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Hessenordwood Crouch

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Todo lo publicado por Hessenordwood Crouch

  1. ID: 118247 Nick: Sain M. Ollivander Link a la Bóveda Trastero: Bóveda trastero No.110970 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda No,103154 Fecha: 2018-06-02 Poción: Alisadora Puntos: 10P Precio: 500G Poción: Embellesedora Puntos: 10P Precio: 500G Total de puntos: 20P Total de Galeones: 1000G
  2. ID: 118247 Nic: Sain M. Ollivander Link a la Bóveda Trastero: Bóveda trastero No.110970 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: hBóveda No.103154 Fecha: 2018-06-02 Objeto: Falsoscopio Puntos: 10P Precio: 500G Objeto: Polvos Flú Puntos: 10P Precio: 500G Total de puntos: 20P Total de Galeones: 1000G
  3. Asd al fin puedo comprar animalillos otra vez ID: 118247 Nick: Sain M. Ollivander Link a la Bóveda Trastero: Bóveda trastero No,110970 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda No.103154 Nivel Mágico: V Fecha: 2018-06-02 Criatura: Augurey Puntos: 20P Precio: 1000G Criatura:Aethonan Puntos: 20P Precio: 1000G Total de puntos: 40P Total de Galeones: 2000G
  4. Yanna K. Smith ―Eso no es de tu incumbencia, pajarillo ingrato-, masculló con fastidio mientras le daba la espalda a Bel. La pequeña esposa de su hermano de verdad que podía ser muy irritante cuando se le escuchaba hablando por más de cuatro o cinco palabras juntas. Aun asi la morena no deja de sonreír con diversión por todo lo que ella dice en busca de “justicia”. A Yanna le divierte más pensarla, de pronto, como una de esas mujeres aristócratas que acompañaban a sus maridos adinerados que visitaban la casa de Ollivander en esos eventos sociales a los que ella tenía que forzadamente a asistir, mientras “junior” se quedaba en su habitación sin salir. Ella no admitirá que esa habilidad de Grelliam de meterse en líos desde muy pequeño era admirable para alguien con una infancia tan paramétrica como la había vivido Yanna Smith. Asi que resulta muy gracioso pensarlo siendo arrastrado a esas fiestas de etiqueta junto a la pequeña bruja. Se ha puesto a pensar en ese matrimonio entonces, el de Evans y Ollivander, que raro es de pronto pensarlo como tal, no es como que ella piense en eso todo el tiempo, pero realmente no creyó que existiera en el mundo persona que soportara vivir con el peculiar Ollivander, incluso se había burlado del muchacho cuando en su encierro, su mismo carcelero habría muerto en su compañía, dejándolo solo. Pensarlo así no le conmueve ni un poco porque, quien sabe, desde que ella tiene memoria el niño siempre le pareció una de esas personas que deben estar solas. ― ¿Y bien? -, la Smith se ha desparramado cómodamente sobre la butaca donde tan solo minutos antes Evans se había levantado, ella ha cruzado, de una forma lenta y demasiado ostentosa al mismo tiempo, una sobre otra las largas y esbeltas piernas que resaltan en aquel chillido color. ―Ya sabes lo que es. Puedes comenzar a buscar por ahí mientras yo hago guardia, no queremos que nuestra sabotee nuestra misión-, ha comenzado a tararear una melosa canción, muy parecida la que se puede escuchar a Ollivander cantar cuando está entretenido en alguna pócima que, para variar, resulta bien. @
  5. Ya han caminada do demasiados más metros en lo profundo de aquel camino, las antorchas comienzan a encenderse y apenas ambos magos dejan el camino detrás de ellos, se apagan, como si fueran cómplices del allanamiento y no quisiera nadie que los siguiera. Garry se imagina que de seguro este era alguna especie de escondite que los llevaría hasta un lugar más seguro, de esos construidos durante la primera guerra mágica. Él cree que, de haberse metido por cuenta propia, sin Ravenclaw, seguro ya hubiera enfrentado a trampas distintas y trucos difíciles para evitar que el curioso licántropo siguiera adelante. El muchacho asintió, sin dudar siquiera, y apenas sobre el hombro de Saori recargo su mano, un toque apenas perceptible, solo para que ella supiera que él seguía detrás de ella el camino. Se estaba comenzando a preguntar si acaso Saori podía ver otras cosas más allá de las antorchas que él no podía, algo como algún mensaje o alguna indicación, sus palabras lo habían dejado un tanto confundido, pero prefería no cuestionar a la demonio y curioso siguió sus pasos. El semblante que la muchacha adopta de pronto es nuevo en ella, aunque Garry ha deduce que sabe bien lo que se avecina. De pronto, para su sorpresa, los muros y el suelo bajo ellos tiembla peligrosamente, fatal, pareciera como si todo aquello fuera a desplomarse sobre ellos en cualquier instante. El muchacho se apresuraba a pensar en algún encantamiento para sacarlos de ahí lo antes posible o en el peor de los casos, protegerse. Sin embargo, era la calma de la muchacha lo que desconcierta al mago y mayor fue su sorpresa cuando se mostraba frente a ellos, un gigante de piedra. Ollivander enarco las cejas, casi boquiabierto con la mirada perdida en lo más alto de aquel túnel donde la cabeza del gigante de torcía unos cuantos metros para poder encajar mejor. Le parece casi insólito el modo con el que Saoiri comienza un dialogo con la roca, algo tan primeramente formal que de pronto da un giro inesperado y todo aquello ahora resulta de lo más común. Garry, con un movimiento afirmativo de su cabeza, le deja entender al gigante que lo que Ravenclaw dice es verdad. Se inclina un poco hacia adelante para escuchar mejor lo que ella comienza a decir cuando ya han dejado al gigante de piedra atrás, y realmente se encuentra preocupado de sí mismo cuando se da cuenta de que le está dando más importancia a aquello ultimo de lo que les ha advertido más que por su propia vida. “No olvides las notas”, había dicho el gigante ¿a qué se refería con eso? ¿notas musicales? ¿mensajes? Realmente aquella aventura estaba resultando prospera. ―Entiendo-, de un momento a otro estaba frente a tres puertas, tks, con la debilidad de Ollivander de abrir puertas, esta podría ser su única prueba y estaba convencido de que la fallaría. Asi que distraído pensando en todos los posibles caminos que se podrían abrir ante estas, Garry apenas escucha todo lo que Saori le explica sobre cómo funcionan, y apenas es capaz de contestarle. ―Solo tengo una duda…-, cuando reacciona ya es demasiado tarde y Ravenclaw se concentra solo en el poder de su varita. ― ¿Sabes como regres…-, cualquier cosa que hubiera querido decir, solo queda en un intento. El sentimiento continuo es extraño, se siente como perder el duelo y ser lanzado con demasiada fuerza al aire, como usar un transportador, solo que sin la fea sensación del gancho que tira de tu ombligo. Para su fortuna, la tranquilidad con la que Saori le habla consigue hacer que el muchacho se recupere más pronto de aquel fuerte tirón por el que ha sido arrastrado. Girando sobre sí mismo se da cuenta de que en verdad ya no se encuentran más en aquel oscuro túnel, sino más bien de nuevo en el callejón diagon, sin embargo, Ollivander puede ver también como la gente que viene y va a paradas o de paseo no parecen haber notado su repentina aparición en medio del callejón. Garry comienza a preguntarse si ellos pueden verlos. ―No te preocupes, Saori-, le sonrió divertido a la muchacha, existe algo en el modo de hacer las cosas de Ravenclaw que le gusta, el cree que va muy bien con su propio modo. Con cuidado rebusca en sus bolsillos el pergamino con el mapa, para su sorpresa, el mapa revela caminos más extensos sobre lo que ya existe en diagon, y que se pierden hasta los demás callejones. Otra cosa que le pare singular es que todo a su alrededor parece haber perdido solides, es como en un sueño y aunque es difícil notarlo por entre tanta gente y los locales puestos uno contino al otro, Garry está seguro de que se puede ver a través de ellos, por lo que ver todos los caminos ocultos de cada uno de los puestos ahora parece más fácil. Embobado en lo que sus ojos dispares observan ahora, apenas piensa en lo que ella le ha preguntado, ¿Dónde parar? -Ah claro, el mapa-, con cuidado se encarga de buscarlo entre sus bolsillos y echar un vistazo, como corroborando la veracidad de los caminos. ― Estamos en diagon-, apenas habló, algo. ― ¿Por qué no vamos al callejón Knockturn? Seguro de que ahí se esconden las cosas más interesantes-, motivó. @ Gracias por la paciencia x3
  6. Se está comenzando a preguntar por cuánto tiempo más Bel Evans estaría ahí, fingiendo que no se encuentran o decidida a no hablar con el licántropo, y es que ¿De verdad no lo ha notado? La animagia que Bel había aprendido no hace mucho tiempo ha dejado en ella un aroma diferente, tan perceptible en el muchacho que podría Garry saber su paradero en al menos cincuenta metros a la redonda. Esto no es algo que muy a menudo suceda a Ollivander, pero es que Grell parece haber decidido aprender de memoria la esencia del pequeño caberú, sabrá Merlín por qué motivos. Eso es lo que ayuda a Ollivander a saberla escondida detrás de un mástil, eso y quizá el hecho de que la ha estado siguiendo gran parte de la mañana, pretexto para no pasarse al 221b para no atender el solo los casos de nivel tres que usualmente la Evans se encarga de despachar por él, asi que ha bastado una larga, penetrante e incómoda mirada a P-ko(además de “amenazarla” con esperar a Bel en el cuarto de la sanadora en el castillo Evans McGonagall), para que Garry tuviera una idea de donde encontrar a Bel. Entretenido en los muy llamativos y preciosos cachivaches que rematan y ofertan, él no se ha esforzado aun en voltear a encontrarse con ella, quien sabe, es divertido ver en Evans esta clase de cosas, un poco inusual en la británica, además de lo muy satisfecho con lo buena observadora que la sanadora está siendo ahora. Sin embargo, él está muy concentrado en este instante en comprar aquellos mapas y esas varas de radiestesia que están ofertándole por ser cliente frecuente y a un precio, ridículamente excesivo, diría Bernadette, pero que (aún no se está explicando bien a si mismo los porqués) las necesita. Apenas está por aceptar la promoción, cuando por alguna extraña razón comienza a sentir una picazón que se clava justo a sus espaldas, él no está seguro, pero de girar puede imaginarse a una Bel Evans fulminándolo con la mirada por su “mala compra del día”. - ¡Es que ella no sabe nada!- Grell reclama, posiblemente el más interesado de todos en este local de realizar la compra. Finalmente decide terminar con aquello, y girando sobre sí mismo se encuentra con una Bel demasiado sociable, en compañía de alguien que Ollivander desconoce de pies a cabeza. -Solo ha sido culpa mi querido, ¡Ja! - la criatura se burla y Garry ha olvidado la compra del día, pensativo. ¿Se habría equivocado? No lo cree, ha estado siguiendo por un largo rato a Evans como para saber que viajaba sola, pero ¿y si era un encuentro?, nah, por el modo en el que ahora se estrecha con ella, un tanto tímido un poco más formal, él atina a pensar que es una primera presentación, lo cree, pues conoce lo cálida que es Evans con sus conocidos incluso sus formalidades con los no tan conocidos, extrañamente también lo son. Titubea, él no quiere que la compañía de Bel piense que se trata de un loco, acosador o celoso patológico y que hulla de ahí. No. Aunque bueno, en su mejor intento Garry no es una persona de muchas apariencias, y sin perder más de su tiempo se dirige hasta las mujeres, bastante taciturno como siempre, tanto que aquello pareciera ser el encuentro más casual que pudiera haber. ―Hey Bel, ¿has encontrado lo que se necesita? -, gira entonces para encontrarse con la muchacha y dejarle caer una mirada escudriñadora, tampoco se hace mucho del rogar a su curiosidad. ―Disculpará usted a mi esposa…-, le sonríe largamente. ―Ella, “olvida cosas” …-, susurra, con media sonrisa en el rostro. ―Si sabe a lo que me refiero. @ @
  7. Exhaló largamente, sintiendo un frio salir de su cuerpo, en una extraña sensación de sentir que perdía la vida con cada minuto que permanecía ahí, anclado al estanque. La voz de Evans, que tenía en su timbre un tono algo más ardiente para estar en una situación como esta, no dejaba de escucharse en aquella penumbra y se sentía como poco a poco se adentraba más en su cabeza hasta formar en sus oídos un ruido deforme y caótico, como una alucinación. Desesperado, cayó al suelo sobre sus rodillas y sus manos, sumergiendo en el fondo su aun empuñada varita, y salvado de hundirse por completo posiblemente gracias a la considerable altura del licántropo. Estando así, más cerca del fondo del estanque, las voces han cambiado a un ritmo que corresponde a la inesperada corriente que el estanque ha tomado en forma de remolino. El muchacho permaneció quieto, observando como parecía tomar cada vez mayor velocidad y, sin embargo, él no se estaba sintiendo arrastrado por la corriente. Hilos de color grisáceo se dibujaban como sombras bajo el agua y de ellas parecía que provenían las voces que ahora se escuchaban más bien como un canto que no es capaz de entender. Cuando al fin consigue despegar la vista de aquella escena, entonces puede distinguirla, la figura de Bel Evans que se adelanta hasta un alto bulto de rocas que se levantaba por encima del estanque. Ollivander consigue difícilmente ponerse de pie. Él la llama por su nombre, dos, tres veces, y a pesar de lo muy ruidoso que está siendo ella no parece notarlo. ―Evans, detente-, murmura, aún imposibilitado de moverse de su lugar. La luz en su varita se ha apagado de pronto, como si algo la absorbiera, sin embargo, no hace el intento de invocarla de nuevo. Puede sentir una fuerte ráfaga de aire después de que Bel consigue alcanzar el libro que descansa sobre el puñado de piedras apiladas. El ventarrón provoca la calma del estanque bajo sus pies, pero ha removido en Ollivander una sensación de inestabilidad que puede sentirse como magia antigua y oscura, una maldición. En ese mismo instante Grelliam ha lanzado un ladrido en su interior, una alerta, y apenas recuperado Garry puede sentir como el agarre de sus pies se ha soltado. Segundos después cruza el estanque en dirección hasta donde se encuentra la sanadora. Pero el camino no es fácil, y cuando apresura sus pasos al escucharla declamar lo que él cree que pudiera ser un conjuro o una invocación, es detenido con fuerza por una mano esquelética que sale del fondo del estanque, Garry ha quedado casi petrificado de la impresión al voltear hacia sus pies y ver toda esa cantidad de cadáveres que lo observan fijamente, justo como su madre lo hacía cuando estaba a punto él de cometer una imprudencia. El muchacho preguntó con la mirada, esas cosas no parecían querer lastimarlo, pero tampoco parecían querer que se interpusiera entre Bel Evans y el libro. Garry volvió la vista a Bel, cuando terminaba de recitar las últimas palabras y un tornado la envolvía por completo. Por instinto mismo, sin pensarlo mucho más, Garry forcejeó para correr al lado de Evans, pero aquellos cuerpos que se encontraban donde el agua había sido remplazada por sangre se aferraron cada vez más al licántropo y lo jalaban con fuerza hacia abajo, rasguñando sus ropas y parte de su piel, dejando marcas y sangre por todo su cuerpo. Aun así Ollivander insistió y con algo más de esfuerzo, consiguió cruzar el resto del camino, estirando lo más posible cualquier oportunidad. Solo un instante le costó, conseguir cerrar el libro frente a Evans. EL torbellino de pétalos que le rodeaban parecía cesar de poco a poco, así como también lo hacían los cadáveres bajo sus pies y volvían a las profundidades de aquel viscoso estanque de sangre. Lo más extraño para él resultó en ese instante, cuando la palma de su mano se aplastaba con fuerza sobre la sangrante portada del grimorio y podía sentir como la maldición entraba por la herida hecha al haber activado la runa de sangre, que al perder su vendaje y entre el forcejeo con los muertos, permanecía abierta y fresca. Sintió entonces como su torrente sanguíneo se intoxicaba a una velocidad alarmante, podía ver a través de su piel el camino de toda aquella magia oscura en su interior, que iba dejando una marca que en cuestión de segundos también lo hacía en todo su cuerpo y que se concentraba toda justo en el mismo lugar donde comenzaban sus signos de licantropía. Una extraña sensación había quedado ahí, no le parece desconocida, pero ahora la percibe mucho mejor, era como si toda su vida él fuera el mismo virus que lo contaminaba y que lo arrastraba todas las noches de luna llena a convertir poblados en ruinas, algo como si en él no quedaran rastros de un muchacho humano, como si ahora todo él perteneciera más a la criatura que ella a él. Taciturno como siempre, exhaló largamente, sintiendo esta vez, como el calor era ahora el que abandonaba su cuerpo. Frente a él ahora estaba una Bel con un rostro que en ese instante no es capaz de identificar, o ¿será que no quiere hacerlo?, Garry asintió a las palabras de ella, no muy seguro de poder articular algo con voz segura. Conforme a su mano abandonaba la portada de aquel libro que había dejado de sangrar, un temblor en sus manos se hacía presente, síntomas de sentirse sin energías. El muchacho empuñó su mano viendo como las marcas aún seguían palpitando desde la palma de su mano hasta lo largo de su antebrazo y se perdían por debajo de sus ropas. Levantó la mirada y se encontró con la peculiar marca de Bel, diferente a la suya, pero que no le parecía mejor. Se adelantó con pasos lentos, haciendo aun lado sin cuidado los cadáveres que flotaban entre la sangre, hasta llegar frente a ella, con sus largos y ensangrentados dedos dibujó el contorno de la marca en el pecho de Evans, y observó con curiosidad la forma y el modo en el que en ella parecían representarse. Dejó el tacto solo después de encontrarse con la mirada de ella y permaneció así un largo segundo, buscándola. ―Vamos a casa mi querida-, susurró, acortando la distancia entre ellos y con la misma suavidad con la que sus manos se entrelazaban, dejaba en los labios de ella un frio y profundo beso.
  8. Jallo o/ ID: 118247 Nick: Sain M. Ollivander Link a la Bóveda Trastero: Bóveda trastero Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda Fecha: 2018-05-19 Poción: Remedio para quemaduras Puntos: 20P Precio: 1000G Poción: Soluciones de limpieza Puntos: 10P Precio: 500G Total de puntos: 30P Total de Galeones: 1500G
  9. ID: 118247 Nick: Sain M. Ollivander Link a la Bóveda Trastero: Bóveda Trastero Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda Fecha: 2018-05-19 Objeto: Naipes explosivos Puntos: 10P Precio: 500G Objeto: Cámara de fotos mágica Puntos: 20P Precio: 1000G Total de puntos: 30P Total de Galeones: 1500G
  10. Le resulta casi curioso la perspectiva en que cada uno de los participantes en clase pareciera estarse tomando el aprender la asignatura, todas tan diferentes y que mostraba de ellos un poco de su personalidad, aunque no piensa tanto en eso, ni en eso ni en lo que pudiera repercutir las artes oscuras en su conocimiento, después de todo, como el aprendizaje mismo, cada quien se encargaría de hacer de sus habilidades una herramienta que usarían a su antojo o conveniencia. Él supone que, al ser un licántropo, no debería resultar difícil desenvolverse en el arte, usualmente atraído a la magia oscura y redimido solo por…alguna cosa que supera al Tonks por muchísimo más que solo simple voluntad, considera que ya mucha de su magia, la que es nata, algo de maldito debe llevar. Así que tiene la impresión de que la propuesta de Triviani, al decir que deben encarar y enfrentar en lugar de atacar, es más provocadora que preventiva, aunque eso aún estaba por verse. Sintió el flojo agarre de Evans deslizándose entre sus dedos, y de pronto la perdía en aquella oscuridad, el muchacho Ollivander apenas se esforzaba y no alcanzaba a sujetarla en el instante en el que ella caía en ¿una trampilla? Un truco algo bastante “común” para un sitio como este, cree él, pero que a pesar de eso ha podido contra ellos. Rápidamente comparte una mirada con la docente, es breve antes de, con algo más de cuidado, lanzarse también hacia donde la trampilla se había tragado a Bel Evans. Ahí abajo todo sigue siendo oscuridad, agita entonces su varita que ha estado empuñando todo este tiempo y la levanta por lo alto, él no cree que la caída hubiera sido tan larga y aun así no puede ver el camino por en sima de él que lo ha traído hasta aquel sitio. Ahora sus ropas están algo más empapadas que en un comienzo, por lo que no se lo piensa tanto para encaminarse en aquel aparentemente infinito estanque de agua que, aunque no es profundo, Garry no distingue sus límites. Sin embargo, antes de intentar dar un primer paso, se está dando cuenta de que sus pies parecen anclados en lo profundo del estanque, baja entonces su varita apuntando esta vez a sus pies, el agua ahí es tan cristalina que puede ver las rocas deformes que están por debajo, pero no hay nada más, ni siquiera donde sus pies están pisando, es como si aquello fuera un espejismo. De pronto es capaz de escuchar la voz de la sanadora, como un eco llamándolo desde el otro lado del estanque, pero ¿en qué dirección? Sin explicárselo un síntoma semejante a la desesperación y el pánico pareciera que se quisiera apoderar del imperturbable Ollivander que no puede hacer más que aferrarse con fuerza a su varita. Justo ahora cree que se ha brincado alguna de las instrucciones de Triviani; ellos deberían rodear la amenaza y proceder a encararla… ¿Y después? Garry maldijo entre dientes.
  11. Grecia, ¿Qué recuerda él de ese lugar? Bastante a decir verdad, quizá el tiempo más libre en su infancia lo vivió en aquellas tierras, viviendo con su familia aristócrata como siempre, pero en ese tiempo las cosas eran distintas a su llegada a Londres, en una analogía demasiado dramática quizá, Garry podría decir que las nubes londinenses cubrieron de oscuridad el corazón de sus padres y las húmedas lluvias inundaron sus cuerpos vacíos. Jamás se ha interesado en saberlo, pero algo había en estas tierras que había podrido aún más el alma de Saint Martin. Para ser honestos, es difícil decir que recuerda todo del lugar, pero entre sus primeras “travesuras”, Garry recuerda salir de paseo con Yanna cuando esta se escapaba de las rutinas a las que su madre la sometía, ambos caminaban lejos hasta alcanzar las runas de los altos montes y ahí pasaban horas jugando como si fuera el último de sus días libres. Recuerda entonces las veces que la Smith revelaba aquellas runas para él, o traducía algún viejo retablo partido en gajos donde contaban historias de Dioses y hombres. Siempre, aun siendo muy menor, Garry pensaba que ella lo engañaba exagerando los finales donde siempre las cosas terminaban muy mal, aun asi, él podría pasar horas escuchando las historias de los trozos de piedra. Los recuerdos son tan agradables que revocarlos inconscientemente le pinta una media sonrisa, pero no habla de ello, pues son cosas tan pasadas que no le encuentra sentido alguno volver a pensarlos, hasta ahora. Sin mencionar claro que, como muchas de las tierras europeas, Grecia era un catalizador de carroñeros en busca de magia antigua. Él no quiere juzgar (aun) al padre de la muchacha Delacour, pero siendo sinceros, a Ollivander no le gusta fiarse mucho de las coincidencias. Quizá la familia que después se encargaría de criar a la muchacha no se hubiera esperado encontrarse con el padre de la huérfana, pero el destino que los padres de Dennis, la dirección hacia la que decidían escapar, de eso sí que pudiera rebuscar. Hace un gesto amable a la muchacha mientras se estira para alcanzar el pergamino de la misiva, solo para comprobar al leerla que efectivamente no hay una dirección, ni un nombre más allá que la del difunto. Mientras ella continúa con las explicaciones, el Tonks analiza el pedazo de papel con mucho cuidado, escucha a la muchacha, pero lo que dice no le provoca tomarla tan enserio como al pergamino, de eso ya se encargará Bel. Garry ha hecho ese gesto (de malagana) cuando está a punto de evidenciar lo obvio al momento en el que ella termina de hablar, pero nuevamente la mirada de Evans lo hace cambiar de parecer. El muchacho sonríe largamente, ¿Qué haría él sin Bel Evans a su lado? Se inclinó recargando los codos sobre sus piernas, acercando más a ese par de ojos de colores des iguales el viejo pedazo de papel, y tararea un par de frases que está convencido de que ninguna de ellas es capaz de escucharle. ―Solo es curiosidad-, habla, pero su atención aun le pertenece al papel en sus manos. ― ¿Cómo sabe usted, señorita Delacour, que él no la escribió para que no lo buscara? -, gira una y otra vez el pergamino y hace gestos como si tratara de memorizarlo por completo. ― ¿Qué tal si el no desea ser encontrado? Si en realidad el aun estuviera vivo por ahí-, con sus largos dedos ha comenzado también un cateo sobre el papel amarillento y delicado que es. ―Una misiva sin remitente, sin dirección, sin nada, ni una prueba de él más que el nombre escrito aquí…-, al fin ha fijado la atención nuevamente en la muchacha frente a él, con la mirada taladrante de pupilas gravemente contraídas que parecieran capaces de cortar. Él no quiere darle falsas ideas a Dennis, quizá es lo último que está buscando, no quiere que piense que existe una posibilidad de encontrar a aquel hombre que creyó muerto tanto tiempo, porque aquello solo es una idea que ha surgido de entre toda la información que ella les ha proporcionado, y es que, a él no le resulta imposible que el señor Edward pudiera aun estar en la tierra de los vivos. Pero, así como a Garry se le ha pasado por la cabeza, no duda que quizá Dennis ya lo hubiera pensado también, por lo que es posible que esa información, a causa de todos estos sentimientos que la invaden, hubiera sido omitida hasta ahora. Asi que él debe empujar solo un poco más, pidiendo solo un poco más de ella. ―Dennis Delacour-, canturrea. ― ¿Está usted segura de si en verdad su padre está fallecido? -, ladea la cabeza, serio, aunque no deja de tener una curiosidad infantil en el gesto. @@Dennis Delacour @
  12. El licántropo rio divertido con lo que ella dice, mientras sigue con el par de ojos de dispar color los movimientos de la muchacha, no pretende sospechar de ella, razones no tiene a decir verdad, aunque jamás había escuchado a alguien usar el término “fenixiano” tan abiertamente, quizá aquello es algo que, como ella dice, solo ha escuchado por ahí, de boca de su padre, él mismo quisiera decir que antes del encierro ha escuchado hablar también de todo eso, de la guerra, pero el recuerdo es tan vago que no está convencido de que sea algo real. Finalmente decide no pensar más en eso, y con largos y rápidos pasos cruza la habitación para ayudar a Saori a mover el cuadro de su “egocéntrico padre”, supone que es una broma de ella, él no cree conocer al hombre del cuadro, pero después de inspeccionar solo un poco el aspecto del vampiro pintado en el retrato, una mejor idea quizá sea no llamarlo señor egocéntrico en persona. Terminó entonces de escuchar toda la explicación de la Ravenclaw, atento de lo que decía, no dejando de parecerle divertido las razones con las que ella justificaba usar los túneles que parecían en un principio tener una función más bélica que un entretenimiento para niños. Pensarlo de ese modo le hace creer que la muchacha, Saori, podría ser de estas personas que, a pesar de las desgracias que pudiera sufrir, siempre estaba dispuesta a sacarlo adelante y de la mejor manera. Pudiera él decir que su hipótesis sobre Saori Ravenclaw está comprobada cuando escucha en boca de ella el nombre del señor Lestad. Ollivander tampoco lo conoció, pero ha escuchado lo que cree suficiente de él, para asegurarlo. ―Te lo agradezco-, se acerca a tomar el paquete de galletas, con una sonrisa apenas perceptible, conmovido por el gesto de la muchacha. ―Me gustan-, no miente, pero aun asi guarda el paquete en uno de los bolsillos de su abrigo. Hace de pronto una larga pausa entre ellos, como pensándose que camino es el que deberían tomar. Extiende de vez en vez el mapa para buscar en él, el destino de los túneles, pero nada, es como si al mapa le hubieran arrancado todos los destinos del pergamino. ―Creo que tendremos que averiguarlo nosotros mismos-, no parece tan desanimado cuando dice aquello. ―Sabemos que ese túnel lleva a las trastiendas de otros locales-, distraído aun en el mapa señala apenas el hueco que se escondía detrás del cuadro. ―Uh, entonces mejor hay que ir por el camino activando la gaveta. Quizá podemos completar el mapa. Garry sigue las instrucciones que Saori le ha indicado para poder acceder al túnel bajo el escritorio, cuando la trampilla revela el camino, puede verse un largo túnel bien trabajado, pero que claramente ha estado olvidado por el tiempo. Garry se asoma apenas y con la ayuda de la varita lanza un puñado de chispas rojas al interior del túnel escalonado, sin señal de encontrar un final. ―Espero que tengas contigo suficientes dulces-, habla incorporándose y guardando en uno de los bolsillos el pergamino doblado. Empuñando su varita el licántropo es el primero en bajar los primeros escalones del túnel, apenas lo ha conseguido se gira para extenderle la mano a la muchacha por si busca apoyo. ―El suelo es firme, pero está demasiado oscuro y húmedo-, hace un gesto de disgusto. ―No me extrañaría si nos encontramos con alguna plaga o criaturilla escondida por aquí, asi que hay que tener cuidado. Una vez adentrados, la oscuridad se vuelve cada vez más densa, él imagina que ya han descendido bastantes varios pies hacia abajo, calcula que quizá la mitad de altura hacia abajo de lo que es la construcción de Honeydukes hacia arriba. Cuando está a punto de creer que han sido engañados bajo algún encantamiento de ilusión que los lleva a caminar por el túnel varios largos minutos, es que puede notar como después de un par de escalones más algunas antorchas se encienden a los costados del camino para revelar unos murales color oro con relieves y figuras talladas, recuerda entonces lo que la muchacha ha dicho: “solo frente a los ojos de un Ravenclaw”. De reojo observa a Saori, esperando ver una reacción que le diga que ella está más que enterada de este lugar o si es tan nuevo para ella como lo es para Ollivander. ― ¿Habías llegado hasta aquí antes? -, finalmente cree que es mejor escuchar de la misma Saori lo que piensa, quien sabe, la muchacha tiene un modo bastante peculiar que prefiere escucharla más que solo especularse. @
  13. Enarca las cejas en un gesto de parecer sorprendido, aunque la tranquilidad que el muchacho proyecta no deja de aparentar que miente cuando lo hace. Quizá es que entre todo aquello que Bel Evans a escupido con aparente furia, a él también pareciera de pronto molestarle, aunque claro, como siempre, por razones distintas a ella, y es que él no se atreve a decir que conoce de su esposa todo de ella cuando en ocasiones, como esta, Evans tiene esa clase de conflictos personales que lo involucran y que no se siente capaz de ofrecerle a ella una solución para aminorar sus pesares. Aunque siempre lo intenta. Él no las conoce, él no sabe de quienes o cuantas personas son esas de las que Bel habla y cree que ya detesta más de la cuenta a ese grupo de mujeres cotilla que han metido ideas turbias en la cabeza a su querida sanadora, y no es que él dude de la habilidad de ella para sopesarlo un poco y darse cuenta de que ellas parecieran celosas de su “matrimonio perfecto” y que aquello ha salido de sus bocas con la pura intención de lastimar, de fracturar y sembrar en ella la semilla de la duda e inseguridad. Es desalentador ver que Bel Evans caiga aun en este cliché de sociedad de la que tantas veces ambos han caminado en contra. Aun así, él se siente inspirado cuando pareciera que ella va a fracturarse, porque lo maravilloso de Bel Evans siempre viene después, cuando ha superado su propia tempestad y se muestra imponente ante cualquiera que trate de lastimarlos. Vivir aquello es como descubrir una gran verdad y aunque su intención es siempre estar preparado para lo que ella quiera enfrentar, la verdad de las cosas es que era Bel la que siempre terminaba por salvarlos a ambos de perderse en la locura. A pesar de lo mucho que puede gustarle verla entrar en conflicto y después recuperarse, debe admitir que el proceso es difícil también para él, verle sufrir de aquel modo y no tener ni idea siquiera por lo que está pasando, y es que ellos dos son tan distintos, que a Ollivander le cuesta horrores siquiera ser empático con ella en si tuiciones como estas. Una vez más lo está demostrando, a él ni siquiera se le antoja ponerse a pensar en eso, incluso le desconcierta lo que ella misma ha dicho: "ellos ni siquiera tienen idea de cómo lastima el hecho de que jamás podrá concebir", y aun asi, de lo que más pareciera preocuparse ella es por el hecho de que ellos “exigen hijos”, como si fueran ellos los que cuidarían de él, los que vivirán preocupados por su seguridad, los que se preocuparán si se ha enfermado, no, ellos solo “exigen hijos” para solo después exigir de ellos alguna otra cosa que Ollivander, no consigue encontrarle sentido. Pero el tema de “familia” entre ellos es tan delicado aún, que pensar en ello es un dolor de cabeza para la, ahora, muy desgastada mente del licántropo. El muchacho respira largamente, dejando ir lo que fuera que lo tiene asi de tenso, no puede y no debe pensarlo más o terminará ofuscado volviendo a la butaca en Baker y con dos cuerdas menos en el violín, se siente cansado y nada de lo que ella dice lo hace sentirse mejor, con la luna llena tan cerca, él pudiera sentir que la criatura en cualquiera de esos instantes pudiera romper aquel cuerpo humano, asi que apenas puede escuchar lo que ella le dice de pronto, con tanta fiereza en sus palabras que en lugar de intimidarlo le arrancan una larga y torcida sonrisa. Provoca él entonces un largo silencio entre ambos, dejando que en aquel mutismo aquel hombre se avergüence de sí mismo por escuchar pláticas ajenas, “gente que no quiere parecer indiscreta”- piensa de mala gana aun con la mirada adormilada de colores dispar sobre Evans. Él no tiene la más mínima idea de si Bel realmente sabe cómo pudiera “compensarlo”, como ella dice, de alguna forma, se siente motivado a discutir también por aquello y es que se lo ha dicho ya, el lugar es bueno, pero su aspecto físico no parece decidido en demostrarlo, aun asi, se ha esforzado por interpretarlo. Lentamente se pone de pie después de aquel largo minuto de silencio que había sido como si todo este tiempo se lo hubiera estado pensando, cuando termina de incorporarse se puede notar más entre ellos la diferencia de estaturas, después de un último vistazo por encima de su hombro y aun manteniendo esa llana sonrisa que no dice nada en verdad, se dedica a tomar del asiento, su corbata y la capa de ella. ―Entonces te sigo-, ahí está, apenas se ve, en la curva apenas perceptible un aire divertido, burlesco, motivado solo por el "qué hará ahora". ―A la habitación-, con un movimiento de cabeza y un ademán le indica a Bel que puede adelantársele camino hasta el cuarto. …. El camino de regreso a la habitación es silencioso entre ellos, la buena acústica del lugar ya no lo deja escuchar ningún ruido perturbador proveniente del exterior ni de las otras salas adyacentes, y solo es el compás armonioso que hacen sus pisadas lo único que se escucha en aquel largo pasillo que los lleva al cuarto. Ollivander cree, por el modo en que pesadamente sus párpados caen una y otra vez sobre sus ojos, que va caminando dormido, como en un sueño, en aquel demasiado largo pasillo lleno de puertas y caminos y con Bel Evans a su lado, con aquel bonito vestido que lleva puesto, pero que él cree que no demuestra la verdadera personalidad de ella. Aun asi le gusta ver como se mueve con cada paso que ella da. Hace el tiempo que tiene que esperar para que ella abra cuando han llegado, no puede evitar sentirse sospechoso en aquel largo pasillo donde pareciera que nadie más existe, ni servicio, ni otros huéspedes, nadie. Después de tantos casos de allanamiento por “buena causa” que ha hecho Ollivander para solucionar algún caso que ha caído en el consultorio, aquel síntoma ya es algo bastante natural en él. Una vez dentro, arroja la corbata sobre alguna de las butacas, y casi puede decir que es por inercia que se ha conducido hasta la cama, sin embargo, se detiene un segundo antes de hacer cualquier otra cosa. ― ¿Y bien? -, quiere parecer igual de animado que el instante cuando aceptó la sugerencia de la sanadora, pero tiene la sospecha de que no lo hace bien. Finalmente, tras un gesto y una larga exhalación, termina por sentarse en la orilla de la cama, esperando, quien sabe, alguna charla sobre lo mismo que han estado hablando durante la cena. @
  14. ―Ah…am n-no, no quiero más té, Evans, e-e-estoy, yo no, estoy muy lleno Bel-, balbucea inconscientemente mientras se remueve incomodo en el suelo, rodando por el montículo donde ha aterrizado de mal modo y llenándose de arena hasta las orejas. No es Garry una persona de sueños profundos, suele despertarse con facilidad y descansar pocas horas en largo tiempo por lo que de alguna maneta es consciente de lo irreal que es aquel sueño, donde parece estar de picnik con Bel. Aun bajo su espalda puede sentir la incomodad de algo incrustado en sus costillas, no importa que tan lejos cree haber rodado, por lo que después de renegar un poco más entre balbuceos no le queda más que, de mala gana, incorporarse salpicando ruidosamente de arena por todas partes. ―Ella decía que el té era de amaranto…-, murmura como ensoñado apenas se encuentra con el distorsionado rostro de Moody. ―A mí ni siquiera me gusta el amaranto-, se quejó sacudiendo la arena de su cabeza. Entonces, después de una larga pausa lo recordó. El guardabosques. Difícilmente se puso de pie, dejando a un lado a Knockturn y lo que fuera que estuviera la mujer haciendo. Con largos pasos consigue llegar hasta la orilla del estanque por donde han salido tratando de ver en aquella fría superficie alguna señal del viejo hombre. ―Tenemos que irnos-, se gira nuevamente hacia la muchacha que sigue, hasta ahora, en el mismo lugar donde la encontró al despertar. ―Él pudiera conocer otro camino-, se apresura para volver hasta donde se encuentra la mujer. ―Eh… ¿Me estas escuchado? -, para su sorpresa, se encuentra al volver, un gesto poco identificable en Moody, a pesar de que ya la ha visto furiosa maldiciéndole, y una escoba partida a la mitad. ―Ah…-, por primera vez con ella, se ha quedado sin que decir. ―T-te…te lo compensaré…-, apenas puede hablar no muy convencido de poder soportar un puñado más de maldiciones por parte de ella. @
  15. ID: 118247 Nick: Sain M. Ollivander Link a la Bóveda Trastero: Bóveda de Trastero Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda Fecha: 2018-05-15 Poción: Poción animalis Puntos: 20P Precio: 1000G Poción: Poción mágica reveladora Puntos: 10P Precio: 500G Total de puntos: 30P Total de Galeones: 1500G
  16. ID: 118247 Nick: Sain M. Olllvander Link a la Bóveda Trastero: Bóveda de Trastero Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda Fecha: 2018-05-15 Objeto: Reloj mágico familiar Puntos: 20P Precio: 1000G Objeto: Juego de Gostones Puntos: 10P Precio: 500G Total de puntos: 20P Total de Galeones: 1500G
  17. Cuando Evans le hace el grandísimo favor de deshacerse de la corbata en su cuello, él no puede estar más agradecido con ella y con una mirada de alivio se lo hace entender, a pesar de que aclara que lo ha hecho para su bien y no el del muchacho, sabe que miente, después de todo, le ha quitado la mirada de en sima cuando lo dice, y es que Bel Evans pareciera incapaz de mentirle aun cuando intenta hacer una broma. Él sabe que ella puede hacerlo, mentirle, por lo que se aventura a pensar que la reacción de ella es solamente una consecuencia de la misma del muchacho. Pero que patética que podría ser esta situación, y aun asi a Ollivander le divertía. Asiente para agradecer el gesto y lo que ha dicho, más cambios, si, debe pensar en todo eso ya y malamente no se siente con ganas de hacerlo, porque se ha acostumbrado que todo fluya tan demasiado despacio, que no todos los cambios son bien recibidos por el licántropo, por lo que en ocasiones pudiera él olvidarse de aquellas cosas que permanecen siempre, o era tal ves que se ha acostumbrado tanto a ellas, que parecieran olvidadas entre tanta novedad. Esto era, para él, aquello que no le permitía terminar escapando nuevamente de Ottery St. Catchpole. Exhala largamente, parpadeando una y otra vez, gesto que hace cuando trata de ordenar algunas ideas más confusas. Tienen la mirada puesta en el fondo de aquella botella vacía, ¿tanto han bebido ya? Cuando voltea su mirada a la copa y después a su sanadora se da cuenta de que Evans ha consumido ya algo más de la mitad de esa botella, las coloradas puntas de las orejas de la mujer se lo dicen al mago y él se siente vagamente impresionado por la capacidad que tiene Bel para soportar el alcohol, siendo honestos él comienza a sentirse ya algo mareado. Haciendo su vaso aun lado, a pesar de que ha sido rellenado una vez más, le da entender a la mujer que no se le apetece tomar más, si, no solo Evans puede enfatizar sus rasgos infantiles, él puede hacerlo por cuenta propia, así que evita, cuando lo hace, que su mirada se cruce con la de ella para evitar cualquier regaño no hablado, que aún no entiende como, pero parecieran afectarlo más que cuando ella le grita o le golpea cuando Ollivander ha hecho alguna imprudencia. Sin embargo, no puede ignorarla por siempre y es su charla aparentemente casual la que atrae nuevamente su atención a ella. Aunque después de “esas odiosas reuniones sociales” la atención disminuye, y tantea con sus dedos el mantel de la mesa, dispuestos a tomar nuevamente de su bebida si la situación lo necesitaba. A la mitad de lo que ella contaba, la cena ha llegado al fin a su mesa, y Garry encuentra, por lo menos, más de un par de dos o tres faltas de salubridad en el mozo que les ha servido, aunque no lo dirá, el platillo luce exquisito, quizá aún mejor que en la foto. Mastica con dificultad su primer bocado, es bueno si, pero se da cuenta de que su apetito no es muy bueno de pronto y que se va a cansar de comer toda esa comida que han servido en su plato. Solo puede alzar las cejas cuando la escucha continuar, si escucha lo que está diciendo, aunque se siente confundido, ¿A dónde quiere llegar Bel Evans con esto? Hace tanto tiempo ya que entre ellos las pláticas “casuales” dejaron de ser precisamente “casuales”, que ahora no puede esperar mas por el desenlace de lo que ella le cuenta, esperando de verdad, un final muy al estilo de la sanadora. Asi que su gesto se contrae cuando ella deja los cubiertos sobre la mesa, él no sabe entonces que es lo que debe hacer, asi que, con torpeza, arremeda el gesto de ella con un apenas perceptible rostro de no tener mucha idea de lo que viene a continuación, porque hoy pareciera que su cerebro no está dispuesto a cooperar (como casi siempre) cuando de hablar sobre el proceso mental de Evans se trata. El último de sus bocados aún se está masticando, demasiado despacio para darle al muchacho el tiempo necesario para pensar en una respuesta que pudiera acercarlo o darle una idea de lo que ella dice. ―Bien pues…-, inhala y exhala de un jalón con la boca cerrada y que provoca que su nariz haga un ruido cansado. ―Ya te lo he dicho antes querida-, comienza a explicar, desviando de ella nuevamente la vista para cortar un trozo más de carne de su plato. ―La mayoría de los matrimonios más exitosos, o lo que la gente considera exitosos, se basan en mentiras. Solo mira el nuestro-, detiene su actividad, dándose cuenta de que quizá, en su primer intento, ya ha metido las dos patas. ―Ah…am…bL-lo que trato de decir es que…-, ¿Qué trata de decir? ―El matrimonio es meramente una formalidad Bel Evans, cosas de sociedad-, él no cree que pueda decir algo peor ahora, así que solo deja ir sus palabras. ―¿Por qué entonces hay gente que se ama y están comprometidas con otras, o no pueden estar juntas por diferencias sociales? -, nuevamente enarca las cejas. ―Has desarrollado un hábil sentido de observación querida. Tu dime, ¿Por qué crees que esto te ha afectado? Casi de manera inconsciente, al igual que su bebida, el mago desliza apenas el plato hacia enfrente, clavando la mirada en Evans.
  18. Se entretuvo entonces en su siguiente actividad, la runa de sangre, motivado con las instrucciones de la mujer que explicaba, Ollivander no tardó en hacer lo necesario para conseguirlo, no parecía un problema realmente, no como llegó a pensar a temer que podría ser. Para su suerte, apenas termina de activar la runa cuando hay suficiente luz aun en el cielo, y al conseguirlo puede sentir el ladrido de la criatura en su cabeza, como repeliendo todo a su alrededor, “Buen chico”, Garry murmura, burlándose un poco de él. Cuando termina con aquello y la runa ya está activada se dedica a sanar su herida, que no es ni para nada igual de profunda que la del muchacho de cabello azul que han usado de ejemplo, es más él abrió nuevamente una vieja cicatriz que surca las palmas de su mano izquierda, que deforma y atraviesa las líneas marcadas en sus manos. Más explicaciones acompañan las palabras de la Triviani, aunque él cree que en verdad no ha explicado algo. “Cosas a medias” puede pensar, mientras se encamina justo detrás de Evans preguntándose más sobre la runa de sangre que han activado, y por qué es que Bel parecía tan afectada al respecto. Quizá estaba él conjeturando mal, y en realidad a ella lo que más perjudicaba era el hecho de estar en esta clase. Lo han hablado en otras ocasiones, en Baker algunas veces más, sobre las artes oscuras, pero el tema nunca es malo ni bueno entre ellos, por lo que no evita desconcertarse, aunque sea un poco por la actitud de Bel, algo que no reconoce como común, pero que ya ha visto antes. Adentrado en aquel oscuro camino, rebusca su varita entre sus ropas, a pesar de lo bueno que pudiera ser el Ollivander para ver en la oscuridad y de que aclimatarse no debiera resultar ser un problema, aquella oscuridad es tan profunda que incluso cuando de su varita una tenue luz color plata ilumina su camino, le cuesta distinguir un comienzo y un final. Cuando Bel le toma de la mano, a pesar de que aún le resulta incómodo el contacto sobre su herida, esta vez prefiere asegurarse de que aquel agarre sea firme, solo para asegurarse de que ella siga ahí. ― ¿Qué he almorzado antes de venir aquí? -, pregunta su respuesta, porque ahora se da cuenta de que ni si quiera él mismo estaba más interesado en ese momento en otra cosa que no fuera activar la runa de sangre. ―Quien sabe, digo muchas cosas…-, termina por mascullar incorporándose, pues se ha inclinado hacia adelante para poder escuchar lo que ella tuvo que decirle. ― ¿Has oído antes de este lugar? ¿Qué cosas pudiera haber? -, murmura en lugar de hablarlo, distraído en su alrededor, no se siente intimidado, pero no deja de estar alerta. ―Tú sabes defensa ¿no? -, pregunta del modo más casual a Bel. ―Quizá algo va de eso, de que hay que encarar en lugar de atacar-, por un momento desvía la luz y la mirada al suelo, tratando de ver sobre qué es lo que están pisando.
  19. Quienes no los conocieran en aquel lugar podrían darse cuenta del increíble contraste que eran aquellos dos que compartían la mesa, aunque Garry aún se descoloca cuando de algún conocido puede escuchar “lo bonita pareja que son”, el muchacho lo ha estudiado para poder pasar desapercibido cuando ella se lo pide, el cómo debe comportarse en aquellos eventos de comunidad mágica, o frente a la familia de ella que aún creen que están casados por amor, él ha leído todas esas revistas muggles y del mundo mágico que mss H le comparte de vez en cuando y ha visto novelas en el aparato de TV. Pero él cree que no se necesita ser verdaderamente listo para darse cuenta de que aquellos "finales felices" realmente no durarán. Y es que ellos dos son tan distintos en tantas cosas, Garry está seguro de que lo único que mantiene esta relación tan bizarra entre ellos es la capacidad materna de Evans de cuidar de los demás, y claro su (aunque ella no lo admita) necesidad de adrenalina suicida que Ollivander es perfectamente capaz de proporcionarle día a día. Mientras tanto, aparte de aquello, lo que Garry puede hacer en este matrimonio es…decir que se ha casado por amor y no recordarle, tan continuamente, que su matrimonio está basado en un contrato de mera condición jurídica que, según él, los beneficia a ambos por supuesto, ¿por qué? Porque ella pareciera muy afectada cuando de mentir a los demás se trata. Pensarlo asi de pronto le parece tan desagradable, quizá no es por él, pero siempre ha pensado que le gustaría ofrecer algo más a Bel Evans que realmente le haga feliz, asi como ella lo hacía con él, quizá sin darse cuenta porque ni si quiera él está seguro de cómo es que Bel consigue hacerlo. Y aunque se lo ha dicho ya tantas veces, él no se cree capaz de compartir con alguien más que no sea ella una fechoría como lo que parecía resultar ser el matrimonio “sin amor”, Garry quisiera poder decir que el hecho de que ella lo hiciera de ese modo, que aceptara su matrimonio aparente, para la retorcidamente del licántropo, significaba mucho más que haberlo hecho por las razones que todo mundo se espera. Porque no conoce persona hoy en día que entre en su vida sin quejarse, juzgarlo o multarlo de muchas peculiaridades de su personalidad, incluso Bel lo ha hecho, pero solo ella estaba ahí para, a pesar de sus palabras, siempre seguir ahí. Todo aquello realmente, o irónicamente, no lo anima mucho cuando lo piensa, quien sabe, debe ser el cansancio y el apesadumbrado cuerpo que distraen sus pensamientos hacia otra dirección. Sonríe de medio lado divertido por lo que ella ha dicho, y es que, si a ha hablado bajo, es por culpa del alcohol en su garganta, pero le divierte ver como la presencia de Evans, de pronto junto a él acentúa aquel aire demasiado infantil que él muchacho pudiera tener. Ahora entiende, quizá solo un poco, por qué Moody es menos “tensa” cuando Bel esta junto a él. ―No, para nada-, se reacomoda un poco mejor en su silla, intentando nuevamente con la corbata de su cuello, tratando de no lucir tan desmejorado. ―De verdad quiero probar ya ese filete-, busca entonces, el vaso que ella se ha tomado la molestia de servir nuevamente, y alzándola apenas para “el brindis” procede a tomarla. Se le antoja terriblemente, solo después del primer sorbo, comenzar una discusión sobre lo que aquel nuevo empleo significa para él, pero prefiere no hacerlo, casi no lo habla con ella, los asuntos en la OdF, a pesar de que sabe lo muy involucrada que ella está en él asunto. ―Es extraño ¿no? -, su mirada no está en ella, sino más bien en todo lo que hay a su alrededor, en el lugar afortunadamente hoy no hay mucha gente, un par más de parejas y amigos esparcidos por ahí, él agradece esa falta de intimidad, porque, de no tenerla, cree que no se sentiría igual de conversador. ―Las cosas han cambiado tanto ya-, es lo único que puede decir después, y es que para alguien que vivió tan pocas cosas en tanto tiempo, de pronto el peso de toda esta vida novedosa en el exterior comienza a ser una marca más en el muchacho. @
  20. Exhala con cansancio. No es que precisamente se esté sintiendo incómodo ante la formalidad que está tratando de tener en aquel relajante, pero al mismo tiempo muy elegante restaurante al que Bel lo ha traído esta vez, si no más bien es que, su rostro lo confirma, él pareciera más cansado de lo habitual, agobiado quizá por la cercanía de la noche de luna llena, o quizá por todos estos deberes que de pronto han llenado espacios en la vaga vida del mago, y que de pronto tienen un peso que no se justifica ante la personalidad ausente del muchacho. A pesar de las pocas ganas que siente de salir de casa, en esta ocasión no ha dejado que Bel le insista para convencerlo de salir. Había bastado una sola vez, una sola mención para que aceptara a acompañarla, porque han pasado tanto tiempo juntos estas últimas semanas, uno al lado del otro, acompañándose al trabajo o compartiendo el almuerzo, pero por alguna razón, se siente como si ella no estuviera ahí, ¿ella podría estarlo sintiendo igual con él? "Esto es una “cita”, decía Yanna Smith mientras animadamente buscaba en el armario un atuendo más propio para la ocasión, aunque también era difícil saberlo si ninguno de los hermanos tenía una idea de a qué se iba al lugar. Para su suerte, esta vez, como en muchas otras ocasiones, Evans lo conseguía impresionar presentándole tal rincón de Ottery, aunque estuvieran a las afueras, supone él que es lo más lejos que Evans está dispuesta a salir del pueblo mágico por ahora, pero funcionará para él. Quizá la latina había acertado vistiendo al mago con aquel traje semi casual de tonos marrones y cafés. Está intentando mejorar un poco la estropeada corbata guinda en su cuello, sus ropas parecieran solo un poco más flojas de su cuerpo, señales de la mala condición que le está dejando el exceso de toxinas y pócimas que estimulan su cerebro, pero que claramente estropean, aun mas que la licantropía misma, el cuerpo del joven Ollivander. Después de un par de veces más, el mago deja de insistir, prosiguiendo a tomar aquel elixir ambarino que Evans pidió para él al mozo que los atendía. ―Es un buen lugar-, musita en vos baja y rasposa tras el trago ardiente en su garganta cuando ve a Bel regresar a la mesa. ―M-me..me gusta-, forzadamente apenas sonrió, no miente, el lugar es de su agrado, pero hablar mucho en esta época del mes no es algo común en Garry. @
  21. El muchacho sonrió largamente, dejando que las cicatrices de su rostro se empalmaran feamente unas sobre otras, en aquellos ojos brillantes de colores distintos, Ollivander encuentra que a quien tiene en frente es una persona brillante, aunque no le sorprende mucho tampoco saberlo, los demonios y los vampiros, sin querer ser discriminante con las demás razas, tienen un ingenio tan sobre natural como lo es su naturaleza misma. “Exquisito”, podría pensar Grelliam, a pesar de su incomodidad con los seres nocturnos, los vampiros, para su fortuna, ella no se trataba de uno. No puede evitar la pequeña curva que se hace en la coyuntura de su boca, con malicie, como si tramara lo peor, ¿lo habrá escuchado bien? Ella lo dijo, si, “Fenixiano”, que término tan poco común cree él, entre la comunidad mágica, y ni siquiera cree haber escuchado algo como eso antes. Supone él que ella es una de las involucradas en la guerra mágica, con aquellos términos que ponen nervioso a cualquier ministerial del MM, seguramente ella es alguna boca suelta o solo quiere intimidar al muchacho. ― ¿Fenixiano? -, el muchacho dijo pareciendo confundido. ―No, no, yo era de Slytherin, la casa de Slytherin, en Hogwarts-, explicó a la muchacha, desentendido del tema, a pesar de lo muy segura que ella parece saberlo. ―Incluso fui prefecto-, continúo adelantándose nuevamente a tomar el mapa. Ya un poco más serio, como de costumbre, sin nada de expresión en su rostro se dirige nuevamente a la muchacha. ―Créame que no tengo el más mínimo interés por lo que hay en este lugar-, da un vistazo a su alrededor, reconociendo que no existe algo más interesante que aquella muchacha y su mapa. ―Pero si necesitas que lo haga, podría intentarlo-, no miente, aunque las promesas y los juramentos para Ollivander sean actos tan desagradables, que prefiere muchas veces más aquel ataque con que ella lo amenaza, que el tener que hacerlo. Él no está seguro si insistir un poco más en el tema, la muchacha ha tenido un comportamiento repentinamente inusual, no lo dice por esa actitud, sino más bien por sus palabras, conocía de nombre a los mortífagos, los sabía cómo personas sumamente reservadas y brillantes entre sus mejores características, tanto que podrían pasar desapercibido ante los ojos de cualquiera, pero, sin embargo, él cree que lo que ha dicho es una manera de exponerse demasiado cruda. Prefiere mejor dejarlo, después de todo, a pesar de pertenecer a las filas de la orden, hay quienes dentro le han insinuado la falta de apego y lo fácil que pudiera ser que Ollivander les traicione y es que, a estas alturas del partido, él no cree de verdad tener una intención dentro de esta guerra mágica. No como la voluntad que tienen los involucrados. Ni luz, ni oscuridad. ―Siendo sinceros solo estoy interesado en este sendero-, con su misma voz monótona, pero que tenía un aire aventurero, explicó a la muchacha. ―Según el mapa te lleva a un páramo pantanoso, entiendo que funciona como un portal, aunque igual puede tratarse de un camino muy largo-, se está preguntando ahora si la chica de verdad estará verdaderamente interesada en el mapa o en los temas bélicos. ―Pero… ¿tal vez tu conozcas algún camino mejor? -, con una sonrisa divertida el mago enfrentó sus miradas. @
  22. Toda la vista de Yanna de pronto se tornó en un repentino e infinito escenario blanco, acompañado de un fuerte dolor en la cabeza que la aterrizaba a una velocidad vertiginosa sobre el cuarto de Ollivander. Aquello había sido tan rápido e inesperado que Smith no pudo siquiera quejarse del dolor tras su caída, y ni siquiera estaba segura de que es lo que había pasado, ¿Acaso había sido el elfo doméstico? Imposible, ella se hubiera dado cuenta de eso, ella la estaba acechando. Abrió los ambarinos y grandes ojos de golpe contrayendo filosamente las pupilas, aun con la falta de luz a su alrededor, en aquel bonito rostro de cejas enmarcadas, el gesto desconcertado no deja de parecer siniestro en aquella penumbra, y es que a la muchacha le enfada tanto aquella sensación de confusión, a pesar de lo muy común que es para ella conseguirlo. Ruidosamente se ha incorporado, aun sentada en el piso ni siquiera hace un esfuerzo por intentar aliviar el dolor punzante en su cabeza y que le provoca un fuerte zumbido en los oídos, ¿con que cosa se habría dado? De reojo apenas observa a Evans demasiado cerca de ella, a lo cual solo le dedica un gesto de desagrado antes de ignorarla de nuevo, “ah claro”, ahora lo recuerda, su frenesís nervioso por no dañar a nadie, “tks”-, es para Yanna aquel un típico y ridículo gesto “heroico”, que la latina encuentra patético en alguien que ni siquiera sabe que si alguien debería ser salvado es ella misma. ―Cierra la boca ya-, la mano abierta de Yanna es tan grande sobre el rostro de Bel, que no es difícil cubrirle casi en su totalidad. Con apenas algo de fuerza la empuja para hacerla también caer y estar a la par. No puede escuchar muy bien todo lo que ella dice, aun asi ha decidido que no es importante, está molesta, por supuesto, pero el modo en el que Evans ha tenido que recurrir a la magia para detenerla le ha dejado una fea sensación de decepción en la mujer, que parece más desalentada que otra cosa. Después de todo se daba cuenta de que Nasha quizá se equivocaba en algunas cosas sobre la mujer de Garry, pero no lo hacía cuando la chamán hablaba de los magos ingleses. Y es que Yanna Smith pudiera ser una buena hechicera, tal vez, pero siempre ha preferido hacer las cosas manualmente, salvada solo de las situaciones más bizarras por su magia que reacciona inconscientemente en los momentos justos para sacarla de un aprieto, al igual que su mañoso hermano, la Smith pareciera haber creado, de su magia, una personalidad totalmente diferente, como si tuviera vida y mente propia. Aunque de eso poco, quizá era lo que no prefería de la magia. Exhaló ruidosamente tratando de ponerse de pie, pero aún se siente bastante afectada por el golpe, extrañamente, acostumbrada a una vida kamikaze de persecuciones y escapes de todo tipo, la Smith maldice en “traje ninja” demasiado blando para su “tontamente frágil” cuerpo. Con todo eso en su cabeza, la mujer ha olvidado por completo la presencia del elfo, y se gira sobre su eje para poder ver la puerta, la sombra de fuera titubea un par de veces, y antes de que la criatura se animara a entrar, Yanna se estira lo suficiente para cerrar la puerta tras ellas y con un inusual gesto en sus ojos, como si se tratara de una amenaza, el candado en el pomo de la puerta se activa tras un “clic” demasiado ruidoso que le advierte a Yanna que el zumbido en sus oídos ha desaparecido. ―Si la criaturilla esa conoce tanto a Grelliam, como yo…-, es una larga sonrisa la que de nuevo se pinta en su cara. ―Lo dejará pasar-, Yanna tiene un fuerte recuerdo de Garry, eran tan jóvenes cuando se separaron y aun asi ella cree conocerlo como si estos quince años no hubieran pasado entre ellos. ― ¿Seguirás ahí con tu cara de murciélago o me ayudarás a buscar lo que ocupamos? -, el modo en el que habla con ella es menos animado que anteriormente, tampoco se da a la tarea de encararla cuando le habla. Por supuesto, Yanna Smith puede hacer los berrinches que quiera. ―No tenemos mucho tiempo, si la elfo conoce tanto a Garry como yo…-, repitió melosa. ―También debe saber que las cosas terminarán con un botiquín médico y un par de pócimas para aliviar quemaduras. @
  23. ID: 118247 Nick: Sain M. Ollivander Link a la Bóveda Trastero: Bóveda de Trastero Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda Fecha: 2018-05-11 Poción: Doxicida Puntos: 10P Precio: 500G Poción: Aliento de pimienta Puntos: 20P Precio: 1000G Total de puntos: 30P Total de Galeones: 1500G Gracias
  24. Hello, que rapidez *O* ID: 118247 Nick: Sain M. Ollivander Link a la Bóveda Trastero: Bóveda de trastero Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda Fecha: 2018-05-11 Objeto: Saeta de fuego Puntos: 20P Precio: 1000G Objeto: Ajedrez mágico Puntos: 10P Precio: 500G Total de puntos: 30P Total de Galeones: 1500G Gracias :3
  25. Sin darse cuenta el mago sonrió, una larga media sonrisa que empalmaba sus cicatrices que lo dividían entre hombre y bestia. Todo mientras, a diferencia de ella, él mantenía la vista puesta en la muchacha que no dejaba de redireccionar sus ojos y remover sus manos una sobre otra. Por el modo en el que ella habla Garry se confunde al tratar de saber si ella “cree” que así es la historia o si de verdad está segura de lo que cuenta y todo eso que hace, inconscientemente, es solo parte de su malestar sentimental que le provoca rememorar la triste y dura historia de su viejo. Sin embargo, Ollivander opta por no dudar de ella, después de todo, Dennise Delacour es la persona más interesada en darle solución a todo esto. Parpadea pesadamente cuando ella ha terminado de contar, debe él saber qué de todo lo que ha dicho es importante, y antes de hablar le echa un vistazo pesado a su sanadora, que pareciera más atenta en sus notas que en el detective. Garry provoca entonces otro largo minuto de silencio, con tantas cosas pasando por su cabeza, no le molesta si Bel interviene un poco para que la muchacha no se incomode ante el mutismo del licántropo, aunque si ella lo hace, si se incomoda, realmente tampoco es algo que mortifique a Garry. ― ¿Traerá con usted ahora ese pergamino anónimo? -, Ollivander preguntó tranquilamente después de un rato, mostrándose serio, mientras tomaba un sorbo más de aquella infusión. @@Dennis Delacour @

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