensado desde que había llegado.

[Lisa Weasley Delacour]

- Silencius - El conjuro, en este caso un efecto, fue hacia Leah, pero despues de que esta crease su araña viuda negra. Despues de aquello no podria hablar y yo podria saborear la victoria, la cual estaba mas cercana. Despues de realziar aquel movimiento, salte sobre una de las sillas, elevando mi posicion y mi vision a un metro mas.

 

- Corpus Patronus - De mi varita magica salieron miles de hilos, muchos mas de los que pudiese contar y con el paso de los segundos estos comenzaron a unirse, creando la forma de un leon adulto. Primeramente era transparente, como un patronus, no obstante, luego se hizo corporeo y mas real de lo que jamas nunca serian las bestias creadas por los mortifagos con el vitae. Aquel animal se detuvo delante de mi persona, con la voluntad ferrea de defenderme. Poseia grandes garras y afilados colmillos y una agilidad digna del rey de la selva.

[Ley Gryffindor Rosier]

Ley Gryffindor Rosier

 

Romina llegó junto conmigo para proteger el negocio... era de amigos fenixianos y por nada del mundo dejaría que ese par de locas lo destruyeran así como así... y no me importaba perder la vida allí mismo con tal de que triunfara el bien como siempre. Cuando menos cuenta nos dimos Leah ya estaba en el segundo piso haciéndonos compañía, la miré con el ceño fruncido pues le tenía un cierto odio a la mortífaga. Un dolor horrible me hizo hacer una mueca y bajar la vista hacia mi mano donde portaba la varita... me habían atacado. Necesitaría curarme, pero no por el momento pues podía esperar. Cambié de mano la varita y levantándola apuntando a Leah.

 

-Silencius- dije sin más y el efecto fue inmediato... la motífaga se había quedado muda lo que me daría ventaja para seguir atacándole, odiaba escuchar su voz así que ese hechizo me hacía el favor de dejarla callada por un momento por lo menos. Luego de eso no perdería más tiempo, sería mejor volver a atacar así que levanté la varita de nuevo y volví a atacarle con saña.

 

-Floreus- y con ésto de la varita de Leah saldría un hermoso ramo de flores y sabía que no le gustaría el resultado de aquello pero al menos sería bastante divertido verlo. Esperaba que al menos me las regalara o me agradeciera para seguirme partiendo de risa por lo sucedido.