~ Ink Master ~ (MM B: 104529)

[Romina Black Lestrange]

Se quedó observando la muerte que había ocurrido tan rápidamente, a decir verdad no lo podía creer, pero en ese momento eran demasiados contra un solo mortífago, o al menos hasta ese momento no había aparecido nadie más. ¿Y ahora que iba a hacer? Lo único que le quedaba por hacer era silenciar a la mujer que estaba peleando con todos, o por lo menos así tendría menos posibilidades.

 

—Silencius— dijo apuntando con su varita en dirección a Juv Malfoy Croft. El efecto sería inmediato, al intentar pronunciar una sola palabra no podría hacerlo, quedándole así como última posibilidad solamente hechizos no verbales. —Silencius— dijo nuevamente apuntando a, bueno a la misa mujer, puesto que era la única que se encontraba en el lugar y no iba a andar atacando a sus compañeros. El efecto era el mismo que el anterior, esta no podría hablar.

[Lisa Weasley Delacour]

- Liberacorpus - Fue el conjuro necesario para bajar de donde estaba a Arya. Juv la habia subido alli gracias a un conjuro invisible, un lazo. Yo la habia puesto de nuevo con los pies sobre la tierra, dandole ese empujon para que se enfrentase a sus miedos y pudiese, por fin , vencerlos. Tras eso y amte una orden mia, mi corpus patronus, mi leon, avanzo directo hacia el cuerpo de la angel caido y con rudeza y corazon embistio con arrojo a Juv, intentando que esta cayese al suelo para asi incrustarle sus feroces mandibulas en el cuello.

 

- Aqueora - La masa de agua aparecio de la nada, cubriendo mi cuerpo. Podia ver bien y no me molestaba, por ende, podia seguir atacando sin dificultad alguna. Ademas de eso me regalo un episkey de emergencia que utilice para curarme de aquel absorvere que Leah me habia enviado hacia minutos y ya comenzaba a arder de mas. Creia en la justicia y en el buen hacer del mundo, pero en esos momentos mi meta era destruir cuanto mortifago se cruzase en mi camino.

[Jank Dayne]

- Ardius.. - empecé, saliendo de mi escondite. Allí, al instante, visualicé a Juv, mi objetivo dentro de la batalla: - ¡Confundus!

 

El encanto fue enviado imperceptiblemente hacia la mente y pensamientos de Juv, desorganizándolos totalmente. Tanto era así, que el hechizo que ahora rondaba en su cerebro no le dejaría ejecutar ningún tipo de acción, ni siquiera de defensa, por lo que sus compañeros y él vivían segundos de real ventaja ante sus próximos ataques. Por eso, se aseguró de que fueran apaciguados..

 

-Morphos! - me apresuré a conjurar seguidamente. Libra vibró para darme el visto bueno y así asegurarme de que el hechizo funcionaba como esperaba. Además, apenas salió de mi boca, la prenda superior de Juv fue convertida en un auténtico escorpión dorado israelí joven, pero igualmente mortal. Este, al sentir la sensibilidad y calor de su cuerpo, inyectó su mortal veneno sobre el cuerpo de Juv, infectando su organismo en cuestión de segundos y poniendo en juego los últimos segundos de vida que quedaban. En eso, me ubiqué a siete metros de Juv.

 

- Lusentium! - exclamé, y una onda mágica se hizo presente, recorriendo los siete metros que había marcado Hank hasta Juv, anulándole apenas tocó su cuerpo el sentido del habla, inmediatamente.

[Arya Macnair]

—Aqueora

 

Exclamó a sentir las heridas producto del corte de katana que Juve le había proporcionado. Una masa acuosa cubrió su fisonomía herida al tiempo que alguien la liberaba del amarre en los tobillos. Cayó de forma brusca y tuvo el episkey que necesitaba, el de emergencia, para no morir por aquel corte en el pecho. Ink Master se había llenado de gente y aquello le emocionaba, si tan solo fuesen allí por un tatuaje y dejasen su dinero sería mucho mejor, pero no, iban a destrozar y demás. Por suerte, al ya no formar parte de la sociedad no debería limpiar nada, por lo que el lío quedaría enteramente para Hank. Respiró profundo y miró a Lisa, lejos de su ubicación, asintió con la cabeza en modo de agradecimiento y se puso de pie.

 

—Corpus Patronus

 

Agregó agitando su varita con fuerza, había más respaldo del que esperaba realmente. Sonriendo aun con una mueca de dolor en los labios invocó un perfecto y magistral Hipogrifo adulto. Éste hizo una reverencia a la pelirroja tal cual ella lo había hecho segundos antes y agitando sus alas se alejó con la misión que la bruja le había encomendado. La criatura cubriría todos los flancos de Hank y no permitiría que nada le pasara.

 

—Episkey

 

Finalizó, una ves ilesa estaba lista para partir.

 

 

[Ley Gryffindor Rosier]

Ley Gryffindor Rosier

 

Pues bien, ahora centrando mi atención en la mortífaga que tenía enfrente. Imaginaba que estaría molesta por ver el cuerpo de su compañera inerte y frío con una mirada perdida que ya no emanaba brillo. Más miembros de la orden se sumaban a la batalla... Adry llegaba a apoyar por lo que me sentí feliz y agradecida de que tantos miembros hubieran respondido al llamado del lobo huargo enviado por Arya.

 

-Silencius- pronuncié elevanto la varita y apuntándo a Juv, quien quedó muda en ese mismo instante e imposibilitada de pronunciar hechizo alguno lo que nos daría una enorme ventaja para atacarle y recordarle que no debía de meterse con nuestro hermoso bando, no sin salir herida y sin llevar el mensaje a sus amigos cuando se metieran en sus cloacas. Sin perder tiempo seguí atacando.

 

-Sectusempra- y el rayo color rojo sangre salió disparado al pecho de Juv, lo que le provocaría serias heridas sangrantes que si no eran curadas de emergencia le costarían la vida y quedaría tendida en ese mismo lugar al lado de su querida compañera. Observé cómo los demás atacaban y esperé a ver la reacción de la mortífaga, sería interesante.

[Jank Dayne]

Juv cayó al suelo casi tan rápido como su contra compañera. Me le acerqué instintivamente, con la varita apuntándole. Mi cuerpo no había salido con ningún rasguño, por desgracia. Añoraba aquellas míticas batallas en las que salir sangrando, quemado y lleno de morados simbolizaba la victoria personal más digna que se podía llegar a tener. Pero esos tiempos eran oscuros y se habían esfumado con rapidez, lo que era una suerte para muchos. Y yo, en aquel entonces, debía estar feliz, ¿no? Debía..

 

En ese momento sentí un aleteo en mi espalda y varias plumas caer sobre mis hombros. Cuando me giré no me sorprendí de que éstas fueran tan pesadas teniendo en cuenta el tamaño del Hipogrifo que Arya había enviado para protegerme. Lo acaricié con la parte posterior de mis dedos y llegué a sonreír, mirándola.

 

- Bueno muchachos, el asalto ha culminado. Llamaré a los Aurores para que se encarguen de esto - avisé, moviendo con el pie la mano de Juv.

 

Después, me acerqué hasta Arya, quien había recibido varios ataques. Con un chasquido hice que el botiquín de primeros auxilios saltara hacia mis manos y, haciéndome de mis conocimientos en las pociones, logré crear un improvisado ungüento que coloqué sobre las heridas aún marcadas. Un truco que siempre le agradecería a los sanadores de San Mungo. Sin poderlo evitar, sentí cómo se habían invertido los papeles. Y, por supuesto, el habitual nudito en la garganta cuando detectaba el olor de su cabello.

 

- Fuiste muy valiente hoy - le dije, aclarando mi garganta. Amarré una venda en su brazo en el instante -. Leí en un libro que me regaló mi padre que los Targayen lo eran, pero esta clase de valentía es muy personal. Es pura, es auténtica. Es de Arya.

 

Y una corona de lirios creció sobre la cabeza de la bruja.

 

OFF:

 

Buena redada! (?) Dejo los saldos negociados por las dos bellezas de cada bando :

 

Marca Tenebrosa

 

Muertos: Juv Malfoy Croft y Giovanna Atkins

 

Orden del Fénix

 

Todos ilesos.

 

La victoria es tácita. ¡Saludos!

[Arya Macnair]

Cuando el último de los Mortífagos cayó, ella lo hizo al unísono. Sus piernas tambaleantes se cruzaron y acabó sentada en medio del desastre. Las máquinas estaban destruidas y la tinta de colores formaba charcos en el suelo a su alrededor, trozos de madera, metal, cristal y escombro formaban montañas haciendo del paisaje algo poco agradable. Arya suspiró agotada sintiendo aun tenso cada músculo de su cuerpo, pero solo respiró tranquila cuando hizo el recuento de sus tropas y los vio partir ilesos. Lisa, Ley y su hija Romina se fueron por un lado, Adry a quién no había visto siquiera llegar desapareció exactamente de la misma manera, ya tendría tiempo de hablar con ella.

 

Pero entonces se percató de que la cuenta no le cerraba. ¿Dónde estaba?. De un salto y tambaleándose en un pie se incorporó, con aquel par de enormes ojos azules abiertos casi fuera de su órbita, jadeando podría decirse que desesperada. Miró hacia la izquierda y nada, se volvió hacia la derecha nada tampoco, el corazón le latía en cada parte de su cuerpo, pero dentro de la cabeza resonaba como un tambor apagando los sonidos de alrededor, volviéndolos nulos, inexistentes.

 

—Gracias a dios

 

Susurró y la frente comenzó a arderle por la presión que volvía a la normalidad. Sin mediar palabras Hank se acercó a ella y trató los cardenales y cortaduras producto de la batalla, por suerte el corte en el pecho estaba cicatrizado, era una pena que su capa de viaje hubiera acabado hecha jirones por algún rincón del local tras el ataque. —Me alegra que vinieras— musitó con voz queda, luego de horas gritando hechizos a diestra y siniestra sus cuerdas vocales suplicaban descanso. Había extendido su brazo sin reproches, mirando atentamente todo lo que el mago hacía, curiosa lo estudiaba, parecía saber como proceder.

 

Sus mejillas se sonrojaron siquiera antes de poder pensar en qué responder. No era la primera vez que estaba solos, ni que hablaban con tanta cercanía, pero aquella vez había algo muy distinto, en el aire, en ellos mismos que no sabría descifrar. Sonrió de manera imperceptible desviando la mirada por una fracción de segundo, —Es tuya— respondió sin saber si era lo correcto o no, —A veces creo que el cuerpo va a rendirse sin avisar. Pero aquí hay algo que le incisa a continuar— agregó señalando con el dedo índice su pecho, justo donde latía un corazón fuerte.

[Emilia Malraux]

Sus pasos resonaban en el empedrado suelo del callejón, mientras un sin fin de estantes y vitrinas la rodeaban, colores, olores , risas y miradas de curiosidad era lo que a EMilia tanto le atraía de ese antiguo pero colorido rincón del mundo mágico. Ese día, estaba buscando la tienda de tatuajes de su madre Arya, pues había quedado con su hermano Ethan o como ella le decía "su platinado" para hacerse sus tatuajes el mismo día.

 

Doblo a la derecha y se topo de frente con una puerta en medio de amplios ventanales donde se podía ver el decorado alocado típico de una tienda de tatuajes. Quedo sorprendida al ver la vida que se encontraba adentro y no pudo evitar una risita mientras observaba como Tholav el tierno elfo de su madre hacia de mesero y recepcionista.

 

En dos pasos cruzo la puerta y se quedo observando con asombro el magnifico lugar de dos pisos, se notaba que tenia mucho de la personalidad de su madre pero un poco de la esencia de alguien mas a quien ella no conocia, se rescoto a una de las paredes mientras esperaba la llegada de su hermano, y fijo su mirada en la foto del tatuaje que se haría sabia que era un lugar doloroso para tatuarse pero hacia mucho queria hacerlo .

[Ethan Lenteric]

Ese día había quedado de acuerdo con su hermana mayor para ir a hacerse unos tatuajes en la tienda que siempre llamaba su atención al caminar por el callejón, desde siempre había tenido la curiosidad por tatuar su piel y que mejor que siendo acompañado por alguien a quien quería mucho. Miles de ideas cruzaban por su mente al encontrarse alistando en el castillo de su familia en donde se vistió de manera muy relajada usando un par de jeans, botas militares y una camisa en color blanco demasiado grande para su delgado torso pero así era Ethan; dueño de un estilo algo raro.

 

-Un lobo...mmh si, quizá...-Pensó en voz alta mientras caminaba escaleras abajo para ir hacia la chimenea del castillo y en cuanto desapareció de él ya se encontraba al instante dentro de la taberna a la que siempre le gustaba ir.

 

Salió por la puerta principal y sus pasos lo dirigieron casi por inercia hasta el local en donde Ink Master se reflejaba en letras y colores llamativos, al entrar en el local comenzó a fijar su mirada en todas las caras que había presentes y al encontrar a su hermana la abrazo con una gran sonrisa en sus labios.

 

-Pelirroja de mi vida....como estás?-

 

@@Emilia Malraux

[Emilia Malraux]

Allí perdida en el letargo en el que solía encontrarse, solo el viento frió de la puerta al abrirse la hizo reaccionar mientras fijaba su mirada en el recién llegado una amplia sonrisa curvo su rosto. Su hermano siempre tan único en su forma de vestir caminaba hacia ella, se levanto de su asiento y le correspondió el abrazo con una sonrisa aun mas grande en los labios.

 

Adoraba a ese pequeño checo/asiático muchísimo, quizás por que era el único niño mayor a la temible edad de 3 años le daba igual era el "bebe de la casa" pero admitía que tenerlo allí ese día era un consuelo pues le esperaban una horas de dolor entre agujas y tintas. -Pelirroja de mi vida....como estás?- escuchó decir a su hermano y soltó una risa ya que ambos se trataban con alegorías sobre sus cabellos o rasgos.

 

- muy bien mi platinado, ¿estás listo para un poco de dolor? - le dijo mientras señalaba las agujas y tintas que se encontraban en la exchibicion - ¿ya sabes que te haras ?-

 

@@Ethan Lenteric