~ Mansión de la Familia Malfoy ~ (MM B: 100774)

[Mia Zoeh]

Sin respuestas; sin palabras cruzadas. Pude ver que más gente se nos sumaba, lo cuál me alegró. Ya no estaríamos tan solos. Dudaba que me reconocieran, pero esa era la idea. Tragué saliva, nerviosa, y aferré mi varita tan fuerte que llegué a clavarme las uñas en la palma de la mano. Intenté calmarme, respirando. Siempre habría una primera vez para todo; si realmente quería ganarme el puesto, debía demostrar que me lo merecía.

 

Cerré los ojos y volví a desaparecerme; esta vez materializándome en los jardines de la Mansión, al otro lado de la verja de entrada. Miré a mi alrededor. Estaba todo tan calmado... Pero sabía que era el tipo de calma que precedía a la tormenta. Esperaba salir con vida de allí; haría todo lo posible por conseguirlo. Aunque prefería que no nos atacaran.

 

-¡Avis!- conjuré el primero de mis hechizos de defensa. Doce aves salieron de la punta de mi varita, no más grandes que una paloma, pero que servirían como defensa ante un inminente ataque. Se colocaron a mi alrededor, protegiéndome. Volví a conjurar otro Avis, repitiendo la operación.

 

Me encontraba rodeada por un escudo de aves. Esperaba no tenerlo que usar, pero nunca estaba de más protegerse, y más en una circunstancia así.

[Leia Yui]

Era un tanto extraño aparecerse apenas unos metros más allá, exactamente en los jardines Malfoy que se encontraban pasando la gran verja pero era primordial para cumplir con nuestro deber. Tal vez ni siquiera encontraríamos mortífagos u objetos malditos pero siempre era mejor prevenir (aquello lo había aprendido después de haber sido capturada más de una vez por los mortífagos).

 

Odiaba tener que hacerlas pero era necesario, además no eramos muchos y si es que algo salía mal tendríamos las de perder aunque quisiera negarlo las defensas eran casi como una ventaja. La otra razón por la que había terminado convencida de empezar a hacerlas en cada cateo o redada era por el puesto de Sanadora que había manejado antes de las reformas, de cierta manera ver tantos compañeros muertos me había dado una lección (?).

 

Me coloqué en una buena posición de tal manera que no hubiera manera de atacarme por la espalda ni por los lados.

 

-Morphos- dije mientras apuntaba con mi varita una de las tantas estatuas blancas de corte clásico, esta al instante se convirtió en un León de mediano tamaño que se coloco delante mío.

 

-Avis- murmuré, 12 pequeños pájaros azules aparecieron rodeándome completamente con la única orden de protegerme. Me sentía un tanto extraña con ningún enemigo cerca para usarlos pero era mejor estar segura (?).

 

Después de terminar de conjurar ambos hechizos esperé tranquila las indicaciones de Adry para poder seguir avanzando.

[Adryanie]

Ya habían llegado sus compañeras, las podía oler tras ella. Sonrió al verlas, a pesar de ser aspirantes allí estaban sin miedo alguno. Una de ellas a pesar de que estaba cubierta de luz ella reconocía a la perfección que era su hija romina. Tal como su madre una guerrera.

 

—Bueno a ver entremos y ya que esta cara fea que tienen aquí en la verja no nos va a dejar pasar, aparezcámonos dentro — Dijo resignada viendo la cara que no dejaba de mirarla con desdén. Le dijo a romina y Jess que se acercaran a ella para comenzar la desaparición. Se concentró en un lugar dentro de los jardines a unos cuantos metros de ella. Con una pequeña sacudida desaparecieron y aparecieron dentro.

 

Estaban todas adentro y ya las chicas habían comenzado a hacer las defensas necesarias ¿llegaría alguien? Lo dudaba últimamente los mortífagos de ahora y ano les importaba que entraran a destruir sus casas. Se dirigieron todos luego hacia dentro de la mansión, no hubo derribar la puerta ya que estaba abierta. De seguro por la gran cantidad de familiares que fluyen hacía el lugar.

 

—Bueno, comiencen a revisar a ver si encuentran algo sospechoso— Les dijo a las chicas que iban tras ella — Leya por favor espero que no incendies la mansión esta vez .... — Por alguna razón su compañera era medio pirómana, siempre había fuego cuando ella estaba

[Nicole Evans Crowley]

Tendrían que aparecerse dentro de los jardines. Como la chica no contaba con la licencia se sujeto de Adryanie para que pudiera aparecer con ella sin ningún tipo de problemas. Suspiro y sujeto con fuerza la varita para que no se le resbalara de las manos; cerro los ojos al tiempo que sintió un tirón en la boca del estomago, sus pies se despeaban del suelo y segundos después volvían a tocar tierra firme. Al abrir los ojos comprobó que se encontraban del otro lado de la reja, dentro de los jardines. Se soltó de Adryanie, miro a sus compañeras y se dispuso a defenderse por si algo llegaba a suceder.

 

-Avis- pronuncio con decisión; 12 pájaros pequeños y de color azul aparecieron en ese instante a su alrededor, servirían de protección ante algún ataque. Los pájaros comenzaron a dar vueltas a su alrededor.

 

La chica levanto de nuevo la varita -Avis- pronuncio por segunda vez; otros 12 pájaros pequeños pero de color verde aparecieron antes ella, comenzaron a girar a su alrededor pero en sentido contrario a los de color azul; este segundo grupo de aves también le servirían de protección.

[Romina Black Lestrange]

Romina Evans Targaryen

Al parecer ya habíamos llegado todos los que estábamos disponibles en ese momento para hacer la revisión en la Mansión Malfoy, el único obstáculo era pasar la verja y al parecer no se la podía forzar para abrirla y la única opción que teníamos era aparecernos dentro del jardín de la mansión –Avis—pronuncie haciendo que doce pájaros aparecieran y me rodearan para defenderme de un posible ataque que probablemente nunca llegaría.

Me acerque a mi madre después de escuchar que teníamos que aparecernos dentro de la mansión, lo único que hice fue agarrarme a ella y en un segundo aparecimos dentro de la mansión —Morphos— apunte hacia un cuadro que en poco tiempo se convirtió en una avispa que revoloteaba a mi lado todo el tiempo. Aunque no me gustaba la tenía que tener conmigo todo el tiempo.

Había que revisar, ¿revisar que cosas? Si en esta mansión habían mortífagos no iban a ser tan tontos como para tener las cosas que los delataran a simple vista, pero bueno lo único que haría sería investigar y ver qué pasaba.

[Kahlan Blackthorn]

-¿Qué demonios?..-despertó sobresaltada sobre el pecho de su amado Dimitri, no deseaba alterarlo con esa sensación que le hiciera abrir los ojos de golpe-Tu duerme cariño…-siseó sobre los labios de su amado dejando un beso sobre estos-El trabajo es el trabajo…-sonrió saltando de la cama con rapidez y agilidad. Su habitación dentro del castillo Croft permanecía sumida en las penumbras casi por completo salvo por una pequeña lámpara que estaba sobre la mesita de noche, el agradaba dormir a media luz acompañada por la persona que le había robado el corazón.

 

Ahora tenía que dejarle solo por un breve instante, ya que su deber con su bando le hacía entregarse por completo a cada una de las batallas que se empecinaban en invitarle a formar parte de ellas. Era un mal sumamente delicioso y necesario, dado que había sido enseñada por su padre Crazy a dar lo mejor de ella misma y esa visita tan indeseable sí que iba a costarles cara a todas esas personitas que se empeñaban en defender una causa más que perdida. Desviando sus orbes lapislázulis hacia su closet se decantó por no usar una sola prenda sobre su escultural figura. Solo llevaría a sus inseparables compañeras su varita oscura y su afilada katana de plata, además de una máscara azul oscuro que protegía su faz de las miradas curiosas que ansiaran descubrir su envidiable identidad.

 

-Te amo…-siseó lanzándole un beso al Croft-Volveré antes del amanecer…-sonrió saltando por la ventana de su habitación en la Croft cayendo sobre el verde césped que era acariciado por la ventisca nocturna y gélida. Sintiendo la adrenalina recorrer todo su cuerpo emprendió una carrera hacia la verja de su hogar tras cruzar la misma desapareció en medio de una densa neblina oscura que le llevo hasta el interior de la Malfoy, ya que al ser hija del primer ministro y portar la sangre más pura en sus venas tenía la ventaja sobre sus molestas visitas-Nadie atacara mi hogar como le plazca…-elevando con fuerza su varita espero el momento justo para usarla pero antes de eso lanzo el llamado a sus compañeros

 

-Morsmorde…-espeto desafiante sintiendo arder su marca tenebrosa-Si desean pelea que vengan a buscarla…-enunció cambiando el color de sus orbes lapislázulis por un azul mucho más profundo de lo habitual-Que vengan…-finalizó estado dentro de la mansión ubicada en el Hall que daba la bienvenida a las personas de sangre pura , no a los que anhelaban ser algo que jamás conseguirían dentro del mundo mágico.

[Liam Black]

Hace rato no volvía al ruedo. La varita de espino, como siempre, vibraba en el bolsillo trasero de mis tejanos gastados. Esta vez había decidido ir casual. El buzo en el que resguardaba mis manos no era más que una simple prenda de color negro sin mucho accesorio. Pero me protegía del frío como p*** madre. La barba un poco descuidada y algo rasposa también contribuía con ello. Cualquiera que me viese pensaría que era un asqueroso muggle, porque sí. Lo parecía.

Iba fumando un cigarro, en realidad me había vuelto bastante adicto a esas cosas últimamente, era una de mis tantas adicciones junto al alcohol. Además, también me calentaba y la nicotina que dejaba en mis pulmones mi estado vampírico la eliminaba con facilidad. Llegué a la Mansión Malfoy rápidamente, demasiado teniendo en cuenta que no había usado la aparición. El llamado en mi brazo indicaba que ahí me necesitaban y por ahora solo veía a Juv, pero la acción no se haría esperar. Me quedé vigilando por allí afuera, desenfundando la varita y estando atento a los movimientos que hacía mi, por ahora, único Alto Rango presente. Hoy cazaría aurores.

[Kahlan Blackthorn]

-Celerus Expectro Protego…-sentenció la Ángel Caído brotando de la punta de su varita varios zarcillos oscuros que se unieron unos a otros como los engranes de un perfecto reloj suizo. Afianzándose con fuerza tomaron la forma corpórea e imponente de un Fénix oscuro que se posiciono delante de la Croft tenía la orden expresa de protegerle de cualquier ataque que desearan enviar en su contra. No les pondría las cosas sencillas, ya que estaba harta de tener que lidiar con los caprichitos de los miembros de la orden del fénix que se negaban a desaparecer por completo de la faz de la tierra.

 

-Fuego Negro…-sentencio la demonio invocando una esfera de oscuridad profunda y siniestra que levito a tres metros del suelo. Aquella tenia la orden de esquivar cualquier hechizo, invocación, efecto o criatura. que fuera lanzando contra ella, ya que no sería destruido por nada y si podría incrementar su poder devastador y destructivos hasta ser incontrolable, al grado de matar a quien estuviera marcada como su objetivo.

 

-Fuego Negro…-bramo con altivez invocando una segunda esfera que levito a la misma altura que la primera, atacando las mismas ordenes que le dictara al Malfoy. Esquivaría cualquier rayo, invocación, efecto o criatura que viniera contra él. No se vería afectado y en caso contrario podría acrecentar su poder nocivo y destructivo, creciendo y creciendo hasta poder ser ocupado contra alguna de las intrusas que osaban profanar el suelo con sus asquerosas plantas impuras.

 

-Se que sos vos…-siseó percibiendo una esencia que conocía a la perfección-Mala idea buscarme la cara…-le dedicó aquella perorata a Adryanie, ya que no podía negar que era divertido enfrentarse a ella cara a cara, aunque no le agradaba que llevara compañía a decir verdad.

[Nicole Evans Crowley]

La chica siguió a Adryanie hasta la puerta de la mansión, no hubo necesidad de hacerle algo pues la puerta estaba abierta. La chica entro al lugar. Se encontraban en una sala grande, en las paredes de madera colgaban diferentes retratos, algo así como cuadros familiares. Las palabras de Adryanie inundaron el lugar; ¿Qué era lo que tenían que buscar? Ella no estaba muy segura pero asintió dando unos cuantos pasos hacia adelante, estaría atenta por si veía alguna cosa que se viera algo sospechosa o fuera de lugar.

 

Comenzó a mirar por todo el lugar, acercándose hasta una de las paredes con lo retratos. Se quedo mirando uno de esos retratos cuando escucho que alguien entraba en la habitación. Se dio media vuelta, con la idea de que podía ser otra compañera pero lo que vio la dejo sorprendida. Una mujer que solo tenia una mascara cubriendo su rostro y una katana habia llegado al lugar.

 

La mujer comenzaba a pronunciar hechizos, sin mas la joven levanto la varita y apunto con ella a la mujer que sin duda alguna formaba parte de la Marca.

 

-Silencius- la mujer quedo silenciada justo antes de que pudiera terminar su ultimo hechizo, solo pudo pronunciar "Fueg..." y nada mas. No espero mas y ataco.

 

levanto la varita y pronuncio -Desmaius- un rayo de color rojo salio disparado en dirección de la mujer. El hechizo impactaría y la dejaría inconsciente

[Mia Zoeh]

Todos habíamos conjurado nuestras defensas, por lo que una extraña sensación de seguridad se esparció brevemente por mi espalda, haciéndome sentir más o menos protegida. Tragué saliva; ¿por qué tenía ese tic cada vez que estaba nerviosa? El nudo en mi garganta estaba muy apretado, casi impidiéndome tragar con normalidad. Intercambié miradas con mis compañeras; sabíamos que era el momento. Di un paso al frente, comenzando a avanzar.

 

Entramos a la mansión. El Hall era enorme; estaba lleno de retratos y cuadros variados por todas las paredes. Teníamos la orden de revisar, pero no sabía exactamente qué era lo que teníamos que encontrar por allí. ¿Cómo se veían los objetos mortífagos? Me estremecí. En ese momento, el sonido de pasos inundó la estancia, haciéndome voltear.

 

Una mujer con el rostro cubierto por una máscara y portando una katana se colocó frente a nosotros. En seguida tomó su varita y comenzó a lanzar hechizos, pero Nicole fue más rápida y la silenció. Me coloqué a una distancia de unos cinco metros y me alejé un poco de la Evans, para darnos espacio.

 

-¡Sectusempra!- exclamé y pude ver cómo un rayo salía de mi varita en dirección a Juv. De impactarle, heridas y cortes profundos abrirían su piel, provocándole una hemorragia que la debilitaría hasta el punto de matarla si no se curaba a tiempo.

 

No satisfecha con eso, me dispuse a lanzar un segundo ataque, esta vez no tan sangriento sino más táctico. Estaba nerviosa, pero no iba a dejar que eso me jugara en contra. Respiré profundamente para calmarme, esperando a poner en orden mis ideas.

 

-¡Expelliarmus!- un nuevo rayo salió de la punta de mi varita hacia Juv. Si no conseguía pararlo, tendría que resignarse a que su varita saliera volando tres metros hacia su derecha, lo que implicaría el tenerla que ir a buscar y quedar desarmada por un período de tiempo.