Castillo Ivashkov (MM B: 106154)

[Ragnar Bjorn Lodbrok BL]

Vaya que el trabajo en el ministerio entre semana podría ser algo pesado, y más cuando ibas comenzando con el inicio de la semana. Ahora como Director del departamento solo lograba hacer que el trabajo para mi fuera mayor, además de la revuelta que andaban haciendo los trabajadores volviéndose cada día más flojos.

 

Ese dia lo unico que deseaba era desquitarse con alguien, mis humores no eran los mejores por lo que una batalla no estaría nada mal, parecía que me leían la mente, ya que en ese momento sentía el ardor de la marca en mi brazo derecho, sin duda no iba a dejar a mis compañeros solos, no importa quienes fueran acabaríamos con ellos.

 

En ese momento no me importo que mi prometido se enojara por hacerle daños al traje que traía que él me había regalado, pero deseaba ir más cómodo al encuentro por lo que agarre y dejé el saco y chaleco en la silla, e inclusive la camisa de vestir, solo llevaba conmigo mi pantalón y me coloque la máscara para encubrir la común de color dorado con vivos negros para el encuentro.

 

Tome mi varita y me desaparecí de la oficina donde me encontraba para estar en las calles de Ottery, me acerque hasta el castillo Ivashkov o al menos a la reja que estaba ahí, al momento de tocarla me transporto a Rumania, aun no lograba acostumbrarme a estos cambios, sin embargo avance hasta donde se libraba la batalla dejando una distancia de 10 metros de cualquier compañero, enemigo o incluso objeto morpheable para poder estar resguardado al inicio de la batalla.

[Lisa Weasley Delacour]

No dude un solo instante. En cuanto note la presencia oscura, porque si podía sentir sus auras cargadas de maldad, hice aparecer en mi mano un consumible, uno que estaba segura reconocerían al instante. La mano de la gloria, que los dejaría sin ningún tipo de visibilidad durante un largo lapso de tiempo, en el cual aprovecharíamos para ganar terreno y someterlos. Luego de ello, cuando los tuviésemos tranquilizados, bien los podridos interrogar o llevar a Azkaban de por vida. Con aquel artilugio en el campo no podrían enviar rayos ni invocaciones, mas que nada porque no podrían conocer nuestras posición, ya que evidentemente al lanzar el objeto, me moví, hasta quedar a diez metros de sus figuras.

Tras eso, empeze – Ardius – Me conferia mas velocidad, ademas de mas conjuros en mi carcaj – Confundus – La mente de Tau paso a estar en un mundo aparte, donde su niñez era la unica reinante. No podria etacar, ni siquiera hablar. Perdido en sus sueños. Sin miedo, solo atinando a centrarse en colores varios y bonitos. No iba a dejar que se salisen con la suya un dia mas. Pondría toda la carne en el asador si hiciese falta.

- Cineade – La capa gaseosa invadio el cuerpo de Tau El veneno de los petalos de pensamiento era mortal. Primero paralizaria su figura, luego romperia el sistema respiratorio de un golpe y tras eso, las celulas irian perdiendo textura.- Sectusempra – El rayo de color azul neon elimino la distancia y dio en el pecho deTau creandole heridas profundas y sangrantes en su torax. Perderia sangre hasta la muerte.

[Tauro M.]

Apurando el paso Tauro llegó lo más rápido que pudo al Jardin donde ya se encontraban dos Fenixianas (Lisa y Arya). Tomó una prudente distancia de ambas de 8 metros y trató de mantenerse lo más cerca de Leah. Lamentó no poder saludarla como debía, pero eso lo haría al final de la batalla cuando hubiesen ganado y convertido sus cuerpos en tristes inferis.

— Espero no haber tardado amor, vine lo más rápido que pude —le dijo sabiendo que la había escuchado. Sin esperar demasiado apuntó rápidamente a su primer objetivo

—Celerus Cinaede —pronunció tranquilamente con la varita en dirección a Arya. El veneno actuaría de inmediato entrando en sus vías respiratorias, cortándolas, para luego pasar a la sangre y así paralizar su sistema nervioso y circulatorio. Si no hacía nada para frenar el envenenamiento moriría de inmediato.

«Confundus» —pensó esta vez, nuevamente en dirección a Arya que por un breve momento sería víctima de la terrible confusión a causa del hechizo, no pudiendo hacer mucho de su parte. Finalmente pronunció:

— Absorvere —inmediatamente las muñecas contrarias a las que Lisa y Arya portaban la varita se quebraron, lo cual las dejaría sin posibilidad de usarlas. Debían curarse sí o sí si no querían que se pudiera su extremidad.

[Mia.]

Al parecer había tenido un sueño medio raro, o ¿sí era un sueño? no estaba del todo segura, pero estaba casi segura de que alguien o algo estaba invadiendo la propiedad de su familia, por lo que decidida a comprar si era cierto o falsó, se pusó en pie y dejó que su cuerpo se relajara un poco, antes de sentir como el tatuaje que tenía en el antebrazo izquierdo comenzaba a arde lentamente. No era un sueño, alguien estaba atacando el castillo en el que dormía aquella noche.

 

Tomando la decisión de acudir a defender su morada, tomó entre sus manos su varita mágica para colocarse la máscara plateada con filigranas verdes que cubría su identidad, y no permitía que nadie la identificara. Miró que en su cuello portaba la cadena con los amuletos y anillos que había adquirido después de aprobar los libros de los guerreos Uzzas y esbozó una media sonrisa, estaba completamente lista.

 

Con una media sonrisa en los labios, eliminó la túnica que vestía y los zapatos, quedando solo con la máscara y la cadena con los anillos y amuletos, nada más vestía su cuerpo. Con una media sonrisa en los labios, desapareció para reaparecer dentro del sitio en el cual se llevaba acabo la batalla.

 

—Que sorpresa...—fueron sus irónicas palabras, antes de ponerse en guardia.

[Leah Snegovik]

-Celerus Detritus.

 

Su cuerpo y el de Tau y el de Divied quedó cubierto por una bruma azulada de inmediato. Todos los hechizos que pasaran posteriormente estarían entrando en esa capa, de forma que nada les haría daño.

 

-Fuego Maldito Mortis.

 

Tres llamaradas salieron de inmediato hacia Lisa y Arya, cayendo en su cabeza con la forma de un par de fénix. Cínico, un poco cruel y muy halado de los cabellos, pero aquello sería suficiente para tenerlas a las dos ocupadas en algo. De ese modo, la mujer rápidamente pensó en un Anapneo para su novia. Así, la mujer se curaría del Cinaede de Lisa y no moriría debido al veneno que había aplicado en ella. Finalmente, la mujer se quedó mirando al frente. Eso había sido un pequeño error. Un error bastante grave que tendría que reparar en los minutos siguientes. Velozmente, se posicionó a ocho metros tanto de Lisa como de Arya y a cinco metros de todo lo morpheable, para impedir más errores.

 

-Vamos, esto apenas está empezando, no nos vamos a dormir ahora.

[Mia.]

Continuó con su camino y llegó hasta el sitio en el que los dos miembros de la Orden del Fénix estaban haciendo algunas creaciones, con una sonrisa de diversión en los labios, notó la presencia de su hermana y algunos otros mortífagos, sería un trabajo totalmente sencillo.

—Silencius—soltó en dirección a Arya, logrando que la bruja quedará completamente muda en la primer acción de su siguiente turno.

Ese era su primer movimiento y el que podía beneficiar más a los miembros de su bando, por lo que no dudo siquiera en hacerlo, pensando en un segundo hechizo o movimiento, negó con lentitud al ver como los miembros de la orden se quedaban sorprendidos por la presencia de los mortífagos defendiendo esa morada.

—Morphos —siseó como segundo hechizo, apuntando esta vez a la túnica de Lisa, logrando que esta se convirtiera en una avispa marina que al entrar en contacto con su piel la dejo completamente envenenada.

Era su segundo ataque, tenía que pensar en algo más, antes de aburrirse y permitir que sus compañeros de bando hicieran todo el trabajo divertido. Ese día, también quería ver un poco de sangre correr y regresar a sus antiguas andadas.

[Lisa Weasley Delacour]

¿Pero que? La mano de la gloria no habia salido. Si habia aprecido en mi mano, cuando la llame, pero sus efectos no afectaron al terreno como me habia supuesto. Me mordi el labio al darme cuenta de mi error. Tenia ue enmendarlo antes de que los mortifagos tomasen ventaja del asunto.Aun tenia a mi hipogrifo conmigo, asi como el aqueora qqu Arya me habia regalado. Combatr contra la marca hacia que mi adrenalina se subiese por las nubes y con el calor del embiste, a veces, olvidaba centrarme en mis dones y perdia el control, dejando ue la sed de sangre me venviese.

No, nada iba a poder conmigo. Volvi, esta vez si, a hacer funcionar la mano de la gloria, para cubrir el campode polvo peruano y que la demon hunter y yo fuesemos las unicas con vision periferica de la situacion. Evidentemente, tambien, me realice un episkey para el fuego maldito mortis que Leah me habia enviado, luego otro episkeypara curarme por completo del mismo fuego maldito y otro mas episkey para el dolor de muñeca que Tau me habia regalado con su absorvere

[Ragnar Bjorn Lodbrok BL]

No pude esperar mucho tiempo, o tomar un tiempo para ver lo que sucedía en el campo, la batalla ya se estaba librando así que de inmediato elegí una víctima para esa noche. No iba a dejar que mis compañeras en el sitio se llevaran toda la gloria, además quería divertirme con algunos poshos en el sitio.

 

-Silencius- Mencione apuntando directamente a Lisa, mi efecto haría que aquella persona indeseable no pudiera emitir su siguiente hechizo, dejándola muda por un tiempo.

 

Podría ser algo aburrido la batalla, además de que esperaba ver más víctimas en el sitio, pero últimamente estas criaturas solo huían al ver cuando llegaban los verdaderos líderes en nuestro mundo mágico. Nuevamente apuntando hacía la misma bruja con mi varita sostenida fuertemente pronuncie.

 

-Absorvere- apunté a la mano de Lisa, logrando que los huesos de la muñeca de la mano con la que sostenía su varita mágica se rompieran, causando un poco de dolor. De modo que si deseaba sostener correctamente su varita mágica, tendría que cambiar de mano o curarse, o lo más sencillo, dejarse matar por nosotros.

[Emmet Haughton Gaunt]

No podía negar que quería algo de diversión esa noche, deseaba poder ver sangre derramarse sobre el suelo y ver a los cuerpos inertes tendidos sobre este.

 

- Delicioso ardor

 

Dijo cuando sintió aquella quemazón característica en su antebrazo derecho en donde reposaba la majestuosa marca tenebrosa. Esa misma que había adquirido al convertirse en un fiel seguidor del Señor Tenebroso. Nix, su varita, se materializó en su diestra mientras el ardor se hacía mas intenso. Una máscara plateada apareció para tapar su hermoso rostro de aquellos ojos impuros que no merecían verlo.

 

- Estamos listos

 

Una densa niebla negra consumió todo el cuerpo del vampiro depositándolo, luego de unos segundos, a 10 metros de la entrada del Castillo Ivashkov. Se acercó, vistiendo una remera de algodón blanco muy fino, unos pantalones vaqueros de color negro y sin ningún tipo de calzado; tocó aquella verja e inmediatamente fue trasladado al Castillo de aquella familia. Podía ver que varios de sus compañeros ya estaban allí respondiendo al llamado de sus líderes, pero resaltó más aquel perfume característico del hombre al que amaba ... sabia muy bien que el vampiro ya estaba allí listo para combatir.

 

- Buenas noches compañeros

 

Saludó mediante una pequeña referencia y se colocó a 10 metros de cualquier objeto, enemigo y compañero que se podía encontrar en los jardines.

 

- Deliciosa sangre correrá hoy, lástima que sea tan impura

 

Siseó bajo su máscara sintiendo como su voz salía distorsionada.

[Arya Macnair]

Su fénix sobrevoló las barreras rotas de su protección y lloró dos cristalinas lágrimas para curar las recientes heridas del fuego maldito mortis de Leah. Al parecer Tauro se encontraba envenenada cuando quiso atacarla por lo que aun sostenía la varita con la diestra, de todas maneras no pudo hablar gracias a un breve efecto aunque comprendía que eso no sería impedimento para el resto de la noche. Miró a Divied con cierto recelo, o celos como le quisieran llamar, al parecer el Mortífago sería el futuro esposo de su quero Emmet pero eso ella no lo sabía pues jamás se podía conocer a la persona tras la máscara, solo deseó devolver e favor de lo que éste le había otorgado a su compañera Lisa segundos atrás. Tras el ataque giró sobre sus salones y lo apuntó con sombra directamente al pecho.

 

—Confundus

 

Pensó, volcó la mente del joven Mortífago a la más profunda de las oscuridades y las historias sin sentido arrebatándole de las manos su siguiente gran acción. No tenía defensa alguna más que la mano de la gloria que Lisa lanzó al campo pero por lo menos su fénix le había curado las quemaduras que provocaron sus antítesis de fuego.