Legilimancia

[Rosália Pereira]

La arcana dio una ultima mirada a Castalia, dándole su espacio para contestar. Decidir si hacer la prueba o no era algo que llevaba un gran torbellino de pensamientos y conllevaba una gran responsabilidad el terminar de adquirir la habilidad de la cual Pereira era recelosa. Sintió los pasos de su nuevo alumno entrar al invernadero y lo observó analizar lo que en el interior del invernadero estaba.

 

La mujer detalló a su nuevo alumno, desde su físico hasta sus pensamientos y supo que era un mago que buscaba hacerse de poder, ¿Sería digno ante los ojos de Rosália? No cualquiera lograba cumplir las altas expectativas que mantenía la vieja arcana, la mujer giró su cabeza y dio unos pasos acercándose - No irrumpes nada, Hades - soltó la mujer mientras dejaba su varita en la mesa a su costado.

 

"Sígueme" indicó al Ragnarok mientras se giraba para caminar dentro del invernadero donde se encontraban sus rosas, tomó la tijeras de jardinería y le tendió una al mago. Se giró a Castalia que estaba a varios metros y le dejó un suave mensaje en sus pensamientos "Cuando te sientas lista, ven a mi y te abriré el portal" indicó, para luego volver a Hades.

 

- Logro ver en tu mente cosas que te hacen codiciar la habilidad, más que por gusto es para protección ¿O me equivoco? - soltó la bruja, comenzando a cortar en forma diagonal a las rosas, dejándolas en el carrito pequeño a sus espaldas. Con un movimiento de la mano, le indicó al vampiro que imitara su acción y le ayudara con las rosas.

 

- No cualquiera es merecedor de mis conocimientos, así que dame un motivo que me convenza para comenzar tu clase - soltó, sabiendo que no era del total agrado para el mago que entrara en su mente, pero le era inevitable y ya había visto hasta los más grandes miedos que guardaba su mente.

[Hades Ragnarok]

Escucho la voz de la Arcana y asintió para luego hacer una reverencia. En verdad pensaba que había interrumpido a la mujer, pero al escucharla se tranquilizo un poco. Siguió sus instrucciones sin chistar ni poner resistencia, si algo había aprendido a través del tiempo y de los años era a no llevarle muchas veces la contraria a sus maestros arcanos. Si bien, el era rebelde, una de sus características mas distintivas también sabía que había momentos en los cuales no valía la pena luchar una batalla.

 

Siguió a la mujer dejando a aquella otra mujer con sus propios pensamientos, aunque algo le atraía a hablarle, como si la conociera o se le pareciera a alguien sabía que no debía interrumpirla. Cada uno de sus maestros era diferente, la Pereira le daba quizás un poco de paz, aunque estaba claro que eso no duraría mucho ya que debía afrontar lo inevitable, ella se metería en su cabeza, en sus recuerdos, en lo que él siempre había estado ocultando. Maldijo por lo bajo ya que no había terminado aun su clase de Oclumancia, sino, hubiera puesto mucha más resistencia, claro estaba, igual debía dejar que ella le enseñara por las buenas y por las malas el arte de leer las mentes.

 

-No, no se equivoca –dibujo una mueca de sonrisa debiendo admitir que Rosália Pereira había acertado a la primera- debo admitir maestra que no soy bueno con las plantas, a mí se me secaría hasta una planta de plástico –dijo apenado- pero si está segura que es lo que desea hare lo mejor posible –comento con la tijeras en las manos.

 

Prestó atención a la mujer, sus movimientos, detallo sus facciones y sintió su aura, pero él no estaba allí para ello. Observo cómo se movía, espero atentamente estudiando la forma en que cortaba las rosas. No lo hizo a la primera, no se atrevía a hacerlo, sin embargo, tenía que ganar confianza y al ver por tercera vez como la arcana realizaba el corte lo hizo. Luego de aquello trabajo en silencio colocando las rosas en el mismo carrito que la arcana.

 

Temía que aquella pregunta llegara pero sabía que en algún momento la mujer tocaría el tema. Ella deseaba una buena razón para darle sus conocimientos al vampiro, ella tenía derecho de hacer aquella pregunta aunque él no lo quisiera, hasta el mismo la había hecho alguna vez. A su mente vino la faz de su antigua maestra. Observó sus ojos, podía ver la imagen de la Matsumoto penetrándole el alma. Intento bloquear aquella imagen y decidió ser completamente sincero, total, ya estaba allí y de ello dependía continuar o no adelante.

 

-Para proteger mi pasado, para proteger quien fui y soy –dijo sinceramente- quiero que evitar que dañen a mis seres queridos por mi culpa, debo serle sincero, a la final siempre terminan odiándome, quiero proteger a quienes me interesan de mi pasado –suspiro observando a la mujer de reojo- se que dicen … “Imagínate a alguien que quiera conocer tu pasado, no para castigarte, sino para entender como necesitas ser amado”, pero con mi suerte… tengo demasiadas heridas, e aprendido a vivir con el dolor de ellas, no quiero que tengan lástima o se vean obligados a llevar esta carga por mí, ya de por sí, todos están luchando una batalla que no sabemos.

 

El vampiro siguió trabajando con cuidado e intento calmarse.

 

-Quiero que si saben algo de mi, sea si estoy preparado para contarlo, no porque a la fuerza entren a mi mente –finalizo.

[Cissy Macnair]

Rosália tomó el frasco donde yo había depositado mi último intento de aprobar aquella pequeña prueba y lo observó un momento, quizá dictaminando si iba a perdurar o si se iba a evaporar como los otros dos. Cuando estuvo satisfecha, se lo quedó y por un instante me resistí a ello en mente, pero no hice nada en cuerpo. No sabía para qué lo quería y ahora pensaba que quizá haber dejado salir aquel recuerdo no había sido inteligente de mi parte... Quizá hasta algo cobarde. Pero me tragué mi sentimentalismo.

 

Escuché a la Arcana formular la pregunta en mi mente y una especie de manta cubrió todos mis pensamientos. No era Rosália, ella estaba ya girándose para dejar el frasco en una alacena y dirigirse a alguien que había entrado al invernadero. Era yo misma, quien intentaba apaciguar el torbellino de pensamientos que me habían invadido apenas había soltado a German Melvin en la prisión.

 

Me giré cuando el nuevo alumno se presentó.

 

-Hola tío- lo saludé.

 

Hades Ragnarok, el novio de mi tía Sybilla Macnair. Esperaba que no me confundiera con ella por el enorme parecido. Luego me giré hacia la Arcana pero las palabras se formaron en su mente, no las verbalicé.

 

<Sí, quiero hacer la prueba>

 

Sería mi forma de probarme a mí misma que podía ir más allá con aquel nuevo poder que estaba manejando. Quizá sería difícil, al principio, como lo había sido mantener la concentración para sentir la tierra. Pero una vez que se desataba, llevarlo era como tirar de una correa de un perro; a veces había que tensarla para evitar que saliera corriendo enloquecida y, otras veces, la cuerda se aflojaba y dejaba aflorar los conocimientos como un manantial de cristalinas aguas.

 

Ir a la pirámide sería todo un desafío.

[Rosália Pereira]

La arcana percibió la actitud reacia del Ragnarok ante su acto inconsciente de introducirse en las mentes de sus pupilos. Siguió cortando sus rosas y viendo de reojo al mago logró ver como analizaba cada movimiento de ella, hasta que él mismo llevó las tijeras y comenzó a cortas los tallos de las hermosas flores. Escuchó sus palabras y una sutil risa salió de sus labios.

 

- Cortar rosas es sencillo, solo debes tener cuidado con las púas y hacer un corte diagonal - contestó, mientras percibía los pensamientos en torno a Oclumancia, la contra parte de aquella habilidad que hoy le suministraba al mago. Siguió cortando en silencio mientras esperaba a las razones del mago.

 

La arcana detuvo su acto cuando sintió las palabras de Castalia ser susurradas como una suave ventisca en su mente y se giró a ella, asintiendo con su cabeza para mover suavemente su mano y abrir el portal que la llevaría al laberinto que debía de cruzar antes de llegar a la pirámide. Le daría las indicaciones y luego iría a acompañarle.

 

Se giró a Hades justo cuando este contestó a su ultima pregunta y la pelirroja sólo mantuvo el silencio por un par de minutos, meditando lo que le había dicho - Para eso tienes la Oclumancia, para no dejar que otros invadan tus pensamientos y jueguen con ellos, para proteger tu mente - agregó "Protegerte de que yo entre en ella, más no es razón para inscribirte en Legilimancia" acotó la arcana en los pensamientos del vampiro.

 

"¿Por qué Legilimancia? ¿Por qué deseas entrar en las mentes de otros?" volvió a interrogar con el pequeño hilo de palabras que soltó entre los pensamientos del Ragnarok, deseaba que él encontrara la razón del porque estaba ahí hoy, aunque Pereira ya lo sabía.

[Hades Ragnarok]

El vampiro estaba tan nervioso por dejar que su maestra arcana entrara a su mente que no se dio cuenta de lo que había dicho sino hasta que la mujer le corrigiera. En serio se había equivocado de aquella forma? Negó con la cabeza decepcionado de sí mismo. Ya de por si había sido difícil y un golpe bajo cuando Anne entro en su mente aquello quizás sería mucho peor, porque estaba consciente de que la mujer lo haría con su permiso.

 

-lamento mi error –dijo apenado mientras con cuidado seguía cortando aquellas rosas- la verdad es que quizás es por el mismo motivo que estoy aprendiendo oclumancia, para protegerme a mí y a mis seres querido –comento- se que no puedo estar entrando en la mente de cada persona que se me cruce por el camino, pero quiero evitar que le hagan daños a quienes deseo proteger, y quizás la mejor forma de una u otra forma es entrar en la mente de aquellos que pudieran ser una amenaza

 

El Ragnarok volvió otra vez a Grecia, recordó cada una de aquellas personas que habían sido sus amigas y enemigas. Se maldijo por lo bajo, de haber aprendido a leer la mente mucho antes quizás hubiera evitado que pasaran muchas cosas y la vida hubiera sido muy diferente. Aun sangraba aquella herida, lo había perdido todo, había confiado en sí mismo y él se había fallado, había roto sus promesas y había destrozado sus propios ideales y la razón por la cual estaba sediento de conocimientos.

 

-Me tortura la idea de volver a fallar… -le confesó a la mujer sinceramente- quizás es una excusa muy pobre y no merezca que me enseñe, pero no soportaría que por mi pasado, por mis errores , por no darme cuenta a tiempo el mundo a mi alrededor se desmorone.

 

Intentó calmarse, si seguia asi, mno serviria de mucho y volveria a fallkar.

[Rosália Pereira]

La arcana escuchó en silencio al vampiro, asintiendo cada tantos segundos mientras seguía cortando, rosa por rosa, y las dejaba reposar suavemente en el carrito. Detuvo sus movimientos cuando el Ragnarok paró de hablar y ella solo dejó la tijera en el suelo. Rememoró aquel recuerdo del mago en su propia mente y entendió, el mago no quería más que proteger a su familia, y justo ahí Rosália giró su vista al mago.

 

- Vamos - indicó, levantándose para tomar la manilla del carrito - Para proteger a tu familia como comentas, debes aprender a proteger tu mente. La Legilimancia más que un acto para leer mentes, trabaja en conjunto con la Legilimancia, podrás mostrarles a las personas que entren en tu mente lo que quieras mostrarles, o sabrás hasta donde dejarlos entrar. En cambio, la Oclumancia es el bloqueo total de tu mente - exteriorizó Pereira, guiando a su pupilo hasta el borde opuesto del invernadero.

 

La mujer dejó el carrito a un costado de una mesa y con ayuda del vampiro depositó las rosas sobre esta, comenzando a separar los pétalos del tallo para colocarlos dentro de un cuenco de cristal - ¿Puedes abrir tu mente a mi? Practiquemos eso primero, permiteme adentrarme sólo a tus pensamientos del momento. Relájate antes, quita y aleja toda preocupación que ahora tengas, olvídate del mundo exterior y céntrate en la clase - comenzó a pedir la pelirroja, mientras observaba las facciones del vampiro relajarse, a medida que ambos quitaban con gran delicadeza los pétalos de rosa y los dejaban caer en el cuenco.

 

La arcana con gran delicadeza comenzó a hacer uso de su habilidad nata, sintiendo los pensamientos en blanco del Ragnarok propios "Muéstrame cualquier recuerdo, sólo uno que tu desees que vea. Aquí tu tienes dos opciones, mostrarme un verdadero recuerdo o engañarme, mostrándome un recuerdo alterado por ti mismo, sólo tu sabrás cual opción elegiste"

[Hades Ragnarok]

Guarde silencio mientras esperaba saber si seria merecedor o no de aprender a leer la mente o más bien, a adentrarme en la cabeza de quienes me rodeaban y pudiera dañar a mis seres queridos. Claro estaba, no iba a ir por allí diciendo o avisando que podía hacer aquello, era más bien, uno de esos secretos al igual que muchos que tenía que me levaría a la tumba. Observe como la Pereira dejaba las tijeras de podar en el suelo y me invitaba a seguirla. ¿Qué significaba aquello?, ¿había logrado convencerla para que me permitiera continuar con aquella habilidad?.

 

Escuche la explicación que daba y asentí. Si quería proteger a los míos debía poner toda mi fuerza y atención en aprender a entrar en las mentes y a bloquear la mía propia. Suspire mientras ayudaba a la arcana a empujar el carrito cortésmente, al menos esperaba que no le molestará si la ayudaba empujándolo. Una vez que llegamos al sitio del invernadero indicado comenzamos a colocar las flores o más bien las hermosas rosas rojas sobre la mesa para ir quitando con cuidado y de manera delicada sus pétalos para luego dejarlos en un cuenco de cristal.

 

-¿me está pidiendo permiso para entrar en mi mente? –Pregunte receloso- está bien, al menos usted tuvo la delicadeza de pedirme permiso, no como otras personas –dije aquello en tono molesto

 

Escuche las instrucciones y la petición de la pelirroja. Poner la mente en blanco era fácil para mí, relajarme también, por lo que de una u otra forma al menos aquella primera parte era fácil. “Respire” profundamente dejando que el vital gas pasara por mis pulmones inertes, tal como si en verdad lo necesitará. Intente acompasar mi respiración con el movimiento de inhalar y exhalar para luego seguirme relajando, esta vez, obligándome mucho más a mantener la mente sin ningún tipo de imagen o pensamiento, claro estaba, en aquel instante era difícil ya que sabía que la mujer intentaría entrar en mi cabeza, aún yo habiéndole dado permiso, aquel acto no me agradaba.

 

…………………………..

 

Coloque en mi mente una imagen que me daba mucha paz, una imagen que me ayudaba a centrarme un poco y a calmarme. La imagen era vivida y podía asegurar que estaba en aquel sitio. Podía sentir que estaba flotando boca arriba en un rio al que solía ir cuando era pequeño. Amaba nadar, amaba ir a ese lugar con mi familia. Allí era feliz. Podía ver mientras flotaba los arboles a los lados en las orillas y un hermoso cielo azul con algunas nubes blancas que pasaban muy lentamente gracias al viento y a la brisa fresca que hacía que se movieran. Estaba en paz…

 

…………………………..

 

Mi mirada se encontraba fija en un hermoso arbusto frente a mí, no había cerrado los ojos ya que se me había olvidado preguntar si aquello era válido, claro estaba, era obvio que debía hacerlo de aquella forma, si deseaba entrar en la mente de alguien o bloquear la intromisión, de una u otra forma debía mantener los ojos abiertos.

[Rosália Pereira]

La arcana mantuvo el contacto visual con el Ragnarok, y escuchó su pregunta antes de verse totalmente relajado. La pelirroja se mantuvo en silencio, mientras el cuenco se iba llenando con los pétalos que ambos depositaban "Aunque supieras que ya estaba en tu mente desde que llegaste, el respeto empezó cuando cruzaste la puerta y me salí de mi exploración en tu consciencia. Debes entender que la Legeremancia es un acto natural, es una habilidad que a veces no controlas hasta que ya sientes los pensamientos del otro"

 

Pereira siguió retirando suavemente los petados de las rosas hasta que lo percibió, la cálida brisa correr por su piel y hacer volar sus cabellos. El sol se encontraba en su máximo pico mientras que el sonido de las aves cantas se escuchaba. La arcana giró y encontró un río, sobre el estaba el cuerpo relajado de Hades flotando. Los arboles cubrían gran parte del lugar y Rosália solo se mantuvo ahí, parada observando la paz del ambiente.

 

Pereira ahí comenzó a ejercer sus fuerzas, las nubes de un momento a otro cambiaron a grises y el sol se ocultó. EL cielo se convirtió en escalas oscuras y los truenos comenzaron a sonar. La pelirroja se mantuvo en total silencio mientras hacía eso, a sabiendas de que ahora el agua bajaba su temperatura, llegando casi a un punto tan abajo de los 0ºC.

 

Esperó alguna reacción del Ragnarok, esperó a que este cerrara su mente a ella o simplemente entendiera que todo aquello era falso y el podía regresarlo a lo que antes era. Recordó la figura de aquella mujer en los recuerdos del vampiro, una mujer apareció por el costado del río y comenzó a llamar al mago, mientras se sumergía en una gran agonía.

 

Rosália estaba alterando todo, y se esperaba una mala reacción del mago, pero aquello le haría espabilar para entender como funcionaba la habilidad y de lo que él iba a ser capaz una vez lograra todos los objetivos impuestos por ella.

[Hades Ragnarok]

Seguí escuchando las palabras de la arcana en mi cerebro mientras mantenía la imagen que había querido mostrarle en mi mente. Mantenía mi tranquilidad, aquella imagen que había decidido compartir siempre me había traído paz, aquello era parte de mi niñez. La verdad es que podía sentir o escuchar el canto de las aves, podía ver como las nubes se movían gracias al viento y aunque estuvieran mis oídos sumergidos podría escuchar el agua caer un poco más allá.

 

Sin embargo, de una u otra forma aquello comenzó a cambiar. No recordaba que aquel día que estaba viviendo en mi mente el caos se desatara y tuviera que salirme de aquel riachuelo para volver a casa. Se avecinaba una tormenta espantosa y podía verla mientras observaba el cielo. Aquella situación no me gustó para nada. Me obligue a dejar de flotar para levantarme y sentir el frio en mi piel, ya que, en aquel momento no era un vampiro, era un chico normal, común y corriente. Pude escuchar la voz de aquella mujer llamándome. Perdí el control.

 

-Qué demonios está pasando? –Me pregunté- No, otra vez no –me negué- no quiero volver a eso, no –me dije mientras la escena cambiaba drásticamente.

 

………………………..

 

La escena que mostraba ahora era muy diferente a la anterior. Estaba en un país lejano, aquello no era mi Grecia, era un mundo al que deseaba volver y con suerte podría morir allí. Como si fuera un espejo que reflejaba mi alma aquel recuerdo apareció. Observe el oasis, Y vi a una joven licántropo esperándome. Sonreí al ver a mi primera amiga licántropo, una que heredaría un clan poderoso. Le había demostrado a ella que no era como los vampiros que conocía, que a mí no me importaba andar bebiendo sangre e hiriendo a los hijos de la luna. A mí, jamás me había importado aquella est****a guerra entre vampiros y hombres lobos.

 

Un sonido llamo mi atención. Y un fuerte gruñido entre hombre y bestia, una sombra animal se acercó a mí. Era Un hombre adulto o más bien un hombre lobo adulto que estaba fuera de sí atacándome. Sin pensarlo, sin importar nada reaccione hiriéndolo, casi matándole. Luego de aquello todo fue un caos. Escuchaba a mi amiga llorar, maldecirme. Había casi matado a su padre.

 

Aunque intentaba disculparme, dándole miles de excusas ella no me escuchaba, podía ver el odio en sus ojos, podía ver la tristeza, el dolor y la herida en su faz, podía sentir como la había decepcionado, a sabiendas que no era mi culpa, que había actuado por instinto y para defenderme, ella me decía que jamás debió confiar en mí, que jamás me perdonaría. Caí de rodillas llorando y rogando, destrozado, sintiendo como una parte de mi se destrozaba y se rompía en mi alma.

 

Sin embargo logre volver en si al recordar lo que había sucedido después, justo en aquel momento cuando gracias al dolor que le había causado a mi amiga deseaba desaparecer o morir sentí como todo se desvanecía y aparecía la figura de un hombre que no mostraba su rostro cubierto por una capa gris oscuro quien con un movimiento de su mano había hecho desaparecer aquella ilusión. Si, aquello había sido causado por una sombra invocada que deseaba torturar mi alma…

 

………………………..

 

Volví en sí, desperté de aquel letargo entendiendo después de un rato que aquello estaba pasando en mi mente, que alguien o algo estaba jugando con mi cerebro. Me obligue a respirar, a calmarme y fui consiente poco a poco de que la imagen de aquella tormenta, el frio que sentía en mi piel gracias al agua que estaba casi bajo 0ºC, la mujer que me llamaba no era otra cosa que una imagen puesta en mi cabeza para hacerme reaccionar. Me obligue a intentar cerrar mi mente o cambiar aquello que me estaba intentando ser impuesto. Poco a poco, aunque con dificultad todo comenzó a volver a la normalidad, lo gris dio paso a la luz, los rayos dieron paso a un cielo claro y un viento agradable y el agua tan fría que podía congelar a cualquiera estaba templada y en calma.

 

Respiré como si hubiera salido de algún tipo de ahogamiento, volví a la imagen que habia creado para mi maestra. Reaccione observándola a los ojos. Preguntándome que había sido todo aquello. Lo peor es que ella había observado lo que había sucedido. Quizás, había fallado en la prueba que me había puesto, maldije por lo bajo. A>hora se daría cuenta de que quizás no valia la pena enseñarme nada. Esperaba que me perdonara aquel error.

 

-Lo lamento… -fue lo único que logre decir.

[Rosália Pereira]

La arcana sintió la desesperación del mago como suya, y siguió llevándolo al limite, ondeando hasta donde la resistencia del mago pudiera. El clima se puso más frío y la mujer gritó más fuerte. Y sin previo aviso la imagen cambio, ya no estaban en el lago, ahora se encontraban en una especie de desierto, había un oasis desde donde una mujer observaba la figura del Ragnarok, quien le sonrió de vuelta.

 

Su mente se salía de control a cada segundo que pasaba, se estaba abriéndose a él mismo, quien se cerraba sus recuerdos y memorias, metiéndolas en fuertes cajas dentro de su cabeza y esta era una lucha contra la habilidad que intentaba ejercer el mago, una lucha de su conciencia contra la apertura del conocimiento de la cátedra que Pereira infundía.

 

Y de un momento a otro salió una figura a atacar al mago, un licantropo el cual el vampiro no dudo en matar. La mujer comenzó a llorar, Rosália poco entendía lo que pasaba, pero se mantenía callada, al margen, dando a Hades tiempo. Otra figura apareció, la conciencia del mago reaccionando sobre sí, haciéndole ver al hombre que todo era producto de su mente.

 

Y ahí pareció reaccionar, tomando nuevamente el control de su mente, regresando a la primera imagen, tomando nuevamente aquel cálido recuerdo del principio, reconstruyendo lo que era una mala pasada por mi parte, a algo lindo que el vampiro había vivido de joven, parece ser.

 

- No fallaste, sólo lograste abrir aquellos espacios de tu mente que te habías encargado de cerrar - agrego la arcana, siguiendo con su labor de retirar los petalos - La Legeremancia es algo que lleva tiempo, pero lo primordial es confiar en ti, en tu mente. Hades, he visto que no confías en tu juicio, percibo que te cuesta protegerte a ti mismo. Para esto, hiciste lo que te pedí, te adueñaste de tu mente en cuanto esta perdió el control, yo solo moví unos suaves hilos de ella - la bruja terminó con las ultimas dos rosas bajo la mirada atenta del vampiro.

 

Una ultima mirada le lanzó y tomó la cuenca entre sus manos - ​Cálmate, se que estás un poco descolocado. Cuándo te sientas seguro, ve al caldero de allá - soltó, señalando a sus espaldas - Te estaré esperando, recuerda que tu eres dueño de tu mente, y sólo tú puedes controlar por lo que ella pasa - finalizó Pereira, tomando su varita de cristal para comenzar a encender la llama del caldero.

 

La arcana, más allá de otorgarle los conocimientos de la habilidad, intentaba hacer de Hades más fuerte mentalmente hablando, y aunque el mago luchara contra ello, la mujer sabía que lo lograría.