~ Mansión de la Familia Malfoy ~ (MM B: 100774)

[Oniria]

Su tono de desdén me sorprendió. No parecía soportar el carácter soberbio de los Malfoy. Me apiadé de ella. Ciertamente se trataba de una familia cuanto menos peculiar, tremendamente individualista y tan acomodada que los chasquidos metálicos de sus bolsillos conseguían que me estremeciera.

 

Me limpió la barbilla y evité mirarla directamente a los ojos. No sé qué ocurre cuando las miradas de dos personas se cruzan a escasos centímetros de distancia pero me siento legible, desnuda, como si se activara un primitivo mecanismo de conexión. No escuché bien su respuesta, estaba concentrada en diseminar mi vista sobre las hojas de los árboles. Seguidamente me mostró sus muñecas. Yo retrocedí instintivamente por temor a cometer un crimen. En esta ocasión sí me armé del valor suficiente como para contemplarla fijamente.

 

—Poco debes de apreciar tu vida por lo que demuestras con ese gesto —mascullé, algo molesta por su irresponsabilidad. Relajé los hombros para serenarme, pero mantuve (aunque agonizante) la alerta—. ¿Qué tienes en contra de... la humanidad? Es lo más preciado que posees. Mónica tiene, a decir verdad, una agenda muy ocupada incluso para su familia. Pero no deberías... desanimarte. No te conduce a ninguna solución.

 

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[Galery Grindelwald Malfoy]

La observó a los ojos, clavando las verdes pupilas en ella -- Si, es lo que siempre dice, su trabajo, sus ocupaciones, la familia, bueno, soy parte de esta familia, parte de ella -- susurró taciturna, observando claramente la tensión en los hombros y mandíbulas de la muchacha, sonrió ruborizada y se apartó un par de pies únicamente, aún alerta jamás había permitido la cercanía de un vampiro hasta llegar a la mansión Malfoy, dónde casi toda su familia lo era.

 

-- Me siento excluida de la vida de mi familia, se defenderme, vez esto... -- mosto la empuñadura de su varita de ciprés -- cada marca significa una victoria por mi vida, el pueblo de donde vengo esta infestado de vampiros rebeldes y licanes en guerras absurdas, soy prácticamente ciega, no es por miedo, es porque detesto que los que amo se aparten, por temor a hacerme daño -- los sonidos en el bosque se hacían más perceptibles, menos discretos según caía la tarde, caminó junto a ella, no podía escuchar su corazón, pero ciertamente percibía vida en esa mujer.

 

@@Oniria

[Oniria]

—Pero, verdaderamente... son cuestiones de trabajo. —Suspiré resignada, sabiendo que no lo comprendería. Y era natural... no es fácil para una hija prescindir de su madre, pero Mónica era una mujer independiente y, por desgracia, comprendía demasiado bien su situación.

 

Escuché su explicación atentamente para enterarme de dónde provenía aquel desencanto por la humanidad. Aunque hacía un esfuerzo por buscar puntos en común, yo, un vampiro acostumbrado a los goces y ventajas de la inmortalidad, conocía demasiado bien el sufrimiento que ésta conllevaba. Una existencia sin término, atroz, que poco a poco te descubría la miseria que había hecho del mundo su campo de batalla. Había formas de suicidarse, por supuesto. La inmortalidad era muy relativa, una falacia. Cualquier vida, incluso una de aquellas congeladas en la eternidad, podía aplastarse con la misma facilidad con que una suela aplasta a las cucarachas. El problema no eran los métodos, sino que también nuestra dichosa sobre-naturaleza nos preparaba para soportar la enorme carga dramática del universo, nos enfrentaba a su dolor, lo deshumanizaba de tal manera que un día nos convertía en predadores impasibles, indiferentes ante la muerte. Sí, efectivamente una mañana despertabas consciente de la insignificancia del tiempo, de su arbitrariedad... y cualquier cosa quedaba despojada de su importancia inicial. Los vampiros, los seres inmortales... éramos una mezcla de románticos frustrados y de parásitos de la tristeza inherente a la vida. No podíamos deshacernos de ella aunque la padeciéramos, no queríamos, pero el hecho de que nos aferrásemos tan ciegamente a su sustrato... no la mejoraba. Estábamos atados a un devenir cruel, insustancial, absurdo e infinito.

 

Caminábamos y sentía la mirada de Galery desahuciada de sus propios pensamientos, como perdida en aquel bosque o quizás en la complejidad de sus relaciones familiares. De vez en cuando se fijaba en mí y agudizaba el oído como a la espera de ser capaz de recrear el sonido de los pálpitos de mi corazón.

 

—Creo que el vampirismo... te defraudaría.

 

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[Galery Grindelwald Malfoy]

Las hojas secas cubrian el incipiente pasto, el crudo invierno había dejado sobre el piso de tierra ocre, una mullida alfombra de millones de cadáveres crujientes, los cuales cedían al peso de cada paso de las dos mujeres, olía a musgo, a humedad, a tierra vieja, a sangre seca; el aullido se escuchaba cada vez más cerca, la Grindewald acarició por inercia la empuñadura de su varita, su pecho se incho por una bocanada profunda de aire, y recordó las no pocas ocasiones, en que simplemente por aburrimiento, salía a azuzar el instinto asesino de algún lican, sentía cierta inclinación por el vampirismo, por lo menos ellos conservaban la apariencia, y algunos la mejoraban notablemente.

 

Siendo la belleza física, y esa irresistible atracción que ejercían sobre cualquier mortal, una de sus mas letales armas; quien podría luchar eternamente contra el propio deseo, o con la obsesión quemante que producían los ojos de esos seres. La observó detenidamente, sin lugar a dudas demasiado hermosa, y letal -- ¿Tu crees?...mmm la eterna ambivalencia, entre los beneficios y "el pago" algún costo tendrá ser físicamente perfectos, é notado tu afición por las artes, algo de maravilloso tendrá ser testigo de la evolución del las mismas y tal vez, contribuir en ello -- la miró a los ojos y sonrió, sin lugar a dudas, esa mujer le era muy agradable. Sus ojos se perdieron momentáneamente en el fango que lentamente manchaba sus zapatillas, a cada paso la belleza del color y las brillantes gemas se perdía tras el abrazo del barro.

 

Imagino que asi sentía su existencia Oniria, los seres vivos tienden a apreciar y a desear lo que no poseen, o lo que se pierde, cada decisión conlleva a un resultado, la cuestión era, cual camino elegir, cual de sus dos opciones era la mejor, con cual de ellas se arrepentiría menos, porque estaba segura de que en algún momento de su vida se iba a arrepentir, aunque aún no había experimentado ese sentimiento, cada decisión tomada por la rubia asta ese momento, había sido para su beneficio, carecía asta el momento de algún remordimiento o aprensión, sería acaso que esa carencia de empatia la transformaría en un monstruo sanguinario? Nunca se detuvo a meditar las consecuencias de sus actos, o dudo de ellos, tal vez por ello ahora le resultaba tan sofocante ese sentimiento.

 

-- Se que el costo será alto, y que no será fácil, pero amo a un ser de la noche, a uno que quizás no sea capaz de controlar y dominar el instinto, tal como tú lo acabas de hacer, no deseo transformar mi humanidad y mi albedrío en una simple bestia sin control -- musito, interrumpiendo mientras su diestra se aferro a la varita de ciprés, el aullido estaba demasiado cerca, las sombras eran cada vez más densas y la luz de la luna llena empezó a substituir a la agonizante y ambarina luz solar.

 

@@Oniria

[Adryanie]

Hacía un frío atroz. Adryanie ya no sabía ni que mas ponerse encima para poder protegerse del frío y aparte de eso el viento que hacía no era un juego, era casi como si la abofetearan con hielo. De cualquier manera y pesar de la condición climática allí estaban cumpliendo con su deber. Ella estaba sola frente a la mansión más conocida de todo Ottery, lástima que no era conocida por buenas razones si no más bien por lo contrario.

 

Había que investigarla eso estaba claro, les habían llegado algunos secretos que ocultaba aquella mansión. Era tan fácil convencer a un elfo de hablar que llegó un momento en que Adry se preguntó como era posible que no hubieran pensado en eso hace mucho tiempo. Miró la escalofriante fachada de la mansión Malfoy, casi parecía estas casas embrujadas.

 

—Expecto Patronum — Recitó la bruja sacando de su chaqueta roja la varita que conjuró a una cobra adulta que la miraba fijamente esperando indicaciones — Diles que vamos a investigar la Malfoy.

 

Y sin más la serpiente zigzagueo para dirigirse a los miembros de la Orden dispuestos a querer erradicar el mal. Esperó junto a la gran cara que aparecía en la verja que no la miraba con buenos ojos.

[Leia Yui]

<<Parece que al final el día no será tan aburrido>> El patronus en forma de cobra me había entregado ya el mensaje que provenía de Adry y estaba lista.

 

No recordaba cuando había sido la última vez que había acudido a un llamado de mis compañeros de bando de ese tipo. Tal vez habían sido meses o incluso un año, de todas maneras hoy sería distinto porque al fin había logrado recibir el mensaje a tiempo y podía acudir sin problemas aunque mientras más lo pensaba empezaba darme cuenta de que en realidad nunca había asistido a ese tipo de "actividad " pues generalmente solo había participado de redadas o ataques.

 

Acomodé con delicadeza mi cabello en un pequeño moño y después de fijarme por segunda vez de que el vestido de seda que llevaba estuviera totalmente limpio y que ya hubiera luz en mi rostro para proteger mi identidad, giré sobre mis pies apareciendo segundos después a las fueras de la Mansión Malfoy. Podía sentir el césped bajo mis pies ya que estaba descalza era un gran sensación aunque lo que estaba por venir de seguro no era nada parecido.

 

-I Ready- dije entre risas mientras me ponía frente a la gran reja que empezaba a formar una cara (?).

[Mia Zoeh]

El mensaje había sido claro. Un brillante Patronus en forma de cobra me había convocado a aquél lugar. ¿Estaba lista para aquello? Tragué saliva y le di un trago a la poción multijugos que utilizaría para evitar ser reconocida. No tenía idea de en quién me estaba convirtiendo; sólo había tomado un par de cabellos de una bruja que pasó cerca de mí en el Callejón Diagon un par de días antes, sin saber realmente que los acabaría usando para un cateo. No nos parecíamos en nada, lo cual era imprescindible. ¿Para qué iba a tomar la forma de alguien que se parecía a mí?

 

La transformación no fue agradable; podía sentir los restos del brebaje espeso cayendo gota a gota por mi garganta. Aguanté las náuseas y esperé a que todo cesara, mirándome al espejo detenidamente luego de que la transformación llegase a su fin. Sonreí mientras me tocaba la cara y jugaba con mi cabello, ahora de color negro azabache. Mi piel, habitualmente pálida, ahora era aceitunada; y mis ojos, antes de un azul grisáceo casi innatural lucían color café oscuro, casi mezclándose con mi pupila.

 

Salí de mi habitación y bajé las escaleras, tomando mi capa de viaje al pasar junto a ella. Repasé mi atuendo; vaqueros y una camisa negra. Me aseguré de tener mi varita antes de salir por la puerta principal y desaparecerme. Luego de que la incómoda sensación desapareciese, volví mi atención al lugar donde me encontraba. Era la Mansión Malfoy, y junto a mí, se encontraba Adryanie, la dueña de aquél Patronus que nos había convocado al lugar.

-¿Es aquí?- le pregunté, sintiendo temblar mi voz debido a los nervios. Me coloqué la capucha, cubriéndome la cabeza. Nunca se era lo suficientemente precavida.

[Romina Black Lestrange]

Romina Evans Targaryen

 

Estaba caminando por las calles de Ottery para llegar al castillo Evans hasta que la presencia el patronus de una cobra apareció a varios centímetros de donde estaba caminando y decía que había que ir a investigar la Mansión Malfoy lo antes posible. Camine lo más rápido posible para llegar sin ningún retraso; ese día estaba vestida con una remera manga larga y un jean azul, hacia bastante frio pero no me importo sacarme los zapatos. Casi nunca iba con ningún tipo de calzado cuando teníamos que investigar porque muchas veces terminaba en redada y estos podían ser usados en mi contra.

 

Llegue un poco cansada a la verja de la mansión, allí ya estaban varios de mis compañeros de bando que estaban dispuestos a buscar cualquier cosa que pudiera delatar a los magos y brujas que eran mortífagos. Me quede parada en frente de verja sin saber si había que entrar o simplemente quedarnos afuera --¿Nos quedamos afuera o hay que entrar?—pregunte a nadie en específico.

Editado 2 de Febrero del 2015 por romina12345

[Nicole Evans Crowley]

La chica estaba recostada en la cámara de su recamara de la sala común cuando un patronus de cobra irrumpió en el lugar. El patronus se detuvo a unos pocos metros y pronuncio "Vamos a investigar la Malfoy", no sabia quien era el propietario de ese patronus pero no le importo, se levanto de un salto de la cama, se puso una chaqueta verde militar sobre su playera blanca sin mangas, metió su varita en el bolsillo trasero de sus jeans y salio lo mas rápido posible que podía ir.

 

********

 

Se encontraba caminando por la calle pero su apariencia era totalmente diferente, cuando paso junto a una vitrina casi salto de la sorpresa; una chica de cabello largo y negro le devolvía la mirada con unos ojos de color azul profundo. Había tomado poción multijugos y no habia rastro alguno de la chica que solía ser. Estaba totalmente nerviosa y caminaba a paso decidido. El sonido de sus zapatillas marcaba el ritmo de sus pasos acelerados.

 

Llego a la mansión Malfoy. A fuera de la reja se encontraban unas cuantas personas se acerco a ellas lentamente y solo cuando estuvo lo bastante cerca vio a Adryanie -Estoy aquí, lista- saludo a las demás con un ligero asentimiento de cabeza y saco su varita del bolsillo trasero de los jeans.

[Romina Black Lestrange]

Romina Evans Targaryen

Estaba caminando por las calles de Ottery para llegar al castillo Evans hasta que la presencia el patronus de una cobra apareció a varios centímetros de donde estaba caminando y decía que había que ir a investigar la Mansión Malfoy lo antes posible. Camine lo más rápido posible para llegar sin ningún retraso; ese día estaba vestida con una remera manga larga y un jean azul, hacia bastante frio pero no me importo sacarme los zapatos. Casi nunca iba con ningún tipo de calzado cuando teníamos que investigar porque muchas veces terminaba en redada y estos podían ser usados en mi contra.

Llegue un poco cansada a la verja de la mansión, allí ya estaban varios de mis compañeros de bando que estaban dispuestos a buscar cualquier cosa que pudiera delatar a los magos y brujas que eran mortífagos. Me quede parada en frente de verja sin saber si había que entrar o simplemente quedarnos afuera --¿Nos quedamos afuera o hay que entrar?—pregunte a nadie en específico.