Heredad Ollivander (MM: B 110990)

[Hessenordwood Crouch]

No le preocupa la lluvia, ni si es provocada por algo, alguien, o si es solo un efecto natural del clima. No le interesa si cae incluso un maldito diluvio y los ahoga a todos o solo estropea los jardines de la casa. No, es solo que la lluvia lo hace pensar, o mejor dicho, recordar cosas que, definitivamente, no debería, mucho menos en un lugar tan horrible como lo era el hogar de los Ollivander. Y es que la lluvia le recuerda a la muerte. No a la muerte en general, si no a la suya. Y estando ahí, acorralados por ella, es tan difícil solo ignorarla, aun cuando todo este tiempo ha redoblado esfuerzos para que esto no le ocurra a él. No ahora. 

Pero esa es una cosa que hacen los humanos algunas veces, recordar a través de olores y sonidos. El demonio agradece que su vista sea tan mala para no dejarse llevar por todo lo que una simple lluvia provoca en el hombre.

La mirada pálida del mago vuelve a Rory cuando este comienza a hablar de nuevo, con ese modo (indescriptible hasta ahora) que no ha visto en ninguna otra persona, solo Rory y que, por supuesto, lo que dice, más que el contenido, es el cómo lo hace lo que mantiene abiertamente la sonrisa. Es una diferente a las que acostumbra a dar a cualquiera, esta es de verdad, de legítima diversión, sin preocuparse de mostrar la cuidada dentadura. 

Y, bueno, pensar en Garry intentando hacer las cosas de las que Rory está hablando también es divertido porque es difícil no imaginar al patriarca de Ollivander tratando de treparse a una cama y no quedarse dormido en el proceso. Si él estuviera haciendo -eso- con Grell, no quisiera estar en el lugar de la señora Evans en ese momento. Aunque siendo sinceros ella no parecía tampoco tener disposición a nada.  

—No me importa la lluvia-, dice tranquilamente, con un gesto tan suave en su rostro para que Rory le crea. Está totalmente conmovido, algo de lo que hace Rory en ese modo de conjurar Santos para el bien de los demás tiene a Hessen encantado, quizá, desde la primera vez que lo ha escuchado hacerlo, aunque no fuera para él. Pero esta vez sí lo era. —La verdad es que...me preocupa un poco más esa perversa mente suya-, Hess finge alarmarse por el comentario anterior sobre los señores Ollivander y el que podrían estar haciendo ahí arriba. —Pero es cierto, ellos posiblemente ya están dormidos. Y nosotros aquí...solo esperando.

A todo esto ¿qué eran todos esos asuntos pendientes que tienen el ex matrimonio de los que Rory habla? ¿él sabe de eso también? Después de conocer un poco mejor a Garry, no puede evitar sentir aunque sea algo de curiosidad por saber qué clase de asuntos pendientes puede tener alguien como él con la señora Evans. La otra parte de Hess asegura que no quiere saberlo tampoco.

Se ha puesto nuevamente de pie dejando el té sobre la mesa de centro, se ha rendido con ese intento, es en vano, él simplemente no puede generar calor y la infusión se ha enfriado en sus manos. Las ropas mojadas que rory también menciona no ayudan tampoco, y recuerda que, a propósito, sigue con esos trapos húmedos puestos.

—De acuerdo, si-, dice y desabrocha un par de botones de su camisa. —Aunque no espere a que use algo como...pues todo eso-, levantó el mentón para señalar las ropas de Garry que Rory llevaba puestas. —Ahh no, Despard, no me mal entienda, usted hace que eso se vea genial-, le dio la espalda al hombre. —Yo simplemente no creo poder entrar ahí-, rió entre dientes. —Pero debo tener algo de ropa en la maleta que dejé en el despacho. Es deportiva, pero servirá-, explicó. —Venga Despard, con algo de suerte la casa nos muestra algo interesante-, aún si Rory no lo seguía, el muchacho comenzó a avanzar fuera de la habitación.

 

@ Rory Despard

[Rory Despard]

¿Perversa mente? ¡Dios no lo permitiese! Le ha pasado antes y ya está repasando qué palabras en todo lo que ha dicho han podido dar pie a una malinterpretación, hasta que el semblante de Hess se endulza, una imagen poco frecuente de ver,  que termina por hacer que se apaguen las alarmas en la mente de Rory, consiguiendo a cambio, acabar con la concentración que hasta entonces había sido férrea para la oración. Y es que, tiene que admitir que de alguna manera inexplicable, cada encuentro con el mago le ha dejado nuevas sensaciones y una serie de recuedos imprecisos de delimitar a un solo lugar: Admiración y atracción de su belleza (entremezclada a la culpa de encontrar a alguien de su mismo sexo tan encantador), curiosidad sobre el estilo de vida que parece llevar, preocupación por el entorno laboral (turbio) que parece rodearlo, pero  que irónicamente, ha sido lo que incluso en esos momentos, fomenta a que tengan que interactuar.

Son tan distintos, pero de preguntarlo está seguro que él también coincidiría en que el señor Ollivander y la señora Evans,  no pudiendo (o no queriendo) resolver sus asuntos y derivando sus pendientes en ellos, son los que han fomentado sus encuentros. A Hessenordwood le pagan por ese trabajo, a Rory no siempre, lo que lo ha llevado a cuestionarse los límites que debería establecer al respecto, aun cuando fuera condenadamente difícil hacerlo por el trato familiar que Evans le brinda, reconociendo además cualidades en él, que antes ningún miembro de su familia había hecho.

Igual, a esas alturas, aunque no sepa bien el cómo, siente una satisfacción enorme de haber cumplido como buen cristiano, al disipar cualquier clase de angustia que el joven Hess parecía estar llevando al ver la lluvia, y con un último sorbo, termina la rara infusión, que le ha sabido tan bien a pesar de no haber podido identificar sus ingredientes. Sus ojos, no obstante, han dejado de ver la ventana, para seguir el recorrido del mago por la habitación: De la taza de té que no se ha terminado, a los dos botones de la camisa que se ha desabrochado (y que bueno que solo fueran esas botones) hasta que de improviso, sus miradas vuelven a encontrarse fugazmente justo cuando Hess comenta con aquel tono despreocupado, que él luce genial en las ropas de Garry.

Rory había estado pensando lo contrario. No porque no le gustasen, sino más bien porque es un traje, que aunque sencillo, no dejaba de ser "de un hombre importante de Ottery". Al menos así lo había visto hasta el momento de ese cumplido, y una sonrisa transparenta su alegría de que alguien tan elegante como Hess pueda pensar que está luciendo bien esas ropas.

— Me alegra escuchar que haya previsto una muda adicional, era de esperarse de un hombre organizado como usted— no está mintiendo, pero hay una pequeña necesidad en el predicador de devolver el elogio, otra vez como si una parte de él creyese que estar en deuda con Hess no fuese lo mejor— no se preocupe, yo lo acompaño.

Tiene que apresurarse, pues Hess no ha esperado y ha salido bastante raudo de la habitación. El pasadizo de la casa es silencioso, y por unos segundos todo lo que puede oírse es el oído de sus pisadas. Rory comienza a pensar en que quizá Crouch lo desconozca, pero él ya lo ha visto (a escondidas) en ropas deportivas en un par de ocasiones, haciendo ejercicio en los alrededores del Pink Palace, un asunto que porsupuesto, es un secreto que solo conocen la recepcionista del complejo, y su padre confesor, que le aconsejó alejarse de esa clase de tentaciones por el propio bien de su conciencia, para que luego no fuese recreando la escena con ciertos elementos adicionales en sus sueños.

— ¿Qué clase de sentimientos cree que la casa siente por usted señor? Según la elfina de la señora Evans, esta casa la odiaba— Rory ve una puerta aparecer pero Hess sigue caminando y el pelirrojo supone entonces que no ha de ser esa la habitación donde él dejó su ropa— yo no sé realmente, me perdí en los terrenos la primera vez que vine, pero es distinta la energía de afuera que la que hay aquí adentro. Afuera, aquel árbol enorme hasta donde me llevó Evans me protegió, porque hubiese perdido algo más que la varita por causa de ese tebo, pero esta residencia...— calló unos segundos, intentando dar con la palabra exacta para describir aquella pesadez que inundaba sus sentidos— esta residencia es siniestra. Siento como si en lo más profundo, yaciese algo muy corrupto, una mancha imposible de limpiar. Así que confieso que me da miedo pensar en lo que podría mostrarnos. O lo que podría hacer con nosotros ¿no tiene usted esos temores?

Otro par de puertas aparecen cuando ha terminado de decir aquello. ¿Un juego de la casa? ¿Un reto? Indeciso, el predicador simplemento volteó la vista a Hess, esperando que él fuese quien tomase la decisión por los dos.

@ Hessenordwood Crouch

[Riuu]

Se siente perdido sin su amigo dragón...aún lo busca rogando verlo surcando el cielo, pero por más que escudriña no lo ve, así que sus ojos se clavan un momento en el ser que le habla. Riuu no puede ocultar su desilusión ante la parlante desconocida, le mira antes de tomar aquel pan que le ofrece, da una primera mordida que mastica poco y se pasa aquel bocado, el hambre es una sensación que sufre continuamente desde hace días, una segunda mordida da al rico pan que va calmando su hambre pero se le dificulta pasarlo pues su garganta se cierra por un nudo que siente en ella, algunas lágrimas salen de sus ojos y la aflicción que siente le dificulta tragar. Baja la mirada con vergüenza de la tristeza que no logra esconder...¿porque se fue Frederick?

El niño mago no lo entiende...todas las ocasiones anteriores en que el negro dragón del miedo se desplazó con sus alas, le llevó sobre su lomo...suponer que lo ha dejado a propósito es algo que le hace sufrir enormemente...la tristeza le invade y por unos minutos surcan lágrimas por sus mejillas mientras ahoga gemidos de dolor.

Esta angustiado, por lo que se aferra al ofrecimiento de la criatura y trata de explicar a la elfina lo que ha ocurrido.

-Mi amigo Frederick me ha acompañado desde que lo encontré hace unas semanas, él estaba aquí pero no sé porque de pronto se fue volando...no lo entiendo...no sé como encontrarlo...tampoco sé dónde estoy y ha dónde ir, no recuerdo de dónde soy...Frederick se supone que me acompaña a buscar a dónde pertenezco...pero ahora no sé que hacer...

[Rory Despard]

P-ko, elfina de Bel

La elfina no deja de observar al pequeño. La avidez con que ha devorado el panecillo que le dio, aun cuando parece ahogarse mientras come, porque no ha dejado de llorar y gimotear todo el tiempo. A esas alturas, es notorio que no hay ningún peligro en él, no hay trampas y el pobre muchachito está genuinamente preocupado de haber quedado solo.

Con presteza, extrae un pañuelo de su delantal y comienza a limpiarle la cara, soplando levemente sobre sus ojos para que estos se refresquen también. Hacerlo con un adulto hubiera sido complicado, pero siendo el niño apenas un palmo mas alto que ella la tarea resulta sencilla.

Aun no le queda claro a la elfina la naturaleza de ese amigo Frederick, pero sí que el niño es absolutamente dependiente de él. 

— Si él asumió ese compromiso de acompañarte, va regresar tarde o temprano. ¿Te has puesto a considerar que podía estar hambriento y pudo alejarse en busca de comida? O dado que vuela, pudo pensar que desde el cielo tendría una mejor vista de este lugar.— P-ko emitió un suspiro cansado y unas palmaditas en la espalda del niño— a tu edad, lo último que necesitas es llenarte de culpa y preocupaciones.

A P-ko le inquietaba que aquel niño se mostrara tan perdido, al punto de no recordar quien era, y que tuviera que haber alguien que se lo recordase. Aquello definitivamente no era normal ¿alguna clase de encantamiento estaba operando? Necesitaba conversar más con él para dilucidarlo y prestarle la ayuda que necesitaba.

— Estás en los terrenos de la Familia Ollivander. Y estoy casi segura que fue por mi ama que te trajeron hasta aquí. Yo estoy buscándola a ella, así que creo que podríamos hacer equipo ¿no crees? Mientras tanto, quiero que por favor, dejes de llorar. Ese llanto no va ayudar en nada a poder salir de este bosque, porque necesitamos determinación para alcanzar la residencia principal ¿lo has entendido?

Los ojos de la criatura volvieron a colocarse con fijeza en el rostro de él, mientras su manita terminaba de limpiar las últimas lágrimas de sus mejillas.

— Y recuerda, pase lo que pase, saldremos de esto juntos ¿de acuerdo?

@ Riuu

[Riuu]

Riuu 

El niño mago come con dificultad, el llorar le impide pasar el bocado que su cuerpo requiere pero es la primera vez que el miedo le angustia tanto que su desconsuelo se transforma en lágrimas. No encontrar solución a su situación, le hunde en la pena, lo que hace que vuelvan a surgir lágrimas en sus ojos azules que desvía de la elfina, sin Frederick siendo su apoyo, el niño mago dimensiona muy complicada su realidad, sin memoria de quien es y su pasado, duda en dar un paso a lo desconocido que es todo lo que le rodea, pero tampoco puede permanecer ahí, al menos la compañía de la elfina es una ayuda.

Ella le limpia la cara mientras Riuu piensa esperanzado en la afirmación de ella de que Frederick regresará, quiere sujetarse a esa esperanza, porque todo le resulta más fácil junto al negro dragón del miedo. Las palabras de la elfina le ayudan a terminar con aquel llanto, para ser honesto, quiere hacer algo diferente que de resultado, no solo perpetuar el miedo que no ha podido sacudirse desde aquel día que despertó en aquella reserva...si al menos recordará el nombre de los elfos que ha visto...

Escuchar el nombre de la propiedad no cambia su apreciación de encontrarse en un lugar desconocido, no cuenta con nada familiar, sigue buscando a Frederick con miradas ocasionales al cielo mientras dócil sigue las indicaciones de la elfina para salir del bosque donde las sombras le hacen sobrecogerse temeroso.

—¿Llegaremos pronto?...-Sus deseos se contradicen, quiere descansar en un lugar seguro pero también quiere no marcharse hasta localizar a su amigo, el niño cree que debe quedarse a la vista del dragón permaneciendo en el bosque, aunque tal vez halla un lugar sin tanto árbol frondoso y tanto matorral...—¿Existe un lugar más vacío de tanta vegetación? Tal vez así Frederick pueda ver que estamos aquí...

[Rory Despard]

P-ko, elfina de Bel  con @ Riuu

El niño continúa divisando el cielo, varias veces. Ha conseguido tranquilizarse un poco, o por lo menos ha dejado de llorar desconsoladamente y P-ko le sonríe esperando de esa manera alentar a que termine de tranquilizarse. La elfina de a pocos, está resignándose también a que el asunto no va ser tan simple como lo había imaginado: Era cierto que podía ignorando los deseos del pequeño, cogerlo y conducirlo a la heredad, pero esa clase de actitud iba contra sus propios preceptos y también contra los de su ama.

— Creo que usted no desea llegar al mismo lugar que yo, así que alguno tiene que ceder— dejando escapar un suspiro la elfina desordenó los cabellos del chiquillo— y ese alguien seré yo. 

Efectivamente, están en una de las zonas más tupidas del bosque, pero la elfina ha visitado pocas veces la propiedad Ollivander, y aunque le ha hablado con mucha confianza al jovencito para calmarlo, la realidad es que ella no conoce ese lugar tan bien, y además, aunque no va decírselo a él, sabe que el espacio tiene una enorme cantidad de trampas que podrían ponerlos en más de un aprieto.

Pero justo por eso, es que no puede abandonarlo. 

— Sé que existe una especie de estanque en este lugar, y alrededor de él es mucho más despejado el panorama. Podemos dirigirnos hacia allí, pero tienes que prometerme que vas a obedecer a todas las indicaciones que te dé ¿lo entendiste? — Acomodando su traje, la elfina comenzó a caminar guiada por su mera intuición observando cada tanto de reojo que el muchachito estuviese a su lado siguiéndola— no vayas a separarte por favor, y no pierdas atención de por dónde pisas, que incluso alguna vegetación aquí puede ser bastante dañina.

¿Cuántas veces había terminado viendo a su amita Bel volver repleta de magulladoras, aunque sonriente, de sus incursiones por esos terrenos? Y eso que era una adulta. Era por tanto, el doble de peligroso para el niño esa incursión. Y P-ko ya había comprobado los efectos que el miedo generaban en el pequeño, así que intentó calmarlo con una pregunta que lo ayudara a él a relajarse, y a ella a conocerlo un poco más.

— ¿Tu amigo Frederick tiene una excelente visión entonces? Parece que confías mucho en sus instintos y poderes.

Editado 14 de Junio del 2021 por Rory Despard

[Hessenordwood Crouch]

¿Qué clase de sentimientos tiene la casa por él?

Ha caminado en silencio todo este tiempo, tan aparentemente más concentrado en la tarea de buscar el estudio y dar con sus ropas, asentía comprensivo pero iba interesado en escuchar el sonido de la voz de Rory sobre la lluvia que el verdadero contenido de sus palabras. Pero a su alrededor, a lo largo del  pasillo, las habitaciones de la casa aparecen y desaparecen con más frecuencia a la que está acostumbrado, sobre todo en aquel primer piso, es sin duda un comportamiento inusual del edificio y aunque Hess se mantiene tranquilo no puede evitar extrañarse por esto. ¿Tendría algo que ver todas estas preocupaciones de las que Rory le habla? Podría ser que sí, y es que, para ser honestos, él no ha pensado antes en qué clase de sentimientos o reacciones  (si es que ese fuera el caso) pudiera haber desarrollado este lugar por algo como lo que en realidad era Hess; tan compuesto de algo más oscuro y siniestro, más descompuesto, de lo que pudiera estar habitando aquí.

En su lógica, no era posible corromper algo que estaba inicialmente fabricado por corrupción. 

Su historia con la casa de los Ollivander es distinta a la que Rory le cuenta, es muy probable que también sea diferente a la de Bel Evans o la del mismo Garry. Él fue aludido por toda esa oscuridad ilícita concentrándose ahí , fue convocado por lo inmoral a aquello que se resguarda en su interior, fue naturalmente invitado por los demonios de esta y otras vidas a esta casa para terminar de saldar cuentas con cada uno de los que le habitan, aun si todas se las cobraba a la única persona que queda en ella. Es de ese modo a cada lugar al que va, a lo largo de su vida, durante cada una de ellas. Por lo tanto Hess no se siente un extraño dentro de esta casa, más bien considera que, sobre todas las cosas que puedan decirse de él, es requerido aquí.

—Yo no creo que este lugar tenga sentimientos, señor Despard-, respondió casi de una manera automática, es de poca buena gana, como si fuera una respuesta predeterminada para evadir a los curiosos que desean meterse con la propiedad de Ollivander.

Las últimas palabras con las que Rory describe el sentimiento que le produce este lugar no lo hacen sentir mejor tampoco, no ayudan en absoluto a toda esa clase de pensamientos que la conversación  del pelirrojo ha desatado en su cabeza. Pero debe recordar que solo es Rory quien camina a su lado y está, de algún inexplicable modo, convencido de que, entre todas las posibilidades que existen, hacerlo sentir mal por ser un ente conformado de oscuridad, como lo que cree que es la residencia de los Ollivander, no sería una práctica propia del predicador, ¿cierto? Es  más, ¿qué importaba lo que pensara Despard de él de todas formas? No era más que un encantador -no, no, encantador no- religioso ahogado en su propia moral, atrapado en esta comunidad de magos y brujas tan encaminados todos ellos a las tentaciones. Rory Despard no era una excepción para sucumbir ante ello.

—Lo que quiero decir es que... a mi me parece que este sitio solamente devuelve un poco de lo que es capaz de recibir-, apenas se voltea para dedicarle una nueva sonrisa a Rory, por si no ha tenido suficiente de eso. —Es como un recipiente que, en cualquier momento, proyecta algo en respuesta a quien le habita-, sus pasos no se detienen y se asegura de, con toda intención, desviar a Rory de la puerta marrón de apariencia podrida que aparece casi delante de ellos. Ese camino ya lo conoce. —Al final, no es lo que este edificio siente por ti, si no lo que sientes tú cuando estás aquí-, que ganas de ver ahora más que nunca el rostro de Rory. —Sin embargo,  es que se han guardado tantas cosas aquí adentro, en estas habitaciones, tantas partes buenas y malas de todos ellos, que termina por contaminar todo lo que llega después, en lugar de hacerlo parte de ella o de regresarlo intacto-, negó apenas para sí mismo, no estaba bien sentir compasión, eso lo tiene atrapado ahí ahora.

Sus pálidos ojos fueron recuperando color, un bonito azul rey se reflejó en su rostro cuando un muro se cerró ante ellos y un portón blanco se manifestó impecable. Hess le contempló detenidamente, sin devolverle esta vez la mirada a Rory. No está seguro de a que habitación llevan estas puertas y aunque podría decir con toda certeza que hasta el día de hoy no había imaginado sentir estos temores de los que Rory le habla, ahora no está tan convencido de querer abrir este camino.

—Se necesita de mucha convicción para poder mantenerse de pie dentro de esta casa, señor mío-, le responde mientras se adelanta un par de pasos, a pesar de que en algún momento se esforzó por mantener a Rory a su lado. —No siento esos temores de los que habla-, sonreía confianzudamente, existe también algo oscuro en esa sonrisa. —En todo caso, casi siento pena por los que vienen aquí y se extravían dentro de ellos mismos-, observó por última vez de reojo a su compañero. —A los que vienen y temen a lo que piensan y sienten y se lo dejan a este lugar, estancándolo más en la miseria-, esta vez es casi un susurro para que pueda escuchar el sonido del picaporte al abrir, también parece algo que ha dicho involuntariamente.

El par de puertas se abrió de golpe y delante de él, lo que ante su sospecha había sido  un salón embrujado por un antepasado de Geraint, se transformó en el pequeño estudio que Hessen ocupa en la casa para hacer la contaduría. 

No será  él quien llevará a Rory a esta locura, no por voluntad propia. Aunque eso no dependerá siempre de él.

[Riuu]

Riuu, el niño mago de cabello borgoña.

Un leve dolor golpea en su frente, Riuu se da cuenta que ese tipo de dolencia se presenta cada vez que intenta acceder a su memoria, sacude la cabeza y desiste de extraer recuerdos. Da un vistazo al cielo por si Frederick viene volando pero el negro dragón del miedo no aparece, el niño gira para mirar a la elfina y la sorprende sonriendo y luego ella le toca el cabello para suspirar y decir que ella le acompañará a donde él quiera...

—Yo...yo...yo quiero que Frederick venga conmigo. Es verdad que Rory me ofreció ir a un lugar seguro y que acepte con gusto acompañarlo a esta vivienda pero antes deseo que mi amigo esté a mi lado, quiero hallarlo ¿me entiendes?—Pregunto angustiado a la criatura de ojos claros. Riuu siente que su cuerpo se estremece ante la sola idea de no volverse a reunir con el dragón y locas palpitaciones de su corazón siente en el pecho.

Si supiera cómo llamarlo...a voces no ha resultado...se esfuerza en encontrar una manera de hacer volverá su amigo...la voz de la elfina le trae de vuelta, habla de un estanque que Riuu no sabe como es pero ella afirma que en el estanque está despejado y eso precisamente Riuu es lo que imagina es necesario para que Frederick lo vea desde donde el dragón se encuentre.

Tiene que cuidar cada uno de sus pasos, algo le dice que tiene que tener mucho cuidado...como en ese “sueño” donde fragmentos de piedra y madera le caen encima!....mira receloso de lado a lado, la elfina P-Ko hace una singular pregunta, el niño le mira extrañado....—¿Poderes? Eso no lo sé, instintos.....bueno, creo que de esos tiene muchos, y sus ojos rojos pueden verme sin problema, hasta diría que también ve mi interior, lo que deseo....— pero Riuu no pudo ahondar en ese punto, un fino hilo de plata se adhirió a lo largo de su cuerpo, asustado intento quitárselo de encima haciendo vibrar el elástico hilo dando mensaje a la enorme criatura que lo colocó en el lugar, los miles de ojos le miraron y aquellas pinzas chasquearon produciendo terror al niño mago que le mira aterrorizado....

[Rory Despard]

Rory, junto a @ Hessenordwood Crouch

Una proyección era un concepto interesante, y Rory se detiene en él casi tanto tiempo como lo ha hecho en la sonrisa que Hess ha vuelto a darle. ¿Sería que Bel Evans había odiado desde el principio esa casa? ¿O habría sido el sentimiento de culpa que nunca había podido quitarse de encima lo que había terminado por condenarla? Siente que sabe muy poco para alcanzar una respuesta, y siente también que a diferencia suya, el señor Crouch parece no solo más seguro en esa casa, sino también muy familiarizado con la maldición que la impregna. 

Y se lo está diciendo textualmente. Que no es hacia la casa hacia lo que debe sentir temor, como hacia quienes se pierden en ella por hacerla el centro de sus temores, y en esa medida, al compartirlos, alimentar a su oscuridad.

En el corto tiempo que le toma recorrer el trecho que lo separa de aquel portón blanco,  Rory cae en cuenta de repente de que quizá tiene una ventaja inesperada respecto a otros en esa casa. Como todos, también alberga secretos y pensamientos pecaminosos, y tiene dudas y temores respecto al rumbo que pueden tomar las cosas si permanece más tiempo a solas junto al misterioso administrador de la heredad,  o el cómo reaccionará si ve tan solo una porción de su cuerpo desnudo en esa habitación a la que acaba de ingresar.

Pero, desde su más tierna infancia,  ha confiado en Dios y su infinita luz para iluminarlo hasta en los peores momentos y circunstancias. Y esa fe, que le permitió lidiar con ofensas de todo calibre en el pasado, puede ayudarlo también, para esos momentos en que siente que sus creencias se ponen a prueba, de tan distintas formas, en pensamiento, palabra y acción.

— Dice Hebreos 11:1 que la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve, señor Crouch.— Está en el umbral de la puerta y con relativa confianza, termina de cruzarla, y bien pronto sus ojos se apartan de la figura del hombre para observar el interior de la habitación—si este lugar ha tenido demasiada miseria como menciona, aun si se trata de un ejercicio infructuoso, creo que con la bendición del omnipotente, es momento de traer para ella al menos un poco...de esperanza.

P-ko, Elfina de Bel con @ Riuu

No debería sentirlo de esa manera, pero es la transparente inocencia y preocupación que muestra el niño lo que hace que el corazón de la elfina se enternezca ante su pedido de encontrar a su amigo perdido. Ella se mantiene atenta  a él, a cuidar donde es que pisa, y es que parece por momentos perderse en sus propios pensamientos, sin estar atento como le ha pedido, a ver por donde es que van.

Varias veces la criatura ha considerado que su ama tiene un don especial para rodearse de gente particular. Y si bien ha sido Rory el que esta vez ha terminado trayendo ese niño, es por causa de su ama, y lo que (en su momento) le había parecido un exagerado temor respecto a la inseguridad del Castillo Evans, lo que la tiene allí, cuidando de que él se mantenga sano y salvo.

Ni siquiera es capaz de imaginar la carita del muchacho, si se viera envuelto en una de esas tantísimas batallas que ha presenciado a lo largo de los años.

Él había estado hablándole acerca de los poderes de Frederick y P-ko se siente más intrigada ahora que menciona como es que el misterioso dragón es capaz de ver en su interior, y aparentemente, incluso ver en sus pensamientos y deseos. La elfina nunca ha conocido que hubiese dragones con semejantes poderes, pero ni siquiera le queda espacio para la duda cuando ve como un fino hilo plateado empiezan a rodear al niño, y acto seguido, ante sus intentos de deshacerse de él, se refuerza al punto de dejarlo paralizado, y con los ojos desorbitados.

— Hey, pequeño ¿qué te sucede? Estoy aquí.

Intentando zafarlo de aquella extraña magia materializada en el hilo, P-ko intenta romperlo pero en cuanto lo toca siente de inmediato como docenas de ojos la observan, infundiendo en sus miradas frías y despiadadas, un temor profundo. ¿Era eso mismo lo que él estaba viendo? Era escalofriante, y ella está casi segura de estar comprendiendo mejor el lazo que une al niño y su amigo ahora, pero no por gusto ha vivido tantos años y presenciado tantos horrores.

Repuesta al instante de la visión, arremete otra vez y aunque no consigue que el hilo se rompa, nota que los filamentos que lo componen se debilitan y los ojos del niño parecen estar volviendo a la normalidad, hasta que de pronto, un enorme rugido retumba en el cielo.

[Riuu]

Frederick 

Mueve con ritmo sus grandes alas, el negro dragón cruza el cielo nocturno sin preocupación, solo ejercita sus alas por el gusto de sentir el aire y la frescura de la noche, no hay quien le observe y no hay quien perturbe su vuelo. No tiene un lugar específico al cual ir, desde que aquel “gas”púrpura lo envolvió, no tiene pensamientos sobre nada, solo es un majestuoso dragón que vuela tranquilo sin planes por ahora. 

Frederick tiene el tamaño de un galés verde, un pequeño dragón que se ha desplazado muy lejos de aquel bosque donde dejó atrás toda preocupación y recuerdo...la magia es extraña, pero más aquella que se refiere a los desconocidos y especiales negros dragones del miedo...aquella nube gaseosa mágica, era una defensa de la propiedad para alejar criaturas peligrosas y ajenas, pero el efecto se desvaneció tan repentino como llegó.

Frederick sé detuvo como si una descarga de energía le fue impactado sobre el tórax, sus alas se movían pero para mantenerse fijo en el aire mientras en unos segundos, Frederick intentaba entender lo que sentía....era miedo...pero...¿porqué sentía miedo?

No veía nada amenazador, entonces lo dedujo; era el miedo de alguien más....con vertiginosa velocidad, usó su instinto, vino a su memoria un nombre: Riuu 

¿Riuu?¿Riuu?....¿Qué era Riuu ... o acaso era un quién?...en segundos pudo conectar sus recuerdos ¡Riuu! ¡Riuu¡; el negro dragón del miedo pudo entonces visualizar a través del niño mago el peligro a causa de aquella criatura que amenaza al pequeño, su acompañante y amigo...sin pensárselo, Frederick se transportó como el pensamiento, solo por el deseo de proteger al niño, rugió furioso, tenía intención de arrojar una llamarada sobre aquella enorme criatura, pero los árboles también podían ser devorados con gran facilidad, así que optó por dirigir un rayo sobre el peludo cuerpo de la criatura la cual captó que no era rival para el dragón, aunque no fuese un ejemplar grande, y se alejó con rapidez.

Riuu

Era desagradable sentir que aquel hilo lo rodeaba, la vista de aquella criatura enorme que se movió amenazante hacia él, era de esas desafortunadas ocasiones que le llenaban de un gran miedo, sus ojos desorbitados miraban a la criatura sintiéndose perdido, P-Ko pone todo su empeño en ayudar a Riuu a soltarse pero no ha tenido resultado, todo parece estar en contra de ellos, cuando la aparición de Frederick le hizo recobrar la confianza de tener una posibilidad de salvación.

Su amigo a usado una estrategia que funcionó de maravilla, Frederick desciende cerca del niño que de inmediato abraza al dragón con tal emoción de felicidad que el dragón pierde ocho tallas de golpe, el dragón yergue la cabeza de orgullo, aunque ha disminuido su tamaño tan significativamente.

El niño entonces, muy ufano, hace la presentación de su amigo ante la elfina que parece que no es la primera vez que ve un dragón, tal vez no como Frederick, quien el observa con sus ojos rojos y al ver que es una elfina amistosa, inclina su cabeza hacia ella en señal de gratitud.

—¡Ahora sí que podemos ir a esa vivienda !—Asegura con gran gusto el niño mago que actúa más confiadamente al estar en compañía del negro dragón.