• Moody • (MM B: 109061)

[Melrose Moody]

La pregunta de Madeleine hacia Weasley la ha dejado inquieta. No le gusta que la piedra les exiga que le devuelvan "algo" porque ese algo podría ser básicamente cualquier cosa. Por experiencia propia, Moody sabe que no es recomendable tener relación con tales objetos malditos y el relicario debería haberles enseñado algo pero porfía. Después de todo y aunque no mantengan ningún tipo de estrecha relación, Weasley es un compañero de bando con quien ha compartido misiones y ha pasado penurias; no tenía el descaro de abandonarlo a su suerte y no era como si hubiese acudido como algún ser indefenso a pedir que le solucionaran el problema. Buscaba ayuda razonable.

 

La historia de Alexandra la dejó, por otro lado, estupefacta. Las palabras de la carta son tan increíbles que no puede hacer menos que proyectarlas en su cabeza y de alguna manera sentirse complacida. No importa lo que haya pasado, está bien y se encuentra feliz y estable. Eso es lo que le interesa. En cuanto a Ashar, no habrá peros al momento de guiarla. Si tenía el mismo carácter indómito de su tía y similares poderes, sería un elemento excelente para el bando.

 

Sin embargo antes de que llegue a tocar la piedra, Catherine tira de su brazo para hacerla retroceder.

 

-Madeleine, quítate los guantes y préstaselos a Ashar antes de que pueda tocar la piedra. Déjala en la mesa sólo un momento de forma que puedas pasárselos.

 

Era su mejor opción. No quería que volviese a suceder algo similar que en The Hunters.

 

@AriamAshar016 @Madeleine. @

Richard Moody

 

-Yo la conocí así -replicó secamente.

 

Agitó las manos una vez más. Un orbe de cristal llegó flotando a sus manos desde un aparador no muy lejano. No era muy grande, era más pequeño que una bola de cristal y algo más grande que un huevo. En el interior, entre brumas blancas, alcanzaba a percibirse a una muchacha riendo y girando, intentando sujetar un sombrero sobre su cabeza al posar su mano sobre él y algunas hojas de otoño revoloteando a su alrededor. Luego, como en una fotografía mágica la imagen se fundía en las brumas blancas antes de empezar el ciclo de nuevo.

 

-Se lo robé a su madre -aclaró de forma simple mientras comía otro poky y seguía sujetando la esfera con la mano libre-, puedes quedártelo. Aquella mujer siempre renegó de que yo lo tuviera así que supongo que vendría bien que al final sea legado a su nieta.

 

No aclaró cómo ni por qué se lo había robado pero efectivamente entregó la esfera a Athena. Tampoco mencionó el por qué había preguntado por ella en primer lugar. Sin embargo, cuando la muchacha preguntó por su verdadera naturaleza, sus ojos casi refulgieron con cierta malicia; había conservado el secreto por siete largos siglos, secreto que sólo había sido revelado a Pandora y de forma parcial a Madeleine. Mas era a su hija a quien hablaba ahora ¿sería esa muchacha capaz de traicionarla?

 

Muchas organizaciones, La Talamasca incluida, habían deseado estudiarlo y le habían seguido el rastro por años. Había conseguido burlar a todas ellas y vivir una vida relativamente tranquila al margen de la sociedad. Luego de tanto tiempo transcurrido en soledad ¿podía realmente confiar en ella?

 

-¿Sabes lo que significa ser "un ladrón de cuerpos"? -fue todo lo que dijo, fiel a su hábito de no decir nada más allá de lo estrictamente necesario.

 

Siete siglos, era un conteo sumario. Las cosas que había vivido y que su cerebro humano no era capaz de contener.

[Athena Rouvas]

Lo miró ceñuda buscando en su gesto donde estaba el truco pero al cabo de unos segundos se convenció de que no pasaba nada, relajó las facciones.

 

Había visto muchas fotos de su madre, de cuando era joven, en los albunes familiares en su hogar en Grecia pero nunca ninguna como aquella. Daba la curiosa sensación de que más que una fotografía era estar mirando un recuerdo, el instante exacto en Richard la vio girar entre las hojas años atrás. Ya no pudo y una lágrima rebelde se escapó de su ojo derecho, pero antes de que comenzara a llorar con creces se refregó el ojo y la mejilla fingiendo picazón hasta que los deseos la abandonaron y creyó tener la fuerza de continuar la conversación sin parecer débil.

 

―Con razón siempre menciona que eras un ladrón, le dará gusto enterarse de que he recuperado algo suyo. Aunque, sinceramente, nunca mencionó que le arrebataras algo, salvo a mi madre, claro. ―Tomó uno de los pokys de la bandeja y se lo echó a la boca. Tragó antes de volver a hablar, pero esta vez casi en un susurro. ―Gracias. . . Yo. . . Bueno. . . me agrada tener cosas de ella. . .

 

Abrazó la esfera con ambas manos. De seguro cuando llegara a su cuarto la dejaría en la mesita de noche para verla siempre que lo necesitara.

 

―No, ¿qué es? ―Preguntó con curiosidad.

 

Por supuesto el termino ladrón de cuerpos le daba una idea de alguien cuya alma o espíritu andaba de cuerpo en cuerpo, posesionándolos, tal cual en las películas muggles. O también podía ser un ladrón de cuerpos literal, algo así como un profanador de tumbas, y conociendo los negocios que se metía no hubiese resultado tan extravagante la idea.

 

Ambas cosas se las hizo saber. Casi podía escuchar sus carcajadas.

 

―Es todo lo que se me ocurre. Por favor no me digas que traficas cadáveres, te juro que nunca más vendré a visitarte.

[Melrose Moody]

Richard Stark

 

-No, le robo la vida a otros -resumió.

 

A pesar de que lo dijo con voz y expresión tranquilas supo al instante que acababa de traspasar una línea. Es más fácil amar o tolerar al monstruo cuando desconoces la naturaleza de la bestia. Eso Richard lo sabía muy bien; era una lección indeleble, que había aprendido las suficientes veces como para recordarla siempre.

 

-Sustraigo las almas y las intercambio con la mía -siguió con genuina frialdad mientras deslizaba su mano en el aire.

 

¿Cómo ponerlo de forma que lo entendiera con pocas palabras? Mientras pensaba en ello hizo viajar una magdalena, deslizándose limpiamente por el aire hasta llegar a ella, para que la tomara mientras su palma derecha se había abierto delicadamente hasta quedar abierta ante él. Cuando detuvo su magia, el dulce cayó.

 

-De esa manera, el depositario recibe mi alma y mi viejo cuerpo recibe el alma del depositario ¿entiendes? Burdamente en la Talamasca los aprendices nos llaman "cambia-cuerpos". Más comúnmente, nos dicen "ladrones de cuerpos".

 

No estaba seguro de querer continuar. Hablar de aquello lo hacía sentir vulnerable y la vulnerabilidad era una sensación que despertaba todos sus instintos, poniéndolos en estado de alerta; en caso de emergencia sabía que no asesinaría a Athena así que silenciarla no era una salida. Por eso... la única salida era confiar en ella y lo había hecho mas ¿confiaría Athena en él? Personalmente, si hubiera sido su decisión jamás habría confiado en sí mismo pero, por suerte, su hija era bastante distinta.

Editado 11 de Febrero del 2017 por Catherine.

[Ellie Moody]

—Será mejor que uses estos guantes, campeona —le dice Madeleine a Ariam, mientras se los quita de las manos y los deja en la mesa, para que la joven auror los tome. En efecto, la muchacha le recuerda muchísimo a Alexandra Eirian... no sólo por los poderes que dice tener, sino también por su iniciativa (y afán) de querer ayudar. Ahora que lo piensa, no le sorprende para nada haberla conocido en La Madriguera. Si es quién dice ser, definitivamente apoyará la lucha de la Orden del Fénix, lo que llama la Buena Batalla—. Son de piel de dragón. Puede repeler hechizos, maldiciones, sortilegios, etcétera... No tenemos idea de si la piedra está maldita, o de qué demonios habla, si quiera. Pero, ya sabes, mejor prevenir que lamentar.

 

Mientras la joven examina la piedra, Madeleine desvía la mirada hacia Nathan. Parece pensativo.

 

—¿Crees que, si regresaremos a ese lugar —se atreve a aventurar, hablándole tanto a su compañero como a Catherine—, esto se aclare un poco? No sé, por qué, pero.... maldición, ¿no creen que esto pueda estar relacionado con el asunto del relicario?

 

@ @ @AriamAshar016

Editado 13 de Febrero del 2017 por Madeleine.

[AriamAshar016]

-Gracias- dije aceptando los guantes, una vez que mi manos estuvieron protegidas me dedique a observar la piedra tenia algunas marcas caracteristicas muy especificas, entonces reconocì lo que era, para confirmar mi idea saque mi libro y comencé a ojear el libro descubrí lo que era.

 

-Esto es un piedra de sellado- dije a los presentes- tal veas haya un demonio encerrado o el alma de un demonio encerrado, suelen utilizarse cuando el demonio es extremadamente fuerte, generalmente el que lo encierra sufre un gran daño no solo a nivel fisico sino tambien a nivel espiritual salvo incluso la muerte-.

 

Segui examinando la piedra y consultando el libro, tenia una escritura tallada muy diminuta era idioma celta precisamente Ilirio, era Austriaco, lo que me sorprendio.

 

-Esto fue traido de Austria, aqui esta encerrado una criatura magica antigua porque el idioma lo es- continue- estas piedras generalmente no son trabajadas sino que son puras ya que se combina la energia natural con la energia del hechicero para encerrar lo que aqui se encierra, lo raro es que este aqui y no en tierras sagradas guardadas por un druida, si el sacerdote que lo encerro o un encargado no realiza el hechizo para reforzar el encierro poco a poco pierde su poder, y el ser comienza a despertar, otro factor de reforzamiento es la tierra sagrada-.

 

-¿Donde encontraron esto?- preguntè-.

[Melrose Moody]

-¿De qué forma? -pregunta súbitamente intrigada.

 

Aunque tenía que admitir que existían similitudes, los blancos o "target" por lo que Catherine miraba no tenían nada que ver. Uno había llegado a The Hunters mientras que esa piedra, por lo poco que había entendido, había sido encontrada o tomada en alguna clase de travesía que habían desarrollado con Macnair. Todo lo que Catherine había alcanzado a entender (o recordar) era "bosque" y "cónclave" pero ni siquiera eso le decía mucho. Justamente en eso pensaba cuando Ashar le dio la información que necesitaban. Catherine se quedó sorprendida pues aunque había visto personas que tenían demonios menores en su interior rondando por Ottery jamás se había topado con alguno que le despertara un miedo súbito, como el que le había inspirado la piedra; quizá fuesen sus primeros inicios como sacerdotiza pero aunque ya no poseía los poderes de una aún quedaban en ella ciertas reticencias supersticiosas a todo lo que estuviera relacionado con seres de oscuros poderes que no alcanzaba a comprender.

 

-Entonces -masculló algo ensimismada para luego alzar más la voz- ¿estás diciendo que esta piedra está maldita? -se volvió entonces hacia Madeleine y Weasley- Además que... yo tampoco sé de dónde proviene.

 

Había en su mirada cierto aire de reproche ¿para qué habían traído a Ottery algo tan problemático como si no tuvieran ya suficientes asuntos qué atender? Quizá el lugar que habían visitado (o en el que se habían reunido a hurtadillas) había sido la tierra sagrada de la que Ashar hablaba y ellos habían sacado la piedra de allí sin saberlo, trayéndole un problema a todos. Por supuesto, no estaba en posición de juzgar sin escuchar antes lo que tenían para decir así que nada dijo pero todo ese asunto era muy extraño.

 

Ellos no habían escuchado la forma en que decía "Devuélveme lo que es mío". Había sido demasiado inquietante incluso para alguien como ella.

[Nate Weasley]

Se abstrajo por un momento en sus propios recuerdos, las palabras de Catherine desatando los engranajes furiosos de su mente quienes comenzaron a traerle de vuelta todo lo que había ocurrido aquella noche: la primera vez que su Animagia le había fallado, la demonización de Arya y su posterior exorcismo, el cónclave, el cómo su propio cuerpo se había visto alzado veinte metros sobre el suelo por medio de magia negra. Todo volvió a su mente con un lujo de detalle que no podría haber convocado por voluntad propia.

 

Escuchó la historia sobre Alexandra, escuchó a aquella muchacha que parecía ser aspirante de la Orden leer aquella carta, más de alguna manera no podía concentrarse en nada más que en lo que tenía frente suyo: aquella piedra maldita, la frase que Catherine había traducido del pársel. 'Devuélveme lo que es mío'. La frase hablaba por sí sola tanto como un libro, aquellas cinco palabras eran de lo más auto-explicativas. No se trataba de la piedra, era algo más, algo que se habían llevado inconscientemente, algo que hasta el día de hoy portaban sin saberlo.

 

Todo terminó por encajar en cuanto la joven versó expertamente sobre el origen y contenido de la piedra, aquellas palabras eran justo lo que el Weasley necesitaba para terminar de armar su teoría, más dejó pasar unos cuantos momentos más hasta que finalmente se animó a exponerla a los allí presentes. Demonios, Madeleine pensaría que la había perdido. Catherine probablemente no juzgaría distinto siendo que por poco la había atacado minutos atrás. Y respecto de aquella muchacha, pues no lo conocía, podía llegar a pensar cualquier cosa.

 

- No es necesario que volvamos. - sentenció, mirando a Madeleine a los ojos - No a explorar al menos. Ya sé lo que pasó esa noche. ¿Recuerdas como Alexandra nos advirtió una y otra vez acerca del cónclave? ¿Recuerdas lo que le pasó a... j... j0der, Arya? Creo que cuando efectivamente sucedió el cónclave, parte del demonio que vivía en esta piedra se liberó y se alojó a sí mismo en el cuerpo de todos los allí presentes, incluyéndonos a nosotros dos, Arya y Alexandra.

 

"Quizá se manifestó mejor en Arya porque... demonios, no lo sé, pero nada ha sido lo mismo desde entonces. Quizás es eso, quizá quieren que les devolvamos tanto la piedra como el demonio."

 

@Madeleine. @ @AriamAshar016

 

 

[Athena Rouvas]

―Disculpa, ¿haces qué cosa? ―Por un segundo creyó que le estaba tomando el pelo, pero el gesto serio en su rostro indicaba todo lo contrario.

 

Un ladrón de cuerpos. . . Tenía mil preguntas en la punta de la lengua que solamente no las soltaba por temor a escuchar algo más barbárico, porque sí, le parecía que eso traspasaba muchos límites de las cosas que sabía de Richard. Se tomó alrededor de un minuto en procesar lo que escuchaba, aunque el tiempo parecía estirarse de un modo abrupto e irracional. De pronto se dio cuenta que el silencio era un poco incómodo ¿Estaría él ansioso por una respuesta? No, Richard no era de demostrar esas cosas, incluso cuando las sentía.

 

Por un acto reflejo estiró el brazo y la mano, y la magdalena cayó sobre la palma. Aunque en esos momentos era incapaz de comer algo, de seguro se le quedaba atorado en la garganta.

 

―Haber, espera. . . ¿Eso quiere decir que este no es tu cuerpo real? ―Tenía el ceño fruncido, el rostro tenso. ― ¿Cómo puedes hacer algo tan. . . repudiable? ―No se le ocurría otra palabra para describir lo que hacía.

 

Seguramente eran muchachos jóvenes a quienes robaba los cuerpos para mantenerse en una línea de tiempo, eso quería decir que quizás no tenía la edad que aparentaba. Athena se sintió mareada de querer preguntar su edad real, tanto que tuvo que apoyar la mano desocupada en lo que tenía más cercano para evitar perder el equilibrio. ¿Serían muggles o magos? ¿De verdad Richard era un squib? ¿Cómo su madre pudo estar con alguien así? Si es que sabía la verdad claro está. Tal vez era por eso que sus abuelos maternos lo detestaban tanto.

 

―¿Qué es lo que ocurre con ellos una vez que robas el cuerpo? ―Quiso saber. De entre todo lo que podía preguntar y dudar solo escupió lo primero que le vino entre las ideas.

[Ellie Moody]

—Entonces...

 

No, no puede hablar de inmediato. Se ve obligada a cerrar los ojos con fuerza y cubrirse el rostro con las manos, exasperada, para tratar de procesar tanto lo dicho por Ariam como por Nathan. Últimamente, su vida es una maldita locura. Primero el asunto de Lee, luego Karkarov pidiéndole apoyo para detener a unos locos que buscan las Reliquias de la Muerte, y ahora todo este asunto de la piedra, el demonio y quién sabe qué más. Sin embargo, sabe que no puede derrumbarse ni quejarse. Sí, ella se mete en esos aprietos todo el tiempo, pero es porque lo permite y, maldición, ¡le gusta! Ama luchar en la Buena Batalla, ama luchar por la Orden del Fénix. Está segura de que, de poder, no cambiaría nada en su vida.

 

Así que en lugar de ceder al estrés, se levanta un momento y busca en la alacena una cerveza. Cuando vuelve a tomar asiento y sostiene la botella, cierra los ojos y la sostiene con ambas manos para enfriarla pero sin llegar a granizarla.

 

—Entonces, ¿qué pretendes? —musita Madeleine, luego de destapar la botella y darle un gran sorbo a fría cerveza. Aunque afuera hace frío, en la calidez de la cabaña le sienta bien la bebida— ¿Hacernos un exorcismo, encerrar los pedazos del demonio en la piedra y entonces devolverla a donde la encontraste?

 

En su cabeza pensó que se reiría, pero luego de dar la idea en voz alta le parece, de hecho, algo bastante lógico.

 

—Supongo que eso significa que no sólo la piedra está maldita, sino nosotros —añade con una risa amarga, mientras sacude la cabeza—. ¿Ya ves, Cath? Por eso a veces estoy de malas...

 

Sin embargo, observa a Nathan con solemnidad. A pesar de la pequeña broma, no lo toma a chiste. Después de todo, siendo tan paranoica y creadora de teorías locas, ¿cómo no le va a creer a su compañero?

Editado 16 de Febrero del 2017 por Madeleine.

[AriamAshar016]

Despuès de mi explicacion el brujo que se llamaba Nathan explico una teoría mencionaba un cónclave y un ataque demoníaco en que la famosa Alexandra Eirian había participado, su teoria era razonable después de todo el cónclave es obtener de demonios poderes mas potentes, tal vez ello decidieron detener el cónclave pero llegaron un poco tarde y el efecto se propago hasta ellos.

 

-Lo que dicen puede ser cierto- dije- yo no tengo idea de como se dio todo el asunto del cónclave, pero si este se salio de control es posible que una parte del poder del demonio los haya afectado, la medida en que los afecte depende de la cercanía a la piedra, y su disposición a estas fuerzas además de la etapa del ritual en la que fueron alcanzo por este poder- opine-.

 

-Yo no sè quien es esa tal Arya pero si lleva ya sea por sangre u otro motivo energía espiritual demoníaca obviamente los afectara màs a ellos que a ustedes, por ejemplo Alexandra estaba conectada de alguna forma a los jueces del Inframundo- recordando que en la carta que me envió mi tío, fue uno de ellos que intervino para salvarla-.

 

Me detuve un momento antes de contestar a la pregunta de Madeleine porque era muy delicado un exorcismo seria peligroso, podría salir mal y desatar todo el poder del demonio y tratar de reintegrar los fragmentos de poder incrustados en Nathan y Mdeleine podría ser peligrosos para ellos.

 

-Las dos alternativas presentan problemas- calmadamente- el exorcismo mandaría a lo que este escondido en esa piedra para siempre a donde pertenece pero si llega a salir mal se liberaría por completo y causaría un desastre sin precedente, si presenciaron un cónclave deben saber las consecuencias terribles que desencadena; la otra es intentar extraer los fragmentos que se encuentran en ustedes mediante un ritual que no es físico sino mental y espiritual, se restablece el efecto de sellado, puede hacer hechizos de reforzamiento y lo ocultaríamos en algún lugar sagrado pero entrar en su mente y alma es peligroso para ustedes como para el que entra, es indagar hasta el inconsciente mas profundos y desencadenar una lucha allí cualquier acción no pensada podría dejar a la persona completamente dañada-.