Jump to content

Libro de La Sangre


Zack Ivashkov
 Compartir

Publicaciones recomendadas

Escuchó que algo venía detrás y giró el cuello para ver sobre su hombro, pero Zack se había encargado. Suspiró, agradecida, antes de regresar la atención a la herida en su brazo. La flecha no había llegado a pasar toda la extremidad, quizás porque se había detenido en el hueso, pero le causaba un dolor horrible. Hacía años que no había recibido el impacto de una flecha y debía admitir que no extrañaba la sensación, resultaba desesperante. Apretó la mandíbula, inhaló, exhaló y manteniendo el aire dentro de la boca, más que todo para poder darse valor, tomó la flecha y la haló con fuerza.

 

Empezó a ver estrellas casi al instante y todo el aire salió entre sus labios como si le hubieran golpeado el estómago, pero no gritó. La frente de la rubia estaba cubierta por una pequeña capa de sudor y aunque permanecía quieta, estaba un poco temblorosa. Y se había distraído al punto de que no había notado lo que Tauro estaba haciendo, protegiéndola y buscando de curarla, sólo hasta que la tuvo delante. Enfocó con más cuidado a la mujer, hasta que sus ojos retomaron la visión natural de las cosas y se reservó el beso que quería darle, cuando la curación le hizo efecto.

 

—Lo prometo —soltó a regañadientes—. Gracias, Tau-Tau. ¿Tú estás bien? Lamento haber llegado tarde.

 

Lentamente el dolor en el brazo se redujo hasta que desapareció por completo y la fea herida que le había quedado pasó a ser una pequeña marca que desaparecería con la poción adecuada. Comprobó la movilidad y luego limpió la sangre con la varita, sabiendo que todo había terminado. Aunque eso no la detuvo cuando se acercó al cuerpo incinerado de la Valkyria que había matado minutos antes, clavando con violencia la flecha que había usado contra ella en su pecho. No tenía utilidad, pero drenaba su frustración. Tomó el dichoso collar y regresó junto a su novia, a tiempo para ver a Zack... pestañeó.

 

—Ay, no puede ser —exclamó, estupefacta—. ¿Es que acaso te has vuelto loco?

 

Poco le hablaba así, como la prima mayor que era, pero es que verlo haciéndole ojitos a una de aquellas mujeres era algo que no iba a tolerar. ¿Es que no se había dado cuenta de que casi los mataban a todos? Ganas tenía de tomarle una oreja.

 

—No sé qué he hecho para merecer esto —dramatizó, imitando el gesto que había hecho el vampiro al ver a Lisa en las alturas, llevándose los dedos a la sienes, haciendo que su parecido se hiciera notorio al cien por ciento.

"%20alt=YwwEbg4.gif


"%20alt=


"%20alt=hQEsmVo.gif3lqIQgZ.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

El Ragnarok había estado protegiéndose todo aquel momento, no había sido por cobardía ni nada, solo que ya tenía demasiados problemas con otros seres como para también cargarse otro con alguna de aquellas valkirias. Observo como varios de sus compañeros conseguían amuletos y él no se quiso quedar atrás por lo que acercándose a una de aquellas valkirias y aprovechando que estaba confundida le quito el colgante que llevaba en el pecho, una vez hecho aquello simplemente lo escondió para evitar que fuera tomado por alguien más.

 

-Lo siento, es la única forma que tengo para no hacerles daño –dijo contra sus principios.

 

Si, era un mortifago, de eso no había dudas, mas aun podría haberlas matado sin problemas, pero tenía suficiente karma ya en su haber como para seguir aumentándolo más. Rápidamente hizo lo que quizás nadie esperaba se alejo para posicionarse en un mejor lugar. Vio como Zack arrinconaba a una de aquellas mujeres guerreras, a su vez Tau iba a ver si Leah se encontraba bien. Sonrió al ver lo que habían hecho tanto su hermana como la Delacour. Negó con la cabeza, la verdad es que ambas parecían niñas débiles e indefensas, pero habían demostrado que podían con aquello.

 

Volteo la cabeza para ver a Lisa quien era la otra profesora, si su memoria no le fallaba la chica había sido herida intentando salvar a el profesor mortifago, sin embargo, se encogió de hombros, había visto cosas más extrañas, aunque después de ver la tensión que se había producido justo antes de que él llegara podía haber pensado lo contrario.

 

-Las Valkirias están siendo vencidas -susurro el cainita mientras no perdía de vista al Ivashkov.

 

Al menos el detritus que aún conservaba lo mantenía a salvo mientras las mujeres guerreras que quedaban seguían luchando para ayudar a sus compañeras y recuperar aquellos colgantes que habían perdido.

vkDq3f1.png

 

kNTUx8c.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

— Estoy bien, más que bien, lamento haberme perdido en los últimos momentos —se disculpó, sintiéndose culpable por haberla perdido de vista. Notaba las ganas que tenía Leah de vengarse, pero no la dejó marchar hasta que su herida se hubo curado perfectamente. Observó cómo se descargaba en la Valkiria calcinada clavándole la flecha y si había alguna esperanza de que esta estuviera viva, la Nigromante se había encargado de esfumarla. No sabía por qué, pero Tauro encontraba aquello muy... provocativo y tuvo que hacer un esfuerzo por concentrarse.

Cuando Leah regresó Tauro se dispuso a darle ese beso que sentía que ambas se debían, pero la indignación de la Atkins por lo que su primo hacía la hizo reír. Sí, sólo a ella se le ocurría reírse en medio de aquella situación donde en cualquier momento una flecha podría atravesarla a ella o a su novia, pero le era inevitable no encontrar la gracia en la expresión de la mujer, quién también parecía haberse olvidado de lo que ocurría a su alrededor. Tauro dio un paso y la sostuvo del brazo, empleando la fuerza necesaria para que no cometiera la locura de ir corriendo donde el Ivashkov.

— No. Ni se te ocurra —le dijo muy seria — Está muy grandecito como para que lo andes cuidando. Además, no veo que la esté pasando mal, a diferencia de... —señaló el cuerpo con la flecha clavada en medio del pecho.

UASDi2b.gif
HakOva6.png
XzWZp5H.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

—¿Pasándola más? Un poco más y se dispone a ver si son de verdad o no —bufó, refiriéndose a la forma en la que Zack seguía mirando a la Valkyria como si no fuera más que un dulce que podía probar en cualquier momento—. Después se pone cariñoso con Pik y confunde a mi pobre cerebro.

 

Pero a pesar del mal humor que le había generado el asunto, no aplicó ninguna resistencia al agarre de Tau y no hizo más que pegarse a ella, necesitando de su protección. Sólo que no de una forma que los demás esperan, nada más quería tener su cercanía para recordar que todo estaba bien y que terminaría de igual manera. Últimamente no se habían separado para nada, en lo absoluto, logrando convertirse en una misma persona separada en dos cuerpos. Y quisieran o no, se les notaba a leguas que estaban unidas más que por un voto de fidelidad.

 

Sus labios encontraron la frente de la Líder Mortífaga y sintió cómo el escudo de gas se quitaba de ellas pasados los dos turnos. Eso era una mala señal, si se ponía a pensar en que estaban expuestas, pero la última criatura que quedaba estaba demasiado ocupada con su primo como para siquiera considerarla una amenaza. Suspiró, dándose por vencida y alzó la mirada hacia Lisa, que parecía renuente a bajar de su podio improvisado. Esa mujer se estaba ganando más de su desprecio con el paso de los minutos.

 

—Eh, Weasley, creo que ya pasó el peligro —frunció el ceño hacia la dichosa reina de Rumania, que brillaba por su falta de valentía y señaló hacia abajo—. ¿Vas a venir o es que has encontrado la escalera a Valhala ahí arriba?

 

Por suerte Tauro sí la estaba sosteniendo fuerte, era muy probable que las dos olvidaran sus roles muy pronto si las cosas seguían igual de tensas.

"%20alt=YwwEbg4.gif


"%20alt=


"%20alt=hQEsmVo.gif3lqIQgZ.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

A pesar del claro hecho de que nos habían tomado por sorpresa, habíamos logrado reducir a cenizas a las féminas del cuero. La Crouch, apoyada por una Sagitas mas valiente que nunca y una recién llegada Leah portaba en su haber dos de aquellos colgantes tan necesarios para el ritual. Sus métodos no habían sido ortodoxos, pero ¿que mas daba en una situación así? Lograron el objetivo y por mi serian mas que aplaudidas.


Hades protegió, como esperaba, a Anne y Mei. Agradecí en mi fuero interno el gesto del hombre, pues yo estaba tan centrada en mi combate contra la mujer morena que no hubiese sido capaz de ayudar a la joven paladín y eso, por mas que lo negase, me asqueaba hasta limites insospechados. Mei era EL pilar mas fuerte de mi existencia, perderla seria como vivir el apocalipsis en la tierra. Justo cuando pensaba en eso, su mirada incidió con fuerza sobre la miá.


La entendí al vuelo. Ella también estaba preocupada, ademas de por mi, por otra causa mayor. Sus pupilas gritaban una necesidad anhelante de mi ayuda. ¨Luego hablamos¨ Fue suficiente aquello para que la conexión trasladase el mensaje de mi mente a la suya. Entonces y salida de la nada, una valkiria se posiciono ante mi, la muy desviada creía que estaba perdiendo el norte y que por eso iba a ser presa fácil. Esta no me conoce, murmure a la nada al tiempo que….


De una patada, lance el cuerpo de esta contra la pared mas alejada. Mi posición alta me daba ventaja en la lucha cuerpo a cuerpo. Otro colgante mas que caía en nuestras manos. Si no me fallaban los cálculos, poseíamos seis de aquellos mágicos objetos, con los cuales podríamos atravesar las barreras de Odin e internarnos en el Valhala, reino de los guerreros muertos mas eficaces del mundo. Suspire notoriamente al ver la clase destrozada después de la amenaza.


El Ivaskov fue el ultimo en atacar, encargándose de concluir. Su fuego maldito impacto en dos de las deidades, quemandolas vivas. A la tercera solo la hizo trastabillar hasta una zona oculta, donde y para sorpresa de todos comenzó a hablar en un perfecto ingles. Me quede tan anonadada que no fui capaz de moverme de mi posición, allá en la ventana. La guardiana del dios mas carismático de toda la mitológica nórdica coqueteaba con Zack


¿Pero que me estas contando? Mi voz interior colapso al igual que yo misma. La valkiria, una de las mas bonitas de toda la sala y la que quizás tuviese mas rango, estaba desertando y por voluntad propia, según lo que ms oídos habían logrado captar, que era casi todo, estaba dándonos libre acceso al pacto de sangre necesario para lograr nuestro objetivo. Mi primer pensamiento fue que podía ser una trampa, el segundo corroboro con insistencia al primero.


El ángel caído, por obra y gracia de Merlín, estaba de acuerdo conmigo. Pregunto una de las cosas mas coherentes en una situación como aquella. El porque de su ayuda. Negué intensamente al ver como la semis diosa en vez de responder, usaba todos y cada uno de sus encantos de seducción con el castaño. Tenia la certeza de que el hombre no resistiría mucho así. Salte ante la burda regañina del mago y me situé a su lado, evadiendo la desnudez de la otra.


- No tenemos otra opción – Asumí la responsabilidad de aquello en su totalidad – Dejaremos que nos ayudes, pero con una condición – Yo no iba a ser menos. Mis condiciones serian tan fuertes como las suyas – Te desprenderás de cualquier arma y o colgante que poseas y siempre sabremos donde y con quien estas – ¿lógico no? Un cambio brutal en la personalidad y los actos de una persona no se daba así como así. Su asentimiento fue clave. La clase continuaría su curso.


Antes de darme la vuelta y hablar a la mas que expectante audiencia, le di un codazo al arrogante profesor – Deja de ligar y centrate, no podemos perder un solo minuto mas. Como nos maten por tu libido te quedas sin hijos futuros – Una amenaza que entendió a la perfección, pues sus manos, quizás de forma inconsciente, se taparon aquella área de su anatomía expuesta ante mis duras palabras. Tome aire, nuevamente y comencé a hablar.


- Leah – Pronuncie su nombre con ¿asco?. Esperaba que no se notase mucho - No me hables de valentía a mi, desde que has llegado solo te has dedicado a besuquearte con tu novia – Mordaz si ¿y?. No me iba a quedar callada anta una ofensa así – Dejate de aspavientos y ven aquí, haz algo de provecho por la humanidad, aunque sea una sola vez – Se me había ocurrido separarlas, al menos por un momento, a ver si así dejaban de farfullar incoherencias.


Le tendí la joya de Ópalo de mi mano. Mas le valía situarse a mi lado y agarrarla – Bueno, como veréis, el Valhala y sus tropas saben defenderse solos. Esto, ni mucho menos, estaba planeado. Odin no nos quiere cerca de su reino. Los Uzzas si y como por suerte o por desgracia poseemos un contrato con estos últimos, nos vamos a dejar la piel en hallar lo que sea que halla allí arriba. ¿Estamos? - La audiencia, después de lo vivido, podía soportar cualquier cosa.


- Para avanzar debemos hacer un pacto de sangre con una Valkiria, que casualmente tenemos a una – La joven no se separaba un milímetro de Zack. No, si divertido iba a ser al final y todo – Este se compone de tres elementos. Dos de esos medallones, liquido vital de un humano y una de estas alocadas mujeres y una promesa de lealtad absoluta hasta que el objetivo sea cumplido. Así se entenderá que nuestra alma esta ligara al Valhala, como si estuviésemos muertos y nos dará visión para trazar su camino y llegar hasta el.


Una explicación algo burda, cierto, no obstante, no había podido leer mas. Seguro la tal Kala nos daba mas información – Por el momento, para estar mas preparados, practicaremos, todos juntos y en armonía, los conjuros del libro. Leedlos un momento. Preguntad dudas y cuando estáis seguros, procederemos a usarlos – A fin de cuentas, era nuestro deber principal – Creedme que hay algunos puntos bastante liosos – Era el momento de retomar el papel de profesora y atenerse a las consecuencias.

                            WFlgMYZ.gif

Firma lobo 2.jpg

                                                        XEPq2Tk.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Las cosas se estaban calmando por allí y agradecí que entre todos se fueran cubriendo la espalda. Aunque cabía resaltar que siempre se aprisionaban en un grupo aparte, pero no presté demasiada atención a ello. Podía defenderme solo y había ayudado a mi prima Sagitas. Que notando que estaba tan solo un poco callada, me acerqué un poco más a ella. Miré a Mei. ¿Qué estaría pensando de todo eso? Era Lider de la Orden del Fénix y siempre recurría a ella cuando necesitaba algún consejo. Pero me mantuve al lado de mi prima.

 

¿Te encuentras bien? —esperando que si Sagitas necesitaba algo, como curar alguna herida, me brindara el honor de ayudarla. Estaba seguro que algún dia se cansaría y me asesinaría. Siempre que intentaban protegerla, la trataba como un títere, pero esperaba que entendiera que aquellos eran ya mis reflejos. Y eso que no podía ser libremente yo—. ¿Tienes idea que es eso del Valhalla? ¿Y las Valkirias? Parece que todo éso son algo más que un cuento. Creo que son poderosos brujos

 

Le comenté a Sagitas, aunque recordé que ni bien había entrado al aula, ésta se encontraba haciendo varias preguntas que no estaba seguro si se las habían respondido. Lo único que conocía de aquello, es que los muggles consideraban ésa mitologia como alguna creencia, pero estaba seguro que si parte de su ejército eran aquellas mujeres, eran más que una comunidad de magos demasiado fuertes. ¿A qué iríamos al Valhalla? ¿Nos encontraríamos con decenas de aquellas hermosas mujeres? Rocé el colgante que le había quitado a una. ¿Para que servían?

 

Zack y Lisa parecían estar organizando. Nos pedían que revisáramos aquellos libros pero los Guerreros Uzza ya me lo habían enseñado. En aquel retiro espiritual donde cada uno de los profesores, habían sobrevivido a diferentes situaciones, que solamente sabían de manera personal. Ni siquiera podíamos contarlo aunque quisiéramos. Recordé que el libro de la sangre hablaba mucho sobre los sacrificios. Incluso la mayoria de sus poderes se relacionaban con la sangre. Visualicé aquella daga pero no la invoqué porque aún no la necesitaba. Me asegure de tener algo que si necesitaba: mi varita.

|| 1yqixEK.gif || Marca-1.gif.664cbd85ef4de2f10b959916cce5||
Chw3Ljs.png
GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Todo mundo creía haber llegado tarde. La rubia los miraba con los ojos muy abiertos, aunque comprendió que tal vez el llegar detrás de ella podía ser sinónimo de haberlo hecho, pues realmente era quien siempre llegaba tarde a todas las clases habidas y por haber. Frunció el ceño algo molesta por esa idea que evidentemente todo el mundo tenía ya forjada de su persona, aunque no los podía culpar pues como dice el la tan repetida frase “hazte la fama y échate a dormir”. Dormir… sí, podía ser que le estuviese dando algo de sueño.

Mientras escuchaba las primeras palabras de Lisa sus párpados empezaron a volverse muy pesados. Con todas sus fuerzas intentó abrirlos una y otra vez, refregando sus ojos como expulsando la sensación... pero sin éxito alguno. Cerró ambas manos en puño y apretó sus uñas casi enterrándolas en la piel, buscando un estímulo que la mantuviese despierta, pero había algo que causaba esa sensación tan molesta y que se hacía más fuerte cada vez.

Frustrada, rendida, decidió que no había manera de vencer lo que acontecía en su cuerpo. Sus ojos se cerraban, todos sus músculos querían relajarse y su mente marcharse de aquel sitio. Se apartó de todos y se dejó caer en un rincón, abandonándose a lo que sucedía. Enseguida su cabeza cayó sobre sus flexionadas rodillas y la voz de Lisa se tornó un suave mantra que la condujo hacia el más profundo de los sueños.

“Están deseosos de saber cómo llegar al Valhala, si, esa sub realidad paralela donde Odín es el capitán de barco y solo los guerreros más eficaces logran llegar”

¿Valhala? ¿Qué era eso? Y ¿Cómo decía que querían llegar allí si ni conocíamos la existencia de aquel lugar? Era absurdo… todo era absurdo pero en su mente empezaban a formarse imágenes de ese sitio desconocido, la ponían allí sin que ella lo buscara.

“Debemos encontrar la manera de ingresar y hallar sus más intrínsecos secretos.”

En sueños se cruzó de brazos, ¿desde cuándo tenía tantos deseos de llegar a un sitio que ni sabía existente para revelar secretos de un desconocido? A su alrededor solo veía el desierto que la rodeaba, estaba sola y no sabía hacia dónde avanzar. Hasta que su voz de arrullo mencionó un nombre.

“Las Valkirias”

Un pacto de sangre con ellas… ¿Cómo no? Frente a sus ojos se habían materializado aquellas damas imponentes vestidas de cuero en forma atrevida. Las miró una a una no solo admirando y envidiando su atuendo, sino el poder que poseían, el cual podía percibirse con solo intercambiar miradas. ¿Cómo estaba viendo todo aquello? ¿Cómo sabía si era creación de su mente o realidad? Nada tenía sentido.

Las mujeres la rodearon pero no tuvo miedo. No quería más que lograr ser una de ellas. Notó el collar que colgaba del cuello de cada una de ellas e intentó alzar una de sus manos para tocar uno de ellos pero no pudo hacerlo. Estaba paralizada. Imaginó en su cuello un colgante similar. Se imaginó como una de esas impresionantes mujeres y en su mano sintió el filo de su daga. Cerró el puño y dejó caer su sangre, improvisando un pacto con ella, el pacto del cual hablaba aquella voz…

Entonces sintió en sus manos un objeto de metal y vio como por sí solas lo alzaban y calzaban en él una flecha. ¿De dónde había salido? Sorprendida, disparó, notando como la dorada flecha ascendía y bajaba ingresando en una edificación lejana que logró distinguir.

¡¿Qué demonios?! Exclamó, despertando de pronto en el ya silencioso recinto. Estaba sola ahora, ya que todos habían partido. Todo había sido un sueño muy raro. Se frotó los ojos y se puso de pie lentamente. Había quedado fuera de la clase. Buscó con la mirada alguna señal de a dónde podrían haber ido todos.

¡No! ¡No podía ser! Su corazón quiso escapar de su pecho al ver la flecha clavada en el escritorio, señalándole que no había soñado. Corrió entonces hacia la ventana y los vislumbró en la lejanía. Buscó su varita y, tras tomar la flecha que estaba en el escritorio, se transportó donde se hallaban sus compañeros, encontrándolos en medio de lo que le pareció una tremenda masacre.

-¿A esto llaman "pacto de sangre"?- inquirió molesta.

Estaban mal, no podían encontrarse con seres milenarios protectores de secretos que nunca hubiesen imaginado y simplemente matarlos así. Sentía un dolor profundo en su pecho, aquellas mujeres habían sido sus hermanas de sangre por un instante y ahora simplemente ya no existían.

-¿Tenemos a una?- se preguntó ¿De qué estaba hablando Lisa? ¿Acaso sabía lo que le había pasado en su sueño? No, era ridículo, de seguro hablaba de algo más.

oKhf7Mf.png

4dV4RuU.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Todo lo que había sido acción se detuvo al instante. Anne sentía cómo la valkiria se intentaba revolver en el suelo, pero ella seguía inmovilizándola con gesto impertérrito, a pesar de que la serpiente también la apretaba con fuerza para que no pudiera moverse. Cuando Zack comenzó a hablar con una de aquellas féminas, la Gaunt se puso en pie y se alejó de la que ella misma había abatido, que la miraba con los ojos inyectados en sangre. Al parecer, aquella tipa les quería ayudar... ¿en serio? Aquello olía a trampa.

 

Iba a abrir la boca para hacer pública su opinión cuando una de las valkirias comenzaba a charlar con Zack e incluso comenzaba a insinuársele. Anne parpadeó varias veces observando la escena sin salir de su asombro. Lentamente, se desplazó hasta donde estaba Hades, aún con la varita en la mano.

 

¿Qué pasa ahora? —balbuceó, con voz apenas audible. Era una pregunta retórica, por supuesto, pues no alcanzaba a comprender cómo unos instantes antes habían estado dispuestos a matarse unos a otros y ahora aquella mujer decía estar dispuesta a traicionar a los suyos para ayudarles a llegar al Valhala. ¿Qué clase de trampa habrían preparado para ellos? Lisa hizo acto de presencia también y apoyó aquella idea, así que el plan estaba decidido: seguirían a aquella valkiria para acceder al Valhala.

 

La Weasley empezó a disponer, llamando a Leah con la clara intención de separarla de Tau. Luego les explicó lo que tendrían que hacer a continuación. Tenían que llegar al Valhala, pues eso es lo que querian los Uzzas. Bien, hasta ahí lo había entendido perfectamente... pero, ¿qué era eso del pacto de sangre? Debían mirar el libro y preguntar dudas. Anne suspiró, aquello era surrealista.

 

Se sacó del bolsillo del pantalón una especie de saquito que abrió cuidadosamente y luego lo estiró. Por supuesto, había sido mágicamente encogido. Extrajo el libro de la Sangre de él y luego volvió a guardar el saco en el bolsillo. Echó un vistazo y luego lo cerró, sin más. No necesitaba su libro para plantear lo que tenía en la cabeza.

 

Yo no sé si es que has hablado muy deprisa o yo soy muy torpe, que puede ser —dijo, mirando directamente a Lisa—. ¿Puedes explicar mejor de qué va eso del pacto de sangre? Porque si tenemos que hacerlo para llegar al Valhala, que al menos nos quede claro qué vamos a hacer y a qué nos exponemos al hacerlo. Y por cierto, ¿soy la única que ve raro el cambio de actitud de esa... mujer? ¿Vamos a seguirla, sin más? —añadió, ahora posando sus ojos grises en la valkiria que coqueteaba con el Ivashkov.

AYlDcNN.gif


oizsVNM.jpg

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

¡Cálmate, cálmate, maldita sea! No puedes dejarte embargar por el miedo, eso no servirá de nada.

 

Su mente y cuerpo, ante la adrenalina del momento, comenzaban a reaccionar. Lisa estaba ocupada, ella también parecía estar en las suyas, por lo que tendría que solucionar aquel problema ella sola, pues nadie parecía estar dispuesto a ayudarla.

 

Entonces su oportunidad llegó, para cuando una de las valquirias se mostró abiertamente dispuesta a ayudarlos a entrar al Valhala, momento en el cual todas las semidiosas encolerizaron y se vieron traicionadas por una de ellas. Fue entonces cuando Mei aprovechó la oportunidad, utilizando una curación para lograr sanar la herida de la flecha y entonces, actuar.

 

Le propinó un golpe, muy a lo muggle pensarían demasiados, pero no era algo que le importara; desde hacía tiempo que practicaba algunas técnicas de defensa personal sin varita y acababa de efectuar uno de los logrados: le propinó una patada a las piernas de la valquiria que aún apretaba su mano con si pie, haciendo que perdiera el equilibrio y cayera de espaldas al suelo y rápidamente se apresuró a recuperar su varita, quitarle la espada que había portado y con la que la había amenazado y, aprovechando la ocasión, tomó uno de los colgantes que todos parecían dispuestos a obtener a toda costa.

 

Se puso en pie, apuntando con la varita a la mujer, quien parecía estar más que encolerizada, y se alejó, acercándose a su grupo mientras que con la otra mano lograba quitarse la flecha que le habían asestado, no sin antes susurrar para que sólo ella oyera:

 

No estoy dispuesta a entrar al Valhala aún, no si eso involucra que ustedes deban llevarme y todo lo que ello conlleva.

 

Se acercó alejó entonces, acercándose hasta donde Elvis se encontraba con una Sagitas repentinamente muda, mirando de un lado al otro, viendo los rostros de las mujeres que parecían estar a punto de estallar.

 

No creo que resulte oportuno ese ofrecimiento – comentó en general, aunque al oír las palabras de su mejor amiga, no pudo evitar fruncir el ceño y mirarla como si estuviese tratando con una loca –. ¿De verdad ofreces eso ahora?

 

Justo en ese momento, un grito de guerra se oyó. No es que lo reconociera, es que más de uno entendió perfectamente que se trataba de ellos al ver la llegada de un nuevo y más numeroso grupo de valquirias, armadas de todas las formas imaginables y con la furia ardiendo en sus ojos.

 

¡Traición! ¡No hay que permitir que los humanos hagan el pacto de sangre!

 

Y ante aquel nuevo grito, el ahora más que numeroso grupo se lanzó sobre ellos, para una nueva ronda de ataques, aunque en aquella ocasión dudaba que les resultara tan fácil. Eran más, y estaban furiosas, además, no iban concretamente sobre ellos, sino más bien sobre la mujer que coqueteaba descaradamente con Zack.

7ND4oqh.gif ~ c3cuSMA.gif


4uqeTef.png


sEAaDO5.gif


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

—¿Envidia, Weasley? Suerte que no tienes a nadie a quien besuquear, bastaría con que te pusieras creativa y amenazaras al mundo mágico con un heredero —replicó, sin ocultar las ganas que tenía de darle una buena patada—. Otro como tú sería suficiente como para que todos se lancen a una pira de forma voluntaria.

 

Demasiado habían resistido aquellas dos juntas en una misma habitación, más de una vez, como para que el resto de la humanidad pretendiera que la calma perdurara. Sin embargo, jugando con la paciencia de la profesora, la rubia le lanzó una mirada a Tau antes de acercarse a ella con toda la parsimonia del mundo. En términos generales, era una persona que pecaba en ser demasiado delicada para la actitud que solía tener, pero en ese momento le arrebató el collar y se detuvo a su lado, callada, esperando el más mínimo ataque de su parte para cumplir su sueño de darle un golpe.

 

Claro que, de no haber sido por aquella nefasta explicación, posiblemente no habría perdido tres neuronas. ¿Se supone que ella era la que los enseñaba? Todos fruncieron el ceño al mismo tiempo, mirándola como si no se tratara de algo más que una loca y ella no era la excepción, que le lanzaba una expresión digna de filmarla con una cámara muggle para que viviera por años. Después hablaba de hacer cosas útiles, llenando su boca con cosas que no demostraba. Rodó los ojos con fastidio y buscó en los bolsillos de su túnica, hasta que dio con el libro.

 

—Veamos qué hay por aquí... —murmuró al abrirlo, enredando el collar entre sus dedos mientras lo apoyaba en la palma de su mano—. Oh vaya, mira nada más, interesante.

 

En la contraportada había un espacio rectangular, lo bastante hondo como para que adentro la daga quedara incrustada como si fuera un adorno. No se movía y parecía pegada, pero en cuanto le colocó los dedos encima salió con facilidad, acoplándose a la forma de su mano. Era pesada para su tamaño, fácil de utilizar por lo pequeño y fría, como si estuviera lista para cometer las acciones que debían realizar. "Libro de la Sangre", eso era suficiente como para hacerse una idea. Volvió a la primera página, leyendo los hechizos y una sonrisa curvó sus labios.

 

Todo el mundo estaba en lo mismo cuando alzó la mirada. Unos perdían el tiempo, pidiendo a Lisa que explicara bien y otros simplemente hacían caso omiso a la consigna, haciendo quién sabe qué. La misma Mei se "acercó alejó, acercándose" a Elvis (bailando, quizás, uno nunca sabía las secuelas que quedaban después de la pelea), negada totalmente a seguir órdenes. Una pena. Ella por su parte ya había cerrado el libro, habiendo memorizado lo que le interesaba y lo había regresado al bolsillo correspondiente, tomando la palabra.

 

—Según el libro, debemos cortarnos todos y hacer una misma promesa para completar el juramento de sangre. ¿Qué se supone que debemos prometer? Para llegar al Valhala creo que lo único que podríamos hacer para que aquella —señaló con la cabeza a la nueva enamorada de Zack— no nos ataque, es prometer que no le haremos daño. Sugiero que la cortemos igual y todos prometamos no hacernos daño entre nosotros, por si su benevolencia se apaga a mitad de camino.

 

Llevó los ojos hasta Lisa y la sonrisa se hizo mucho más grande. Antes de que pudiera hacer algo, la cortó con su daga, tal vez más profundo de lo necesario y dio un par de pasos a la derecha, por si decidía regresar el ataque.

 

—Muy bien, profesora, gracias por hacer los honores —limpió abiertamente la hoja de la daga en su túnica, como si estuviera manchada de alguna cosa sucia y acto seguido se hizo un corte en la palma—. Ahora puede iniciar la enseñanza, estoy ansiosa.

 

No obstante, lo que pretendía ser el inicio del juramento de sangre, sólo era una pantalla para lo que quería hacer en realidad. Mandar a una bruja con su nivel mágico y sus inclinaciones oscuras a leer el libro e interpretarlo era jugar con fuego, porque había buscado alguna cosa que pudiera usar contra la dichosa mujer. Maldición, pensó, poniendo todas las malas vibras que tenía por Lisa en esa palabra. No sintió nada particular en su propio cuerpo, por suerte, pero se mantuvo atenta a la cara de la fenixiana por si hacía algún gesto delator. En caso de que hubiera tenido éxito, todo lo que hiciera en adelante le saldría mal.

 

Oh, verla caer por las esquinas, pisar charcos. Ella estaría ahí para reírse en todo momento.

"%20alt=YwwEbg4.gif


"%20alt=


"%20alt=hQEsmVo.gif3lqIQgZ.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.