Jump to content

Nigromancia


Báleyr
 Compartir

Publicaciones recomendadas

Bufó en la soledad de la mazmorra, mirando con cierto desdén el cuerpo que tenía frente a ella como único compañero. Inerte y totalmente aburrido. Desde la otra habitación le llegaban ruidos y voces que parecían estar pasando un mucho mejor momento que ella, sumida en la oscuridad con las manos oliendo a muerto. Se levantó de la silla de un salto y dejó el pergamino con las anotaciones sobre el cuerpo, que ya había repasado hasta el cansancio.

 

Caminó hacia la sala del Nigromante, allí donde había libros y cosas más interesantes que investigar o por lo menos, para escuchar mejor. Le intrigaba lo que estaba ocurriendo con Hades.

 

Eso de probar el estómago de sus alumnos con un cadáver estaba bien, podía entender la idea de descuartizar un cuerpo maloliente y putrefacto hasta catalogar cada centímetro de piel. Pero ¿tenerla ahí esperando hasta el amanecer? Llevaba horas desvelada aguardando a Báleyr ¿Y si al final le decía que no? ¿Que se fuera a su casa? No, no iba a aceptar una negativa.

 

Se acercó a una de las estanterías y cogió un libro cuyo título estaba marcado junto a runas antiguas. Un viejo tratado sobre nigromancia y los símbolos de la muerte. No era una novedad, pero al menos era algo con lo que podía comenzar y pasar el rato hasta que el tuerto se dignara a enseñarle algo. Retrocedió en la pequeña sala y se dejó caer sobre un sillón orejero.

 

HakOva6.jpg?1


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Las eras cambian ante los ojos del anciano, de forma casi imperceptible el tiempo transforma la misma vida que rige, como las lluvias horadan la roca; poco a poco, sin prisa, jugando con la eternidad. Mientras él percibe los matices en el aire, en la luz o en el agua como una estatua que se mantiene vigilante y se asombra ante el resultado. La fuerza de la naturaleza, con la magia como su centro, es de una potencia abrumadora que no tiene otra maestra más que sí misma, con sus normas inquebrantables ordena la vida y la muerte, imponiéndose con férrea voluntad a los seres vivos.

 

¿Cómo no iba a desear ser un nigromante? Solo para participar activamente del ciclo, doblegar las leyes naturales y dominar aquello que nadie jamás ha podido dominar. Para hacerse con el poder que escapa a los mortales, para llevar una vida que no se extinga en la insufrible ceguera de la vejez y la muerte inevitable. Incluso aunque ello significara, tal como era, dar su vida.

 

Se removió entre la túnica y se acomodó la barba al cinto con el ojo fijo, como una estaca de hielo, en Hades. Lo que tenía frente a él era un forma que desafiaba las leyes de la naturaleza, una forma que no estaba viva ni estaba muerta, para algunos maldita, una media vida vacía y sin sentido. Y no les falta razón. La muerte significa un cambio para todos, incluso para los que solo la rozan con los dedos y regresan a la tierra aparentemente indemnes.

 

- Hades ¿Estás dispuesto y listo para presentarte a la Prueba de Nigromancia?

 

La voz vieja del Arcano se coló en todos los rincones de la mazmorra. Era de esas voces entrañables, graves y sedosas como el tacto de un libro antiguo, como el viento de otoño. Potente pero calmada, pacífica. A veces terrible como un trueno, otras veces como un bálsamo ante la desesperación.

 

- No te puedo asegurar el resultado, porque será una prueba dura, extenuante que pondrá a prueba tus conocimientos, habilidades y tu carácter. Descansa estos días y preséntate ante mi llamado.

 

El Arcano movió la vara de cristal y cortó el aire con la punta, creando un portal al más allá. Con su voz atronadora pronunció un par de frases ininteligibles que sonaban a una orden, avanzó un paso y golpeó el pecho de la criatura que habían creado hasta que el círculo del portal la absorbió completamente. El portal se cerró y la vara de cristal se convirtió en su usual varita entre los dedos.

 

- Buenos días Hades - dijo a modo de despedida, mostrándole la salida con una mano.

 

Avanzó detrás del mago hasta que estuvieron frente a la puerta. Desde allí se dio media vuelta y se quedó mirando a la bruja de cabellos blancos que leía cómodamente en su sofá.

 

- Espero que el libro sea de tu agrado. La clase ha terminado, puedes marcharte. Revisaré la tarea que te dejé, si todo está en orden recibirás instrucciones para asistir a la siguiente clase. De lo contrario, te aconsejo que busques un nuevo pasatiempo.

 

La puerta se abrió junto a él para dejar el camino libre a la mujer.

 

- Deja el libro donde estaba antes de irte.

 

@@Hades Ragnarok

 

 

nuRQYmF.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Aquella figura que una vez había sido parte de la vida de aquel hombre le sonrió tristemente pero en sus adentros seguramente sabia que él tenía razón, ahora había llegado el momento de cruzar, en el futuro, en algún lugar luego de la luz o en alguna otra vida quizás podrían encontrarse. El Cainita la observó desvanecerse o más bien desaparecer por aquella mazmorra. Suspiro y cerró los ojos para volver a su forma original si es que no la había dejado atrás.

 

Al escuchar la voz de Báleyr se levanto, aquella visita extraña por decirlo de alguna manera lo había afectado, ¿Qué otras cosas estarían escondidas allí en aquel mundo donde no debía ir o al que no debía acceder en caso de ser necesario?, quizás personas que le querían y otras que el sospechaban que lo odiaban y deseaban su cabeza, tal como sucedía en Grecia. Aquel viejo arcano le había echo al pregunta definitoria, una pregunta crucial para lo que él deseaba realizar. Suspiro y pensó unos segundos, al aceptar todo cambiaria. Lo medito el tiempo suficiente esperando que el tuerto le tuviera paciencia.

 

-Estoy listo –dijo al fin- pase lo que pase deberé enfrentarlo, elegí este camino y aceptare las consecuencias de mi decisión y de mis actos, será una prueba dura pero estoy seguro que es el momento de afrontarla, llegado a este punto para mi, sería una tontería no hacerlo

 

Sin más sabía que con aquellas palabras había firmado lo que vendría a continuación.

 

Asintió ante las palabras de Báleyr e hizo una ligera reverencia para salir de aquel lugar, observando cada uno de sus movimientos y el portal que pasaron para llegar a la salida. Una vez que este el indicó el camino se despidió y salió de allí, simplemente esperando el momento del llamado y el momento en que afrontaría cualquier cosa que el destino y el viejo arcano le tuvieran preparados. Solo esperaba salir con vida de aquello, jamás se sabía que podría encontrar del otro lado, mas siendo él.

 

@Báleyr

vkDq3f1.png

 

kNTUx8c.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

«Justamente es en la mayor oscuridad donde más se aprecia la más tenue luz»


Podía sentirlo. Podía, con cada bocanada de aire aspirada, oler la muerte. Sus pies se negaban a continuar con la marcha. Su cuerpo se encontraba frío, estático. Consciente de que el avanzar significaba una sola cosa: ir en contra de sus creencias. Tragó saliva. Su pescuezo retumbó en el pasillo vacío. Cada paso que trataba de dar consumía más energía. Cada paso lo acercaba más a una habilidad a la que temía y hasta despreciaba. Cada paso lo acercaba a un «yo» al que odiaría.

Era una sensación completamente distinta a la vivida cuando se encaminaba a encontrarse con Sajag y su enseñanza. Sí, aun en aquella vez temía a la habilidad que iba a tomar. Temía obtener un poder que lo llevara a la locura, un poder que estuviese más allá de su comprensión y control. Y quizás aquella vez había tenido razón ¿Acaso no era a causa de la Videncia que ahora se encontraba allí parado? Sí, tenía razón. Pero ya no le temía a la videncia, comprendía que era una herramienta, un «don», la capacidad de ver el destino y tratar de enfrentarse a él pero consciente de las consecuencias. Había aprendido que debía aceptar el pasado para prevenir el futuro, saber disfrutar el presente para no ser absorbido por las cargas futuras. Sin embargo, sabía que no todas las cargas podían ni debían obviarse. Por eso estaba allí.

«El miedo es el recurso del débil» Había leído alguna vez, en algún libro que ya no recordaba ni su nombre ni su contenido. No podía permitirse ser débil. Su pie izquierdo avanza unos centímetros. El futuro que había visto no era esperanzador y si debía destruirse a sí mismo, lo haría. Su pie derecho imita a su homólogo. ¿Realmente esperaba vencer al destino sino tenía el coraje de superar aquella pequeña prueba? De pronto, sus pies parecen más ligeros y su cerebro parece recordar cómo caminar. Respira profundo y continúa su camino, consciente que tendría que retomar aquel peso en algún punto probablemente dentro del portal.

Nuevamente la duda se apodera de él cuando piensa en el portal. ¿Él, que deseaba ser nigromante solo temporalmente, podría ser capaz de convencer al portal de ser digno de la habilidad? Su deseo de manipular algo tan sagrado y puro como la vida y la muerte no era algo propio de él, sino una necesidad temporal. Necesitaba volverse un nigromante por información. Jugaría con sus convicciones. Iría contra sus valores para, irónicamente, defenderlos. Rompería una promesa con su gente, con aquellos que lo habían acogido cuando él mismo no era capaz de acogerse para proteger el bienestar de sus seres queridos. El bienestar de su mundo.

Secó sus manos sudorosas con la capa que llevaba encima, la cual posteriormente desapareció con un simple movimiento de su varita quedándose únicamente con una camiseta azul un poco maltratada por el tiempo de uso. Sospechaba que ir con su mejor ropa no podía ser la mejor decisión, pues probablemente nunca más utilizaría la ropa que llevase aquel día. Su mano y cuello iban libres de los amuletos obtenido por parte de los Uzzas, no por hacer caso al rumor sobre la mala relación entre Arcanos y Uzzas sino porque consideraba que las habilidades eran casi la única instancia en donde se debían probar a sí mismos más que los objetos obtenidos en su pasado.

Al llegar frente a una puerta en la mazmorra golpeó con fuerza mediana para solicitar la entrada al Arcano. Esperó no haber equivocado de rumbo o haber llegado en mala hora. Se mantuvo recto -y bastante tenso- al otro lado de la puerta esperando que el arcano, Báleyr, le permitiera la entrada a los aposentos.

Buenas tardes, soy Goderic. Me dijeron que aquí comenzaría mi enseñanza sobre la habilidad de nigromancia.

AINSXnu.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

El silencio le ofrecía una paz inamovible. Era como un vacío que nunca llegaba a llenarse del todo, una especie de trance temporal y transitorio que lo sumía en una calma de la cual podía disfrutar sin limitaciones. Su gran edad le había permitido, a lo largo de los años, disfrutar de los pequeños y grandes placeres de la vida, pero a pesar de sus triunfos y conquistas, de sus pérdidas y sus caídas, sus viajes y sus estudios, siempre encontraba un extraño retazo de placer sublime en el silencio. Era una de las creaciones perfectas: siempre estaba allí, esperando a que el ruido cesase para retomar su protagonismo.

 

Sumido en el silencio y la prácticamente impenetrable oscuridad que caracterizaba su mazmorra, aguardaba sentado, con los ojos cerrados y sus manos entretenidas jugueteando con su larga cabellera, un hábito que había adquirido últimamente pero del cual extrañamente no se podía desligar. Pacientemente esperaba el momento en que sus alumnos hiciesen acto de presencia en el lugar, dos pupilos que buscaban de su instrucción para iniciar su viaje en las artes de la Nigromancia y para, intentar siquiera, convertirse en aunque sea nigromantes novatos. No les haría las cosas fáciles, desde luego que no, ni su propia personalidad ni la habilidad en si podían permitirse semejante ultraje.

 

Su pupila mujer, una de los tantos Malfoy que habían pisado su mazmorra, ya había establecido contacto con él y había atravesado una de las fases del entrenamiento. En su momento la había excusado con el propósito de examinar cuidadosamente su labor pero también con la idea de descansar un poco tras las agotadoras sesiones de entrenamiento que había tenido que realizar para con Hades; no quería admitirlo, una parte de su terqueza no se lo permitía, pero en días como aquellos todos los años y aventuras que había vivido parecían cobrárselas, tanto que a duras penas podía levantarse de la cama. Tras comprobar que la mujer había hecho un trabajo que raspaba lo aceptable, volvió a citarla a su mazmorra al mismo tiempo que al más reciente de sus pupilos.

 

Poco sabía sobre él, más que su nombre, que en ese momento no recordaba. Ciertamente no llevaría el mismo progreso que la Malfoy, pero quizá si se probase lo suficientemente apto podría alcanzarla y juntos progresar hacia la prueba de la habilidad. Después de todo, si algo había aprendido en sus varios años como profesor, era que cada alumno era un mundo separado del resto y cada uno tenía sus propios tiempos para aprender. Báleyr no era un profesor piadoso ni que sintiese lástima por los débiles, pero sí sabía premiar a aquellos que a pesar de las dificultades mostrasen la perseverancia necesaria para terminar triunfando.

 

- Bienvenido, Goderic. En efecto es aquí donde intentarás de iniciarte en la Nigromancia. - dijo el anciano tras recibir a su alumno, quien se presentó en su mazmorra acorde a lo pactado. Carraspeó sonoramente, y luego prosiguió - Déjame advertirte que nada de lo que te espera es fácil, muchos otros se han presentado aquí como tú para aprender de mí y han fracasado en el intento. Nada de lo que aspires a realizar conmigo o gracias a mí será sencillo, pero si aún así estás dispuesto a intentarlo, entonces haré lo mejor que pueda para enseñarte.

 

Sólo restaba a esperar a su alumna Malfoy. La última vez que la había visto se había mostrado extasiada por aprender y hasta furiosa por las labores que el anciano le había asignado. ¿Dónde estaba ahora?

 

- Empezaremos con algo sencillo. Déjenme decirles algo - dijo, tras un largo silencio de varios minutos, una vez que la mujer se hizo presente - la única forma de dominar las vicisitudes y secretos de la muerte es conocerla y conocerse a ustedes mismos lo mejor posible. Verán, la muerte es, quieran o no, inexorablemente parte y, a su vez, dueño de ustedes; si quieren dominarla, deben aceptarla como es y deben entender el propósito de su existencia. La razón de ser. No cualquiera es capaz de semejante hazaña, pero quizá yo pueda guiaros hacia la respuesta. - miró a sus dos alumnos a través de su ojo sano, percibiendo en sus miradas el temor que su figura les infligía - Quiero que busquéis dentro de ustedes y me digáis cuál es la verdadera razón, no importa cuan vergonzosa, profunda o terrible sea, por la cual queréis aprender la Nigromancia. Me gustaría también que me digáis que representa la muerte para vosotros, que figura os hacéis de ella, que os inspira."

 

@Goderic Slithering

@Beltis

nuRQYmF.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Asintió. Tenía más que claro que no sería fácil obtener aquella habilidad, lo sabía más que nadie. No obstante, no huiría por más advertencias que el arcano y su propio cerebro realizaran. Habían más motivos para justificar su presencia en aquella mazmorra que motivos para huir de allí. Si quería enfrentarse al destino que había escrito debía luchar con todas las herramientas que conseguiría y, lamentablemente, la nigromancia era una de las que podía resultar decisivas. Sonrió a su maestro en señal de que comprendía sus palabras pero que estaba dispuesto a superar cualquier obstáculo impuesto o autoimpuesto.

Una sonrisa iba aflorando en sus labios con cada palabra que el arcano pronunciaba. ¿Autoconocimiento? era una tarea a la que se había dedicado años y continuaba practicando, pues era consciente de que la vida cambia a las personas y él, claramente, no era la excepción por lo que continuamente se daba tiempo para la meditación para tratar de conocerse aún más. Conocer y aceptar la muerte también era algo lo cual ya había vivido. Las palabras que había escuchado en aquellos momentos seguían fresco en su mente.

« Sin luz no hay oscuridad, sin dolor no hay felicidad. Sin fracasos no hay superación, entonces ¿por qué luchar contra la muerte? la muerte es un amigo que nos espera toda nuestra vida para ayudarnos a dar un paso hacia otro camino, hay que aceptar su compañía y su sombra. Nunca olvidar que vivimos en un ciclo bello y puro, con tristezas y alegrías pero siempre viviendo en la dualidad.

La magia está en todo lo que hacemos y en todo lo que nos rodea. La magia está en la vida y en la muerte. Renegar de la muerte es renegar de la magia, también es renegar de la vida. Si la muerte pierde su presencia ¿para qué quisieras ser fuerte? ¿qué querrías proteger? La muerte es una sombra que nos impulsa hacia delante, buscamos disfrutar nuestros días, conseguir un legado para cuando llegue nuestro final pero ¿qué pasará cuando no exista un final?. »

¿Cuál sería la reacción del Arcano en caso de dar aquella respuesta? Su rostro se ensombreció al recordar la petición que le había hecho. ¿Cómo decirle cuál es la verdadera razón por la cual estaba allí? ¿Cuál razón podría dar para dominar a la muerte, la cual consideraba un amigo? Si decía la verdad ¿cómo reaccionaría? y, por el contrario, ¿qué haría si notara que mentía? Sus manos volvieron a sudar como respuesta al nerviosismo intrínseco de tomar una decisión tan dura como a la cual se estaba viendo enfrentado.

Suspiró. Goderic veía en los Arcanos un maestro que los guiaría en la vida. Las habilidades no eran más que herramientas para encontrar el propio camino y superar los obstáculos que se cruzaran. Por lo mismo, se veía incapaz de mentirle.

La muerte es incomprendida. No es más que un paso inevitable y necesario en el ciclo de la vida. Es bella y pura como la vida. Es algo con lo que no se debería jugar, no se debería corromper por fines mundanos. Seguro ahora se estará preguntando porqué estoy aquí cuando pienso de tal manera sobre la muerte y es por conocimiento.... ―No era del todo falsa aquella razón pero de igual manera se sentía mal al ocultar parte de la verdad por lo que decidió agregar una frase que le hizo estremecerse.― Además que necesito el poder de manipular la muerte por «Un bien mayor»

AINSXnu.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

- En efecto, la muerte es incorruptible, Goderic. No existe nada ni nadie que pueda escapar a ella, quizá existan algunas personas, como yo, con el poder suficiente de postergarla indefinidamente; pero al final de la historia, nadie es capaz de la inmortalidad. Llevo mucho tiempo buscándole la vuelta a eso, pero creo que es lícito admitir que la muerte en sí es el destino final de cualquier tren que decidas tomar en esta vida. Tienes que reconocer a la muerte no como algo ajeno, sino como algo intrínseco. Es parte de tí y de tu ciclo de vida.

 

Báleyr contempló atentamente, a través de su ojo sano, a Goderic por unos cuantos momentos. No estaba del todo seguro a qué se refería cuando hablaba de un "bien mayor", después de todo los bienes mayores eran cuestión de subjetividad y al Arcano verdaderamente no le importaban las subjetividades ajenas; magos mucho más poderosos que su pupilo, e incluso más poderoso que el Arcano (cosa que no admitiría), habían perdido la razón en el medio de relatividades propias y por aquello mismo no aceptaría aquella respuesta como suficiente.

 

- Necesito saber a que te refieres con ese bien mayor, Goderic. - el anciano podía notar lo dubitativo del joven; había en efecto algo que no quería contarle, pero el no hacerlo constituiría motivo suficiente para cortar la clase en ese entonces - No debes tener miedo de tus motivaciones para aprender esta disciplina, joven. La Nigromancia es un arte oscura por excelencia, pero eso no quiere decir que aquellos que la dominan sean malas personas. Si quieres conocer la muerte, debes dejar que ella te conozca primero y hacerlo bajo la sabiduría de que es una relación dispareja, dado que ella siempre sabrá más de tí que lo que tú sabes de ella.

 

La Malfoy permaneció en silencio, sin emitir palabra o realizar gesto alguno.

 

- Cuéntame, además, ¿por qué crees tu que la muerte está tan mal vista? ¿por qué los seres humanos tenemos tanto miedo a la muerte y no queremos que nos llegue, a pesar de que entendemos que es parte de nuestras vidas?

nuRQYmF.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Escuchó con atención la intervención del Arcano. No podía estar más de acuerdo con él en su forma de interpretar la muerte. Podía sentirla allí, cautelosa y amenazante. Esperando por ver si el mago sería capaz de ir en contra de sus designios. Podía sentir su mirada desafiante analizar cada centímetro de su alma en un intento de tasar sus capacidades y habilidades. Intrigada en los resultados que darían aquellas enseñanzas del Arcano. Goderic podía sentir su aliento en su cuello al susurrar un «Veamos si te atreves a huir de mi».

Cerró sus ojos brevemente para deshacer de su mente aquellas sensaciones producidas por su imaginación o, al menos, eso le gustaba pensar. Escuchó como nuevamente su maestro indagaba más en la pregunta realizada anteriormente y, para desgracia de ambos, no sabía qué más poder decir. No diría mentiras pero tampoco le contaría con lujo de detalles su vida y razones. A pesar de lo que creía el arcano, no era temor a sus motivaciones. A pesar que se sentía algo «sucio» por intentar utilizar magia oscura, estaba seguro de estar allí. No temía estar de pie allí, temía lo que sucedería de no estarlo.

No creo ser mala persona por aprender la Nigromancia.― aclaró rápidamente, no quería dar una falsa imagen al Arcano. La vida no era tan simple como para reducir un juicio a aquello.

No, no todos los nigromantes eran malas personas como tampoco todos los no nigromantes eran buenos. Eso lo tenía claro. Sin embargo, no podía evitar sentirse mal por ir encontra de lo que prometió alguna vez. Por eso se sentía sucio. Temía perderse a sí mismo en la búsqueda de ese «bien mayor». No obstante, el estar de pie frente al arcano demostraba la confianza que tenía en las enseñanzas que había obtenido de la vida. Había aprendido que el temer no era algo negativo, la muerte tampoco lo era, todos los aspectos negativos resaltan y guían a lo positivo. Ahora había llegado el momento de mantenerse firme a pesar de que fuertes vientos tratasen de hacerle perder su rumbo.

Mi bien mayor es proteger mi mundo.― comprendía que era necesario aclarar pues era una frase bastante subjetiva.― Proteger a mi familia, a mis amigos, a los que conozco y a los que el destino tiene planeado que llegaré a conocer. No de la muerte sino de quienes quieren utilizar la muerte para causar daño. Por eso estoy acá, como dijo un hombre sabio: conócete a ti mismo y conoce a tu enemigo y en cien batallas nunca serás derrotado.

La primera vez que había leído El arte de la guerra de Sun Tzu era demasiado joven para comprender del todo sus enseñanzas pero ahora aquellas extrañas palabras e hipótesis ahora le resultaban guías claras y útiles para pensar antes de actuar. La estrategias de guerras eran útiles siempre pues como el mismo autor dijo «El arte de la guerra es el arte de la vida.» Y Goderic utilizaría todos los recursos a su alcance para vivir protegiendo sus ideales.

Aún le debía una respuesta a Báley. Una pregunta que resultaba sencilla de generalizar aunque sabía que había un grupo de personas que su respuesta no representaría. Él también había odiado a la muerte un tiempo aunque también había odiado a la vida. En ese tiempo le odiaba y le temía pero al mismo tiempo la anhelaba como una vía de escape que le alejaría del dolor que estaba sintiendo al quedarse solo. Era precisamente a eso lo que se podría resumir el odio a la muerte: la soledad.

Creo que los humanos tememos y odiamos a la muerte por dos razones que no son excluyentes. La primera, es el temor a la soledad. El anhelo egoísta de no perder a nuestros seres queridos y quedarnos solos. El sufrimiento de quedarnos sin su compañía es una de las razones principales por la que la muerte es tan mal vista.

Sin embargo, sabía que había otra razón. Un temor más profundo que pocos indagaban en él porque el hacerlo era sumergirse en una profundidad tal que era muy difícil salir ileso de allí.

Lo segundo es el temor al más allá. El ver que toda nuestra vida pueda llegar a no significar nada. La incertidumbre y lo desconocido suele causar miedo pero lo que más causa terror es estar años viviendo sin un propósito o, de existir, no ser capaz de lograrlo a causa de una muerte prematura o imprevista.

La muerte no era el problema. Era algo natural y necesario. Sin embargo, la consecuencias que trae el fallecer es algo a lo que se teme e incluso se odia. Vivir por nada, morir por nada. Afectar a seres queridos con su partida, ser olvidado pronto por quienes se dió parte de la vida. El impacto de una muerte a nivel macro es insignificante y, por lo tanto, implica que nuestra vida también lo es. Analizar todo aquello resulta triste y causar una sensación de vacío. Un vacío que es complicado de llenar sino se es consciente de la belleza de la vida.

AINSXnu.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Bajó las escaleras hasta encontrar la pequeña puerta de madera, al final de un anguloso y retorcido camino que llevaba hasta las mazmorras. Se respiraba el aire enrarecido y la luz rojiza de las antorchas parecía batallar para mantener las sombras alejadas de las paredes de barro. Hacía frío, un frío seco y gélido que se metía en la piel como agujas de hielo. Beltis se detuvo frente a la puerta y la abrió sin esperar, sin la ingenuidad que la había acompañado la primera vez que había conocido a Báleyr. El Arcano le había demostrado que estaba más allá de los convencionalismos.

 

Todo seguía igual. Las velas titilantes y las sombras que parecían cernirse sobre ella a cada paso; el olor a muerte. Sin embargo, el ambiente lúgubre y la sensación de estar ante el abismo de la misma muerte no eran incómodos ni antinaturales. Al fin y al cabo para estar ahí había que comprender la naturaleza de la muerte y el sino de los mortales. Beltis había abrazado esa mortalidad muchos años atrás como a un viejo amigo que solo espera.

 

El Arcano estaba muy ocupado evaluando y respondiendo a un nuevo alumno, así que la mujer de pelo blanco se giró al cabo de un rato para dirigirse a las estanterías abarrotadas de conocimiento sin dejar de escuchar el intercambio de apreciaciones sobre la muerte y el bien mayor. Uno de los más grandes autoengaños para justificar las acciones éticamente cuestionables en pos de un bien superior deseable para el mundo entero. Salvadores de la humanidad que se permitían imbuir de una bondad que no les pertenecía sus ideales y acciones.

 

No hizo esfuerzo alguno para evitar sonreír mientras sus ojos parecían leer los títulos de los libros como si en ellos se escondiera un chiste que solo ella entendía. No quería interrumpir al Arcano, así que mantuvo los labios sellados y se fue a sentar a un sofá con un libro entre las manos. Un poco distante, a su modo aprendiendo de ese intercambio entre profesor y alumno tan iluminador.

HakOva6.jpg?1


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Su alumna Malfoy parecía por fin demostrar interés en la clase. Inmutada desde que había llegado y hasta entonces, había hecho caso omiso de las preguntas del Arcano y se había limitado a permanecer en silencio mientras Goderic hablaba. En un principio Báleyr había aceptado su silencio, justificándola con que quizá estaba divagando dentro de su cerebro por una respuesta lo suficientemente convincente como para satisfacerlo a él, quien seguramente dentro de sus pensamientos no era más que un anciano soberbio, creído y gruñón. No fue hasta que la muchacha se puso de pie y se dirigió hacia las estanterías que descansaban contra las paredes que le quedó claro que los estaba ignorando.

 

- Disculpe, señorita Malfoy. - dejó salir Báleyr, tras callar momentáneamente a Goderic de un gesto - Quizá esté acostumbrada a recibir trato especial por ese apellido que usted porta, créame que he tenido otros de su familia en esta misma mazmorra y todos ellos se pasean con el mismo aire altanero que usted, pero ha estado aquí desde el comienzo de la clase y sus actividades previas a este día no la dejan exenta de esta parte teórica. Quizá se crea que no la necesita, pero le aseguro que el no conocer a la muerte es el peor error que un aprendiz de nigromante pueda cometer. Así que venga aquí, por favor y espere a que su compañero termine.

 

Fulminó a la mujer con la mirada por unos segundos, para luego retornar su ojo no-tuerto hacia Goderic y, tras un corto asentimiento, le permitió continuar. Alzó las cejas sorprendido en más de una ocasión, gesto que pasó desapercibido gracias al parche que le cubría la mitad de la frente y a su larga cabellera platinada cuyos flecos oscilaban por su rostro como olas en el horizonte del mar. No dejó que ninguna otra parte de su rostro expresase la leve admiración que sentía por la claridad de los pensamientos del muchacho, se mantuvo en cambio impasible y serio. Si bien las respuestas del muchacho seguían siendo, para su gusto, vagas y algo circunstanciales, dejaban trasver que dentro de él mismo sí que había un verdadero motivo para presentarse allí.

 

A lo largo de su experiencia como Arcano, había visto varios magos acercarse a él con quizá el mismo o mayor entusiasmo que su actual pupilo; la mayoría de ellos, sin embargo, habían fracasado en el intento de aprender la habilidad por no tener sus motivos lo suficientemente claros o no tener la determinación suficiente para actuar en base a ellos. Sus labios se curvaron, por una fracción de segundo, en una corta y pícara sonrisa al recordar los bufidos y rechistares de varios magos 'pródigos' quienes eran echados de la clase por no ser lo suficientemente competentes. Si bien no podía prever el futuro de Goderic en la habilidad, el joven versaba de una manera prometedora que le despertaba una ilusión que hacía rato no sentía.

 

- ¿Sabes por qué más le tememos a la muerte? - aventuró en cuanto su alumno concluyó - Por que la muerte es la prueba irrefutable de nuestra vulnerabilidad. La especie humana se ha construido, con el paso del tiempo, una idea de egolatría por ser la especie superior o por que estamos dotados de una inteligencia racional. Incluso nosotros los magos nos creemos mejores que los muggles por tener la magia en nuestra sangre. Sin embargo, la muerte no se fija en las especies ni en las razas ni en si poseen magia o no. La muerte no sabe de excentricidades.

 

Con un simple ademán, invocó su báculo. Éste se materializó en el aire y su cristal opaco refulgió levemente a la luz de las antorchas que había en la mazmorra. Báleyr lo sujetó fuertemente con su mano derecha y realizó un ademán que provocó que una de las puertas, ubicada en la mitad de la pared a su derecha entre dos estanterías, se iluminara levemente con un resplandor violáceo. Dejó que la larga vara mágica descansase apoyada en su falda y la tamborileó levemente con sus dedos, esperando unos segundos para decidir con qué parte de la clase debía continuar su pupilo.

 

- Por favor, Goderic. Pasa por esa puerta. Encontrarás un cadáver allí dentro; quiero que lo examines bien y que me digas todos y cada uno de los detalles que a tí te indican que esa persona está muerta. Vuelve aquí cuando hayas terminado. - sin más, redirigió su mirada hacia la Malfoy - Muy bien, ahora sí que es tu turno, espero no aburrirte demasiado si te pregunto ¿qué es para tí la muerte? y ¿por qué quieres dominarla?

nuRQYmF.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Unirse a la conversación

Puedes publicar ahora y registrarte más tarde. Si tienes una cuenta, conecta ahora para publicar con tu cuenta.

Guest
Responder a esta discusión...

×   Pegar como texto enriquecido.   Pegar como texto sin formato

  Sólo se permiten 75 emoji.

×   Tu enlace se ha incrustado automáticamente..   Mostrar como un enlace en su lugar

×   Se ha restaurado el contenido anterior.   Limpiar editor

×   No se pueden pegar imágenes directamente. Carga o inserta imágenes desde la URL.

Cargando...
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.