Biblioteca de Alejandría

[Anthony R. Dracony M.]

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Ahora se veía que entendía nuestra prisa, tomo su cámara y nos pidió que nos acercaramos y entonces pude poner una cara más satisfecha y emocionado por iniciar la investigación que nos llevaría a esa gran aventura.

 

¡Por fin la fotografía estuvo lista! luego la castaña la coloco en la credencial y escribió nuestros nombres.

Luego la bibliotecaria se la entrego a Eirie, lo cual me tranquilizó ya que no quería estar mucho a su alcance.

 

Sentí como clavaba su mirada a mis ojos, sin que lo notara toque la punta de mi varita, listo por si hacía algún movimiento extraño. Le escuchamos sobre la credencial y sus restricciones.

 

Creí que no había problema, puesto que llevabamos precisamente tres libros, pero entonces en lugar de tomar la ficha de prestamo que llené, la chica castaña me enseño tres libros...me quede atónito

 

¡¿que?! mi gesto cambio, mi mirada se clavo en ella como si fuesen dagas -- ¡¿Que treta es esta?! ¡Habla!

[Alexandra Eirian]

Como la cámara era instantánea, en menos de un minuto estuvo lista la credencial y coloco en el espacio de usuario los dos nombres.

Me entrego la ficha y estaba por hacer lo mismo con la de Antoni pero se detuvo y luego dijo:

-- La credencial es de ambos, como su elección fue tomarse la fotografía juntos, solo se expide una credencial. Solo podran llevarse TRES libros.

Miro a mi amigo por lo que yo hice lo mismo y lo vi sonreír cuando le extendio la ficha de prestamo y dijo.

--No hay problema, son los que llevamos.

Despùes agregò:

--Es lo que veo, asi que me imagino que ESTOS te los llevaras despues, verdad?

Le mostré entonces los volumenes:
*El templo Paladin
*Antológia de la familia Malfoy
*Magia blanca, la fuerza de un Paladin.

A si bien me parecio raro lo que sucediò solo lo vì como una recomendaciòn que siempre te hacen las bibliotecarios por eso me sorprendì ante la reacciòn de Antoni cuando empezò a decir:

¡¿que?!- exclamò enojado y furioso-- ¡¿Que treta es esta?! ¡Habla!

 

-¿Sucede algo Antoni?- sorprendida y preocupada, a habia visto su pasado pero no con claridad y mi propuse nunca màs indagar sobre el ya que vi dolor y sufrimiento- esta bien, no es necesario que me lo digas, mejor salgamos de aqui y empecemos con lo que tenemos que hacer-.

[Anthony R. Dracony M.]

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¡Tenía ganas de sacar mi daga y enterrarla en su cuerpo! No me había encontrado a alguien como esa chica, sentía hervir mi sangre en las venas y ella tan campante...

 

Hubiese hecho una barbaridad si no me hubiese encontrado en compañía de mi amiga @@Alexandra Eirian, mi actitud asustaba, lo supe al ver su rostro.

 

Eso fue el bálsamo que me calmo, tenía razón, era mejor marcharnos. Tome la ficha y la aventé hacia la castaña, tome nuestros libros y camine al lado de Eirian.

 

Sentía coraje, pero no contra la castaña y mucho menos con mi amga Eirian, no, mi furia era...contra el destino o lo que sea que nos tenía en aquel acontecer de la vida.

 

Porque él podía decidir ahora su presente y así mismo su futuro, pero no podía cambiar su pasado.

[Shena Cindy de Ryvak M.]

Bueno, un buen plan que no se concreto de la forma prevista, pero tenía por delante más oportunidades y eso era algo a mi favor.

 

Lo vi como su mirada hechaba chispas y eso era mucho muy atractivo, lo hacía más interesante a mis ojos, era mejor que no fuese tan dulce y que hubiese "ese fuego" que amenazaba con calcinarme hasta los huesos.

 

Sonreí, sabía contenerse, con la varita recogí la ficha que me aventó. Tal vez, cualquieea opinaría que mis métodos no eran los más adecuados pero yo sabía que nuestro encuentro, era algo que no podría olvidar tan facilmente y quien sabe, tal vez su curiosidad lo hiciese volver a pedirme los libros y entonces tendría una nueva ocasión de charla con él.

[Alexandra Eirian]

Al ver la actitud de Antoni como automata agarre mi varita para evitar una catastrofe por suerte mi amigo logro calmarse y tomando lo libros salio disparado hacia la puerta, yo lo seguì no sin antes de despedirme con la mano de la bibliotecaria.

 

Ya afuera el logro bajar el ritmo y dejo de insultar a todos los Dioses habido por haber, le sonrei con una mirada burlona pero indicandole que le comprendia.

 

-Si ya te calmaste- le dije- debemos a empezar a leer- abrì el mapa y lo hojee primero- era como un ritual que siempre tenia antes de empezar a leer, cuando estaba llegando a la ultima pagina algo me llamo la atenciòn- mira- abriendo el libro en el lugar correspondiente- un mapa pero es extraño esta en egipto antiguo- no pudiendo ocultar mi emocion al observarlo note algo interesante- esta incompleto, debemos encontrar las partes farsantes- trate de descifrar unas palabras si bien no era egiptologa, podias aprender lenguas con escucharlas algunas veces pero necesitaba prestarle atencion- creo que aca dice el camino se esconde a simple vista-le traduje-¿que querra decir?-.

[Anthony R. Dracony M.]

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¡Era lo malo de no saber! De no saber a quien culpar, a quien reclamar le sobre lo que tuvo que vivir, ese pasado, ese destino...

Su enfado fue mucho, tardo en calmarse, pero recordó que estaba con su amigo Eirian...logró calmarse al fin, no tenía respuestas a sus dudas así que mejor dejar ese rencor dormido. Porque eso si, algún día cobraría tanto sufrir en su vida.

 

-Si ya te calmaste- me dijo- debemos a empezar a leer- abrió el mapa y lo hojeo primero, cuando estaba llegando a la ultima pagina algo le llamo la atención- mira- abriendo el libro en el lugar correspondiente- un mapa pero es extraño esta en Egipto antiguo- no pudiendo ocultar mi emoción al observarlo note algo interesante- esta incompleto, debemos encontrar las partes faltantes- trate de descifrar unas palabras si bien no era egiptologa, podías aprender lenguas con escucharlas algunas veces pero necesitaba prestarle atención- creo que acá dice el camino se esconde a simple vista-le traduje-¿que querrá decir?-.

Aun había en mi cuerpo un leve temblor de furia, eran residuos pero igualmente deje que Eirian revisará el libro mientras yo respiraba profundo para recuperarme. Y ella me mostró un mapa. Yo me talle con mis manos los ojos y mi cara, requería estar en calma. Escuche su pregunta y entonces le dije lo que yo pensaba:

-- Es como una invitación, al que este interesado y sea a la vez alguien digno. Siempre hay un mensaje, pero solo lo entienden quienes se prestan a escuchar. Puede ser que este implícito en el papel, solo hay que buscar si se puede "ver" a trasluz, con luz negra o con magia...vamos probando uno a uno ¿te parece?

@@Alexandra Eirian

[Shena Cindy de Ryvak M.]

La muchacha castaña se enfrasco en la tarea de reunir todos los libras que se dejaron los carritos distribuidos en cada hilera de estantes de las diferentes secciones con que contaba la gran biblioteca de Alejandría.

 

Después debía catalogarlos, registrar en el libro donde se asentaba que fueron consultados colocando la fecha y revisar que se encontraban en buen estado y devolverlis nuevamente a sus lugares.

 

El encuentro con él peliverde, le dejo muy pensativa. No tenía muchos ánimos de acabar con la jornada para regresar al colegio de Hagwarts...

 

Todolo hizó si magia, para retrasar el momento de tener que marcharse.

 

Retraso lo más pudo el momento y salió de la bibliota...grande fue su sorpresa de ver al ojimiel con su amiga.

 

Y si se atrevía hablarle de cuenta? Se colocó gustosa su bolsa de mano sobre su hombro y se acerco a los jovenes. Sinrió y saludo de manera alegre: !Hola!

[Maida Black Yaxley]

EL NIGROMANTE EGIPCIO

 

Ideal Original: Nox Black Lestrange

 

La organización está llegando a un punto crucial, uno de sus planes más ambiciosos está por dar inicio y algunos de sus miembros están muy preocupados, sienten que no cuentan con los recursos suficientes para llevarlo a cabo, sin poner en riesgo todo lo que han construido por tanto tiempo. Un rumor ha llegado a oidos de algunos miembros de alto rango, se habla de un tipo de magia antigua, inexplorada, prácticamente extinta y sobretodo muy poderosa. División y controversia, no todos apoyan el uso de magia de esa naturaleza, incluso los antiguos hombres se negaron a seguirla practicando por temor a las consecuencias que podrían desatarse. Finalmente un grupo es asignado para ir en busca de aquel conocimiento, aparentemente contenido en unos papiros que datan de muchos siglos en el pasado y que están sellados en la milenaria Biblioteca de Alejandría.

La enigmática biblioteca sin embargo, no será un lugar por donde podrán transitar tranquilamente sin exponerse. Aquel tipo de material se haya resguardado en los rincones más oscuros y es custodiado no sólo por criaturas que escapan a la imaginación humana, sino también por innumerables sellos, encantamientos ancestrales, guardianes poderosos y trampas que lograrían engañar incluso al ojo más experimentado.

La llamada Guerra de Bandos en Inglaterra estaba a su tope, tras en una interminable seguidilla de redadas y asaltos todo parecía haberse quedado muy calmado. Demasiado. Un claro ganador se ve muy lejano en el futuro. Los líderes y altos rangos buscan desesperados un punto de quiebre, algo que desestabilice finalmente la balanza. Y en este propósito se alza la idea de un Ángel Caído mortífago, quién está dispuesto a recurrir a un viejo artilugio, viejas enseñanzas, magia ancestral que nadie se ha atrevido a tocar en años, siglos, incluso quizá un par de milenios.

 

Existió en el Antiguo Egipto un brujo capaz de separar las agua del Nilo con un simple movimiento de la mano, y lo demostró para recoger un sencillo adorno de una esclava egipcia. El Faraón, encantado por sus habilidades, preguntó que otros talentos mágicos poseía, qué tan poderoso era. El Gran Mago, no le dijo una sola palabra, sino que pidió lo llevaran a las prisiones y decapitaran a uno o dos encarcelados, dos semanas más tarde, frente a los ojos de su gobernante, volvió a unir las cabezas a los cuerpos, devolviéndoles las capacidades que habían perdido en su viaje al Inframundo y borrando así su nombre del Libro de los Muertos.

 

Viejos papiros contaban la leyenda, donde el viejo Gran Mago siempre advirtió de lo oscuro de esta magia que tergiversaba todo el orden natural de las cosas. Lo mejor de todo, papiros aún más viejos detallaban la manera exacta de realizar estos hechizos y rituales.

 

Guiados por la locura y ambición de este Ángel Caído, un grupo selecto de magos se internaban hoy en la Biblioteca de Alejandría para buscar sin tregua, el conocimiento que les daría la ventaja definitiva. Pues que aquellos que revivieran, estarían por completo bajo el mando del Bando Tenebroso. ¿Qué posibilidades podía tener la Orden del Fénix si sus propios caídos en batalla revivían y alzaban las varitas contra ellos? ¿Qué temblor recorrería sus cuerpos si volvieran a ver en la Guerra a los viejos Líderes de la Marca Tenebrosa?

[Orión Yaxley]

Bueno, no era el mejor aroma del mundo, pero al menos no tenía que estar arrugando la nariz cada vez que respiraba como en uno de esos bares mortífagos de mala muerte. Oh, sí, el sentido del olfato era importante para Orión, porque de alguna manera lo hacía sentirse cómodo en el lugar donde se encontrara. En la Biblioteca de Alejandría podía sentir sólo un conjunto de cosas que él podía identificar como posh knowledge. Posh, como sofisticado, aristocrático, límpio. Ew. A él le gustaban los libros sucios y espacios usados. Sino ¿de qué servía el conocimiento en definitiva?

 

No importa. Orión estaba apoyado en una de las mesas esperando a sus compañeros. Como siempre, lo habían agarrado de punta y le indicaron que su presencia era necesaria en la biblioteca de Alejandría. Bufó. Pero tenía miedo que le hicieran algo parecido a lo que pasó en la Mansión Riddle, donde lo secuestraron para hacer algo así como show para las mujeres.

 

Le daban ternura las estatuas que intentaban indicarle de forma errónea y engañosa el mejor lugar para reunirse. Claro que tenían que proteger de alguna manera el lugar. Pero a diferencia de estos dioses, él contaba con una varita y ellos solamente podían depender de los conjuros que habían realizado los encargados de la Universidad.

 

- ¿Será que vine a la hora indicada?

 

Suspiró.

 

Tenía una cierta curiosidad sobre aquella expedición. Tenía los amuletos del libro de la fortaleza para poder ayudar en su travesía. Siempre venía bien el anillo contra oídos indiscretos. No había recibido un brief que lo pudiera guiar en la preparación, sólo que terminarían asaltando una importante biblioteca. No le importaba tanto el objetivo en sí, sino en los misterios que él pudiera obtener en el camino. Sí, un poquito egoísta, pero cada uno tiene sus propios objetivos ¿no? Total, el Mago Oscuro llevaría la información y lo más probable que nunca sepa más del tema en sí.

 

A lo que me refiero; no se preocupaba mucho.

 

Iba vestido con una camisa clara con el primer botón desabrochado. Unos pantalones fit oscuros y unas botas. Su cabellera cobriza con puntas azules estaba controlada, peinada y su barba arreglada. Sabía que en la Universidad, tenía que ser persona. Sino, capaz lo marcaban como persona no deseada.

 

*desaparezco*

Editado 14 de Marzo del 2017 por Orión Yaxley

[Maida Black Yaxley]

A pesar de haber estado una sola y única vez en los terrenos de la Universidad Mágica, la impresión había sido tan tortuosa que francamente, no estaba ni un ápice de animada para volver a ese lugar. Lo cierto era que aún se le revolvía el estómago cuando recordaba la casucha enquistada entre dos paredes rocosas. Y claro, la hermosa sesión de somatización que había obtenido del profesor Haughton. Argh, de sólo recordar Maida que no sólo compartía con él la especialización en Pociones, sino que además ambos andaban en el camino tenebroso, se le mareaba la cabeza.

 

Ahora enfiliaba hacia la Biblioteca de Alejandría, esperaba no tener que —valga la redundancia—, esperar demasiado por los chicos que aquella tarde iban a estar bajo su supervisión y cuidado. No sabía en que había estado pensando Alyssa cuando le dijo que ella los iba a cuidar. Ni siquiera estaba consciente de quiénes eran, o que expectativas tenían del lugar. Además, la misión era concreta. debían buscar todo lo que pudiera relacionarse con el Nigromante egipcio del que la Ángel Caído había escuchado.

 

Todo bien con el tema de la búsqueda de algo que por fin les diera una ventaja significativa en la lucha por el control de Ottery Saint Catchpole, pero ¿ir en busca de viejas leyendas? Además, de qué podría servirles el tema de conocer la historia de un viejo nigromante. ¿Eran acaso ciertos los rumores de que los viejos líderes de la Marca Tenebrosa no estaban en el autoexilio sino muertos? Ya, pero a una mortífaga de estreno como ella no se lo iban a decir, claro que no.

 

Chasqueó la lengua mientras se ajustaba la capa turquesa de pana que cubría una túnica negra holgada. Un reflejo. A veces, no podía evitar tener la sensación de seguir a prueba para las líderes, para los altos rangos, incluso para los bases que habían ingresado al camino oscuro antes que ella. ¿Se le iría alguna vez esa sensación o tendría que aprender a convivir con ella?

 

Y ahí en medio de las estatuas que decoraban el lugar, encontró algo, mejor dicho, alguien que la distrajo de sus cuestiones particulares: el tío Orión. Su guía-tutor-consejero-distraído tío Orión. De pronto, la empresa del día no se le hacía tan pesada.

 

— Tío —saludó con la mano para, a pesar de la confianza, evitar tocarlo—, es raro verte tan... ¿estirado? —capaz que si lo hacía en tono de pregunta sonaba menos extraño, pero si, aquella no era la habitual forma de presentarse del mortífago.

 

Es más, tenía un aire de sofisticación que raramente dejaba lucir, era como si la casta sanguínea de pronto hubiera decidido hacer acto de presencia. ¿Por qué tanta formalidad? Sus pies descalzos se tocaron, queriendo cubrirse. A ella le gustaba sentirse así de cómoda cuando la situación lo ameritaba.

 

— ¿Tienes alguna idea de dónde comenzar a buscar? Aún tenemos tiempo, tengo entendido que tres jóvenes promesas a la causa se unirán pronto —explicó encogiendo los hombros.