Legilimancia

[Rosália Pereira]

Percibió a la Evans comenzar a actuar conforme su instinto le llevó, Pereira supo que aquella bruja guardaba un gran aprecio por la naturaleza justo como ella lo sentía. Y justo como con el mismo silencio del que las plantas les hablaban, ambas mujeres empezaron a entender el actuar de la habilidad. La castaña luego de un excelente descubrimiento empezó a realizar las tareas necesarias para aportarle todos los nutrientes a los retoños de jade.

 

Recibió el asentimiento por parte del vampiro, quien robó su total atención para evaluar cada mínimo detalle de sus actos frente al pensadero, sin embargo, aquello no la hizo dejar de supervisar al par de brujas a unos cuantos metros. Las acciones del Ragnarok comenzaron a la par de que las brujas empezaron a indagarse la una a la otra, Pereira por su parte mantenía el equilibrio de su mente en los tres, pero sus ojos estaban sobre cada movimiento realizado por el mago.

 

El primer hilito de pensamientos salió, débil pero estable, fue dejado ante los ojos de Rosália quien observo un mínimo fragmento antes del mismo ser guardado en el frasco que posteriormente guardo entre sus delicadas manos, dejando al pelinegro realizar su segundo intento. La pregunta de Bel llegó a su mente y quiso saber la repuesta de Melrose ante ello, girando por un par de segundos la mirada a ellas, que habían plantado con éxito a los retoños. Percibió la diferencia de los rumbos en los pensamientos de la bruja y a su costado escuchó el hechizo ser pronunciado por el cainita.

 

Visualizó el nuevo hilo salir de su mente, más fortalecido pero translucido, de un color más enérgico que el anterior dando a entender lo que estaba logrando, entender más a fondo la extracción de memorias y pensamientos, la arcana percibió lo importante de dicho recuerdo para el mago y aquel pensamiento se intensificó cuando la pequeña lagrima se escapó de su ojo. La pelirroja seguía en silencio, permitiendole al hombre calmar su mente para proseguir con su ultimo intento y con ello llegar a la tan esperada respuesta a la pregunta que todos sus pupilos ansían escuchar de los labios de la arcana.

 

Tomó el segundo frasco entre sus manos y justo iba a detener a Hades cuando ya el tercer hilo salía de su sien, fuerte y solido, de un oscuro color verde, justo como el recuerdo extraído por ella misma. La satisfacción de aquello llegó a los ojos de la arcana, quien observó el ultimo recuerdo sobre las aguas del pensadero justo antes de que él lo recogiera con el frasco. El ultimo frasco le fue entregado por las propias manos del hombre, quien observó con gran firmeza los ambarinos ojos que poseía la longeva mujer que recibió la respuesta que sabía tendría por parte del mago.

 

A unos metros escuchó las palabras de la Ollivander ser dichas con gran sinceridad a la Moody y justo ahí, Rosália supo la primera tarea que realizaría con ambas brujas. Tomó el brazo del Ragnarok y asintió - Atraviesa este portal y aparecerás en donde daremos inicio a tu prueba, espero no me defraudes - finalizó, invocando el portal para que el mago pasara, lugar donde ella posteriormente le acompañaría.

 

Sus pasos la llevaron a donde ambas brujas charlaban y en silencio se sentó nuevamente en medio de ellas, con la regadera en sus manos. Percibió justo los últimos pensamientos de la castaña a su costado que sólo tocaba las hojas de la suculenta. Se preguntó sobre lo que había dicho de los arcanos y quiso entender el porque su mente había llegado a esa conclusión, pero ella no estaba ahí para ello, al menos no ahora. Con suavidad dejó verter el agua sobre la tierra ahora abonada y pensó en sus siguientes palabras ¿Sería hora de empezar con las tareas de la materia o debía seguir intentando hacerlas entender? La arcana observó las miradas curiosas de ambas y supo que la respuesta a aquello vendría a la respuesta de su interrogante anterior.

 

- ¿Tienen la respuesta? ¿Por qué les seria útil la Legilimancia? ¿Cual es la razón para ustedes de elegirla antes que cualquier otra habilidad? - interrogó, intercambiando miradas con ambas - La Legilimancia así como es poderosa es peligrosa. Recuerdo escuchar por ahí que un gran poder conlleva a una gran responsabilidad. Creo que de algún muggle o algo así y justo la habilidad es eso. Deben de entender, que aunque todos tienen un fin personal del porque escogerme a mi para enseñarles, deberán entender el fin de la habilidad. En sus manos estará el poder de la mente, el control pero traerá el riesgo de perder la consciencia en su totalidad, quedando vacío y en la total nada - terminó de agregar.

 

- Quiero que ambas se miren fijamente a los ojos, respiren profundo y concéntrense. Primero Melrose, intenta entrar en la mente de Bel y dinos que observas. Intenta percibir sus ojos moverse a la par de los tuyos, deja que fluya con suavidad. Si se te dificulta hay un hechizo, Legeremens, que podemos usar sólo cuando el entrar en la mente se hace dificultoso, y no sirve contra la Oclumancia - explicó Pereira, dejando con suavidad la regadera frente a sus piernas.

[Melrose Moody]

―Uhm ―masculla, rumiando lo que Bel acaba de decir―, no sé si entendimiento, no estoy muy segura de que sea posible cuando hay tanta interferencia sobre las perspectivas de los otros pero sí creo que debe existir reconocimiento, no sé si se entiende lo que quiero decir... reconocer que el otro existe y que quizá, no piensa como nosotros. Aceptar esa sola idea, podría hacer las cosas mucho más fáciles.

 

Mel lo sabe porque los magos tienen la mala tendencia de fingir que aquellas cosas que no les gustan, no existen: los semihumanos no existen, si tienen que verlos a diario, solo si están lejos. También los gigantes, si su violencia no los alcanza, existen, al igual que otro sinnúmero de criaturas que todo lo que tienen que hacer para ser dejadas en paz es empequeñecerse y cesar de existir a los ojos de las grandes personalidades londinenses. Mel no tiene su esperanza depositada en que los entiendan: quizá, como es normal, ellos jamás podrán comprender lo que se siente ser mordido, convertirse cada luna llena con mucho dolor, pero sí pueden reconocer su existencia como la de cualquier otro ser y dejarlos en paz, dejarlos vivir y ejercer. El solo hecho de "conocer" la existencia del otro, hace que haya la posibilidad de desaparecer esa barrera de miedo.

 

―Entiendo a qué te refieres ―replica a su vez, pues Bel no ha dicho todavía todo lo que quería―. Renunciar a toda injerencia sobre el mundo humano, así como los arcanos, sería desolador para mí. No tengo ambición sobre el mundo pero sí deseo formar parte de él. Por eso prefiero el espacio, aunque imperfecto, que poseo, donde puedo encontrar a mis pares humanos y licántropos.

 

>>Vivir, crecer, reír y morir con ellos, es uno de los deseos más humanos que hay. Sobrevivirles, dejar de verlos a cada uno, poco a poco y convertirse en un recuerdo, un eco apagado de otra época... es una opción que no deseo<<

 

Si bien Mel habla de temas que no suele tocar, su voz no está cargada de melancolía. Por el contrario, su tono es regular y amable pues sus pensamientos no vagabundean en torno a la pérdida si no a la capacidad de permanecer al lado de esos compañeros, por voluntad propia, que posee gracias a otros humanos y licántropos que la precedieron y le ganaron esos derechos. Su esperanza, como algo impenetrable, es un espacio que incluye a las personas a su alrededor; su deseo es arrastrarlos hacia su comodidad y felicidad y su propia alegría proviene del hecho de saberse libre, tanto ella y como sus pares, más allá de cualquier otro revés que puedan padecer. Es en ese momento, en que cree entender a qué se refería Bel con "entender".

 

―Oh... ―suelta sin poder evitarlo― lo siento, es solo que ahora creo saber a qué te referías con "entender".

 

Quizá la interpretación de Bel sea otra pero ¿no es acaso el poder de sus palabras lo que hizo que Mel pensara todo eso? De todas maneras no le da más vueltas si no que se apresura a contestar a Bel respecto a lo último que vocea, mientras la arcana se encuentra dirigiéndose hacia ellas pero todavía no al alcance.

 

―También yo por mucho tiempo tuve resentimiento, no estoy exenta de pensamientos mezquinos y ¿sabes cuál es la solución para todo eso? ¡Comida abundante, descanso y una buena cama! Deseo que todos tengan eso y quizá seamos todos mejores ―masculla de pronto, recordando lo primero que mencionara, sobre cómo la desigualdad es tan marcada en Londres. Su tono no cambia cuando continúa con una sonrisa―. Sabes, hay unas recetas en el grimorio de Hufflepuff que...

 

Pero Rosália ya está sobre ellas, así que Mel guarda silencio con esa sonrisa todavía en la cara, que parece indicarle a Bel que podrían hablar sobre todo eso cuando acaben con la clase. Hacía mucho que Mel no había hablado tanto y sentía la boca un poco seca, así que aprovechando que ella volvía a cuestionarlas y atenta a sus palabras, Mel tomó un poco de agua de la regadera también. Después, se encogió de hombros y dijo:

 

―Elegí la legilimancia porque creo que la mente de las personas nos da una buena perspectiva acerca de cómo proceder sobre diversas situaciones ―su voz es clara y relajada, sin embargo, no lo dice todo de golpe, si no que se detiene por momentos para pensar lo que va a decir a continuación―, es lo que aprendí, que entender la forma de pensar de alguien puede ser la clave para encontrar soluciones y siempre mantener el diálogo... pero eso no significa que voy a abusar de dicha habilidad para resolverlo todo ―no sin cierto ánimo hilarante, piensa en que Richard estaría sorprendido de oírla dar todo ese discurso ¿y tal vez Ellie también? Vaya, tal vez debería volver corriendo de la clase a guardar todo eso en el pensadero y mostrárselo a ambos...―. No pienso que la habilidad misma esté hecha para manipular o controlar; las personas son complejas y su mente se encuentra presente en todos los ámbitos de su vida, así ¿cómo podría una persona ajena tomar una mejor decisión sobre algo que la propia persona que conoce todos los hechos y sabe mejor acerca de sus propios deseos y felicidad? Entonces, considero simplemente que aún el consejo mejor intencionado debe ser dado solo por aquellos mucho más habilidosos en el ramo y que la guía debe tener solo propósitos específicos y excepcionales cuando se habla de adentrarse en la mente de alguien.

 

>>Cuanto menos, y justamente por eso, control no es lo que la habilidad significará para mí. Para mí, su fin último, implica el proceso mismo del fluir de la sociedad, que debe en algún momento dirigirse hacia una probable mejoría<< precisa.

 

Se vuelve entonces hacia Bel. Si quiere verla a los ojos, oír sus pensamientos o al menos intentarlo, tiene que conocer primero lo que tiene para decir y, de esa forma, buscar y encontrar la conexión que le permita bucear en el interior de su mente.

[Rory Despard]

Rosália estaba de nuevo a nuestro lado. Con suavos movimientos se había acomodado entre Melrose y yo, sosteniendo una regadera en sus manos. Sus primeras palabras apremiaban por la respuesta a la pregunta que había hecho, y para lo cual nos había dejado un considerable tiempo ya. Pero antes que alguna de las dos hablase, su advertencia respecto al poder y peligro que la habilidad implicaba, me hizo sonreír lánguidamente, pues había sido en una línea parecida a lo que había manifestado por vez primera a Melrose, al transplantar el jade.

Una lección, en apariencia pequeña, pero drástica en cuanto a su capacidad para hacerte repensar las cosas, había sido el comprender los principios de la magia europea, algo que no se solía enseñar pues se daba por sentado su entendimiento. Lo único en que quizá siempre nos habían hecho hincapié era en los riesgos que toda magia conllevaba ¿pero que había en sí con pensar de dónde es que provenía esa magia? ¿o qué era exactamente lo que perdías y ganabas al darle uso?

Siendo la mente una de las partes más vitales y frágiles en cualquier ser, era lógico que como indicara la arcana, la apuesta fuera el doble de riesgosa, y que uno tuviese que andar con mucho cuidado en su tratamiento. Un movimiento de Mel, no obstante, de tomarse un poco del agua de la regadera para refrescarse, rompió con el clima un tanto solemne del momento.

Agradecí enormemente que así fuera, y que también fuese ella quien se animase primero a hablar. Su visión, como ya el diálogo sostenido me había adelantado, discurría sobre la firme creencia de no haber en la legilimancia una oportunidad para controlar a los otros, sino más bien la posibilidad de enterderlos y a partir de ello, conseguir un mejor diálogo (o que si quiera este pudiese establecerse) entre las gentes. Atenta hasta el final a sus palabras, carraspeé y aclaré la garganta, para explicar mis propias motivaciones.

― Creo que la legilimancia tiene un rango amplio de utilidad. De alguna manera, para mucha gente, poder conocer los pensamientos del otro es como un deseo que tienes desde niño. Tipo que si supieras las palabras correctas para convencer a tus padres de que te den el dinero para un dulce, las dirías. Y si ahondas en ese ejemplo, puedes ya encontrar allí esta idea de que tan solo ver en ella, en la mente de otro, puedes comprenderla , y saber de qué manera manipular para que actúe de la forma que queramos ― observé brevemente a Melrose antes de proseguir― pero como mi compañera ya dijo, tal cosa es más bien utópica. No solo porque cada mente posee un orden diferente, y esté marcada por las experiencias de cada quién, sino también porque la primera cosa que uno tendría que aprender es a reconocer esa disposición, y recién entonces aventurarse en los recuerdos y pensamientos. Y todavía así sería muy difícil.

Mel se había colocado justo frente a mí, para cumplir a cabalidad con la segunda tarea que la arcana nos había encomendado. Sus ojos, observaban muy atentos mi rostro y estaba segura que tampoco perdían rastro de lo que iba diciendo.

― La legilimancia, en suma, no solo es una exploración de la mente para extraer recuerdos o miedos o lo que sea del otro, sino que es una forma más completa de aproximación a las necesidades de los demás. Más que "lectura", es la capacidad de asimilar distintas formas de pensamiento y que eso pueda enriquecerte en el plano personal, y darte otras miradas de las que te has privado hasta entonces. Si como dicen "cada cabeza es un mundo", la legilimancia me permitirá comprender "esos otros mundos" y por tanto, ser capaz de ser un poco más útil en el plano familiar y en sociedad, y contribuir desde allí, a la construcción de un espacio más justo y equilibrado― ahí estaba emergiendo de nuevo, incontenible e indomable, mi idealismo, tan fuerte que se sobreponía a todas mis desgracias y aun mis pesimismos pasados y presentes― es esto lo que creo de la legilimancia, es por eso que la veo útil y decidí elegirla entre muchas otras habilidades, aun consciente del peligro de que si me insmicuyo demasiado en la mente de alguien, pueda diluir mi ser mismo en el proceso.

Los oscuros ojos de Melrose ahora parecían haberse entornado, haciendo su mirada más afilada y concentrada. Con las palabras recién dichas, todavía rondándome la cabeza, otras líneas de pensamiento se adherían de a pocos, como la palabra equilibrado que traía hacia mí los recuerdos de mi lealtad a la orden del fénix, o la palabra familia que hizo que el recuerdo de Hannity y Garry en la última navidad compartida en la Heredad, irrumpiera con fuerza inusitada, haciendo que casi pudiese oler allí mismo el olor del pino que había decorado el salón.

[Rosália Pereira]

La arcana escuchó con suma paciencia a ambas brujas, percibiendo las razones de cada una y encontrando algo de sabiduría en lo que ellas percibían en torno a la habilidad. De eso se trataba dar clases ¿No? Aprender de tus pupilos, justo como ellos lo hacen de ti. Pereira observó a la Moody beber de la regadera, igual que una planta bebe de la tierra por así decirlo. Ambas se pusieron una frente a la otra y esperaron, esperaron a que las palabras siguieran fluyendo de los labios de la arcana.

 

- Dice la historia, que en tiempos remotos magos oscuros usaron esta habilidad para sacar información a inofensivos magos o inocentes muggles. Si estos se resistían los tenebrosos magos utilizaban la Legeremancia como un hechizo extra de tortura. Muchas de estas victimas terminaron con la mente fragmentada, vacía y los tenebrosos menos adiestrados disolvieron su mente dentro de sus victimas, otorgándole personalidad doble a quien torturaron -relató con suavidad, observando a una pequeña Hada revolotear sobre ellas.

 

- Se conoce incluso de algunos magos que poseen de forma nata esta habilidad, rara vez sucede esto de hecho - comentó, saludando a la pequeña criatura que se alejaba de las suculentas. Observó a ambas brujas, que se observaban como si su vida dependiera de ello, pero sin que nada sucediera aún.

 

- Adentrarse en la mente del otro es más complicado de lo que parece, por ello lo más básico es entender la naturaleza, el medio que te rodea para luego comenzar con algo más complicado, la mente humana - Pereira acomodó su cuerpo un poco hacía atrás, permitiendo mayor visión para ambas brujas.

 

- Cada mago y bruja que por mi ha pasado ha logrado descubrir la habilidad de una forma única para ellos, incluso los que no lo logran entienden el peso que conlleva el mero hecho de estar aquí frente a mi. Necesito que liberen cualquier carga sobre sus hombros sólo por lo que dure esta clase, respiren profundo y observen el mensaje que los ojos de la otra le dicen por lo bajo, sus corazones se van a acompasar, su respiración será rítmica a la otra, y sus mentes se enlazarán por algunos segundos. Un recuerdo, un pensamiento, una imagen ¿Que lograron ver? - indagó, sintiendo el ritmo de ambas mujeres sincronizarse.

[Mentita]

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Tarea difícil. Pensaba la bruja. Lo que necesitaba en ese momento era relajar la mente y creía que la relajación física sería un efecto que vendría con la paz mental. Pero claro, si blanquear su mente hubiese sido tan fácil, no estaría allí, tocando la puerta de Rosália por ayuda. Así que intentó hacer caso a las indicaciones de la Arcana, respirar profundo y toda esa vaina. Le costaba, principalmente porque se aceleraba demasiado cuando se sentía amenazada. Y esa "invasión" podría considerarse una amenaza.

 

Hizo un puño con la mano y apretó tan fuerte que, de haber tenido las uñas largas, probablemente se hubiese lastimado las palmas. Después del escalofrío que le recorrió la espina dorsal, y se expandió por todo su cuerpo, la calma parecía florecer. No del todo, claro, eso era imposible para una mente como la de Candela.

 

Un suspiro.

 

Se enderezó; no se había dado cuenta de que estaba en cuclillas, con la cabeza pegada a las rodillas; contempló la puerta de la cabaña con cierta molestia -otra vez, respirar profundo- y torció su camino hacia el invernadero en el que ya había estado una vez. Esperaba no tener que salir nuevamente de forma repentina, o perder noción de su estadía con Rosália.

 

La encontró entre las plantas, como era de esperarse, en compañía de dos personas a las que no recordaba haber visto antes. Normal, pensó la Triviani, no es que Candela fuese la más sociable de las brujas en Londres. O la más enterada de la vida de los magos y brujas. Como sea, la gitana se deslizó en silencio hasta donde se encontraba Rosália. Mas no era su aroma el que había sentido apenas ingresó al invernadero, sino uno más familiar. Arrugó la nariz.

 

— Creo haberme perdido en el camino hacia las plantas, Rosália. Son peligrosas si no se les tiene el cuidado que merecen. —se permitió una sonrisa. Sabia que la brasileña era celosa de ellas.— Necesito iniciar con el entrenamiento mental.

[Melrose Moody]

Mel intenta pensar en las palabras de Rosália pero luego de expresar las suyas se distrae con facilidad con lo que menciona Bel ¿es innegable que la legilimancia pueda ser usada para manipular? La verdad es que, para ella, no lo es tanto. Al fin y al cabo, en última instancia, la legilimancia sería una forma de obtención de información pero nada más ¿implantar ideas propias en otros? Eso ya suena más a las anomalías de las que Rosália habla, aquellas con las que se torturaba y la razón por la cual magos oscuros perdieron el juicio. No, modificar la manera de pensar de otro no es la búsqueda final o el fin último. Por otro lado, si bien debe existir, Mel tampoco ha conocido nunca a una legilimante nata.

 

Se vuelve hacia Evans y luego de quedarse mirando fijamente, se da cuenta de que ha podido encontrar algo, hacer "sintonía" quizá solo por un instante, solo una palabra que fue capaz de atrapar en el aire: familia. Eso, por supuesto, en lugar de permitirle seguir investigando la distrae por completo. Piensa en su propia situación, en Ellie y Richard a aquienes llama familia ahora. Piensa en los conceptos de familia que tiene la gente de Ottery y en los ciudadanos adinerados como los Evans McGonagall para quienes el concepto de "familia" también está sujeto a un asentamiento al que los numerosos miembros vuelven cada vez.

 

Definitivamente, no es eso lo que Rosália había querido. Sí, Rosália esta mencionando el entender el entorno y eso fue efectivo con el tema de la planta, al menos para Mel y sabe que también para Bel o Rosália habría señalado eso como un error. Así que se vuelve hacia Bel y piensa ¿es acaso la palabra "familia" eso que esta vinculado a lo que Bel asocia con el concepto de Legilimancia? ¿Está Bel pensando en su familia porque la "necesita"? ¿O acaso porque necesita ser "comprendida" por su familia?

 

Por otro lado, Mel no puede apartar de su mente la imagen de su propia familia, o al menos no al cien por ciento. La sonrisa de Richard enmarcada en su rostro pálido, en un amanecer con rayos de sol lánguidos cayendo sobre sus rizos de un cobrizo intenso y hermoso; Ellie observando un libro interesante con un sándwich de pollo en la mano. La casa, en Luss, sus escaleras, salón y establos. Todo, la lleva a darse cuenta de un pequeño detalle: que lleva un buen rato mirando a Bel a los ojos y que Rosália tiene razón, que la idea de buscar esa conexión con ella va más allá de si la conoce o no porque podría tratarse de un mago ajeno y aún así leer su mente de todas formas.

 

Dejar atrás la propia expresión de su personalidad también es difícil pero solo así supone que podrá conseguir convertirse en algo parecido a esa niebla que plagaba sus pensamientos, la expresión que su mente había creado para dar una imagen a la exploración de la arcana en sus pensamientos. Con sorpresa, se da cuenta que no está recibiendo palabras, si no imágenes. Una varita, que Bel no lleva consigo, manos que trabajan un jardín y el olor de un recién nacido pero ¿qué quiere decir todo eso?

 

No termina de saberlo, porque la llegada de una nueva bruja, que pasa cerca de ella la sobresalta y rompe su previa concentración. Mel le echa un rápido vistazo mientras se dirige a la arcana, antes de volver a fijar la vista en Bel.

Editado 15 de Abril del 2020 por Melrose Moody

[Rosália Pereira]

El silencio en el que se habían sumergido se ve interrumpido por la presencia de la madre de los Triviani que no habían avanzado mucho en su aprendizaje. Una suave risa brota de los labios de la pelirroja mientras coloca su mano en el hombro de Melrose, calmándole - Respira y concéntrate. Inténtalo de nuevo, debes tratar de percibir no solo lo que tus ojos ven, sino lo que te rodea, suponer que alguien más se acerca al reconocer las vibraciones de sus pensamientos - instruyó, para girar su vista a La Zingara.

 

- Bienvenida nuevamente, Candela. Pensé que venías a recoger a tus hijos - bromeó, aligerando la notable tensión en el rostro de la mujer - ¿Ya estás segura de seguir con tu aprendizaje bajo mi tutela? Te recuerdo que no solo es una necesidad el aprender, todos tenemos un fin y usted no me dijo cual era el suyo antes de irse la otra tarde. ¿Puedes pasarme el abono que está a un lado de la puerta antes de explicarme el por qué? - pidió, señalando al pequeño saco a 5 metros de distancia.

 

- Por favor - agregó, para entrar luego en su mente "Libera tu mente. Debes soltar lo que nubla tus pensamientos, al menos por lo que dure la clase. Hazlo si y solo si estás dispuesta a darme apertura a explorar contigo la Legilimancia" pidió, mirando con suavidad al par de brujas que frente a ella estaban.

 

- Concéntrense. Les dejaré esto de tarea, leer los ojos de la otra. Las miradas van más allá, dicen que son las puertas del alma y ciertamente dentro de la habilidad logras entrar más fácilmente si observas a los ojos, concentrado y directo a ellos. Deben encontrar en la mente del otro algún pensamiento que tengan ahora - explicó, tomando la regadera para levantarse - volveré en un santiamén - alejó sus pasos y fue justo a donde la castaña estaba.

 

- ¿Entonces? - indagó, esperando la respuesta para proseguir.

[Rory Despard]

¿Disolver mentes? Una idea espantosa, tanto, que un temblor imperceptible me recorrió de pies a cabeza, mientras seguía escuchando atenta las palabras de Rosália. Aquellos fallos (o los aciertos que podían terminar igualmente en una tortura insana) no hacían más que reforzar las palabras de la arcana sobre los alcances de la habilidad, y su propia naturaleza complicada por ser la mente el principal "elemento" a explorar.

Si ni siquiera yo misma podía entender muchas veces el rumbo de mis pensamientos, o porqué podía recordar algunos elementos más que otros, el tener que hacerlo en otra mente, se configuraba el doble, o hasta el triple, de demandante. Su pedido de liberación, ante el peso de sus declaraciones anteriores, me resultó casi risible, hasta que entendí, por cómo se estaba colocando para seguir de cerca nuestros progresos, que no estaba bromeando.

Entonces, volví la vista a Melrose, tan concentrada en ella, que por un momento, una imagen lo inundó todo: La cabaña de los Moody, y los que (asumía) eran sus nuevos ocupantes: Ellie y Richard.

La imagen fue apenas un chispazo y desapareció, cuando Mel volteó para observar a la bruja recién llegada. ¿Había sido mi imaginación o ella había balbuceado la palabra familia? Auque no había sido más que un instante, estaba segura que era su voz la que había oído con toda claridad en mi mente. No podía, sin embargo, preguntárselo, no todavía cuando Rosália daba nuevas indicaciones, y que volviésemos a concentrarnos en la mirada de la otra persona, pues allí encontraríamos una primera entrada a su mente.

— Vi a Ellie y a Richard, no fue más que una fracción de segundo — murmuré en dirección a la joven, una vez la arcana se hubo levantado para ir hacia la nueva alumna— espero que ambos estén bien. Supongo que...podría visitarlos después de esto. Por ahora, volvamos al ejercicio, creo que no lo estamos haciendo tan mal.

"Aunque lo ideal es hacerlo bien" pensé, mientras volvía a observar el rostro de Melrose, sus ojos ahora extraordinariamente abiertos, captando de forma natural la atención de los míos.

¿Qué podía ser más difícil? ¿Lograr esa sintonía de corazones y mentes, creando un lazo entre los mismos, o el interpretar la información que apareciese producto de ese lazo? Creía que para conseguir lo primero, necesitaba encontrar ese nexo de empatía con ella, lo suficientemente fuerte como para anteponerse a las diferencias que ambas teníamos de pareceres y experiencias de vida. Solo uno era suficiente, ¿porque acaso esos mortífagos tenían mucha similitud con los muggles que atacaban? No la tenían, pero había bastado que ellos pudiesen ponerse en sintónia con una sensación (el miedo profundo) para que ese lazo les hubiese permitido ingresar a las mentes debilitadas de sus víctimas.

Melrose no era una muggle débil, sino una muchacha enérgica y fuerte, pero a medida que los segundos observándola detenidamente se multiplicaron, de repente comprendí esa única cosa que se me había escapado: Que ella, como yo, estaba por un fin que excedía su beneficio personal, porque conectaba con su entorno inmediato ¿quizá Ellie y Richard a quienes había visto fugazmente? No podía asegurarlo, pero cuanto más pensaba en esa idea de mejorar por seres que se quieren, en mi propia cabeza la imagen de los Ollivanders y los Evans, se hizo más fuerte, y de repente, como en una película, la imagen que momentos antes no había sido más que una mancha borrosa, se volvió evidente (aunque cortísima).

Que esa habilidad serviría para entender a la gente en general, pero a ellos en particular. Y aquel pensamiento se hizo tan fuerte, que me encontré pensando exactamente en los mismos términos.

[Jeremy Triviani]

El sueño había invadido al vampiro de forma tal, que se había echado a dormir en cuanto cruzo la puerta del invernadero. Sabia que estaba mal, y que seria mal visto, pero ya poco le importaba quedar mal. Se relajo sentándose entre dos macetas y se sumió en un profundo sueño que duro...¿Horas? ¿Días? No podría responderlo cuando abrió los ojos y retomo la conciencia en donde estaba. Su chaqueta estaba manchada de un poco de tierra, asi como su rostro. Habia apoyado su cabeza en la maceta para estar mas cómodo. Se levanto como si nada, uso su varita para higienizarse y recorrer el gran lugar hasta las voces... porque escuchaba que la gente hablaba.

 

-También quiero poner recuerdos felices en la mente de otras personas -Le susurro a su madre, cuando la encontró esperando por la Arcana.

 

Sin embargo había mas personas, pudo reconocer a Melrose y le sonrió saludándola con la cabeza. Aquella chica le había dado buenos momentos. La apreciaba. A la mujer de al lado, no recordaba haberla visto... pero es que tampoco tenia buena memoria. Capaz, bien podía habérsela cruzado en el Ministerio de la Magia cuando todos dependían de las oficinas gubernamentales para mantener su estilo de vida. Volvio la atencion a su madre unos segundos hasta que noto cierta incomodidad en ella.

 

-¿Que pasa? -Preguntó.

 

Rosalia en esos momento empezó a darle indicaciones a las brujas. Jeremy sonrió con burla, al ver que su madre debería de plantar alguna cosa. Presto atención a la Arcana, y le agrado su aspecto tan natural. Parecía ser un bosque en persona. Era impactante al principio, hasta que la mente se acostumbraba.

 

-Soy Jeremy Triviani, vengo aprender -Dijo con seriedad.... bueno, con la que pudo.

[Melrose Moody]

Mel pega un respingo luego de oír las instrucciones de Rosália, cuando Bel le señala lo que ha visto. Sí, efectivamente, había estado pensando en Ellie y Richard. Su familia, ahora. También había pensado en la casa en Luss pero no está segura de si Bel alcanzó a ver eso o tan solo lo consideró un elemento del fondo o si no lo percibió para nada. Mel vuelve la vista hacia Bel, con determinación, intentando por todos los medios no distraerse con lo que se desarrolla alrededor. Falla al inicio, cuando saluda con un movimiento de la mano a Jeremy (que se había acercado a la alumna recién llegada y le había hecho gracia porque traía el pelo desordenado), antes de enfocarse del todo. Cuando clava la vista en la pelirroja, sin apartarla, encuentra algo más que pensamientos: encuentra sensaciones de entendimiento. Bel también busca comprender y no atacar.

—Tienes razón —le informó, animada—. Estaba pensando en ellos. Son mi familia ahora ¿sabes?

Entonces recuerda lo que Madeleine les había contado una vez. Mel, al no estar muy apegada a los libros, nunca lo había sabido pero en la biblioteca de Hogwarts había varios tomos respecto a la guerra mágica en donde se había derrotado a Lord Voldemort ¿y no había dicho Madeleine esa tarde junto al fuego mientras Mel comía dulces que él personalmente había torturado a una bruja llamada Berta Jorkins a pesar de no poseer siquiera un cuerpo del todo establecido o humano? Creyó entender entonces esa referencia hacia magos tenebrosos. No podía decirse que Voldemort hubiera tenido una mente equilibrada, así que quizá a eso se había referido y por otro lado, se decía que Berta Jorkins había terminado enloquecida e "inservible" luego de que le habían extraído la información. Voldemort la había matado luego de liberar sus recuerdos de un potente hechizo para olvidar.

Entonces ¿podía Mel realmente extraer algo a partir de ese recuerdo para su aprendizaje actual? Podría decirse que sí...

En la mente de Bel percibía, si se concentraba en sus pupilas, siempre ese olor a recién nacido y a tierra húmeda. Su huerto secreto aunque era un poco como hacer trampa, pues ella sabía de primera mano de la existencia de ese lugar. Quizá en ese sentido no era una ventaja que supiera ya de Bel. De todas formas, siguió concentrándose y perdiéndose del exterior cada vez un poco más. Bel seguía pensando en su varita, en si eso... si eso sería un problema. Porque quería aprender legilimancia, quería... sí, quería probar algo ¿a sí misma? No, no ¿a otros? Es un poco confuso...

Mel se deshace de esa línea de pensamiento y coge otra en el aire ¿Miedo? Sí, a lo que la arcana manifestó sobre destrucción de mentes, al igual que ella ¿y qué más...?