El Hipogrifo Asustado (MM B: 105757)

[Sagitas E. Potter Blue]

-- Vamos, Reena, vamos...

 

No podía dejarle así de nerviosa, pero a la vez, se acercaba la hora del patio de los niños de la clase superior. Estaba segura que Jesse iba a necesitar ayuda en cuanto los enanos pisaran la hierba. Solían salir en desbandada y arrasar con todo, así que mejor salía a ayudarle. Pero tampoco quería dejarla con semejante crisis.

 

-- Vamos, sobrina, ven... Acompáñame... Tomemos el aire...

 

No era exactamente lo que quería, en realidad la estaba manipulando un poquito para que saliera al patio y a la vez poder vigilar a la turba. Además, estaba segura que si ella veía a los niños moverse a su gusto y divertirse, no tendría tanto miedo por Akira y lo dejaría quedarse más a gusto. Ahora sabía que no nos lo dejaría ni en broma.

 

-- Vamos, sobrina, ya verás qué bien se lo pasan los niños. Es lo mejor, verlos así, te devuelven la alegría.

 

Y con un ligero empujoncito, aún sujetándola por el brazo, la dirigí hacia la salida del patio, no sin antes murmurarle a un elfo que nos hicieran una tacita de té, a ver si así la calmábamos.

[Reena Vladimir]

Claro, ahora era muy fácil pedir que me calmara, pero ella no se sentía como yo. Ella no era un espíritu infantil al que le molesta mucho que le digan que hace las cosas mal, que no la recompensen, que las cosas fueran nuevas y tuviera que aprender a base de ensayo-error.

 

Dejé que me guiara hacia afuera, pero mas porque quería marcharme que por cualquier otra cosa. Mientras me sintiera una inútil no podía hacer mucho, ni por mi ni por nadie y eso no era seguro para los niños, no podía quedarme en aquel estado. Pero no sabía como decirle a mi tía que no podía ayudarla.

 

-¿Me necesitas, tía? Quisiera... marcharme.

 

Por la luz, en mi mente sonaba mucho mejor, ahora me sentía mal por haberlo dicho tan a bocajarro, pero no se me ocurría como arreglarlo llegado aquel punto. Quise pedir perdón, quise justificar mi marcha de alguna forma, pero cuando abría la boca las palabras de mi mente desaparecían sin dejar ni rastro y entonces debía cerrar mis labios mirando como tonta a la pelivioleta que intentaba animarme.

[Sagitas E. Potter Blue]

Sabía que estaba asustada y que necesitaba tomar aire fresco; por eso la había animado a irse hacia el patio de juegos. Esperaba que la visión de los niños divirtiéndose y el aire libre la hicieran mejorar.

 

Por eso me pilló de sorpresa que quisiera irse. Bueno, pensándolo bien, era normal. Se estaba angustiando y encima yo no la estaba guiando bien. Si los niños la ponían nervioso por exceso de responsabilidad... Sí, sería mejor que saliera de aquel ambiente, recobrara el equilibrio, descansara la tensión y se relajara. Después podría volver a intentarlo.

 

-- Vale, sobrina, vale... Vete a donde creas conveniente para recuperar el resuello.

 

No quería decirle que esperaba que volviera y que fuera capaz ya de traer al niño. No es que no quisiera perder a una madre para el negocio. En realidad, lo que quería era que ella se acostumbrara a que ser madre es un trabajo duro pero que no tiene por qué autoinculparse si creía que fallaba, ni sentir una angustia desmesurada por las cosas que podrían pasar si ella no lo controlaba todo. Por desgracia, los accidentes era algo que estaba a la orden del día, por imprevisibles. Y más cuando eran niños que tenían magia y aún no sabían canalizarla.

 

-- Ve a descansar, pasea por el pueblo. Pero no te refugies en el trabajo. Tu mente necesitas descanso de lo cotidiano. Así que relájate.

 

Iba a añadir "y vuelve pronto", pero pensé que en aquel momento no era lo adecuado. Le sonreí y contemplé a los niños que hacía un momento estaban con Jesse. Salían corriendo al patio y gritaban como cosacos. Sí, mejor... Que Reena no viera como se caían, se peleaban, jugaban entre ellos a grito pelado... Mejor que abandonara un ratito la guardería.

[Jessie Black Lestrange]

Sonreí a los niños mientras jugábamos juntos. Como todo niños, estos también era traviesos y las caídas y peleas entre ellos no se hicieron esperar y menos con las trampas.

 

-Haber... tranquilos, es solo un juego, no hay por que molestarse- sonreí a un par de ellos mientras los separaba en su intento de lucha.

 

-Él comenzó Jesse- murmuro un niño de cabellos rubios con mirada dura.

 

-Pero fue un accidente- se excuso un niño de cabellos negros como la noche y mirada triste.

 

-Ves... no fue a propósito, ahora vamos a volver a jugar pero... que les parece ¿a la pelota?- sugerí agitando la varita al tiempo que hacía aparecer una gran pelota roja- bueno... comencemos

 

Y deje caer la pelota en medio de todos los niños los cuales, por inercia todos comenzaron a patearla y las niñas trataban de sujetarla,así que nomas veía como jugaban y se reían los unos de los otros. Percibí a lo lejos que alguien nos observaba, así que agite la mano a modo de saludo e invitándole a que se nos uniera.

[Sagitas E. Potter Blue]

--¡Hey, cuidado! -- dije, al notar que una pelota roja se acercaba peligrosamente a mi cara.

 

Con un movimiento de varita la hice levitar, moviéndola de un lado a otro, mientras varios niños daban saltitos a mi alrededor, intentando cogerla con las manos.

 

-- Mía, mía...

 

-- A mí, a mí...

 

-- Démela a mí, directora...

 

Sonreí a todos, mirando a quién se la dejaba coger cuando noté a una chica, de las nuevas, que se mordía el pulgar pero que no se atrevía a acercarse. Le acerqué la pelota mientras los otros niños corrían.

 

-- Jugar todos juntos -- les dije, mientras la niña abría los ojos, sorprendida, y una sonrisa florecía en su rostro. La tomó y todos la rodearon para que se la pasaran.

 

Respondí al saludo de mi hija y me acerqué a ella.

 

-- Bueno, quince minutos de descanso hasta la siguiente clase. Creo que haremos algo de papiroplexia. ¿Te apetece que hagamos flores? Como se acerca San Valentín...

[Jessie Black Lestrange]

Reía divertida cuando vi que la pelota iba en su dirección y como interactuaba con los niños, al final le dio la pelota a una pequeña niña, la cual no tenía mucho con nosotras y esta comenzaba a jugar con sus compañeritos. La vi responderme el saludo y se acercó a mi con una gran sonrisa.

 

-Esta bien "jefa"- reí divertida mientras veía su cara divertida- claro, sera divertido aunque... creo que solo les daré algo a ti, Matt, Itilion y mis primas

 

Le restaba importancia a las cosas, desde que volviera de Italia y con las cosas que habían pasado en casa en navidades me sentía un poco apartada de mis amigos, la cosa es que ellos no sabían nada de nada y aun no estaba lista para contarles las cosas.

 

-Mamá... crees que... ¿crees que debería contarles lo que me paso a los chicos?- pregunte duditativa, si algo había aprendido a raíz de lo que paso era a confiar aun más en mi madre- es decir, ellos saben que algo paso por... bueno, ya no soy la misma pero... no se si decirles o no

 

Fingía ver a los niños, pero en realidad mi mente estaba en esos días oscuros de principios de año, aun tenía pesadillas en las noches por culpa de lo sucedido y eso mamá y Matt lo sabían y hacían de todo por que lo olvidase pero era difícil.

[Sagitas E. Potter Blue]

Había dejado la guardería aquel día en manos de Jesse y de las monitoras, porque tenía cosas que hacer en la Floristería. Lo que no me esperaba que la visita que había tenido me hiciera retrasarme en la recogida del niño. LLegaba algo tarde, pero estaba segura que, por ser una de las directoras, no me pondrían pegas por ello.

 

Y es que venía andando desde mi negocio porque no me había atrevido a aparecerme. Eso implicaba tener un contacto físico con Corvus, el tío de mi hijo, que aún no estaba preparada para tener. Así que caminamos por la acera del Callejón Diagon, aguantando la mirada de la gente con la que nos cruzábamos, hasta llegar a la entrada del local.

 

Le miré de reojo y puse la mano en el pomo de la puerta. Estaba embrujada para que sólo se abriera fuera de horario si reconocía que era el personal de la Guardería. El resto tenían que llamar e identificarse. Nos venía muy bien, sobre todo para madres que no soportaban alejarse de sus retoños y nos invadían el local, alterando a los niños más pequeños.

 

Pero me reconoció y me dejó entrar. Le acompañé hasta la entrada, llena de colores chillones, mientras me quitaba una bufanda de hilos irisados.

 

-- Bienvenido al "Hipogrifo Asustado", la única guardería del pueblo. Aquí Ithilion y más niños tienen sus primeras clases que les preparan para ir a la escuela primaria.

[Corvus Aidan]

Corvus la siguió en silencio durante todo el camino. Había obtenido mucho más de lo que esperaba, Sagitas accedió a darle libertad y tiempo con su sobrino, lo cual le favorecía mucho. Por supuesto que la mantendría al tanto de donde lo tendría y cuando, pero tampoco se arriesgaría a salir y quedarse a solas con él, cuando el Clan tenía cientos de espías y aprovecharían esos momentos para atacar.

 

Entró a la guardería detrás de ella, tranquilo y escuchando la explicación sobre el lugar y que se hacía allí. Ithilion recibía la educación propia de un niño humano corriente, obligado a reprimir sus poderes y su verdadera naturaleza, cuando bien podía exterminar a media guardería si se lo proponía. Pero estaba bien, una cualidad importante para que ninguno de esos poderes lo superase era esa, ser humilde y natural. Alguien arrogante y ambicioso, tendría un camino duro para no caer ante la tentación de usarlos para mal.

 

Los chillidos y risas lo aturdieron durante un momento, sus sentidos eran sensibles a todo eso y los bebés no le caían particularmente bien. No se llevaba con los niños, no tenía absolutamente ninguna paciencia con ellos, Ithilion era un caso especial, el primer niño pequeño con el cual estaría en contacto diario, esperaba poder desarrollar su paciencia con él.

 

-Esperaré aquí.- le dijo tomándola del brazo y deteniendola por un instante, el contacto lo estremeció sin embargo no fue capaz de romperlo -Prefiero no acercarme a los...niños. - la soltó con delicadeza y la observó desde la distancia.

 

Ser humano, un simple humano, la raza más débil en apariencia y sin embargo, la más completa. Observó a Sagitas mezclarse con los pequeños y buscar a su hijo, en su presencia, el rostro se le iluminaba y sonreía. Ser padre no era un sentimiento que el entendía, lo más cercano a familia había sido su hermano, eran muy unidos, su hermana, pero padres, eso sería algo que iba a experimentar cuando tuviese herederos propios. Y ese futuro estaba aún muy lejano para él.

[Sagitas E. Potter Blue]

Me sorprendió su contacto, más que la negativa a acercarse. Sus dedos no eran fríos, como me los había imaginado. Murmuré un "vale, como quieras", justo cuando sonó la campana de finalización de clase y pude deshacerme de aquel brazo. Tragué saliva, había sido duro sentirle a mi lado, tocándome. Avancó un paso, para alejarme de la tentación de desear que lo repitiera.

 

Abrí los brazos a los niños. Jesse estaba con ellos y en aquel momento salían en tropel hacia el patio. Algunos se acercaron a mí y me abrazaron.

 

-- Eh, eh, chicoooos... Que no se corre en los pasillos.

 

Pero me encantaba que aquellos mocosetes se acercaran a mi a hablarme.

 

-- Diretoraaaa, juguemos a la pelotaaaa..

 

-- No se grita... Ahora no puedo, como veis, tengo una visita. Hale, iros al patio y jugar sin mí. En cuanto pueda, me acerco a jugar un ratito.

 

-- Mamiiiii...

 

Aquí ya no pude retenerme y tomé al pequeñajo de Ithilion en brazos. Le estampé un beso en la frente y se lo enseñé a Corvus. Alcé una ceja. No parecía gustarle los niños. Sonreí y volví a besar a Ithilion.

 

-- Ithilion. Se llama Corvus y es tu tío. Y tu maestro. Te va a enseñar unas cuantas cosas y me ha pedido permiso para quedarse en la casa, a tu lado. ¿Tú qué piensas?

 

El niño luchó un poco para que le soltara y después se acercó hacia él. Lo contemplé, pensativa, portándose tan formal como si fuera un niño más crecido para su edad. Me mordí levemente los labios y busqué a mi hija con la mirada. Le hice un gesto, quería hablar con ella, pero no era el momento. No mientras estuviera Corvus allá cerca.

 

-- Después te cuento. Y me cuentas -- le susurré.

 

No olvidaba que un día antes me había pedido un consejo y que no le había respondido todavía sobre lo que hacer con lo que le había sucedido. Pero antes no había sido el momento adecuado por haber demasiados niños delante y ahora... Ahora no me sentía capaz de hablar de nada que no fuera Ithilion y lo que iba a cambiar nuestras vidas con el hombre en la casa.

 

-- Bueno, ¿qué os estáis diciendo? -- pregunté algo celosa por la camadería que parecía haber entre ellos.

[Corvus Aidan]

Corvus la observo desenvolverse con los ninos de manera natural, hasta la llamaron directora, osea que el lugar era suyo? No le sorprendia, si tenia un trabajo de payasa en un circo, era logico que se llevara bien con los ninos. Una mujer tan joven, no sobrepasaba los 30 y por lo que notaba, tenia unas cuantas responsabilidades.

 

Por ultimo aparecio Ithilion y lo beso con efusividad para despues mirarlo a el. Se suponia que asi lo presentaba? El semidemonio sabia quien era sin necesidad de palabras, lo llevaba en su sangre, reconocer a uno de los suyos.

 

Corvus se arrodillo hasta quedar a su altura y le hizo un leve reverencia de respeto por su clase, a lo que Ithilion respondio acorde. El parecia entender la importancia y motivos de su presencia, a pesar de su corta edad, sospechaba que tenia mucho mas conocimiento de quien era y lo que podia hacer, de lo que su madre sabia. Podian comunicarse sin hablar, era un don reservado para pocos entre ellos.

 

-Desde ahora podras utilizar tus poderes, te mostrare como hacerlo sin peligro.- Ithilion dudo un poco ante la presencia de su madre - Me ha dado permiso, a los dos.

 

Eso parecio tranquilizarlo, se notaba que le tenia un gran respeto y eso en cierta forma era bueno.

 

-Tu padre estaria muy orgulloso de ti, te pareces mucho a el y a mi. Algun dia te llevare a conocer a tu familia, no ahora, sino cuando puedas demostrarles el gran guerrero que seras.

 

A su edad Ithilion podia comprenderlo, pero tampoco era necesario abrumarlo con tanta historia, ya habria tiempo para eso. Le hizo un gesto, indicando que queria, subirse a los hombros? Corvus lo miro confundido, esa era la parte del trabajo que no sabia como hacer, de padre sustituto, tio o lo que fuese.

 

-Esta bien.-lo alzo en brazos hasta sentarlo sobre sus hombros y miro a Sagitas - Nos podemos ir? - estaba bastante incomodo y queria respirar aire fresco.