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~Mansión de la Familia Gryffindor~ (MM: B 104490)


Mael Blackfyre
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Titubeó un poco, parte del Malfoy deseaba salir y correr y escaparse lejos y no volver. Tal y como los otros lo hicieron. Otra parte del rubio deseaba ir a enfrentar a Cillian, gritarle, golpearlo pero también exigir una respuesta, una explicación de donde había estado. Y una gran parte de él deseaba quedarse ahí llorar, abrazar a Mica, gritar, patalear, vivir un verdadero berrinche de niño y luego quedarse dormido mientras alguien le dijera que todo estaría bien. Era claro que Ludwig no estaba en condiciones de hacer nada por lo que finalmente asintió con la cabeza a la petición de su amiga, se quedaría con ella y posiblemente después de una larga noche al día siguiente tendría su mente despejada listo para enfrentar su realidad.

- De acuerdo – comentó bebiendo su un poco de su segunda copa – espero que Gol… que Mael no se sienta un poco molesto, nunca terminé mi charla con el y creo que algunos se sintieron extrañados que lo nombrara a el como inquisidor de Hogwarts – recordó la mirada de algunos en su nombramiento – lo cierto es que si lo quiero alejado del mal camino lo mejor es tenerlo cerca – claramente eso pasaba con Mica también aunque con ella era diferente, a ella la quería y no podía verla rompiendo la ley o causando problemas, por eso la quería cerca de él.

Esperaba que la chica no lo tomara mal, Ludwig no podía creer que estaba protegiendo a gente perteneciente a la marca tenebrosa, estaba seguro que en caso de que alguien se enterara sería expulsado de la orden del fénix. Sin pensarlo había cambiado un poco el tema de conversación y eso le había hecho sentir un poco más relajado, no pensar en Cillian le hacía bien.

 

@ Mica Gryffindor

 

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Sonrió, tomando aquello como una pequeña victoria temporal al verlo asentir. El hecho de que pensara en Mael a la hora de aceptar la propuesta era realmente innecesario. Bien sabía que él no haría daño a nadie que fuese invitado suyo. Fue entonces cuando Ludwig reveló su plan: lo había nombrado inquisidor de Hogwarts para “alejarlo del mal camino”.

-Cielo, la gente no cambia- afirmó extendiendo su mano hacia él y entrelazando sus dedos a los del muchacho- puede ocultar un tiempo su esencia, fingir, pero nunca ser feliz yendo contra sus propios ideales. -¿Estaba realmente hablando de Mael o de sí misma? ¿O en realidad estaba hablando de Ludwig con esa excusa? La realidad era que lo quería luchando a su lado, y él lo sabía.

Corrió un poco las copas para dar un pequeño saltito y sentarse sobre la isla de la cocina, frente a la cual estaban bebiendo. Desde esa perspectiva podía ubicarse más cerca de su amigo.

-Puedes quedarte en esta casa todo el tiempo que quieras, siempre tendrás un sitio a mi lado, donde y cómo sea -afirmó, acariciándole el rostro con su mano libre.- Mael no va a intervenir, quédate tranquilo por eso, solo seremos tú y yo contra el mundo mientras así lo desees -se mordió los labios, quería animar a su amigo, consolarlo como fuere mejor para él. Le dolía saberlo dañado, y no dependía solamente de haber experimentado lo mismo. -Te quiero...

@ Ludwig Malfoy

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Las palabras que salieron de los labios de su anfitriona de alguna manera retumbaron en la mente y los recuerdos del rubio quien al escucharla tampoco supo a quien se refería en verdad. Ludwig de alguna manera estaba convencido en que había cambiado para bien, que su ambivalencia había mandado la balanza en primer lugar para el bien y poco a poco la había inclinado un poco más a la realidad y la neutralidad, estaba seguro que no podía ser completamente bueno si deseaba sobrevivir en ese mundo tan hostil, tampoco podía ser completamente malo si deseaba encajar en las normas y leyes que el mismo estaba proponiendo, en cualquier caso estaba convencido de que todos tenían un lado bueno y un lado malo y todo dependía de lo que uno deseaba desarrollar un poco más.

-Puede que no cambie pero también siento que mientras más alejado esté menos impacto causará la maldad que pueda influenciar en sus allegados  y si… me refiero a ti – deseaba ser directo, quería mucho a Mica pero no podía negar que desde un tiempo a la fecha, toda la negatividad del lugarteniente se le había contagiado, durante un tiempo el rubio esperó a que esa actitud se fuera calmando pero en su lugar solo se agudizó, era momento de ponerle fin – yo se que en ti aún hay alguien que cree en un futuro mejor y en la felicidad, pero si no pones de tu parte no podremos ayudarte.

Esperaba no ser rudo con sus palabras o cortar un buen momento que ambos estaban viviendo, deseaba poder regresar el tiempo aunque fuera solo un año para poder volver a vivir los momentos alegres que todo el grupo tenía, todos se habían ido y solo quedaban ellos dos, lamentaba eso pero precisamente por ello no podían dejarse vencer y alejarse aún más – gracias yo también te quiero – dijo mientras tomaba sus manos y le besaba en las muñecas -  se que saldremos adelante – sonrió y finalmente abrazó a la chica.

 

 

@ Mica Gryffindor

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-Dices que es mejor alejarte de mi ¿Entonces? ¿Que haces a esta hora tocando a mi puerta en busca de consuelo? -se enderezó, algo molesta por el modo en que el Malfoy acababa de desviar su atención. Se cruzó de brazos ante sus siguientes palabras- "No podrán ayudarme" ¿Tu y cuántos más? ¿Acaso no ves que eres el único de toda la Orden que se ha mantenido a mi lado? El único que ha mostrado interés... Y que solo busca hoy reclamarme y menazar con alejarse... -suspiró. El simple hecho de pensar que él también la abandonaría le generaba un dolor casi físico, que iba más allá del vacío en el estómago usual.

Finalmente él pareció apartarse un poco de los reclamos, afirmando que también la quería y besando sus muñecas antes de abrazarla. Ella también lo abrazo, no reprimiendo las lágrimas que escaparon sin barrera alguna de sus verdes ojos. Él era demasiado especial para ella, la simple idea de perderlo la aterraba. 

-No soy ni seré nunca una criminal, pero tampoco me apartaré de lo que creo justo para complacer a los demás, decido ponerme en primer lugar... A mí y a los que quiero... -se apartó un poco sin soltarse de la calidez de sus brazos que la reconfortan.- Nunca voy a ser la persona que elijas para estar a tu lado, pero siempre estaré allí para brindarte lo que necesites de mí en cada momento. Escucharte, protegerte, complacerte... -una de sus manos buscó su rostro para acariciarlo con suavidad. 

@ Ludwig Malfoy

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Tal parecía que la Gryffindor había tomado de mala manera la forma en que el Malfoy había hablado, pues la manera en que le reprochaba causaba bastante dolor en el rubio quien seguía ahí en todo momento. Mica se había sumergido en la oscuridad y no permitía ser ayudada por nadie. Ludwig y otros habían intentado intervenir en muchas ocasiones sin que la Gryffindor cediera. El rubio no quería discutir más al respecto y no tuvo otro remedio para callar sus reclamos que tomarla fuertemente de los brazos y propinarle un beso. Fue corto y tierno pero esperaba que fuera suficiente para poder poner a la chica en un stand by y lo dejara terminar.

-Lo siento, tenía que hacerlo – dijo un poco apenado – en primer lugar toda mi familia te ama y te quiere mucho, en segundo lugar yo jamás me refería a la orden del fénix, llevarte para allá se que no es una opción, me refería a la oscuridad que tu misma has creado alrededor de ti, una oscuridad que ni tus amigos de la marca tenebrosa te han logrado quitar, no me importa el bando al que pertenezcas pero me importa que vuelvas a ser feliz yo quiero que vuelvas a sonreír pues tu sonrisa es la más hermosa.

El Malfoy no pudo más, volvió a besarla ésta vez fue un beso más apasionado y lento, mientras eso ocurría acariciaba su cintura y su cabello. Y acto seguido la abrazó con fuerza para darle a entender que no se iría, que estaría con ella en todo momento.

 

 

@ Mica Gryffindor

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Él calló sus palabras de manera sorpresiva. La unión de sus labios con los del Malfoy hizo que su mente eliminara toda idea negativa, como si solamente pudiese quedar allí lo que acababa de ocurrir. La cálida sensación no se desvaneció, aún cuando su amigo se disculpó por aquella acción, dando a entender que había sido tan solo para cortar su discurso.

Poco le importaba el motivo, lo había disfrutado. Las siguientes palabras le dolieron. Nunca había percibido la oscuridad que él estaba poniendo en palabras. Ciertamente, solo se había alejado de quienes no le generaban confianza, intentando mantenerse cerca de sus amigos más cercanos. Tal vez había sido algo selectiva en este último grupo, podía contar con los dedos de una mano aquellos a los que consideraba sus amigos, y sabía que le sobrarían dedos en el recuento.

-¿Y crees que no quiero ser feliz? Solo que no encuentro el modo y me equivoco con frecuencia -había pasado a experimentar un hueco en su pecho, hueco que sabía que allí se hallaba, pero se ocupaba en tapar con cuestiones triviales. -Si te gusta mi sonrisa, pues enséñame a que se puede seguir sonriendo pese a todo… estás tan herido como yo, y sabes lo difícil que es hacerlo… -pero Cillian había regresado, Illidan no, por momentos olvidaba que ese era el motivo de la visita.

Un nuevo beso, esta vez más intenso y prolongado, acompañado de caricias que las manos de Ludwig no dudaron en regalarle, antes de pegarla a su cuerpo, en un abrazo fuerte firme.

Aprovechó la cercanía para besar suavemente su cuello, rodeando también con sus brazos a su amigo.

-¿Tan mala amiga soy que vienes a buscar consuelo y terminamos hablando solo de mí? -bromeó, mientras se apartaba con mucha suavidad para buscar su mirada, antes de ser ella quien iniciase el siguiente beso, tomando su rostro entre ambas manos y procurando intensificarlo de a poco. 

@ Ludwig Malfoy

 

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La calidez de la noche y las luces tenues de la cocina en la que estaban hacían la noche aún más amena para aquellos amigos que parecían todo menos eso. Ambos se sentían tranquilos y felices y a su vez seguían desnudando sus sentimientos. Ludwig había confesado cosas que percibía y que le preocupaban en relación a la Gryffindor, ella a su vez aunque se había sentido un poco molesta por los comentarios, no los había tomado del todo mal al menos aceptaba que le costaba un poco el poder buscar esa felicidad.

-No puedo darte la receta a la felicidad, yo no la tengo y no me quiero poner filosófico cuando soy todo menos eso – comentó sonriendo – lo que si puedo decirte es que si dejas todo lo que te ata, las preocupaciones, los rencores y demás, veras que poco a poco se te hará más fácil – comentó tomando sus manos y acariciándolas suavemente – no lo se, en mi caso solo no permití que su ausencia me destruyera tanto, me apoyé en mis amigos (claramente se refería a ella pero también a otras personas) y en mis hijos, de no ser por ellos ya estaría destruido – el Malfoy sabía que su mayor debilidad eran sus seres queridos, si alguien quería verlo en el suelo, debería atacarlos a ellos.

-Pues es un consuelo mutuo comentó más tranquilo, un clavo no puede sacar a otro clavo pero si pueden ayudarse a sacar mutuamente – al menos eso entendía de las clases de carpintería muggle que alguna vez tomó XD

 

 

@ Mica Gryffindor

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Sonrió tranquilamente, tomando las manos de Ludwig. Disfrutó de aquella pequeña caricia, tras los intensos besos que ambos se habían atrevido a intercambiar. El clima entre ambos era extraño para cualquiera que los observase e intentase encasillarlos. Sabía muy bien que habían traspasado los límites de la amistad, pero al mismo tiempo la sensación era fraterna.

Sostuvo con más firmeza sus manos cuando él intentó contarle cómo había logrado resistir ante un abandono como el que había sufrido, como el que ambos habían sufrido. Estuvo a punto de replicar respecto al hecho de que ella no contaba con el mismo círculo que él, que estaba mucho más sola y alejada de quienes habían sido su círculo cercano. Pero él siempre había estado allí para ella, y en ese momento lo sentía más que suficiente. Tenerlo a su lado era tan importante para ella que no lograba ponerlo en palabras.

-Si hay algo que he aprendido, sacando este clavo, es que no debo volver a enamorarme -admitió frente a su amigo. Era una decisión tomada hacía algún tiempo, pero era la primera vez que lograba ponerla en palabras -No volveré a dar a nadie el poder de herirme de ese modo… -no estaba diciéndolo con enojo o rencor, era una niña herida hablando en ese momento.

Bajó de su asiento para acercarse un poco a el y abrazarlo con suavidad. Estaba dispuesta a exponerse por completo frente a él.

-Y ya que estamos sincerándonos, me encantan tus besos, creo que podría ser adicta a ellos -bromeó con tranquilidad, aunque sintiendo las mejillas encendidas ante la confesión.

@ Ludwig Malfoy

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Sentía como aquella velada ayudaba a ambos a sentirse mejor y más tranquilos, también se percataba que la Gryffindor continuaba muy herida y triste por lo que había pasado, era claro que ella intentaba sobreponerse e intentar olvidar pero a la vez le costaba mucho trabajo con toda la energía oscura que había acumulado al grado de realizar esa afirmación tan terrible que le dolió bastante. Ludwig al igual que ella había vivido varias decepciones amorosas, sabía lo doloroso que era tener que perder a alguien con quien había creado un vínculo o realizado planes a futuro, muchas veces ese dolor lo había llevado al borde de la locura pero al final se había recuperado, es por ello que estaba seguro que Mica lograría recuperarse.

-Se que ahorita dices eso por que estás herida pero yo se que con el tiempo tu corazón sanará y volverás a dejar que alguien entre en tu vida y ésta vez estarás preparada para identificar las cosas buenas y las malas y tomar mejores decisiones – la abrazó – nadie te volverá a herir si tomas tus precauciones pero no por ello debes rechazar la oportunidad de volver a enamorarte.

Parecía que el vino finalmente estaba haciendo efecto tanto en la chica como en el Malfoy pues sus palabras fueron algo arrastradas pero perfectamente entendibles, el chico se sonrojó un poco y dijo – tus besos también me fascinan – acto seguido la volvió a besar mientras le mordía suavemente los labios.

 

@ Mica Gryffindor

 

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No pudo llevar la contraria a su amigo, pues él sabía también de lo que hablaba. De hecho, su desilusión era mucho más reciente que la que ella había vivido. Simplemente se entregó a ese abrazo reconfortante y se dejó aconsejar. Sabía que él tenía razón, que debía aprender a tomar buenas decisiones y no cerrarse definitivamente a sentir. Pero el miedo la llevaba a querer hacerlo, a querer olvidar aquel sentimiento que, por experiencia, sabía efímero.

Se hubiera arrepentido de ser tan directa al referirse a los besos de su amigo, de no ser por notar que él también se estaba sonrojando, para luego afirmar que también le gustaban los besos que la Gryffindor le brindaba. Aquella confirmación fue sellada por un nuevo beso, esta vez acompañado por una mordida algo provocativa. El sabor del vino en boca del Malfoy le resultaba excitante. Llegó a su mente el recuerdo de esa noche en que las cosas habían subido temperatura gracias a un poco de alcohol, y rápidamente, el mismo recuerdo, se extendió por su cuerpo.

-Entonces bésame siempre que lo desees, puedes adueñarte de mis labios sin pedir permiso -susurró, llevando una mano a la nuca de su amigo, mirándolo a los ojos, muy de cerca, antes de volver a besarlo. Permitió a su lengua ésta vez meterse en el juego, buscando la del Ministro para empezar una lenta y sensual danza. Empezaba a desear más que sus besos, a querer dejar todo de lado,  a permitirse la felicidad momentánea que él podía brindarle.

@ Ludwig Malfoy

 

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