El Poder del Libro de Thot.

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Codice 163: He comenzado mi viaje por este mundo. Primeramente para examinar los efectos de la magia debido a mi llegada. Sin duda alguna fue un efecto inesperado, y que la magia aparesca aleatoriamente en todo orden de cosas me parece una idea interesante. Supongo que como todo inicio del un sistema lo que veo ahora es el caos y lo imprevisible  en su aparicion y que con el tiempo se llegue a un equilibrio. En cuanto al segundo motivo sobre el viaje, tambien necesito una serie de recursos para construir un portal para mi regreso. No se si obtenga los materiales adecuados, pero al menos si se que tengo que intentarlo y de la manera correcta. No deseo mas accidentes o incidentes magicos entre mundos.

Sean y Derhorm Museo del Louvre

Sean no demoro mucho en salir de la ilusion que le habian jugado. Pues aun sus pies seguia sobre el enlozado del piso del Museo. Al menos en eso habia mejorado algo. Por un instante las runas en el baculo del viejo brillaron y alrededor de los contendientes el aire se hizo mas magicamente pesado...lo que llevo a los que nos rodeaban a los contendientes perdiesen el conocimiento. Sin mas y dada la situacion de peligro Sean saco al dodo..digo Diricawl del bolsillo. Si, esta seria una batalla donde segun el joven de ojoz azules, seria necesario.

-Bien creo que ya somos solo nosotros dos. Decias que....-siseo el viejo hechicero con una mueca en el rostro por sonrisa- las iba a pagar??

Sean no se limito a responder sino que destruyo una tension clasica en esos filmes del oeste donde dos pistoleros se aprestan a desenfundar sus armas el uno contra el otro y lanzo su primer ataque. Y ahi supo que ya las cosas no serian como antes. Pues como su el suelo que rodeaba a Derhorm cobrase vida propia este se alzo de manera vertiginosa cubriendo a su maestro para defenderlo. Eso sin duda lo desconcerto.

-Asombrado -dijo ironica la voz desde detras de una masa amorfa del enlozado del museo que como un ente vivo defendia a su creador. -La verdad es que en este mundo se han enfocado demasiado en la magia tradicional....cuando la verdadera importante viene de los elementos...que desaprovechan. -Sin mas la proteccion que rodeaba al viejo hechicero bajo un tanto por lo que Sean pudo apreciar como las runas de su baculo se extrapolaban fuera de este (si ya se...vi Arcane) y girando el baculo todo comenzo a temblar. Sean intento atacar de nuevo pero fracaso, pues de nuevo la cosa amorfa de enlozado que lo protegia desvio el hechizo explotando varios metros atras.

Previendo el peligro, aunciado por cada chivatoscopio activo en suelo parisino, Sean se arrastro buscando a los demas para reunirlos mientras el caos, el viento y los restos de Museo debido a la explosion reciente circulaban a gran velocidad sobre sus cabezas y lo peor a las afueras del Museo, mas bien en el cielo nubes negras se arremolinaron amenazando tormenta. Y fue solo cuando las runas se contrajeron regresando a su portador que todo sucedio. Del cielo negro descendio un potente rayo que atraveso el Museo destruyendolo hasta llegar a las manos de Derhorm que desviandolo lo lanzo hasta las humanidades de grupo que le era contensioso. Una vez mas bendito dodo pues ante el peligro...logro una desaparicion conjunta...dejandonos en un pasillo lateral. Claro el impacto de esa fuerza natural fue tan grande que gruan parte de la edificacion colapso dejando un hueco apreciable en el suelo donde segundo antes nos encontrabamos.

-Sin dudas tiene arte para escapar el chico. -concluyo el hechicero...mientras activando de nuevo el vaculo ascendio por el mismo agujero que habia dejado el rayo al entrar.

Pero ya el caos ante lo sucedido se habia activado en la ciudad. Pero bueno, quien sabe si ahora Sean le servia de chivo expiatorio. Sin mas Derhorm descendio hasta dejar sus pies en el suelo....Era hora del siguiente paso en el plan. Donde me habia sean que estaba...ahh si la Mansion Potter Blue. Y sin mas, materializando un portal frente a el desaparecio.

Off rol: Hora de pelea del viejo contra el siempre poderoso Babila..jajaja

@ Matt Blackner @ Sagitas @ Darla Potter Black @ James Fleamont Potter @ Xell Vladimir Potter Black

[Darla G Dumbledore]

No bastaba sentir el calor y las vibraciones de aquel anillo en su mano, en el aire se podía sentir por completo, notaba los etéreos cuerpos que huían del centro principal del peligro.  Eso era más que preocupante, si algo había aprendido al cursar nigromancia y al haber controlado en el pasado a fantasmas y poltergeist es que ninguno huye por nada. Darla suspiró, aquello iba a ser más difícil de lo que ella hubiera deseado. Su mirada castaña pasó por las estrellas, las mancias podían sobreponerse unas a otras, en las estrellas veías lo que la astrología y la astronomía podían mostrarte pero también podías descubrir lo que la adivinación ocultaba en las cartas estelares y natales. Darla observó esa noche el cielo de París, no era posible distinguir más que una estrella por ser de día y cubrir la tormenta de manera tan terrible el cielo, pero… frunció el ceño, eso no era una estrella… segundos después la explosión que llegó desde el museo en donde “la estrella” hizo impacto por poco la tira al suelo por culpa de la onda expansiva.

Crack…

El sonido de la desaparición de la bruja que ya no le importaba pasar desapercibida sonó seco en contraste con el que había hecho la explosión anterior… una réplica  la siguió al momento en que un hueco enorme en las paredes del Louvre destruyeron casi medio edificio, esta vez sí la agarró mal parada al acabar de aparecer. Un insultó escapó de sus labios mientras pegaba contra una de las paredes de cristal tras ella que cayó destrozada junto con la Potter Black.

—Qué demonios —susurró mientras se ponía en pie, con un par de cortes en la mejilla y las manos.

En ese momento el haz de luz pareció revertirse, como si el rayo se elevara hacia la tormenta que había sobre sus cabezas, Darla sacó la espada del invierno sosteniéndola en su zurda, claro que no sabía que iba a lograr, ¿congelar más el lugar de lo que estaba? Por un momento pasó por su mente que quizás debería conseguir manejar otro elemento, uno más afín y a su vez más temido en el pasado por ella. Pero no tuvo tiempo de pensar en ello, vio una figura masculina emergiendo del museo y su sangre se heló en las venas, aún sin ayuda de la espada. Si algo había aprendido por el regalo que le había entregado Ursula Southiel, es que en la vida nada termina siendo como uno esperaba. Darla había visto aquel rostro en las pobres imágenes de aquella profecía.

Lo otro que estremeció a la Potter Black fueron las runas, brillaban en aquel báculo de una forma que era imposible no reconocerlas, pero eran tan antiguas… si hubiera un lenguaje origen de todos los lenguajes escritos, ella diría que era aquel. Pero no tuvo tiempo de reaccionar, sí, tan aturdida había quedado por la inesperada presencia de aquella figura, sumada a las explosiones. Sin duda alguna él debía ser el culpable y la criatura a la que ella debía enfrentarse, porque, aún en su inexperiencia en el tema de profecías, la pelirroja sabía que lo que Madame Southiel le había enviado no hablaba de un hombre común y corriente sino de alguien más allá de los tiempos y el espacio. Dios para algunos, demonios para otros, el padre y origen de la magia según los videntes del pasado.

Perdida en esa nube de información que corría a su mente solo pudo verlo abrir aquel portal y apenas vislumbrar hacia dónde iba. Por las barbas del viejo Merlín, las paredes que se levantaban al otro lado le resultaban familiares.

—Ottery… —susurró desorientada, ¿debía volver a casa? Miró hacia las ruínas de París… y de nuevo hacia el portal a punto de cerrarse. —maldición —gruñó, molesta por estar un paso por detrás del bandido, lo cual era subestimarlo, porque sentía que era mucho más que eso en el momento que el portal se cerró y ella volvió a escuchar los gritos de terror a su alrededor  y fue consciente del sabor de su propia sangre en los labios.

[Sagitas E. Potter Blue]

¿A mí...? ¿En la cárcel...?

-- Me da a mí que no te han entendido con ese francés medio raro que tienes, hijo. 

Los aurores que nos rodeaban seguían con la varita en alto y si algo odio es tener que tener las manos también arriba para que vieran que no éramos de temer. Por supuesto, yo sí lo era pero no era momento para heroísmos. Matt me imitó y acabamos los dos con las manos en alto y con la indicación clara que nos llevaban a las "donjons", algo que a mí me parecía una palabrota muy gorda, pero que para los franceses parecía ser las mázmorras o algo parecido.

-- Esto es sólo un malentendido. La ministra es mi dulce sobrina Ada -- ¿Ella era la sobrina o su madre? Bueno, todo quedaba en familia. -- Hemos venido desde Londres para hablarle. No somos... 

¿Mencionar Londres les enfadaba? ¡Jole, por poco me sacan un ojo con la punta de la varita y paciencia, sobre todo paciencia, no es algo que a mí me sobre.

-- ...peligrosos, -- refunfuñé, ante los tirones que nos daban.  --  Vale, vale, les seguimos de buen grado, Brrrrr... Quel remède nous avons !

Sí, bueno, mi francés no es que fuera mejor que el de Matt y tal vez dije un taco porque nos tiraron, literalmente, dentro de una habitación de paredes gruesas y unas rejas por puerta. Fruncí el morro en mi gesto habitual de desagrado. Eso me lo saltaba yo en ... ¡tres segundos por lo alto! Pero no sé si Matt...

-- Vale, ¿cómo le decimos a estos gusarajos con patas que somos amigos y así no se nos trata? ¿Si hago un Fulgura Nox me sigues, Matt? Menos mal que somos familia. Si llegamos a ser enemigos, nos degüellan en la guillotina del Robespierre ese...

Sí, no suelo tragar bien el orgullo herido así que me paseé varias veces de lado a lado de la celda, pensativa. 

-- Bueno, ¿qué dices...? ¿Nos escapamos?

[Xell Vladimir Potter Black]

En la cárcel:

Aquellos funcionarios franceses eran muy mal educados, no atendían a razones, no querían escucharme. Me llevaron hacia un vehícul.o que lucía unas discretas banderas francesas a cada lado. Nos metimos todos dentro, como 10 personas en el interior, sin estar apretujados.

- ¿Esto no llamará la atención a los muggles? - Era puerto sarcasmo pues ellos también hacían gala de la magia al lado de muggles, pero era yo la detenida.

No contestaron, ¿para qué? Así que me crucé de brazos y llegamos a destino en un momento. Entramos por una puerta que se abrió de la nada y bajamos varios niveles. Salimos del coche y me hicieron preguntas, pero soy algo malvada, si ellos no me habían contestado a mí, yo decidí hacer lo mismo. Rememoré a la tía Sagis y me hice la tonta:

- Mi no hablo su idioma, mi ingleso. Mi tener derecho a lechuzo.

Creo que no les gustó mi estrategia pero me llevaron a las mazmorras. Ahora tocaba lo peor, buscar ayuda. Si la tía Sagis se enteraba que había ido a París sin su permiso, me mataría dos veces como mínimo. No me esperaba la compañía que había en la celda contigua y casi lloro al reconocerles.

- Primo Matt... Tía Sagitas... ¿Habéis venido a sacarme de este lío?

Creo que la sonrisa no funcionó con la cara que puso la tía.

 

[Matt Blackner]

En la celda, con Sagitas y @ Xell Vladimir Potter Black

 

En otro momento, no habría tenido ningún problema en deshacerme de esos aurores. No eran más duros que cualquier otro enemigo al que me hubiera enfrentado alguien, y estaba seguro de poder noquearlos usando solo las manos. Los magos normalmente desdeñaban la pelea cuerpo a cuerpo al confiar demasiado en su uso de la varita. Pero estaba con Sagitas, y ella aun trataba de razonar con aquellos come baguettes.

 

Al final, caminamos hasta una celda, donde gruñí, soltando una patada contra la pared antes de apoyarme en la reja, estudiando la sala para pensar en como escapar de alli.

 

Aunque claro, estaba con Sagitas, y olvidaba que ella tampoco andaba escasa en ciertos pensamientos criminales. Sonreí de medio lado, separándome de aquella reja para mirarla.

- Si abres un portal, te seguiré donde quieras. Aunque me quedaré con las ganas de patear un par de traseros franceses. Tendré que dejarlo para otra ocasión. - dije, mirando hacia el exterior por un pequeño ventanuco, que dejaba pasar la luz de la luna....y una tremenda explosión, seguida de un fogonazo de luz. Eso no era natural.

- Vale, creo qeu entiendo qeu estuvieran tan nerviosos...alguien acaba de...reventar algo. - miré a Sagitas - eso era magia, y creo qeu acaban de volar en Louvre. Será mejor qeu abras ese portal antes de que vengan a culparnos.

 

Con nuestra charla, no me había dado cuenta de que, en la celda contigua, había una persona conocida. En cuanto escuché la pregunta tímida y asustada de la prima Xell, me giré, despacio. Tardé un segundo en reaccionar. Ella estaba en casa, en la PB, cuidando de Ithilion y Elentari, que también estaban con Fenrir y Freyja. Pero ella estaba por alli, preparando algo en la cocina para...

- Si tu estás aqui...quien demonios está cuidando a los niños? - pregunté, despacio. - Babila? La última vez quiso rapar hasta las cejas de los críos por no se que ritual de buena fortuna...

 

Pero me quedé quieto. Mis ojos se volvieron rojos de golpe, respondiendo a la llamada de Fenrir. El lobo trataba de mostrarme lo que pasaba. Alcancé a ver un rayo de luz azul, como el que acababa de ver en la calle. Un portal que se abría y un hombre siniestro, que caminaba confiado por la entrada de la Ojo Loco. El lobo gruñó, y yo con el, en voz baja. Alcancé a ver las runas brillando en su báculo antes de que la conexión se cortara.

 

Me llevé las manos a los ojos, cegado por el cambio.

- La Ojo Loco. Alguien ha entrado, y no tiene buenas intenciones. Creo que Fenrir ha escondido a todos, pero... - agarré la verja que nos separaba de la celda de xell, usando la varita para abrir un agujero y que pasara con nosotros.  Estaba nervioso.  - Lleva un báculo con runas brillantes. No me gusta.

 

MIré a Sagitas, apretando los puños.

- Abre ese portal y larguémonos de aqui.

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Derhorm...frente a la Mansion Ojo Loco

Fue solo dar un paso para adentrarse en el jardin de la Mansion Ojo Loco despues de atravesar el portal.  Pero un solo paso fue suficiente, para que recayera en su cuerpo el peso del hechizo que anteriormente habia realizado y que tanta destruccion habia causado. Si, era genial que Derhorm recuperase su magia, al menos desde su perspectiva. Sin embargo el cuerpo, el recipiente para una magia tan poderosa, no lo acompañaba y ahora mas que nunca se daba cuenta de la importancia de la visita que realizaba.

Ahora bien...pasando al asunto de la Mansion y sabiendo los sistemas de seguridad propios o ministeriales que habria en ella y a la necesidad de pasar desapercibido, al menos magicamente, el viejo hechicero activo el vaculo y adentro un extremo en la tierra, mientras murmuraba un encantamiento sobre su persona dejandome por momentos intangible como la brisa que recorria el viento sobre la rama de sus arboles. Asi me adentre por cada rincon, sin forzar nada..siento tan libre como el aire. Y fue nada mas y activar ciertas runas en el baculo para crear un portal y aparecer de el uno de los elfos del castillo...que estirando su mano huesuda tomo por el cuello.

-Bien animalejo, donde estan los crios de la Mansion????

Si...se podia apreciar que no le habia alegrado mucho el sentirse debil un instente antes. El viejo habia dejado la ironia para otro momento y ahora no se escapaba por las ramas. Iria directo a por el hijo de Sean. Asi lo obligaria a regresar mancito al redil. Podria ser lo que otros considerasaen un mago de poca monta, pero tenia contactos, y siempre hace falta una cabeza de turco. Sin apreto mas fuerte el cuello del elfo que trataba de liberarse. El no recbir respuesta no lo inmuto....sino que comenzo a recorrer las diferentes habitaciones del local.

[Darla G Dumbledore]

¿Arde París?

La verdad es que el poder en manos de unos pocos es malo, pero en un solo par de manos era aún peor. Apenas había alcanzado a distinguir el brillo de aquellas runas, pero las formas habían despertado en ella una memoria dormida. Hacía tantos años que había estudiado runas antiguas, pero si algo había aprendido en esa clase y en la de idiomas es que siempre hay una raíz. Muchos decían desconocer el origen de los primero jeroglíficos y de las primeras runas. Cuando el hombre comenzó a querer expresarse y que sus ideas perdurasen comenzó a buscar una forma de que sus conocimientos perduraran.

Pero si la fuente Q era un misterio la fuente de las runas y del poder de la magia lo era aún más. ¿Cuándo había aparecido el primer mago o la primera bruja? ¿Qué había sido primero el huevo o la gallina? ¿Cómo podía un mago de orígenes muggles nacer con digámoslo así “el gen de la magia”? Se le erizó la piel al recordar al inquisidor y los estudios genéticos que había hecho. ¿Y si tenía razón más allá de lo sospechado? ¿Y si existía una fuente única de todo aquello?

Darla secó con el dorso de su mano la sangre que aún manaba de su labio, sin poder olvidar una única runa, la que había atraído su atención, la que le había recordado toda aquella locura de ideas que si alguien pudiera leer su mente pensaría que estaba conmocionada por el golpe y no sabía lo que decía… desvariaba… ¿desvariaba?

De pronto se dio cuenta que la tormenta que se había abatido sobre París se había apagado, el sol no brillaba, es verdad, pero era como si se hubiera ocultado incluso. No era noche, ni era día, era un gris neutro, como si tan solo se hubieran acabado los colores y las estrellas.

«Búscalo»

Aquella voz en el fondo de su mente no era de la Akane, la sintió incluso tensarse en algún rincón de su mente al oír la voz. Miró para todos lados, buscando el origen, aunque sabía que era inútil. Pero ¿a quién buscaba? Lo más lógico era suponer que al hombre que acababa de desaparecerse frente a ella. Mordió su labio volviéndolo a sangrar. No sabía si estaba preparada, había renunciado a parte de su magia por una absurda venganza y ahora se encontraba ante un rival que parecía ser capaz de invocar aquella magia a la que ella aún no tenía acceso. Suspiró, no tenía opción, aunque quizás no debería enfrentar aquello sola, pero ¿a quién iba a acudir? ¿a quién poner en peligro? Pero sobre todo ¿quién le creería? Había una opción, estaban tras una pista ¿y si hacía creer a aquellos que la podían ayudar que éste era el hombre que buscaban?

Se había ido acercando a las ruinas del museo mientras pensaba en qué es lo que debía hacer, intentando sentir la esencia del hombre y de la magia que había utilizado. Edelweiss vibraba en su diestra y en ese momento notó la fría sensación de la espada del invierno en su zurda, la envainó casi en forma automática. Algunos poderes son inútiles si no sabes a qué te enfrentas. Miró el hueco en el famoso Louvre, sin dudas los muggles los iban a odiar más que nunca.

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

***** con esta situacion. Despues de que Derhorm destruyera medio Louvre y nosotros apareciesemos en un pasillo aledaño cualquiera hubiese pensado que estariamos bien. Pues no....pues bastantes escombros calleron sobre nuestras cabezas. Por suerte salvo heridas menores y alguna que otra fractura o inconsiencia....era el saldo que sacabamos. Y tomando en cuenta lo potente del ataque..bien que habiamos salido. Asi que no quedaba otra mas que aprovechar la destruccion. Asi que sin mas alce la mano y un hechizo basico de localizacion y emergencia como lo eran una chispas rojas. 

Claro, estaba el asunto de que era perseguirdo por los aurores franseces...pero tampoco podria dejar a Ada y a los demas asi....y mas con ese viejo loco rondando por aqui. Aunque....*****...que las chispas pudieran haberle alertado de mi posicion. ***ida conmocion cerebral. Sin duda estos ultimo segundos bien que retrataban mi estupidez. Pero como decia cierta sañora bien dotada en su formas...a lo hecho....pues pecho. Asi que no quedaba de otra mas que esperar.....con la guardia en alto...mientras examinaba a los que conmigo estaban...ahora mas a detalle.

-Sin duda hoy Paris no se ve nada romantico. -conclui mientras me rasgaba la camisa para curar un leve rasguño en la cabeza de unos de mis compañeros en esta andanza.

En mala hora habia involucrado a @ Ada Camille Dumbledore en todo este asunto. Ahora todo se pondria peor....y quien sabe si esto no explotase en un conflicto politico mas importante. Porque no creo que el destruir Paris quedase fuera de los periodicos y las fuerzas politicas.

@ James Fleamont Potter @ Darla Potter Black

[Darla G Dumbledore]

Siempre nos quedará París...

 

Caminó, despacio, acercándose a aquel boquete, preparando su varita, observando a su alrededor. Lo mejor sería dejar a las autoridades, muggles o mágicas de París ocuparse de aquel desastre e ir ella tras el culpable. Ya lo tenía decidido cuando unas chispas rojas llamaron su atención, haciéndola detener en seco. Alguien había utilizado un relashio, había algún mago o bruja en el interior de las ruinas. Darla maldijo por lo bajo, esto pintaba peor de lo que esperaba.

—Homenum Revelio —pronunció mientras se acercaba más a lo que parecía el lugar más seguro por el cual colarse, la bruja pudo sentir la presencia de las personas a menos de quince metros de ella, unas pequeñas chispas plateadas, como si fueran pequeñas luciérnagas comenzaron a revolotear frente a ella indicando el pasillo desde el cual se percibía la presencia humana.

Mediante la ayuda de la magia fue avanzando con cuidado de no destruír más de lo que estaba el lugar, pero impidiendo que algunos de aquellos restos pudieran resultar peligrosos para ella o para quién había enviado la señal. No fue tanto lo que tuvo que recorrer aunque si bastante el daño, casi al límite del sensor de la presencia humana las chispas se disiparon y la Potter Black se tensó.

—Hola… ¿hay alguien aquí? —preguntó apuntando con su varita delante de ella mientras doblaba en un pasillo lleno de escombros. Sus labios se abrieron por la sorpresa y un leve aroma metálico llenó sus fosas nasales, alguien había sangrado, la vampiresa se envaró, pero se mantuvo firme y sus ojos pasaron de una figura a otra, reconociendo a dos de ellas.

—¿Ada? ¿Estás bien? —el tono de preocupación era genuino y cuando sus ojos se volvieron hacia la otra figura que había reconocido, con la camisa rota y un aspecto de haber atravesado… y esperaba no haber causado…  la guerra, Darla negó con la cabeza —¿qué haces tú aquí? —en verdad rogaba a Merlín que todo aquello no fuera su culpa, pero dudaba que donde había caos la causa no fuera Sean, por otra parte, el encontrarlo junto a Ada y la otra pareja que desconocía, recurrió a sus habilidades metamorfomágicas y oclumánticas para no reflejar en su rostro lo que realmente pensaba de lo que parecía aquella situación.

@ Ada Camille Dumbledore  @ Sean -Ojo Loco- Linmer

[Xell Vladimir Potter Black]

En la cárcel:

Me fue difícil mantener firme la cabeza y no agacharla cuando Matt reaccionó antes que la tía Sagis, preguntando por los niños. Tenía la garganta seca, no me salieron las palabras al principio, tuve que hablar dos veces para que me oyeran, pues la voz no me salía.

- Pensé que os alegraría tener ayuda extra en París.

Sonó a susurro desesperado, así que lo volví a probar de nuevo, intentando justificar mi presencia en la cárcel francesa.

- No, no, los niños están bien, muy cuidados... No tendrán ningún problema porque están con...

¿Cómo lo había adivinado? Aunque pensándolo bien, tampoco tenía mucho donde elegir para avisar a una niñera, habría sido muy difícil encontrar una con el tiempo tan justo y ya no quedaban familiares con los que contar.

- No... Sí... Los niños estarán bien, te lo prometo, primo.  Sí, sí, es Babila, pero vamoooos, es el mejor cuidador de niños que tenemos a nuestra disposición. Le avisé que no usara ninguna de sus pociones en la merienda.

El primo parecía enfadado, aunque reconozco que temía más a la tía y su reacción. Cuanto más estuviera en silencio, peor sería su respuesta.

Crucé las dos manos sobre la boca cuando el primo dijo que alguien entró en la mansión. ¡Los niños estaban en peligro! ¡La tía iba a matarme por desobedecer la!