Libro de los Ancestros

[Khufu]

~No es necesario que me llenen de halagos o gestos de admiración, claramente interesada... Es evidente que ambos han venido hasta acá para beneficio propio y no por ayudar a los demás. El egoísmo y el sentimiento de grandeza lo puedo ver a través de vuestros ojos... Pero yo no estoy aquí para sentenciar sus actos, sólo estoy facultado para dictar mi veredicto acerca si son o no son dignos de aprender mi sabiduría~ dije con tono de voz tajante; utilizando la Legilimancia para percibir que sus intenciones no eran tan nobles como las frases que ambos verborreaban tratando de complacerme y hacerme ver que eran aprendices justos y honestos. ~Que usted, señor Ivashkov... sea un warlock del Ministerio de Magia londinense... Y usted, señorita Black Lestrange, la directora del banco... No es de mi incumbencia aquí y ahora. Mi pueblo no se rige por vuestras leyes mundanas... Estamos aquí sólo por un pacto de honor que hemos entablado con la Universidad; por lo que no es necesario que hablen de sus cargos. Para mí, todos mis aprendices se rigen por la misma vara, sea quien sea... ¿Entendido?~ agregué, mientras mis pies descalzos se orientaron hacia donde estaban los dos jóvenes; dirección opuesta que había tomado Niko junto con mi amigo Sely.

~Ahora bien... quiero que sean sinceros conmigo, y no guarden sentimientos... sean oscuros o no. No voy a juzgar sus creencias, ni voy a cuestionar sus verdaderas intenciones aquí... pero para comenzar tienen que partir con el "pie derecho" y no con mentiras ¿Está bien? Díganme entonces... ¿Qué es lo que buscan en el Arte de Los Ancestros? Acaso es el poder inigualable de la Vara de Cristal... o el saber qué es lo que sucede en un lugar lejano al que quieran custodiar sin que otra persona lo sepa~ cuestioné, tratando de no hacer notorios los movimientos involuntarios de mis manos envejecidas; entrelazándolas a la altura de mi abdomen descubierto. ~Les hablo del Anillo de Presencia... sólo una gota de esencia situada en alguna parte, les permitirá ver lo que otros desearían y matarían. Un carta al ministro de magia, un objeto invaluable a una persona importante en la comunidad y que ésta lo guarde en su bóveda trastero en Gringotts... Todo... sabrían hasta los secretos ocultos de sus enemigos~ susurré la última frase, estando tan cerca del vampiro y de la demonio casi al extremo de rozar mis cabellos níveos con los suyos.

[Zack Ivashkov]

Una vez Zack finalizó su intervención, Mía tomó la palabra. Ambos habían sido muy respetuosos con el Arcano y a juzgar por cualquiera se hubiese visto una transparencia digna de evitar cualquier molesto interrogatorio adicional. Pero para los ojos de aquél hombre no era así, cosa que además de indignar al vampiro, lo hizo saltar.

 

— Me es llamativa su perspicacia, Khufu. Pero voy a tener que discrepar — dijo buscando sus orbes. No tenía intenciones de sacar a relucir su característica insolencia. Sin embargo, la actitud que adoptó el otro y la manera en que buscaba obtener información particular que desconocían le resultó intersante —. Si el hecho de que mencionemos nuestras ocupaciones no es un indicativo de nuestros intereses por esta clase entonces algo estamos haciendo mal en estas conversaciones diagnosticas iniciales — sí, estaba dudando en voz alta de su capacidad para discernir cuando un alumno debía obtener o no sus conocimientos.

 

— No quiero resaltar nuevamente sus habilidades, ni mucho menos considerar investigar personalmente al resto de quienes ya han pasado por su clase. Pero me resulta curioso que manifestando interés en salvaguardar instituciones importantes como el Ministerio de Magia y Gringotts, se nos ponga en duda — ¿Qué pretendía que le dijeran? ¿Que usarían sus poderes con inclinación a la magia negra? ¿Cuántos tontos habrán pasado por ahí diciendo que querían los conocimientos por placer propio o por una historia sin fundamentos? Si bien el hombre estaba en plena facultad de decidir cuándo alguien debía continuar, a Zack le resultó discutible su juicio momentáneo.

 

Suspiró. Realmente no quería iniciar una discusión y perder más tiempo. Pero él no tenía razones ocultas. Había alcanzado el máximo nivel en cuanto a encantamientos y hechizos tenebrosos. No había nada que hasta esa fecha no conociera. Así que por un lado se sentía realizado mientras que por el otro, ahora dicho Arcano bloqueaba sus aspiraciones de aprender más de la magia Uzza.

 

— Dudo que quiera que le aclaremos para qué usaremos cada hechizo, pues entenderá que nunca se sabe cuándo se necesitará de cierto tipo de magia. Pero por supuesto que, en mi caso, me interesa explotar al máximo cada poder. Y estoy seguro que mi compañera piensa igual — dijo desviando la mirada hacia la directora del banco —. ¡Para cualquier fin! Laboral o personal. Por algo se adquieren — aclaró. Si bien en todo momento se mantuvo sereno, no le importó reflejar su malestar a través de expresiones.

 

— Entonces, si duda de por qué estamos aquí. O no obtuvo la respuesta que esperaba. Me temo que nos va a tener que iluminar al respecto. Porque estaría desconociendo cuál es la fuerza externa que me manipuló para traerme hasta aquí — puntualizó elevando las cejas en señal de asombro.

Editado 12 de Abril del 2018 por Zack Ivashkov

[Mia.]

El respeto, siempre había considerado ese valor como el primordial para avanzar dentro del status quo del Ministerio de Magia y Universidad, motivo por el cual, siempre se dirigía de esa manera ante todas las personas, aunque no fuesen dignas de ello. Sin embargo, aquel día tras las palabras del Uzza, no pudo evitar que en su rostro se formara una mueca de malestar, ¿mentirosos? ¿lambiscones? Justo así los había llamado, algo que como era obvio, causaría una reacción de los mortífagos.

 

—En ningún momento le di halagos o gestos de admiración vacíos, ¿quiere decirme cuáles de mis palabras se lo parecieron? Porque creo que es importante, no poner o juzgar las palabras de los demás. —soltó con total tranquilidad, porque conocía sus palabras y sabía que ninguna tenía esa connotación— Mis ojos, lo único que trasmiten en la sed de conocimiento que tengo y el interés de adquirirlo, y por más que utilice la habilidad de Legerimancia, le aseguro que es lo que tengo en mente justamente en este momento.

 

La sonrisa volvió a aparecer en sus labios, mientras tomaba del brazo al Ivashkov, pidiéndole un poco de tranquilidad. Conocía su impulsividad y sabía que perdía la paciencia fácilmente, pero no era buena opción en ese momento. Debían mantenerse serenos, porque era una batalla más, la que estaban lidiando con ese Guerrero, una mental, que estaba segura que no perderían, porque conocían perfectamente la manera de mantenerse en calma y con la mente fría para alcanzar sus objetivos.

 

—Si usted, somo lo ha dicho no es de mi pueblo… entonces, ¿por qué le interesa cuestionarnos tanto? Solo cumpla con el pacto de honor que están honrando y trasmítanos los conocimientos, y cuando sea el momento en que presentemos la prueba para vincularnos con el libro, júzguenos con los mismos criterios que a los aprendices que ha tenido.

 

Tenía la impresión de que sus palabras no resultarían tan agradables al Uzza, pero poco le importaba, ¿quería que dijera que usarían sus poderes para fortificar su magia oscura? Estaba equivocado, porque anteriormente la Black Lestrange, había disfrutado de poderes impresionantes gracias a su bando, que sabía que podía recuperar, pero que por el momento no le eran necesarios. La magia de los libros de hechizos, únicamente le brindarían la capacidad de defenderse cuando hiciese falta para salvaguardar su vida y la de sus seres queridos.

 

—Como anteriormente lo mencioné con otras palabras, prepararse para cualquier tipo de situaciones, justo por eso quiero aprender a dominar cada uno de los hechizos —soltó con desgana— Tal y como lo ha dicho Zack, no sabemos cuando será la ocasión en la que se requiera de cada uno de los hechizos. —completó.

 

Las últimas palabras del vampiro, eran totalmente ciertas, si tenían pensamientos ocultos, pues que se los revelara y les permitiera apreciar su gran sabiduría Khufu, porque ellos no tenían nada más que decir. Sonriendo, mirando a su compañero de bando, supo que el mago que había conocido hacía años, ahí seguía oculto, bajo toda la seriedad que su cargo requería.

[Khufu]

~¡Cálmese, joven Ivashkov! Mi intención no es que se altere ni se moleste... Aunque la serenidad en vuestro expresar es lo que más me llama la atención. Aquel silencio o susurrar... es el que ocupan los grandes cazadores... sigilosos antes de abalanzarse contra su presa~ comencé con aquella intervención hacia el warlock; desviando, luego, mi mirada hacia la figura de Mía, quien también parecía ser una bruja de convicciones concretas. ~Señorita Black Lestrange... Usted tiene mucha razón con aquel planteamiento que dice acerca de que jamás se sabe cuándo será la ocasión de utilizar el máximo poder que tenemos dentro... a menos que todos seamos grandes videntes ¿No es así? Pero comprendo su punto de vista, y aquel anhelo irritante que profesa a la hora de conocer más sobre el arte Uzza~ agregué hacia la directora de Gringotts; tomando un respiro antes de proseguir.

~Pero veamos... ninguno de los dos ha prestado atención a lo último que les he dicho... Ambos se cegaron en el deseo de contrarrestar lo que yo les he dictaminado en base a sus expectativas, pero... ¿Han entendido para qué es el Anillo de Presencia?~

~Tanto la sortija como el amuleto de porcelana que representa al dios griego "Hermes"... son objetos de gran valor que ustedes han adquirido junto al tomo de Los Ancestros; libro que revela los secretos más ocultos de la Vara de Cristal y Kansho... una daga mucho más letal que la del Sacrificio de Sangre. ¿Tienen algo que desean salvaguardar de manos ladronas? ¿Les gustaría poder custodiar a la distancia algo que atesoren con vuestra alma?~ consulté con parsimonia, mientras mis pies descalzos emprendieron el rumbo hacia una pequeña duna de arena que estaba a espaldas de mis dos alumnos; sentándome sobre ella.

Editado 21 de Abril del 2018 por Khufu

[Mia.]

Irritante, era el terminó que había usado el Guerrero para referirse a ella. Contrario a lo que podía imaginarse, la matriarca Black Lestrange soltó una carcajada bastante audible, porque eso era de lo más gracioso, la habían catalogado con muchos adjetivos anteriormente, pero jamás con ese, quizás era momento de dejar la discusión y centrarse en los conocimientos que estaban por adquirir, aquellos que les permitirían obtener más poder y respetabilidad en la comunidad mágica.

 

—La videncia aún así, es un arte un tanto inexacto —no pudo evitar soltar aún con la sonrisa en sus labios, relajando un poco su postura, pero solo un poco.

 

Escuchando el regaño por parte del Uzza, mantuvo su rostro sereno y su postura más relajada. ¿Cómo quería que se centraran en lo último que había dicho si los había juzgado sin siquiera conocerlos? Y no lo había mencionado, porque en su momento no le pareció relevante, pero sí, había entendido a que se refería, pero ¿quería ojos en todos los lugares imaginables e inimaginables? No realmente, no era así, aunque reconocía que era un poder peculiar que podía serle de utilidad en algún momento.

 

—Lo entendí, traducido a mis ojos es un anillo que por medio una gota de esencia nos permite observar todo lo que rodee aquel objeto que lo tenga untado —respondió con voz cansada—. Sería como tener una extensión de nuestra vista, seriamos capaces de ver como si estuviéramos allí. —su explicación fue sencilla.

 

Considerando si era el momento oportuno de hacer una pregunta, supo que sí lo era.

 

—Me surge una duda, ¿incluso sirve con personas? Por ejemplo, si en algún momento tengo necesitad de conocer los sitios que frecuenta aquí mi buen amigo Zack, ¿podría colocarle una gota en su frente y ver exactamente lo que él está viendo? Porque la descripción del hechizo, en el libro es un poco abierta a decir cualquier lugar y cualquier lugar es cualquier lugar. —la duda se instauró en su voz, haciendo notar que en realidad la respuesta le importaba y causaba interés, así como que estaba haciendo referencia incluso a sitios prohibidos.

 

Esperando la respuesta a su pregunta, escuchó las siguientes palabras del tutor, girando su rostro a su compañero, considero que al menos el hechizo anterior podría llegar a tener una aportación considerable en un futuro, cuando desconfiara de algún empleado o alguna persona, pero primero tenía que encontrar solución y después, permitir que su mente generara alternativas de uso, más allá de espiar a alguna persona de manera mucho más descansada.

 

—No, no existe algo que desee proteger con mi alma o incluso con mi vida —respondió a la pregunta—. Pero, podría ser de mucha utilidad en el banco, sobre todo ahora que vivimos en tiempos difíciles, el siempre hecho de otorgar protección adicional a algunas bóvedas hace que suene atractivo y supongo que para salvaguardar todo eso, es necesaria el amuleto antirobo, que es esta estatua. —finalizó, mirándolo directamente a los ojos.

 

Editado 21 de Abril del 2018 por Mia Black Lestrange

[Hades Ragnarok]

Podía sentir la varita entre sus níveos dedos. Estaba serio. Al fin había dado el siguiente paso, un paso que le había costado dar gracias a la falta de galeones. “Respiró”. El cielo tenía un color extraño, presagiaba tiempos de cambio. ¿Buenos?, ¿malos?, no lo sabía a ciencias cierta. Amaba el conocimiento y el poder. Estaba preparado para aceptar las consecuencias de sus actos. A su mente vinieron las palabras de su tío, alguien que se parecía mucho a él en muchos sentidos… “Yo siempre he querido tener poder para que nadie pudiera arrebatarme aquello que más me importa. Pero tener poder también acarrea desgracias, y hay cosas que no pueden ser protegidas mediante ese poder”.

 

Extrañaba a su familia. Siempre había querido ser más fuerte para proteger a quienes amaba, sin embargo, en la primera oportunidad fue el más débil y cobarde de todos. ¿Se perdono a sí mismo?, quizás no, pero tenía que vivir con las marcas y las consecuencias de aquello. De ser el más admirado paso a ser el más odiado. Había aprendido a vivir con el dolor.

 

Miró de reojo sobre su hombro cuando su elfo Odín entro a la habitación donde se encontraba meditando. Se acerco lentamente, y con respeto entrego a la misiva al hijo de la noche. La leyó. Había sido aceptado en aquella clase y se requería su presencia lo antes posible ya que no deseaban perder el tiempo. Dibujó una mueca y se preparo. Coloco sobre si los talismanes y amuletos, se coloco los anillos y comenzó a repasar en su mente todas y cada una de aquellas enseñanzas que había asimilado preguntándose ¿Cuál le serviría? Hizo una mueca. No conocía mucho a aquel guerrero que impartiría la clase. Lo había visto una que otra vez cuando este junto a los demás profesores había ido a tierras sagradas para asimilar cada uno de los conocimientos que usarían para dar las clases.

 

****************

 

Llego a la zona donde debía encontrarse con Khufu según las instrucciones que le habían dado en aquel pergamino. Se detuvo y esperó. Giró sobre si mismo lentamente para visualizar todo lo que se encontraba a su alrededor. Dio algunos pasos pero no sabia si debía continuar por algún camino o simplemente esperar. Suspiro. Decidió lo segundo.

[Khufu]

~Es una muy buena pregunta, Mía... pero para serte franco; jamás la he probado con un ser vivo. Me imagino que la gota de esencia se perdería al hacer contacto con la piel; aunque si lo que buscas es saber los lugares que alguien frecuenta... perfectamente puedes utilizar sus prendas de vestir~ comenté respondiendo; tratando de hacer memoria sobre alguna situación en donde tuve que hacer uso de la magia de la sortija de ese modo, y solamente recordaba la botella que había enviado de obsequio a Runihura, y que ahora me permitía saber sus secretos más ocultos adentro de su tienda de campaña.

~Por otra parte... el amuleto anti-robo es una herramienta muy útil a la hora de querer que tus objetos preciados no pasen a manos ajenas, querida. Te recomiendo que cada vez que lo sitúes en alguna zona, lo camufles con hechizos poderosos, incluso uno de transformación que oculte la verdadera forma de la porcelana. No es que sean muchos los magos y brujas que tengan el Libro de Los Ancestros y puedan reconocerle... pero siempre es mucho mejor prevenir antes de lamentar consecuencias impensables ¿No lo cree señorita Black Lestrange?~ agregué.

En eso, un aura bastante peculiar llamó mi atención; sensación que me incitó a dejar a mis alumnos a solas, por unos breves segundos, con tal de conformar un portal tridimensional con mi varita y atravesarle rumbo hacia la zona inicial donde los aprendices arribaban a un costado del Árbol de Fuego. Tras aparecer en aquella área, pude distinguir a un hombre de orbes marrones oscuros que brillaban con la luz de la luna. Enceguecido me aproximé hasta él con sigilo hasta que opté por hablarle mientras éste se encontraba de espaldas. ~Si buscas mis enseñanzas... será mejor que me sigas. Atraviesa este portal... Te trasladará a donde están tus compañeros... ¡Ah! Por cierto... Soy Khufu~ exclamé sonriendo, mientras mi zurda temblorosa trenzaba aún más mi nívea barba; segundos previos a retornar donde Zack y Mía me aguardaban.

~Y bien... ¿En qué estábamos? ¡Ah,señor Ivashkov! Espero su respuesta~ concluí.

Editado 23 de Abril del 2018 por Khufu

[Mia.]

— ¿Se imagina Guerrero? Es que la descripción, me deja las ideas bastantes abiertas, pero entiendo que puede que sea lógico, porque no podemos cosificar al cuerpo humano —respondió, pensando en que muchas veces lo había hecho en el pasado, viendo el cuerpo de otra persona solo como un objeto que le podía otorgar placer—. Aunque sí, supongo que colocarlo en la capa de viaje o la varita del mago, podría servir, por qué si funciona en el arma de cada persona, ¿no?

 

Añadiendo una pregunta que anteriormente había formulado, porque en el momento en que su mente comenzaba a viajar rápidamente sus ideas y cuestionamientos, también lo hacían. Estaba allí para aprender y eso era justamente lo que haría. Por lo que escuchó un poco las palabras de su profesor, analizando lo que era importante el amuleto antirrobo, pensando en que le decía y admitiendo que quizás tuviera razón.

 

—Creo que sería mejor dejarla a la vista, así saben a que se enfrentan y sabrán que no podrán vencerlo —meditó durante unos segundos—. Claro que sí, mejor prevenir que lamentar, en eso le doy toda la razón, por lo que tendría que analizar que es lo que custodia para saber que es lo que me conviene realizar, ¿no crees?

 

Notando que el Uzza se retiraba, miró al Ivashkov y le indicó que se estaba aburriendo de una manera sobrehumana, ¿eso era posible? Al parecer sí, porque los había dejado a mitad de su aprendizaje para retirarse a no sabía dónde, minutos después, retornó y no venía solo, estaba acompañado de Hades, uno de sus compañeros. Saludándolo con una sola cabezada, notó la impaciencia porque Zack respondiera, algo que le causó gracia, porque ella misma esperaba una respuesta a sus preguntas.

[Zack Ivashkov]

Con la misma naturalidad que encendió el fuego en los Mortífagos, el guerrero aplacó la llama sosegado evitando encender una fogata. Zack escuchó con atención sintiendo como sus músculos se relajaban. Se había mostrado tranquilo pero la tensión se apoderó de él, y la contuvo, pues no sería bueno descargarse con su profesor. Llegó con la mejor actitud y trataría de mantenerla a pesar de las circunstancias.

 

— Entiendo que es una joya que genera un fluido con frecuencia cuyo fin es poder estar al tanto de lo que sucede en otro lugar — respondió sucediendo las palabras de Mia, quién manifestó una interesante duda. El hombre le indicó que jamás había experimentado colocando el líquido en algún ser vivo, cosa que al vampiro le pareció sensata. Seguramente tendría efectos secundarios terribles ese tipo de magia sobre algún mago o criatura.

 

Observó el anillo en uno de sus dedos, el único visible que venía con los libros. Los otros dos eran de sus habilidades, nigromancia y metamorfomagia respectivamente. Estaba orgulloso de los últimos, así como también de cualquier otro objeto que incrementara su poder mágico. Pero no podía llevarlos consigo siempre. Terminaba siendo una pesadilla. Justo por tal motivo, en ese momento sólo contaba con lo necesario para el aprendizaje de ese libro.

 

— Yo sí tengo un par de cosas que me gustaría mantener vigiladas. No dudo en que ya estén seguras, pero siempre es bueno una prevención adicional — Manifestó en respuesta al guerrero. Sus antepasados le habían dejado una gran cantidad de objetos peligrosos que ocultaban en algún lugar del castillo Ivashkov. Junto con Leah se aseguró de mantenerlos a salvo incluso de los otros miembros de la familia. No se consideraban listos para enfrentarse a esa clase de magia oscura antigua.

 

— Por cierto, lamento desviarme pero tengo una duda respecto a Kansho — Dijo justo cuando la figura del anciano se desvaneció. Puso los ojos en blanco intercambiado miradas con Mía. Pero al cabo de unos segundos volvió acompañado de un compañero Mortífago, a quien saludó con un sutil movimiento de cabeza. Ahora sí podría manifestar su inquietud.

 

— De acuerdo al libro, el Kansho puede retener hechizos para utilizarlos más tarde. ¿Qué tanto tiempo podemos conservarlos? ¿Será posible absorber el ataque de un mortífago o fenixiano y utilizarlo horas o días más tarde? — Ya podía imaginarse a sí mismo experimentando con aquella daga. Seguramente no se vería bien lanzando hechizos de la Orden del Fénix, aunque poco le importaba si se trataba de lucir sus habilidades.

[Hades Ragnarok]

Observo aquel árbol. Lo conocía perfectamente, allí había visto una vez a Asenath pero el arcano no le había prestado gran interés. Sin embargo, al ser su elemento, el fuego, el árbol parecía llamarlo reclamando su atención. Levanto la mano y movió sus níveos dedos lentamente para tocarlo, como si quisiera descubrir los secretos que podría esconder el frondoso tronco. ¿Qué pasaría si sus dedos tocaban aquel tronco? Sin embargo, sintió una presencia tras de sí la cual evito que el vampiro hiciera quizás alguna locura, aunque capaz no sucedería nada.

 

El vampiro se volteo lentamente para encontrarse con los ojos pálidos de su nuevo maestro. Hizo una ligera reverencia en respeto a él. Asintió ante las palabras de este, sí, buscaba sus enseñanzas.

 

-es lo que deseo maestro – dijo el cainita dibujando una sincera sonrisa- soy Hades Ragnarok –dijo mientras observaba al Uzza abrir aquel portal.

 

El Ragnarok estudio atentamente cada una de aquellas facciones. Aunque la mención de otros compañeros no el agrado nada, era como si lo obligaran a salir de su zona de confort, supuso como le habían dicho alguna vez… “mi clase, mis reglas”. por lo que el hijo de la noche no lo pensó mas y ni siquiera lo dudo. Se preparó, pensó si realmente querían dar aquel acto o salto de “fe. Conocía perfectamente la respuesta por lo que tomo la varita entre sus níveos dedos para dar un paso adelante.

 

****************

 

Llego a los terrenos o los dominios de aquel guerrero Uzza. Observó el sitio. Intentó recordar cada una de aquellas menciones y datos importantes que pudiste haberle leído en aquel libro de los ancestros para así ganar quizás un poco de ventaja. Pudo haber invocado el Kansho y la vara de cristal pero no deseaba parecer muy impaciente. Aunque claro estaba, en el libro de la sangre él lo primero que hubiera realizado era aquello, invocar la daga para realizar un sacrificio de sangre.

 

-<<espera un poco Ragnarok>> -se dijo así mismo riñéndose por ser tan impaciente.

 

“respiro” profundamente y dio unos cuantos pasos hasta que localizo a Khufu no muy lejos de donde él estaba parado. Aunque claro estaba se sorprendió ver que tanto Mia y Zack estaba allí buscando ambos las enseñanzas de aquel místico ser. Guardo silencio. El guerrero les había hecho una pregunta a sus compañeros tanto de bando como de clases. El Ragnarok deseaba escuchar la respuesta de ambos porque ambos habían empezado mucho antes que él.