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El nuevo Ministro de Magia


Mackenzie Malfoy
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Hito 5 - Horrocrux

Durante las muchas tardes de té que ha compartido con P-ko, elfina personal de Bel Evans, de una u otra forma, siempre salta en la conversación una opinión, anécdota o directa maldición respecto a Grelliam Ollivander. Incluso en los días posteriores a la fiesta Evans, la presencia del ex exposo en la reunión fue un tema de amplio comentario, debate y chusmerío en el castillo de la familia.

Rory no entiende a este hombre que tiene delante, y dividido entre el estupor y la confusión, atina a sonrojarse ante el comentario que ha hecho de no ver a Hessen.

No lo estaba mirando a propósito, por su físico o cosa parecida, es solo que creí que era mejor hablarle a él que a usted señor, que realmente...yo no...lo conozco mucho.

Por un momento, la presencia de los dos hombres lo abstrae del resto de eventos que están sucediendo a la par a su alrededor y acaso ese es el objetivo que realmente persiguen. Rory presta atención a ambos, aun sin tener ni la más remota idea de que es lo que se traen entre manos, hasta que ve la caja que Hessen ha extraido de entre sus ropas, y entonces recuerda todo el suceso acaecido con el tebo y Bel Evans, y la promesa de esta última de que le entregaría una nueva varita a la suya que ha llevado hasta entonces, en pésimas condiciones.

Es hermosa, incluso aunque él realmente no tenga idea de esas cosas, reconoce en el color de la madera los álamos que crecían cercando los terrenos en su aldea natal. No es nada bueno, en el estado en que sus pulmones se encuentran, agitarse por aquel inesperado obsequio, y siente que el rubor inicial en sus mejillas ya debe haber alcanzado a sus orejas y su rostro por entero.

¡Una varita tan antigua, elaborada por la familia con más prestigio en Inglaterra para su fabricación! Es demasiado afortunado, sabe que no tiene que dar nada a cambio (¿o sí?) pero aún le parece que alguien como él no es digno de portar algo así, incluso cuando el mago le insta a tomarla.

Pero lo hace finalmente, en absoluto silencio. No puede creer cuán distinto está siendo esto de cuando a los doce años, su madre le entregó la vieja varita de su tío como herencia del difunto para él. pues el calor que emana el arma, en cuanto la sostiene entre sus manos lo vivifica, y es impresionante porque nunca antes había experimentado ese nivel de conexión, como si el trozo de madera se hubiera vuelto una extensión de su propio ser.

Yo le seré fiel también, desde lo profundo del corazón, lo prometo. 

Sus ojos están radiantes de felicidad. Y está seguro que el intento de la Inquisidora de hacerse con el poder de Inglaterra está derrumbándose poco a poco a sus ojos.

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Hito 5. Horrocrux.

Garry y Hess.

Sonríe de buena gana, esto es poco usual también, no hay signos de nada malo o malas intenciones, no va a salir algún espectro de pronto, ni Rory tiene que enfrentarse a alguna prueba kamikaze para obtener la fidelidad de esta varita, pues tal parece, desde hace mucho tiempo, que ella ya lo ha elegido a él. Este es un buen momento, a pesar de que a su alrededor comienza a animarse nuevamente la pelea contra la inquisidor, piensa que también esto parece un buen presagio, ¿el comienzo o el final de algo? Supone que no le quedará más que leerlo próximamente en los alarmantes encabezados del profeta, ese periódico de mala calidad que informa a la Londres mágica, pues aunque Grell se mantiene con la fuerza para incorporarse por su cuenta Hessen lo nota poco lucido realmente, lo que sea que le ha estado inyectando toda esta energía a Garry comienza a agotarse.

Una fluctuación en la magia alrededor del horrocrux agita la sala, algo está sucediendo o está por suceder, lo que fuera, Grell parece resentirse pues se queja con un aullido sordo y esconde su rostro y brazo malo, el que está roto y marcado con el beleño, entre su cuerpo y el de Hessen. No lo piensa dos veces y toma al brujo por los brazos para sacarlo de ahí, alejarlo de este grupo que parecen finalmente haber encontrado solución al enigma. Es muy seguro que ahora Rory se una a esta comitiva, por lo que su trabajo ahí ha terminado. Por lo menos Hessen está seguro de que Garry no quiere saber más de esto por ahora, aunque seguramente querrá volver días después en busca de algo que puedan tomar de esto y llevarlo a casa, maldito o no.

Será mejor irnos-, explica a Rory el porqué tiene que salir, porqué no se puede quedar mas, Garry retorciéndose silenciosamente de dolor entre sus brazos es su prueba, no espera que el joven predicador lo entienda, pero igualmente siente la necesidad de excusarse con él, quizá por sí, justo en un momento como este, su muchacho ha causado problemas. —Buena suerte, a todos-, con un movimiento de su brazo despliega una capa de camaleón sobre los hombros del Ollivander para ocultarlo. —Pero igualmente...llame si necesita ayuda-, le guiña, con la sonrisa divertida de siempre y después, con algún encantamiento, se esconde entre una neblina oscura para salir finalmente de ahí.

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Hito 5: Horrocrux

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Al contrario que sucedió con Will, no fue capaz de responderle a Rory acerca de la situación de Madeleine, pues en verdad no tiene mucho conocimiento de lo que sucede. Se da cuenta de que está haciendo justamente lo que criticaba hace unos momentos, anteponiendo sus emociones al pensamiento racional. Sin embargo, reflexiona que cuando se trata de Madeleine, no vale la pena guiarse por conclusiones lógicas o datos observables; simplemente, tiene que confiar en ella. A esas alturas, ni siquiera le importa que no encuentre la respuesta que buscaba; simplemente quiere que su familia permanezca completa. De verdad quiere creer que ella estará bien, a pesar de sus decisiones irracionales e irresponables.

El sonido de los monitores de Kaori hace que se sobresalte, pero Ellie comprende que es natural que Despard no esté en óptimas condiciones. Advierte que Grelliam y Hessenordwood, a quiénes vio llegar hace unos momentos, se acercan a ellos, y especialmente a Rory.

—Por favor, Grelliam, no perturbes mucho a Rory... —comienza a susurrar, al ver que el excéntrico mago se acerca a él. Todavía Ellie no está convencida de si Rory está totalmente libre o sigue "involucrado" en la situación. Luego de haber visto en la mente del párroco por un breve instante, tiene una idea más certera de cuál es la situación entre él, Madeleine y Laura Nielsen. El hecho de que él haya reaccionado, pero todavía no hayan señales de Madeleine, hace que comience a preocuparse de verdad. Sin embargo, guarda silencio cuando escucha las primeras palabras de Rory. Ellie, aunque está angustiada, decide apartarse ya que parece que tendrán una conversación importante. Aunque decide no involucrarse en su conversación, observa de reojo que Grelliam le ofrece una varita mágica, lo cual desconcierta un poco a Ellie, pero supone que más adelante tendrá sentido.

Recordando lo que el mago le dijo, busca en su bolso de piel de moke y extrae, a regañadientes, un poco de remedio para quemaduras; se lo pasa a Hessenordwood, ya que aparentemente tiene las manos heridas, pero no puede evitar observarlo con cierto recelo. Él no le inspira confianza, pero desde la primera vez que lo vio junto a Grelliam Ollivander, entendió que por lo menos esa familia confía en él. Y ahora que lo piensa, también lo ha visto en varias ocasiones junto al propio Rory, lo cual debería ser un punto a su favor. De cualquier forma, Ellie no dice nada y vuelve cuando Richard llama la atención de los presentes.

 

 

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No es ella la que interrumpe la conexión, ni tampoco es la propia Laura Nielsen. Antes de recobrar su propia consciencia —la real, la única— pudo sentir la perturbación ocurrida en todos lados. Durante todo el trance, tenía la sensación de caminar por la cuerda floja, esforzándose por no caer... Pero, de repente, algo la había sacudido y la había empujado a la oscuridad. Cuando abre los ojos, tiene la sensación de que ha despertado de una larga pesadilla. Es extraño, recordar cómo se siente su propio cuerpo. Por un momento, sus recuerdos parecen confusos. ¿Qué era lo que estaba...? Pero, poco a poco, los detalles llegan. Entendió por qué el horrocrux es prácticamente indestructible y entendió que no había forma de destruirlo mientras existiera un vínculo entre éste y Laura. También llegó a la conclusión de que la Inquisidora era la única forma de terminar con aquella paradoja, que les impedía eliminar una cosa o la otra. Madeleine había reflexionado que ella podría destruir su propio horrocrux; era lo que estaba intentando hacer, obligarla a usar su Vara de Cristal, antes de caer.

Lentamente, se sienta, sintiendo el dolor en todo su cuerpo. Una fatiga terrible por el esfuerzo físico, un dolor agudo en el brazo afectado por el horrocrux, una migraña por haber prolongado la posesión por tanto tiempo. Un terrible dolor en el pecho, por ser consciente de que estuvo torturando a Rory. Y... le sensación de haber sido derrotada, por estar allí sin haber logrado nada. Las lágrimas que le queman en las mejillas, no son de dolor. Son de rabia.

Y aquel enojo la hace ponerse de pie, para poner sus manos sobre la Inquisidora, y entonces...

En verdad, ni siquiera es capaz de ponerse de pie. El enojo, a esas alturas, ya no le sirve como energizante milagroso.

—Madeleine, ¿estás bien?

Alza la vista y se da cuenta de que Ellie la observa, expectante. Sabe que espera algo de ella. Madeleine separa los labios para hablar, pero primero escucha la pregunta de Richard: ¿La están reteniendo con magia de purificación o de otra índole? 

—El horr... El horror... —le impacienta no ser capaz de hablar con la fuerza necesaria para que la tomen en serio. No le gusta balbucear— El horrocrux, está encerrado en mi hielo, y alrededor los paladines les pusieron unas cosas —explica vagamente, intentando ponerse de pie, pues odia que ella sea de los pocos que están en un estado tan deplorable—. Y Laura, bueno, ya perdí el control que tenía sobre ella —añade por lo bajo, frunciendo el ceño.

Sólo luego de hablar, se da cuenta de que todos parecen haberse multiplicado. ¿Qué mier** hace Richard ahí? Y junto a él, está Catherine, porque, por supuesto que tenía que aparecer en algún momento. Sin embargo, lo cierto es que se emociona y se alegra al verla, aunque sospecha que no está allí sólo por ella. También se unieron Benjamin, quien está junto a Graves, y —también, para complicar la situación para ella— Will. ¿Qué demonios hace él ahí? ¿Acaso está buscando que lo maten? Si pudiera usar sus dos manos, le clavaría la varita mágica en el cuello para que se explique, pero no puede distraerse.

—¿Qué es lo que planeas hacer? —inquiere Madeleine, y observa hacia donde Richard apunta, mientras termina de incorporarse. Se sostiene de la pared con la mano sana, pero el otro brazo le cuelga como un peso muerto— No tiene sentido atacar a ninguno de los dos por separado, si no podemos destruir lo-que-sea que hay entre ella y el horrocrux. Hay que romper eso —de repente, se pregunta, ¿qué tanto sabe Richard? ¿Acaso... él tiene información que ella ignora? ¿Ese desgraciado tiene un plan?

El brujo apunta hacia la Inquisidora... y hacia Melrose. Siente que el corazón le da un vuelco.

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sins don't end with tears, you have to carry the pain forever

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Hito 5: Horrocrux


Siguió unos momentos yendo y viniendo por aquella habitación que parecía no conducirlos a nada en absoluto. Suponiendo que seguramente era una distracción por si algún curioso lograba llegar a aquel corredor. ¿Acaso las otras puertas sí resguardarían algo importante? Tenía curiosidad…

La voz de su pareja le llamó la atención entonces, poniéndose de pie le decía que lo mejor era regresar. Tenía razón. Mientras ellos jugaban a los detectives, sus compañeros podían estar en riesgo.

La sorpresa fue que la puerta por la que habían ingresado hacía pocos minutos ahora se negase a abrirse. Todo la llevaba a pensar que se trataba de una trampa nada más. Ella tenía su amuleto que le permitía salir de prisiones, pero sabía que el Black Lestrange no y no iba a dejarlo allí solo. 

La ocurrencia de su novio la hizo sonreír. Tal vez aquello no funcionaba si Laura estaba realmente preparada contra toda la magia que podían realizar, pero no sabía cuánto ésta conocía respecto a la magia de los Uzza, tal vez eso los sacaría de allí… 

Tomó la mano de Illidan y, antes de abrir el portal, lo atrajo para besarlo con ternura. Entonces murmuró -Fulgura Nox- creando aquel portal que se abriría en la sala en que el resto se encontraba enfrentando a la Inquisidora. Sin soltar su mano, avanzaron juntos, esperando poder colaborar con los demás en aquella lucha. 
 

@ Illidan Black Lestrange

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Hito 5: Horrocrux

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No tiene tiempo para reaccionar. Se da cuenta de la presencia de Benjamin antes de verlo. Lo siente, sabe que está cerca. Y saber que se acerca lo calma de una forma que no es capaz de explicar del todo. Siente paz, tranquilidad y confianza. Ben y Connor son las dos personas que pueden hacer que se sienta así. Verlos, tocarlos, besarlos y despeinarlos son pequeñas acciones que le llenan de vida. Recordar le duele, por su puesto. Ben es, quizá, es más sensible de todos. No es que sea débil, sino que es quién más se toma en serio los sentimientos. Por eso es que se siente defraudado y engañado. No han tenido oportunidad de hablar ni de explicar.

—Perdo...

Pero no pude seguir hablando. Ve el golpe sin tener oportunidad de detenerlo. No es muy fuerte, pero aún así le duele un poco. Pero se lo merece, es lo menos que se merece. Luego de aquella cachetada el rostro de molestia de Ben cambia al de alivio. Y de nuevo no le permite hablar, no le deja replicar. Le de un beso luego de muchas semanas de negarse a hacerlo. Se abrazan, porque los abrazos son igual de importantes y poderosos que los nombres reales de las cosas.

—Tenemos que avanzar. Espero que estés listo para la batalla que está por comenzar. Es hora de poner el pecho a las balas.

Su ropa está andrajosa. Aunque recuperado no sabe cuanto tiempo le dará esa poción. Decide usar su magia en cosas más importantes que en guardar las apariencias. Lo primero que hace es dejar de usar la metamorfomagia. Eso causa que sus ojos pierdan el color, que regresen a su natural blanco. Salvo por la delgada línea gris que es difícil de apreciar, su mirada es totalmente blanca. Algo más que hace es reducir el flujo de magia a su brazo de acero sagrado. Así, su extremidad artificial deja de parecer humana y se ve como lo que en realidad es: un complejo brazo elaborado con acero prestado por los dioses.

Aunque es un llamado general para todos quienes están presentes, Hobb conoce su papel en esa guerra y en las guerras futuras. Él es un soldado, Ben es un soldado, todos sus hermanos son soldados. Mientras no haya la necesidad de tomar la capitanía del barco, él y todos los paladines lucharán al frente, pelearán en la avanzada usando todo el poder y la magia prestada por el Templo. Piensa en un fortress. Su piel se vuelve más oscura que de costumbre y emite un leve brillo.

Camina en dirección de Laura, camina en dirección de Melrose. Mientras lo hace, hay otro pensamiento que aparece en su cabeza. Mjölnir. Parte del poder de Thor se materializa en su mano, en la de acero sagrado. Es una réplica exacta del mazo que descansa en el Templo y tiene una fracción de su fuerza. Aún así su poder puede llegar a ser devastador. Observa a Benjamin, junto a él, caminar con el miso brillo y un mazo igual en la mano izquierda.

 

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Hito 5 – Horrocrux

El cansancio, la desesperación, los malos sentimientos. Todo unido se había concentrado para formar en los presentes un ambiente lleno de oscuridad. Ludwig ya no deseaba pelear, ni siquiera deseaba estar en aquel lugar, solo deseaba retirarse y esperar a que llegara el final de todos. Por su parte los demás se encontraban en situaciones similares, Adrian no recuperaba su cordura y Cillian continuaba atemorizado. Mica e Illidan se habían marchado y parecía que no quedaba mucho por hacer.

Fue entonces cuando alguien, aparentemente al fin había encontrado el arma para neutralizar aquel objeto, el rubio estaba tan ensimismado que ni siquiera se percató de la persona o que clase de arma solo sabía que se había neutralizado al fin y lentamente un poco de esperanza regresó a su mente. Aún continuaba cabizbajo pero luego recordó que en ese lugar le había propuesto matrimonio a Cillian y que se casarían muy pronto, era un buen momento para celebrar, sonrió y luego vio a Adrian quien estaba un poco más tranquilo aunque aún estaba perdido en un mar de pensamientos y malas emociones.

Sin poder anticiparlo un mago se les acercó, era blanco, rubio con ojos azules, bastante atractivo que el Malfoy no pudo evitar ruborizarse al momento que lo vio llegar, el rubio apenas pudo agarrar su brazo para estrecharlo y comenzó a presentarse y a elaborar una serie de preguntas que todavía no tenía manera de como resolver, fue entonces que preguntó sobre la condición de Adrian a lo cual respondió – bueno yo solo pude ver cuando ya estaba afectado, todo era una conmoción y de repente el chico empezó a correr como loco queriendo agarrar un gallo, apenas pudimos salvarlo e incluso le hice un animal parecido con un hechizo pero Adrian tenía ganas de morderlo, comérselo todo y al notar que era falso se enojó más, ahora espero que con un descanso sea más que suficiente para que regrese a la normalidad.

Adrian estaba en el piso recuperándose, era evidente que tenía gran fuerza de voluntad, los hechizos de finite apenas hicieron efecto en el y parecía que continuaba sumergido en su trance, esperaba que se mejorara – tiene usted toda la razón – dijo mirando al guapo periodista – no se que me pasó simplemente me sentí sin ganas de continuar viviendo pero una vez que se fue el horrocrux y llegó usted con su mirada, pude sentirme mejor – dijo tratando de flirtear con el recién llegado.

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  • 2 semanas más tarde...

Catherine y Richard Moody

Hito 5 - Horrocrux

 

La concentración de Melrose es palpable, más aún cuando la mujer ni siquiera se voltea a mirar el momento en que Despard reacciona y se incorpora. Richard observa la escena por el rabillo del ojo, prestando atención solo a medias. El mago está bien, tal cual predijera. Richard pone los ojos en blanco ante las expresiones de alivio de quienes lo rodean (el monitor de la mujer asiática debería haberles ya contado todo lo que necesitan saber al respecto ¿no?) y todo el drama respecto a su nueva varita. Bra-vo, el muchacho puede hacer mejor magia ahora ¿no deberían estar centrándose en lo importante? Puede ver en Melrose que el poder empieza a drenarse. La bruja no lanza ni una sola queja pero sus músculos se tensan como si, a medida que pasasen los segundos, le costase mayor esfuerzo mantener el momentum.

Puede sentir la fluctuación en la magia del horrocrux mejor que cualquiera, exactamente luego de notar la tensión en el cuerpo de la bruja Moody. Quizá no sea el mago más popular o importante y mucho menos poderoso de la sala pero es indignante que ni siquiera le hayan prestado atención todavía, sobre todo cuando intenta decirles algo tan ridículamente importante ¿qué papel jugaba el párroco o los poderes del párroco en el cuadro con la inquisidora de todos modos? ¿Y qué importa que otro mago blanco promedio se haya ***ido las manos? Dios, a veces Richard de verdad se cuestiona que...

Sin embargo, cuando observa directo a los ojos de Catherine se obliga a recordar por qué está allí. No por ninguno de los magos y brujas en esa sala antes de llegar, eso es claro, excepto tal vez los Moody. Justamente, es una Moody (¿es que había alguna duda que eran de los pocos que servían?) la que le da la respuesta que ha estado buscando por un buen rato. Apenas escucha las palabras de Madeleine, Catherine corre a verificar su estado, acuclillándose a su lado mientras dirige unas palabras a Richard y su capa ondea tras ella para luego posarse con lentitud en el suelo mientras la bruja examina a Madeleine como si nunca se hubiesen peleado y se sintiera con toda la potestad de tocarla : su frente, sus mejillas. Extrae una poción herbovitalizante del bolsillo, destapa el corcho y ofrece el vial a la bruja. 

O más bien, una palabra. Todo lo que Catherine articula hacia Richard es un:

—Hazlo.

Madeleine se ha incorporado y Richard se pregunta vagamente si tomará el vial que Catherine le ha ofrecido cuando la bruja se incorpora junto a ella imitándola y todavía ofreciendo la poción. Mientras tanto, se limita a contestar a la bruja con tan solo un gesto: señalar a ambas brujas. Melrose, ajena a todo lo que sucede a su alrededor, todavía tiene a Laura inmovilizada contra el suelo. Solo que los ojos de Laura ya no se encuentran desenfocados, poco a poco algo de sentido regresa a ellos. Tiene que actuar rápido. 

Es una suerte también que los paladines han terminado de besuquearse, porque realmente va a necesitar esa ayuda que hasta ese momento no le han prestado. Melrose no afloja el agarre pero necesita ayuda y eso es exactamente lo que recibe. Eso es señal suficiente para Richard que no desperdicia una oportunidad.

—Melrose, deja de repelerme, necesito proximidad.

La bruja asiente aunque sus ojos no parecen decir nada, más que destilar la concentración más similar al de una criatura que un humano. Su cuerpo se inclina hacia adelante y Richard puede sentir menos opresión proveniente de delante de él. Se anima a dar unos pasos y, al ver que no ha sido repelido, se lanza sobre Laura con la misma intensidad que Melrose. Solo que, en lugar de utilizar una alabarda, el mago hunde la mano desnuda en el pecho de la bruja, aplanando su palma para que ésta ingrese con mayor facilidad, como si fuese una cuchilla. 

En un abrir y cerrar de ojos, Catherine está a su lado. La bruja susurra un hechizo y Richard se da cuenta de que está echando hechizos de protección sobre ellos. Richard no entiende por qué pero deja que lo haga. Luego, le hace una señal y ella se aleja... Richard introduce la palma todavía más al fondo, dejando que sus uñas largas se hundan en la carne. Está buscando un órgano.

Cuando se da cuenta de que sus dedos han alcanzado el corazón, se detiene por un instante para dar un suspiro. Los sonidos parecen haberse neutralizado alrededor ¿Laura lanzó un grito o fue esa Catherine? Su mente, concentrada en una sola cosa, parece estar en su límite. Entonces, deja fluir su magia. 

El brujo siempre tuvo problemas para hacer magia. Intentar encender una vela y terminar explotando algo. Intentar convertir un animal y terminar convirtiéndose a sí mismo en un objeto inanimado. Quizá, ahora, luego de tanto luchar, buscando alternativas para el maldito problema que nadie sabe explicarle, haya podido encontrar algo para lo que realmente es bueno: arruinar cosas. Incluida la magia.

No lo sabe, es una apuesta. A medida que deja fluir más y más de su magia descontrolada, puede notar como el cuerpo de Laura tiembla bajo sus manos, una incrustada en su pecho y la otra sujetando uno de sus hombros contra el suelo. Melrose no se ha movido en todo ese tiempo... pero la bruja, a través del intelecto sagrado, puede notar claramente la magia descontrolada del mago haciendo mella en su propio cuerpo, en su propia aura, desarraigándola, destrozándola. No se mueve ni un solo centímetro.

Cuando Richard termina, puede sentir su energía vital  completamente drenada. El monstruo, que normalmente encierra, que siempre intenta mantener a raya y casi siempre anda hambriento, al fin suelto. Como si hubiese dado un largo paseo y estuviese satisfecho. Su cuerpo, por una vez, quieto. No de la forma en que suele estar, desprovisto de emociones humanas que lo animen, si no más bien realmente en paz. Extrae su mano ensangrentada, observando su finos dedos. Deja entrever una sonrisa ladeada, antes de caer hacia atrás, al suelo, completamente drenado e inconsciente, con su rostro desprovisto de su habitual malicia. Puede escuchar palabras de Melrose, que no alcanza a dilucidar antes de hacerlo, y cómo ella se acuclilla a su lado, por fin liberando a Laura Nielsen de su aprisionamiento.

Catherine mientras tanto había corrido hacia la bruja, para socorrer la herida de su pecho. No está segura, podría estar intentando sanar todavía a una enemiga en potencia, poderosa e invencible. De todos modos, toma el riesgo mientras utiliza sus conocimientos de primeros auxilios, susurrando el contra-maleficio para cerrar la herida causada por la magia de Richard, si bien, aquello que su cuerpo y sus circuitos mágicos han sufrido es algo insalvable: lo sabe, porque ha pasado largos años junto al mago pelirrojo, viendo su lucha soterrada contra la abominación que significa no poder controlar su magia, ver su capacidad de arruinarla de no ser capaz de hacer con ella ni siquiera las cosas más simples. Melrose también puede verlo, antes de dejar el intelecto sagrado atrás: como el aura de Richard, se ha fusionado con la de la bruja de manera insalvable.

Por ello mismo, adivina que las consecuencias de lo que acaba de suceder deben ser monstruosas. Algo que es capaz de romper hasta el más terrible de los vínculos. Un gran tanque de magia, llenado por años, depredado de repente con un solo propósito. La bruja, no se fija en que las venas de Melrose sobrevalen de su brazo de una manera antinatural o que la bruja también pareciera haber corrido una maratón. Supone que se debe a la energía que ha utilizado para retener a Laura, no al hecho de haberse encontrado cerca del suceso. 

Así que no se apresura a sanarla. Termina de sellar la herida de Laura y no se preocupa por intentar tratarla o preguntarle cómo se encuentra. La bruja siempre ha sido fuerte, audaz, las cosas parecen haberse desarrollado demasiado rápido y todavía no saben qué es lo que sucederá realmente cuando Laura reaccione. Catherine retrocede unos pasos, insegura, preguntándose si no ha sido todo inútil, si tal vez no ha sobreestimado lo que Richard es capaz de hacer y ha arruinado la única oportunidad de todos.

¿Será posible?

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Demisit lacrimas dulcique adfatus amore est 

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Hito 5: Horrocrux

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En otra situación aquel sería un espectáculo digno de observar. Pero sabe que es peligroso, entiendo todo lo que puede salir. Y pronto entenderá todo lo que realmente salió mal. Hace una señal con la mano para darle ordenes a Benjamin. Aunque aparentemente no está sucediendo nada, todo está sucediendo. Siente el descontrol antes de verlo, lo deduce. La percepción de lo de su clan no es tan fuerte como la de los sacerdotes, él sabe eso. Sin embargo ahí está, haciendo acto de presencia cuando más necesita ser un estratega antes que un guerrero. Una fracción de segundo, no necesita más. Y Ben lo entiende, porque los guerreros no necesitan decir palabras para poner en marcha la estrategia.

Los dos, casi al mismo tiempo, piensan en el Divine Shield. Usan mucha de la magia para contener lo que sea que esté pasando. Es un escudo enorme que cubre por completo a todos quienes necesitan ser protegidos. Evita que sean dañados, evita que la magia descontrolada de aquel desconocido les haga daño. Y también los reconforta, renueva sus energías y les da un poco más de tiempo para seguir luchando. Porque necesitan tiempo, todo el tiempo que él, que Ben, que cualquiera pueda brindar.

El gran escudo desaparece en una explosión de un material dorado intangible. El semblante de Hobb cambia porque siente la perturbación en la energía que lo une con todos sus hermanos. Antes, cerca de Laura, la magia del templo era fuerte y abundante. No estaba del todo moldeada pero estaba. Podía sentirla. Y quizá el escudo fue lo único que lo mantuvo a salvo, porque por un segundo lo alejó de la conexión con Melrose. Y cuando es escudo cae no es capaz de volver a conectarse, no es capaz de encontrarla entre los hilos que unen a los paladines con el templo. Hay magia que no entiende bloqueando ese vínculo, magia caótica.

Pero tiene cosas más importantes que hacer. Recuerda a Tenenbaum, recuerda lo que le hizo. Recuerda también cuando daño hizo esa acción en su espíritu, y recuerda cuanto tiempo tuvo que pasar para recuperarse. Pero en su mente hay recuerdos más poderosos. Recuerda a los niños muertos, a los niños exiliados, a los niños huérfanos. Recuerda también aquello que vio en la mente de Valkyria. Está seguro de que nadie lo juzgará por eso. Aunque tampoco es que le importe: tiene asumido su papel en la guerra.

Mientras corre en dirección de Laura el Mjölnir desaparece de su mano. En su lugar hay ahora una espada, una Kanskje Sword. La punta de la espada hace un pequeño corte en el brazo de Laura. Apenas la herida es superficial, un par de gotas de sangre, nada mortal. Pero aún así aquel pequeño corte le dolerá por el resto de sus días. Aunque cualquiera podría pensar que el dolor físico es lo peor de ese ataque, están equivocados. No se sabe exactamente lo que sienten las personas cuando reciben el beso de un Dementor. Tampoco está claro lo que sienten cuando la Kanskje corta su carne. Lo que está claro es que la espada es mucho peor. Hobb usa la espada en modo combate cuerpo a cuerpo, los efectos son irreversibles. Laura es ahora una cascarón vacío que siente el peor dolor que se puede sentir.

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Ellie constantemente se esfuerza en no dejarse llevar por lo subjetivo, en mostrarse como una persona racional que no deja que las emociones la dominen. Una de las cosas de sí misma que la hacen sentir orgullosa, es su capacidad de ser capaz de realizar esa distinción. Sin embargo, cuando observa al brujo encaminarse hacia Laura Nielsen y hacia Melrose, su acto comienza a tambalear. Una parte de sí misma le susurra que el rechazo que siente hacia Richard Moody es una percepción subjetiva; que los problemas y discusiones que ha tenido con él, han sido por sus propios errores. Y por eso, no puede ni debe albergar ningún prejuicio hacia él. Mientras la escena se desarrolla frente a sus ojos, se esfuerza por realizar afirmaciones lógicas. «Richard es parte de la familia Moody —se dice—. Richard, a su manera, quiere a Mel. Richard no haría algo que pudiera lastimarla». Pero no importa cuántas veces se repita aquellas frases que tienen que ser ciertas, la horrible sensación que llena su pecho no desaparece.

Como si supiera con certeza que está a punto de suceder algo terrible, las lágrimas comienzan a correr por su rostro. Sus dedos se aferran torpemente a su varita mágica, pero es incapaz de moverse. Es inútil.

Observa las siluetas de Hobbamock y Benjamin, invocando sus armas mágicas y acercándose al campo de batalla. Observa a Madeleine bebiendo su enésima poción, mientras su madre le toca las mejillas y la frente, como si fuese una niña enferma con fiebre. Observa a Rory feliz con su nueva varita mágica. Observa las personas que comienzan a ponerse de pie ahora que el aura del horrocrux ha sido contenido, ahora que la esperanza de derrotar a la Inquisidora ha comenzado a fortalecerse en el aire. Si detuviera a Richard, que parece seguro de cuál sea el plan que tiene, ¿no es cierto que sería ella la mala? ¿No es cierto que intentarían detenerla? ¿No es cierto que la propia Mel le diría que no tuvo que haberse entrometido?

Todos quieren acabar con la pesadilla. Derrotar a Laura Nielsen no arreglaría mágicamente todos los problemas de la comunidad mágica, pero es un comienzo. Se trata de una enemiga demasiado peligrosa como para prolongar aquel enfrentamiento por mucho más tiempo. Ya ni siquiera importa el precio. Ellie los ha visto entregar su cuerpo y su espíritu, dejarse envenenar y dejar que sus cuerpos sean mutilados por la causa. Ella comprende que está descansada y por eso quiere pensar que debe haber otra forma, que deben seguir estudiando la situación, que deben seguir resistiendo...

Pero lo cierto es que también está asustada, porque se dio cuenta de que en aquella situación ha sido totalmente inútil. Tanto ha estudiado, tanto ha cultivado su magia y su mayor aporte fue darles un brebaje a Hobbamock y a Madeleine que ni siquiera pasó por una fabricación adecuada. No es quien para intervenir en algo que parece que ya está decidido.

«Sólo quisiera que todos regresemos a salvo a casa —implora para sus adentros, en algo que está muy cerca de ser plegaria—. Sólo quisiera que la pesadilla termine».

Ellie no es capaz de percibir qué es lo que sucede entre las auras de Richard y Melrose, pero sí puede ver algo en el rostro de su prima que le indica que, quizás, el precio es demasiado alto. La mayoría de los ojos deben estar clavados en el brujo, que introduce su mano en el pecho de Laura con tanta confianza, como si fuera un maldito héroe. Ése es el espectáculo principal, por supuesto. Pero ella observa a su prima resistiendo contra aquella fuerza invisible, manteniéndose fuerte en el lugar donde está y sin mostrarse arrepentida tan sólo un segundo. Ella es la única que sabe qué es lo que ha sucedido frente a la vista de todos y, aún así, no se ha tambaleado. La mente de Ellie no se esfuerza en recordar lo que sabe de la magia de Richard, ni en atar cabos para comprender la situación. Lo único que puede hacer es sentirse avergonzada por aprovecharse de aquella forma de una persona tan noble y de que aquel sacrificio probablemente sea pasado por alto.

—El horrocrux... —la voz de Madeleine se le hace lejana. Parece ser que la poción que le brindó Catherine le dio un último empuje de energía, aunque sólo es capaz de mover un brazo. No ha invocado ningún arma, pero alrededor de su mano sana hay un vaho helado que indica que todavía está canalizando su Magia de la Oscuridad— No puedo sentirlo. Creo que ha quedado inútil —ya que no tiene suficiente energía como para unirse a los paladines, se acerca al bloque helado, cuyas defensas han bajado hasta que sólo ha quedado su bloque helado. Estira la mano, desvaneciendo el hielo a su paso. Cuando toma el medallón, se siente como una baratija entre sus dedos. No puede evitar soltar una carcajada, porque una cosa tan ridícula haya causado tantos problemas.

Mientras tanto, Ellie avanza lentamente, ignorando lo que sucede a esas alturas. No le importa que los paladines los hayan protegido con sus ostentosa magia, ni que Madeleine haya tomado en sus manos el horrocrux ya inútil, ni que Hobbamock esté repitiendo el mismo acto con el que condenó a Marie Tenenbaum.

Se coloca unos momentos junto a Melrose, sin entender lo que ha sucedido, pero sabiendo que no puede ser nada bueno. Baja la mirada a sus brazos y observa las venas marcadas y los músculos tensos y, por algún motivo, se encuentra pensando en Rhiannon. No quiere hablar, porque sabe que no es capaz de controlar su voz. Busca torpemente una botella de poción curativa e intenta hacer que Mel la tome, aunque sabe que es inútil. Está segura de que no existe ningún brebaje que pueda remediar el daño que ha sufrido. Fue capaz de mantener el optimismo con Rory y con Madeleine, hasta el punto de mentir descaramente, pero ahora la situación es diferente. Melrose es su propia hermana.

Hasta los momentos, no le ha dirigido una palabra a Mel. Sigue caminando, hasta llegar a Richard, todavía con la mano manchada de sangre.

—No sé... no sé qué fue lo que hiciste... —susurra, con un hilo de voz, agachándose frente al mago. Pasa la varita mágica frente a sus ojos, intentando averiguar si de verdad está inconsciente o está fingiendo dormir, aunque poco le interesa su estado— Pero sé que fue algo malo. Piensas arreglarlo, ¿verdad Richard? Tú no habrías dañado irremediablemente a Mel, ¿verdad?

Editado por Ellie Moody

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sins don't end with tears, you have to carry the pain forever

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¿Todo había terminado? 

El horrocrux había sido destruido, unos pocos seguían aún en la batalla contra Laura, pero la mayoría estaba ya demasiado cansados como para continuar con todo aquello. Cillian observó a su alrededor durante un par de segundos, ¿realmente algo tan pequeño podía causar tanto daño? Era bastante difícil de asimilar, pero sin duda era algo posible.

Podía escuchar diversas conversaciones, pero no lograba concentrarse en ninguna. Seguía detrás de su Ludwig, dedicándose solo a seguirlo como un perrito faldero. ¿Dónde había quedado el Cillian de hacía un par de horas? Era un idi***, un completo idi*** que no lograba encontrar del todo su camino en la vida y siempre terminaba dependiendo de alguien más. Sabía bien que eso tenía que cambiar, debía esforzarse en cambiarlo ya que en el pasado esa misma debilidad le había costado demasiadas cosas importantes en su vida.

Y no estaba dispuesto a perder ni una sola cosa más.

Se dejó caer al suelo mientras escucha a Ludwig hablar con aquel extraño que recién llegaba al lugar o por lo menos así le parecía a Cillian. Él, por su parte, no tenía demasiadas ganas de hablar sobre lo que había sucedido en aquel lugar. ¿Para qué? ¿No bastaba con observar la destrucción que los rodeaba? Cuando el silencio volvió a reinar de nuevo en el pequeño espacio en que se encontraban Cillian y su amado, el primero estiró su mano para tomar la mano del otro.

— ¿Es hora de irnos? 

@ Ludwig Malfoy

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