Librería "La Hermana Quisquillosa" (MM B: 98425)

[Xell Vladimir Potter Black]

Asentí a su frase, intimidada porque la pluma tardaba mucho más en escribir mis palabras, como si fuera a cámara lenta o como si estuviera escribiendo el triple de lo que decía. Desde mi asiento no llegaba a ver lo que escribía y eso me puso mucho más nerviosa. Pero ella tenia razón. Había sido emocionante. Por eso me explayé un poco más en el laberinto.

 

- ¡Oh, oh, fue...! ¡Estaba tan bien montado todo! La tía Sagitas no dejó un detalle sin cuidar y todo empezó con una nota de un libro que nos llevó a una cueva, allá encontramos una pista que nos llevó al hogar de unos tritones marinos y de allá al laberinto español. Fue todo una concatenación de hechos, de uno a otro y de éste a otro más, pim-pam, sin pensar, a lanzarse de uno a otro para poder dar con el resultado final que... Oh, perdón, el laberinto...

 

Sí, aquel laberinto que daba tanto miedo.

 

- Fue divertido.

 

De repente había recordado la última publicación de El Profeta sobre el Departamento, de jugar en vez de trabajar. Si la señorita Rowle difundía algún rumor sobre nosotros, seguro que me empapelaba con miles de documentos que repasar uno por uno.

 

- Oh, no, no. Los invitados entraron por la puerta de entrada y de forma menos accidentada. Ellos no corrieron ningún peligro pues no usaron el laberinto sino la puerta principal por otro lado del Parque.

 

Entonces me di cuenta que ello podría llevar a otra conclusión que debía evitar. Carraspeé un poquito al ver el movimiento de la pluma.

 

- Ni nosotros tampoco. Cierto es que Sagitas metió animales un poco insospechados en el laberinto, pero contábamos con la presencia de dos profesionales en nuestro camino, a Sunar PBT y a Taurogirl, las dos del Departamento de Criaturas, que hubieran garantizado nuestra seguridad. Si hubiera sido necesario. Hubo Duendencillos de Cornualles, un Erumpent, una acromantula, los dos espectros, el Lazo del Diablo... Pero era un escenario preparado para que yo llegara sola al pabellón, en persecución del Tritón. Sagitas es muy responsable con las criaturas. Por algo tiene un Circo y nunca ha tenido un problema con sus animalitos. Es una buena domadora.

 

Aunque no era mentira, tampoco es que fuese la verdad correcta, pues sí que me sentí en peligro más de una vez, antes de saber que se trataba de mi fiesta. Pero eso no iba a decírselo a una periodista.

 

- Nadie corrió peligro en ningún momento.

[GoshI]

Entonces sí había habido acromántulas y duendecillos. Ladeó una sonrisa mientras continuaba escribiendo su relato, habiendo obtenido la respuesta que deseaba, más un par de anotaciones a los costados con letra más ligera como ayuda memoria. Estaba segura que los peligros habían estado a la orden del día, pero sabía muy bien que Xell no soltaría ni una palabra que pusiera en tela de juicio a su tía y sus compañeros de trabajo.

 

-Ya comenzaba a preocuparme con ese listado de criaturas.- Soltó una carcajada.- Conque un circo, algún día tendré que visitarlo, me gustan mucho ese tipo de espectáculos.

 

Volvió a sonreir y sacudió la cabeza al notar que había dejado de escribir por desviar sus pensamientos hacia otras direcciones. Sus ojos verdes se volvieron a depositar en los de Xell con una nueva sonrisa. Le agradaba aquella muchacha, o al menos le causaba una buena impresión, mucho mejor que la vez que la había visto en el Departamento de Accidentes al menos.

 

-Volviendo al tema y ya finalizando así puede volver a sus tareas. Respecto al Pabellón de Baile, ¿algún invitado que se haya destacado por sus dotes en el baile? -Soltó otra carcajada.- Me imagino que habrá recibido además de la sorpresa algún regalo especial, ¿no es así?

 

Si todo marchaba bien, hasta incluso podía hacerse en aquella entrevista de algún cotilleo para la revista. Cruzaba los dedos mentalmente.

[Xell Vladimir Potter Black]

- ¡Oh, sí, sí! Debería ir un día. Es un sitio muy bonito, lleno de animales peligrosos, con criaturas inverosímiles. ¡Allá pasaría usted mucho miedo!

 

Me había entusiasmado. El Circo era un tema que me pareció menos peligroso que contar que las aventuras acaecidas en mi cumpleaños. Parecía que, contara como lo contara, era imposible de darle el tono divertido que fue la celebración. Me parecía estar pisando terreno pantanoso con aquella periodista. Esperaba que no se me escapara nada que pudiera ser malinterpretado. No sé si me daba más miedo, que apareciera en El Profeta o que Sagitas me matara por ello.

 

La promesa de acabar ya la entrevista me hizo relajarme un poco y disfrutar de la visita de la periodista. Intenté pensar en lo que preguntaba pero no vi ninguna maldad en confesar que Sagitas bailó con una acromántula.

 

- Todos estuvieron excepcionales. Unas doncellas me pusieron un vestido hermosísimo de color azul y abrí el baile bailando con un tritón, que pronto desapareció porque no pueden estar mucho tiempo fuera del agua. También aplaudió mucho con el número de claqué de mi tía y su acromántula. Ya le dije que es una gran domadora. En serio, tiene que verla sobrevolar los cielos de Ottery con sus cinco dragones, es algo soberbio. ¡Oh, el primo Adrian! Fue un baile...

 

¡Ay, que casi se me escapó como había acabado todo!

 

- El primo Adrian baila muy bien el can-can. Fue todo muy bonito, ver la familia unida para mi cumpleaños. Y los regalos fueron maravillosos. Me encantó el espejo de comunicación de la tía Cye; la corona de flores para mi traje de gala de sacerdotisa, eso me lo regaló mi tía Sagis; la cajita de música de la prima Eledhwen fue encantadora. Y muchas joyas, todas muy especiales para mí, de las primas Sunar, Perenela y Heliké, los vestidos de Ballet del tío Adrian.

 

Puse una mirada ensoñadora que supongo que me hizo parecer un poco bobalicona antes sus ojos. Por eso volví a centrarme.

 

- Pero lo más entrañable fue encontrar un diario lleno de recuerdos de cada uno de mis familiares y amigos. Amé las dedicatorias. Siempre las llevaré encima.

[GoshI]

Casi se ahoga con saliva al escuchar que Sagitas había bailado con una acromántula. ¿De verdad eso era posible? Era algo digno de ver, por lo que se lamentaba no haber presenciado aquel majestuoso baile.

"Vaya... sí que se trataba de un evento particular."

Al preguntarle sobre los regalos, la reportera notó tanta emoción en sus ojos que no hizo más que mirarla y dejar de escribir para disfrutar cómo contaba cada una de las cosas que le habían obsequiado. Se notaba que aquel evento la había vuelto más que feliz y pasado un cumpleaños que no olvidaría jamás. No la conocía mucho, pero se le notaba en el brillo de sus ojos. Miró nuevamente a la hoja donde llevaba todo escrito, suspiró y volvió a levantar la mirada hacia Xell levantándose del asiento.

 

-Sinceramente le agradezco por haberme recibido y responder de forma tan amable.- Volvió a estrecharle la mano cuando se puso de pie frente a ella.- Y me alegro que haya disfrutado tanto de su cumpleaños, se nota que su tía siente un gran cariño por usted y ha estado en todos los detalles. Será una historia muy bonita de redactar.

 

Sonrió, guardando en su bolsillo el cuaderno de notas junto con la pluma.

 

-No le quito más tiempo. -Sacudió el polvo de su piloto.- En cuanto tengamos el número listo estaremos anunciándole sobre la publicación de la noticia y le enviaremos algunos ejemplares como regalo, cortesía de El Profeta. Sabe que puede contar con nosotros en nuestras oficinas ante cualquier cosa que necesite.

 

Agachó la cabeza a modo de saludo y siguió a su anfitriona hasta la salida de la biblioteca, encontrándose nuevamente con las personas que transitaban en el local. Miró hacia un costado y volvió a detener su mirada en un ejemplar de El Quisquilloso. Giró sobre sus talones para mirar a la Vladimir.

 

-¿Podré llevarme uno de esos?

 

Sonrió metiendo las manos nuevamente en los bolsillos para sustraer de allí algunas monedas.

[Xell Vladimir Potter Black]

Me ensimismé de nuevo pensando en lo bonito que había estado todo, una celebración que nunca olvidaría por la sorpresa que me habían dado todos en una etapa en la que estaba muy sensiblona. Me habían demostrado el poder de la familia unida y quienes eran mis amigos. Fue una hermosísima fiesta.

 

- ¡Oh, fue un placer, señorita Rowle! - contesté al darme cuenta que ella se despedía.

 

Me levanté a la vez que ella para acompañarla a la salida, de forma educada.

 

- Muchas gracias por estos momentos, me ha hecho recordar un momento muy bonito.

 

Extendí la sonrisa porque realmente había disfrutado de la entrevista, a pesar de estar muy nerviosa.

 

- Sí, claro, puede llevarse todos los ejemplares que quiera, para eso están. Seguro que algunas noticias le harán gracia. Son gratis. Aquí los diarios no se cobran, son un regalo por comprar en nuestra tienda.

 

Y sonreí de nuevo. Era algo raro, sí, pero Sagitas había insistido en ello.

 

- Gracias de nuevo por todo y espero que tenga un buen dìa. Oh, tarde ya, no me había dado cuenta que era tan tarde...

[Helike R V PB]

Mi prima Xell enseguida me dijo que había subido al piso superior, confusa miré hacia arriba. Pero conociendo a nuestra tía, seguro que se había quedado dormida leyendo algún libro, o investigando si había algo extraño en ese lugar, aunque no me sorprendería, los negocios aunque fuesen nuevos, sus paredes siempre tenían su historia aunque fuesen remodelados por completo y dándoles un aire nuevo.

 

Fuimos interrumpidas por una joven. La escuché atentamente. Al parecer venía de El Profeta para hacerle una entrevista. Yo sonreí de oreja a oreja. Seguro que era por todo lo que había pasado en su cumpleaños. Enseguida nos dejó a solas con lo que mi pariente se la llevó a la biblioteca que tenía el negocio.

 

Yo mientras tanto, me dirigí hacia la zona en dónde estaban los volúmenes de astronomía y les echaba un vistazo, pensando o no si comprarme otro. El que me había llevado era genial y me había gustado mucho, pero quería formar una pequeña biblioteca en mi habitación, sin tener que ir a la Rambaldi a consultar cualquier otra cosa.

 

Vi que despedía a la joven, y me volví a acercar hacia a ella:

 

-Oye prima, ¿tienes más nuevos libros de astronomía? Estuve consultando pero la verdad es que no me decido por ninguno, son todos excelentes –dije, sonrojándome un poco. Aunque luego lo pensé mejor y le comenté:

 

-y si tienes también algún libro de magia avanzada, para practicar y eso, también me lo llevo, es que quiero formar una pequeña biblioteca en mi habitación –aclaré y terminé con una sonrisa, siempre me gustaba experimentar con la magia así que sería una buena ocasión para llevarme siempre unos buenos libros para investigar.

Editado 7 de Octubre del 2013 por Heliké Rambaldi Vladimir

[Sagitas E. Potter Blue]

http://www.enciclopedia.cat/media/gec/FOTO/FG004119.JPG (Dentro de un compartimento secreto):

¡Lo sabía! Sabía que iba a suceder eso. El lugar estaba oscuro pero allá guardaba los libros más caros y más imposibles de encontrar. Era mi lugar secreto. Sí, lo sé, debería habérselo dicho a Reena y a Xell. Pero una vez le pregunté a una de ellas que dónde guardábamos aquel incunable antiguo, maloliente y casi deshojado y me contestó que en cualquier sitio que no molestara. Me enfadé pero a la vez, ese estado de ánimo me permitió encontrar aquel escondite, no más grande que un cuadrado de cinco X cinco metros, pero que contenía una mesa, una silla y una mueble con muchos ejemplares antiguos de El Quisquilloso. Seguro que era de la época del tataratataratatarabuelo de Xell. Allá dejé el libro y muchos más que fui acumulando. Eran libros muy antiguos y valiosos, y seguramente sin interés para ellas. Pero yo era muy curiosa, así que me dedicaba a leerlos y a aprender nuevos hechizos con ellos. Siempre había sido una buena estudiante y ahora tenía la posibilidad de contemplar obras que seguramente la mitad de los especialistas ni sabían que existían.

 

Aquella miniatura era preciosa, contenía una referencia a unos libros de magia antiquísima que daría un millón de galeones por tener en mis manos. Así que me use a leer, aunque estaba en un latín antiquísimo y los bordes del pergamino estaban carcomidos. Bufé y golpeé la mesa, con algo de rabia cuando se me resistió la declinación de aquella palabra. Tiré al suelo un pote de plumas y el tintero. Me quedé quieta, muy quieta, sin moverme. ¿Me habrían oído allá abajo?

 

Seguramente no...

 

Al momento me agaché para recogerlo, con cuidado. Noté que la tinta había caído entre las diferentes ranuras del pavimento. Merd... era de madera. Se había filtrado al suelo. ¿Caería abajo? Suponía que no. Me mantuve de nuevo quieta pero no me llegaba nada de abajo. Seguramente nadie se había enterado del ruido, así que seguí traduciendo y enfadándome porque no me salía.

 

EDITO por un error.

Editado 22 de Octubre del 2013 por Sagitas E. Potter Blue

[Xell Vladimir Potter Black]

En cuanto la periodista salió pegué un salto y aplaudí.

 

- ¡Bien, bien, bien! ¡Me han entrevistado!

 

Heliké se acercó a mí y me tiré a sus brazos, abrazándola muy fuerte:

 

- ¡Voy a salir en el diario! ¡Me han entrevistado! ¡Me han hecho una entrevista! ¡A mí! ¿Te lo puedes creer?

 

La solté, sin escucharla, poniéndome de puntillas, buscando a mi madre y a mi tía. ¡Quería contárselo! ¡Estaba muy ilusionada!

 

- ¿Qué dices de astronomía? - Estaba algo desilusionada porque no las veía. ¿Dónde se habían metido? - ¡Ah, sí! Querías libros de Astronomía. ¡Pues claro que nuestros ejemplares son excelentes! Aunque arriba sé que había uno de Magia muy avanzada. Sólo se pueden vender a magos graduados.

 

¿Qué me pasaba? ¿Por qué estaba tan distraída? ¡Porque salía en El Profeta! En aquel momento llegaron los paquetes de los diarios, los primeros ejemplares. Corrí hacia el paquete y lo saqué, buscando, buscando... Buscando...

 

- ¡Aquí está! ¡Oooh! - me puse a leer. - Oh, qué lindooooo...

 

http://i.imgur.com/9bqz4vZ.png

 

http://i.imgur.com/40fqWjS.jpg

 

De repente, una mancha de tinta oscura manchó la noticia. Fruncí el ceño y miré hacia arriba, hacia el techo. ¿De dónde había salido esa tinta caída?

 

- Prima... ¿Me has tirado un tintero porque no te estoy haciendo caso? Perdona, Heliké, ¡es que salgo en El Profeta! Pero te pido disculpas, prima. Ahora te ayudo a buscar los libros que quieres. Vamos, vamos...

[Helike R V PB]

En ese momento de silencio me asustó un poco la alegría inmensa en la que de repente mostró mi prima, la miré confundida y hasta que no empezó a hablar no le entendí el porqué estaba tan contenta. Abrí los ojos como platos.

 

-¡Vaya! Así que por eso vino esa chica antes. ¡Felicidades prima! –una sonrisa de oreja a oreja se mostró en mi rostro.

 

-Claro que me lo creo prima, la fiesta estuvo muy sonada –y sonreí al recordarlo, sobre todo, estando Sagitas montada encima de una acromántula, cada vez que lo pensaba no podía evitar estallarme de risa ante la ocurrencia de mi pariente.

 

Después volvió al tema de libros astronómicos, sonreí pero al verla tan eufórica no quería interrumpirla con un tema tan “serio”.

 

Vi que alguien traía ejemplares de “El Profeta” enseguida se puso a buscar la página en dónde salía y me la mostró poniéndomela casi en la cara (? xD). Por poco casi le arranco la hoja de la mano y me puse a leer enseguida:

 

-La punta del iceberg –y solté una gran carcajada. Apenas habían contado todo lo que había pasado en la fiesta, pero suponía que era para no poner en problemas a nuestra tía.

 

De repente sin ton ni son, mi prima me regañó por un poco de tinta que había caído de no sé dónde y por lo que decía por no hacerla caso:

 

-¿Tirarte yo tinta por no hacerte caso? No sé de lo que me hablas Xell –Pregunté con los ojos como platos- sabes que no haría eso, lo único convertirte en una serpiente –y reí con ganas.

 

-Pues, no veo yo dónde haya caído eso, porque no tengo nada en mis manos, sólo el recorte del periódico –y le mostré las manos, cómo diciendo que no tenía nada en ellas.

[Arthur K.]

¿Cuanto tiempo desde que entré a este lugar?

 

La calida conversacion con... Xell, si, creo que asi se llamaba; esa chica de cabellos claros. Me encantaba. La ultima vez que habiamos hablado no se porque tuve la sensacion de que me tenia pena por mi caso de zombiedismo o algo por el estilo. Lo vi en sus ojos, o tal vez lo senti en sus frecuencias cardiacas, no lo se. Solo se que nada se, o aunque sea hasta ese momento, ya que hasta ahi aun no podia controlar bien mis capacidades, pero esta vez seria diferente, intentaria actuar de una manera mas madura; a no ser que vuelva a cautivarme su mirada..., o tal vez es su sangre, quien sabe que era lo que me sucedia con ella, creo que era mayor que mi.

 

A ver,entremos...

 

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Parado frente a la puerta de la libreria doy un suspiro y me decido a iniciar mi tactica para hacer creer una simple llegada en busca de libros. ¿que libro pido? Bueno..., ahi veremos.

 

Saco un dedo frito humano de mi bolsillo y me lo llevo a la boca como comer zanahorias. Aunque en ese momento estaba en condicion de humano, no significaba que el hambre se saciara. Alzo mi mano y empujola puerta entrando al lugar.

 

¿Alo, a quien me dirijo aqui? Necesito unos cuantos libros... - Aunque no creo que halla alguno que hable de mi caso. De todos modos ya lo controlo bastante bien.