☀ ｡.:* Castillo Lestrange *.:｡☀ (MM B: 97133)

[Lisa Weasley Delacour]

Escuchaba atentamente como Sol contaba parte de su vida y sus vivencias y me demostraba que desde pequeña ha debido de luchar contra innumerables obstáculos. En realidad la admiraba pues se había convertido en una gran persona, con grandes habilidades y eso me parecía estupendo.

 

Estaba encantada de estar allí tanto con Sol como con Joaco y la nueva incorporación pero veía que se me hacía tarde y que tendría que volver a la Rambaldi pues mañana tendría clase seguramente asique despidiéndome educadamente de todos prometí con sinceridad volver a visitarlos muy pronto y ayudarlos en realizar aquella pequeña fiesta que tenían planeada en sus cabecitas

- Sol – la llame – Debería irme pero prometo volver muy pronto – Prometí – Encantada de conoceros chicos, ha sido un placer

Editado 25 de Abril del 2012 por LisaDragomir

[Sol Lestrange Black]

Era momento de que Lisa se marchara, entendía perfecto que tuviese que volver a casa, por lo que simplemente me puse de pie para despedirme dándole un caluroso abrazo.

 

- Muchísimas gracias por la visita cariño, sabes que esta es tu casa y puedes volver cuando quieras...- comenté- Debes prometerme que volverás para la fiesta...- le hice prometer- Haydie...- llame a la elfina que pareció en un segundo a mi lado- Querida acompaña a Lisa a la puerta...- indiqué- Ve con cuidado mi niña...- me despedí dándole un beso en la mejilla a modo de despedida.

 

Lisa se despidió de Poly y Joacoo, para después marcharse en compañía de Haydie.

 

- ¿Joacoo cariño quieres que te acompañe a tu habitación?- pregunté a mi primo, seguramente estaría cansado por el viaje.

[Joaquín Granger]

No había ocultado mi curiosidad hacia la familia Lestrange, la que había dejado de frecuentar por causas ajenas a mi. Ahora que había vuelto, mi sorpresa aumentaba cada vez más a cada palabra que decía mi prima recientemente rencontrada. Y parecía ser que no era la única pues si ella tenía un hermano es que yo también tenía más familia de la que creía. Siempre pensé que debí de conseguirme un tapiz mágico del árbol familiar.

 

Escuché con atención cada palabra que me decían, la verdad que no tenía idea de esas actitudes por parte de mi tío, quizás fuera por eso que se distanció la familia, aunque no podía asegurarlo, debía aceptar que mi padre era un hombre difícil de tratar, y era un milagro si podías hacerlo razonar. Además de lo inflexible que era con temas que tratara la familia seguro el no había aceptado que su hermano estuviera con otras mujeres.

 

Continuó la mujer con su relato mientras yo prestaba mi oído atentamente, no podía negar que me encantaba saber de la familia, e intuía que los Lestrange teníamos muchas más secretos, y sabía que Sol como matriarca de su lado de la familia tendría los de su parte, como por ejemplo de sus hermanos demonios, nunca lo habría imaginado. Así como yo, ahora patriarca de Los Lestrange por parte de mi padre, guardaba los secretos familiares de él, mi objetivo, era saber por qué se dividió la familia.

 

-Por supuesto, eso de que todos pueden llevar una vida digna y limpia es una gran mentira, siempre ocurren cosas que debemos ocultar -dije dando la razón a Sol, con respecto a los secretos. Justo después de eso Lisa anunció que se debía ir, me puse de pie, para saludarla como correspondía -El placer ha sido todo mio Lisa, estoy seguro de que nos veremos pronto -dije con una sonrisa. La elfína de Sol apareció al instante en que la llamaban para acompañar a la invitada hacia la salida.

 

-Si claro, quizás ya pueda organizarme un poco prima, guíame hacia la habitación -acepté su ofrecimiento con una gran sonrisa, estaba emocionado por toda aquella experiencia.

[Sol Lestrange Black]

Sonreí a mi querido primo, no era buena ocultando mis emociones y sentimientos, siempre el que la familia creciera, o se reencontrar como en este caso me provocaba un gran sentimiento de dicha. ahora que mis hermanos se habían marchado en busca de su propia vida, mi mundo se había quedado reducido a poco o casi nada, los últimos acontecimientos habían vuelto mi vida color de rosa en un vació muy oscuro, que mi entereza intentaba iluminar con los pocos destellos que había logrado recuperar.

 

Suspiré suavemente poniéndome de pie y extendiendo mi mano hacia aquel hombre que ahora volvía a ser parte de mi familia, lo cual me hacia muy feliz.

 

- Vamos hay muchas habitaciones, debemos encontrar una que te guste, aunque creo que tu elfo ya habrá hecho ese trabajo...- dije riendo suavemente mientras apretaba su mano y se ponía de pie para acompañarme.Caminamos hacia el vestibulo el cual recorrimos inmersos en un cómodo silencio, seguramente su mente divagaba en aquello que acaba de contarle e intentaba al igual que yo encontrar en aquello alguna pista de lo que había hecho que nuestros padres pelearan al punto de jamas volverse a ver.

 

De mi padre no me extrañaba nada, siempre había sido un hombre duro y orgulloso que no se tentaba en corazon para lograr sus objetivos por muy oscuros que estos fueran. Fruncí el cejo y de pronto una voz conocida retumbo en mi cerebro " El te ama Sol, no seas tan duro con el, solo quería protegerte". Sacudí la cabeza alejando la voz de Farkas con aquella mezcla de dolor y alegría que siempre me invadía al recordarlo. Por lo que volví mi atención a Joacoo.

 

- Ahora que estas aquí tendremos mucho tiempo para juntos descifrar tantos "Secretos de Familia" - dije cuando nuestros pasos nos habían llevado ya escaleras arriba y llegábamos al pasillo que conducía a las habitaciones.- Esta es mi habitación- le indique señalando mi puerta- Lo que sea, a la hora que sea, no dudes en llamar a la puerta...- dije sonriendole abiertamente.- Creo que se cual te gustará...- jale su mano y lo llevé un par de puertas mas allá, empujé la puertas con emoción y ante nuestros ojos una enorme habitación se dejo admirar.

 

Era una de las mas grandes del Castillo, un recibidor, un gran baño, y muebles muy finos decoraban aquel lugar, no recordaba si alguna vez alguien la había usado, incluso yo muy pocas veces había entrado, pero me parecía ahora perfecta para el.

 

- ¿Te gusta?- le pregunté intrigada- Si no, por favor se sincero, hay muchas otras opciones...-

Editado 26 de Abril del 2012 por Sol L. Corvinus

[Joaquín Granger]

Le sonreí también a mi prima. Lo cierto era que echaba de menos a la familia, por más de que hacía tiempo que me había separado de mis padres, y era un hijo único, a veces sentía que había cosas que solo se podían tratar con la familia. Me puse de pie también, y tomé la mano que la mujer me ofrecía. Sonreí con cortesía, ocultando una sonrisa mayor en mi interior, volver a verse con amigos de la infancia, e instalarse en un nuevo hogar eran cosas siempre muy emocionantes.

 

Lo cierto era que, aunque solo llevaba una hora ahí, ya me estaba adaptando, y pasándolo muy bien. No había duda que siempre me había llevado bien con Sol, que ya no era la niña bajita y de cabello muy largo que había conocido muchísimos años antes. Ahora era todo una dama, bastante tranquila y alegre, al igual que yo había dejado de ser aquel niño alocado tan bajito y con un corte de tazón, que gustaba de treparse a los árboles y meterse en las mazmorras privadas de sus padres.

 

-Te sigo querida prima -dije respondiendo a lo que ella decía, y me hizo acordar en aquel momento a mi elfo, quien sabe que estaría haciendo- Mi elfo debe de estar perdido por algún lugar, lo llamaré en cuanto termine de instalarme -dije y aún tomado de su mano, y caminando con tranquilidad, pasamos el vestíbulo, mientras mi mente volvía a despejarse y miraba toda la decoración, algo que me encantaba hacer.

 

Comencé a imaginarme la vida en Inglaterra. Tendría que conseguir mis certificados de estudio en la Academia de Magia y Hechicería de España, quizás buscar un trabajo, o abrir un negocio. El callejón Diagón, mi logar favorito en todo el mundo, adoraba pasarme el día entero allá, mi madre solía llevarme mientras papá trabajaba, tan lindos recuerdos, y tantos deseos por cumplir. Pero debía tomármelo con calma, tendría toda la eternidad si quería.

 

-Es uno de mis propósitos Solecito, descubrir, que pasó con la familia y por qué se separó, hasta donde tengo entendido los abuelos Lestrange se trataban con ambas familias, al igual que los tíos, así que debió de ser cosa de nuestros padres nada más -Respondí, mientras me dejaba guiar escaleras arriba, y volvía a prestar atención a mi prima, que me indicaba cual era su habitación, me sonrió, y yo le devolví la sonrisa- Lo tendré presente querida, pero no creo, estoy acostumbrado a la soledad, así que suelo resolverme yo solito.

 

Enseguida me jaló la mano, y me hizo aumentar la velocidad, para llegar frente a una gran puerta doble. La abrió, y allí estaba una de las más extraordinarias habitaciones que había visto en mi vida. Mármol y plata por donde viera, un pequeño salón, una gran parte de dormitorio, y al parecer un gigantesco baño. Era realmente perfecta, solo cambiaría, quizás el tapizado por uno verde, pero solo hacía falta un toque de varita, casi idéntica a la de mi castillo.

 

-¡Claro que me gusta! -exclamé alegremente, mirándola radiante -Es muy similar a la habitación de mi Castillo, no será difícil adaptarme, querida prima, muchas gracias -dije sonriendo, agradecido.

[Allen Shezar]

Un densa neblina se formaba en la entrada del castillo, a paso firme, una figura masculina se formo ... viendose una chico encapuchado con una mochila colgada, a lo lejos no se veia el rostro, pero avanzando la luz reflejaba la identidad de aquel joven. Razones no habia muchas de por que se encontraba , donde estaba ahora.

 

Alzo la mirada lentamente... -Ya es el momento- decia el voz baja, asimilo un poco ese momento dando entrada al castillo, las puertas se abrian y el pasaba, esperando alguien lo recibiese, su motivo? encontrar un pariente... o eso creia el.

[Sol Lestrange Black]

Sonreí al ver la emoción de mi primo, sin duda había acertado al escoger la habitación, no recordaba cuanto tiempo había permanecido sola, ni quien había sido su ultimo ocupante, pero ahora tendría al mejor. me imagine que necesitaría unos momentos a solas para refrescarse, descansar o lo que se le antojase hacer a solas.

 

- Que bueno que te gusto cariño, espero que estés cómodo aquí...-dije guiñándole un ojo- en un par de horas se servirá la cena si necesitas algo antes llama a Haydie...- le indiqué- ella te ayudara en lo que necesites. estas en tu casa Joacoo.- me puse de puntillas y le di un beso en la mejilla antes de marcharme para que pudiera acomodarse.

 

Caminé por el pasillo de vuelta a las escaleras donde Haydie me esperaba en el pie, me tome mi tiempo para bajar y al llegar me dijo:

 

- Señora, parece que hoy es día de visita...- dijo sonriéndome- El joven Allen esta llegando al Castillo...- indico dándome la buena noticia.

 

- Perfecto...-dije contenta- por fin la vida ha de volver al Castillo- me acerqué a al puerta y la abrí, ahí frente a mi mi primo esperaba, me sonrió y yo le di un fuerte abrazo.- Bienvenido a casa...

[Allen Shezar]

No era costumbre mia esperar a que me atiendan, pero valdria la pena se veria a mi prima... tardaba un poco algo haria dentro del castillo. La figura de una mujer en la puerta su rostro fino y suave, viendola acercarse hacia mi, una sonrisa se escapo de mi rostro mostrando alegria que no era frecuente en mi.

 

Me saqué la capucha que traia puesta, sonreí al verla y dije -Prima! un placer estar por aquii- correspondí su abrazo fuertemente - tanto tiempo prima! tanto tiempo! como esta todo? q me he perdido ^^ - dije alegre de verla, sin duda alguna el mejor recibimiento es de tu familia misma.

 

Acomode mi mochila y esperé que me indicara que era lo primero que hoy habia que hacer ^^

[Joaquín Granger]

-Muy bien querida, bajaré para la cena, Y muchas gracias por esta calurosa bienvenida -dije con una sonrisa mientras dejaba que besara mi mejilla, Le sonreí, y le observé irse.

 

Con una gran emoción me puse a recorrer toda la habitación, era todo tan igual a mi habitación, que parecía haberse hecho pura y exclusivamente para mí. Pasé mi mano por los finos muebles tallados, incluso parecían tener los mismos detalles que los que yo aún conservaba. Continué caminando por el piso Alfombrado con una suave moqueta verde, que acariciaba la suela de mi zapato al caminar, seguro también sería un placer para los pies.

 

Continué caminando y observándolo todo, El armario el espejo, hasta las puertas eran preciosas. Entré al baño y quedé deslumbrado con la enorme bañera que había ahí, siempre me habían gustado las bañeras así y tener espacio de sobra, sobre todo de largo, y yo al ser tan alto era un gran problema en la mayoría de los casos. Me acerqué hasta la cama y me descalcé, lanzándome sobre ella, soltando un largo suspiro de placer mientras comprobaba lo cómodo que era el colchón.

 

-Kraven -Llamé a mi elfo, que apareció enseguida en la habitación, con una reverencia- Trae mis maletas, y ponte a disposición de la familia, ya ves que son todos puros, pronto te adaptarás, pregunta donde, y si tienes un sitio para dormir, de otra forma dormirás en el armario -dije y asentí para que se marchara. Así lo hizo, con otra reverencia.

[Keaton Ravenclaw]

Una densa nube de humo color plata se materializó en las afueras del Castillo Lestrange Lupin, dando paso, al disiparse, a la alta y elegante figura de Keaton Andrew Ravenclaw. El chico iba ataviado con su mejor ropa casual pues a lo que iba lo a meritaba; llevaba puesta una playera muy pegada de cuello de tortuga de color negro, un pantalón de de tela satinada color gris, un saco a juego con el pantalón y sobre sus pies, unos sendos converse negros. Lucía bastante bien, además se había encargado de que su aroma fuese el más delicioso posible.

 

Alzó la mirada sobre los muros del Castillo que daban a las calles de Ottery, poniéndose un ´poco nervioso, pues a final de cuentas aquella decisión y aquel cariño harían que su vida cambiase radicalmente. Sin más, el chico agitó la varita de cerezo y un ramo de hermosos tulipanes azules se postraron en su mano, así como una pequeña cajita de color carmesí que contenía el motivo por el cual estaba allí. Entonces, se enfiló por la calle hacia la verja, las traspasó y caminó a pasos lentos, pero seguros, por el sendero.

 

Y sin darse cuenta, se topó con la gran puerta de caoba que era la entrada al Castillo. Trago saliva, se secó el sudor de la frente causado por la caminata y tocó la puerta con los nudillos. De inmediato, y para su desagrado, un elfo abrió la puerta principal, el cual, haciendo una protuberante reverencia,le preguntó que qué era lo que deseaba. El vampiro se aclaró la garganta, ya que si no lo hacía, semejante gallo se le saldría.

 

-Buenas tardes, gentil criatura, vengo a ver a la señorita Sol L. Corvinus, le busca, bueno, le busca Keaton Andrew- Dijo el mortífago aun un poco dubitativo.

 

La criatura volvió a hacer una reverencia, le indicó que pasara al vestíbulo y salió disparado a buscar a la señora de la casa. Mientras eso pasaba, el Lovegood se preguntaba cual sería la respuesta de la Crovinus ante aquella pregunta, sin embargo confiaba en que fuera la acertada para poder así regalarle todo aquello que le tenía preparado. Esperaba intranquilo...