Jump to content

Hessenordwood Crouch

Magos Expertos
  • Mensajes

    3.350
  • Ingresó

  • Última visita

  • Días ganados

    18

Todo lo publicado por Hessenordwood Crouch

  1. ID: 118247 Nick: Sain M. Ollivander Link a la Bóveda Trastero: Boveda de trastero Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda Fecha: 2018-05-10 Objeto: Anteojos Alfa Puntos: 20P Precio: 1000G Objeto: Monedero de piel de Moke Puntos: 10p Precio: 500G Total de puntos: 30P Total de Galeones: 1500G
  2. Hallo o/ ID: 118274 Nick: Sain M. Ollivander Link a la Bóveda Trastero: Bóveda de trastero Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda Fecha: 20018-05-10 Poción: Poción Envejecedora Puntos: 20P Precio: 1000G Poción: Esencia de Rue Puntos: 20P Precio: 1000G Total de puntos: 40P Total de Galeones: 2000G Gracias
  3. No hace mucho caso cuando ella toca el tema de las familias, la muchacha dice que no puede recordar lo que se dice de la familia de Garry, y la verdad es que Ollivander no se quiere esforzar por ponerla al día, quien sabe, ya le resulta algo tedioso tener que explicar que Garry Ollivander no es un fabricador de varitas, título tan popular entre los artesanos hacedores de varitas para magos de todas partes del mundo. No, el muchacho licántropo, seguramente por herencia de su padre, encuentra entretenido muchas otras cosas más que solo hacer varitas. Él cree que la muchacha habla tan deprisa, pues perdido en aquel hilo de pensamientos ella ha cambiado al menos dos veces más de tema y no está seguro si debe intentar contestar a algo que ha dicho o solo pensar que lo tiene. “Que buena muchacha”, piensa Grell mientras ella le da pretextos de por qué el castillo de los Ravenclaw casi desaparece, le resulta divertido pensarlo y quizá demasiado curioso por saber más de aquella historia. Pareciera un buen día entonces para salir de aventura, sin casos en Baker, ni acostumbrado aún a pasar tanto tiempo en la casona de la heredad de su familia a Ollivander es difícil tenerlo quieto, quizá también era por aquello que se terminaba de convencer por aquel viejo sobre la veracidad del mapa. Para mejorar las cosas, la muchacha que creyó en un principio que no dudaría en sacarlo de ahí, resulta ser una verdadera personalidad. Así que sí, hoy se siente con algo mas que solo suerte para llegar a donde la equis marca el lugar. Sin poner mucha resistencia se dejó jalonear por la muchacha, aunque está convencido que de haberse querido resistir la cosa no sería muy diferente, la fuerza con la que Ravenclaw ajustaba su agarre se lo aseguraba. Después de hábilmente sacarlos de ahí, la joven los ha metido en lo que Ollivander identifica como una oficina, quizá donde se ven todos esos líos administrativos que cualquiera pudiera pasar desapercibido entre caramelos macizos y dulces bombones. No ha dicho ni una palabra más y quien se ha presentado como Saori ya se ha puesto en la búsqueda y le ha ofrecido apoyo. Por más que Garry cree sentirse complacido, es difícil saber si ella habla con la razón o solo es una treta para sacarle algo más de información al mago, porque pues en este Ottery tan pequeño no es usual que alguien se muestre tan interesado en cosas como estas, aunque no por eso quiere decir que no exista quienes lo hagan. ―Ah…si claro-, aun con aquellos pensamientos en la cabeza, el mago continúo. ―No creo que sea muy difícil de comprender realmente, vea usted-, se adelanta con largos pasos para cruzar el cuarto y llegar hasta el escritorio donde pone el mapa sobre los pergaminos enrollados que ya están ahí, de modo que la muchacha pueda también contemplarlo. ―Según esto, se trata de un mapa trazado sobre uno aún más viejo-, sobre el mapa se puede ver una parte del callejón Diagon, muy específicamente la parte de Honeydukes, donde tiene un detalle de su interior. ―Y si hacemos esto…-, el muchacho saco su varita y con una floritura una brillante luz fluorescente se encendía en la punta que apuntaba el mapa. ―Podemos ver los caminos ocultos―, sobre el mapa se mostraba con una tinta de color rojiza otro camino en el interior del local de dulces. El licántropo retrocedió un par de pasos para que la muchacha pudiera ver mejor el pergamino, en él se podían ver una serie de pasadizos secretos que supuestamente se escondían entre los muros del local, lo curioso era, que existía una parte desfasada como un cuarto que actualmente no se encuentra ahí, Garry piensa que es posible que solo se trate de alguna remodelación sufrida en el local. ― ¿Lo ha visto antes? -, preguntó a la curiosa chica. ― ¿Reconoce alguno de esos caminos? -, después de haber escuchado su versión contra los fantasmas en la Ravenclaw, a Garry cree que no le sorprendería saber si la muchacha está más que consiente de la existencia de alguno que otro pasadizo y sus respectivos destinos. @
  4. Garry asintió cuando la muchacha le explicaba el acomodo de los propietarios del local. No le era muy importante saberlo, pero igual agradecía el detalle de la joven. Después de escucharla y verla hablar Garry al fin soltó una sonrisa un tanto mucho más genuina. Creyó entonces reconocer de boca de ella el nombre de quien decía que era su hermana, si no tiene mala memoria, él también conoce a alguna Kytta, aunque ¿Cuál era la probabilidad en Ottery de dos personas con el mismo nombre? Si algo podía reconocer del lugar es que a casa llegaba cada individuo cada uno con un nombre más complicado de pronunciar que el anterior. Sin embargo, la muchacha no le da permiso a Ollivander de entretenerse en ese hilo de pensamiento, y su charla continua, lo hace darse cuenta de que ha comenzado con un bombardeo de preguntas. ―Oh, no me mal entienda…-, comenzó su explicación, dejando de lado toda la actuación y taciturno como siempre el muchacho continúo. ―Este es un buen lugar, Honeydukes, buenos dulces si, aunque cierto es que no vengo a comprarlos-, Garry pasó la mirada por su alrededor, tampoco es como que el licántropo odie el caramelo, pero rodeado entre tanto dulce y chocolate cree que se está comenzando a enmielar (que se cubre de miel) de estar ahí dentro. Continuó entonces con las respectivas presentaciones, Garry conocía también aquel decir de que siempre hay que comenzar con las presentaciones, educado como todo un futuro heredero de los negocios de su padre (cosa que no pasó como se esperaba) los modales y el cochambre que era ser todo un diplomático, aristócrata fueron memorizados por el pequeño Garry. Pero el Garry mayor era muy diferente, después de todo Grelliam cree que, si se crece encerrado en un exilio, uno puede cobrárselas después. Sin el lado negativo, en cambio, Garry piensa que es más divertido cuando conoces a alguien sin saber su nombre y quien sabe, descubrirlo después, -El nombre no te define como persona- él cree y quizá es por eso que ha dejado de usar su nombre de mago y se adueñado de aquel apodo que le impuso su hermana mayor. ―Garry Ollivander-, estira su brazo para estrechar la mano de la muchacha, un tanto dudoso de cómo alguien tan aparentemente inquieta, pudiera reaccionar de pronto. ―Un gusto, señorita Ravenclaw-, aunque su rostro no es muy significativo, esta vez está siendo sincero. Cuando las cortesías han acabado, es que ella continúa con su cuestionario, él esta vez se lo pensará mejor antes de hablar, después de todo la chica parece bastante seria cuando le confiesa su entrenamiento previo del que se ha formado gracias a su fraternidad. ―Yo, pues…-, ¿Por qué es que se lo piensa tanto? Quizá es por todo aquello que Moody y Evans se han esforzado por meterle en la cabeza. Garry Ollivander no es un hombre considerado, y no ve, a partir de ahora, como no arrastrar a esta dulce chica a su aventura comenzada por un viejo pedazo de pergamino que pareciera dibujado por un niño de once años. ―Estoy buscando un camino secreto…- soltó aquello de lo más casual, mostrándole a la chica el mapa que guardaba en los bolsillos de su abrigo. @
  5. “Tranquilo, Garry” Pensó el muchacho y quizá en un tono burlesco para sí mismo, después de todo a Garry Ollivander se le conoce por no parecer tener un gesto en el rostro, inexpresivo y sin chiste. Exhaló largamente, pensando en que solo podría meterse en líos si es que realmente eso es lo que estaba buscando. Él no cree que, si es sincero con los dueños del local, sean duros con el muchacho por parecer husmear sus almacenes, después de todo aquella apariencia enfermiza del licántropo dejaba mucho que decir, tan solo camino a la dulcería un par de señoras adultas se habían ofrecido a llevar al joven al hospital de San Mungo. Al girar se encontró con un rostro nada familiar, -“Pero que sorpresa”- admiró el Ollivander aquel rostro limpio e irreconocible de la muchacha, para su experiencia en Ottery estaba casi seguro que ya tenía demasiado tiempo viviendo en aquel pueblucho mágico para decir que al girar se encontraría con algún rostro familiar, aunque sea de vista. Sin embargo, este no es el caso, y el rostro que contempla ahora es de pronto algo tan bonito, que le resulta inhumano. “Una demonio”- advierte Grell en su cabeza. Garry la verdad es que no tiene conflicto con los demonios, es amigo de una muy coqueta, por lo que siempre le han parecido seres interesantes, dispuestos siempre de llevar todo al límite. ―Madame-, Garry apenas hace una venia de cortesía a la muchacha (aunque por la mirada de ella, sospecha que ella ha presenciado un numero alarmante de primaveras(?). Se esfuerza por sonreír, pero aquella media sonrisa solo logra remarcar en su rostro las cicatrices que lo delatan, ante los ojos incluso del menos observador, como un licántropo. ―No se preocupe por mí, solo soy… de servicio-, genial, la mala influencia de su hermana merodeando la mansión de Ollivander´s pareciera que se ha contagiado. ―Solo estaba acomodando un poco, haciendo inventario, para ver si serán necesario que…-, no importa cual convincente pudiera creer que se escucha, supone que la muchacha ya se ha dado cuenta. ― ¿Eres la dueña de este lugar? -, preguntó soltando el aire retenido en sus pulmones todo este tiempo, orillado ante aquella mirada que recibía de la muchacha, bien, al menos podría decir que en el intento de esta aventura habrían encontrado a una brillante observadora. @
  6. El muchacho se removió incómodo entre tanta gente, ¿Por qué los dulces eran tan populares? Y él, siendo un nada fanático de los caramelos, sabe que entre dulcerías Honeydukes es “La dulcería” entre dulcerías, Bel Evans se lo había dicho ya infinidad de veces cuando pasaban a algunas cuadras de distancia y hasta allá podría percibirse siempre el olor a caramelo tostado, la mantequilla de las rosetas de maíz y el algodón de azúcar. Grell podría decir que se empalagaba tan solo de ver el local desde su fachada principal, aunque no se queja, para una dulcería, es deverdad algo muy atractivo de ver. Y justo ahora está ahí, tratando de pasar desapercibido entre niños y adultos que se amontonan por tener los primeros roles de canela y chocolates del día. ¿Y qué hace entonces alguien como Garry “el amargado de caramelo” Ollivander en un local como Honeydukes? Sencillo, hace unos días que se ha conseguido un mapa, según el extraño que se lo ha vendido (a un precio que Bernadette llamó “exorbitante”) llevará al mago a un escenario que presenció un momento importante en la historia de la magia. Si, justo el lugar donde el famoso Harry Potter aguardaba el momento correcto para salvar a Sirius Black de los dementores, ¿El camino? ¡Honeydukes! O al menos eso es lo que había dicho aquel mago que solo cuando uno de los tantos niños que no llega ni a la mitad de su altura y que lo ha pisado y llamado “muévete viejo” es que se da cuenta que aquel mago extraño lo ha timado. Aun con eso en la cabeza, se las ingenia para librarse de los empleados atareados, y justo ha cruzado victoriosamente la puerta con la leyenda de “solo personal autorizado” es cuando puede escuchar la voz de una joven mujer que, no importa para donde se haga, ella ya lo ha descubierto. ―Ay no, eso fue rápido… @
  7. Se tambalea cuando se pone de pie con su puño de hojas en mano, haciendo un gesto de disgusto al no poder reconocer las que tiene en un principio, “ah, pero que mal”, por lo tanto, tranquilamente se ha puesto a buscar entre el pequeño grupo las dos o tres páginas que pertenecen al libro que la sanadora le había prestado para clase de herbología, bueno “tomar prestado”, “ser tomado sin su permiso”, ¿Cuál era la diferencia? El hombre bajo sus pies se quejó, dispuesto pronto a ponerse nuevamente de pie, claro, la diferencia eran aquellas dos páginas que la intrigosa, aunque no muy buena observadora, de su mujer, lo notaría. La voz de repente inesperada de Knockturn, lo hace olvidarse entonces de eso, de su posible castigo con Evans, del hombre bajo sus pies o de que las hojas en su mano no corresponden a su libro. Para su mala fortuna, no alcanza a decir nada más y con un inesperado tirón, Eileen es quien se encarga de sacarlos del alcance del guardabosques a quien con un gesto de “de verdad lo siento”, le devuelve las hojas soltándolas en el camino. ―Resulta que él no las tenía-, apenas puede hablar a Moody cuando está tirando de su brazo hacia afuera del molino. Lentamente frena su camino cuando ve que la muchacha se prepara en su escoba para partir, que extraño, había pensado que justo después de abrir la puerta del armario la muchacha habría desaparecido. Ollivander se encoge de hombros cuando ella le habla de nuevo. ―Ah sí, ehh claro que se cómo hacerlo-, ¿de verdad?, ―Si, si claro, sostente como puedas-, con algo de torpeza el mago se apresuró a montarse sobre la escoba. Apenas sintió en sus ropas el agarre de la mujer, el mago despegó en la escoba velozmente volando muy muy alto, y casi donde el aire apenas entra a sus pulmones es que se deja caer. El regreso es rápido, básicamente deja que la gravedad haga lo suyo, ayudando solo a redireccionar el rumbo que lleva la escoba que cae en picada a una velocidad alarmante. ― ¿Sabes cómo regresar de Amarna? -, Ollivander casi gritó, con el aire golpeando fuertemente sus oídos ni siquiera espera una respuesta de Knockturn, pues si la obtiene, está seguro de que no podrá escucharla. ―Espero que ese folleto tenga razón…-, apenas murmuró, dirigiéndose a toda velocidad al estanque sereno. Apenas cruzaron el estanque y volvían a los terrenos de la universidad, el Ollivander perdió el control de la escoba y después de algún forcejeo en vano, se estrellaron en alguna loma que sobresalía apenas metro y medio del suelo. @
  8. Yanna K. Smith La Smith se levantó con cuidado, sobándose el golpe que se había dado en la pierna a causa de Merlín sabrá que, conoce a su hermano lo suficiente como para saber, sin que la luz este encendida, que aquel cuarto será todo un “desorden bien organizado” donde, a pesar de las buenas indicaciones que Garry le ha dado para encontrar los libros y los demás objetos, ella no cree que exista un modo de que él se entere si husmea algún otro rincón, ni mucho menos le preocupa que su pequeña compañera diga o haga algo al respecto. No le contesta a la pobre sanadora todos aquellos reclamos que hace, se ha quedado de pie justo frente a ella cruzada de brazos, esperando a que termine de recuperar siquiera el aliento, con un rostro de aburrimiento tras todo lo que ella dice entrecortadamente. Apenas está por contestarle alguna protesta cuando escucha la voz demasiado chillona para su gusto que se escucha del otro lado de la puerta. Yanna por un momento se queda completamente en blanco, la verdad es que, a pesar de su “tan elaborado plan” para infiltrarse en la hacienda de los Tonks, no esperaba que fueran encontradas tan rápidamente. ―Si yo…- finge, fallidamente, la voz de Garry, pero el tono de Yanna es mil veces muy diferente a la de su hermano, a pesar de lo áspera, la muchacha tendría mas parecido con Grell que con Garry. El repentino movimiento de Evans, afortunadamente, hace que aquella palabra quede a medias, ¿Qué es lo que tramaba aquella mujer? ¿Qué habría escrito en la nota? Lo que fuera, parecía que había funcionado, por lo menos la criaturilla del otro lado parecía menos animada a entrar, lo sabe por el modo en el que la sombra bajo la puerta titubea pasos adelante y hacia atrás. Sin embargo, lo que continuó por parte de Evans le descolocó. Yanna se quedó quieta en aquella oscuridad, a pesar de que el arrebato de la mujer le ha tomado por sorpresa, no puede evitar sentirse también emocionada con cada grito de auxilio que la mujer queja. ¿Quién lo dijera? Pero que encantadora mujer, empeorando la situación, y se estába convenciendo ahora de que Nasha la habría juzgado mal todo este tiempo, en cuanto a ella, bueno la mujer no era mas ni menos hasta entonces. ―Excelente idea, humana-, Yanna le sonrió en aquella penumbra a la esposa de su hermano, mostrándole esa filosa mirada traviesa que hacían juego con la astillosa sonrisa. ― ¡Secuestraremos también al elfo! -, a rastras se apresuró a buscar una manta o alguna cortina, el primer retazo que se encontrara a su camino, y gracias a sus largas extremidades no le llevó mucho tiempo estar devuelta junto a la línea delgada de luz que se cuela por debajo de la puerta. ―Si nos atrapan, podemos exigir ¡libertad por libertad! -, Yanna exclamó en animosos susurros ásperos. Poniéndose en cuclillas a tientas no le costó mucho encontrarse con lo que parecía ser un frasco de vidrio que tomó habilmente en sus manos y levantó por lo alto de su cabeza, le dirigió una última mirada a Evans guiñándole antes de aflojar el cerrojo con la mano con la que aun sostiene la manta, y posteriormente aflojar la entrada dejando una pequeña abertura para que la criatura curioseara. ―Vamos…entra pequeña-, en aquella oscuridad, con aquellos brillantes ojos ambarinos, la muchacha alta parecía toda una bestia a punto de cazar a su presa. @ @@Shena Cindy de Ryvak M.
  9. ―Si bueno, Bel puede ser algo sobreprotectora-, se ha llevado las manos a los bolsillos, cada vez menos animado de la compañía de la chamán, posiblemente porque, quien sabe, ahora seguramente lo sermoneará con cosas sobre la prevención y los peligros de la magia oscura. Le parece un tanto inquietante lo que aquella muchacha le cuenta, pareciendo tan afectada por los temas de la magia oscura y es que, si aquella chica decía tener una relación con Yanna, él cree que ella ya debería estar más que acostumbrada a cosas como estas; inusuales y suicidas)?. Era después de todo, lo único que Ollivander podría compartir con la Smith, quizá era por aquello que venir acompañado de la pequeña Nasha, no parecía tan mala idea en un comienzo. Ahora que la ha escuchado hablar y actuar, esta mujer debiera ser para Yanna lo que Bel Evans es para él. Pero a cambio, lo que Garry obtiene es más un comentario sobre dejarlo hacer lo que le plazca. Bueno, la cosa no podría salir tan mal entonces, si solo no tuviera que escucharla hablar sobre lo infantil que pudiera el Ollivander ser. ―Yo ya se cómo abrir el grimorio-, suelta como en un resoplido, un poco confundido con lo que la muchacha le dice después, ―Lo que buscamos solo es, es…-, entrecierra los ojos y deja que Grell dibuje en su rostro una larga sonrisa. ―Algo para hacer tiempo-, suelta como si fuera una conversación cualquiera. Ladea su cabeza con pereza después de escucharla hablar todo aquello sobre las pociones, y que de verdad también ha conseguido llamar su atención, claro, las pociones solamente. ―No moleste a la elfina Nasha, mire que linda es-, el mago le sonríe nuevamente a la criatura. ― ¿Qué no ve que ella trabaja aquí? -, Garry finge un gesto ofendido, como si la muchacha acabara de discriminar a la criaturilla. ―Si la rompe, la paga-, le sonrió divertido. ― ¿Por qué mejor no usa uno de esos trucos suyos? Si, si, de esos para que la gente le de dineros-, el mago da un par de pasos para quedar plantado frente a la muchacha morena, quien bien lo conozca puede ver en sus ojos que aquella tarde el buen Ollivander no va solo. ―Si no puedes con una elfina entonces no es tan impresionante-, hace un gesto para enfatizar lo desagradable de sus cicatrices en el rostro. @
  10. Garry sonrió apenas tras el gesto cálido de la mujer, aquella persona nunca había dejado de cautivarlo, la presencia de Luxure, para Ollivander, era sobresaliente entre muchas otras y hoy, en aquel momento tan frágil de sentimiento, no es la excepción. Embriagado en aquellos brillantes ojos que parecían arder en llamas, Garry podría sentirse que perdía el piso bajo sus pies, imposible casi es recordar aquel día en Baker, a la joven desmayada de cansancio tras aquel aparatoso ritual para espantar al demonio. Si, él puede decir que estima de más a la muchacha, es algo tan genuino como lo que puede llegar a sentir por el mismo Anthony Tonks, que, aunque su comunicación ha estado algo distante desde su matrimonio con Evans, él no deja de querer al muchacho como si de un pariente de sangre se tratara, no, mejor ni decirlo así, Garry Ollivander habría tenido muchísimos mas problemas con su propia sangre que con aquellos en los que se habían convertido en su familia mucho tiempo después. ―Por supuesto-, habla en un tono mucho muy calmado, fuera de alguna preocupación, no deja de admirar en la mujer la fuerza que tiene para hablar de aquello y mostrarse tan determinada y capaz de enfrentarse a lo que sea que tratara de hacerle daño a los suyos. ―Pero estoy seguro que…-, con cuidado toma entre sus dedos el talismán que cuelga del collar que le ha hecho a la mujer para su protección. ―Quiero decir, que hoy me he dado cuenta de que si aquel demonio tratara siquiera de poner un pie dentro de esta casa…será esa su perdición-, le sonrió cálidamente a la muchacha. @
  11. ― ¿Qué hay? - con una larga sonrisa se cuela entre los alumnos ya presentes a la orilla del lago y silenciosamente ocupa un lugar junto a la sanadora. ― ¿Tienes una idea de qué hacer con esto? - murmuró a Evans mostrándole, como a escondidas desde el morral de viaje, la runa de sangre que venía junto a la carta. ―La verdad es que me dio un hambre terrible antes de venir acá, que no me dio tiempo de investigar ni para que era-, suelta aquello despreocupado, curioseando el objeto y olisqueándolo un tanto, su habilidoso Grell no le ayudaría para nada esta vez a acreditar un curso en la universidad. ―Me he aproximado tan aprisa que ni la aparición me resultó bien-, con un gesto de disgusto miró a sus pies. De sus escuálidos hombros colgaba aquel morral de viaje que Bel había encantado para él, y de donde podía cargar lo que creyera necesario para las clases en la universidad, lo había usado durante uno de los cursos de herbología y gracias a ello no podía sacarse de encima a las curiosas mandrágoras adolescentes que buscaban solo molestarlo. La cazadora que lleva puesta es quizá menos ostentosa que las demás en su armario, pero que aun así no lo deja pasar desapercibido, en cuanto a sus pantalones, bueno, no importaban ya, empapados hasta las rodillas tras la aparición fallida del muchacho, aun escurrían gotas cristalinas de los dobleces por encima de sus tobillos y que llegaban hasta los tenis también estropeados. Justo detrás de Ollivander apenas se puede ver el rastro líquido de sus pisadas. Entretenido en activar su runa (viendo después como Bel lo había conseguido) no ha notado muy bien lo demasiado imponente que es aquella estatua frente a ellos. “Pff”, pero que pésimo comienzo, “haciendo la tarea en último momento” y como si no fuera poco copiándola, que mal que no se había enterado antes de que Evans también tomaba el curso de artes oscuras, de haberlo hecho, estaba seguro de que se ahorraría algunos problemas. Su atención se desvía entonces cuando la clase comienza, con ya los presentes, un grupo algo más grande de lo que ha experimentado antes, quien se presenta como Candela Triviani, sugiere comenzar por saber sobre experiencias. Cree que debe ser cuidadoso con lo que responde, a pesar de lo que ella ha dicho, su paranoia no lo deja más que pensar lo opuesto. Quién sabe, igual es que él no tiene tampoco mucho que ocultar. Detiene sus pensamientos que no dejan de girar sobre aquello, y escucha la respuesta de Evans y de aquel otro muchacho, Apolo, quien lo hizo recordar que tampoco ha terminado de activar su runa. ―Yo he tenido poca, tal vez, algunos clientes que llegan al local donde trabajo en los callejones del pueblo, en algunos casos la cosa se torna turbia y toca redoblar esfuerzos-, comienza a explicar algo que no involucre temas sobre bandos, después de todo, con el local en Baker, Ollivander tiene para dar y recibir(?). ―Pero no puedes, quizá, enfrentar algo que desconoces casi por completo, podrás defenderte, pero ¿comó le explicas a quienes han confiado en ti, que no puedes cuidar de ellos? -, recuerda ahora el caso de Luxure, en donde lo más que pudo hacer fue ayudarla a fabricar un talismán para detectar si el demonio que la perturbaba estaba cerca de ella, pero él no había sido capaz de ayudarla a combatir realmente la amenaza. Él no está seguro si aquello es una anécdota de experiencia, o más bien un motivo del porqué se encuentra ahí ahora. El sol que tras ellos pareciera a punto de perdérseles de vista lo ha conseguido poner nervioso, la runa aún no está activada.
  12. ―Ya veo…-, el muchacho murmura, no muy seguro de si ellas lo escuchan. Ha escuchado de la muchachita el relato, algo más que corto, de lo que sabe de su padre, no le va a exigir mucho más esfuerzo a la joven, quizá una mejor idea sea ayudarla a que ella los lleve hasta un lugar que posiblemente ella no sabe que conoce. ―Lo lamento…-, habla demasiado bajo, esta vez como si no quisiera que lo escuchara, porque está tratando de ser empático, pero la verdad es que no puede sentir nada, ni si quiera pena, por aquel extraviado. Aquellas palabras de Garry se han asomado con timidez, y solo son un intento para la joven Delacour. Él no es un experto en el tema del amor ni la familia, eso lo saben más que bien las personas que conocen un poco más al licántropo, y él no puede culpar al exilio que le causó su licantropía, no, la insensibilidad que Garry presenta en muchos de los casos es algo que ya viene en él, algo como Yanna Smith suele decirlo; “defecto de fabricación”. Sin embargo, no puede evitar pensar que toda aquella explicación de “amor” que Bel de pronto ha hecho refiriéndose al caso del padre de Dennise Delacour, resulta algo innecesariamente elaborado. Es decir, él no cree que la chica necesite que alguien le diga, del modo más romántico posible, como es que la vida de su padre se desboronó. Se gira sobre si mismo, encarando a Evans que sigue con algunas palabras para la muchacha sobre estar con ella hasta las últimas en este caso. Camina con pasos lentos de regreso a su butaca, tiene el rostro demasiado serio, o más bien pensativo; la verdad es que el caso de ella no parece aún algo verdaderamente complicado, incluso él ya se ha imaginado algunos posibles escenarios, quizá los mismos que la misma Dennise y Bel ya lo habrían hecho también, pero a decir verdad es que al muchacho aún le falta por saber. ―Ya lo ha escuchado de mi sanadora, señorita Delacour-, se cruza de piernas acomodado plácidamente en su butaca, con media sonrisa en el rostro que no demuestra verdadera felicidad y pareciera más bien como un gesto más de lo mucho que se está esforzando por seleccionar las palabras. ―Llegaremos pues, hasta el final de este caso, nos entrometeremos corrompiendo lo que sea necesario para conseguir lo que buscamos, lo que queremos. Romperemos las reglas si es necesario, y pasaremos por alto el decreto de su difunto padre-, parpadea lentamente, ¿Qué tipo de gente es Dennise Delacour? Se pregunta Ollivander, aquellas lagrimas retenidas con esfuerzo en sus ojos le dan una idea, pero no se deja llevar. ―Por supuesto que sí, llegaremos hasta donde usted quiera llegar-, lo ha visto antes, casos en los que, en muchas ocasiones, al estar frente a la verdad, los clientes, por su propio bien emocional, simplemente prefieren no seguir adelante. Dicho aquello último Garry asintió, esperando que ella entendiera que aquel caso tenía una alta posibilidad de llegarla a afectar muchísimo más de lo que lo hace desconocer la verdad, justo como le ha escuchado decir a Smith: "la ignorancia, en muchos casos, es el sinónimo de felicidad". Aun asi, el brillo envalentonado de la muchacha consigue la admiración de Ollivander. ―Bien, permítame hacerle unas preguntas-, de reojo observa a Bel, esperando que tome nota y hace ese gesto que dice “las cosas como son Evans, nada de poesía esta vez”. ― Esto que sabe de su padre ¿Se lo han contado o lo sabe por qué…, no sé, tal vez él le dejó alguna carta o algo? -, algunas veces pasaba, la fuente de información de donde Dennise había obtenido “esta versión de la historia", le daría una pista de que tan falsa podía ser en verdad. ― Su padre, ¿era de nacionalidad griega o solo fue Grecia el lugar donde se reunieron? -, el muchacho parece ponerse más atención asi mismo tras esa última pregunta, más sin embargo continúa. ―Si solo se encontraron ahí, ¿sabe si fue casualidad o alguno de los involucrados, su padre o las señoras Delacour decidieron que ese fuera el lugar de encuentro? Las preguntas llevan todas una dirección, por supuesto que ha escogido la versión de la historia más blanda, la que no tiene una trama tan oscura, pero todo dependerá de las respuestas de la muchacha. ― ¿Sabe quién decidió el lugar del encuentro? -, quizá, aunque no había sido nunca su intención, está pidiendo demasiado a la muchacha. Una última mirada a Bel, una más suave le pide del modo más amable que sirva un poco más de esa deliciosa infusión que les ha compartido, justo ahora, quisiera escuchar la voz de ella en su cabeza y no la de Grell taladrando sus pensamientos que van y vienen girando todos en orden sobre el tema del caso de Dennise Delacour. @ @@Dennis Delacour
  13. Yanna K. Smith con @ de incognito(?) ― ¡Vamooos!-, la alta mujer se quejó. ― ¡¿Qué no puedes subir una cuerda sin tanto alboroto?!- ridículamente la mujer que berrea hace mucho más ruido que los gemidos de Bel tratando de subir por la cuerda. ―Pero con qué clase de mujer es que se ha metido mi bello hermano? ¡Ja! de haberlo sabido antes, el pequeño Garry jamás me lo creería…-, murmuraba mientras se adentraba en aquella habitación oscura. ―Posiblemente si se lo dijera ahora, tampoco lo haría-, hizo un gesto arrugando molestamente el puente de la nariz. Yanna Smith es una mujer muy poco común en muchos aspectos, por lo tanto, no era de extrañarse que al “favor” que Garry le pedía de ir a la hacienda de los Tonks en busca de algunas cosas olvidadas, se lo tomara como algo “muy enserio”. Sin conocer a los “amigos-familiares” o lo que sea que fueran aquellos Tonks de Garry, a la Smith se le hacia un poco imposible que dejaran entrar a husmear en el cuarto de Grell a una completamente desconocida, sobre todo a alguien con la pinta de mala maña que se cargaba la morena a menudo, por lo que estaba segura de cumplir el encargo de su hermano, solo que claro no lo haría a la tonta manera aristócrata de los británicos, no, lo haría a la tonta manera de Yanna. Lo que le divierte aún mas de aquella “misión” es que ha conseguido convencer a la aburrida esposa del Ollivander a seguirla, y más que eso, a que lo hiciera a su manera. Así que ahora, se han escabullido por los bellos jardines de los terrenos de la hacienda y, como si se trataran de unos delincuentesASD espías, Yanna ha colgado en el marco de la ventana de un segundo piso, donde Bel le ha indicado que solía quedar el cuarto de Garry, una cuerda gorda por la que había comenzado a trepar sin problema alguno. Esa tarde tiene un extraño traje, uno de un brillante color rojo que va desde los tobillos escondido bajo unas botas marrones de tacones altos y que llega hasta lo más alto de aquel estético cuello, la alborotada cabellera blancuzca la lleva amarrada en un chongo mal hecho por encima de la cabeza y un antifaz negro que hace juego con la cinta en su cintura se ajustan con un nudo por la parte de atrás. Un vestuario particular, pero que en Yanna Smith lucen de manera muy coqueta. ― ¿Dónde demonios se enciende la luz aquí? -, la bruja refunfuñó cuando tropezó con algo haciendo tanto ruido que estaba segura de que si alguien más estaba en esa casa ya habrían sospechado algo. ―Maldición, maldición, ¡mujer Evans! Date prisa-, arrastrándose por el suelo la muchacha se volvió a quejar.
  14. Escucha hablar a la muchacha sobre los dineros que la gente le ofrece, y debe ser que Grelliam no ha dejado de hacer ruido en su cabeza desde que entraron al local, pero el comentario de la muchacha le parece poco relevante. ―Me pregunto por qué será-, Garry hace ese gesto de fingido interés que hace en Baker cuando alguna chica enamorada acude a ellos para un tedioso caso de acoso. Entonces se deja de fijar en lo que ella hace o dice ahora, contando una a una las monedas en su mano como un crio pequeño para ver si le alcanza a comprar una bolsa de dulces, acciones que deja a un lado tras ver el siguiente movimiento de Nasha. ―Que fue…-, apenas murmura, algo más para sí mismo cuando no puede entender ninguna de las palabras que ella ha hecho. Grell hace retroceder al muchacho de ella un par de pasos atrás cuando vuelve a hablarles sobre algo sobre lo que venden ahí no le será realmente útil a la muchacha americana, a lo que Garry apenas puede asentir, Grell se lo ha dicho ya, esto pareciera más bien algo para sacarle algo de dinero a los un poco más supersticiosos. Cuando ella vuelve a acercársele esta vez la criatura no le advierte de nada, seguramente es algo de lo que Garry no tiene por qué preocuparse. ―Pues-, sigue siendo bastante tranquilo cuando habla, quizá hay un asomo de confusión en su mirada. ―Me alegro por Yanna-, eso ultimo lo ha dicho como si estuviera lanzando palabras al azar, no muy convencido de que es de lo que está hablando la muchacha Nasha, y da un par de dudosas palmaditas en el hombro de ella, y solo se detiene después de darle una, claramente también fingida, sonrisa demasiado grande. No ha comprendido aquella reacción acción de la muchacha, e incluso comienza a pensar que de verdad ha sido mala idea venir en compañía de alguna de las Smith. Sin decir nada más (ni siquiera sus motivos de por qué está ahí) comienza con rastro curioso a encaminarse en dirección a otra vitrina, en el instante en el que gira nuevamente para hablar con Nasha, apunto de insistirle en seguir buscando un poco más adelante, es que se da cuenta que junto a ella ha aparecido una extraña criatura. ―Pe-pero…-, el muchacho se ha quedado quieto tras todo lo que la criatura, la cual puede reconocer como un elfo doméstico. La criatura ha soltado aquello como si aquel se tratara de un local usual de venta de muebles o pociones. ―Pero que cosa tan linda-, con largos pasos Garry ha llegado hasta la elfina y se ha puesto en cuclillas para verle mejor. ―Eres muy bonita, tu ama debe estar muy contenta contigo oye-, pareciera entonces que el humor del muchacho se impusiera ahora sobre el de la criatura. Por encima de su hombro le lanza una mirada animada a Nasha, mostrándose verdaderamente contento con lo mono que luce la elfina en ese traje. ― ¿Por qué no nos ayudas a buscar algunos medallones malditos? o quizá algunos talismanes, ¿Sabes? Estamos buscando algo que encaje como en la cerradura de un libro, si, de forma redonda, algo como una moneda grande o un botón ostentoso, ¿habrá aquí algo como eso? -, en lo que le da un momento a la criatura para darle une respuesta, el mago se pone de pie junto a Nasha. ―Hace un par de meses encontré un grimorio no tan antiguo, posiblemente el último de un mismo autor-, comenzó a explicar a Nasha. ―Pero Bel Evans no me deja jugar con él si no lo abro por las buenas-, hace un gesto de exasperación. ―Esperaba encontrar algo que la dejara tranquila…-, habla sin el menor de cuidado. @ @@Valeskya Granger
  15. Sonríe de medio lado, le ha parecido simpático la manera en la que ella ha hablado de los Ollivander; “maniáticos obsesionados con su trabajo”, si no hace mal uso de su memoria ya habría escuchado adjetivos como esos a su persona por su trabajo en el mismo consultorio de Baker, o también con sus animadas experimentaciones en la cocineta del segundo piso e incluso, cuando ocupaba un cuarto en la hacienda de los Tonks, alguna pariente de su familia adoptiva habría dicho algún comentario muy similar cuando lo visitaba a su habitación. Si, posiblemente Odette tenía la verdad en sus palabras. Sin embargo, lo ha dejado inquieto el hecho de haber nombrado la muerte de Geraint y que la fantasma no hubiera tenido alguna reacción al respecto, ¿es que ella lo ha olvidado? Ella estuvo ahí, ¿Por qué no desmiente al Ollivander? El día de la muerte de Geraint había sido muy triste, incluso un pequeño Garry recuerda haber sentido lo más parecido a pena por el pobre hombre, pero mentía, Geraint había permanecido postrado en cama durante días, le había hecho a Garry escribir una carta con destino a Odette St Marín, cuyo contenido no puede recordar bien. El hombre moribundo esperó días hasta que inesperadamente en la abandonada casona se escuchaban los portazos y aquella mujer entraba derrumbándose ante lo que quedaba de su “amado” Geraint. Garry estuvo toda la tarde afuera en los patios del círculo, paseándose de un lugar a otro y entretenido con algunas nuevas especias que comenzaban a crecer en los cimientos de la casona, lo que se hablaba ahí dentro es algo que solo Geraint y Odette lo sabrán. ― ¡Tiene usted toda la razón! -, con algo más de energía Garry se ha puesto de pie casi de un salto, dejando su butaca un poco movida. Con un par de largas zancadas el mago se postró frente al espectro, ella apenas alcanza su altura y puede ver fácilmente lo afligida que pareciera estar, y hay algo en ella que no termina de entender, ¿Por qué un fantasma mentiría? Después de morir ¿Qué más puedes perder que sea tan importante? El muchacho piensa que tal vez la palabra de ella tenga algo más de verdad que simples rumores y aun asi, no se siente satisfecho con lo que escuchan sus oídos. ― Esa gente fue terrible-, hace un gesto de pena, quizá fingido, pero no es fácil darse cuenta de aquello. A esa distancia de ella es capaz de ver un poco mejor su rostro, demasiado joven para la edad que él cree que debería tener, y no recuerda haber conocido antes algún fantasma con la cualidad de cambiar su apariencia, si lo hacen al menos él no tenía idea de eso. Al igual que él lo está haciendo ahora, ambos gestos parecen genuinos y al mismo tiempo, al mirarse a los ojos, es como si ambos supieran que se mienten el uno al otro. Rápidamente de reojo observa a su querida sanadora, aún tiene en su rostro aquel gesto de confusión que le resulta algo desesperante, pero al mismo tiempo adorablemente infantil. ―Permítame remendarlo, madame Saint Marín. @ @
  16. Ollivander se encoge de hombros, lo ha dicho ya, aquellas solo eran historias, rumores que se escuchaban decir entre murmullos y que, como teléfono descompuesto, Garry estaba seguro de que aquello no podría estar más distorsionado. Por un segundo se muerde la lengua, apunto está de decirle a la fantasma que ha hecho un comentario equivocado, no habrían sido los Ollivander los que a él lo condenaban al destierro, está seguro de aquello, a Geraint y a él habría sido el mismo Gareth St Marín quien los habría confinado a aquel encierro. Los porqué, la verdad es algo que él no ha conseguido entender aún, es como si cada vez que piensa en eso también buscaba un pretexto para no encontrarle una salida. La decisión que aquel hombre tomaba, a Garry hoy en día, como lo era su licantropía, no era algo que le robara mas el tiempo en pensamientos. Entonces de pronto se siente bastante incómodo, a pesar de que no tiene una justificación válida al respecto, no se siente muy contento con lo que Odette St Marín dice ahora de los artesanos. Él recuerda alguna vez haber conocido a otros Ollivander, si, algunos primos y tíos cuando era demasiado menor y su padre llegaba a ocupar el patriarcado de la familia una vez que Geraint había “desaparecido” y aquel, aprovechando el linaje que lo posicionaría dentro de una familia con prestigio, como decía él, ocupó un lugar importante en la heredad de aquella rama de los Ollivander. Durante aquel breve tiempo Garry convivió con algunos de ellos, y no recuerda haberse quedado con una mala impresión, la mayoría de ellos eran personajes poco usuales, con una creatividad desbordante y habilidades únicas en cada mago. Él recuerda haber terminado espantado con tanto entusiasmo por parte de ellos por descubrir la “habilidad” que el nieto de Geraint podría tener. Por supuesto que Garry (igual que su padre) no estaba muy interesado en el negocio de “hacer varitas”. Apesar de eso, de ellos no tiene ningún recuerdo de reglas ni prejuicios, le parecían gente demasiado entretenidos en otras cosas como para preocuparse en “la sociedad”, muy diferente de su padre que había aprovechado cada oportunidad para ocupar un lugar, un nombre reconocido que le permitiera recuperar lo que tanto tiempo se le había negado. Él habría podido decir en aquellos días, que, aunque no conviviera directamente con ellos, prefería aquella casona cuando de vez en vez lo sacaban de sus clases particulares de redacción y geografía y salían al campo a buscar algún ingrediente para algún nuevo objeto a fabricar. Pero aquellos días son tan vagos en su cabeza que no está muy convencido de que se traten de recuerdos verdaderos y no de algo manipulado por si mismo. Por lo que prefiere escuchar lo que la squib pudiera decir ahora, un poco de la versión de ella y entonces quizá un montón de posibilidades más, de versiones de la historia mas se abran delante de ellos. Antes de poder decir cualquier cosa es Bel y Moody quien hablan antes, por un momento siente que se ha sumergido demasiado profundo en sus recuerdos que cree que ha pasado mas tiempo del que en realidad fue. Aunque en un principio él piensa que el tema por el que Bel se ha orientado es poco relevante, lo piensa solo hasta que recuerda que aún hoy en día casos de discriminación muy similares a estos que Evans explica, han llegado a las puertas del consultorio en Baker. Por otro lado, lo que Knockturn dice consigue, extrañamente, erizarle los cabellos al Ollivander. El mago exhala largamente, los líos de familia nunca dejarán de ser cansados para el muchacho, aunque claro, siempre consiguen traer buenas tramas al consultorio. ―Ella está aquí por que quiere estar aquí-, empuja. Tranquilo como de costumbre Garry da una calada más a un cigarrillo que va apenas por la mitad, deben ser todas estas cosas que ahora afectan sus pensamientos, pero no se le apetece continuar con él. ―La varita de Odette St Marín, fue lo ultimo que trajo el señor Geraint de sus viajes al…-, decirlo de aquel modo lo hace sentirse tonto, como cuando tenía diez años y le costaba demasiado imaginarse que había después de toda esa maleza que los rodeaba. ―...Al exterior-, murmura, no habla muy seguido de su encierro, a pesar de que cree haberlo dejado a un lado, hablarlo le resulta tan molesto como cuando estás a mitad de terminar con una buena pócima y te da picazón en la nariz. ―Cuando al fin la consiguió, la varita, el hombre se encerró días y solo volvió a salir de ahí para ver el último de sus ocasos-, la maldición terminaba con la vida de Geraint frente a sus propios ojos, mostrándole como es que posiblemente su propia vida terminaría algún día del mismo modo. ―Nadie la tiene atada aquí, mi querida Odette-, dice confianzudo mientras, tumbado en su butaca, le hecha un vistazo de arriba abajo deteniéndose en aquellos pies que apenas se separan unas pulgadas del suelo. Por un momento se lo piensa; ¿sabrá la mujer que el hijo fruto de aquel romance había fallecido ya? Solo hasta que Garry, en su vida adulta, volvía a aquella casona heredada del difunto Gareth es que había notado lo extraño que era aquel objeto dentro de la mansión. Una mejor idea, cree él, sería no mencionarlo por ahora, justo se embriaga de curiosidad por saber cómo responderá el espectro ante todas aquellas dudas que ha despertado a sus espectadores. @ @
  17. ―Se gentil con ellos querida, pareciera que el gato les ha comido la lengua-, ríe divertido mientras ya mas animado se estira sobre la barra para alcanzar a pedir al elfo domestico que atiende del otro lado, una bebida un poco más energética algo “que lo sorprenda”, después de guiñarle divertido vuelve al lugar junto a Lady. ―Creo que los has intimidado querida, tienes que enseñarme a hacer eso-, con una larga sonrisa se gira sobre su banco para quedar frente a Lady, en esa posición ambos casi están a la altura del otro. ―No los culpo, aun soy victima de aquella primera impresión que me dejaste. Después de las últimas propuestas de Lady, la muchacha se disculpo dejando al Ollivander en compañía de la otra pareja, justo como en un comienzo, el par aun se encontraban muy en silencio y Garry se preguntó si debía preocuparse o de verdad Lady habría conseguido intimidarlos los suficiente. Tomó animadamente la copa que el pequeño elfo traía consigo la nueva bebida de Ollivander, sin preguntar ni cuestionarse, dio un largo trago. Por el poco rato que llevaba en compañía de los familiares-amigos de Luxure, posiblemente necesitaría otro par de esos tragos. Limitado a seguir su propio hilo de pensamientos es que les deja pasar una larga y escudriñadora mirada al par que lo acompaña, esta vez con descaro, después de todo, si Ollivander cometía algo de lo que posiblemente se arrepintiera al día siguiente, esta convencido que seria gracias a esta gente, que mas daban los buenos modales ahora. Que exótica resultaba ser la familia de Luxure, muy diferente a las familias que ha conocido hasta ahora en el Ottery no muy diferente a la gente que eran sus padres, y él se siente convencido de que, de estar ahí, Yanna habría encontrado el modo de terminar con todo este teatrito de seducción, aunque echándole una mirada mas al otro licántropo, Garry no esta muy convencido de aquello. ―Eso fue rápido querida, no me has dejado pensar en nada-, después de un breve momento Lady volvía a la barra con un muchacho mas que por supuesto Ollivander no reconocería de ningún otro lado y esta seguro, de hacerlo recordaría aquella apariencia poco usual donde fuera. Ollivander se limita a hacer una venia de cortesía al muchacho. ―Sugeriría entonces un cambio de juego, ya que somo un numero impar seria lo justo-, musita antes de siquiera conocer el nombre del joven. ―Eso claro, si el hombre se propone a participar. @ @@Theodore Lestrange @zafiro @Matthew B. Triviani
  18. Grelliam puede sonreír abiertamente ahora, pero se limita a una media sonrisa que ensancha las cicatrices de su maltratado rostro, esa poca inexpresividad en su gesto que no lo deja mostrar más, aunque está seguro, por aquel breve segundo que sus ojos se cruzan con los del peliverde que, aunque no ha tenido tiempo de saludar propiamente a Tonks, Garry se encuentra verdaderamente deleitado al verlo convivir con el pequeño de Luxure, la escena es tan conmovedora que pocas ganas tiene en un comienzo de seguir a Lady por el pasillo. Qué curioso, nuevamente comprobaba lo increíblemente pequeño que era el Ottery St. Chatchpole, ¿sería acaso esa sensación de estreches que lo amenazaba nuevamente? Quién sabe, los viajes a las américas habían dejado a Ollivander una necesidad de búsqueda en lo excéntrico e inusual que volver a Londres lo había tenido algo sofocado los primeros meses. Y encontrarse con casos de familiares en común en el pueblo mágico…bueno, ya estaba dejando de impresionarlo, incluso a la casona de la heredad habría llegado no hace mucho una muchacha pariente-política de su difunto padre. A pesar de eso no puede negar no sentirse ni tan solo algo impresionado por el parentesco que Luxure y Tonks parecieran tener. ―La seguiría a usted hasta el fin del mundo, Lady. Con su permiso, mis señores-, con media sonrisa burlona hace un ademán para que la mujer se adelante y le indique el camino. ― ¿Pasa algo con el pequeño? -, ya fuera de la habitación se ha recuperado un poco más serio. ― ¿Ha sentido algo inusual? -, sabe que debe dejarla hablar, pero no puede evitar sentirse preocupado por la familia de Luxure. @
  19. ― ¿Uh?-, ahora lo recuerda, “ahh sí, Knockturn está aquí”, es como si todo este tiempo hubiera estado olvidando la presencia de la pequeña bruja a sus espaldas, ¿Qué estaba haciendo ella ahí?, Bueno, lo que fuera, Garry no tenía tiempo de preguntárselo ahora. ―Claro si, pudiéramos, pero…-, concentrado en tratar de escuchar algún ruido que le indique el paradero del guardabosques apenas se da cuenta que habla con voz muy baja, no está seguro si ella puede escucharlo, pero por la estreches del lugar seguro no debe costarle mucho trabajo, “estaríamos más cómodos quizá si ella no trajera consigo esa molesta escoba…”. ―Pero si lo hacemos así…-, los pasos afuera se detuvieron, por el rechinar del piso Ollivander calcula a un par de metros de distancia, quizá el guardabosque ya sospecha. Tratando de ser silencioso, se gira sobre sí mismo dentro del armario, es complicado hacerlo sin tocarle ni un pelo a la pobre mujer, aunque Garry solo se disculpa con un gesto forzado que está seguro ella sabrá interpretar. Cuando está frente a ella le lanza una mirada escudriñadora, por lo poco que alcanza a ver solo distingue como la mujer se repele completamente a él. Ladea la cabeza, extrañado, ¿Tendrá él una araña en el cabello? No está seguro, la manera en que ella se mantiene apartada de él, le recuerda a las personas que hace mucho tiempo le temían a un pequeño licántropo, aunque en definitiva, el gesto de Moody es diferente, ella parece estar más nerviosa-tensa que asustada. Respira profundamente, no importa que tenga en la mente ahora, lo que trate de hacer ahora implica rotundamente arrastrar a la hechicera consigo, de lo que ya no se siente capaz es tal vez de poder cargar con ella halándola como hace un momento. Ese último tirón de ella al interior había sido suficiente para cansarlo demasiado (si, él no es un hombre fuerte) y la resistencia que quizá inconscientemente la muchacha ponía, hacía las cosas mucho más difíciles. Por lo tanto, no le quedan muchas más opciones por atinar a decir que ella sabrá que hacer a continuación. ―Si lo hacemos como tú dices…-, explica lentamente, en voz muy baja. ―Entonces ¿Cómo voy a recuperar las páginas del libro que me faltan? -, se encogió de hombros como si aquello resultara ser de lo más lógico. ―Por cierto ¿Averiguaste que fue lo que rompiste allá arriba? Creo que nos ha dejado apestosos-, después de largo segundo Garry puede escuchar unas rápidas pisadas cada vez más cerca. Niega con la cabeza, pero que malo se está haciendo para cuantificar el tiempo. ―No hay que perder más el tiempo ¡Vamos! -, antes de que la mujer pudiera decir cualquier cosa, el mago recargo toda su fuerza (vale no es mucho, pero la licantropía puede ayudar algunas veces(?) en un rápido movimiento contra la puerta a sus espaldas. ―Tsss, lo siento, no te vi-, Lo que pasó a continuación había sido todo muy rápido, al parecer no importa que tan bajo hubieran estado charlando aquellos dos el guardabosques parecía ya conocer su ubicación, el fuerte portazo que recibió justo en la cara lo había hecho retroceder un par de pasos hacia atrás tumbándolo de bruces y finalmente, perdiendo el equilibrio, terminando completamente en el suelo llevándose ambas manos a la nariz, lugar donde seguramente el golpe se sintió más fuerte. El viejo guardabosques es muy ruidoso cuando cae al suelo, retorciéndose y quejándose por el dolor que incluso le ha hecho soltar un par de lágrimas. Grelliam por otro lado, no ha perdido mucho su tiempo, y mientras él se retuerce se ha lanzado sobre el alto hombre para rebuscar entre los bolsillos del guardabosques. Es difícil mientras está sobre el hombre que se queja y se retuerce, y de vez en vez también intenta cachar a quien le ha hecho esta mala pasada, Garry quisiera lanzarle algún encantamiento para dejarlo quieto, inmóvil, pero está seguro de que ya se ha metido en suficientes líos por ahora. No importa lo que diga, en definitiva, para él, Bel Evans es la causante de todo esto. ―Si tu fueras una bruja amargada ¿Dónde esconderías las páginas de un libro de herbología? -, habla con cierta monotonía en sus palabras, no muy seguro de si ella ya ha corrido a la salida o, como lo ha dicho antes, se ha desaparecido. ―Ah, aquí están, vámonos. @
  20. Días como este desgastan al licántropo más de la cuenta, como si el mal humor y todos esos sentidos orillados por la criatura agotaran en demasía el cuerpo joven de un lobo. Se siente tan adormecido, que ni si quiera el viento que golpea su cara mientras vuelan por los cielos del Ottery le molesta, quizá algo más molesto es que, en esas condiciones, no puede ver con claridad el paisaje sobre el que ahora pasean, aun asi, Ollivander dirá que volar en moto siempre resulta más cómodo que incluso la alfombra voladora que Bel Evans maneja con maestría. Y aunque Nasha no es la mejor con su vehículo, la verdad es que poco le importa ahora. La joven que acompaña en este viaje es aquella mujer que Yanna Smith, su hermana, trajo consigo desde las américas, una mujer de hábitos inusuales (él cree que incluso tan inusuales son en su propia tierra) y de la que Ollivander no tiene mucha idea y no se le ha antojado saber de dónde rayos ha salido, está más que convencido de que como siempre, Yanna inventará alguna historia por demás exagerada que será difícil de creer, incluso para ellas mismas. -“Una pérdida de tiempo es tratar de hablar con Yanna Smith”- habría dicho en un par de veces Garry a Bel. Sin embargo, a pesar de que esa mañana Bernadette no habría podido sacar al mago de su cama, ni siquiera porque los casos en Baker se anunciaban amontonados, -“pobre de la señora”-, se habría quejado la elfina doméstica retorciendo sus manos con preocupación, ¿culpa? A Grelliam Tonks le sorprende que, a estas alturas del partido, aquellas mujeres aún intenten utilizar esos métodos tan poco persuasivos en su contra, y es que ni siquiera Bel y su visita a…bueno ahora no puede recordar a donde decía que iba, pero de igual forma no le habían animado lo suficiente para salir de casa, después de todo, la luna llena no estaba más que a dos noches de distancia, pronto tendría que salir de casa y estaría fuera el tiempo que necesitaba. Lo curioso era que no había de pensárselo mucho cuando la joven americana le contaba, de la manera menos interesada, cuál sería su actividad por la tarde. Lo cierto es que tampoco habría insistido la bruja en que le acompañara, es más, ahora que lo recuerda, ella tan solo avisaba su salida por si Yanna volvía, había sido él quien se ofrecía a acompañar a la americana en su aventura vespertina. Apenas alzó las cejas en un gesto descolocado cuando la pequeña mujer frente suyo habla sobre cuidar de él, pero, a pesar de los intereses que ella dice tener, algo en esa mujer y en sus palabras no terminan de convencer al licántropo, es como si, no sé, tratara de ser molesta apropósito. Con pereza estira sus brazos, las articulaciones del hombre en esa época son rígidas y parece que hicieran fricción una sobre otra cuando el muchacho ha permanecido mucho tiempo en la misma posición. El gesto de incomodidad es pasajero, distraído en lo que la muchacha dice y hace ahora él no piensa más en sus males. ―De haber querido una enfermera detrás de mi… hubiera preferido venir junto a Bel Evans, señorita Montpellier-, habla con monotonía pasando de lado a la muchacha, negando apenas con la cabeza ante las palabras de la bruja. ―Al menos ella tiene un aspecto más agradable-, con un gesto arrugó el puente de la nariz, ya sus ojos de color dispares se paseaban por toda la singular fachada, algo que no había visto y que, a pesar de su inexpresivo rostro, al mago gustaba. ― ¿Vas a entrar o solo te quedaras ahí…perdiendo tu tiempo? -, no se fija detrás si ella viene, si aquella muchachita tiene un carácter complicado similar al de Yanna Smith, lo más sano será no tomarla enserio, mucho menos considerarla. A pesar de que se ha impuesto a ese pensamiento, no deja de preguntarse qué clase de sitios motivan a una mujer como Nasha a gestos y humores mucho más animados a los que se muestran en casa, verdad es que para Grelliam los ingleses son tan desconocidos como los americanos, sin embargo, encuentra en estos últimos un aire un tanto más exótico. Sin muchas intenciones de gastar mucho dinero hoy (Bel seguro tendrá algo que decir al respecto) se asegura de mantener un paso lento, siempre junto a la acompañante de su querida Yanna, curioseando de tanto en tanto las cosas que ella ojea y parecieran interesarle. ―Trata de no robar nada ¿quieres? -, habla descuidadamente, la seriedad en su rostro casi pareciera un chiste de tv muggle. ― Aquí las cosas se pagan con monedas-, existe apenas en la comisura de su boca una arruga torcida, bromea, y sabe que una broma así de mal gusto a Yanna Smith hubiera provocado que Ollivander terminara con la aguja de sus tacones incrustada en su ya maltratada cara. ―Quizá pueda pagar algunas cosas por ti-, despreocupado se encogió de hombros. @
  21. Ollivander se retorció en su butaca, con un gesto desinteresado, sin mucha preocupación, le quitaba la mirada de encima a su visitante, lo cierto es que lejos estaba él de no estar interesado en el caso que amablemente Dennise Delacour les compartía. Verdad era que aquellas primeras palabras con las que la muchacha comenzaba eran muy atractivas, ¿un muerto? Siempre tienen ellos que estar tras los vivos, lo lógico era eso, pero ¿para qué quería una niña de la talla de Delacour con un muerto? Estaba seguro de que la muchacha no estaba hablando de un fantasma, de ser así, él acierta a que ella se hubiera mostrado menos afectada al respecto, o por lo menos, lo que hubiera reflejado se vería distinto. Entonces ella lo ha dicho, su padre, y aunque no deja de ser atractivo el tema, al escuchar aquello de la boca de la niña Grelliam manda una rápida mirada a Evans ¿de verdad espera que sea empático todo el tiempo? El tema de los padres, o mejor dicho de la familia misma aun es tema de discusión en la mansión escondida entre los bosques de la heredad. Y es que sencillamente no consigue comprenderlo, ¿Por qué encontrar un cadáver? El cuerpo físico de alguien solo era un portador de la persona, realmente no importaba que pasaba con él. Garry cree aún que ella no sabe que es lo que quiere con exactitud. Después de meditarlo un poco más, espera en silencio mientras pasan las consideraciones de Evans, él ha llegado a la conclusión que lo que la muchacha en realidad quiere es saber que fue y ha pasado con aquel a quien se refiere como su padre. Dejó entonces que Bel comenzara con preguntas de protocolo, pero gentiles con la muchacha a la que parecía costarle continuar. Garry se levantó de la butaca y comenzó a caminar por la habitación hasta llegar a la mesa donde pasa el tiempo en fabricar objetos de todo tipo, si, necesitarían saber todo lo que la muchacha supiera al respecto de su padre, algo de la versión de su historia que les de un indicador de donde comenzar aquella aventura, algún nombre importante, alguna fecha, un sentimiento cualquiera… ¿Hasta dónde los llevaría esta vez el caso de Denisse Delacour?
  22. Nueva chanse)? Nick: Sain M. Ollivander ID: 118247 Conocimiento: Artes Oscuras Nivel de Magia: IV Link a la Bóveda: Plata Link a la Ficha: Garry Una cosa así, Tnks~
  23. El mago despertó de pronto sintiendo un fuerte estremecimiento contorsionar sus articulaciones, él licántropo solo pudo ahogar el dolor en un grave gemido que parecía escaparse más por su boca, ¿Qué era? ¿Qué había pasado? Se sitio mareado mientras los síntomas aún se apoderaban de todo su cuerpo, no podía pensar, difícil era escuchar, mucho menos distinguir cualquier cosa, respirar costaba horrores, por lo que se limitó a contenerse de cualquier movimiento innecesario. Después de un largo segundo contraído por el dolor, con forme al calor en el cuerpo le regresaba y de una ruidosa exhalación, él dolor habría pasado por completo dejándolo varado sobre la hierba. Exhalo cuidadosamente, aquel síntoma era muy similar al de amanecer después de una larga noche de luna llena, por lo que todo aquello lo había podido contralar como muchas otras veces, sin embargo, lo inusual esta vez era que está más que convencido que para que la luna llena brillara en lo alto aún faltaban un par de días. Se quejo por lo bajo, tener que revivir esta experiencia sin el alivio de tener que esperar todo un mes más para que su cuerpo cansado se recuperara del trauma. Sobre él, la bóveda celeste una era oscura, llena de estrellas que parecían demasiado cerca para ser reales, algunas de ella cubiertas por pequeñas nubes que escasas, pareaban por ahí. Y justo en lo más alto, apenas con un ángulo perceptible, brillaba la luna. Ollivander cerro fuertemente sus ojos apenas el reflejo de ella se dibujaba en ese dispar de colores. La odiaba. Él, a su corta edad no cree detestar algo o a alguien más tanco como lo hace el modo en el que aquel bello astro pareciera observarlo, como si con sus rayos plateados le arrancara la piel y disfrutara de verlo agonizar de dolor. Un fuerte aire de verano soplo sobre aquel paramo despeinando sus cabellos, justo como él ha intentado hacer en su técnica de aparición. Entonces lo recordó, ¿Dónde estaba el elfo domestico? Dunkel, aquel que lo había citado para esa noche, y que es todo lo que había pasado dentro de la cabaña. Tratar de recordar es difícil y de no estar realmente convencido tiene la impresión de que todo eso ha pasado hace meses. Aun asi, lo único que tiene grabado tan fresco es aquel gesto de puro dolor en el elfo doméstico, tanta lealtad a Garry ha conseguido conmover. Tenía él que volver hasta donde se encontraba Dunkel y ayudarlo. Con dificultad el mago se giró aun tirado en el fresco piso vegetal, sus oídos zumbaban con fuerza, Garry pensó que en cualquier momento podrían reventar su cabeza, asi que se apresuró a buscar en sus bolcillos, aquella pócima matalobos y alguna que otra que pudiera aliviarle el estrés, pero justo ahí, a media búsqueda, lo escuchó. Se trataba de ¿un canto? Él aun no está seguro, si aquella es una canción o quien recita aquella melodía tiene una hábil dicción. Olvidando todo síntoma se ha obligado a buscar en medio de aquella densa noche, a la dueña de tan melódica voz. Es ahí entonces que se da cuenta del tipo de lugar donde ha terminado, puede recordarle algún paramo perdido en la heredad de su familia, con un enorme lago que parece un frio espejo de hielo. Grelliam camino entonces, con cuidadosos pasos, como si tentara el terreno, sensible a la magia, la criatura que moraba en su cuerpo y pensamientos habría sido de gran utilidad en momentos como estos, advirtiéndole sobre la presencia de magia, si esta era oscura o no debía por qué preocuparse tanto, no lo habría dicho a nadie antes, pero su nota alta en el curso de runas antiguas bien se lo debía a su viejo acompañante. Sin embargo, a pesar de la cercanía de la noche más oscura para Garry, la criatura, el lobo, se había mantenido en silencio todo este tiempo, no puede ahora siquiera recordar haberlo escuchado en el momento que Dunkel, el elfo, le advertía escapar. Cuando ya se encontraba a tan solo varios pies de distancia de la cantante Ollivander hace un áspero ruido con su garganta, parecido a un carraspeo que se escuchaba como un gruñido de una molesta criatura del bosque. ¿Quién era aquella persona? ¿Una mujer, una niña…o un demonio? ―Silenció-, sin titubear Ollivander se enfrentó a la persona. ― ¿Quién eres tú? -, a pesar de lo directo que era con ella, su voy y gestos eran blandos. ― ¿Qué es eso que cantas? @@Kutsy Stroud Lenteric
  24. Una media sonrisa se dibujó apenas perceptible en el rostro del mago, una reacción meramente instantánea tras las últimas de las palabras que su lucida clienta decía. De pronto el cigarrillo quedaba olvidado en el cenicero, y la mirada del mago que estaba puesta sobre la muchacha era vaga, no de esas que usa para escrutar a sus clientes, pero aun asi podía aprender de lo poco que percibía de aquella jovencita de la que Garry cree, apenas es unos cuantos años más joven que él. Existe algo en todo ella que le deja una impresión de haber vivido muchas cosas en tan pocos años. Quién sabe, la gente en el Ottery St Catchpole tenía esa particularidad. Un grave silencio llenó el salón por largos minutos, era un mutismo tan pronunciado que Ollivander creía poder escuchar el vapor que salía de las tasas de té e incluso sus sentidos se habían agudizado tanto que creyó haber sentido el calor de la infusión y su conocer su sabor con tan solo el aroma que emanaba. Una delicia, tanto lo era como las palabras que Dennis Delacour decía, y que no podía aguardad más en aquel silencio que claramente ellas no se proponían a romper. El mago parpadeo pausadamente, dos, tres veces, tratando de digerir y saliendo de aquel encanto que parecía nato en la muchacha. ―Usted… ¿Necesita? -, habló después de un largo rato. ―Qué curioso, muy curioso-, con cuidado descansó los brazos sobre las piernas, sumiendo sus ropas donde los codos hacían presión, y entrelazando sus largos dedos recargó el mentón del rostro pensativo. ―Si usted entra a una funeraria diciendo algo como esto, ¿Qué cree que le digan a cambio? -, ¡nah ah! La advertencia la podía ver en la furiosa mirada que Evans le arrojaba, claro, esto iba a ser entretenido sin duda, pero Bel se delataba ahora con ese mal gesto de “estas advertido, Grelliam” como la protectora de Dennis Delacour para este caso, la muchacha estaría excenta de cualquier intención del licántropo. Garry hiso un gesto de fastidio rodando los ojos y exhalando ruidosamente, dejándose caer hacia atrás en su butaca, en una posición más cómoda. ¡Por supuesto que necesitaba más información! Sin embargo, tendría que conseguirla por las buenas y solo por las buenas. ―Lo siento, yo...-, su mirada viajó rápidamente de la rubia a Evans y volvía a la muchacha en mismo instante. ―Lo que trato de decir es…-, apretó los labios arrugando su nariz en otro gesto de pensamiento. ―Los muertos no pueden hacer ni decirnos nada madame Delacour, entonces ¿Por qué usted Necesita encontrar uno? -, ladeó su cabeza mostrándose interesado y curioso. Si bien el caso aun no prometía ningún misterio, verdad era que al menos Dennis Delacour había sabido atrapar todo el interés del licántropo. No lo dirá aun, pero este caso ya está abierto en el registro del consultorio en el callejón Baker. @ & @@Dennis Delacour
  25. Garry rió de medio lado, overeado por encima de su hombro a so coqueta ex compañera de casos. Una cosa muy interesante la que decía a continuación, pero que la verdad la cosa no parecía realmente tornarse tan enserio. El mago se encogió entre hombros, con un rostro cero expresivo, ese que usualmente lo caracterizaba como alguien desinteresado, aunque lejos estaba de no estar interesado ahora. ―No parecen tan duros-, con la misma importancia bebió su cerveza, esta vez un trago mas largo que dejaba al mago una sensación de calor en el cuerpo muy agradable. ―Quizás tengas que ser un poco as blanda con ellos-, sonrió divertido, con una mirada desafiante clavada sobre las del otro muchacho, vamos, nadie podría perturbar al imperturbable Grelliam Ollivander. Sin embargo, era la otra chica quien ahora llama su atención, tan encantadora como Luxure, pero extrañamente un encanto muy distinto al de Lady al mismo tiempo. Algo había removido entonces en él que la muchacha preguntara su nombre, habría disfrutado de ese rato con ellos sin saber sus nombres, y de pronto ella lo preguntara justo en el momento mas oportuno, como si con ello quisiera aumentar la intimidad entre los presentes. Garry hizo una rápida nota mental de esa muchacha habilidosa. ―Mi nombre es Grelliam, mi señora-, habló, haciendo una apenas perceptible venia con la cabeza diciendo su nombre formal. ―Para servirle-, apenas le sonreía. ―Aunque no me tome tan enserio-, bajo la mirada taciturna al fondo de su vaso. ―No podría nunca llegar al alcance de madame Luxure-, ladeo la cabeza señalando a su compañera. ―Pero de insistir…-, Garry hiso una larga pausa. ― ¿Por qué no les pones un reto, Lady?-, habla distraídamente mientras rebusca tanteando en sus ropas la cartera de cigarrillos. ―Hay que ver que tan lejos están dispuestos a llegar-, ha soltado todo aquello como si resultara ser la conversación más casual.

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.