El Hipogrifo Asustado (MM B: 105757)

[Jessie Black Lestrange]

La Potter Blue no sabía si reír o no por la respuesta de su nuevo compañero.

 

-La verdad es que le trabajo me satisface demasiado, es mas, hay una vacante en la planta donde laboro como aprendiz, si quieres puedes postularte y... ya un amigo, la Jefa y yo te instruiremos en el arte de sanar y resucitar- continuo Jesse mientras veía como Gabo se interesaba por lo que esta le decía.

 

Ambos chicos sonreían, ella por la cara de sorpresa de Gabo y este la parecer por las palabras dichas por la pelirroja. Le sugirió que fueran a cenar al comedor y el chico acepto en el acto.

 

-Sabes... te diré la primera regla para tratar con niños- rio Jesse al ver como los niños pasaban por lato la sugerencia de Gabo y salían corriendo rumbo al comedor- nunca les digas "no hagas esto o aquello" que sera lo primero que hagan

 

Jesse ya tenía experiencia con los niños, con los hermanos que tenía, no era para menos, uno era mas grande que ella pero aun cuando estaban juntos ambos eran unos críos de primera y el segundo era mas pequeño, pero un diablillo como ningún otro.

 

Jesse lo veía arreglar las cosas que los niños desacomodaron y aunque no lo aprobaba del todo, ay que ella prefería que los niños ordenaran lo que desordenaban por ellos mismo, por esa vez no dijo nada, ya mas delante le explicaría todo el funcionamiento de la guardería, ahora lo importante era que los niños cenasen.

 

-No te preocupes por los bebes, por ellos regularmente vienen a las seis- contesto Jesse mientras sujetaba entre sus brazos a Argentus-el único que queda el él, su nombre es Aargentus, a veces le digo a su madre que yo lo llevo a casa, igual es mi sobrino

 

Jesse sonreía al pequeño con cariño mientras se encaminaba junto con Gabo al comedor, donde se escuchan las risillas traviesas de los niños.

 

-Peque... ¿ya se lavaron las manos?- pregunto Jesse al entrar al comedor y depositar al bebe en la sillita alta.

 

-No maestra Jesse- contestaron los niños a irregularidad.

 

-Entonces... ya saben, si no se lavan las manos...- comenzó Jesse con una sonrisa divertida en su rostro, que le llegaba hasta sus grisaseos ojos.

 

-No hay postre- grito uno de los mas grandes de los niños del lugar.

 

Como si fueran uno solo, los niños corrieron hasta los aseos para lavarse y regresaron mas rápido de lo que la pelirroja pudiera decir micropuf. Se sentaron a la mesa, Jesse volteando a todos lados esperando ver a Sagitas, pero no le veía por ningún lado.

 

-Bipa, me alegro de verte, oye... ¿podrías decirle a la jefa que la cena ya esta lista? - pidió Jesse la ver a su elfina repartiendo los cuencos para el cereal de los niños.

 

-Claro amita, pero sabe que se molestara si le digo de esa forma- repuso Bipa al tiempo que colocaba un plato extendido frente a Gabo.

 

-No lo hará, ella sabe como soy y que culpe a Matt- rió Jesse mientras veía como le colocaban, uno de los elfos, un tazón de fruta picada- rico- sonrió Jesse mientras tomaba una cuchara y la miel y vaciaba un poco sobre ella.

 

-Joven... Lovegood... ¿le apetecen unos huevos revueltos o algo mas pesado?- pregunto Bipa con educación al joven sentado frente a Jesse.

[Gab0Lovegood]

Todo estaba listo , en eso ella me presenta a Argentus , muy agradable el niño , ya estabamos todo en la cocina , ya estábamos todos cenando cuando Bipa la elfa de Jesse me pregunta si quiero huevos revueltos o algo mas pesado -Bipa....algo mas pesado , este estomago esta con hambre...- Le sonrió a la elfa -Muchas gracias Bipa- Despues de que Bipa desparezca entabla una conversacion con Jesse -Y cuentame Jesse , es cansador? te gusta ? Quiero saber absolutamente todo y creo que nos veremos por San Mungo- Mientras esperaba respuesta siente una extraña presencia adentro de la Guarderia , pero para no poner nerviosa a Jesse , decide callar y ver si es verdad si hay alguien con malas intenciones. -Cuéntame , te encantan los niños no?- Le sonrió , olvidando aquella extraña presencia.

Editado 25 de Febrero del 2012 por Gab0Lovegood

[Jessie Black Lestrange]

Jesse veía divertida como Gabo le pedía algo mas pesado a Bipa y esta asentía, ya sabía que le traería.

 

-Claro joven, le traeré algo mas pesado, tal vez un corte de res- repuso Bipa mientras se perdía entre la puerta trasera.

 

Gabo llamaba la atención de Jesse preguntándole sobre sus labores en el hospital, a lo que la chica pelirroja, dejando su fruta por un lado, responde con una sonrisa.

 

-No es cansado, es gratificante- contesto Jesse con la vista perdida, como si recordara cosas-me encanta mi trabajo, siempre quise ser sanadora. Cuando no sabía nada de la magia estudiaba medicina y me gradué con honores hace un año... lo se, increíble por la edad que tengo pero... según dicen... tengo habilidad para aprender las cosas

 

La Potter Blue se emocionaba con el tema de su trabajo, era lo que mas le gustaba y lo que nunca dejaría, pasara lo que pasara.

 

-Pues veras, en la quinta planta atendemos a los "neutrales", es decir, los que no tienen bando y que por alguna extraña razón terminan en medio de la batalla entre ellos o les pasa algo extraño- explico la chica recordando a cuanto paciente había atendido- y la verdad sería increíble que así fuera- terció Jesse mientras veía como Bipa le llevaba el plato a Gabo con un corte de carne de res.

 

La chica sintió algo, pero al ver que Gabo no mencionaba nada, no quiso sacarlo a colación, ya vería con su madre que era lo que pasaba.

 

- Si, me encantan los niños, pero eso de ser madre no se me da... soy... demasiado consentidora con ellos- contesto Jesse viendo enternecida a los pequeños comer- pero dime... ¿que hay de ti? no se nada, cuentame... ¿que te gusta hacer?

[Anne Gaunt M.]

Anne K. Haughton Rambaldi

 

Escuché en silencio las palabras de Sagitas. Aún estaba intrigada por su gesto serio, aunque ahora lo había cambiado por una sonrisa. Me explicó los tres niveles de la guardería. Me comentó que Jesse adoraba a los bebés, y que si yo tenía alguna preferencia podría decírsela, aunque todos trabajábamos en todos los niveles.

 

—Oh, pues...—me quedé pensativa un momento—. Bueno, lo cierto es que me gustan los niños pequeños, pero no tan bebés. O sea, la sala de los Mooncalf creo que será de mis favoritas—sonreí nuevamente—. Pero bueno, me gustan los niños en general, así que estaré donde se me diga.

 

Tras esto, Sagitas me habló de la hora de la comida, en la que los niños de todas las edades estaban juntos. Después, los más pequeños dormían la siesta mientras los mayores salían a jugar. Era perfecto, me gustaba la organización del negocio. Después, Sagitas me preguntó si tenía alguna duda, y negué con la cabeza. Esperé a que me diera las indicaciones que faltaran, y que me indicase a donde debía dirigirme. Estaba deseando empezar.

[Sagitas E. Potter Blue]

Me pareció bien que quisiera quedarse con la Sala de los Mooncalf.

 

-- Pues ahora mismo te pongo como la coordinadora responsable de esa sala. Espero que te guste, son chicos muy inteligentes los que están por aquí.

 

Dejé el pergamino en el que acababa de anotar su nombre sobre la mesa justo cuando sonó un toque en la puerta. Tras mi "adelante", la elfina Bipa entró en el despacho.

 

-- Dice la Ama Jesse que la cena está lista.

 

Arqueé la ceja, ¿tan tarde era? Asentí.

 

-- Guárdanos dos sitios, vamos inmediatamente. Bueno, Anne J, te vas a presentar con tus compañeros. Y nada mejor que sufrir con los niños en pleno comedor. Ven, que te acompaño.

 

Le indiqué donde estaba su taquilla para que pudiera dejar allá sus cosas y ponerse la bata blanca con el logotipo de la Guardería, un hipogrifo asustado que parecía esconderse tras un cubo de madera de colores con letras.

 

-- Mira, aquel es el comedor. Ahroa está lleno de los niños de las dos clases superiores. Los más pequeños están aún en la zona de las cunas. Les damos la cena antes y les ponemos a hacer una siesta para que no anden tan cansados.

 

La algarabía que sonaba en el comedor me indicaba que los niños estaban pasándoselo bien. Esquivé una bolita de pan y fruncí el ceño hacia una de las niñas y después avancé hacia la mesa donde estaba Jesse y Gab0.

 

-- Hola a todos. Perdonar el retraso, pero estaba aleccionando a nuestra nueva ayudante. Se llama Anne K y coordinará a los niños de la Sala de los Mooncalf.

[Anne Gaunt M.]

Anne K. Haughton Rambaldi

 

A Sagitas le pareció bien mi preferencia en cuanto a nivel, así que me sentí más tranquila en ese aspecto. De todas formas me había quedado claro que tendría que trabajar en todas partes, aunque aquello no me disgustaba. Después me dijo que era el momento de conocer a mis compañeros, y que lo haría en la hora de comedor. Aquello me inquietó un poco, ya me había dicho un poco antes que esa hora era algo complicada, pero bueno, estaba lista para lo que viniese.

 

Me señaló después una taquilla donde podría dejar mis pertenencias, y donde podría cambiarme de ropa para usar el uniforme del negocio. Asentí, y dejé allí todas mis cosas, excepto la varita, que guardé en el bolsillo de mi pantalón. Me coloqué la bata blanca tras observar el simpático logotipo que llevaba en el pecho. Después seguí a Sagitas, que me señaló una puerta indicándome que aquel era el comedor. Al entrar allí, avanzamos por entre los niños hasta donde se encontraban los otros dos empleados del local. Sonreí ampliamente al ver el rostro de mi madrina, Jesse. Me acerqué para saludarla, esquivando ágilmente un trozo de carne que pasaba volando cerca de mi cabeza.

 

—Ouch, vaya niños estos...—exclamé, vigilando que nada me impactase en la cabeza—. ¡Jesse! ¡Hola, me alegro de verte!—y la abracé con fuerza. Me volví hacia el otro chico, Gab0, y le saludé igual—. Hola Gab0, es un placer conocerte.

 

Observé a los niños con atención. Había un gran escándalo, las voces infantiles parecían competir entre ellas para sonar por encima de las demás, pero de todas formas se veían muy graciosos allí reunidos.

[Jessie Black Lestrange]

La Potter Blue veía enternecida como los chicos reían y se divertían a la hora de la cena. Negaba divertida cuando veía que los chicos se lanzaban comida y resoplaba la risa al escuchar las palabras de su madre al llegar.

 

-Al fin llega jefa, creí que sanaríamos sin usted- repuso Jesse aguantandose las ganas de reía, ya que aun no era momento de que supieran su pequeño secreto.

 

Una chica llego y la abrazo, le conocía, era Anne, su ahijada y alguien a quien estimaba demasiado.

 

-Hola Anee, que alegría verte chica- terció Jesse correspondiendole el abrazo-estaras con los diablillos, pero al fin y al cabo son buenos chicos

 

Señalando una silla cercana a la suya, la Potter Blue sonrió a la chica para que se sentara a su lado mientras Sagitas reñía a los niños mas pequeños.

[Anne Gaunt M.]

Anne K. Haughton Rambaldi

 

Con una sonrisa de agradecimiento, me senté donde Jesse me había indicado, observando con una sonrisa lo lindos que eran todos los pequeños que había en aquella sala. Los había morenos, rubios, pelirrojos... ¡cada uno era totalmente diferente al de al lado! Aunque a la vez eran iguales: criaturas indefensas e inocentes, que dependían de los cuidados de los adultos.

 

No sabía exactamente porqué, pero los niños siempre me hacían sentir más sensible de lo normal. Mis amigos siempre habían dicho que era porque tenía la vena maternal muy desarrollada... quizá estuviesen en lo cierto. Observé, sumida en mis pensamientos, que Sagitas regañaba a algunos de los pequeños, sin duda éstos hacían alguna travesura.

 

A mi derecha quedaba una mesa donde había varios niños y niñas, que comenzaban a lanzarse trozos de pan. Uno de ellos cogió un vaso, y temí que lo lanzase hacia alguno de los demás, así que me acerqué rápidamente y, con una sonrisa, se lo quité de la mano.

 

—Oh, no, eso no está bien, pequeño. No se juega a la hora de la comida, si no quieres más solo tienes que decirlo—sin embargo, eran pequeños, así que ignoraron mis palabras totalmente. Un trozo de pan me golpeó en la frente, y observé estupefacta a la niña que me lo había lanzado—. Creo que me estoy replanteando eso de que sois criaturas indefensas e inocentes...

 

Volví, riendo entre dientes, a donde se encontraba Jesse. Aún tendría que pasar más tiempo hasta que me adecuara al lugar pero, en el poco tiempo que llevaba allí, ya le había cogido cariño.

[Perenela Arya Grindewald Potter Blue]

Arieluz Potter

 

Un Gran estruendo proveniente de algún lado de donde estaba… salté dentro de una caja de madera que era bastante alta, miré a mí alrededor y no encontré a nadie, me sentía sola, temerosa y muy sola y esas sensaciones me abrumaron por dentro.

 

Empezaron a salir pequeños gemidos de mi garganta, y cuando la oscuridad y el sentimiento de soledad me abrumó, empecé a llorar a todo pulmón llamando a mi madre:

 

-¡Mamáááááááááááá! ¡Mamiiiiiiiiii! Mi un quiere eta soliiiita…. M-mamiiiiiiii ¿onde etaaaaaa? – otra voz a poca distancia empezó también a llorar duro, de tal modo que el estruendo era grande en la gran caja donde estaba

 

Rol off:

 

si, he vuelto y he vuelto haciendo escándalo... Explicación Ithilion y yo estamos durmiendo en el mismo cuarto, asi que la otra voz es él... creo

[Sagitas E. Potter Blue]

-- Habría que impedirles jugar con la comida -- murmuré.

 

Después me acercaría a decirle a esa clase que se iban a quedar sin patio por ser tan escandalosos. Pero ahora me interesaba que Anne K conociera a sus compañeros. Para mi sorpresa, conocía a Jesse, mi hija, y se saludaron como si fueran grandes compañeras. Después saludó a Gab0. Yo aproveché para saludarle al chico:

 

-- ¿Qué tal tu primer día? ¿Has acabado asustado por lo que ves? ¿A que Jesse es una gran guía?

 

No quise decir aún que era mi hija porque ella misma me había llamado Jefa, ya tendríamos tiempo de reconocer nuestra relación. Una mandarina pasó volando hacia una niña y rápidamente saqué mi varita y la transformé en una margarita. Les dejé un momento y me acerqué a los chicos.

 

-- Oye, ¿no sabes que con la comida no se juega y que le podrías hacer daño? -- y señalé a la niña, que olía la margarita y se la ponía detrás de la oreja. -- No la dejes mucho tiempo ahí, que pronto se volverá a convertir de nuevo en mandarina. Es un hechizo corto.

 

La niña pareció no gustarle eso y dejó la margarita encima de la mesa.

 

-- Ah, estáis castigados. Cuando se acabe el comedor, pasaréis aquí la hora del patio con los brazos cruzados. Y no quiero ni una sola queja.

 

Y volvía a la mesa con los monitores cuando se sintió tal estruendo en la zona de las cunas que casi boté. Miré a los niños castigados y les señalé con el dedo, en silencio, después salí del comedor hacia la habitación de los chiquitos, los que dormían.

 

-- ¿Pero qué pasa? -- dije al entrar. Había una niña gritando y preguntando por su madre y eso me extrañó. Todos los niños ya estaban acostumbrados a la ausencias y a dormir en silencio.

 

Encendí un poco de luz, no mucha, para no despertar al que aún resistía los chillidos de la niña. Era Arieluz.

 

-- No llores, Arieluz... No llores...

 

La tomé en brazos. La niña había engordado un poquito, pero seguía teniendo la mirada triste. Para colmo, Ithilion también estaba allá, llorando y llamándome. Me pregunté cuando lo habría traído el elfo sin avisarme. Menos mal que Jesse no le había oído o ya estaría intentando calmar a su hermanito. Me acerqué a él con Arieluz en brazos.

 

-- No pasa nada, Ithilion.

 

-- Me depetó... Teniba una pezadilla.

 

-- Vale, calmaros los dos.

 

Me senté en un banco, con Arieluz en brazos y sujetando a Ithilion sobre mis rodillas. ¿Cuándo me crecerían más manos? No daba a basto.