Jump to content

Matt Blackner

Magos Expertos
  • Mensajes

    2.761
  • Ingresó

  • Última visita

  • Días ganados

    21

Mensajes publicados por Matt Blackner

  1. Cerré los ojos momento, antes de desviar la vista hacia Sagitas. Quería saber donde estaba el templo, y la respuesta no le iba a hacer demasiada gracia.

    - A  poco más de medio día de camino a caballo. Si saliéramos  después de comer, llegaríamos allí mañana antes del medio día. - contesté, con una expresión de resignación en la cara, sintiendo su mano en mi hombro. Si me lo hubiera propuesto, en cualquier otro momento, no habría conseguido moverme. Ahora, sin embargo, era más bien un muñeco, y cualquier empujón me habría postrado en aquella cama de nuevo. - Y antes de que lo sugieras, no, no podemos aparecernos allí. Solo Bayek puede, nadie más. Ni siquiera su hija puede hacerlo. Su vida gira en torno a la protección del santuario.

     

    Y es que, a pesar de ser culturas y formas de entender la magia distintas, seguían teniendo sus hechizos protectores, y solo el portador del águila podía aparecerse en el interior del santuario. La pregunta de Sagitas, malhumorada, me hizo sonreír un momento. Miré hacia la puerta, reprimiendo un recuerdo lejano.

    - Se llama Aya. Pero en su pueblo, no solo tienen un nombre común, sino que a algunos se les otorga un Nombre, por por una característica única...o por su posición, si es importante en la comunidad. A partir de ahora te llamarán Sayidat Zahra. - gruñí, aguantando una punzada. - Dama de las Flores. Debes de haberlos impresionado. A mi me llaman Aldhiyb Al'Abyad. Lobo Blanco. Supongo que no necesita explicación. - intenté reir, pero acabó en una mueca. - El nombre de Aya es Wasia... Guardiana. Heredará el cargo de su padre cuando él no pueda continuar. - Y no le hacía demasiada gracia que la llamara asi. La última vez que se lo llamé, me había marchado del pueblo y no habíamos vuelto a vernos.

     

    Por un momento noté el tacto frío de Sagitas cerca de la zona herida, y el contraste con el calor que sentía me provocaron un escalofrío. Apreté la mandíbula, aferrándome al pantalón mientras mi madre y una voz más grave murmuraban el mismo hechizo. Tras el dolor inicial, la sensación pareció mitigarse, al menos momentáneamente. Sabía que no era una solución definitiva, pero si no sufría demasiados sobresaltos, aquello me daría unas horas, pasando a ser un dolor sordo, lejano, liviano en comparación a lo que sentí poco antes.

     

    - Gracias - murmuré, levantándome despacio. Me tambaleé unos instantes, pero si quería viajar, debía mantenerme en pie. Receloso, mire al grandullón que había sonrojado a Sagitas. Aun tendría que contarme aquella historia. - si esos fénix están enfermos, necesitaremos hierbas, infusiones y cremas. - tenía que pensar en otra cosa, algo que no me recordara mi situación. Yo dependía de ellos.

  2. - Elentari....venga vamos - intentaba mantener el buen humor, pero la pequeña saltaba en la cama, en vez de dejarme acabar de vestirla después de una ducha para que entrase en calor.

     

    Me giré un momento para coger un pequeño jersey, muy calentito. La perdí de vista solo un segundo, pero la cría era tan rápida como traviesa, y los gritos de @ Sean -Ojo Loco- Linmer  en la planta baja de la mansión, unido a que no estaba mirando (la miraba de reojo, pero para ella era suficiente) fueron su oportunidad de escapar.

    - Elentari, vuelve aqui! - exclamé, llamándola, echando a correr tras ella hasta que la rodilla derecha decidió que ya tenía suficiente. Noté como crujía y la chispa de dolor me hizo sujetarme a la puerta para no perder el pie. Con un gruñido, volví a moverme, cojeando para dar con la niña, que correteaba mientras reía a carcajadas.

     

    Para mis adentros, maldije mi rodilla, la nieve, la escarcha, y la humedad que traían consigo, y la gala de Halloween. Desde entonces la rodilla no me respondía con normalidad. Logré alcanzarla justo antes de que comenzara a bajar por las escaleras. La tomé en brazos, y su carcajada, tan espontánea, me hicieron sonreir mientras la levantaba.

     

    Escuché un sonido sordo, como alguien que golpea la madera, hasta que lo siguió el sonido de algo que chocaba contra el cristal. Miré a la niña, y cojeé hasta la habitación de Sagitas, que tenía la puerta abierta. Apenas nos asomamos, notamos que la copa de un pino asomaba por la ventana, llenándolo todo de agujas. Elentari me miró, poniendo esa expresión que ya reconocía como su "cara de trastadas". Por la ventana también me llegó la voz del antiguo mafioso, qeu discutía con los elfos, escandalizados por sus actos.

    - La abuela va a matar al tío Sean. - dije a mi hija, con tono divertido, como si aquella fuera la broma más inocente del mundo.

     

    Pero en los últimos días, había estado más apagado de lo habitual. La navidad parecía haberlo puesto nostálgico. A quién no? Mirando a Elentari no podía evitar recordar las navidades un par de años atrás, cuando Helike aun estaba embarazada. "Las próximas navidades las pasaremos con un miembro más en la familia." recordaba haberle dicho, en la intimidad de la habitación. Pero no había sido del todo cierto. La vampiro había desaparecido y las dos últimas navidades las habíamos pasado solos Sagitas, los niños, y yo.

     

    Con un suspiró, giré, volviendo hacia mi habitación. Volví a dejar a niña en la cama, ahora si, poniéndole el jersey.

    - Quieres que invitemos a mamá a venir a casa? - pregunté a la pequeña, que sonrió. Volví a cogerla en brazos y subí a Elentari a la mesa. La niña, sentada, se asomó por la ventana y vi como saludaba alegremente a Sean, mientras yo garabateaba una pequeña nota, que en cuanto toqué con la varita, se convirtió en un dragón de orgami.

     

    Cita

    @ Helike R V PB Creo que vamos a celebrar la navidad. O algo parecido. Desde luego, habrá espectáculo, Sean acaba de derribar un pino justo en la ventana de la habitación de Sagitas. Quieres pasarla con nosotros?

     

    Matt.

     

    Observé como el dragón echaba a volar, perdiéndose por la ventana. No hablaba o veía a la vampiro desde lo sucedido en Halloween, en el MACUSA. Como tampoco sabía nada de @ Xell Vladimir Potter Black  y @ Sunar PBT . Bajé a la niña de la mesa y dejé que se adelantara, mientras la seguía, cojeando detrás suyo.

    - Vamos a ver donde está Sagitas. O mejor, vamos a ver como decide castigar a Sean.

    • Me gusta 2
    • Love 3
    • Me encuerva 1
  3. Me apoyé en la puerta del armario, mientras echaba un vistazo al interior. No había gran cosa, alguna camisa, un par de sudaderas y algún pantalón, sobre todo, por si necesitaba cambiarme de ropa, lo justo. Menos mal que también había alguna prenda de Sagitas, que habría dejado en el pasado, o en alguna ocasión que se hubiera escapado para pasar allí la noche. Tomé la camiseta de color violeta y el pantalón gris y me giré hacia @ Ada Camille Dumbledore

     

    - Genial, café entonces - contesté, mientras le tendía la ropa. Se había envuelto en la toalla y permanecía en silencio, sentada en la cama. Por su expresión, probablemente la cabeza empezaba a dolerle. Uno de los efectos secundarios de la bebida. En realidad, la entendía mejor de lo que ella misma pensaba. - Si tienes frío, en el armario hay sudaderas. Te quedarán grandes, pero son calentitas. Estaré abajo preparando café.

     

    Retrocedí un par de pasos, tomando el vestido mojado antes de bajar las escaleras para darle un poco de privacidad. Menos mal que era demasiado temprano como para que nadie se pasara por allí a buscar nada. Abrí la puerta que daba al jardín trasero, extendiendo el vestido en el banco para que le diera el sol, quitándome la camisa para que se secara justo al lado. Preparé café, incluso, encontré galletas de chocolate que Harpo había preparado unos días atrás.

     

    Además, tomé un vaso y busqué ingredientes. No tendría el mejor aspecto, ni olía especialmente bien, pero tenía un buen remedio para paliar los efectos secundarios del alcohol.

    • Love 1
  4. Pobre @ Ada Camille Dumbledore , probablemente no volvería a fiarse de mi en mucho tiempo. Estando borracho, el agua fría es una de las cosas más desagradables, pero al mismo tiempo, ayuda a despejarse la cabeza, al menos lo justo como para razonar que es hora de dejar de beber antes de perder el sentido.

     

    Noté que se aferraba a la camisa, supuse que por la sorpresa de ver que, en lugar de buscar la botella, la guiaba directa hacia la ducha. De todas formas, no la dejaría caer, por eso me metí con ella. El agua fría  la hizo gritar, lo cal me hizo sujetarla con más firmeza, dejando ver una ligera mueca. Poco a poco, el agua comenzó a ganar temperatura, y para ese entonces sentí que Ada ya no quería beber, poruqe había comenzado a llorar. Sentí su pena y el dolor qeu sentía, y sin saber el motivo, en cierta manera creía entender los motivos. Por eso aflojé el agarre, pasando de sujetarla a intentar abrazarla, de forma un poco torpe (no, las relaciones humanas no eran mi fuerte, en general poruqe no sabía que decirle para consolarla.

     

    Permanecimos un poco bajo la ducha, hasta que creí que, definitivamente, no quería seguir bebiendo.

    - Lo siento Ada. - me disculpé. - fuiste a dar con alguien que.... - callé, sin acabar la frase. No lo sabía nadie, ni siquiera Helike. Solo lo sabía Sagitas, porque...bueno, poruqe ella me había visto asi.

    Detuve la ducha y la ayudé a salir. Tomé una toalla que colgaba de un ganchito en la pared y se la puse sobre los hombros.

    - Voy a...a buscar algo de ropa seca. Seguro qeu hay algo de Sagitas en el armario. Si quieres puedes dormir un rato en la cama. O puedo hacer café para que comas algo. - le dije, mientras salía del pequeño baño, en dirección al armario situado junto a la cama.

    • Love 1
  5. Aquellos instantes hasta que @ Ada Camille Dumbledore  cedió y aceptó subir conmigo a la planta superior se me hicieron eternos. Temí que siguiera insistiendo y me obligara a salir. No por agorafobia, sino por la perspectiva de salir a buscar un trago. Bastante complicado me había resultado superar aquella adicción como para...bueno, para caer. Aunque era normal. Nadie en casa, salvo Sagitas, tenía idea de lo mis problemas con la bebida.

     

    En ese estado, para Ada lo natural era salir a buscar otro trago, a beber y celebrar una libertad de la que yo no había llegado a disfrutar en esos dos años. Bueno, en realidad, nunca había sido el alma de la fiesta por diferentes motivos. Sonreí, notando que me sonrojaba mientras ella confirmaba mi afirmación anterior: No era el alma de la fiesta. Además, ahí estaba otra afirmación...era incapaz de expresar lo que me pasaba por la cabeza, a pesar de qeu yo si podía conocer lo que sentían los demás. De hecho, el dolor que trató de enmascarar me llegó, tan claro como la luz que comenzaba a atravesar las ventanas.

     

    Se agarró de mi brazo, quitándose los zapatos de tacón y dejando el abrigo y el liguero a un lado, mientras su varita descansaba entre el pelo, en un gesto que, curiosamente, compartía con Sagitas. Subimos hacia la habitación superior, dejando que se agarrara a mi brazo para que pudiera subir sin acabar por el suelo.

    - Si, ya verás. El mejor whisky de fuego escocés que has probado nunca. - aseguré.

     

    La habitación estaba recogida, menos mal. A fin de cuentas, no había dormido allí. Me sentí mal. Muy mal. 

    - Ven, aquí está....

     

    Dije, encaminándome hacia el baño. La miré, disculpándome.

    - Espero que no me mates.

     

    Con todo el cuidado del que era capaz, la sujeté en el aire y me metí con ella en la bañera, abriendo la ducha. En seguida, estábamos empapados de agua helada. Aquello era lo mejor para despejarse.

    • jajaja 1
  6. Me dio un poco de pena ver a @ Ada Camille Dumbledore  en aquel estado mientras observaba el local vacío. Tenía la mirada perdida, claramente producto del alcohol que había ingerido. Al mismo tiempo, se sentía sola, lo supe, lo sentí. Fue fácil hacerlo, pero eso me hizo sentir peor por ella. No parecía alguien acostumbrado a la soledad, a sentirse asi, y tal vez por las fechas aquel sentimiento se había acrecentado. 

     

    Tuve que respirar hondo antes de acercarme a ella. Se dejó llevar, más o menos, hasta que cayó en la cuenta de quien tiraba de ella y me revolvió el pelo entre risas. Casi me recordó a Ithilion. Reí entre dientes, intentando hacer caso omiso a la sensación de nauseas qeu me provocaba el olor a alcohol.

    - Bueno Ada, no soy el alma de la fiesta, no suelen invitarme a muchas - me excusé.

     

    De nuevo, estalló en carcajadas, mientras se daba cuenta de que, si la vieran sus rivales políticos, probablemente se armaría un escándalo, tanto en Francia como en Inglaterra. Lo que si me preocupó fueron aquellas afirmaciones respecto a su secuestro.

    - Te secuestraron? Espera...que...tu ex? - reí. - tranquila prima, mientras estés conmigo nadie te pondrá en peligro.

     

    Pero claro, su última reacción si que me puso nervioso. Se soltó de mi brazo para agarrarme de la mano y tirar de mi en dirección a la entrada de nuevo. Aun tenía ganas de fiesta, se encontraba en ese punto de la borrachera en que ya no eres consciente de la situación, y el cuerpo aun te pide un poco más de alcohol para intentar mantener el nivel de embriaguez antes de la llegada de las consecuencias.

     

    Nervioso, clavé los pies en el suelo. Había logrado arrastrarme un par de pasos por la sorpresa, pero era más alto, más grande, y no podría tirar de mi. Asi que la sostuve y la traje de vuelta, con una sonrisa nerviosa.

    - Tranquila, no hace falta que salgamos. Arriba - dije, señalando unas escaleras que subían desde la trastienda a la parte superior, donde se situaba una buhardilla donde tenía una pequeña habitación con cama y cuarto de baño. - Tengo una buena botella de whisky de fuego y otra de ginebra. Estaremos más cómodos y tendremos privacidad. - "no me obligues a usar la varita...."  pensé

    • Me gusta 1
    • Me encuerva 1
  7. Aquella mañana no habría ministerio. Ante la noche de insomnio, había preferido dejar la Potter Black temprano, aun a oscuras. Vestido con vaqueros y una sudadera negra, conduje por las calles silenciosas de Ottery hasta Mega Ayudas. 

     

    No tenia ganas de pasar por el Ministerio, y tampoco tenía ánimo navideño. Debía pasarlo por la pequeña, claro qeu si, pero...no hoy. No tenía humor para ello, para que Harpo me mandara o Sagitas me pidiera que decorase nada. Asi que me ocultaría en megas, y con suerte, si alguien preguntaba, podría decir que estaba haciendo inventario.

     

    Me encontraba en la trastienda, sentado en uno de los taburetes, con la espalda pegada a la pared, cuando escuché que alguien entraba. Fruncí el ceño, alzando la cabeza. Los pasos sonaban temblorosos, como si la persona tuviera dificultades para mantenerse en pie. Me levanté despacio, cuando escuché una voz familiar.

    - Ada? - dije, sorprendido, acelerando hasta llegar a la zona del mostrador. No solo la encontré a ella, también me di de bruces con un fuerte olor a alcohol. Cerré los ojos un instante, luchando con la sensación que se me agarró a la boca del estómago.

     

    - Estás bien? - pregunté, acercándome con cautela - no son horas para que la ministra de Francia ande por las calles - "y menos, para uqe te vean asi" pensé. - vamos detrás? En Megas tenemos todo lo que necesitas.

    • Me gusta 1
    • Love 1
  8. Sunar y yo caminábamos por el Parque mientras charlábamos. Argentus, por su parte, había optado por situarse al otro lado, con su madre haciendo de "barrera" entre nosotros. Era raro verlo tan mayor, pero los años habían pasado, para todos. Para Ottery, para la familia, incluso para mi.  Era normal que se sintiera un poco cohibido en un lugar nuevo (porque era poco probable que recordara gran cosa) y entre "extraños"

     

    - Ya, hay muchas cosas que han cambiado. Muchos optaron por cerrar y marcharse. Tuvimos...ciertos problemas. Guerra. Y eso supuso dificultades que llevaron a muchos a cerrar y buscar beneficios en otro lugar. Otros regresaron al tiempo, o llegaron nuevos negocios. Y algunos logramos resistir. - admití, metiendo las manos en los bolsillos. - Aunque admito que incluso a mi me resultan extraños algunos comercios que me encuentro.

     

    Ladeé ligeramente la cabeza hacia el niño, notando que se giraba, volviendo a mirar hacia el frente. Seguía agarrado de la mano de su madre, y aunque me hiciera el tonto, sabía que no dejaba de mirarme, con una mezcla de miedo y curiosidad. Sonreí ligeramente, mirando a mi sobrina. No era mal chico, solo era un niño. Yo había sido mucho más incivilizado que él, más hosco. Aunque claro, no habíamos pasado por las mismas situaciones...podía entender que no confiara, o que no supiera como actuar.

    - Podemos ir a la cafetería del hotel. Hay comida, bebidas frías y calientes....helado... - propuse, mirando de reojo al niño. - pero claro, no se si tendréis ganas. 

  9. Escuché la risita de Elentari acompañada de los gruñidos de su cachorro, mientras Fenrir parecía regañarles. Estaba seguro de que, fuera cual fuera el estropicio, él se encargaría de que no fuera a más. Mientras @ Sean -Ojo Loco- Linmer  confirmaba que Sagitas seguiría fuera un buen rato, con suerte. La había engañado (prefería no preguntar exactamente como) para que creyera que algo había sucedido en el Circo.

     

    Tras la Purga Mágica, habíamos tenido bastante trabajo en el ministerio, como hacía tiempo que no tenía. Muchos daños que controlar, bastantes heridos. Mucho caos para el que no estábamos preparados, a pesar de la creencia de nuestro nuevo ministro.

     

    No me pasó desapercibido como Sean, levitando a mi lado, miraba a Elentari, con cierta pena. Dudé un momento, pero acabé poniéndole una mano en el hombro, dándole un apretón. Entendía por lo que estaba pasando, porque Ithilion se encontraba en la misma situación. Incluso sabía que Elentari también lo entendía. Bueno, más o menos. La niña había heredado mi empatía, pero era demasiado pequeña para comprender como utilizarla.

    - Seguro que si aprovechamos y le colocamos ya la decoración navideña no protesta. - contesté. - luces para ti? Llegarás donde nosotros no alcancemos.

     

    Apenas nos alejamos unos pasos cuando alguien abrió la puerta. Yo mismo abrí, encontrando a @ Sunar PBT  y Argi, muy formalito, con su pajarita y su mochila. Sonreí, dejándolos pasar.

    - Elentari está en la sala, con los lobos. Ve con ella si quieres - invité a Argentum.

    - Has visto a @ Helike R V PB  y @ Xell Vladimir Potter Black ? - pregunté a Sunar, mientras cerraba la puerta. - Tenemos que preparar la decoración para cuando Sagitas llegue. Sean se hará cargo de las luces. Y de la tarta no debemos preocuparnos.

  10. Sagitas reaccionó como cabía esperar de ella: gritando y maldiciendo a @ Sean -Ojo Loco- Linmer  por el estropicio causado con el ghoul-dragón. Logró atarlo con el latigo azul que surgió de su varita, pero el ser logró arrastrarla en su loca huida. Alcé la ceja, viendo como desaparecía, antes de desviar la mirada hacia el antiguo mafioso. 

    - Creo que quiere encerrarte en una jaula. Tenemos un montón abajo, en el sótano - comenté, como quien habla de la lista de la compra - de todos los tipos y tamaños. La prefieres colgando del techo? y pequeña, estrecha y húmeda? 

     

    Por el contrario, Elentari reía, encantada al ver como Sagitas había desaparecido con el loco dragón. La risita de la pequeña me hizo sonreir, mirándola embobado. Para ella, aquel había sido un espectácul0 fantástico. Muchas veces daba gracias porque ella no pudiera sentirme, para que no le afectaran mis emociones. Sin embargo, parecía caerle muy bien el ente que últimamente nos "atormentaba" repiqueteando en los vidrios de las ventanas o levitando por el techo de forma lastimera. 

     

    Al menos, solía respetar la habitacion de la pequeña.

    - Vas a librarte de esa jaula, Sean - la voz de Jack sonaba seria, lo suficiente como para que entendiera que no bromeaba. - pero va siendo hora de enseñarte un par de normas.  - comentó el fantasma, que hizo un par de monerías a la niña al pasar por nuestro lado.

    - Que suerte, Sean. Tendrás que rendir cuentas a Jack - dije, mientras me alejaba de ellos.

    - Primera norma - escuché que decía Jack, poniéndole una mano en el hombro. - la habitación de Sagitas es sagrada. Si te pillo entrando a horas intempestivas....

     

    Cuando regresé a la sala, Argi se calentaba las manos junto al fuego, y @ Sunar PBT  y Sagitas hablaban de tomar algo para picar.

    - Si, algo de comer - contesté distraido, mientras Elentari alargaba sus manitas hacia Sagitas

    • Love 1
  11. - Aquí! - grité desde alguna parte de la trastienda, entre cajas y polvo. - enseguida salgo!

     

    Caminé hacia la entrada, cargado de cajas, libros y pergaminos. Aun intentaba ordenar el almacén. Muchos productos se habían echado a perder con el paso del tiempo, asi qeu antes de reponer, había decidido limpiarlo todo. Mejor hacer espacio para lo nuevo antes que mezclarlo y que, de nuevo, acabáramos con un desastre en el almacén.

     

    Cuando conseguí soltarlo todo sobre el mostrador, miré al elfo que esperaba malhumorado. 

    - Hola, Raizor. Siento hacerte esperar. Qué necesitas? - pregunté. Aquel elfo era mayor, y aunque parecía malhumorado, estaba seguro de que no siempre era asi. Tal vez era muy estricto en como debía afrontar sus tareas. A lo mejor se exigía demasiado. O tal vez, con el paso del tiempo, su carácter había cambiado un poco. Yo no lo recordaba asi, pero tampoco me parecía bien preguntar más allá de lo que podría considerarse educado.

     

    En seguida noté que llevaba un pergamino en la mano, asi que definitivamente el motivo de la visita eran compras, sin duda para Sunar. Pero preferí esperar a que el elfo me lo indicara. No quería hacerle sentir incómodo.

    • Love 1
  12. Por una vez, la condición de @ Sean -Ojo Loco- Linmer  como poltergeist ligado a la Ojo Loco nos sería de gran utilidad. Aprovechó que Sagitas estaba fuera para avisarnos, a @ Xell Vladimir Potter Black  y @ Sunar PBT , que acudiría con Argi, y a @ Helike R V PB , que vendría desde la Rambaldi. Yo fui el primero en llegar, y para cuando el antiguo pervertido me abrió la puerta, los lobos entraron los primeros, correteando por la entrada, mientras yo pasaba, con Elentari en brazos.

    - Estás seguro de que no está por aqui? - pregunté a Sean, mirando a mi alrededor. Desde luego, la casa estaba muy silenciosa. - Espero qeu tarde en llegar desde donde sea, porque las chicas aun tienen que llegar y deberíamos preparar las cosas.

     

    Elentari dio un tironcito de la chaqueta de cuero negro que me había puesto, acompañado por una camiseta gris  y vaqueros. La pequeña, que llevaba un vestidito blanco con pequeñas margaritas azules, protestaba porque quería bajar para jugar con Fenrir y Freyja

    - Papiii...

     

    Con una sonrisa boba la dejé en el suelo. Fenrir la espero, paciente, mientras la niña correteaba con sus piernecitas, dando pasos trastabillados hasta agarrarse al pelaje del animal. Si de algo podía estar tranquilo era de que Elentari se quedara al cuidado de los lobos.

    - Venga Sean, las chicas estarán al caer, y tienen que traer la tarta y las decoraciones. Vamos a preparar las cosas. - porque el tiempo apremiaba y no estaba seguro de cuanto tiempo tendríamos a solas antes de qeu Sagitas llegase.

  13. El último recuerdo del parque tal vez no era el más adecuado. El accidente con los elfos forasteros y Sagitas había sido...difícil. Pero había que dejarlo atrás, y ahora el parque pasaría, de nuevo, a las aguas cálidas de ciertas piscinas y atracciones, a las piscinas interiores, los spas y jacuzzis, más apropiados de las épocas frías que del verano.

     

    Además, la zona de residencia y hoteles solía funcionar bastante bien acogiendo visitantes y turistas. Por eso, no cerraba, aunque fuera invierno. Simplemente, era más tranquilo.

     

    - Hasta los 6 años, no. - contesté, con las manos en los bolsillos. - Pero la familia siempre tiene vía libre. - hice un ligero gesto con la cabeza a la recepcionista de la entrada al parque, para que los dejara pasar. Era normal qeu no los reconociera, hacía años que no vivían en Ottery, y no podía conocerlos. Me hice a un lado, sosteniendo la puerta para que los dos pudieran pasar.

     

    - En la época de invierno no abrimos todas las piscinas ni los toboganes. La gente prefiere las piscinas cubiertas y las aguas termales antes que los toboganes. - comenté. - Siento decirte que no podrás subir a todas las atracciones, pero seguro que encontramos algo donde puedas divertirte. - dije, mirando a mi sobrino.

     

    Peor el pequeño agachó la cabeza y pasó por mi lado. Lo seguía sintiendo incómodo conmigo, tal vez porque no se fiaba, o tal vez porque no estaba dle todo seguro de como reaccionaría. Caminé junto a @ Sunar PBT , un par de pasos por detrás de Argi.

    - Eh, como llevais la vuelta?

  14. Me quedé a unos pasos de la puerta, parado. Era Sunar, pero hacía años que se había marchado de la POtter Black con...donde estaba Argi? Seguro que ya no era aquel niñito qeu me congelaba el pelo. Ella también había cambiado, después de tanto tiempo, o al menos, era la sensación que tenía al verla. 

     

    Torpe de mi, no supe que decirle, asi que solo dejé que atara cabos mirándonos a Elentari y a mi. El pelo violeta era algo difícil de ignorar, más en nuestra familia. No llegué a asentir o a decir nada, pues alguien llamó a la puerta, lo que hizo que sintiera a @ Sunar PBT  aliviada. Probablemente era lo que había estado esperando, lo que la mantenía nerviosa a pesar de encontrarse con Sagitas. 

     

    Aproveché ese segundo con ella para mirarla a los ojos, preguntando con un ligero gesto que si ella sabía que Sunar regresaría a casa. Pero no nos detuvimos demasiado en aquella conversación muda, ya que salimos hacia la entrada, donde Sethy, la elfina de Sunar se retiraba para encargarse de acomodar sus habitaciones, y dejaba a Sunar y Argi con nosotros.

     

    Pero las cosas en la PB nunca eran tranquilas. @ Sean -Ojo Loco- Linmer , nuestro poltergeist en funciones, y su ghoul-dragón estaban causando problemas. Menos mal que Sunar reaccionó a tiempo, evitando un accidente mayor. Con un gruñido, me giré hacia el antiguo mafioso.

    - Sean. Tienes un minuto para esconder ese poltergeist o Fenrir os hará pedacitos. - dije, mientras el lobo aparecía a mi lado, silencioso, gruñendo. Él los guiaría hacia donde Sean pretendiera que su nuevo amiguito americano viviese.

     

    Sin embargo, la risita de Elentari me hizo sonreir como un bobo. A ella aquel espectácul0 le había hecho gracia. Miré a la niñita a los ojos y luego, me giré hacia Sunar y Argi. Avancé un par de pasos, mirando fijamente al niño. Estaba tenso, lo sentía, lo veía. Tenso y asustado. No nos recordaba, era normal. Alcé la ceja y alargué la mano hacia él.

    - Yo soy Matt. Supongo que no te acordarás, pero la última vez que te vi, eras más o menos como ella. - dije, mientras Elentari los miraba a los dos, sonriendo. Tenía dos años, pero tenía la sensación de que ella ya era más sociable de lo que yo había sido en toda mi vida. - Se llama Elentari, y es mi hija. Tu prima.

     

    Los miré a los dos, y luego señalé hacia el salón con la cabeza.

    - En el salón hace más calor. Será mejor pasar ahí para charlar, no creéis?

     

  15. @ Helike R V PB  se había apartado para fumar de un chico que también parecía esperar al arcano. No compartía aquella costumbre, y creo que nadie más en la familia lo hacía, y sin embargo era algo qeu asociaba con ella, y a veces, solo lo hacía para cubrir su propio nerviosismo. Ella opinaba que era mejor esperar a que @ Lawan Nguyen Thanh  llegara a nosotros de alguna forma. Por lo que yo recordaba, la última vez que estuve allí, fueron sus serpientes quienes me recibieron.

     

    La vampiro sonreía. Lo sabía, pero no me había dado cuenta hasta que se acercó a mi oido. Apreté la mandíbula, tenso sin darme cuenta. 

    - Ah...si, claro, estoy bien. - contesté, sonriendo distraido. Sabía, o imaginaba qué estaba pensando: la conversación que aun nos quedaba pendiente. - Si, espero que @ Xell Vladimir Potter Black  no tarde en llegar o  se perderá el comienzo.

     

    Permanecimos un instante en silencio, hasta que escuché el siseo por la hierba, algo qeu se arrastraba entre el césped y la tierra húmeda. Aquel sonido despertó recuerdos lejanos en mi mente, de mi primer intento por aprender pársel. Apreté los puños al notar que algo comenzaba a enroscarse por mi pierna, subiendo con calma. Asentí ligeramente ante la despedida de Heliké y agaché la cabeza para observar la serpiente de coral. Parecía un poco más grande que la última vez, pero sus colores rojo, negro y los anillos blancos seguían tan vivos como entonces.

     

    Sonreí de medio lado, alargando el brazo para dejar que se enroscara. Por experiencia propia, sabía que si me mordía podría terminar en la enfermería (con suerte), y que los bezoares poca utilidad tendrían. 

    - A ti te conozco. Has crecido - saludé a la serpiente, con respeto, mirándola a los ojos. 

    La voz de Lawan sonaba cansada mientras el viento parecía arrastrarla hasta nosotros, dando instrucciones sobre qué debíamos hacer para llegar hasta él

    - Tengo curiosidad. Quiero aprender. Ser mejor... - contesté, observando un momento como la espalda de Helike se perdía tras la puerta de la cabaña. Yo prefería quedarme fuera, al menos de momento. - para cuidar de mi familia y de los mios. Por eso he vuelto.

    • Realizado 1
  16. Por qué tenía que ir yo a buscar a @ Sean -Ojo Loco- Linmer ? No era su niñera.  Pero cuando se "escapó" (si podíamos llamarlo escapar) de la Ojo Loco, Sagitas se puso nerviosa. Los dos sabíamos como era el poltergeist, y si causaba problemas, irían a buscar a Sagitas, dado qeu él, de alguna forma que yo no conseguía entender del todo, estaba ligado a aquella mansión, y por tanto a cargo de Sagitas. Y nadie quería (ni debía) hacer enfadar a Sagitas cuando estaba con Jack. O sola. 

     

    Mejor no hacerla enfadas en ningún caso.

     

    Asi qeu ellos se habían quedado al cargo de Elentari, mientras yo me dedicaba a buscarle. Primero, probé suerte en la PB, donde había decidido esconder al ghoul que se había agenciado tras la visita al MACUSA, pero el pobre ser estaba en su rincón del sótano, solo y gimiendo (como casi siempre hacía, la verdad). No lo encontré en los establos ni en el Bosque Prohibido, que lindaba con la mansión.

     

    No me quedaba más remedio qeu buscarlo fuera de los terrenos de la familia, asi qeu arranqué la moto voladora y salí en su búsqueda. No lo sentía por ningún lado, y eso empezaba  a preocuparme, hasta el punto en que llegué a pensar que Dernhorn podría tener algo que ver.

     

    Al menos...hasta que sentí su rastro. Maldiciendo entre dientes, seguí aquella sensación...

     

    Hasta frenar justo en la entrada del castillo Rambaldi. Permanecí en la moto, sentado, durante un par de minutos. No pasaba por allí desde el incidente del extravío de Elentari, y al final aquello había quedado solo en un susto. Con un suspiro desmonté, arrancando de nuevo, recorrí el camino de tierra hasta la entrada, llamando  a la puerta con tres golpes secos, antes de meter las manos en los bolsillos.

     

    Sabía que @ Helike R V PB  estaba en casa, porque la había sentido antes de llegar. Sean tenía suerte si no lo mataba.

    • Me gusta 1
    • jajaja 1
  17. No estaba nervioso. No, que va. Solo quería aprender parsel. Lo había intentado tiempo atrás, pero no había salido como yo esperaba. Mi último recuerdo era despertar en la enfermería, con Sagitas al lado, burlándose de mi. No había logrado dar con el antídoto a tiempo, aunque no me habían dejado morir (al menos)

     

    Esta vez, había pensado en dar la clase acompañado. @ Xell Vladimir Potter Black  había aceptado casi al instante, y @ Helike R V PB , después de lo sucedido en el MACUSA durante Halloween, también se había apuntado a la clase. Pensar en la vampiro me hizo fruncir el ceño mientras me sonrojaba. Demonios...

     

    Palpé los bolsillos del pantalón negro, cerciorándome de llevar la varita en el bolsillo trasero, como siempre. Había elegido una camiseta de color azul oscuro de manga corta y deportivas. A fin de cuentas, seguramente en la academia haría calor, y si la clase se parecía a lo poco que podía recordar de mi anterior intento, lo mejor era llevar ropa cómoda y práctica.

     

    Como sabía que la rubita vendría desde la Ojo Loco, y habíamos quedado en reunirnos directamente en los terrenos de la academia, me aparecí desde mi propia habitación en la Potter Black.

     

    Efectivamente, los terrenos estaban soleados, y el hogar del arcano parecía vacío. "Como aquella vez" pensé. Metí las manos en los bolsillos mientras caminaba. A lo lejos vi a la vampiro, que también acababa de llegar, hablar con otro estudiante, que parecía tan perdido como nosotros.

    - Hey. - saludé, alzando la mano un momento, antes de volver a meterlas en los bolsillos. Seguía nervioso, como un crío. - Si no está ahí dentro, tal vez tengamos que buscarle.  - sugerí. - Xell me dijo que llegaría desde la Ojo Lobo. Deberíamos esperarla.

    • Me gusta 1
  18. Regresamos a la Potter Black casi sin decir palabra. Sagitas aun estaba enfadada por lo qeu había pasado, por el viaje a tierras americanas para visitar el MACUSA. @ Xell Vladimir Potter Black  no tenía mala intención, pero había tocado una fibra sensible en casa. Por no hablar de lo que...de lo que no había pasado con @ Helike R V PB . Supongo.

     

    Cerré la puerta y me quité la chaqueta de traje rosa, remangando la camisa negra mientras la miraba.

    - Lo se. Pero no lo hizo con mala intención. - intenté calmarla. - te lo aseguro. - en el fondo, ella también lo sabía. Estaba enfadada, como yo, pero la molestia era más nuestra que con los demás. Salir y estar con gente, en un sitio que no fuera ni la PB ni el Ministerio no había estado tan mal. Por lo menos, durante un rato.

     

    Dejé a Sagitas abajo, en la entrada, quejándose porque la casa estaba fría. Era cierto, pero estaba seguro de que los elfos no tardarían en caldear la casa. Me aparecí en mi habitación, porque tenía algo pendiente: traer de vuelta a Elentari. Apenas tardé un par de minutos en hacerlo, y para entonces podía oir las chimeneas crepitar. Elentari se estremeció en mis brazos, asi qeu la dejé sobre mi cama, buscando algo de abrigo para que la pequeña no pasara frío. 

     

    Mientras la abrigaba y volvía a cogerla en brazos, sentí algo. Voces en la planta baja. Una persona nueva. Nueva, no extraña. Con el ceño fruncido, los dos nos aparecimos al pie de las escaleras, arrancando la risita de la pequeña, como siempre pasaba. Vi pasar a @ Sean -Ojo Loco- Linmer  murmurando con el ghoul, la sorpresita que nos habíamos traido de tierras americanas.

    - Sean, recuerda, no asustes a Elentari con tu amiguito. Mañana, se lo enseñaremos. Pero no la asustes. - le advertí.

     

    Pero seguía oyendo las voces de Sagitas junto a alguien más, una mujer. Su voz me sonaba vagamente, mientras Elentari apoyaba su carita en mi hombro y despedía a Sean y el ghoul moviendo alegremente su manita.

     

    Cuando nos adentramos en el salón de la chimenea, Sagitas abrazaba a una joven. Fruncí el ceño, extrañado, hasta...

    - @ Sunar PBT ? - pregunté.

  19. Mi plan de pasar desapercibido hasta poder fugarme marchaba bastante bien. Apoyado contra la pared, en una zona en penumbra, observaba los grupitos que charlaban animadamente. Sagitas con @ Ludwig Malfoy , @ Mael Blackfyre  que terminaba su charla con una pareja y se unía al grupo de Sagitas, o el tío @ Adrian Wild

     

    Bebí de mi copa, esperando el momento adecuado. A que todos estuvieran lo bastante absortos en sus conversaciones como para olvidar que estaba allí, y mejor aun, que tuviera tiempo de salir tranquilamente por la puerta y llegar a mi despacho. Mientras Adrian se acercaba a Ada para charlar, me encaminé hacia la mesa, sin fijarme en nadie concreto. Dejé la copa, tomé un pequeño bocado que podía llevarme a la boca de un mordisco, casi saboreando la libertad, cuando....

     

    — ¡Matt!

     

    Cerré los ojos, notando que me sonrojaba. El grito de Adrian había logrado atraer la atención de varios asistentes hacia mi. Detuve mi huida y, con un suspiro, metí las manos en los bolsillos del pantalón, caminando de vuelta, ahora alcanzando el grupo de @ Ada Camille Dumbledore  y Adrian.

    - Prima. - saludé. - Tío. - miré alrededor, sonriendo incómodo a quienes aun me miraban, murmurando. - Gracias por evitar mi plan de huida. Ahora todo el mundo se fija en mi. Con lo bien qeu estaría ahora en mi despacho, durmiendo en mi sofá.

     

    Giré para observar a Sagitas. Seguía charlando, bastante cómoda en aquel evento. Evidentemente, tenía mucha práctica con las reuniones sociales, más de la que yo acumularía en toda una vida.

    - Qué esperáis de esto?

    • jajaja 1
    • Me encuerva 1
  20. hey!

     

    SUNAAAAAR

     

    SOBRIIIIIII

     

    ajajajaja ay que guay, ahora si estás de vuelta ^^ soy más alto que vosotros, pero no pasa nada mujer, yo te sujeto no sea que te caigas el primer día y tengamos un susto, nonono xD

    Si entras en la mansión, tu con calma e ignora el último rol que hubieramos hecho, está tan pasado que no íbamos a seguirlo, asi que....porquito a poco para adaptarte al foro ^^

    jajaja si, está basado en una película que se llama igual ^^ confiaba en que nadie se acordara para ciertas cosas rol, pero bueno xD tampoco pasa na, la cosa es ir roleando, a ver si esto se anima de nuevo!

  21. No estaba del todo seguro de si a Sagitas le había sentado bien qeu dijera que los dos éramos unos gruñones, pero aunque nos pudiera molestar, era cierto. Los dos tendíamos a gruñir cuando nos enfadábamos o algo iba mal. O como respuesta a cualquier cosa que no nos gustara, o peor, que nos sacara de nuestras casillas.

    - Claro, persigamos americanos - contesté riendo al ver su entusiasmo. Yo hablaba de perseguir y torturar, si, pero solo para mortificar un poco. No me escandalizaba la sangre, claro, pero no era la idea que tenía en mente, sino más bien, aprovechar para meterme un poco con algún grupito de críos torpes a los que confundir. Seguro, claro, que Sagitas pensaba lo mismo qeu yo.

     

    Al menos, la chocolatina le alegró. O eso pensaba. Porque lo que parecía una deliciosa chocolatina de chocolate con leche que olía bastante bien cuando Sagitas la sacó a mordiscos del envoltorio, provocó que la escupiera, asqueando a quienes pasaban por nuestro lado. Al parecer, olía bien, pero no sabía de la misma forma. 

    - Como que arroz? - pregunté extrañado, mientras ella seguía gritando y quejándose. - Seguro que esos chavales a los que se la robé eran de esos locos del gimnasio - como si yo no estuviera entrenado....aunque en mi caso, no era por estética. - que se obsesionan con contar calorías.

     

    - No te preocupes Sean, no dejaré que se pase con la bebida - contesté al poltergeist a gritos. En cualquier momento, Sagitas lo maldeciría si seguía hablando asi de ella en público, mientras la pobre Xell intentaba decir a Sagitas que ella no era una de esas monjitas cristianas. Aunqeu no lo fuera, no podíamos evitar querer protegerla.

     

    Pero no dije nada, pouqe Sagitas seguía escandalizando a las personas a nuestro alrededor con sus gritos y quejas a causa del arroz en el chocolate. La miré, aguantando la risa. Los ingleses ponían menta en el chocolate, no es que eso fuera mucho mejor, la verdad. Al menos los españoles no hacíamos cosas tan raras con el chocolate. 

     

    Al menos, hasta que Sagitas empezó a ladrar. Ahí, solté una carcajada sin poder evitarlo.

    - Creo que esas chocolatinas asquerosas están mezcladas con algún tipo de poción - dije entre risas. - Quieres que....quieres qeu traiga a Fenrir para que te haga de traductor? 

    La broma habría terminado ahí, de no ser porque Sean comenzó a maullar. Los miré, alucinando, mientras Xell les reclamaba que aquello era, ni más ni menos, que el karma.

    - Ella...ella tiene razón. Ahora os toca esperar a que se pasen los efectos - dije, riendo a carcajada limpia.

    • Love 1
  22. hey!

     

    SUNAAAAAAAAAAAAAAAAR

     

    @ Xia PS  SOBRIIIIIIIIIIIIIII

     

    jajajaja no veeee han pasado 85 años! como estas? Has vuelto! te vas a quedar? jajajaja no ve, es verdad, a veces hemos roleado acordándonos de ti y de Argi, cuando me congelaba el pelo xD ayy que alegría verte!

     

    Ya veo que Sagis te ha hecho un miniresumen muy rápido, asi qeu no tengo que hacerlo yo xD aunqeu a mi se me da mejor resumir roleando xD ya sabes, perecita la mia para algunas cosas...pero si, tu tranquila, yo no me fui y me sigo perdiendo con la mitad de las cosas, asi qeu tu tranquila. Menos mal qeu tenemos a Sagis para guiarnos siempre a todos

     

    @ Xell Vladimir Potter Black  eso es! Sunar era hija (creo? era mi sobrina....) de Eledwheen y su hijo era Argentum (Argi solíamos llamarle) y si, su poder era el hielo, recuerdo que muchas veces roleábamos que me llenaba el pelo de escarcha xD

     

    Pues el rol de la Isla lo propuse, pero no empecé poruqe....bueno, nadie se apuntó xD

     

    Bueno, al lio!

    • Love 1

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.